Informe de la FAO en base a nuevo estudio dirigido por esa Organización revela que los sistemas agroalimentarios proporcionan empleo directo a 1.230 millones de personas.
Montevideo | Todo El Campo | Cerca de 1.230 millones de personas trabajaban en los sistemas agroalimentarios de todo el mundo en 2019, y más del triple de esa cifra, o casi la mitad de la población mundial, vive en hogares vinculados a los sistemas agroalimentarios, según una nueva investigación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
De estos 1.230 millones de personas, 857 millones se dedicaban a la producción agrícola primaria, mientras que 375 millones trabajaban en los segmentos no agrícolas de los sistemas agroalimentarios.
Las nuevas cifras, que constituyen la primera estimación mundial sistemática y documentada de este tipo, proceden de diversas fuentes e incorporan el empleo a tiempo parcial o estacional, muy extendido en el sector. Además, se hace referencia a los sistemas agroalimentarios en lugar de a los sectores agrícolas, lo que refleja la creciente importancia de las actividades no agrícolas en la alimentación de la población mundial, que actualmente asciende a 8.000 millones de personas y sigue creciendo.
“Las agendas de políticas y prácticas a nivel nacional y mundial deben abordar y están abordando los desafíos a los que se enfrentan los sistemas agroalimentarios de forma integrada, y para estar a la altura, los datos deben ir más allá de enfoques basados en la compartimentación (como datos sobre el empleo agrícola) e incluir todo el proceso, desde la producción de alimentos, pasando por su procesamiento y transporte, hasta el consumidor: todo lo que hay detrás de lo que comemos”, aseguró el Sr. Ben Davis, director de la División de Transformación Rural Inclusiva e Igualdad de Género de la FAO y principal autor del informe.
“Para que los sistemas agroalimentarios sean sostenibles es necesario tener en cuenta la nutrición, la salud y el cambio climático”, añadió.
El estudio, titulado “Estimating Global and Country Level Employment in Agrifood Systems” (Estimación del empleo a nivel mundial y nacional en los sistemas agroalimentarios), se publicó como documento de trabajo de la División de Estadística de la FAO.
En su elaboración han participado, además de un equipo de la Organización, la Sra. Kate Schneider, de la Escuela Paul H. Nitze de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins; la Sra. Ramya Ambikapathi, del Departamento de Desarrollo Global de la Universidad Cornell; y el Sr. Paul Winters, de la Escuela Keough de Asuntos Globales de la Universidad de Notre Dame.
En el estudio se adopta un enfoque armonizado que utiliza modelos econométricos basados en datos de la Organización Internacional del Trabajo y validados con encuestas por hogares de la base de datos del Sistema de información sobre medios de vida rurales (RuLis) de la FAO, como se explica en el documento de trabajo.
CONCLUSIONES PRINCIPALES
Asia es el continente en el que hay más personas empleadas en los sistemas agroalimentarios, 793 millones, seguido de África, con casi 290 millones.
La mayoría de la población económicamente activa de los países de ingresos bajos, especialmente en África, tenía al menos un empleo o ejercía una actividad en los sistemas agroalimentarios.
Si se incluyen las actividades comerciales y de transporte pertinentes, el 62% del empleo en África corresponde a los sistemas agroalimentarios, frente al 40% en Asia y el 23% en América.
La proporción del empleo en los sistemas agroalimentarios sobre el empleo total que no se encuentra directamente en los sectores agrícolas oscila entre el 8% en Europa y el 14% en África.
En la mayoría de los países sobre los que se dispone de datos en el RuLis, los jóvenes, definidos como personas de entre 15 y 35 años, representan alrededor de la mitad de todos los trabajadores del sistema agroalimentario, y su porcentaje suele ser mayor en la transformación y los servicios alimentarios.
De los 3.830 millones de personas que dependen de los sistemas agroalimentarios para su sustento, 2.360 millones viven en Asia y 940 millones, en África.
El primer año de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (Covid‑19) provocó una reducción del 6,8% en el número de personas empleadas en los sistemas agroalimentarios. Las repercusiones de la Covid‑19 fueron mayores en América Latina, donde el empleo descendió un 18,8%.
El 13 de abril, la FAO publicará un informe pionero titulado “Status of Women in Agrifood Systems” (Situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios), en el que los datos sobre empleo en los sistemas agroalimentarios del documento de trabajo se desglosan por sexo.
ANTECEDENTES.
La medición exhaustiva del empleo en los sistemas agroalimentarios ofrece información valiosa para los responsables de la toma de decisiones, y la FAO espera reunir el apoyo necesario para convertir las últimas investigaciones en una serie continua de datos estadísticos.
Los sistemas agroalimentarios abarcan la producción agrícola primaria de alimentos y productos no alimentarios, la producción de alimentos de origen no agrícola, la cadena de suministro de alimentos del productor al consumidor y el consumidor final de alimentos. En todo el mundo, estos sistemas producen unos 11.000 millones de toneladas de alimentos cada año y constituyen la columna vertebral de muchas economías.
Datos sólidos de este tipo son esenciales a fin de velar por que la transformación de los sistemas agroalimentarios genere nuevos puestos de trabajo, sobre todo en los países de ingresos bajos con una población joven numerosa, y que lo haga de forma equitativa.
A medida que los países se desarrollan, la proporción de empleo en los sistemas agroalimentarios disminuye. Esto se debe principalmente a una reducción del empleo en la agricultura. Conforme los países pasan de un nivel de ingresos más bajo a uno más alto, el porcentaje de la mano de obra de los sistemas agroalimentarios que se dedica directamente a la agricultura suele disminuir, mientras que aumenta el que se dedica a empleos no agrícolas en la elaboración de alimentos, los servicios, el comercio y el transporte.
La FAO también constató que el cómputo de las personas dedicadas a actividades laborales secundarias o a actividades agrícolas domésticas —como un maestro de escuela a tiempo completo que cultiva en sus tierras productos para la venta— en los sistemas agroalimentarios supone un incremento medio de alrededor de un 24% en el número de personas cuyos medios de vida dependen de dichos sistemas.
Montevideo/TodoElCampo-El balance del año 2022 es positivo, señaló el director de Empleo del Ministerio de Trabajo, Daniel Pérez. Además, reconoció que se aspira a mejorar los registros, que la tasa de empleo alcanzó niveles superiores a los de 2019, año previo al comienzo de la pandemia por COVID-19. También indicó que en el primer año de la Ley de Promoción del Empleo se acordó con empresas para la inserción de personas de sectores vulnerables.
Montevideo/TodoElCampo-Daniel Pérez, en diálogo con Comunicación Presidencial, destacó que los datos de empleo muestran un nivel de recuperación importante. Sobre finales del año 2021 se alcanzaron niveles de recuperación prepandemia y en 2022, aunque se aguardan las cifras a ejercicio cerrado, se estima que la tasa de desempleo se sitúe por debajo del 8%, lo que significa, por lo menos, un punto menos de lo registrado en 2019, último año sin emergencia sanitaria por COVID-19 y cierre de la administrasción anterior.
En cuanto a la tasa de actividad, también registra niveles similares a los prepandemia y la tasa de empleo incluso superior. El jerarca agregó que, si se compara la cantidad de personas con trabajo, actualmente hay 35.000 más que las que se encontraban ocupadas en 2019.
Asimismo, hizo referencia a la Ley de Promoción del Empleo, por la que los datos son auspiciosos. Durante el primer año se alcanzaron niveles similares e, incluso, en algunos casos superiores a los registrados en el último año antes de la emergencia sanitaria, lo que permitió focalizar las acciones en los jóvenes menores de 24 años, que integran el grupo con mayor índice de desempleo.
Además, sostuvo que se generaron convenios para brindar más apoyo a las empresas que contratan personas con vulnerabilidad, como personas en hogares en situación de pobreza, afrodescendientes, personas trans, víctimas de violencia de género, inmigrantes, así como quienes se encuentran en proceso de reinserción en la sociedad.
El director de Empleo manifestó que estos acuerdos generados durante el 2022 se intensificarán durante 2023 y prevé lograr que las empresas, mediante los beneficios disponibles, incorporen a personas pertenecientes a estos colectivos. https://www.youtube.com/embed/NmWbrK_OUis?rel=0
Montevideo/TodoElCampoEl salario mínimo nacional aumentará 9% desde enero de 2023, con lo que se ubicará en 21.106 pesos. Esta acción fue comunicada por el secretario de Estado al Consejo Superior Tripartiro, en acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas. “Va a estar por encima de la inflación ocurrida en el año”, valoró.
Mieres, puntualizó que por tercer año consecutivo el Gobierno establece un incremento del salario mínimo nacional por encima de la inflación y que ello descarta la disminución del poder adquisitivo de los trabajadores.
Además, valoró que este indicador sirve de pauta para todos los sectores de actividad y que incluso es tomado por el mercado laboral informal en muchos casos. “En general, en el trabajo formal, los laudos salariales están por encima del salario mínimo”, señaló.
En cuanto al índice medio de salarios. Sostuvo que el Gobierno esperará a que finalice el año para evaluar de qué forma cierra el índice de precios al consumo (IPC). Entonces se establecerá el nuevo indicador de salarios.
Asimismo, adelantó que en julio de 2023 se efectuará la décima ronda de salarios. Para la que el Poder Ejecutivo prevé presentar una propuesta de recuperación que complete el proceso desarrollado en este sentido.
Sobre este punto, recordó que el sector público ya logró un acuerdo que se completará en los años 2023, 2024 y 2025. Sobre el sector privado, indicó que su heterogeneidad hace que el análisis deba ser pormenorizado, ya que la situación es variada.
“Uno de los datos más llamativos del comportamiento del empleo en la pandemia” es que los hombres sufrieron más el desempleo que las mujeres, y se recuperan más lentamente.
El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) presentó el análisis del mercado de trabajo a partir de la Encuesta Continua de Hogares en el cual presenta detallados indicadores sobre la situación laboral del país.
A forma de resumen, CED destaca que en la comparación del mercado laboral por sexo de 2020 con 2021, “el empleo en las mujeres cayó en menor proporción que en los hombres, mientras que en 2021 vs 2020 también se recuperó de forma más rápida”.
La franja etaria de entre 18 a 24 años “registró una pérdida neta de 22.000 empleos entre 2019 y 2021”.
Los departamentos donde “más se crearon empleos” fueron Durazno y Maldonado; en tanto que el desempeño más magro fue de Montevideo y Soriano.
“La Encuesta Continua de Hogares (ECH) es por excelencia la más importante fuente de datos socioeconómicos del Uruguay” porque los microdatos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) “brinda la posibilidad de explorar en datos que son publicados una vez al año”, explica el informe de CED.
En el período julio-diciembre 2021 el INE “corrigió al alza los números de empleo”, en ese año “se crearon en promedio 59.000 empleos con relación a 2020 (aproximadamente 10.000 más que las cifras iniciales). Dicho cambio se dio en niveles, pero no afectó las variaciones mensuales reportadas regularmente”.
Por otra parte, si se compra con 2019, “el número de ocupados fue prácticamente idéntico, por lo que puede afirmarse que en promedio Uruguay había recuperado la casi totalidad del empleo durante la pandemia (60.500 en 2020)”.
“UNO DE LOS DATOS MÁS LLAMATIVOS”: LOS HOMBRES FUERON MÁS AFECTADOS QUE LAS MUJERES.
El CED destaca como “uno de los datos más llamativos del comportamiento del empleo en la pandemia” que los hombres sufrieron más el desempleo que las mujeres.
En 2020 vs 2019 “el empleo en las mujeres (-3,4%) cayó en menor proporción que en los hombres (-4,0%), mientras que en 2021 vs 2020 también se recuperó de forma más rápida (4,5% vs 3,2%)”. Llevado a números, resulta que “el número de ocupadas mujeres para el promedio de 2021 fue superior en 7.000 respecto al 2019, mientras que los ocupados hombres aún no recuperaron la totalidad del empleo perdido (8.000 empleos menos que en 2019)”.
Sin embargo hay que subrayar que “las mujeres presentan estructuralmente peores indicadores en el mercado laboral”.
LOS JÓVENES.
Los microdatos de la ECH “surgieren que la pandemia habría acentuado los problemas de empleo juvenil” con la franja de 18 a 24 años perdiendo 22.000 empleos entre 2019 y 2021. Ese es “el único tramo etario junto con las personas de 14 a 17 años y de 65 o más que no lograron recuperar la totalidad del empleo perdido en pandemia”
DISTRIBUCIÓN DEL EMPLEO.
Aunque en 2020 “se desconoce cómo fue la distribución sectorial del empleo”, es posible “reconstruir parcialmente la película con los datos de 2019 y 2021”, explica el documento, y agrega: “La pandemia no parece haber cambiado estructuralmente la distribución del empleo por sector de actividad”.
El informe del CED subraya que en el sector Informática y Comunicación se habrían creado unos 10.000 empleos netos en los últimos dos años, la mayoría en el área metropolitana.
Por otra parte, la Administración Pública y Defensa creó unos 15.000 empleos “lo cual dada la evolución reciente del número de trabajadores estatales (reportada por la ONSC), debería responder casi íntegramente al plan ABC de la Intendencia de Montevideo y al programa de Jornales Solidarios que se inició en junio de 2021”, observa el texto.
Los jornales “claramente también tiene una incidencia positiva en el número de empleos creados en los departamentos del interior (11.000 de 15.000 empleos del programa fueron en el interior)”.
“Respecto a los sectores más intensivos en mano de obra, la Industria recuperó en 2021 los niveles prepandemia, mientras que la Construcción (-6.500), el Comercio (-6.000) y el Agro (-4.000l) se ubicaron levemente por debajo, siempre referenciando a promedios anuales. Sin embargo, en la comparación semestral (del segundo semestre respectivo), estos dos últimos se situaron en torno al nivel prepandemia en línea con los datos de actividad de Cuentas Nacionales”.
“También se destacaron las Actividades profesionales, técnicas y científicas (+4.000), Enseñanza (+6.000), Salud y cuidados (+6.000), Actividades Profesionales, científicas y técnicas (+4.000), Actividades Administrativas (+2.500) y otros Servicios (+1.500).
Por último la Construcción. “Parece contra intuitivo que no se haya retomado al nivel prepandemia cuando los datos de cotizantes a la seguridad social indican que el sector opera en los máximos niveles desde 2015 al influjo de la construcción de UPM (y sus obras conexas) así como los proyectos de vivienda promovida. La razón de fondo, es que la Construcción como rama de actividad según la clasificación internacional CIIU es mucho más abarcativa”.
El pasado 24 de enero, el Poder Ejecutivo dictó el Decreto Nro. 38/022, que aprueba el protocolo de actuación general para trabajadores rurales (en adelante el Protocolo) cuando ocurran fenómenos meteorológicos adversos.
Por Decreto 38/022 el Poder Ejecutivo estableció el protocolo de actuación general para trabajadores rurales cuando ocurran fenómenos meteorológicos adversos. La consultora KPMG publicó en el último Monitor Semana de fecha 31 de enero los detalles de la nueva disposición.
Se busca generar medidas preventivas para evitar accidentes a causa de tareas desarrolladas durante las condiciones climáticas adversas. Los responsables de su cumplimiento son los empresarios, encargados o capataces que deben difundir y hacer cumplir el protocolo a todos los trabajadores a su cargo.
Algunas de las medidas preventivas indicadas refieren al cruce de cursos de agua a caballo para lo cual el trabajador deberá usar chaleco salvavidas; y se insta a quienes deban cumplir tareas que porten teléfono celular a efectos de que puedan comunicarse ante cualquier emergencia, contando con el número del empleador, la Policía, Bomberos y emergencia médica.
EL INFORME DE KPMG.
El pasado 24 de enero, el Poder Ejecutivo dictó el Decreto Nro. 38/022, que aprueba el protocolo de actuación general para trabajadores rurales (en adelante el Protocolo) cuando ocurran fenómenos meteorológicos adversos.
Cuando existan estos fenómenos y comprometan la seguridad de los trabajadores rurales, se dispondrá por parte del empleador la suspensión de las tareas involucradas que conlleven riesgo, mientras subsistan tales condiciones. El empleador podrá sustituir dichas tareas por otras que no impliquen riesgo, mientras persistan dichas condiciones.
El Protocolo es un lineamiento general aplicable a todos los establecimientos, sin perjuicio de que los empresarios lo adapten a su propia realidad en función de los fenómenos meteorólogos, las características del establecimiento, el lugar, así como la experiencia de la que ya se disponga frente a dichos fenómenos, adoptando protocolos específicos.
El Decreto establece que los protocolos específicos que se elaboren deberán contener como mínimo:
a) Las medidas a adoptar en función de los diferentes fenómenos meteorológicos y sus consecuencias.
b) Sistemas de comunicación para casos de emergencia.
c) Planes de emergencia y contingencia.
ANEXO.
El Decreto también contiene por Anexo el Protocolo General, del cual comentamos los principales aspectos:
Condiciones climáticas adversas – Se consideran condiciones climáticas adversas a las lluvias, vientos, tormentas eléctricas u otros fenómenos que por su magnitud comprometan la seguridad de los trabajadores rurales.
Objetivo – Contar con medidas preventivas para evitar accidentes a causa de tareas desarrolladas durante las condiciones climáticas adversas.
Alcance – Se aplica a todas las actividades que se desarrollen en la intemperie y expuestas a las condiciones climáticas adversas.
Responsables – Son responsables el empresario y encargado o capaz. A su vez, tienen a su cargo la tarea de difundir y hacer cumplir el protocolo a todos los trabajadores que se encuentren a su cargo.
MEDIDAS PREVENTIVAS.
El Protocolo establece una serie de medidas preventivas, entre ellas:
– El trabajador rural debe conocer las condiciones generales del terreno donde realiza las actividades.
– Utilizar los elementos de protección personal ajustados a las condiciones climáticas adversas.
– En caso de tormentas eléctricas, evitar trabajos cerca de árboles, antenas, tendidos eléctricos, no permanecer en terrenos llanos, no correr y mantenerse a distancia de los alambrados.
– Evitar el uso de herramientas metálicas manuales y de equipos metálicos mientras dure la tormenta eléctrica.
– En caso de rayos, granizo, o fuertes vientos, si el lugar en que encuentra el trabajador puede representar un riesgo para su integridad física, se deberá suspender la actividad a la intemperie y buscar un lugar de resguardo.
– Ante eventuales crecidas de ríos, arroyos, cañadas, canales y lagunas, provocadas por lluvias intensas y persistentes, para el caso que fuera necesario realizar tareas a caballo, que impliquen el cruce de cauces o movimiento de ganados en zonas inundables, se deberá utilizar chaleco salvavidas. En todos los casos se deberá comprobar previo al cruce, que los cauces de agua permiten el cruce a caballo.
– Disminuir la velocidad al conducir vehículos o maquinarias y circular con luces encendidas.
– Deberá recomendarse a los trabajadores salir a cumplir sus tareas portando su celular a efectos de que puedan comunicarse ante cualquier emergencia y se les deberá proporcionar a los trabajadores el número de teléfono o celular del empleador, de la seccional policial, Bomberos y de la emergencia médica.