Estados Unidos ha tenido un fuerte crecimiento en las exportaciones lácteas hacia Chile, y el potencial es muy grande, según un artículo del Consejo de Exportadores de Lácteos de Estados Unidos.
Desde el sábado 24 de setiembre, hasta el sábado 1° de octubre, el Consejo de Exportadores de Lácteos de Estados Unidos (Usdec), lidera un grupo de productores de leche estadounidenses en una misión de investigación y construcción de relaciones a Chile. El grupo planea reunirse con importadores, clientes, granjeros y organizaciones lácteas y alimentarias para discutir planes para el crecimiento del sector lácteo de beneficio mutuo.
La elección de Chile no es caprichosa.
Para los productores estadounidenses, en los últimos años se demostró la importancia crítica de diversificar los mercados de exportación de productos lácteos, y Chile es uno de los países de mercados emergentes prometedores que serán cada vez más vitales para el avance de las exportaciones de lácteos de EE.UU.
Krysta Harden, presidenta y directora ejecutiva de Usdec, dijo que esa institución “reafirma la importancia de diversificar los mercados de exportación” de su país, y recordó cuando “en 2020 México era nuestro mercado número uno y fue golpeado primero por la recesión y segundo por la ola inicial de la pandemia Covid-19”.
En 2020 las exportaciones de lácteos de EE.UU. a México se desplomaron, cayeron un 15% (-84.313 TM). Pero Estados Unidos compensó con creces esa pérdida con un aumento del crecimiento en el sudeste asiático, donde los envíos de productos lácteos aumentaron 26% (+118 781 TM).
“Ese aumento histórico en el sudeste asiático solo fue posible gracias a los años de trabajo de los proveedores estadounidenses y de Usdec con los consumidores de esa región del mundo para elevar el perfil de los productos en los mercados clave, establecer relaciones, realizar investigaciones sobre las preferencias y necesidades de productos regionales, e invertir en sistemas y productos para satisfacer esas necesidades”, dijo Harden.
Pero el sudeste asiático no fue el único país o región, precisó: “Chile es otro de los mercados que mejoró durante la pandemia a un ritmo que nadie esperaba. Específicamente ayudó a llenar un vacío para los proveedores de lácteos de EE.UU. en queso”.
CRECIMIENTO DE EXPORTACIONES A CHILE: 56% EN VOLUMEN Y 35% EN VALOR.
Entre 2016 y 2021, en volumen, las exportaciones de EE.UU. a Chile crecieron un 56%. El valor de esas exportaciones creció un 35% a US$ 107 millones durante el mismo período.
El queso ha sido la estrella. Las exportaciones de queso de EE.UU. a Chile aumentaron un 68% entre 2016 y 2021, y Chile se ha convertido en el quinto mercado de exportación de ese producto estadounidense.
A pesar de dicho crecimiento, las exportaciones totales de EE.UU. a Chile siguen siendo modestas. A diferencia de mercados más establecidos como México, los importadores, distribuidores, fabricantes de alimentos y bebidas y consumidores chilenos siguen estando menos familiarizados con Estados Unidos como proveedor de productos lácteos de calidad, confiable y de amplia cartera.
“Queremos comenzar a construir algunas de las relaciones como las que tenemos en México y otros lugares donde nuestras industrias trabajan juntas para aumentar el consumo, trabajar juntas tanto para mantener a los agricultores en la granja como para que sigan llegando nuestros productos”, dijo Harden. Agregó que “el consumo está creciendo y creemos que queda un espacio adicional significativo para que la industria nacional de Chile y las exportaciones de lácteos de EE.UU. crezcan juntas en el futuro”. En base a artículo de Paul Rogers del Consejo de Exportadores de Lácteos de los Estados Unidos – Usdec.
El proyecto lleva unos años y ha permitido formar metodología para poder estimar el balance de carbono a nivel predial.
En la ciudad de Osorno, sur de Chile, se realizó un seminario sobre el análisis de los sistemas agropecuarios del sur y el carbono, determinándose los avances que ese país ha logrado al respecto.
El seminario, denominado “Balance carbono en sistemas agropecuarios del sur de Chile, hacia la carbononeutralidad” se indicó que “existen predios en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos con más capturas de gases de efecto invernadero que emisiones”.
Determinar el balance de carbono en predios agrícolas y ganaderos, identificando medidas de mitigación que fortalezcan la generación de sistemas de producción carbono neutrales, fue el objetivo del proyecto de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) junto al Instituto Forestal (Infor).
Los resultados se dieron a conocer en el citado seminario y se determinó que “a pesar de las diferencias entre los distintos rubros y explotaciones en la zona sur hay predio agrícolas y ganaderos que ya son carbono neutrales”.
Francine Brossard, directora ejecutiva de FIA, explicó las investigaciones “para revisar las emisiones de carbono en algunos rubros importantes como la leche, la carne, los cereales”.
Además de FIA, INIA de Chile e Infor, también participaron agremiaciones como Fedeleche, Fedecarne, Consorcio Lechero, Corpcarne, Sofo y Avellanos Patagonia.
Francisco Salazar, investigador de INIA, dijo que el proyecto lleva unos años y “ha permitido formar metodología para poder estimar el balance de carbono a nivel predial, es un tremendo avance nacional e internacional”, consideró.
Lo establecido por la investigación es que la agricultura representa el 10,5% de la emisión de gases invernadero del total país, de los cuales, aproximadamente, dentro del sector agrícola y ganadero, 40% proviene de la fermentación entérica, 38% de suelos agrícolas y 17% por gestión de estiércol.
La región tiene agua suficiente, pero debemos dar certezas jurídicas de que todos tengamos acceso a ella”.
Santiago, Chile | Según entienden y así lo manifestaron algunas instituciones rurales chilenas, ese país debería crear una mesa del agua para tratar las urgencias de la agricultura y la ganadería respecto a ese vital elemento.
La idea surgió de las sesiones de trabajo que convoca al sector agropecuario en el contexto del “Pacto por una región sostenible e inclusiva”, y podría ayudar a perfilar el desarrollo de dos sectores productivos relevantes para la región de Los Lagos, ubicada en el centro sur de Chile y cuya capital es Puerto Montt.
Rodrigo Mardones, gerente de Agrollanquihue, una gremial rural de la provincia Llanquihue, en Los Lagos, ha destacado la necesidad de trabajar de forma específica en el tema del agua.
Cabe destacar la importante presencia de establecimientos ganaderos y agrícolas en esa región, particularmente el desarrollo de la lechería.
“Siempre hemos tenido una discusión a nivel nacional sobre el agua”, dijo Mardones. Y por ser “un tema tan importante”, creo oportuno que en el marco del Pacto generar unos spin off como una mesa del agua, que nos posibilite ponernos de acuerdo en cómo queremos utilizar el agua dulce”.
“Nosotros como agricultores que vamos a seguir teniendo muchos requerimientos de agua para riego, necesitamos saber a qué atenernos”, argumentó, y agregó: “¿Si hago un pozo profundo voy a tener la autorización o no para usar esa agua; voy a estar afectando el potencial derecho de un tercero? Esas son las cosas que tenemos que trabajar en esa mesa”.
“La región tiene agua suficiente, pero debemos dar certezas jurídicas de que todos tengamos acceso a ella”, enfatizó.
APOYO.
La directora regional de la Dirección General de Aguas (DGA), Fabiola Pizarro, apoyó el planteamiento de Mardones. Dijo que generar una mesa del agua es una buena idea además de necesaria.
“Hay muchos temas que son del agua y que se cruzan con diversos ámbitos, como los humedales o la gobernanza. Es necesario sentarse con diversos actores, de manera transversal, para llegar a algunos acuerdos”, sentenció.
En base a información de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche) y datos propios.
Además de la rapidez con la cual se llega al producto final, el producto es presentado como una solución para abaratar costos frente a los altos precios de los fertilizantes, además de reducir los gases de efecto invernadero que genera la basura.
Hébert Dell’Onte | Las subas del precio de los fertilizantes se han convertido en una amenaza para el sector productivo que debe ajustar el manejo para lograr rendimientos capaces de cerrar la ecuación en buena forma. Pero el problema no se agota en la producción, aunque es el productor el que hace uso de los fertilizantes, sino que se traslada a toda la cadena y quien termina siendo más afectado es, siembre el último eslabón de la cadena, el consumidor, que cuando va a comprar los alimentos se encuentra que los precios han aumentado.
Y de los consumidores, los más perjudicados son los económicamente más vulnerables que no que no pueden pagar y optan por productos de menor calidad para hacer rendir más su dinero.
Ese problema, descrito fácilmente en dos breves párrafos, es tema de preocupación de organizaciones locales, regionales y globales, pero también de todos los gobiernos del mundo: ¿Cómo hacer para que los precios de los insumos no terminen afectando el consumo de alimentos frescos y de calidad?
LOS NUEVOS FERTILIZANTES.
La empresa chilena Tequia podría ser parte de la solución.
Tequia creó un catalizador que desarrollar fertilizantes aptos para la producción agrícola partiendo de desechos orgánicos con lo cual libera a los productores de productos que hoy están caros y sobre los que en el corto, mediano y largo plazo hay mucha incertidumbre sobre la evolución de precios como de la disponibilidad.
Además la basura es generadora de gases de efecto invernadero, una rápida conversión de esos desechos en fertilizantes ayudaría también en el cuidado del medio ambiente.
Nos referimos a la solución “TCAS – CATA”.
Tequia está ubicada al sur de Chile, su producto acelera los tiempos en que desechos orgánicos se convierte en fertilizantes reduciendo la contaminación y nutriendo el suelo.
Cuando se señala que se reducen los tiempos, hay que considerar que naturalmente lo orgánico se convierte en nutriente en meses, pero TCAS-CATA lo hace en una hora.
Iván Vega, gerente de Tequia dijo que la innovadora tecnología es capaz de concluir el producto fertilizante partiendo de cualquier desecho de la industria.
El año pasado, el Gobierno Regional de Biobio informó que gracias a la tecnología de Tequia se logró transformar “cientos de toneladas de desechos orgánicos en un potente fertilizante para uso agrícola”, con lo cual “se evitó un grave problema ambiental en la zona”.
Un tema sobre el que habrá que investigar para conocer más sus beneficios.
En Uruguay no hay terremotos, no es novedad, pero cuando un material tiene la capacidad de comportarse adecuadamente frente a determinado fenómeno y en mejores condiciones que otros como el hormigón, genera un valor agregado que no puede pasar desapercibido.
En Chile -donde hay terremotos- se ha comprobado que la madera, debido a su mayor capacidad de deformación elástica y a su diseño sísmico centrado en la vulnerabilidad de las uniones por sobre la falla de la materia prima, ha demostrado que, ante una catástrofe de esas características, se presenta como un material improbable de colapso.
El sitio web Madera 21, de Chile, profundizó en el tema con Pablo Guindos, doctor de Ingeniería de la Madera y director del Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (Cenamad) de la Universidad Católica. El siguiente es el artículo de Madera 21.
Al recordar el clásico cuento de “Los Tres Cerditos”, del australiano Joseph Jacobs, la opción de la casita de madera se presentaba como una alternativa intermedia y no muy segura ante la arremetida del lobo y sus deseos por derribarla. La casa de ladrillo, en cambio, aparecía casi como una fortaleza imbatible, en medio de los resoplidos ya cansados del animal. Sin embargo, si lleváramos esa misma situación a la vida real y las tres edificaciones debieran enfrentarse a un terremoto de proporciones, el final de la historia sería bastante diferente. La vivienda de madera, quizás de manera sorprendente para muchos, sería el espacio más seguro al presentar más ductilidad que las de ladrillo y hormigón.
Lo anterior se explica debido a que las fuerzas sísmicas son proporcionales al peso del edificio, lo que desencadena en que las construcciones de madera están sometidas a fuerzas que pueden llegar a ser bastante menores que las de una cimentación normal. Otra ventaja fundamental es que esta materia prima tiene una gran capacidad elástica, lo que significa que se puede deformar bastante antes de que se produzca algún tipo de fallo. Hecho que no se produce en materiales tradicionales como el hormigón o, más genéricamente, en materiales minerales. Como consecuencia, estos últimos logran aguantar una deformación mucho más leve antes de que comiencen a producir grietas y rajaduras, lo que contrasta visiblemente con la ya mencionada cualidad de la madera.
Según explica el doctor en Ingeniería de la Madera Pablo Guindos, “lo que ocurre con la madera es que la energía sísmica se disipa por el medio de las uniones. Entonces, así, a grosso modo, uno puede entender que, cuantas más uniones tenga un edificio de madera, más va a disipar la energía. De esta manera, una ventaja muy clara de muchas tipologías constructivas de madera, es que tienden a haber muchas uniones y mucha redundancia. Es decir, hay muchos elementos estructurales en lugar de tener una gran viga, una gran columna o un gran muro, lo cual, al tener esta redundancia y muchas uniones, hace que se disipe mucho la energía. Ante esto, y a nivel global, se podría decir que, si una construcción de madera está bien diseñada, realmente es muy difícil que colapse”.
Teniendo en cuenta que la especialidad de Guindos es el diseño y la construcción con madera -especialmente en lo referente a edificios de mediana altura-, el hecho de destacar la baja probabilidad de derrumbe, si bien es un dato clave, no quiere decir que lo construido no sufra daños. De hecho, dependiendo de cómo haya sido pensada la obra a ejecutar, ésta puede sufrir antes o después las secuelas, ya sea por medio de sismos menores o terremotos potentes. En otras palabras, una edificación en madera sí puede sufrir daños, pero, tal como se ha demostrado en países como Japón, Nueva Zelanda, EE.UU. y Canadá, es altamente improbable que sufra un colapso debido a estas causas.
PRINCIPIO BÁSICO DE DISEÑO SÍSMICO Y TIPO DE MADERA.
Si una persona no está interiorizada en las bondades sísmicas de la madera y tuviera que elegir dos preguntas para obtener los datos clave, quizás éstas apuntarían a la forma de construir para evitar daños o derrumbes y al tipo de especie que se necesita para tales fines.
En cuanto a lo primero, para comprender el núcleo central de todo lo que se plantea, es necesario tener en cuenta el principio básico de una construcción con madera, la cual se resumiría en que, al diseñar sísmicamente, las fallas que se deben asegurar son las uniones y no las piezas. Más en concreto, se podría decir que tanto la madera como el hormigón se pueden agrietar y romper si se les exige demasiado, pero el metal, los clavos y los tornillos -las uniones en general- se pueden diseñar para que fallen de manera dúctil al momento de llegar al límite de su capacidad.
“Lo que sucede es que se deforman plásticamente y eso es lo que queremos cuando una estructura esté sometida, eventualmente, a un terremoto muy fuerte”, indica Guindos; siempre dejando en claro que la materia prima no es la que debe sufrir los efectos. “Queremos que la estructura no colapse, no se caiga y no se muera nadie, y eso, al utilizar madera, se garantiza habitualmente al asegurar que las que fallen sean las uniones y no las piezas del material en sí. Ése es el principio básico de diseño sísmico”, agrega el profesional.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿cuál sería la mejor madera para garantizar que el proyecto tendrá la eficiencia y seguridad requeridas? La respuesta es una madera densa, pues, mientras mayor densidad tenga ésta, más factible es que la falla sean los clavos, los tornillos y/o los pernos. Así, por lo general, este tipo de especies suelen ser mejores para resistir sismos de variadas intensidades, ya que se tendrá certeza de que, lo que reaccione, serán precisamente los conectores.
“Si tenemos madera que sea densa y poco resistente, lo que hacemos es meter conectores que sean delgados y que resistan poco. Si tenemos madera que es muy buena y que es resistente y muy densa, ahí lo que hacemos es que nos podemos permitir poner conectores de mayor tamaño. Éste es el principio básico. Es decir, que si yo meto conectores que sean proporcionales, que estén proporcionados con la calidad de la madera que tengo, yo siempre voy a poder tener un diseño sísmico solvente”, refuerza Guindos.
ESTUDIO TRAS TERREMOTO DE NORTHRIDGE Y NORMATIVA CHILENA.
Uno de los episodios sísmicos más importantes que ha sufrido Estados Unidos fue, sin duda, el terremoto de Northridge, en 1994. Éste causó 72 muertos, 12.000 heridos y pérdidas por más de 25.000 millones de dólares. Su impacto fue tan grande que, más allá de sus consecuencias materiales y humanas, se realizó un significativo estudio -probablemente, el más importante hasta la fecha, según Pablo Guindos- para analizar el desempeño y mejorar todo el sistema.
Dentro de sus conclusiones, y tras un exhaustivo peritaje de muchísimos edificios hechos a partir de múltiples materialidades, se destaca que las fallas graves en construcciones de madera fueron muy bajas, al igual que las muertes derivadas de ella. Incluso, se detectó que los principales fenómenos de daños no variaron mucho respecto a las causas que afectaban a otros materiales, como por ejemplo las plantas de edificios muy irregulares, las excentricidades añadidas o las aperturas muy grandes.
Dicho de otra manera, el estudio arrojó que no era la madera ni sus uniones las que tuvieron más deterioro, sino que más bien lo que está alrededor de ella, tales como revestimientos o volcanitas. Este dato no deja de tener fuerza, pues cerca del 90% de los mencionados daños se refieren a fallas no estructurales, dando cuenta de la fiabilidad de la madera ante un evento natural de esta naturaleza y magnitud. Sobre todo, al compararla con los severos daños del hormigón.
Respecto a la norma que controla el diseño sísmico de los edificios en Chile, podríamos decir que no existen límites de altura y que no discrimina en absoluto la norma estructural del material en sí, lo que, según Guindos, es injusto para la madera. ¿La razón? Que ésta, tanto en forma elástica como en forma inelástica, se puede deformar bastante más que otras materialidades y eso la norma no lo contempla. Por ende, se puede deducir que fue hecha para edificios de hormigón, los cuales fueron los primeros que se empezaron a construir; obligando al resto a subirse a las mismas condiciones.
“Aunque parezca increíble, no se contempla en la norma chilena”, señala Guindos; no sin antes asumir que, cambiar esa realidad, también es un bonito desafío para ellos mismos. “Es una restricción importante que requiere más estudios por nuestra parte; por los técnicos. Necesitamos más demostraciones para acabar convenciendo a los comités que hacen estas normas un tanto conservadoras; las cuales se entienden, pero carecen de toda lógica. Como ejemplo, pensar que una estructura de hormigón se puede deformar exactamente igual que una de madera. Hay muchos países donde, según el material que uno tenga, permiten que se deforme más o menos. Entonces, lo positivo es que da igual qué material sea, que uno le deja la altura que quiere y todo, pero, claro, al pedirse la misma deformación, a veces es una situación muy difícil para la madera”, finaliza.
Artículo de Felipe De la Cerda. Fotografía principal de Daniel Shearing en Madera 21.