En las últimas horas el gobierno mexicano, encabezado por Manuel López Obrador, debió reconocer lo infundado de prohibir los alimentos transgénicos.
Hébert Dell’Onte | Montevideo | Todo El Campo | Los cultivos transgénicos suelen ser cuestionados sin fundamento científico. Por el contrario, la ciencia los avala. Es la publicidad intensa y repetitiva de grupos que se dicen “naturalistas”, “ambientalistas” y otros “istas” similares -y que cuentan con buena prensa- la que se ha impuesto en diferentes países del mundo.
Los grupos antitransgénicos han hecho un buen trabajo difundiendo su parecer, el problema es que con esa posición causan un daño enorme privando a parte de la población mundial, que generalmente pertenecen a países empobrecidos, con problemas climáticos o de tierra, de la tan mentada seguridad alimentaria.
En las últimas horas el gobierno mexicano, encabezado por Manuel López Obrador, debió reconocer lo infundado de prohibir los alimentos transgénicos.
El caso es que cada año, Estados Unidos envía a México 16 millones de toneladas de maíz transgénico por unos US$ 5.000 millones, sin embargo el país caribeño decidió cambiar su política y dejar de importarlo. La decisión parte de un decreto del presidente López Obrador firmado en el año 2020.
En respuesta a la medida asumida por López Obrador, la Representación Comercial de Estados Unidos cursó una nota con fecha 30 de enero a la secretaria de Economía mexicana, Raquel Buenrostro, pidiendo que ese país diera pruebas científicas de las prohibiciones, amparándose en un requisito de un acuerdo comercial entre ambos países.
“Queremos asegurarnos de que hagan ciencia, que muestren su trabajo y tomen decisiones basadas en evaluaciones de riesgo”, dijo a la prensa Doug McKalip, el negociador jefe de comercio agrícola de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR).
La Ec. Buentrostro tenía tiempo hasta el martes 14 para responder, pero en lugar de dar los fundamentos científicos para explicar las razones por las que su país no quiere comprar maíz transgénico, el lunes 13 aplazó la decisión de no comprar ese producto a su vecino del norte hasta 2024.
Los hechos se imponen una vez más: México -como ningún gobierno del mundo- tiene sustento científico y por tanto no pueden explicar por qué quieren evitar el uso de transgénicos.
Lo más triste es que con argumentos sensacionalistas y de apariencia naturalista muchos se oponen a los avances de la ciencia, por ejemplo respecto a los cultivos transgénicos que son de mucha utilidad productiva en tierras áridas o salinas, como en zonas donde falta el agua o hay dificultades sanitarias y un largo etcétera. No hay que oponerse a lo que redunda en beneficio de la humanidad.
EEUU/TodoElCampo.El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) publicó un informe en el cual muestra que en 2022 las exportaciones agroindustriales estadounidenses destinadas a China alcanzaron un récord histórico de 36.400 millones de dólares.
Si bien el documento informa tal evento como un logro, lo cierto es que evidencia el enorme nivel de dependencia de China que tiene el agro de EE.UU., algo que, en la actual coyuntura geopolítica, puede representar un factor de riesgo mayúsculo para los “farmers”.
En 2022 la soja representó casi la mitad de las exportaciones agroindustriales de EE.UU. a China con un récord de 16.400 millones de dólares. Si la cuestión relativa a Taiwán –un territorio que el gobierno de Xi Jinping considera propio, pero que es apoyado por EE.UU.– estalla en algún momento del año, el primer objetivo chino con EE.UU., a modo de represalia, será seguramente la soja.
Y eso no es una hipótesis descabellada, porque ya sucedió en el pasado reciente. A comienzos de julio de 2018 –recordemos– China comenzó a aplicar un arancel adicional del 25% al poroto de soja estadounidense (entre otros muchos productos) como represalia por la imposición de aranceles equivalentes por parte de EE.UU. a un conjunto de productos industriales chinos. Debido a las características del mercado global de soja, eso implicó una suerte de “retención” o descuento del valor FOB de la soja estadounidense (Golfo de México), que llegó a registrar un récord histórico de 90 u$s/tonelada en septiembre de ese año respecto de la soja brasileña (Paranaguá).La soja es, por el volumen de negocios, la cuestión más crítica, pero el cultivo más comprometido es –por lejos– el sorgo, que en 2022 con ventas a China por 2200 millones de dólares representó casi el 90% de las compras totales del cereal realizadas por la nación asiática.
El heno de alfalfa también alcanzó un récord de $ 660 millones, un 28 por ciento más en comparación con el año anterior, mientras que los volúmenes fueron un 14 por ciento más altos.
Otro producto comprometido son los fardos de alfalfa, que en 2022, con ventas a China por 660 millones dólares, representaron más de la mitad de las exportaciones totales de EE.UU. (buena parte se emplean en megatambos chinos).
El año pasado las exportaciones de maíz de EE.UU. a China superaron los 4800 millones de dólares. En este caso, la nación asiática representa el 25% del negocio global, un cliente importante, pero no crítico.
En cualquier caso, un conflicto abierto entre China y EE.UU. derivado de la cuestión taiwanesa seguramente provocaría –tal como sucedió durante la gestión de Donald Trump– represalias comerciales chinas hacia los productos agroindustriales estadounidenses, lo que obligaría a la nación asiática a redirecionar la mayor parte de sus necesidades de commodities del agro hacia Sudamérica.
“Todavía hay muchos cuellos de botella que superar para avanzar en la agrosilvicultura templada en el noreste de Estados Unidos. Pero como siempre, son los pequeños productores los que están liderando el camino”.
Montevideo | Todo El Campo | En el amplio paraguas desplegado por el presidente estadounidense Joe Biden para apoyar la causa climática, están varias leyes, incentivos a nuevas investigaciones y uso de energías limpias. También están bajo su cobijo planes de financiación para proyectos de agrosilvicultura en Estados Unidos; de allí que el sector está de júbilo y con muchas ideas para explorar y explotar.
El anuncio de 60 millones del Departamento de Agricultura (USDA) en respaldo a ese sistema productivo, aviva el entusiasmo por esta técnica de agricultura sostenible que también secuestra carbono y aumenta la biodiversidad. Es ecológicamente sustentable.
“Hay una ganancia inesperada de dinero” que llega al sector agroforestal, dijo Meghan Giroux, directora de la consultora agroforestal Interlace Commons, con sede en Vermont.
Actualmente se está implementando un programa para ayudar a los productores a incursionar en la agricultura sostenible. Esta técnica combina cultivos anuales y ganado con arbustos y árboles perennes en un sistema de secuestro de carbono que también es más resistente a las sequías y las inundaciones.
Ese financiamiento federal surge a medida que el interés en la agrosilvicultura está creciendo rápidamente en el país y acompaña la necesidad de adoptar tipos de agricultura más positivos para el clima. Aunque el proyecto actual de Giroux está financiado por una fundación privada, las personas como ella ven una gran cantidad de oportunidades de financiamiento. E incluso más entusiasmo entre las personas que buscan capacitación y apoyo para impulsarlo.
Es importante decir que la agrosilvicultura secuestra de dos a cinco toneladas de carbono por 0,5 hectárea al año, afirma The Nature Conservancy (TNC), una organización internacional sin fines de lucro dedicada a la conservación de la biodiversidad y con sede en Virginia (EE.UU.)
La institución estima que el proyecto podría ayudar a los agricultores a desarrollar miles de hectáreas de agrosilvicultura de alta densidad en Estados Unidos, mitigando entre 3% y 6% de las emisiones.
“Todavía hay muchos cuellos de botella que superar para avanzar en la agrosilvicultura templada en el noreste de Estados Unidos. Pero como siempre, son los pequeños productores los que están liderando el camino”, dijo Seva Water, copropietario del emprendimiento agroforestal (ubicado en Massachusetts, EE.UU.), Nutwood Farm.
Megan Giroux del proyecto Interlace (que trabaja para fortalecer la restauración de ecosistemas urbanos) está muy optimista: “Después de más de 30 años de trabajo en agroforestería en Estados Unidos, llegó el momento del sector. Es una bendición y una maldición porque, por un lado, nuestro sector nunca ha visto este nivel de compromiso con la agrosilvicultura”, celebró.
“Por otro lado, lamentablemente todavía no estamos preparados. No tenemos suficientes proveedores de servicios debidamente equipados para capacitar a los agricultores en las formas de agrosilvicultura”, agregó.
Los próximos meses y años, entonces, serán cruciales para aprovechar este nuevo compromiso y mejorar la capacitación para aumentar la implementación de la agrosilvicultura en Estados Unidos. Hacia una mayor resiliencia climática de la agricultura de la nación.
Foto Susilvo. En base a artículo de Mariela León en Cambio 16. Los artículos de Mariela León se pueden leer en Mariela León
Las pérdidas agrícolas en Florida son millonarias; en las áreas más afectadas están los cítricos, el ganado, las verduras y los melones, según un estudio.
Curt Anderson | Florida, Estados Unidos | Independent | Las pérdidas agrícolas en Florida causadas por el huracán Ian podrían ascender a 1.560 millones de dólares y entre los renglones más afectados están los cítricos, el ganado, las verduras y los melones, según un estudio de la Universidad de Florida divulgado el martes.
El Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas de esa Universidad dice que algunos de los efectos no se han calculado ya que dependen en parte de si algunas de las cosechas malogradas pueden ser replantadas a fin de salvar algo de los cultivos invernales.
“Sigue habiendo mucha incertidumbre”, explicó Christa Court, economista y directora de análisis económico para el instituto. “Los efectos pueden ser muy distintos en un mismo lugar”.
Las pérdidas para este año irían potencialmente de un máximo de 1.560 millones de dólares a un mínimo de 787 millones. Eso es en una zona de Florida donde la producción agrícola anual asciende a más de 8.000 millones de dólares, según el estudio.
“No fue totalmente devastador para la industria agrícola del estado”, dijo Court en una conferencia de prensa online. “Algunas de las cosechas apenas habían sido sembradas”.
El huracán Ian impactó el sudoeste de Florida el 28 de setiembre como tormenta categoría 4 con vientos de 250 kilómetros por hora y posteriormente atravesó el centro del estado donde tiene lugar la mayoría de la producción agrícola. Unos 2,02 millones de hectáreas de tierras agrícolas fueron afectadas por la tormenta, de acuerdo con el estudio.
Incluso antes del huracán se estimaba que la producción cítrica de Florida se reduciría en un tercio, en parte por el frío invernal y por infestaciones. Ahora la zona, una de las más importantes fuentes de jugo de naranja para el país, sufrirá otro azote para pérdidas estimadas en hasta 304,2 millones de dólares.
Y la temporada de cosecha de naranjas, toronjas, mandarinas y afines apenas comenzaba.
“Es imposible minimizar el impacto en los productos de Florida, especialmente el desgarrador daño al sector cítrico, un sector que ya enfrentaba desafíos significativos”, declaró en un comunicado la comisionada de agricultura del estado, Nikki Fried.
Estados Unidos ha tenido un fuerte crecimiento en las exportaciones lácteas hacia Chile, y el potencial es muy grande, según un artículo del Consejo de Exportadores de Lácteos de Estados Unidos.
Desde el sábado 24 de setiembre, hasta el sábado 1° de octubre, el Consejo de Exportadores de Lácteos de Estados Unidos (Usdec), lidera un grupo de productores de leche estadounidenses en una misión de investigación y construcción de relaciones a Chile. El grupo planea reunirse con importadores, clientes, granjeros y organizaciones lácteas y alimentarias para discutir planes para el crecimiento del sector lácteo de beneficio mutuo.
La elección de Chile no es caprichosa.
Para los productores estadounidenses, en los últimos años se demostró la importancia crítica de diversificar los mercados de exportación de productos lácteos, y Chile es uno de los países de mercados emergentes prometedores que serán cada vez más vitales para el avance de las exportaciones de lácteos de EE.UU.
Krysta Harden, presidenta y directora ejecutiva de Usdec, dijo que esa institución “reafirma la importancia de diversificar los mercados de exportación” de su país, y recordó cuando “en 2020 México era nuestro mercado número uno y fue golpeado primero por la recesión y segundo por la ola inicial de la pandemia Covid-19”.
En 2020 las exportaciones de lácteos de EE.UU. a México se desplomaron, cayeron un 15% (-84.313 TM). Pero Estados Unidos compensó con creces esa pérdida con un aumento del crecimiento en el sudeste asiático, donde los envíos de productos lácteos aumentaron 26% (+118 781 TM).
“Ese aumento histórico en el sudeste asiático solo fue posible gracias a los años de trabajo de los proveedores estadounidenses y de Usdec con los consumidores de esa región del mundo para elevar el perfil de los productos en los mercados clave, establecer relaciones, realizar investigaciones sobre las preferencias y necesidades de productos regionales, e invertir en sistemas y productos para satisfacer esas necesidades”, dijo Harden.
Pero el sudeste asiático no fue el único país o región, precisó: “Chile es otro de los mercados que mejoró durante la pandemia a un ritmo que nadie esperaba. Específicamente ayudó a llenar un vacío para los proveedores de lácteos de EE.UU. en queso”.
CRECIMIENTO DE EXPORTACIONES A CHILE: 56% EN VOLUMEN Y 35% EN VALOR.
Entre 2016 y 2021, en volumen, las exportaciones de EE.UU. a Chile crecieron un 56%. El valor de esas exportaciones creció un 35% a US$ 107 millones durante el mismo período.
El queso ha sido la estrella. Las exportaciones de queso de EE.UU. a Chile aumentaron un 68% entre 2016 y 2021, y Chile se ha convertido en el quinto mercado de exportación de ese producto estadounidense.
A pesar de dicho crecimiento, las exportaciones totales de EE.UU. a Chile siguen siendo modestas. A diferencia de mercados más establecidos como México, los importadores, distribuidores, fabricantes de alimentos y bebidas y consumidores chilenos siguen estando menos familiarizados con Estados Unidos como proveedor de productos lácteos de calidad, confiable y de amplia cartera.
“Queremos comenzar a construir algunas de las relaciones como las que tenemos en México y otros lugares donde nuestras industrias trabajan juntas para aumentar el consumo, trabajar juntas tanto para mantener a los agricultores en la granja como para que sigan llegando nuestros productos”, dijo Harden. Agregó que “el consumo está creciendo y creemos que queda un espacio adicional significativo para que la industria nacional de Chile y las exportaciones de lácteos de EE.UU. crezcan juntas en el futuro”. En base a artículo de Paul Rogers del Consejo de Exportadores de Lácteos de los Estados Unidos – Usdec.