El ingeniero Montes analizó el mercado de la carne ovina, los destinos en tonelada y dólares, Rusia e Israel que muestran una recomposición.
Montevideo | Todo El Campo | Cerrado el primer semestre del año, el Ing. Agr. Esteban Montes del Plan Agropecuario realizó un informe en el programa Diario Rural (CX 4 Rural) sobre las exportaciones de carne de vacuno, desde el 1° de enero al 30 de junio.
“Lo primero que podemos ver es que el volumen en tonelada peso carcasa que se exportó es de 253.800 toneladas, por US$ 1.000 millones”. Esos totales, comparados con igual período de 2023, “el volumen vamos un 9% más, unas 21.000 toneladas más, y en monto 2% más”.
Si se compara con 2022, este año “venimos más atrasados” porque ese año en el primer semestre se había exportado casi 300.000 toneladas (13% más que en 2024) por US$ 1.500 millones (30% de diferencia).
Con los datos actuales, proyectados al total de 2024, “llegaríamos a unas 540.000 toneladas exportadas”, estimó.
CAMBIO EN LOS DESTINOS.
Montes dijo que “es interesante ver los cambios que han tenido los destinos de las exportaciones”. En 2022, el 67% de la carne exportada iba a China, el 13,5% a Estados Unidos, el 4,4% se envió a Países Bajos, y luego siguen Brasil, Chile, Japón con menos del 2%.
En 2023 esa realidad cambió: “El 46,5% de la carne exportada fue a China” con una caída clara; “Estados Unidos pasó del 13,5% al 14,6% y el resto de los países siguieron con los mismos porcentajes”.
“En 2024, el 34% de la carne exportada fue a China y el 26,2% a Estados Unidos. Israel pasó del 2% al 4,2% y empieza a aparecer Rusia que antes era insignificante y ahora es el 3% de las exportaciones”.
CAÍDA DE LOS VALORES.
En valores, “en todos los países tenemos una diferencia negativa, con la excepción de Rusia que maneja valores muy bajos: el año pasado la tonelada peso carcasa estaba en US$ 1.955, y este año US$ 2.027”.
“China paga en el entorno de los US$ 3.400 la tonelada, Estados Unidos US$ 4.172; Países Bajos en el entorno de los US$ 7.500; Brasil US$ 7.600; Chile US$ 4.800; los cupos de la Unión Europea con la cuota 481 y la Hilton entre US$ 7.000 y US$ 8.000 la tonelada; Israel US$ 4.560”, precisó.
Todo eso “quiere decir que el mercado internacional se ha movido desde China a Estados Unidos, con valores inferiores que en el caso de Estados pasó de US$ 4.300 de 2023 a US$ 4.172 este año, con una diferencia de US$ 128 menos en la tonelada (-3%).
El valor promedio actual de la tonelada es de US$ 4.100 contra los US$ 4.400 de 2023, la diferencia es de US$ 300 (-7%).
CAMBIO EN LOS MERCADOS.
El movimiento en los destinos no es novedoso para Uruguay, en el primer lustro de los años 2000 Rusia se había convertido en el principal comprador de la carne de nuestro país, superando a Estados Unidos que fue el primer destino de ventas hasta ese momento.
Ahora China continúa dominando el mercado (34%), seguida muy de cerca por Estados Unidos (26,2%), observándose un cambio por la demanda estadounidense y los valores promedios de carne exportada a China es de US$ 3.400 contra US$ 4.172 a Estados Unidos, la tonelada. Además, “los aranceles son diferentes”.
El stock de vacas de cría se mantiene en 4,2 millones, lo que garantiza que muy probablemente para el 30 de junio de 2025 la parición se ubique en 3 millones de terneros.
Montevideo | Todo El Campo | El Ing. Esteban Montes, del Instituto Plan Agropecuario, señaló que “hay un cambio en la composición de la faena”. Hace un año “el 51% eran novillos, el 33% eran vacas y el 14% vaquillonas; hoy el 49% son novillos, 37% vacas y 12% vaquillonas, con un aumento de las vacas del 33% al 37% este año”.
Se están faenando más vacas, “la pregunta es cómo puede repercutir eso en la composición del stock”, planteó en su columna de los martes en el programa Diario Rural (CX 4 Rural).
Por otro lado, y “respecto a la exportación en pie, este año es un poco menor que el año pasado. En 2023 eran unas 29.000 cabezas, hoy estamos en 27.000”, estamos un poco por debajo pero no es tanto, comentó, aunque “puede ser que haya diferencia en el tipo de animales” porque hoy se declaran más novillitos, no tanto terneros, precisó.
“En definitiva, si uno mira cómo repercute todo eso, lo que se puede esperar para el 30 de junio es que el stock llegue a estar entre 11.200.000 y 11.300.000 reses”, frente a casi 11.700.000 del año 2023. “Quiere decir que el stock tendrá un descenso de unas 400.000 reses, que mirado en términos gruesos se explica por la menor cantidad de terneros que se espera que puedan ingresar este año”.
“La faena total sería de casi 2,4 millones de reses en el ejercicio”, lo que es un total “bastante interesante, comparado con los ejercicios anteriores en que estábamos en los 2,2 o 2,3 millones”.
Respecto al stock dijo que es “criador”, en cuanto “empezamos a recuperar las vacas de cría respecto al año pasado que presentó 4.121.000 vacas y un número de vacas de invernada bastante considerable, y muchas de esas vacas volvieron al stock de vacas de cría, teniendo en cuenta que el negocio de la invernada no tentó a los productores y las condiciones de pasto tampoco eran buenas”.
Hoy “el rodeo de vacas sería de 4.210.000, o sea que estaríamos empezando a recuperar los 4.350.000 que llegamos a tener en algún momento, y las de invernada serían unas 430.000 vacas, siguiendo la tendencia de disminución”.
“Los novillos continúan con un descenso en la categoría de más de 3 años, y serían unos 360.000, un número que si no es el mínimo histórico está próximo. Sí tenemos bastantes novillos de 2 a 3 años, en el entorno de 702.000 reses frente a 630.000 del año pasado; y en los novillos de 1 a 2 años estaríamos en el entorno de 1.100.000 o 1.140.000” animales.
“REJUVENECIMIENTO DE NOVILLOS Y VAQUILLONAS”.
Eso implica que los novillos de 1 a 2 años se ubiquen en el 52% del total, cuando en 2012 eran el 47%; los novillos de 2 a 3 años son el 32% y los de más de 3 años el 16%, cuando antes eran el 31% y el 22%, respectivamente.
“Hay un rejuvenecimiento del stock de novillos y pasa lo mismo con las vaquillonas”, categoría esta que hace unos años se conformaba: “El 29% eran más de 2 años y el 71% de 1 a 2 años, pero este año el 76% son de 1 a 2 años y el 24% son de más de 2 años”.
“El stock sigue la tendencia de ser criador con un rodeo de recrías que son cada vez más jóvenes, tanto en novillos como en vaquillonas”, sintetizó.
“Lo importante es que el stock de vacas de cría se mantiene en 4,2 millones, lo que garantiza que muy probablemente para el 30 de junio de 2025 la parición se ubique en 3 millones de terneros y volvamos a tener cantidades suficientes de recrías”.
Si se hacen cuentas en base a datos de una de las pantallas, “son US$ 114 más que debe pagar el invernador para poder comprar un ternero, porque está más pesado y los precios son un poco más altos” que en 2023.
Montevideo | Todo El Campo | El Ing. Agr. Esteban Montes del Plan Agropecuario, en su habitual columna en el programa Diario Rural (CX 4 Rural), se refirió a las particularidades de la oferta y la relación entre el criador y el invernador.
En el análisis comparó la situación actual con la que se presentó hace un año.
Dijo que los ganados de invernada muestran ganancias diarias que no son muy altaspara lo que podrían llegar a ser, con lugares en los que se registran 200 o 300 gramos. Lo que pasa es que “esta situación de humedad hace que el ganado no pueda echarse tranquilamente, perjudicando el bienestar del animal, que tiene como consecuencia problemas en las ganancias” de peso.
Además “las pasturas están algo aguachentas”, agregó.
Asimismo, “cuando uno mira la oferta de terneros y compara con 2023” se observan cambios significativos: “Este año tenemos que el 63% de los terneros ofertados son de más de 180 kilos, cuando el año pasado eso era un 20%; los terneros de entre 140 y 150 kilos representan el 30% y el año pasado eran el 50%; y menos de 140 kilos, en 2023 fueron el 30% y este año solamente el 6%”.
Si se hacen cuentas en base a datos de una de las pantallas, “son US$ 114 más que debe pagar el invernador para poder comprar un ternero, porque está más pesado y los precios son un poco más altos” que en 2023.
En vacas de invernada, “el año pasado a esta altura esa misma pantalla había ofertado 12.000 animales, este año son 7.300, un 40% menos; y en valor es un 14% más de costo, que se traduce en que el invernador debe pagar unos US$ 80 por vaca”.
“En términos de intercambio, el año pasado, con una vaca gorda de 480 kilos se compraba 1,3/1,6 vacas, y este año compra 1,1/1,2”, explicó.
“Hay un menor precio de la vaca gorda que hoy vale en el entorno de los US$ 770, y el año pasado estaba más cerca de los US$ 900, entonces se juntan las dos cosas: mayor valor de la vaca de invernada y menor valor de la vaca gorda”, explicó.
Si observamos la cantidad de vacas preñadas ofertadas este año, vemos que “en 2023 a esta altura se iban ofertando 2.800 vacas, este año ya son 12.400”.
Montes agregó que “el valor de una vaca preñada es casi similar al de una vaca gorda” con una relación uno a uno de la vaca gorda con la preñada. “La oferta de preñadas es cuatro veces más que en el año pasado y el valor es casi similar a la vaca gorda”, lo que “da un ingreso similar”.
En piezas de cría, el año pasado se ofertaron 6.900 animales, este año son 7.600 por lo que se está más o menos igual, y “de vuelta tenemos una relación de reposición inferior respecto a la vaca de invernada, de un 27% menos de piezas de cría que se pueden comprar con la venta de una vaca gorda”. En 2023 “se podían comprar hasta 2,4 piezas de cría y este año 1,6/1,7 piezas de cría”.
El invernador mira toda esta situación “bastante desfavorable, pero en cierto modo las invernadas no están con las ganancias que deberían, lo que ayuda un poco porque aplaca la ansiedad del invernador y permite esperar para vender un poco más adelante, esperando que la relación se acomode”.
CONCLUSIÓN: “HAY QUE AFINAR MUCHO LAS CUENTAS”.
El invernador está comprando un ternero más caro -por un mayor valor por kilo y un mayor peso- y vendiendo el novillo más barato. Por eso hay que afinar mucho las cuentas y en la relación de reposición hay que tener cuidado, resumió Montes, y concluyó: “Esta realidad debería ser más normal, y que haya 3 millones de faena, y ahí lo que tiene que pasar es que la vaca preñada valga mucho más que una gorda”.
“Realmente hay un pastizal que nunca se dio, en la mayoría de los lugres hay una muy buena disponibilidad de pasto, muy buena condición corporal del ganado, y se están atrasando los destetes” y por esto último hay “una menor oferta de terneros”
Montevideo | Todo El Campo | El Ing. Agr. Esteban Montes (Plan Agropecuario) comentó la mayor demanda china a un precio menor y realizó observaciones sobre el pasto y el ganado en Uruguay. Además, dijo que se debe cuidar la alimentación de las vaquillonas para aprontar esa categoría a las necesidades del sistema productivo.
LA DEMANDA CHINA.
En su columna en el programa Diario Rural (CX 4 Rural), Montes dijo hace un tiempo el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) analizó las importaciones de carne desde China para 2024, previendo que este año se daría una caída del 5% respecto a 2023, básicamente por los altos stock que tiene China y la demanda debilitada.
Los datos del primer trimestre de 2024 no se condicen con aquel pronóstico, sino que la importación china es de un 22% más en volumen respecto a igual período de 2023, pero a un precio más barato.
En 2023 pagó US$ 5.344 y este año a US$ 4.782, la diferencia es de US$ 562, un 10,5% menos, precisó Montes. Lo que está pasando es que China quiere controlar sus gastos y si puede comprar a un menor precio, lo hace, algo que hacemos todos.
“Lo bueno es que hay demanda, de China y de Estados Unidos, y eso es interesante” a pesar de que bajen los precios, subrayó.
PASTO Y GANADO.
En otro orden, el técnico del Plan Agropecuario señaló que ha recorrido algunas zonas de Tacuarembó, Colonia, Artigas, observando diversos puntos del país: “Realmente hay un pastizal que nunca se dio, en la mayoría de los lugres hay una muy buena disponibilidad de pasto, muy buena condición corporal del ganado, y se están atrasando los destetes” y por esto último hay “una menor oferta de terneros”.
Ante eso, hay varias preguntas que nos debemos hacer: “¿Cuánto puede aumentar de peso de los terneros?, ¿cuánto pierdo en precio?, porque cuanto más peso tengo más baja el valor por kilo, y ¿cuánto afecto al sistema en general, o sea cuánto afecto a la vaca y al resto de las recrías?”, planteó.
Es importante, y el Plan Agropecuario lo promueve mucho, “no mirar un negocio sino todo el sistema”, subrayó.
Montes agregó que este es “un año ideal para preparar las vacas preñadas para el invierno, y va a ser elevado el número”, pero es importante “preparar las vacas para que pasen el invierno, para el parto y para la nueva preñez”.
Pensando en esa próxima preñez “este es un muy buen año porque tenemos pastos y hay que organizar las piezas en los rodeos de cría tratando de dar el mejor pasto a los ganados que lo requieren”, profundizó.
LA BOSTA ADECUADA.
Lo que se ve es que “algunas vaquillonas de 1 a 2 años, que son las que pasaron mal desde el nacimiento porque son hijas de la seca, tienen menor peso que en años anteriores” en un volumen de “20, 30 y hasta 40 kilos menos en esa categoría”.
Es una categoría que si esperamos a último momento a darle kilos, “ese aumento en el peso no se corresponde con el desarrollo sexual del animal, y por lo tanto vamos a llegar al entore y no se van a alzar, por lo que es importante prestarle atención desde ahora, que además tenemos pasto”.
Hay indicadores que no se pueden obviar. Por ejemplo, la bosta, “cuando es dura, indica que le falta proteína al animal”. Para corregir eso se puede llevar la vaquillona “a otro potrero y que la bosta quede un poco más chirla, que se forme un pastel y al pasarle la suela del zapato por arriba la bosta quede brillante, indicando el adecuado nivel de proteína”, explicó.
Foto de portada: establecimiento San José de Solís, de Juan Pedro Etchepare y Virginia Abril, en Canelones. Foto Plan Agropecuario.
Con la exportación en pie se complementa la salida de animales para faena llevando el porcentaje de extracción (las cabezas salidas del sistema sobre el stock inicial) a valores interesantes.
Montevideo | Todo El Campo | El Ing. Agr. Esteban Montes del Plan Agropecuario analizó y comentó la exportación de ganado en pie, una herramienta comercial vigente que da estabilidad a la ganadería.
En su análisis semanal en el programa Diario Rural (CX4 Rural), el técnico del Plan Agropecuario dijo que en la última semana (del 17 al 23 de marzo) se faenaron 45.169 vacunos, el promedio de la faena semanal es de 44.800 y obviamente uno quisiera un poco más, pero evidentemente hay algo de retención de ganado por parte de los productores, a pesar de que se está faenando a buen ritmo.
EXPORTACIÓN EN PIE.
Respecto a la exportación de pie, dijo que si miramos para atrás, tenemos los ciclos ganaderos: cuando el ganado aumentaba mucho, cualquier problema a cualquier nivel provocaba una caída de precios con alzas y caídas que favorecían mucho la especulación, con gente que hizo mucha plata comprando ganado barato y vendiéndolo caro.
Además, en ese momento los campos eran una suerte de lugar de reserva del ganado para después vender y ganar cuando el precio subía. Eso se daba porque el mercado era exclusivamente interno, precisó.
Cuando se abre la exportación en pie esa situación comienza a cambiar, se revierte totalmente, y la exportación en pie pasa a ser un precio piso a los valores ganaderos internos. Eso es lo que está pasando en los últimos años.
Observó que si se analiza la situación, en 2023 la exportación en pie fue de casi 300.000 reses, un nivel bastante interesante si pensamos que el año con mayor cantidad de exportación en pie fue en 2018 con más de 400.000 reses.
El año pasado tuvimos la particularidad que Turquía volvió a tomar los valores anteriores y el 93% del ganado en pie fue a ese destino, a diferencia de 2021 y 2022 que fue China un agente importante con compras de casi la mitad del ganado. Años anteriores también estuvo Egipto y algo compró el Líbano. Pero lo más importante es que China que representaba el 90% y 80% pasó a ser apenas el 40% y 30% en los años 2021 y 2022, respectivamente.
Turquía, además de operar el 93%, lo hace con valores que en la perspectiva del tiempo se mantienen constantes. Si bien respecto a 2022 el precio por kilo cayó en forma importante, los precios por cabeza están en el entorno de los US$ 280 o US$ 290. En definitiva, la exportación en pie ha sido una válvula de salida del ganado cuando la demanda supera la oferta y eso le ha dado permanencia al precio del ternero que desde el 2011 hasta ahora tiene una variabilidad del 10% lo que señala la estabilidad al negocio y ha permitido que se implementen tecnologías que eran conocidas por los productores pero no se aplicaban porque no se daban las condiciones para hacerlo.
Desde 2011 para atrás la variabilidad del precio del ternero era del 35%, entonces la pregunta es quién puede invertir fuertemente en un negocio que tiene esa variabilidad.
A partir de 2011 hasta ahora se están dando condiciones más propicias para que se invierta y se apliquen las tecnologías.
Además, con la exportación en pie se complementa la salida de animales para faena llevando el porcentaje de extracción (o sea las cabezas salidas del sistema sobre el stock inicial) a valores interesantes. Lo mejor que le puede pasar a cualquier negocio es que el producto se venda en buena forma.
En el ejercicio 2021/2022 la faena fue de 2,75 millones de cabeza, la exportación en pie prácticamente no operó porque no podía competir con los precios internos. Quiere decir que cuando la situación funciona, cuando hay una faena importante a valores buenos, la exportación en pie no tiene posibilidades de prosperar, apuntó.
Este año la relación flaco-gordo es de 1,30, con la cual los invernadores se empiezan a sentir bastante incómodos y con mucha cautela en las compras, sin embargo la exportación en pie está operando. O sea que tiene condiciones de lograr mejores precios, con la relación dicha (1,30) que es complicada para el negocio del invernador.
Hoy la salida en pie está operando a buenos niveles de precios y eso es saludable sobre todo para el sector criador, en un año de baja oferta de terneros porque la producción es de unos 2,5 millones, y además se está viendo alguna retención.
Creemos que para el invernador la situación va a ser algo complicada, lo que pasa es que el negocio del invernador está en la comercialización del ganado y en la ganancia diaria. Sin embargo llega un momento en que el invernador cuando tiene el animal pronto especula un poco entre la compra y la venta, hasta que ve que está perdiendo la otra pata que es la ganancia diaria, por lo que sale a comprar y empieza con ganancias más importantes que tener el gordo aguantándolo.