La agricultura es el sector clave para solucionar la crisis ambiental.

La agricultura es el sector clave para solucionar la crisis ambiental.

El IICA fue invitado por la presidencia brasileña a participar en las reuniones de la Iniciativa Global sobre Economía del G20, que comenzaron este mes, cuya misión será acordar principios de alto nivel sobre bioeconomía.

Brasilia, Brasil | Todo El Campo | La agricultura debe contribuir a mitigar el cambio climático y a crear soluciones para el resto de los desafíos ambientales que enfrenta el planeta, al mismo tiempo que garantiza la seguridad alimentaria y nutricional del planeta y aporta al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), afirmó el científico Rattan Lal, máxima autoridad mundial en ciencias de suelo y embajador de Buena Voluntad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en una reunión del G20.

El G20 o Grupo de los Veinte, que reúne a los países con las mayores economías del mundo, es el principal foro de cooperación mundial para temas económicos, sociales y políticos. Su presidencia es ejercida este año por Brasil, uno de los países del continente que lo integra, junto a Argentina, Canadá, Estados Unidos y México.

Por su reconocido liderazgo en la transformación de la agricultura hacia una mayor productividad y sostenibilidad en el hemisferio occidental, el IICA fue invitado a participar en el encuentro de líderes científicos agrícolas (MACS), en Brasilia.

 Este grupo de trabajo del G20 reúne a ministros y altos funcionarios de agricultura de los países junto a organismos de cooperación técnica e investigación, con la finalidad de recopilar información sobre los recursos, capacidades e infraestructura del sector y debatir sobre su futuro.

El IICA también fue invitado por la Presidencia brasileña a participar en las reuniones de la Iniciativa Global sobre Economía del G20, que comenzaron este mes, cuya misión será acordar principios de alto nivel sobre bioeconomía que serán incluidos en la Declaración de Río, a ser adoptada por los jefes de Estado y de Gobierno a fin de año.

 Junto al profesor Rattan Lal, quien lidera junto al IICA la iniciativa Suelos Vivos en las Américas, el Instituto estuvo representado en la reunión del MACS, en Brasilia, por el director de Cooperación Técnica, Muhammad Ibrahim.

 Con el apoyo del ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, el encuentro fue organizado por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), institución pública que desde hace más de 50 año desarrolla tecnologías, conocimiento e información para el sector en el país sudamericano y que ha sido decisiva en el crecimiento de su productividad.

La presidenta de Embrapa, Silvia Massruhá, fue una de las oradoras en la reunión de líderes científicos agrícolas y señaló que la ciencia, tecnología e innovación son imprescindibles para garantizar el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles.

Massruhá se refirió al trabajo de Embrapa para impulsar el aumento de la productividad en Brasil en las últimas décadas, pero advirtió que “nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo de cerca de cinco millones de productores rurales en todo el país”.

En el encuentro también participó Deissy Martínez Barón, investigadora de agricultura y cambio climático del consorcio de centros de investigación en seguridad alimentaria CGIAR y la Alianza Biodiversity-CIAT, quien hizo un repaso de los más recientes avances científicos globales para sostener la seguridad alimentaria y la adaptación al calentamiento global.

Los científicos y funcionarios presentes en el encuentro también realizaron una visita de campo a Embrapa Cerrados, la unidad creada para visibilizar cómo se hace frente cotidianamente al desafío de hacer agricultura sostenible en el bioma Cerrado, epicentro del crecimiento agrícola brasileño.

PRODUCIR MÁS CON MENOS.

En su exposición, Lal señaló que la actividad agropecuaria debe satisfacer las demandas de una población mundial creciente, que se estima que llegará a 10.000 millones de personas en 2050, sin hacer uso de más recursos –tierra y agua, fundamentalmente- de los que usa hoy.

Debemos ir hacia una ecointensificación, que consista en producir más con menor uso de la tierra y que asegure más alimentos por unidad de agua, por unidad de fertilizantes y pesticidas y de energía utilizados y también genere menores emisiones de gases de efecto invernadero”, precisó.

Lal dio una detallada explicación de cuáles son las prácticas que deben promoverse para cuidar la salud del suelo, que favorezcan no solo una mayor productividad sino también una mayor eficacia en el secuestro de carbono, y que de esa manera conviertan a la agricultura en una herramienta para la mitigación del cambio climático.

El científico, Premio Mundial de la Alimentación 2020, también anunció ante el G20 el lanzamiento de la iniciativa Suelos Vivos en África, gracias a un acuerdo entre la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA) y el IICA. El programa se propone restaurar tierras degradadas y mejorar la resiliencia climática en los sistemas agroalimentarios africanos, como ha hecho el programa Suelos Vivos en las Américas, que Rattan Lal y el IICA llevan adelante desde 2020.

Las hambrunas, como las guerras, son tragedias creadas por el hombre. Debemos hacer que sean consideradas políticamente intolerables, moralmente tóxicas, éticamente impensables y humanamente inaceptables. Para ello, restaurar globalmente la salud de los suelos debe ser parte de la solución”, afirmó.

El director de Cooperación Técnica del IICA, Muhammad Ibrahim, expresó la solidaridad del organismo hemisférico de desarrollo agrícola con las víctimas de las devastadoras inundaciones en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, que evidencian el impacto destructivo del cambio climático.

Ibrahim explicó que el IICA ofrece a sus 34 estados miembros cooperación técnica para estimular la innovación y la adopción de tecnologías que favorezcan la resiliencia climática y trabaja en áreas como adaptación, biotecnologías, bioeconomía, biocombustibles, digitalización, secuestro de carbono en los suelos, uso y manejo de agua, fortalecimiento de capacidades para enfrentar plagas y enfermedades y comercio.

“La transformación de los sistemas agroalimentarios -apuntó Ibrahim- necesita un enfoque sistémico. El IICA trabaja para apoyar a los países a desarrollar una nueva generación de políticas que haga énfasis en la agricultura familiar y en la necesidad de presentar información basada en ciencia para que la agricultura sea parte de la solución al cambio climático y se nutra de prácticas que la hagan resiliente”. (IICA).

En la foto: Francisco Mello, gerente de Gestión del Conocimiento y Cooperación Horizontal del IICA; Rattan Lal, Premio Mundial de Alimentación 2020 y director del Centro de Manejo y Secuestro de Carbono Rattan Lal (C-MASC), de la Universidad Estatal de Ohio; Muhammad Ibrahim, director de Cooperación Técnica del IICA y Gabriel Delgado, representante del IICA en Brasil | Foto IICA.

Cargill dice que Brasil pierde la corona del maíz, pero sigue siendo un gran proveedor.

Cargill dice que Brasil pierde la corona del maíz, pero sigue siendo un gran proveedor.

La producción total de maíz de Brasil caerá en casi 21 millones de toneladas esta temporada.

Brasil | Todo El Campo | Brasil seguirá siendo un proveedor de maíz competitivo en los mercados globales gracias a otro año más de abundante producción, manifestó Paulo Sousa, director ejecutivo de la comercializadora de granos Cargill en el país.

Sin embargo, Brasil no mantendrá su posición como mayor exportador del mundo, que ganó el año pasado después de superar brevemente a Estados Unidos, sostuvo.

Actualmente Brasil cultiva el maíz “safrinha”, que se planta después de la cosecha de soja en las mismas áreas, y representa entre el 70% y el 80% de la producción nacional, dependiendo del año.

Sousa dijo que el maíz safrinha de Brasil tiene muy buen aspecto y nombró varias grandes regiones productoras brasileñas donde el cultivo se estaba desarrollando bien. La producción total de maíz de Brasil caerá en casi 21 millones de toneladas esta temporada, aunque todavía se espera que sea grande en comparación con lo que otros países son capaces de producir, según datos de la agencia nacional de cultivos Conab, indica The Poultry Site.

El maíz safrinha se exporta principalmente en el segundo semestre y compite directamente con el maíz estadounidense en los mercados mundiales. Según la Conab, Brasil exportará 31 millones de toneladas métricas de maíz en la temporada 2023/2024, muy por debajo de la anterior, cuando las exportaciones totalizaron cerca de 55 millones de toneladas, lo cual estableció un récord.

El mes pasado, Conab fijó la producción nacional total de maíz en 111 millones de toneladas para el ciclo actual, 16% menos que la temporada anterior, ya que los agricultores redujeron las siembras del primer maíz y del maíz safrinha.

El USDA pronostica que Estados Unidos exportará 53,34 millones de toneladas de maíz en el ciclo 2023/24. Brasil exportará 52 millones de toneladas de maíz en el mismo período. (El Sitio Avícola).

Brasil autorizó importar 1 millón de toneladas de arroz.

Brasil autorizó importar 1 millón de toneladas de arroz.

Las inundaciones de Rio Grande do Sul se registran desde finales de abril. Ese estado representa el 70% de la producción de arroz del país.

São Paulo, Brasil | Todo El Campo | El viernes 10 de mayo el Gobierno Federal de Brasil autorizó la importación, de manera excepcional, de hasta 1 millón de toneladas de arroz. El objetivo es reconstituir las reservas públicas para hacer frente a las consecuencias sociales y económicas derivadas de los fenómenos meteorológicos extremos ocurridos en Rio Grande do Sul, informó la Empresa Nacional de Abastecimiento (Conab).

Precisamente, Conab es la institución designada para hacer las operaciones de compra.

La medida se tomó a través de la Medida Provisional (MP) N° 1.217, publicada en una edición extra del Diario Oficial el 05/09.

La compra de arroz a través de subastas públicas, a precio de mercado, tiene vigencia para el año 2024. Las existencias se destinarán, preferentemente, a la venta a pequeños comerciantes de las áreas metropolitanas.

REVERTIR LA ESCASEZ SIN DESPROTEGER AL PRODUCTOR LOCAL.

Edegar Pretto, presidente de Conab dijo que además revertir la escasez de arroz en el país, con esta medida se logrará que el precio no suba por la especulación de alguien que quiere aprovecharse de la situación que el estado al sur del país, con inéditas inundaciones que han afectado ciudades y campos.

Las inundaciones de Rio Grande do Sul se registran desde finales de abril. Ese estado representa el 70% de la producción de arroz del país.

“También es importante decir que no vamos a traer todo a la vez para no competir con nuestra producción local. Tenemos que proteger a nuestros agricultores, pero tenemos mucho cuidado de que los precios no sean altos para los consumidores”, agregó Pretto.

“La Conab seguirá cumpliendo con su gran misión, que es garantizar el abastecimiento en el país”, enfatizó.

DISPOSICIONES INTERNAS.

Los ministerios de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar (MDA), Agricultura y Ganadería (MAPA) y Hacienda (MF) definirán, a propuesta de la Conab, las condiciones de compras del arroz que se importará, como la cantidad, los límites y formas de venta del producto, incluyendo la posibilidad de descuento.

También se autorizó a incluir, en las subastas, los costos relacionados con el precio de la bolsa y el traslado del producto a los lugares de entrega definidos por la Compañía.

La Medida Provisional también exime del requisito de certificación a que se refiere la Ley Nº 9.973, de 29/05/2000, que establece el sistema de almacenamiento de productos agropecuarios, lo que debería agilizar las operaciones.

Foto: campos inundados en Río Grande do Sul, Brasil | Latinamerican Post.

A pesar de tres años de sequía, en 2023 la producción agraria de UTU logró recaudar más de US$ 1,1 millón.

A pesar de tres años de sequía, en 2023 la producción agraria de UTU logró recaudar más de US$ 1,1 millón.

En 2019 las escuelas agrarias de UTU registraban déficit en sus cuentas. Eso cambió a partir de 2020, y en 2023 se logró una ganancia -gracias a la producción que realizan- de US$ 1,1 millón.

Montevideo | Todo El Campo | Gracias a la producción agropecuaria de las escuelas agrarias de UTU, por todo concepto de lo producido, esa institución obtuvo ingreso de US$ 2,9 millones, a lo que se le debe restar los egresos por diversos gastos, lo que resultó en 2023 con una ganancia bruta de US$ 1,1 millón.

En 2019 se había registrado un déficit de US$ 338.900; pero a partir de 2020, con el cambio de administración, comenzaron a registrarse ganancias: en 2020 fueron US$ 165.135; en 2021 de US$ 347.319; y en 2022 de US$ 269.920.

RÉCORD EN 2023: US$ 1.160.036.

La Dirección General de Educación Técnico Profesional – UTU presentó los ingresos recibidos en los últimos tres años por la producción de las distintas escuelas agrarias de todo el país, que suman US$ 1.160.036 en 2023.

El director general, Prof. Ing. Agr. Juan Pereyra valoró “el trabajo de todas las escuelas, de los equipos escolares, de los cargos, de las direcciones y del apoyo permanente por parte del, que son fundamentales para que esto se logre”.

Por otra parte, el director del Programa de Educación para el Agro de UTU, Ing. Agr. Juan Fitipaldo, dijo que en 2023 se logró mejorar “sustancialmente” los resultados que ya venían aumentando desde 2020, a pesar de la gran sequía que enfrentó el país ese año. La clave para llegar a esas cifras, está en la venta de la producción de las distintas escuelas agrarias, publicó UTU en su página web.

El objetivo de las escuelas agrarias no es producir para vender sino educar en las distintas formas de producción, no obstante, la venta de los productos permite autosustentarse y continuar creciendo y así poder llevar la educación agraria a más puntos del país.

PRODUCCIONES.

Las principales producciones agropecuarias de los centros de estudio de UTU son vacunos de carne, productos lácteos con 10 tambos funcionando que remite a varias empresas, entre ellas Conaprole, Claldy.

Además, en Colonia Suiza (Colonia), la escuela posee una fábrica de primer nivel que produce queso, que luego se comercializa en el local de ventas que posee UTU y, en otros casos, se comparte lo producido con otras escuelas.

También hay producción ovina.

En agricultura, las escuelas producen soja, trigo, arroz, y se trabaja en madera aserrando montes, lo que permite abastecerse de palos, piques y tablas que luego son utilizadas para mejorar la infraestructura de las escuelas y los espacios de producción como las mangas para el ganado, así como la reparación o el mejoramiento de los alambrados, entre otras cosas.

El conjunto, todos los proyectos de UTU, sumado al local de ventas que posee la institución, el ingreso total obtenido es de US$ 2,9 millones.

En 2023, considerando únicamente la producción agraria comercializada en el local de ventas, se recaudó US$ 299.865. Un 71,15% fue por productos lácteos, el 15,15% productos viníferos y el 6,6% por producción vegetal.

En tanto, del total de ingresos, el 37% fue por la producción de vacunos para carne, seguido de vacunos para leche (26,8%) y, en tercer lugar, un 21,5% de los ingresos fue por productos vegetales, principalmente por la producción de arroz.

Foto: soja en un campo educativo de UTU.

Complejo sojero argentino es de los más expuestos en las regulaciones europeas.

Complejo sojero argentino es de los más expuestos en las regulaciones europeas.

La UE es la principal importadora global de harina de soja, producto del que Argentina es el primer exportador mundial. La plataforma Visec toma más importancia ante las normativas europeas de deforestación.

Rosario, Argentina | Todo El Campo | En volumen como valor, el complejo sojero argentino es el más orientado al mercado de la Unión Europea (UE), lo cual lo expone ante las regulaciones, según un análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario.

El informe señala que en 2022, en las importaciones de la UE de porotos, harina y aceite de soja, Argentina tuvo una participación del 21% del volumen. Le siguieron Brasil (15,5%), Paraguay (11,5%) y Estados Unidos (7%).

Esos cuatro países juntos representan el 87% de las exportaciones globales de harina de soja de los últimos cinco años, cerca del 70% de las exportaciones mundiales de aceite de soja, y más del 93% del comercio global de poroto de soja.

Agrega que la elevada participación argentina en la UE se explica fundamentalmente por las exportaciones de harina. La UE es la principal compradora de este producto en Argentina, además de ser el principal importador del mundo.

La UE es el principal socio comercial del complejo soja argentino. El bloque europeo importa tres veces más harina de soja argentina que Indonesia o Vietnam, los países que ocupan el segundo y tercer lugar entre los destinos de las exportaciones argentinas de harina y pellets.

Argentina es el principal proveedor no europeo de aceite de soja para la UE, aunque con apenas en el 4% del consumo total del bloque.

Casi el 60% del consumo de harina de soja de la UE se abastece con importaciones, más del 80% del crush de soja se realiza con soja importada. La estructura exportadora de los complejos de soja de Brasil y Estados Unidos se muestra en la predominancia del poroto de soja. Entre estos dos países explican casi el 80% de las importaciones de poroto de soja de la UE.

Por otro lado, la industria aceitera de Argentina provee casi un tercio de las importaciones de harina de soja de la UE. En el promedio de los últimos cinco años, cerca del 70% de las exportaciones argentinas del complejo soja a la UE consistieron en harina de soja.

REGULACIÓN 1.115 DE LA UNIÓN EUROPEA.

El análisis tiene por contexto la pronta entrada en vigencia de la regulación 2023/1115. En ella, la UE busca que una serie de productos importados en los países del bloque no provengan de zonas deforestadas. Para Argentina, de entre estos productos se destacan los que derivan del ganado vacuno y de la soja, productos esenciales de las exportaciones argentinas.

La geolocalización y la trazabilidad de la producción emergen como insumos esenciales para el acceso al estratégico mercado europeo. No conforme con ello, múltiples proyectos legislativos en esta línea en otras partes del mundo dan aún más ímpetu a la importancia de avanzar en este sentido.

Por otra parte, la UEa es el principal destino de exportación del biodiesel argentino, producto actualmente excluido de las normativas europeas de deforestación. No obstante, la norma dispone que no más allá de junio del 2025 se hará una revisión de impacto, prestando especial atención a la posible inclusión de biocarburantes.

PLATAFORMA VISEC.

Con este contexto, Visec (Visión Sectorial del Gran Chaco Argentino), una plataforma destinada a asegurar embarques de soja y carne vacuna argentinas libres de deforestación, adquiere una importancia fundamental.

En base a nota de Guido D’Angelo y Patricia Bergero, Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) adaptada para Todo El Campo.

La tecnología genética tiene enorme potencial, pero las regulaciones son muy estrictas.

La tecnología genética tiene enorme potencial, pero las regulaciones son muy estrictas.

La agricultura, la seguridad alimentaria y el clima necesitan de las tecnologías de edición genética, y el aporte de ésta puede ser enorme, pero la limitan.

Montevideo | Todo El Campo | El Instituto Noruego de Investigación en Bioeconomía (Nibio) publicó en la revista científica Sciencenorway.no -también noruega- un artículo en el que aborda la importancia y utilidad de la tecnología genética, que a pesar de ser tan positiva en Europa se restringe su uso afectando la agricultura, la seguridad alimentaria y el clima.

El siguiente es el artículo completo.

LOS INVESTIGADORES CREEN QUE LA TECNOLOGÍA GENÉTICA TIENE UN ENORME POTENCIAL, PERO QUE LAS REGULACIONES SON DEMASIADO ESTRICTAS.

La comunidad investigadora cree que la tecnología de edición genética, como las tijeras genéticas Crispr, puede contribuir a una producción de alimentos más sostenible.

Dado que las regulaciones sobre tecnología genética ahora deben ser reevaluadas tanto en Noruega como en la Unión Europea (UE), los investigadores esperan un enfoque más científico y basado en evidencia de la ley.

Recientemente, 37 premios Nobel y 1.500 investigadores firmaron una carta abierta dirigida al Parlamento de la Unión Europea, en la que solicitaron regulaciones menos estrictas para el uso de la tecnología genética.

Los profesores noruegos y premios Nobel May-Britt y Edvard Moser estuvieron entre los que firmaron la petición.

Según la legislación actual noruega y europea, los productos editados genéticamente se clasifican como OGM, un organismo modificado genéticamente.

Estos productos deben someterse a un proceso de aprobación exhaustivo y costoso, a pesar de que son prácticamente indistinguibles de los productos convencionales.

LA LEY NO SE HA MODIFICADO EN 20 AÑOS.

Los investigadores de Nibio también esperan una relajación de la ley para permitir el uso de Crispr para abordar los desafíos en la agricultura, la seguridad alimentaria y el clima.

Ya están utilizando Crispr en proyectos relacionados con la vida útil de manzanas y lechugas, la eliminación de virus de plantas y el desarrollo de variedades de papa que son menos susceptibles.

Por el momento, no se pueden utilizar los resultados positivos.

“En febrero se cerró una audiencia pública sobre la modernización de la tecnología genética noruega, que no ha cambiado desde 1993”, dice Sjur Sandgrind, investigador de tecnología genética en Nibio.

La UE también está en proceso de hacer cambios. Sandgrind explica que la ley se volvió más estricta en la UE en julio de 2018.

“Hace casi seis años, se aprobó una ley en la UE que equiparaba la edición genética con los transgénicos. Como resultado, se hizo más difícil introducir productos Crispr en la agricultura”, dice.

Sandgrind ha investigado la edición de genes en plantas en la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU). Explica que la decisión de la UE de cambiar la ley se produjo apenas unas semanas antes de que comenzara su tesis doctoral.

“En Noruega, hemos tenido la misma ley todo el tiempo, pero en Suecia, las autoridades agrícolas permitieron el uso casi ilimitado de Crispr. Solo se requerían solicitudes estándar para ensayos de campo a pequeña escala. El cambio en la ley me obligó a modificar el método de mi tesis doctoral”, añade.

MÁS RÁPIDO Y SENCILLO.

Sandgrind afirma que el sentimiento general en la comunidad investigadora es que la legislación está desactualizada.

“Ha habido avances significativos en la tecnología desde 1993. En toda Europa, ha habido una estricta regulación contra los transgénicos. El argumento a favor de las nuevas herramientas, siendo Crispr la más conocida, es que se pueden utilizar sin introducir ADN extraño”, dice.

Además, añade que es posible conseguir los mismos resultados con Crispr que con los métodos de cría tradicionales, sólo que de forma más rápida y precisa. Muchos investigadores creen que no es muy práctico regular esta tecnología de forma rigurosa.

Crispr puede, entre otras cosas, hacer que las plantas sean más resistentes a las enfermedades, eliminar sustancias tóxicas y adaptarlas para hacer frente al cambio climático. Hay muchas investigaciones que muestran estas aplicaciones”, dice el investigador.

Sandgrind enfatiza que los beneficios potenciales de Crispr son significativos, lo que permite resultados más fáciles y rápidos. Señala que en el contexto de los mandatos para reducir el uso de pesticidas, una población en crecimiento y el cambio climático, Crispr podría ayudar a desarrollar plantas más sostenibles.

Cree que es un error regular en base al método. En su lugar, la atención debe centrarse en la evaluación de los riesgos de los resultados, no en los métodos. No es consciente de ningún riesgo inherente asociado con la tecnología en sí.

“Hoy en día, podemos tener dos plantas que son completamente idénticas: una está prohibida y la otra está permitida. Parece imprudente. Hasta ahora, la legislación no ha tenido en cuenta los avances tecnológicos ni la utilidad potencial de la tecnología cuando se utiliza correctamente”, añade.

MÁS RESISTENTE A LAS ENFERMEDADES.

Una de las áreas que se está investigando mucho es la mejora de la resistencia a las enfermedades en las plantas.

Con Crispr, se pueden desactivar selectivamente los genes que hacen que una planta sea susceptible a las enfermedades. También puede desactivar los genes que producen sustancias que no desea. Por ejemplo, al prensar la colza, te queda un pastel muy nutritivo pero concentrado con sustancias amargas. En lugar de que esta masa sea utilizable para la alimentación animal o humana, debe desecharse o diluirse. Con Crispr, las plantas de colza se han desarrollado con menos sustancias amargas, por lo que pueden usarse como alimento para animales”, dice Sandgrind.

Señala que la agricultura moderna está lejos de la naturaleza.

“Lo importante para una planta silvestre es sobrevivir en la naturaleza. Es diferente a la producción de alimentos. Las plantas silvestres producen toxinas para protegerse de insectos y enfermedades. En la producción de alimentos, queremos semillas grandes que sean comestibles, fáciles de cosechar y que no tengan sustancias tóxicas. Las plantas silvestres tienen características que son útiles en la naturaleza, pero que no queremos en la agricultura”, dice.

Según Sandgrind, todos los genes interactúan con otros genes y con el medio ambiente. Si desactiva un proceso, es posible que haya más de otro producto.

“Es por eso que necesitamos investigar, necesitamos investigación y pruebas. Es lo mismo que hacemos cuando desarrollamos variedades. No siempre obtienes el resultado que deseas de inmediato. Pero eso no significa que sean peligrosas por esa razón: las plantas no producen nuevas toxinas ni desarrollan conciencia”, dice.

PEQUEÑOS CAMBIOS, GRAN EFECTO.

Hoy en día, el desarrollo de nuevas variedades puede llevar entre 10 y 20 años. Las plantas se bañan en soluciones químicas o se exponen a una radiación que causa miles de mutaciones, que luego se pueden plantar.

“Hemos estado haciendo esto durante cien años, y comemos los productos todos los días. No hemos visto ningún riesgo para la salud. Esto es ampliamente aceptado, pero es un método engorroso. En principio, es como disparar con una escopeta y esperar acertar. Con Crispr, puedes reducir drásticamente el tiempo”, dice Sandgrind.

Cree que si se permite a los investigadores trabajar con Crispr, no necesitarán 10 años de proyectos y 50 personas para desarrollar nuevas variedades.

“Ofrece nuevas oportunidades para aquellos de nosotros financiados por los contribuyentes. Tenemos incentivos diferentes a los de los grandes actores agrícolas, y queremos utilizar la tecnología genética para desarrollar nuevas variedades vegetales que puedan beneficiar a la sociedad”, dice.

SALVAR EL MEDIO AMBIENTE Y LA ECONOMÍA.

En enero de 2024, Nibio puso en marcha un importante proyecto sobre el tizón tardío de la papa (una de las enfermedades más importantes del cultivo de papa en el mundo), utilizando Crispr en colaboración con Graminor, la NMBU y la Universidad de Ciencias Aplicadas del Interior de Noruega. El objetivo es hacer que las variedades de papa noruega sean más resistentes al tizón tardío.

Sandgrind señala que actualmente, los agricultores necesitan rociar una gran cantidad de pesticidas, lo que podría afectar la salud, el medio ambiente y la economía. Si bien es posible que no sea posible erradicar por completo el problema con Crispr, incluso una ligera mejora podría tener un impacto significativo en los yielsds y el uso de pesticidas.

“En Noruega también tenemos un clima único y nuestras propias variedades. Lo que es bueno para los pueblos de montaña de Gudbrandsdalen no es tan interesante para los que desarrollan variedades en los Países Bajos”, dice.

Nibio también está trabajando para mejorar la resistencia a la sarna en las manzanas.

“Son pequeñas manchas negras que se ven en las manzanas. Cuando las manzanas tienen costra, a menudo también contraen nuevas enfermedades», dice.

Por lo tanto, los fruticultores no obtienen el mismo precio por su cosecha, o hay menos rendimiento.

“También estamos analizando el dorado de la manzana. ¿Podemos desactivar el gen que hace que las manzanas se vuelvan marrones, para que puedan almacenarse mejor? La gente tira muchas frutas y verduras debido al oscurecimiento. También hemos empezado a trabajar en el pardeamiento de la lechuga y la resistencia a las enfermedades en la lechuga”, dice.

Sandgrind señala que, históricamente, solo las grandes corporaciones han empleado la tecnología genética para sus ganancias comerciales, a menudo con el pretexto de contribuir a un mundo mejor. Sin embargo, su objetivo principal sigue siendo la generación de beneficios, lo que lleva a desarrollos como los cultivos resistentes a los pesticidas, entre otras innovaciones controvertidas.

Al desarrollar manzanas con una mejor vida útil y papas que requieren menos pesticidas, estamos haciendo algo de lo que la gente ve el beneficio. Queremos demostrar que Crispr se puede utilizar para algo concreto que sea útil para Noruega y los consumidores noruegos”, dice.

IMPORTANTE PARA LOS PAÍSES EN DESARROLLO.

Sandgrind hace hincapié en que la tecnología es en realidad mucho más crucial a nivel mundial que para Noruega.

“En Noruega, tenemos un clima de nicho y no producimos muchos alimentos de origen vegetal. Tampoco somos los más afectados por el cambio climático y el crecimiento de la población. Aquí, estamos acostumbrados a encontrar todo lo que necesitamos en la tienda. A pesar de que vemos que los precios suben y nos quejamos de ello, estamos bien. Son pocos los que pasan hambre”, dice.

Por lo tanto, los beneficios directos son aún mayores para los países de otras partes del mundo.

“Estos países son más vulnerables al cambio climático y están experimentando un aumento drástico en la necesidad de producción de alimentos. También pueden usar más pesticidas”, dice.

En países donde la temperatura es de 40 grados centígrados y hace sequía, la adaptación de la producción de alimentos puede ser extremadamente importante.

“Las pérdidas de cosechas durante varios años en África y el sur de Asia serían catastróficas. Si el cambio climático hace que partes del mundo sean casi inhabitables y conseguimos que 100 millones de personas llamen a la puerta de Europa porque no pueden producir alimentos donde viven actualmente, la situación se vuelve aún más urgente”, dice el investigador.

Además, añade que la tecnología genética es ahora más fácil de usar que antes y puede aplicarse a cultivos como el mijo y la yuca, que son importantes en ciertas regiones. En la actualidad, estos cultivos no atraen grandes inversiones.

“Por lo tanto, el uso de la tecnología genética será aún más crucial para ellos. Muchos de estos países también tienen una visión más positiva de esta tecnología”, dice.

ELIMINAR VIRUS.

Carl Jonas Jorge Spetz en Nibio estudia los virus de las plantas. Ha utilizado Crispr en un proyecto para aprender más sobre un virus devastador en el trigo.

“Crispr se puede usar para eliminar virus, matar virus en las células y producir material vegetal limpio. Cuando una planta está infectada con un virus, es muy difícil y a veces imposible deshacerse de él”, dice.

Spetz explica que han creado sus propios vectores Crispr y los han insertado en células vegetales. La esperanza es que esto elimine el virus. Teóricamente, esto es posible, pero todavía están en fase experimental y aún no saben si tendrán éxito.

Sin embargo, siempre hay desafíos a la hora de buscar nuevas soluciones:

“El mayor desafío radica en la diversidad de virus. Hay miles de ellos. Hoy en día, utilizamos varios métodos diferentes para tratar de eliminar los virus de las plantas. A veces, uno de estos métodos funciona contra un virus, pero no contra otros. La belleza de Crispr es que ofrece un método único para lograr esto. Sin embargo, no es del todo sencillo; hay muchas variables involucradas que debemos considerar y ajustar”, dice Spetz.

HERRAMIENTA EN LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO.

Spetz también enfatiza que Crispr y la tecnología genética son herramientas versátiles que se pueden utilizar para diversos fines más allá de la edición de genes. Esto incluye iniciativas en tecnología verde destinadas a aumentar la captura de carbono.

“El riesgo es mínimo, y la edición genética tiene un enorme potencial para abordar diversos desafíos en la agricultura y la conservación del medio ambiente. En última instancia, la edición genética, incluida Crispr, ofrece soluciones innovadoras para mejorar la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la salud humana”, afirma.

Se puede utilizar para detectar virus dentro de las células y para diseñar plantas con rasgos específicos, como un mayor contenido de azúcar, explica el investigador.

La manipulación genética puede producir plantas resistentes. Sin embargo, cree que es igualmente importante desarrollar plantas con varios biosensores, por ejemplo, plantas que puedan detectar altas emisiones de dióxido de carbono.

“A través de la tecnología genética, podríamos dejar de usar plásticos. Podemos dejar de usar minerales. Podemos tener plantas que puedan detectar virus humanos. Imagina tener una planta de orégano. Cuando un día te sientes enfermo, tomas una hoja y la muerdes. Si cambia de color, estás enfermo. Hay innumerables cosas que podríamos hacer si se nos permitiera”, dice Spetz.

Sin embargo, subraya que el uso de Crispr para eliminar virus no da lugar a transgénicos.

“Pero los transgénicos son legales en muchos de los países a los que compramos productos, como Argentina y Estados Unidos, por lo que lo más probable es que ya los hayamos comido. En medicina, los transgénicos ya se utilizan ampliamente”, dice.

La insulina, por ejemplo, es un OGM (Organismo Genéticamente Modificado).

“En general, tenemos miedo de las plantas transgénicas. Creo que a la gente le preocupa que les haga daño si lo comen. Otros creen en la polinización cruzada; creen que si se planta un cultivo, una semilla se cruzará con una semilla nativa y matará todo”, dice Spetz.

Señala que este no es el caso y que el problema probablemente se debe en parte a malentendidos. Según el investigador, no hay documentación que demuestre que los alimentos transgénicos sean más peligrosos que otros alimentos. (Sciencenorway.no).

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