En las Américas, las personas y los antepasados de los perros de hoy comenzaron a formar relaciones cercanas hace 12.000 años, unos 2.000 años antes de lo registrado anteriormente.
Montevideo | Todo El Campo | “El día que me quede sin soldados, he de pelear con un ejército de perros cimarrones”, dijo el Gral. José Gervasio Artigas a Francisco Ramírez cuando éste le preguntó cómo pensaba enfrentar la invasión portuguesa a la Provincia Oriental. La frase revela muchas cosas a la vez, por ejemplo, la disponibilidad de Artigas de luchar hasta el final, la fiereza o valentía de la raza a la refiere, y por supuesto la fidelidad del perro, caracterizado principal de esa especie.
No hay dudas que nuestro mayor héroe (que también es el mejor de todos nosotros) conocía perfectamente la amistad incondicional de los perros, pero ¿cómo se hicieron amigos los humanos y los perros?, y ¿cuáles son las conexiones entre unos y otros en las Américas?, un estudio de la Universidad de Arizona dice que esa unión inquebrantable comenzó hace 12.000 años.
Un nuevo estudio dirigido por un investigador de la Universidad de Arizona está un paso más cerca de una respuesta sobre cómo los pueblos indígenas de las Américas interactuaron con los primeros perros y lobos.
El miércoles 4 de diciembre la revista científica Science Advances* publicó sobre las investigaciones en restos arqueológicos en Alaska y muestra que las personas y los antepasados de los perros de hoy comenzaron a formar relaciones cercanas hace 12.000 años, unos 2.000 años antes de lo registrado anteriormente en las Américas.
“Ahora tenemos evidencias de que los cánidos y las personas tenían relaciones cercanas antes de lo que sabíamos que tenían en las Américas” dijo François Lanoë, autor principal del estudio, profesor asistente de investigación en la Facultad de Antropología de la Universidad de Arizona en el Colegio de Ciencias Sociales y del Comportamiento.
Lanoë y sus colegas desenterraron una tibia, o hueso de la parte inferior de la pierna, de un canino adulto en 2018 en un sitio arqueológico de larga data en Alaska llamado Swan Point, a unas 70 millas al sureste de Fairbanks. La datación por radiocarbono mostró que el canino estaba vivo hace unos 12.000 años, cerca del final de la Edad de Hielo.
Otra excavación realizada por los investigadores en junio de 2023, de una mandíbula canina de 8.100 años de antigüedad en un sitio cercano llamado Hollembaek Hill, al sur de Delta Junction, también muestra signos de posible domesticación.
Los análisis químicos de ambos huesos encontraron contribuciones sustanciales de las proteínas del salmón, lo que significa que el canino había comido regularmente el pescado. Esto no era típico de los caninos de la zona durante esa época, ya que cazaban animales terrestres casi exclusivamente. ¿Cuál es la explicación más probable para que el salmón aparezca en la dieta del animal? Dependencia de los humanos.
“Esta es la prueba irrefutable porque en realidad no están persiguiendo al salmón en la naturaleza», dijo el coautor del estudio, Ben Potter, arqueólogo de la Universidad de Alaska Fairbanks.
Los investigadores confían en que el canino de Swan Point ayude a establecer las primeras relaciones cercanas conocidas entre humanos y caninos en las Américas. Pero es demasiado pronto para decir si el descubrimiento es el primer perro domesticado en las Américas.
Sin embargo surgen algunas objeciones, como que los especímenes de Swan Point y Hollembaek Hill pueden parecer perros desde el análisis conductual (por ejemplo comían salmón proporcionado por personas), “pero genéticamente, no están relacionados con nada que sepamos” y podrían serlobos domesticados en lugar de perros.
Algunas universidades estadounidenses involucran animales en el proceso educativo. ¿En Uruguay alguien piensa en ese tipo de experiencias?
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | En febrero de este año Todo El Campo publicó un artículo en el que se informaba sobre la incorporación de animales por parte de la Universidad de California para mejorar la salud de los estudiantes.
Eran ovejas que ayudaban a mejorar el estado de ánimo y la respuesta al estrés de los jóvenes, además de mantener el paisaje porque se dedicaban a cortar el pasto (*).
La Universidad de California no es la única que da a los animales un lugar destacado en beneficio de los estudiantes.
La semana pasada la Universidad de Arizona tuvo una jornada similar, que persigue fines diferentes a la California, pero que despierta sentimientos similares en los estudiantes.
En la cuenta de Instagram de la Universidad (**), se informó que se realizó el evento anual “Encuentros con animales” que forma parte de la “clase introductoria sobre ‘Interrelaciones entre humanos y animales’”.
Ese día, los profesores llevan animales al campus universitario, y la clase pasa a ser “una de las favoritas de los estudiantes” por las “interacciones únicas entre los estudiantes y los animales”, además de “fomentar la curiosidad en torno a la conexión entre diferentes especies”, dice el texto que acompaña las fotografías en Instagram.
Para nada es novedosa la influencia positiva de los animales en las personas. No debería llamarnos la atención que en California se los use para mejorar el ánimo de los estudiantes, tampoco que en Arizona la clase con animales sea “una de las favoritas de los estudiantes”.
La pregunta es si en Uruguay es posible ir hacia ese tipo de experiencias que pueden ser positivas sino removedoras para quienes han vivido toda su vida en el cemento, rodeados de edificios, semáforos y un cada vez más numeroso parque automotor.
¿Qué experiencia ofrece Montevideo a los niños y jóvenes que no tienen la posibilidad que conocer el interior, que no tienen la fortuna de tener algún amigo o familiar más allá de la ciudad para por lo menos apreciar la proximidad de animales que no sean perros o gatos? Fuera de la Expo Rural del Prado o Expo Melilla, ninguna. Pero ni siquiera ahí tienen la posibilidad de abrazar y sentir el calor de los animales, sentir los latidos de sus corazones.
Los centros de estudios, desde los escolares hasta los terciarios, no están pensados para bridar esa experiencia educativa. ¿No será esa una de carencias de nuestra educación?
Los satélites y aviones de teledetección pueden inspeccionar rápidamente grandes áreas de forma rutinaria. Algunos satélites pueden acercarse a sitios individuales en alta resolución.
Arizona, Estados Unidos | Todo El Campo | La tecnología utilizada en satélites podrá permitirá enfocar las cuencas productivas de petróleo, gas, carbón y agropecuaria, como zonas urbanas con refinerías, plantas de tratamiento de aguas residuales y vertederos, todo para determinar con la mayor certeza posible las emisiones de metano.
Un artículo que Riley Duren, científico e investigador de la Universidad de Arizona, publicó en The Conversation (publicación de académicos y periodistas especializados), explica el uso de satélites con ese fin. Duren es director ejecutivo de Carbon Mapper, una la organización sin fines de lucro que lanzará satélites para poder medir de mejor manera el metano que liberan cada actividad.
Según el artículo, el metano es el segundo contaminante más común del calentamiento global después del dióxido de carbono. No permanece en la atmósfera tanto tiempo, solo alrededor de una década en comparación con los siglos que pasó con el dióxido de carbono, pero tiene un gran impacto.
La capacidad del metano para calentar el planeta es casi 30 veces mayor que la del dióxido de carbono en 100 años, y más de 80 veces en 20 años. Se puede pensar en el metano como una manta muy eficaz que atrapa el calor en la atmósfera, calentando el planeta, escribió.
¿Por qué son necesarios los satélites para detectar fugas de metano? Porque el metano “es invisible e inodoro”; y sin instrumentos adecuados “no sabrías que tienes una enorme columna de metano al lado tuyo”.
¿CÓMO SE CALCULAN LAS EMISIONES? CON EL INVENTARIO.
La contabilización del metano se hace con un método del siglo XIX llamado inventario. El cálculo de las emisiones se hace en función de la producción reportada en los pozos de petróleo y gas o la cantidad de basura que va a un vertedero, donde los desechos orgánicos generan metano a medida que se descomponen. Hay mucho margen de error en esta contabilidad basada en supuestos; Por ejemplo, no tiene en cuenta las fugas desconocidas o la ventilación persistente.
Sin embargo, los satélites y aviones de teledetección pueden inspeccionar rápidamente grandes áreas de forma rutinaria. Algunos de los satélites más nuevos pueden acercarse a sitios individuales en alta resolución, por lo que es posible identificar superemisores de metano en la plataforma de pozo, la estación de compresión o la sección específica de un vertedero.
Un ejemplo del poder de la teledetección se puede ver en el reciente artículo en la revista Science.org. El artículo refiere al estudio del 20% de los vertederos a cielo abierto en Estados Unidos con aviones y descubrimos que las emisiones en promedio eran un 40% más altas que las emisiones informadas al gobierno federal utilizando una contabilidad basada en suposiciones.
Lo importante es que si los científicos pueden monitorear las regiones con frecuencia y de manera consistente desde los satélites, entonces pueden señalar la actividad de los superemisores y notificar al operador rápidamente para que el operador pueda encontrar el problema mientras aún está sucediendo y reparar cualquier fuga.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS NUEVOS SATÉLITES QUE CARBON MAPPER PLANEA LANZAR QUE OTROS AÚN NO LO HAYAN HECHO?
Los nuevos satélites que Carbon Mapper planea lanzar tienen capacidades diferentes y, a menudo, complementarias: MethaneSat es como una lente gran angular que producirá una imagen muy precisa y completa de las emisiones de metano en grandes paisajes. Los satélites de Carbon Mapper Coalition complementarán a MethaneSAT actuando como una colección de teleobjetivos: podremos acercarnos para identificar emisores individuales de metano, como si nos acercáramos a un pájaro que anida en un árbol.
Se podrá enfocar los satélites de la Carbon Mapper Coalition en las cuencas de producción de petróleo, gas y carbón; las principales zonas urbanas con refinerías, plantas de tratamiento de aguas residuales y vertederos; y las principales regiones agrícolas.
Descubrir cómo los microbios del suelo procesan el carbono e interactúan con la atmósfera bajo estrés ambiental ayuda a los científicos a predecir y respaldar cómo se adaptarán los ecosistemas ante el aumento de las temperaturas y la sequía prolongada.
Arizona, Estados Unidos | Universidad de Arizona | Todo El Campo | Los microbios están haciendo muchas cosas debajo de la superficie del suelo que no se pueden ver a simple vista, desde el secuestro de carbono hasta la construcción de los cimientos de la corteza terrestre. Pero incluso los microbios más pequeños están sintiendo el estrés de un futuro más cálido y seco.
Según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Arizona, publicado en Nature Microbiology (*), los microbios del suelo liberan más compuestos orgánicos volátiles a la atmósfera en respuesta al estrés por sequía.
El estudio es solo una parte del proyecto B2 Water, Atmosphere, and Life Dynamics, que reunió a más de 90 investigadores de todo el mundo en la selva tropical cerrada de la Universidad de Arizona en Biosfera 2 para realizar un experimento de sequía controlada y comprender mejor lo que sucede con los ecosistemas del mundo cuando el agua es escasa.
Descubrir cómo los microbios del suelo procesan el carbono e interactúan con la atmósfera bajo estrés ambiental ayuda a los científicos a predecir y respaldar cómo se adaptarán los ecosistemas ante el aumento de las temperaturas y la sequía prolongada.
¿QUÉ ES LA VOLATILIDAD?
Cuando la mayoría de las personas piensan en compuestos orgánicos volátiles, piensan en aerosoles, que pueden contribuir al calentamiento y tener impactos negativos en la calidad del aire, pero el término «volátil» simplemente se refiere a la facilidad con la que un producto químico o compuesto puede cambiar de una fase líquida a una gaseosa, explicó la autora principal del estudio, Linnea Honeker, investigadora postdoctoral que trabajó con el profesor asociado de ciencias ambientales Malak Tfaily en el Reino Unido, Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida durante el proyecto B2 WALD.
Muchos compuestos orgánicos volátiles se producen naturalmente y se liberan en nuestro aliento, desde los árboles o por los microbios que viven en el suelo. Los microbios consumen carbono de forma natural como parte de su ciclo de vida y, a su vez, producen metabolitos volátiles.
Como parte del proyecto B2 WALD, dirigido por Laura Meredith, profesora asociada y experta en genómica de ecosistemas en la Escuela de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Honeker y un equipo de científicos internacionales del suelo y la atmósfera utilizaron un isótopo de carbono marcado para rastrear el movimiento del carbono y el agua en todo el ecosistema de la selva tropical durante el experimento de sequía simulada. Utilizando cámaras de flujo del suelo, el equipo pudo medir el consumo y la liberación de compuestos orgánicos volátiles en el suelo.
MENOS CO2, MÁS COV.
Mientras que los microbios trabajaban para descomponer los compuestos orgánicos volátiles producidos en los suelos durante las condiciones ambientales o previas a la sequía, estos mismos microbios parecían aumentar la producción y disminuir el consumo de metabolitos volátiles bajo estrés por sequía.
“Lo que encontramos es que la producción microbiana de CO2 disminuyó durante la sequía, pero hubo un aumento neto de las emisiones de los metabolitos volátiles acetato, acetona y diacetilo”, dijo Honeker, quien recientemente aceptó un puesto postdoctoral en bioinformática del microbioma del suelo en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore.
En general, el estudio reveló que la eficiencia del ciclo del carbono del suelo disminuyó durante la sequía, y eso puede ser el resultado de que los microbios desvíen más de sus recursos a la producción de compuestos orgánicos volátiles y otros compuestos protectores para ayudarse a mantenerse durante la sequía, dijo.
Todavía no está claro qué papel específico desempeñan los compuestos orgánicos volátiles encontrados en el estudio en la dinámica suelo-atmósfera, pero los hallazgos son un paso importante hacia la comprensión de cómo los microbios pequeños pero poderosos debajo de la superficie responden al estrés ambiental.
“Estos resultados nos acercan un paso más a la comprensión de cómo las sequías, que se espera que aumenten en frecuencia y duración, pueden afectar el ciclo microbiano del carbono en el suelo, lo que, a su vez, puede tener impactos a gran escala en los servicios ecosistémicos e incluso en los procesos atmosféricos”, dijo Honeker.