“Entrar en el verano con animales en buen estado y varios centímetros extra en los potreros de campo natural es el mejor seguro para capear un verano seco”.
Montevideo | Todo El Campo | Se termina el invierno. ¿Qué hacer y cómo prepararnos para explotar el potencial ofrece la primavera?
La interrogante fue planteada por el investigador del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Ing. Agr. Fernando Lattanzi en las redes sociales, y allí mismo plantea que “en esta época se puede combinar genética y nitrógeno para producir mucho pasto. Pero esta primavera es un poco diferente”.
En un hilo de 7 post en la cuenta de X, @FerLattanzi, el profesional expresó que “fertilizar con nitrógeno es una buena herramienta para adelantar y potenciar la primavera de gramíneas forrajeras porque permite expresar su potencial productivo que se duplica al entrar en modo primavera”.
En oportunidades anteriores, también desde X y por el canal de YouTube, Lattanzi trató el tema.
Ahora bien, ¿cómo integrar esta herramienta en predios basados en campo natural en los que verdeos y praderas que son un área pequeña?
“Potenciar la primavera de verdeos más praderas permite descargar el campo natural”, considerando que los meses de setiembre y octubre “son críticos”, porque “los animales han consumido todo el pasto invernal y se están comiendo los pocos ‘pelitos verdes’ que asoman. Este sobrepastoreo es un gran desmanejo”, subrayó.
VIDEO.
En los meses de setiembre a noviembre, “un 10 o 15% del predio con verdeos más praderas altamente productivos pueden soportar muchísima carga y llevar casi a carga cero el resto del predio. En esos 70-80 días, con 120 kg N/ha podemos acumular 5-6 tt MS/ha de alta calidad”, aseguró Lattanzi.
Para determinar el beneficio económico cada sistema tiene que hacer sus cuentas.
Ya sobre el final expresó: “Acumular pasto durante setiembre y noviembre, es incluso más rentable si se instala una eventual Niña. Entrar en el verano con animales en buen estado y varios centímetros extra en los potreros de campo natural es el mejor seguro para capear un verano seco”.
Asimismo, se debe “ir pensando en cómo diversificar el riesgo climático y de presión de plagas de cultivos de verano para silo”.
Recientemente, el Ing. Agr. Nicolás Maltese dio una charla sobre cómo pensar estas estrategias en maíz, cuya participación (a partir del minuto 2:57:32) se puede ver en el siguiente video de la jornada INIA-CREA de Cultivos y Sistemas 2024:
MATERIAL COMPLEMENTARIO.
Los siguientes son enlaces a videos y artículos de la Revista INIA que profundizan la temática:
En su exposición el Ing. Agr. Fernando Lattanzi otorgó abundante información respecto al tema de la convocatoria.
Hébert Dell’Onte | Montevideo | Todo El Campo | Organizada por Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF) y con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) se llevó a cabo el evento virtual ¿Cómo recomponer la base forrajera en esta crisis climática?, con la participación del Ing. Agr. Fernando Lattanzi de Pasturas, INIA La Estanzuela.
Lattanzi dijo que cuando las plantas se enfrentan al estrés hídrico “lo primero que hacen es detener el crecimiento”, y si el estrés es “más intenso empiezan a encartuchar las hojas, y si es más intenso aún las hojas empiezan a morir y hay menor área foliar”. De esa forma se reduce la transpiración.
En su exposición el técnico otorgó abundante información respecto al tema de la convocatoria.
ESPECIE BASE DE LA MEZCLA FORRAJERA.
Sobre el final se preguntó cómo elegir especies cuando se hacen praderas nuevas. Es importante “elegir la especia base, o sea a qué especie le vamos a pedir el objetivo principal que tiene esa pradera” y en eso tenemos 6 puntos que “son los más importantes” para definir esa “especie base de la mezcla forrajera”.
Lo que hay que determinar es: 1) Duración de la pastura; 2) cuándo quiero que me de el pasto; 3) qué suelo tengo; 4) que drenaje tengo, o sea cuanto encharcamiento invernal; 5) pH y aluminio; y 6), si tengo que elegir entre algo que me de mucho pasto, algo que me de calidad o algo que dure muchos años, cuál de esos parámetros prefiero.
Cada potrero tiene su particularidad, aclaró.
EJEMPLOS CONCRETOS.
Yendo a lo concreto (ver captura a continuación), si lo que se busca es algo que dure más de 2 veranos y 3 primaveras, y que a la vez produzca pasto entre mayo y octubre, hay que ir por la festuca, dactylis y raigrases perennes, porque ellos cumplen ese rol.
Si se busca lo mismo en cuanto a la duración, pero que la productividad se concentre en verano (diciembre a marzo), hay que ir por las alfalfas, lótus, gramíneas, paspalum.
Si hay un predio que no entra en rotación, las especies adecuadas son festuca (mayo a octubre) o paspalum (diciembre a marzo)
Y en lo bianual, (1 verano, 2 primaveras), para mayo a octubre, la debería usar raigrases bianuales, cebadilla, holcus; para diciembre a marzo, trébol rojo y achicoria, en este último caso hay pocas razonas para no hacer la mezcla.
COMPLEMENTOS.
Si a lo anterior queremos agregar especies complementos, a éstas debemos pedirle que nos den algo que la especie base no tiene.
Si la base es gramínea al complemento le vamos a pedir mejor producción y calidad, pero es importante respetar la especie base.
Es importante anticiparse”, y hacerlo “en agosto-setiembre es la clave”, escribió el técnico del INIA. “Si en sistemas pastoriles llegamos a diciembre con seca, sin pasto y sin reservas, los pasturologos ya no tenemos mucho para hacer”.
¿Cómo debemos prepararnos para enfrentar los meses de setiembre, octubre y noviembre con lluvias menores a las usuales en sistemas pastoriles de Uruguay?, la interrogante la planteó el Ing. Agr. Fernando Lattanzi, investigador de pasturas y forrajes del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Lattanzi dice que en la técnica “no hay magia”, y que “hay que anticipar la producción de pasto y usarlo eficientemente”.
“En Uruguay, la ‘primavera’ comienza cuando las gramíneas se inducen (agosto) y se termina cuando deja de haber agua en el suelo. Esto ocurre entre mediados de diciembre y principios de octubre, dependiendo un poco del suelo que tengamos” y de lo que la naturaleza decida.
Pero “los eventos Niña acortan esa primavera. En el litoral, este año es particularmente complicado por el otoño seco (lluvias tan escasas ocurren solo 1 de cada 16 años) y hoy en INIA La Estanzuela estamos con inusualmente escasa agua en el perfil”.
La pregunta parece ser “¿cómo compensar una primavera más corta?”.
En primer lugar “aumentando la eficiencia de uso de los milímetros de agua disponibles en la primavera temprana; asegurar una buena nutrición con nitrógeno a verdeos, festucas y dactylis tempranos es una forma de lograr esto”.
¿CÓMO APLICAR NITRÓGENO?
Pero “¿cuánto N aplicar?”, hacerlo “¿antes o después de una lluvia?”; “uso urea, urea azufrada, N líquido, o qué? ¿Fertilizo primero las festucas, los verdeos o los dactylis?
El propio Lattanzi lo responde en este video del canal de INIA en YouTube. El técnico analiza y sugiere las principales variables para aprovechar el rápido crecimiento del pasto:
¿QUÉ HACER CON LA EXPLOSIÓN DE PASTO?
Si ya se fertilizó, “ahora, ¿qué hago con la explosión de pasto?”, pues “ajustar la carga más manejo del pastoreo. Ajustar carga no es solo comprar y vender animales”.
En el siguiente video se explica sobre cómo monitorear el pasto porque decidir cómo pastorearlo es clave.
Seguidamente escribió que “monitorear el pasto es innegociable para ser eficientes, pero las decisiones no son las mismas en todos los sistemas”, y agregó el video de la actividad de INIA con el Plan Agro sobre “las diferencias en sistemas con base campo natural versus con base pradera más verdeo”.
“Cuando la base es verdeos más praderas, hacer reservas forrajeras de alta calidad (henilaje) es la herramienta. Apuntar a cortar 10 días después de la fecha de floración, y cerrar el potrero entre 35 y 50 días antes (cultivares tempranos vs. tardíos, respectivamente)”.
“Cuando el sistema está dominado por campo natural y la opción de hacer silopack no está disponible, descargar los potreros de campo natural subiendo la carga en verdeos más praderas es el secreto”.
Por último, el Ing. Lattanzi destaca la importancia de “anticiparse”, y hacerlo “en agosto-setiembre es la clave”.
“Si en sistemas pastoriles llegamos a diciembre con seca, sin pasto y sin reservas, los pasturologos ya no tenemos mucho para hacer”.
El siguiente texto y gráfico, añadidos por Lattanzi en su hilo, son el meteorólogo Gabriel Labrador.
¿Qué efecto tienen el frío y la sequía en los pastos forrajeros cuando ambos fenómenos se dan de forma conjunta?, se preguntó el Ing. Agr. Fernando Lattanzi del programa Pasturas & Forrajes del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). El técnico usó su cuenta de Twitter para explicarlo.
Lattanzi escribió que junio terminó con “tasas muy bajas de acumulación de forraje en la plataforma de pastoreo del tambo”, una situación que se repite en “los predios del litoral sudoeste monitoreados en el proyecto”, escribió.
Agregó que en invierno “la radiación que las plantas pueden usar en fotosíntesis es baja”, pero en nuestro país ese factor “no es una gran limitante del crecimiento”. “El verano fue algo más nublado que lo usual, pero desde abril estamos en el promedio histórico”, además de que junio “tuvo más sol que lo normal”, como lo muestra el siguiente gráfico.
En invierno “la temperatura sí es una limitante al crecimiento” porque “las forrajeras reducen mucho su crecimiento cuando los registros son por debajo de 10ºC y lo detienen a 2ºC”.
Durante otoño “el suelo ha estado bastante más frío que lo usual” con mayo y junio a temperaturas mínimas a nivel de pasto “muy bajas”.
EL LITORAL SUDOESTE ATRAVIESA UNA SEQUÍA QUE SE DA MENOS DE UNA VEZ CADA ONCE AÑOS.
Pero el frío no es el único problema, el déficit hídrico también hace lo suyo. Lattanzi escribió: “Además del frío, en el litoral sudoeste estamos atravesando una sequía que se da menos de una vez cada once años. Esta mezcla de frío + sequía es la principal causa del bajo crecimiento en mayo-junio”.
Esa combinación de frío y sequía, “infrecuente en Uruguay pero común en climas continentales secos, exacerba los efectos de las heladas, ya que mucho del daño que causa una helada es efecto de desecación”, señaló. Por esa razón suele verse que con el frío más la sequía, la hoja más vieja se muere más rápido.
El Ing. Lattanzi concluye con tres gráficas en la que muestra la sequía a la que se refiere.