El analista de la Universidad Católica considera que con Javier Milei comienza una nueva era para el Mercosur, que considerará de forma diferente los intereses de Uruguay sobre un acuerdo con China y el ingreso al CPTPP.
Montevideo | Todo El Campo | En las últimas horas y debido al cambio de rumbo de Argentina con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, y la salida del Alberto Fernández, Ignacio Bartesaghi fue entrevistado en el programa Arriba Gente de Canal 10 y el diario porteño El Economista.
Bartesaghi es doctor en Relaciones Internacionales y director del Instituto de Negocios Internacionales (INI) de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).
Dijo que con Javier Milei como presidente de Argentina “definitivamente, vamos hacia un nuevo Mercosur y un reequilibrio de fuerzas en la región”.
Ese equilibro nuevo de las “fuerzas en la región” supone “una Argentina y un Brasil que hablan menos”, lo que sería favorable para Uruguay y Paraguay porque les “abre el juego”, dijo Bartesaghi en el programa Arriba Gente.
Los anuncios realizados por el nuevo mandatario fueron escasos, “pero sí muy coherentes en el diagnóstico que hace de la situación económica argentina, que es muy grave” respecto a los niveles de endeudamiento, la inflación, los problemas para operar en el comercio internacional, el tipo de cambio y las transacciones al exterior.
Todas esas situaciones implican que “se le han cortado las libertades a los argentinos”.
Desde ahora Argentina es el país del continente con menos ministerios debido a un recorte que hizo Milei, sobre eso, Bartesaghi comentó que se deberá observar y ver si el hecho de que haya muchos menos ministerios se traduce en un ajuste, porque aún no se anunció qué sucederá con los funcionarios de esas carteras.
También destacó la extensión del presupuesto de 2023 para 2024, lo cual es un ajuste en sí mismo, teniendo en cuenta los niveles de inflación de 142,7% a octubre.
Son señales de ajuste “que va a tener sus impactos”, y una vez que se estabilice el país generará empleo y más riqueza para los argentinos.
TEMAS DE MAYOR TENSIÓN.
Por otra parte, Bartesaghi dijo a El Economista que “en Uruguay hay mucha expectativa con Milei” porque quedó atrás la “mala” relación entre Luis Lacalle y Alberto Fernández. “Ha sido mala en lo que tiene que ver con las discusiones en el Mercosur, donde Argentina siempre se ha mostrado inflexible con la posición de Uruguay respecto a la flexibilización de bloque y la discusión sobre su modernización”.
Sobre el Mercosur reiteró el concepto vertido en Arriba Gente, y profundizó señalando: “Con Milei hay un equilibrio de fuerzas en la región”, a partir del cual “Brasil tiene que dialogar con un dirigente que piensa distinto en muchas cosas y piensa más parecido a Uruguay en otras. Por eso, si bien Brasil sigue siendo Brasil, y es definitivo en muchas decisiones que se toman en el bloque, la posición de Uruguay adquiere un poco más de fuerza”.
“La mayor tensión se encuentra relacionada con cuestiones como los dragados, todos los temas portuarios, a lo que se suma la administración conjunta de los recursos, es decir, lo que tiene que ver con nuestras comisiones bilaterales. Tampoco se puede descartar que resurjan los problemas sobre las plantas de celulosa. Pero destaco fundamentalmente el tema de las comisiones, tanto del Río de la Plata como del río Uruguay”, especificó.
EL PESO ARGENTINO Y LA BRECHA CON URUGUAY.
Otro punto mencionado por Bartesaghi y de importancia para Uruguay es el valor del peso argentino: “Imaginamos una moneda argentina con mayor peso en lo que refiere a evitar esta brecha económica con Uruguay”.
“Hay una gran cantidad de áreas en las cuales esperamos una mejora con Milei. Por supuesto, siempre con la incertidumbre que generaba como candidato, aunque hoy un poco más matizado tras su asunción”, expresó.
Señaló que “con Milei hay una posibilidad de que se habilite avanzar en un acuerdo bilateral con China o que Uruguay ingrese al CPTPP”. En ambos casos va a pesar la opinión de Brasil, “pero creo que hoy estamos mejor que hace un tiempo cuando teníamos los contundentes ‘no’ de Lula da Silva, (Alberto) Fernández y (Sergio) Massa”.
“Pero insisto con que Uruguay no quiere sacarle ventaja al resto de los miembros del Mercosur cerrando un TLC con China. Si lo quieren cerrar todos, fantástico. Pero si no lo quieren, necesariamente Uruguay quiere avanzar”, añadió.
No lo dijo Javier Milei ni Alberto Fernández. Lo dijo la Ec. Diana Mondino, y entonces uno empieza a creer que es posible.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | En Argentina se ha erguido como el portador de la esperanza, pero en Uruguay, Javier Milei genera muchas desconfianzas. No solo por sus ideas en muchos aspectos cuestionables -cosa común en la política en general y casi una regla en los países donde hay libertad-, sino también por su estilo comunicacional disruptivo con la idiosincrasia oriental.
La pregunta de ¿qué probabilidades habría de que candidato con las ideas y las características de Milei triunfara en Uruguay? nos lleva a un ejercicio difícil de hacer, pero es más difícil aún considerar que alguien así pudiera tener éxito aquí, aunque nunca se sabe.
Una de las figuras más serias del equipo de Milei y en todo el partido La Libertad Avanza (LLA) es la Ec. Diana Mondino, quien resultó electa diputada, pero renunciará a ese cargo para ocupar la Cancillería argentina a partir del 10 de diciembre.
Como se sabe, en política valen las ideas que deben ser sensatas y acordes a la realidad de cada país, pero también valen los estilos de comunicación, las formas y el comportamiento de cada candidato y sus asesores más cercanos. De todo eso surge el concepto de credibilidad. Como regla general, en el mundo no existe un político exitoso si no es creíble, por eso es clave la conformación de los equipos con las personas adecuadas: que sepan de los temas, que comuniquen bien, que transmitan solvencia, y que den imagen de seriedad. De todo eso y algún ingrediente más surge la credibilidad.
Los más veteranos recordarán que antes de las elecciones de 2004, el Dr. Tabaré Vázquez anunció en Washington (Estados Unidos) que su ministro de Economía sería el Cr. Danilo Astori. Lo hizo para dar seriedad y credibilidad en un lugar estratégico mundial, porque el prestigio del fallecido fundador de Asamblea Uruguay trascendía fronteras y era una manera de decir: “Confíen en nosotros que no vamos a hacer locuras”.
Con Mondino ocurrió algo similar. No porque el anuncio de que será canciller se hiciera en Washington, sino porque desde mucho antes de ganar se supo que ocuparía esa responsabilidad. Si ese cargo relevante es para una persona de su talla que además acepta y defiende el modelo que se propone, es porque ese modelo tiene fundamento. Ese es el razonamiento que se transmite a la gente. Además, quienes seguimos a Mondino (aunque sea a través de los medios y las redes sociales), más allá de sus ideas, con puntos de acuerdo o discrepantes, sabemos que no está para el circo y que se toma las cosas en serio. Es un diferencial positivo.
Toda esta reflexión se debe a su reciente visita a Brasil, el otro gigante de nuestra Latinoamérica. La futura canciller realizó un viaje relámpago a Brasilia donde se entrevistó con el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Mauro Vieira, y le hizo entrega, de la invitación, en manos y en forma personalizada, para que se la trasladara al presidente Luiz I. Lula da Silva para que éste asista al cambio de mando el 10 de diciembre. Un gesto único que muestra la relevancia que Brasil tendrá en la política exterior argentina.
En el marco de ese viaja, Mondino dijo a la prensa argentina que su partido político, LLA, centrará su actuar en el “multilateralismo”, y explicó: “No vamos a estar solamente con un grupo y en contra de otro grupo, las políticas que vamos a llevar a cabo son las propias de una democracia liberal”.
Agregó que en el Mercosur “estamos muy cerca de la posibilidad de la firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea”.
Tanto se ha dicho sobre ese acuerdo durante tantos años, que al ciudadano le cuesta creer que haya habido algún avance. Pero no lo dijo Milei ni Alberto Fernández. Lo dijo Mondino, y entonces uno empieza a creer que es posible.
A deputada eleita e Chanceler designada pelo governo Milei, Diana Mondino, encontra-se em Brasília, para reunião de trabalho com o Ministro Mauro Vieira. Na ocasião, entregou convite do Presidente eleito Javier Milei para que o Presidente Lula participe da sua posse, em 10/12 🇦🇷. pic.twitter.com/MR7kLjeVgf
La inflación mensual de dos dígitos y anual de 140%, con los precios relativos completamente distorsionados y una inercia inflacionaria que viaja a razón de 300% anualizada. Una dinámica inflacionaria similar a la del llamado “rodrigazo”.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | ¡Qué país recibe Javier Milei, el presidente electo en las elecciones del pasado domingo, que puso afuera del Gobierno al kirchnerismo?
En ediciones anteriores Todo El Campo ha informado sobre los pésimos indicadores, y no hay economista que lo niegue, ni ama de casa. No es necesario conocer de economía para ver el desastre en que se encuentra el país.
El Ec. Esteban Domecq cuestionó los dichos del excandidato oficialista y ministro de Economía Sergio Massa, que cuando el domingo 19 reconoció la derrota ante su desafiante Milei, aseveró: “Mañana todo es responsabilidad del ganador”, haciéndolo con la carga del desastre kirchnerista.
“No”, enfatizó Domecq, no es como Massa dice lavándose las manos y tratando de quitarse la responsabilidad directa que tiene por ser el ministro de Economía.
“No. Lo que suceda en los próximos meses será la consecuencia directa y natural del descalabro económico que deja el actual Gobierno” encabezado por Alberto Fernández y Cristina Fernández, y Sergio Massa como ministro responsable de la economía y las finanzas.
El siguiente es el panorama que hereda Milei en la descripción de Domecq.
Déficit fiscal primario de 3% del PBI; y déficit total (intereses incluidos) superando el 5% del PBI; con las tarifas de servicios públicos atrasadas; impuestos que se adelantaron y muchas partidas de gasto que aumentaron en los últimos meses con el Plan Platita. Un gasto publico gigante, ineficiente y deficitario.
La deuda del Gobierno supera los US$ 400.000 millones, en máximo histórico, con el riesgo país superando 2.400 puntos básicos, el mercado externo completamente cerrado y el mercado interno saturado con deuda doméstica toda indexada. Sin ningún tipo de financiamiento.
Inflación mensual de dos dígitos y anual de 140%, con los precios relativos completamente distorsionados y una inercia inflacionaria que viaja a razón de 300% anualizada. Una dinámica inflacionaria similar a la del llamado “rodrigazo” (fuerte plan de ajuste implementado por el ministro de Economía Celestino Rodrigo en 1975).
Tasa de interés de política monetaria en 133% tasa nominal anual TNA (250% TEA -tasa efectiva anual), con pasivos remunerados (Leliqs) superando los 23 billones de pesos argentinos, que crecen más de $ 2 billones por mes y ya superan los 10% del PBI. Un desequilibrio monetario que no se veía desde los años ochenta.
Banco Central completamente quebrado, sin reservas (las reservas netas negativas en los US$ 12.000 millones), con el mercado de cambios todo cepeado y distorsionado, múltiples tipos de cambio, brecha superando 150% y el tipo de cambio oficial fuertemente atrasado.
Balanza comercial deficitaria, con más de US$ 55.000 millones de deuda de importadores con proveedores del exterior -US$ 25.000 millones forzados con SIRAs (Sistemas de Importaciones) y SIRASEs (Sistema de Importaciones y Pagos de Servicios al Exterior) en el último año- y con la actividad en retroceso, acumulando doce años de estancamiento estructural y una caída de 15% del PBI per cápita.
La pobreza superando el 40% y en franco aumento, con más del 60% de los niños pobres y la indigencia que ya llega a 10% de la población.
En conclusión: lo que ocurra de aquí al cambio de Gobierno es responsabilidad del Fernández y Massa; y lo que venga después estará condicionado por el calamitoso estado en que se encuentra el país.
La consultora Exante difundió un trabajo en el que expone el “por demás complejo” contexto económico de ese país y cuáles son “los principales desafíos que enfrentará la próxima administración”.
Montevideo | Todo El Campo | Este domingo 19 de noviembre los argentinos elegirán un nuevo presidente, entre la continuidad de Sergio Massa o un cambio que según se anuncia por sus impulsores, liderados por Javier Milei, será radical. El domingo en la noche sabremos quién fue el elegido para sacar el país de la crisis y el estancamiento en que se encuentra ahora.
La consultora Exante difundió un trabajo en el que muestra las vulnerabilidades económicas y financieras de Argentina. El primer dato impactante es que los vecinos llevan “más de una década sin crecimiento”; los datos del PIB de junio están a “niveles similares a los de 2011”.
Ese no crecimiento llevó a que el país tuviera “un descenso acumulado del PIB per cápita de más de 10%, lo que contrasta fuertemente con el desempeño de los demás países de la región”.
A pesar de que tenían las condiciones (inversión en Vaca Muerta y el alto dólar), “ningún componente de la demanda logró acumular crecimiento relevante en la última década”.
Y en este año, en particular, “la sequía tuvo un impacto con escasos precedentes en la actividad agropecuaria”, igual que en Uruguay.
Sin embargo, “hace años que el sector exportador convive con retenciones significativas”, lo que “amortiguó las señales positivas del último ciclo de commodities e inhibe las decisiones de inversión”.
La inflación alta y sin crecimiento de la productividad, “en la última década el salario real en el sector formal perdió un cuarto de su poder adquisitivo”; y la pobreza “ha venido subiendo en el último quinquenio. La situación es particularmente grave en los niños y jóvenes”, especificó Exante.
En la siguiente gráfica se muestra un crecimiento de la pobreza en 40,1% que, según tramo etario, es del 56% en niños de 0 a 14 años; 46% en adolescentes y jóvenes de 15 a 29 años; 35% entre 30 y 64 años; y del 13% entre personas de más de 64 años.
Por otra parte, la inflación genera una “intensa” suba de precios; “el antecedente de la hiperinflación del ´89 indica que la escalada de precios puede darse de forma rápida una vez que se alcanzan registros mensuales del orden de 10%”.
El problema inflacionario se agrava por un mayor gasto público y su financiamiento con emisión monetaria. Asimismo, “Argentina también debe corregir un excesivo gasto en subsidios para la contención de las tarifas, lo cual ha generado una fuerte distorsión de precios relativos”.
Pero sin reservas “las presiones devaluatorias se vienen exacerbando”, lo que “se refleja en brechas cambiarias muy elevadas y alimenta las expectativas inflacionarias”.
¿SE VIENEN TIEMPOS DE AJUSTES?
En ese panorama, “el próximo gobierno deberá procesar un ajuste y reperfilamiento de la deuda pública, dado los abultados vencimientos de 2024 y 2025. La alta proporción de deuda indexada también es un desafío a gestionar. A eso se suma la necesidad de restaurar la credibilidad ante los mercados financieros internacionales, de forma de recomponer el (hoy nulo) acceso al financiamiento externo”.
Otro dato no económico ni financiero, pero importante, es la “alta fragmentación partidaria” que “hace prever dificultades de gobernabilidad para la próxima administración”, cualquiera sea el ganador.
“Con ese trasfondo y con grupos de interés fuertes, la ejecución de un ajuste fiscal de entidad será una tarea compleja”, concluye Exante.
Hacia la segunda vuelta, Bullrich y Milei tienden puentes. Una de las claves para sacar el kirchnerismo del Gobierno es que el líder libertario sepa moderar su discurso y formas de hacer política. No hacerlo puede ser contraproducente a sus intereses.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Argentina realizó el domingo 22 la elección nacional a la Presidencia con cinco candidatos, el oficialista Sergio Massa (Unión por la Patria), y los opositores Javier Milei (La Libertad Avanza), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio); Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País), y Miriam Bregman (Frente de Izquierda).
De los mencionados solo los tres primeros tenían chances de pasar a la segunda vuelta, y de ellos Javier Milei instaló la posibilidad de lograr los votos suficientes para vencer en la primera vuelta. Pero esto último no sucedió y con más del 98% de las mesas escrutadas (a las 1 de la mañana de hoy) Massa logró el 36,65% de los votos, Milei el 30,01% y Bullrich quedó fuera de competencia con un magro 23,83%.
A partir de hoy comienza la campaña para la definición del presidente entre Massa y Milei con una diferencia de 6 puntos, menos de 2 millones de personas.
Teniendo en cuenta que Milei y Bullrich han desarrollado un fuerte discurso cuestionando al Gobierno, cabe esperar que sus votantes se sumen para derrotar a un sorprendente Massa que salió fortalecido siendo el ministro de Economía que ha puesto al dólar, la inflación y la pobreza en las nubes.
Sin embargo, la política no es tan simple como sumar los votos de los dirigentes (Milei y Bullrich) para determinar el resultado final, porque los ciudadanos tienen criterios propios y no es seguro que sigan las indicaciones o sugerencias de sus líderes. Además, durante la campaña hubo un fuerte discurso disruptivo del líder de La Libertad Avanza, que fue quemando puentes en todas las direcciones, rompiendo puntos de unidad con sus posibles aliados, esto es Juntos por el Cambio.
La novedad del domingo, además de que Massa logró imponerse como el candidato más votado, es que tanto Milei como Bullrich tuvieron discursos conciliadores entre sí.
LOS DISCURSOS.
En la noche de ayer, la primera en hacer uso de la palabra fue la líder de Juntos por el Cambio que reconoció la derrota ante sus principales competidores y expresó que no será ella quien de continuidad a la corrupción y el populismo que arrastraron al país a la situación que se encuentra ahora. Dicho de otra forma, reafirmó su antikirchnerismo y tendió la mano a los libertarios.
Milei por su parte saludó a Jorge Macri y Rogelio Frigerio, ambos de Juntos por el Cambio. Macri quedó, con el 49,6% de votos, a un paso de ganar la jefatura porteña, pero deberá definirla en noviembre con Leandro Santoro (Unión por la Patria), en tanto que Frigerio ganó en la provincia de Entre Ríos.
“Tenemos que trabajar juntos para terminar con el kirchnerismo”, agregó dirigiéndose, sin nombrarlos, a los votantes de Junto por el Cambio.
“Sobre todas las cosas quiero que tomen conciencia que hoy quedamos ante la elección más importante de los últimos cien años. Una elección que nos va a plantear si queremos continuar con este modelo que el kirchnerismo defiende o si queremos volver a abrazar las ideas de la libertad, que son las que hicieron grande a Argentina en el siglo XIX”, enfatizó.
Massa por su parte, el gran ganador de las elecciones, fue el último en hablar y lo hizo dirigiéndose a sus votantes y a quienes no lo votaron. Lo hizo con un discurso moderado y con un guion prudente en el que no hubo alusión ni mención a nada que fuera kirchnerista. Quien lo escuchó sin conocer la interna argentina fácilmente podría caer en el engaño de que es ajeno al Gobierno, a pesar de ser su principal figura.
Además, Massa se mostró con la solvencia y estilo que lo caracterizó en los dos debates realizados el 1° y 8 de octubre.
Otro dato que es importante precisar es que en las internas del 13 de agosto y en la primera vuelta de ayer, Milei logró el mismo número de votos (arriba de los 7 millones), en tanto que Massa se superó con gran éxito (pasando de 5,2 millones a 9,5 millones).
HACIA EL 19 DE NOVIEMBRE.
Lo que veremos en lo que queda hasta la próxima elección del 19 de noviembre será un Massa y un Milei tratando de captar los votos de Bullrich, Schiaretti y Bregman.
Massa tiene pasta para lograr algunos de esos apoyos, habrá que ver si Milei modera sus posturas y formas radicales que asustan a muchos porque llevan implícito el concepto del salto al vacío. En este último punto está la clave.
Un momento alto de tensión en la campaña que comienza hoy será el debate del 12 de noviembre.