Ducos de Fucrea: “Las producciones de carne en las empresas ganaderas han sido muy malas”.

Ducos de Fucrea: “Las producciones de carne en las empresas ganaderas han sido muy malas”.

El técnico agregó que hay tres factores claves: menos producción de carne, más costos y pérdida del poder adquisitivo por el tipo de cambio.

Montevideo | Todo El Campo | Los productores integrantes de Fucrea mantienen permanente reuniones y diálogos en relación a la producción, y cuando se pregunta sobre cómo ha venido el desarrollo del ciclo, “la respuesta claramente es que los resultados van a ser malos”, dijo el Ing. Agr. Gonzalo Ducos, coordinador ganadero de esa institución.

Fucrea maneja 130 rodeos de cría y unas 120.000 vacas.

Recordó que el año pasado “tuvimos uno de los mejores cierres de la historia y eso hizo que las empresas tuvieran ciertas particularidades”, pero eso “rápidamente” cambió con “el precio del ganado cambiando su realidad” pasando de un novillo de US$ 5 a US$ 3,30, y el clima comenzó con la situación que conocemos hasta hoy.

Tenemos una combinación de un clima muy complicado en prácticamente todas las zonas del país, con dificultades en el agua de abrevadero, tajamares, cañadas, sumado a que dependiendo de la lluvia el pasto que se pudo juntar”. De cualquier manera, “las producciones de carne en las empresas ganaderas fueron muy malas”, aseguró.

El técnico agregó que hay tres factores claves: menos producción de carne, más costos y pérdida del poder adquisitivo por el tipo de cambio.

MENOS PRODUCCIÓN DE CARNE.

Lo que tenemos es “un primer escenario con menos producción de carne, ¿cuánta?, comparada con la seca de 2017/2018 que fue menos intensa, los productores de Fucrea produjeron 128 kilos de carne, el año pasado casi alcanzaron los 150 kilos”. Partiendo de ese antecedente, “estamos hablando de que en el próximo cierre veremos una disminución de entre 20 y 30 kilos de carne”, estimó y agrego: “Me animo a decir que esa disminución en la productividad en kilos por hectárea se va a reflejar claramente”.

Agregó que “la producción de verano había sido de -20 o -30 kilos de carne. No es que la producción fue cero, sino que tuvieron menos producción” porque “los ganados perdieron kilos”.

MÁS COSTOS.

En segundo lugar, tenemos un escenario de “más costos, porque muchas empresas para sostener la producción tuvieron que tomar medidas de suplementación”.

Además “vamos a tener una disminución de preñez” que en el movimiento Crea suele de ser del 84% (dato de los últimos 5 años), pero ahora “imaginamos una pérdida de 8 a 10 puntos porcentuales”.

PÉRDIDA DEL PODER ADQUISITIVO.

Otro factor “que está jugando muy fuerte es la pérdida del poder adquisitivo del dólar frente al peso, con la moneda estadounidense pasando de $ 42 a $ 37,30 y una pérdida de valor de más del 18% con una inflación del 10% tiene un impacto muy importante”, pero el tenor del mismo depende del componente de costos en pesos de cada empresa.

Ese componente en pesos es de “entre el 30% y el 40%” variando según la empresa, pero de lo que no hay duda es que “la estructura del costo en pesos es importante”.

Y lo otro es que “las familias viven de los resultados de sus empresas y el dólar es la moneda de cambio de la agropecuaria nacional”.

En resumen, lo que tenemos es “menos producción, más costos, disminución del dólar”. Ese es un “escenario de resultados malos”, aunque aún no se tiene el dato último de cuán malo será.

Por otra parte, si la empresa ganadera tiene algo de agricultura, “el resultado va a ser mucho peor”. No hay dudas de que “vamos a un resultado malo”, insistió.

EL DESAFÍO QUE SE VIENE.

Ducos también señaló que “aunque tengamos una primavera muy llovedora, si las empresas no recomponen rápidamente la carga, lo que va a pasar es sobrar mucho pasto porque no estará la estructura ganadera que se lo pueda comer” y lo que sucederá “muy probablemente” es que “la relación de intercambio entre el ganado flaco para el campo y el gordo para la industria se va a ajustar violentamente”.

Eso quiere decir que se va a salir “a comprar ganado de reposición para la primavera y cuando el pasto empiece a sobrar va a ser inflacionario sobre el precio del ganado” generándose “un cuello de botella que cada empresa deberá solucionar según el ajuste de carga, porque hay empresas que ajustaron muchísimo la carga por no poder sostenerla”.

ENTREVISTA COMPLETA.

Gonzalo Ducos de Fucrea | Diario Rural.
Aunque el año ganadero al 30 de junio próximo no será como el anterior, va a ser de normal a bueno, dijo Gonzalo Ducós de Fucrea.

Aunque el año ganadero al 30 de junio próximo no será como el anterior, va a ser de normal a bueno, dijo Gonzalo Ducós de Fucrea.

A pesar de los costos, las primaveras secas, la baja de los precios de lo que se produce, de la pérdida del área ganadera, los resultados nos muestran que tenemos una ganadería pujante que va hacia adelante.

Montevideo | Todo El Campo | El jueves 8 de diciembre se realizó la VII Jornada de Economía: Los números de la ganadería, evento realizado en el Instituto de Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Treinta y Tres que contó con la exposición de técnicos de diferentes instituciones, entre ellos el Ing. Agr. Gonzalo Ducós, coordinador ganadero de la Federación Uruguaya de Grupos CREA (Fucrea).

Sobre la actividad Ducós dijo que en esa oportunidad “estuvimos mostrando los resultados del año que pasó”, un “momento fantástico que hace tiempo nos abandonó, y también mostramos las proyecciones” hacia el cierre del próximo junio. Esas perspectivas hacia el futuro “claramente son en caída”, advirtió, pero tendremos un año “de normal a bueno”.

Recordó que “al 30 de junio de 2022 estábamos viviendo los precios excepcionales de la ganadería lo que provocó que el ingreso de las empresas fuera muy bueno”. Los “números fríos” nos muestran que “la producción en kilos de carne aumentó un poquito y el diferencial lo dio el precio, más allá de los aumentos de costos”.

Pero “si pensamos que año a años la ganadería uruguaya ha perdido hectáreas frente a la agricultura, que la forestación le sacó 1 millón de hectáreas, pero tenemos 4,3 millones de vacas, casi 500.000 más que hace 10 años” concluimos que “la ganadería del país no está estancada, está pujante, va hacia adelante”, a pesar de que “estamos viviendo 3 o 4 primaveras secas dependiendo de la región del país”.

“Entonces, si con las primaveras secas y con menos producción de pasto logramos producir un poco más de carne, es porque estamos haciendo alguna cosa mejor”, planteó.

Por otra parte, “al mirar para adelante lo que vemos es que las empresas vuelven a los resultados de 2017, 2018, los cuales no eran malos si observamos el ingreso de capital de las empresas en la evolución del tiempo. Salimos de un año fantástico y volvimos a una realidad de buenos precios donde el clima es el factor determinante porque ya vimos que el mercado internacional cayó pero Uruguay de los US$ 5,50 se fue a los US$ 3,50”.

Por tanto, “le mercado explica la baja del 50% del valor y lo climático el otro 50%”, porque cuando llueve “algunos productores pueden hacer retención de ganados”, pero también “hay que hacer ajustes de carga”.

“Esos ajustes de carga son los que provocaron que el norte del país, que fue la zona más afectada el año pasado por la seca, sea la zona donde se capitalizó menos en un año muy bueno para las empresas CREA. En el norte se tuvo que descargar predios, se descargó a precios menores y si bien el resultado del basalto fue mejor que en años anteriores, no fue tan bueno como en las otras regiones del país”, explicó.

EL AÑO FUCREA “FUE MUY BUENO” Y LO QUE SE HIZO CON EL INGRESO DE CAPITAL.

El coordinador ganadero de Fucrea dijo que para las empresas ganaderas de esa institución “el año fue muy bueno”, logrando US$ 198 de ingreso de capital.

Ese “es un resultado muy bueno -insistió-, basado en un incremento muy fuerte del producto bruto ganadero que son los kilos de carne producido por el precio obtenido”, con “un incremento de costos del entorno del 20%, eso resultó en un incremento de ingreso de capital de US$ 80”.

Ahora bien, “ese ingreso de capital que es una forma de ver los resultados, permite pagar la renta, el interés del capital que uno tiene, o sea que las empresas el año pasado fueron muy competitivas desde el punto de vista de los resultados respecto a los bienes que trabajan, pero también parte de ese resultado está en la valorización del stock que tenés dentro de tu empresa, y esa valorización del stock claramente se esfumó porque la valorización de esos ganado hoy es otra con respecto al 30 de junio. Cada empresa tiene que ver su análisis de ese ingreso de capital, dónde estaba, dónde lo tiene (en el banco o en campo), y qué hizo después con él”.

LA ENCUESTA – Para conocer qué pasó con ese ingreso de capital, Ducós comentó que se hizo una encuesta en la que se preguntó qué se hizo con los resultados logrados en caso de que éstos hayan sido mejores a lo esperado.

“El 70% de las respuestas contestaron que hicieron inversiones postergadas en alambrados, subdivisiones y agua”. De esa respuesta “destaco inversiones postergadas, porque en la jornada de INIA se presentó un cuadro que mostraba que habitualmente con los resultados de las empresas no alcanza para tener un saldo diferencial que permita hacer inversiones importantes”. O sea que “a veces las empresas no tienen el capital para las transformaciones que se deben hacer. Invertir en agua es costoso, involucra mucho dinero, aunque haya buenas opciones de proyectos de inversión, créditos, etc”.

Como conclusión: “El año fue bueno y el productor reinvierte mucho en alambrados, pozos, aguas, bebederos”. Esas inversiones “se ven en las visitas que uno hace en los diferentes grupos CREA, y eso es muy bueno porque tenemos indicadores de mejoras potenciales que se pueden obtener partiendo de esas inversiones postergadas”.

EL ESCENARIO QUE SE VIENE. PROYECCIÓN A JUNIO 2023: “UN AÑO DE NORMAL A BUENO”.

En otra orden, Ducós precisó que la proyección presentada fue hecha hasta finales de junio de 2023 con “empresas de ciclo completo que vendan el novillo entre US$ 3,50 y US$ 4,00, empresas de ciclo incompleto que venden los novillos para corrales entre US$ 1,60 y US$ 2,00, e invernadoras que compran el ternero entre US$ 2,00 y US$ 3,00 y venden el novillo entre US$ 3,20 y US$ 4,00. Cuanto menos es mi valor de venta por kilo producido menor va a ser el resultado pensando en que los costos tendrán un aumento de un 10% manteniendo las pasturas”.

Respecto a la proyección a junio de 2023 Ducós explicó que se planteó “un escenario de empresas que producen 100, 120 o 140 kilos de carne y venden el novillo gordo entre US$ 3,00 y US$ 4,00”.

Allí “lo que vemos es que cuando más produce y más el precio mejor va a ser el resultado, lo que es obvio. Pero si mi empresa el año pasado producía 130 kilos de carne y vendí el kilo a US$ 2,50 y este año el kilo producido se me viene a US$ 1,80, por lo que mí resultado va a ser significativamente inferior al año que pasó”, de todas formas “es un buen resultado si lo comparo con la serie de años desde 2010”. Por lo que “estaríamos en un escenario del tercer o cuarto año mejor de la serie pese a la enorme baja de los precios”, subrayó.

Dicho de otra manera, “el escenario que estamos proyectando hacia adelante es de normal a bueno en los resultados de las empresas ganaderas de CREA”.

AUDIO COMPLETO.

Las declaraciones del Ing. Ducós fueron al programa Diario Rural. Compartimos el audio de la entrevista.

Nada indica que “el problema del dólar” se vaya a solucionar en el corto plazo.

Nada indica que “el problema del dólar” se vaya a solucionar en el corto plazo.

“El aumento de la inflación en pesos más la baja del dólar de un 12% está incidiendo muchísimo en las empresas”, dijo el Ing. Ducós de Fucrea.

Montevideo | Todo El Campo | “El efecto de la caída del dólar está teniendo una incidencia muy importante” y afecta a “las familias que viven del agro, que son muchas más que las familias de los productores porque incluye a toda la cadena que se asocia a la dinámica de los pueblos”, observó el coordinador ganadero de la Federación Uruguaya de Grupos CREA (Fucrea) en declaraciones al programa Diario Rural (radio Rural) este lunes 12.

Todos los rubros productivos, sea ganadería, lechería, lana o granos, cobran en dólares y eso “está buenísimo, pero ese dólar después lo tenés que volcar al mercado y ahí se genera una problemática importante” porque se necesita mayor producción para cubrir la canasta básica.

“El aumento de la inflación en pesos, más la baja del dólar de un 12% está incidiendo muchísimo en las empresas porque vos tenés que vivir y sostener presupuestos familiares en pesos en un país caro o carísimo dependiendo de donde te muevas, y eso está complicando bastante los números”, destacó.

Ducós que aclaró no ser economista sino ingeniero agrónomo consideró que el del dólar “es un problema que no se va a solucionar” en el corto plazo, “porque el año que viene el país negocia los consejos de salario todos a la vez y claramente eso para el Gobierno es una problemática gigantesca”.

En ese escenario, “el Gobierno no va a poder darnos un respiro con el dólar porque eso le juega en la inflación y complica los números generales. Y me parece que nos enfrentamos a un escenario donde el dólar va a seguir chato pase lo que pase en el mundo”, vaticinó.

LOS INSUMOS, RÁPIDOS PARA SUBIR, LENTOS PARA BAJAR.

Consultado si los importadores traducen el tipo de cambio en los precios de los insumos, Ducós dijo que “los insumos suben por ascensor y bajan por escaleras, y los insumos de la ganadería están asociados a las pasturas y los granos”.

Hay que pensar “en los momentos del año más relevantes de los gastos. El año pasado en marzo y abril el fertilizante y los agroquímicos estaban por las nubes aunque es cierto que para el año que viene deberíamos tener insumos más moderados, ya los tenemos hoy en algunos de ellos, capaz que ahí tenemos una pequeña ventaja en el costo de pasturas que disminuya un poco y se pueda licuar la diferencia de los costos en pesos, y que según el rubro de la empresa que se analice inciden en mayor o menor medida”.

Lo que sí está claro “es que salimos de un escenario muy bueno, volvemos a un escenario más realista que no es malo, es un escenario mejor a muchos otros años, y vamos a tener una gran dependencia de lo que suceda con el clima en los próximos meses, con algunas lluvias que esperamos lleguen a todos y que el pronóstico de un enero que irá aflojando se dé, permitiéndonos tener buenas producciones que sumadas a precios buenos logren concretar al final del año un buen resultado”, finalizó.

¿Cuántas hectáreas debe tener un tambo para lograr ganar lo mismo que el salario mínimo en Conaprole?

¿Cuántas hectáreas debe tener un tambo para lograr ganar lo mismo que el salario mínimo en Conaprole?

Como un relojito que funciona bien, cada “primavera de clima o de precios hay lío en Conaprole, no erra”, siempre pasa.

“Para lograr ganar lo mismo que un empleado de Conaprole en un año, un tambero debe tener 269 has., mitad propias, mitad arrendadas, más un millón de dólares de activos entre ganado, maquinaria, equipos y capital de giro”, a esa conclusión arribó el Ing. Agr. Gonzalo Ducos, coordinador agrícola ganadero de Fucrea en el marco del conflicto lechero que lleva ya un tiempo extremadamente largo sin encontrar una solución.

Ducos también tiene experiencia en el rubro lechero porque también se ha dedicado a él y lo ha estudiado.

No conozco a casi ningún productor lechero que pueda entender los reclamos y los problemas que vienen hace más de dos meses en el sector, puntualmente entre la empresa Conaprole y su sindicato”, escribió en una columna de análisis publicada en el diario El País.

Además de ser incomprensible, al parecer se trata de una conflictividad programada estratégicamente porque siempre se da en determinado momento del año. Sin embargo este año se adelantó. “Si uno mira la prensa de años anteriores siempre que llega la primavera, se arma lío en Conaprole, es como el súper gas, primera ola de frío y hay lío con las garrafas”. Mucha casualidad que cada año la conflictividad se dé como relojito, a Ducos le faltó mencionar los paros en la enseñanza cada marzo, otra rama de la actividad que afecta y mucho a la sociedad.

El relojito funciona bien: “Hay primavera de clima o de precios y hay lío en Conaprole, no erra”, señala.

LOS NÚMEROS QUE SORPRENDEN.

Con el marco de la conflictividad habitual, el técnico de Fucrea se pregunta: “¿Cuántas hectáreas debe tener un tambo para lograr ganar lo mismo que el salario mínimo que tiene un empleado Conaprole por año?”

La respuesta: “Según una nota de prensa de El Telégrafo y una comunicación personal, el salario mínimo de ingreso para un trabajador de Conaprole es de 64.000 pesos nominales por una jornada de seis horas y 50 minutos efectivos de trabajo. A eso, hay que agregarle un montón de beneficios, que no vamos a detallar”.

Si eso lo anualizamos y lo pasamos a dólares de hoy, nos da el número de 22.333 dólares, más beneficios. Hace unos días, en la jornada de lechería de INIA Fucrea se mostró un cuadro que resumía los resultados de las empresas CREA Lecheras en los últimos años. Si tomamos los datos desde el año 2015 a la fecha, mirando el ingreso de capital (ingresos globales del tambo, menos todos sus costos antes de renta e intereses) nos da que necesitamos 89 has. de lechería, que debieran ser propias, para poder igualar el sueldo de un empleado que recién ingresa a trabajar a Conaprole”.

Agrega que en Uruguay -según la última encuesta de DIEA-Inale del 2020- “el área destinada a la lechería abarcaba una superficie de unas 75.000 hectáreas (ha). De este total, 352.000 has estaban bajo algún tipo de arrendamiento, lo que significa el 46,6% del área. Según DIEA-MGAP la renta que se pagó por una hectárea destinada a la lechería fue de 148 US$/ha”.

Si al ingreso de capital se le resta la renta y el pago de intereses sobre una deuda promedio de US$ 500 por hectárea explotada, “necesitamos un tambo de 269 hectáreas”.

En el siguiente cuadro vemos que “entre el 2015 al 2020 se perdieron 110 tambos por año y con evoluciones diferentes según su escala de superficie. En los tambos pequeños de menos de 50 has, se perdió un 30% de los mismos y para el siguiente escalón se perdieron, en 5 años, el 15% de los predios lecheros”.

En definitiva, “hay que tener un tambo de 269 has, mitad propio y mitad arrendado y agregarle a eso 1 millón de dólares de activos entre ganado lechero, más maquinaria y equipos y el capital de giro necesario, para la operación diaria del tambo. En un trabajo en donde, si el dueño titular o un colaborador se muere, igual alguien va a tener que ordeñar las vacas porque si no se enferman. Y que nadie se haga el loco de ordeñar una sola vez ese día, de noche y de día, con barro frío o calor intenso”. Hasta ahí los cálculos económicos. Ducos finaliza con una reflexión final, que es más un deseo: “Esperemos que algún día los productores lecheros de este país puedan sentir que, llegó la primavera y no hay lío en Conaprole”.

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