INTA. Producir carne enfocados en las demandas de los consumidores

INTA. Producir carne enfocados en las demandas de los consumidores

Se sabe que las preferencias y las preocupaciones de los consumidores definen el consumo y, por esto, resulta clave producir en línea con sus expectativas. ¿Qué aspectos ponderan quienes consumen carne de vacuno?

Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | De acuerdo con dos estudios recientes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), las preocupaciones y preferencias de los consumidores están vinculadas con la calidad de la carne, su impacto ambiental, la salud y las características éticas de la producción. Para cumplir con estas demandas de mercado, los especialistas destacan la necesidad de considerar la genética animal, las estrategias de alimentación y el manejo de los animales.

Se sabe que las preferencias y las preocupaciones de los consumidores definen el consumo y, por esto, resulta clave producir en línea con sus expectativas. Ahora bien, ¿qué aspectos ponderan quienes consumen carne de vacuno? ¿qué valores entran en juego a la hora de elegir? Y, estas preferencias, ¿varían según la edad, los hábitos o el propósito de la comida?

Gabriela Grigioni, investigadora del Centro de Investigación de Agroindustria, Instituto Tecnología de Alimentos (ITA) del INTA Castelar, se refirió a los dos estudios del INTA que buscaron indagar sobre las preferencias de los consumidores de carne vacuna, en especial, a partir de la pandemia por Covid-19 que modificó hábitos y costumbres.

Según la especialista, los hábitos alimentarios son dinámicos y pueden variar según las experiencias de los consumidores, tanto propias como del contexto social en donde viven y se desarrollan. A partir de la emergencia sanitaria generada por la pandemia se incrementó la preocupación por la inocuidad de los alimentos, el riesgo que pueden presentar y el aporte que realizan a nuestra salud y bienestar.

Grigioni no dudó en asegurar que “los consumidores juzgan a la calidad de la carne en función de sus expectativas y, en el caso de carne vacuna, suelen decidir su compra principalmente en función de su color y contenido de grasa. Además, deciden si vuelven a comprar la carne en función de su terneza”. Así y todo, reconoció que estos requisitos varían según el género, los ingresos, el país, la cultura, la edad, los hábitos y el propósito de la comida.

LA CALIDAD.

Ahora bien, ¿qué se entiende por calidad? Para la especialista, “la calidad de la carne es un concepto complejo que considera aspectos organolépticos, ambientales y sociales” y no dudó en subrayar que “está determinada por la genética animal, las estrategias de alimentación, el manejo de los animales antes y durante la faena, por lo que deben ser consideradas por los productores ganaderos, a fin de dar respuesta a las demandas del mercado”.

En cuanto a los atributos de calidad, Grigioni realizó una distinción entre los intrínsecos y los extrínsecos. Los primeros se refieren a las características del producto en sí e incluyen aspectos tales como la inocuidad, la conveniencia y sensoriales como la terneza, el sabor y la jugosidad. Por otro lado, están las características extrínsecas que se vinculan a rasgos asociados con el sistema de producción –que incluye el bienestar animal y el impacto ambiental– y a la de comercialización –precio, origen y trazabilidad–.

COLOR Y GRASA: LOS ATRIBUTOS MÁS CONSIDERADOS

De acuerdo con la encuesta realizada por el INTA, el 90% de los consumidores consultados aseguran que el color de la carne y su contenido de grasa son los dos aspectos que definen la calidad de la carne y son considerados en el momento de la compra.

A su vez, el 86% de los encuestados prefiere al bife con menor nivel de marmoreo y lo asocia con aspectos vinculados a la jugosidad y sabor de la carne, al tiempo que un 87% eligió el bife menos graso por considerarlo saludable y con un adecuado nivel de grasa.

El estudio, además, permitió identificar tres grupos de consumidores argentinos de acuerdo con sus características sociodemográficas, estilo de vida y preferencias: hedónico, saludable y de apariencia. Entre los grupos no se encontraron diferencias entre sexo, edad y frecuencia de consumo de carne, pero sí en la ocupación que tenían.

Los “hedónicos” son consumidores que se basan en el criterio de tierno, sabroso y jugoso de la carne y, a su vez, eligen bifes con mayor contenido de grasa. Es decir, eligen de acuerdo a la palatabilidad de la carne en general. La ocupación de la mayoría de los consumidores de este grupo estaba relacionada con la producción de cultivos.

El grupo “saludable” se destacó por preferir la carne más magra basados en criterios de “fresco”, “tierno” y “saludable”. Se trata de consumidores que considera y da relevancia a la relación entre la alimentación y la salud. No se observó una ocupación predominante en este grupo.

Por último, el grupo “de apariencia” eligió basándose en los criterios de “fresco”, “saludable”, “menor desperdicio”, “mejor color de la grasa” y “mejor color en general”. Por lo que se desprende que se trata de consumidores que eligen según la apariencia general del producto. Tampoco se logró definir al grupo según la ocupación de los consumidores que lo integran.

HÁBITOS Y PREFERENCIAS QUE VARÍAN SEGÚN LA EDAD.

Otro estudio reciente, realizado por el INTA, analizó los hábitos alimentarios sobre el consumo de carne y fuentes proteicas alternativas. De la encuesta surgió que, según la dieta adoptada, un 84,1% de los encuestados se autoperciben como omnívoros, un 8,7% como flexitarianos, un 6,4% como vegetarianos y un 0,8% como veganos, con mayor proporción de mujeres en estos dos últimos grupos.

Además, se observó que quienes no consumen carne, en general, son menores de 30 años, seguidos, en menor cantidad, por los incluidos en el rango etario entre 41 a 50. Y entre las causas del consumo nulo o reducido se destacan la conciencia ambiental y animal, seguido por la salud y el bienestar.

Por último, el 61% de los omnívoros consume principalmente carne vacuna, mientras que para el 30% prefiere la aviar. Entre los flexitarianos se observó una similar proporción entre consumo de carne vacuna (38%) y aviar (39%), seguidas por la carne de pescado (18%).

Fuente: Argentina.gob.ar.

Hay que dejar de mirar al cielo esperando lluvias y tomar medidas inmediatamente.

Hay que dejar de mirar al cielo esperando lluvias y tomar medidas inmediatamente.

La falta de agua exige un mayor cuidado y atención de los ganados.

El déficit hídrico que sufre Uruguay por estas horas también se hace sentir, y de forma más extrema, en Argentina. La semana pasada, el analista Ignacio Iriarte dijo que para ese país la sequía es “obsesión”.

Invitado por Jaso & Jaso y frigorífico San Jacinto, el 3 de noviembre Iriarte ofreció una charla sobre el carne vacuna y mercado internacional, evento que tuvo lugar en el Campanero de la Sociedad Agropecuaria de Lavalleja. Luego, en declaraciones al programa Hora del Campo, señaló que ahora en Argentina la sequía es el foco de atención.

“Ahora estamos obsesionados con la seca, hay que ir bajando la carga del campo porque ya no queda pasto. La seca en Argentina es grave, yo venía para acá (Melo) y veían charcos, veía verde, algo llovió, tienen la esperanza, por lo menos les cambió el color del campo”. En Argentina “no hay nada, un tercio del país está en una situación terminal desde el punto de vista de la seca”, expresó en declaraciones que Todo El Campo recoge en una nota publicada el 7 de noviembre (*)

Frente a esa descripción de la realidad argentina respecto al déficit de precipitaciones, la pregunta es ¿qué está haciendo ese país ante la falta de agua?

Respecto a la ganadería, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) publicó y divulgó un material sobre el manejo de los rodeos, se trata de un material de especialistas y técnicos de INTA Cuenca del Salado (en Buenos Aires) en el que ofrecen recomendaciones para el cuidado del ganado, que no difieren de las que en Uruguay hacen los técnicos de instituciones como INIA o Plan Agropecuario.

Las recomendaciones son: hacer un diagnóstico corporal por cada animal, tomar medidas inmediatamente y dejar de esperar las lluvias. Según el estado del animal será la opción que se seguirá.

En cuanto a las pasturas, clasificar los potreros en función del pasto.

En lo sanitario considerar que pueden aparecen enfermedades como queratoconjuntivitis infecciosa, neumonía, enfermedades clostridiales. Por eso hay que estar atento y respetar el calendario sanitario.

El siguiente es el artículo completo.

MANEJO DE LOS RODEOS: QUÉ HACER FRENTE A LA FALTA DE AGUA.

INTA | Luego de un invierno muy seco, con gran cantidad de heladas acumuladas, escasas precipitaciones y una primavera retrasada, gran parte de los rodeos se encuentran con una baja condición corporal. Por esto, especialistas del INTA Cuenca del Salado dan recomendaciones para minimizar el impacto.

En este sentido, Sebastián Maresca, investigador y especialista del INTA, explicó que “el primer punto para tener en cuenta es el diagnóstico, es decir, saber en cada caso en dónde estamos situados, midiendo el estado corporal del animal, realizando ecografías para ver actividad sexual de las vacas, para tener más precisión y decidir sobre la reasignación de los recursos”. Y agregó: “El segundo paso es tomar medidas ya y no esperar que llueva”.

En cuanto a la fertilidad, Maresca indicó que, según el estado corporal en el que se encuentren las vacas, existen tres alternativas. “La primera es utilizar los tratamientos hormonales para reiniciar la actividad sexual de la vaca. Por otro lado, para casos un poco más severos de estado corporal, se puede utilizar la ‘lata’ o la mocheta plástica para que el ternero no mame –eso coloca de 7 a 14 días y permite que se reinicie la actividad sexual en las vacas–”, detalló.

Asimismo, para casos más complicados, donde las vacas se encuentran en muy mal estado, se recomienda el destete precoz. “Una alternativa un poco más compleja desde el punto de vista de manejo, con un poco más de costos, pero muy efectiva a la hora de hacer que la vaca reinicie su actividad sexual”, expresó Maresca.

FORRAJE Y PASTURAS.

La nutrición es uno de los principales factores que determina el éxito productivo en los sistemas, ya que de ella depende el porcentaje de preñez, el desarrollo adecuado de los terneros y la sanidad de los rodeos.

José Otondo, especialista en sistemas ganaderos de cría vacuna del INTA Chascomús (Buenos Aires), puntualizó que debido a las condiciones climática de la zona la oferta forrajera se redujo un 30% en el último año, con índices inferiores al 20% de agua útil en el suelo. Frente a esta situación, “es clave clasificar los potreros en función de la cantidad y la calidad del pasto y tratar de utilizar los mejores recursos con nuestra categoría principal que es la vaca de cría parida que está en servicio, que es nuestra fábrica de terneros”, remarcó.

A su vez, Otondo señaló que “en el caso de los campos naturales, en este momento prácticamente lo único que está creciendo son ambientes con festuca naturalizada que abunda en toda la región, por lo que, es aconsejable aprovechar estos recursos, siempre monitoreando y rotar los animales ante la aparición de síntomas de festucosis

“Además, cuidar en lo posible los potreros de bajo dulce, que tienen especies de verano que van a generar alimentos de acá en adelante si se recupera un poco de humedad”, indicó Otondo quien analizó que para el caso particular de potreros con alfalfa, se debe pensar que, si bien su productividad va a estar un poco disminuida, no va a ser tan afectada como las otras pasturas porque es una especie que tolera bastante bien la sequía.

“Se debe tomar como un recurso muy estratégico, utilizándola de la forma más racional posible y, si venía siendo utilizado con recría o como categoría de engorde, quizás mejor asignárselo a la vaca en servicio, o como una especie de flushing para estimular la entrada en celo de estos animales”, subrayó el especialista del INTA.

Para el resto de los pastizales y pasturas, “se debe tratar de racionar lo más posible su utilización, de manera tal que haya para darle todos los días un poco a las vacas, por más que sea menor cantidad de la que necesitan, no abrir todo de golpe y que en pocos días nos quedemos sin nada”, añadió Otondo.

Asimismo, en caso de que el régimen de precipitaciones se acomode un poco, Otondo explicó que se puede evaluar la siembra de sorgo o maíz como una estrategia para generar comida de calidad y rápida para el fin del servicio, sea sorgo o maíz, que son los dos cultivos que más se utilizan.

PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES.

Por su parte, Alejandro Rodríguez, especialista en salud animal del INTA en Cuenca del Salado, focalizó en las enfermedades que pueden aparecer en una situación de sequía como la que atraviesa la región, especialmente en los terneros logrados.

“Esta sequedad, este polvo, sumado al hacinamiento, al estrés nutricional, pueden condicionar la presencia de enfermedades de tipo infecciosas, por ejemplo, queratoconjuntivitis infecciosa, problemas de neumonía, sobre todo si continúan estos cambios bruscos de temperatura entre la noche y la mañana. A su vez, no hay que descuidarse de los problemas ocasionados por enfermedades clostridiales como mancha y gangrena”, indicó Rodríguez.

Para prevenir, es necesario estar muy atento al calendario sanitario, aplicar las vacunas en tiempo y forma y establecer un protocolo de suplementación mineral para los terneros.

Por otro lado, el especialista recordó que “la deficiencia de los minerales siempre está presente en mayor o menor medida, por lo que hay que tenerlo en cuenta, no solo por el aspecto del animal, sino también por la parte inmunológica y mejorar su ganancia de peso”.

Asimismo, Rodríguez alertó que “esta situación va a duplicar el esfuerzo de los productores que deberán recorrer los potreros con mayor frecuencia”, y adelantó que “desde el INTA, una de las cuestiones a la que le estamos dando prioridad es al próximo servicio y por ende a la reducción del tiempo de anestro, que es el tiempo que ocurre desde el parto hasta el primer celo fértil, y en este escenario, se puede prolongar”.

(*) Artículo: Ignacio Iriarte: “El mercado chino va a volver”. – Todo El Campo

INTA: Plantaciones forestales almacenan 70 millones de toneladas de carbono orgánico.

INTA: Plantaciones forestales almacenan 70 millones de toneladas de carbono orgánico.

Las plantaciones forestales son muy valoradas por los numerosos servicios ecosistémicos que brindan, entre los que se destaca, la capacidad de secuestrar gases de efecto invernadero (GEI) y almacenar carbono orgánico del suelo (COS)

En Argentina, un estudio realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INAT) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de ese país analizó la capacidad de los suelos en los diversos ambientes del país determinó la alta capacidad de las plantaciones forestales para almacenar carbono orgánico.

Las plantaciones de pino son las que registran el mayor almacenamiento de carbono orgánico. Se trata de información clave para el diseño de estrategias de mitigación de gases de efecto invernadero y la obtención de certificaciones ambientales.

El siguiente es el reporte de INTA.

Argentina | Como base para la producción de alimentos, fibras y muchos servicios ecosistémicos esenciales, el suelo representa un componente importante de los sistemas productivos y un recurso clave para la mitigación y adaptación al cambio climático por su capacidad de almacenar compuestos carbonados tanto orgánicos como inorgánicos.

En esta línea, las plantaciones forestales son muy valoradas por los numerosos servicios ecosistémicos que brindan, entre los que se destaca, la capacidad de secuestrar gases de efecto invernadero (GEI) y almacenar carbono orgánico del suelo (COS). Frente a esto, un equipo de investigación del INTA y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación estimaron las reservas de carbono orgánico del suelo con plantaciones forestales y otros usos de la tierra, en diversas regiones de Argentina.

De acuerdo con Pablo Peri -coordinador del Programa Nacional Forestal del INTA-, “este estudio constituye una referencia para organismos gubernamentales, instituciones, sector productivo, certificadoras y ONG del sector forestal a escalas local, regional o nacional”.

Entre los principales resultados, Peri explicó que “a escala nacional, en los primeros 30 centímetros de suelo de las plantaciones forestales, se almacenan unas 69.398,2 gigagramos de COS -entendiendo 1 Gg como 1.000 toneladas-, es decir unos 70 millones de toneladas de carbono orgánico”.

Además, se pudo estimar que, la región mesopotámica representa el 74% de la reserva nacional de COS de las plantaciones forestales, en correspondencia con la mayor superficie de bosques cultivados que concentra esta región. Por su parte, la región Patagonia, Pampeana y Delta del Paraná almacenan el 20,2% del total. Al expresar los valores a escala nacional, por género o especie forestal, se obtuvo que el 69% del COS se encuentra almacenado en plantaciones de pino.

En esta línea, Peri aclaró que “esa capacidad de almacenamiento puede ser modificada con el cambio de uso de la tierra, la puesta en producción -ya sea agrícola, forestal u otra- y la implementación de diferentes estrategias de manejo de suelos, cambiando la dirección de los flujos de carbono en el sistema suelo-atmósfera”.

Según Peri, “cuantificar el COS es el primer paso para dimensionar las reservas de un suelo y tomar decisiones sobre cómo mejorar el secuestro de C y/o reducir su pérdida, analizando la respuesta de los ecosistemas ante cambios ambientales como producto de la variación climática o ante decisiones relacionadas con el manejo”.

“Así, se ha tomado en cuenta la capacidad de los sistemas forestales de almacenar carbono tanto en biomasa como en compuestos orgánicos del suelo, para desarrollar políticas que favorezcan la instalación de plantaciones con el propósito de mitigar emisiones de GEI”, afirmó el coordinador.

Por su parte, Ana Lupi -investigadora del Instituto de Suelos del INTA- agregó: “La Selva Paranaense presenta los valores de carbono orgánico de la línea base más altos, 71 toneladas de carbono por hectárea, y no se encontraron diferencias significativas comparando los usos del suelo y las clases de uso”.

En contraste, “en el Chaco Húmedo la mayor cantidad de COS se observó en la línea base, aproximadamente 74.000 kg/ha, seguido de las plantaciones forestales, 62 toneladas por hectárea, y con un menor valor, el uso alternativo productivo, 54 toneladas por hectárea”.

Del estudio, surgió una tendencia a que el COS promedio varíe en el sentido: forestaciones-línea base-uso alternativo. Las plantaciones con pino mostraron ser más eficientes en acumular COS que las realizadas con eucaliptus, sobre todo en las ecorregiones que presentaron valores medios de COS.

“Para cada región forestal descripta para la Argentina se determinaron ecuaciones que permiten estimar el carbono orgánico en base a una o a múltiples variables ambientales (temperatura, precipitación, contenido de arcilla en el suelo) y de manejo silvícola (género y edad de la plantación)”, especificó Lupi.

EL ESTUDIO, AL DETALLE.

La estimación fue realizada por el Programa Nacional Forestal del INTA y la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Para el desarrollo del relevamiento intervinieron profesionales de ambos organismos, diversas facultades, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), y profesionales de los gobiernos provinciales.

Se analizó la cantidad de carbono orgánico del suelo a 0-30 cm de profundidad de las plantaciones forestales del país y se generó una base de datos con 862 casos, de los cuales 321 corresponden a plantaciones forestales, 356 a líneas base –sitios con cobertura vegetal natural– y 185 referidos a usos alternativos del suelo –usos productivos no forestales–.

El primer paso fue la elaboración de protocolos y la propuesta de sitios –12 ecorregiones de la Argentina–, para luego pasar al trabajo de campo y envío de muestras al laboratorio. El último paso fue la organización y depuración de datos y el análisis de los resultados.

Las ecorregiones elegidas fueron Selva Paranaense, Yungas, Esteros del Iberá, Campos y Malezales, Chaco Húmedo, Chaco Seco, Pampeana, Delta del Paraná, Espinal, Monte, Estepas y Bosques Patagónicos.

Además del relevamiento de campo, se realizó una búsqueda de datos publicados en revistas científicas e informes de INTA relacionados con el almacenamiento de carbono en suelos forestales para incrementar la capacidad de analizar las diferencias entre usos del suelo.

PROMOVER POLÍTICAS DE SECUESTRO DE CARBONO, LA META.

“Los resultados obtenidos muestran la necesidad de reforzar la intensidad de muestreo para obtener una base de datos más robusta y poder establecer conclusiones más claras en algunas regiones”, indicó por su parte Javier Gyenge, investigador de la AER Tandil del IPADS (Instituto de Innovación para la Producción Agropecuaria y el Desarrollo Sostenible).

En esa línea, recomendó “establecer una estrategia de monitoreo que permita cuantificar el estado y la evolución de las reservas de COS en suelos con plantaciones forestales, a escala nacional”.

Gyenge hizo hincapié en que “definir un esquema de monitoreo del carbono orgánico del suelo se torna indispensable para diseñar, evaluar y promover políticas de secuestro de carbono atendiendo tanto a las posibles respuestas productivas como así también, cumpliendo con los objetivos de reducción de emisiones de GEI a escala nacional”.

El estudio recomendó hacer foco en las plantaciones forestales haciendo coincidir los muestreos de suelos con las campañas de mediciones de parcelas de inventario forestal que dispone la DNDFI de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, tomando como base una frecuencia de 1 dato cada 10 años.

“Se deberían priorizar los muestreos en suelos forestales en las regiones o cuencas en donde hay poca base de dato (por ejemplo, región chaqueña y delta del Paraná) para, en segundo lugar, establecer sitios testigos en todas las regiones buscando establecer esta evolución de los suelos forestales”, señalaron los expertos.

En Argentina prueban malla antigranizo para árboles frutales.

En Argentina prueban malla antigranizo para árboles frutales.

Los beneficios de la malla pasan por la mejora en los ingresos del productor, un mayor ingreso y un efecto multiplicador en toda la cadena frutícola.

En el norte de la Patagonia, Argentina, el granizo es una de las principales adversidades climáticas que afecta no solo la cantidad de frutas a cosechar, sino también su calidad. Por esto, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio de Producción e Industria de Neuquén realizaron un estudio sobre una malla antigranizo, los beneficios de su instalación en fincas neuquinas. Asegurar una cosecha plena todos los años y reducción de la cantidad de fruta de descarte, entre los principales aspectos positivos.

El siguiente es el artículo de INTA publicado este miércoles 3, al que accedió Todo El Campo.

MALLA ANTIGRANIZO: CÓMO IMPACTA SU USO EN LA PRODUCCIÓN DE FRUTAS

INTA | Argentina | La caída de granizo es una de las principales adversidades climáticas que afecta en calidad y cantidad la producción en los valles irrigados de la Norpatagonia, debido a que la época de ocurrencia de este fenómeno es desde octubre hasta marzo -coincidente con el período de cosecha de frutales-. Por esto, un equipo de especialistas, integrado por investigadores del INTA Alto Valle (Río Negro) y del Ministerio de Producción e Industria de Neuquén, analizó los beneficios que implica la utilización de malla antigranizo en el monte frutal. Entre ellos se destacan la mejora en los ingresos del productor por tener una cosecha plena todos los años, un mayor ingreso por la disminución de la fruta de descarte y un efecto multiplicador en toda la cadena frutícola al proteger la producción.

Entre los principales resultados, se destaca que la instalación de malla antigranizo en los montes productivos implicaría unas 27.600 toneladas más de fruta por año, incluyendo peras, manzanas, cerezas y frutales de carozo, es decir, un crecimiento del 18,3 % respecto de la producción actual.

Patricia Villarreal, del INTA Alto Valle, señaló que “la evaluación de la inversión a nivel predial, estimada para una hectárea neta plantada, es positiva en todas las especies analizadas. Esta inversión resultó ser sensible a variaciones en los ingresos adicionales y al monto de la inversión. El aumento en los ingresos -como consecuencia del aumento en los precios, la calidad o los rendimientos- y la disminución del valor de la inversión, mejoran el rendimiento financiero”.

Según datos de la serie histórica de ocurrencia de granizo en Neuquén, este fenómeno climático tiene una frecuencia del 36%, es decir, un promedio de 3,6 años en los que graniza, en un período de 10 años. El 52% de estas granizadas son leves, en tanto que el 32 % son moderadas y el 16% son graves.

Tener previsibilidad en la producción da estabilidad al trabajo en toda la cadena. Se estima que podría llegar a evitarse la pérdida del 5% de los jornales en el momento de la cosecha. Además, “se evitaría la pérdida de trabajo en la cadena, estimado en unos 2.947 meses del embalador de primera, equivalente a 245 trabajadores anualizados”, explicó Héctor Zubeldía, consultor externo que participó del estudio.

El análisis del valor agregado a la producción muestra un crecimiento anual en algo más de 16 millones de dólares, monto que representa un incremento del 32% del actual valor agregado. El 48% de este crecimiento se explica por la mejora en la calidad y, el resto, por la protección de las tormentas de granizo, considerando la ocurrencia y magnitud del daño promedio, según registros de los últimos 10 años.

Mariela Teixe, directora de Fruticultura y Horticultura de Neuquén, destacó que “teniendo en cuenta el valor que agrega la malla y la inversión necesaria para colocarla en la totalidad de la superficie frutícola productiva de Neuquén, en menos de cuatro años se recuperaría la inversión total”.

El impacto a nivel productor o predial se da por una mayor y mejor producción con estabilidad en el tiempo, favorece el ingreso, la planificación financiera y la posibilidad de invertir. Superar, en gran parte, la aleatoriedad de la agricultura por cuestiones climáticas, que tanto afecta a la producción, mejora la vinculación comercial y da mayor estabilidad laboral.

Es importante mencionar que los lotes susceptibles a incorporar la malla antigranizo deben cumplir con una base productiva adecuada, ajustando el manejo a los requerimientos de esta tecnología de protección. Además, cuanto mejor sea la vinculación comercial del productor con la cadena, mejor será la decisión de la inversión.

Otro dato que se desprende del estudio realizado es que la malla le da una estabilidad operativa superior al proceso de acondicionamiento, conservación y logística, además de facilitar la planificación y organización comercial, realizar inversiones para la mejora de los procedimientos, reducción de costos fijos, estabilidad laboral y especialización, y utilización de la capacidad instalada.

En lo referido a la logística, la organización y planificación que se logra resulta importante para la contratación de reservas en bodega naviera o contenedores, bodega aérea y camiones refrigerados necesarios para la colocación de la producción en los distintos mercados.

Por ello, a nivel de toda la cadena o complejo frutícola, la malla antigranizo potencia y mejora la vinculación comercial, hacia afuera, al ser un proveedor más confiable y, hacia adentro, entre los distintos actores del complejo agroindustrial.

El trabajo completo se puede descargar acá: Malla para proteger los frutales del granizo (neuquen.gov.ar)

Advierten sobre alternaria en mandarinas argentinas.

Advierten sobre alternaria en mandarinas argentinas.

“Alternaria es un hongo de difícil control, demanda monitoreos intensivos y aplicaciones sucesivas de fungicidas como método preventivo-curativo ante la presencia de nuevos brotes”.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) informó sobre la presencia del hongo que afecta la citricultura. En el país vecino se registró en el noreste y constituye una amenaza cuando se dan las variables meteorológicas adecuadas para su desarrollo.

Las tres condiciones meteorológicas que favorecen la aparición y diseminación de la alternaría o mancha marrón de las mandarinas son: i) temperaturas medias diarias entre 20ºC y 28ºC, ii) precipitaciones abundantes y frecuentes, y iii) sucesivos días con rocío.

“Alternaria es un hongo de difícil control, demanda monitoreos intensivos y aplicaciones sucesivas de fungicidas como método preventivo-curativo ante la presencia de nuevos brotes”, explicó Juan Manuel Roncaglia, investigador del INTA Chajarí (Entre Ríos).

En estos días, la región citrícola argentina está cursando condiciones ideales para las infecciones sobre brotes en desarrollo y frutos. Además, a partir de enero, la Estación Agrometeorológica del INTA Concordia (Entre Ríos) registró abundantes precipitaciones, luego de sufrir durante meses sequías generales con escasas caída de agua, situación que favorece a otros riesgos como el rajado de frutos.

“Los lotes que tienen mayor presión de esta enfermedad son aquellos en los que hay plantas con copas más cerradas con poca aireación, donde hay mucho movimiento de bines, cosechadores, herramientas y quintas vecinas que son las principales vías de diseminación”, indicó Roncaglia. “Afecta principalmente a mandarinas de las variedades Murcott y Nova”, añadió.

Uno de los síntomas más característicos de la alternaria es una mancha marrón de forma redondeada sobre la corteza de los frutos que, con el tiempo, se vuelve más clara y se forma una costra que puede caerse y dejar una cicatriz.

INTA recomienda a los productores citrícolas de su país que realicen los monitoreos pertinentes de los lotes de mandarinas Murcott y Nova, y se consulte a un profesional especialista que prescriba la estrategia de prevención y control adecuada, en los casos en que se requieran.

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