Además de económica, la UE y China deberían mirar un posible TLC con el Mercosur como una estrategia geográfica y política. Seguro que los chinos lo entienden así, los europeos parece que no.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | La agropecuaria europea está atravesando momentos definitorios. Mientras las protestas no cesan y las autoridades comienzan a rever algunas medidas que las causan, sigue debatiéndose el acuerdo Mercosur-Unión Europea que, además de ser un acuerdo comercial como todo tratado de libre comercio, está en juego la estrategia del bloque europeo respecto al sudamericanoy la posibilidad -el error fatal, debo decir- de dejar esta parte del mundo libre a una Chinaambiciosa que no deja de extender sus redes y que además tiene los objetivos más claros, unificados, y que se comporta de forma más pragmática.
Vayamos por partes.
Las manifestaciones del campo europeo llevan ya varios días pero no son contra ningún Gobierno en particular. Más bien contra Bruselas que es donde nacen las políticas agropecuarias de la UE. Eso es bueno precisarlo para que la protesta no se politice ni ideologice, algo que algunos interesados e inescrupulosos militantes políticos han querido hacer para arrimar agua a su molino.
GLOBALISTAS EN RETROCESO.
Como alguna vez lo supo hacer Un Solo Uruguay en nuestro país, los agricultores y ganaderos de toda Europa se han convocado de forma espontánea y apolítica, para manifestarse respecto a la situación que están atravesando, y aunque cada país presenta sus particularidades, el foco de las protestas está puesto en las políticas europeas que desde hace algunos años se encaminan a la reducción (¿hasta su desaparición?) de la agropecuaria, en pro de una agenda verde que busca establecer emisiones cero. O al menos esas son las explicaciones que dan.
Ya en 2023, los productores de Países Bajos realizaron concentraciones que resultaron en que Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, abandonara los planes para exigir al sector agrícola que reduzca las emisiones de metano y nitrógeno en un tercio para 2040.
Ahora, la Comisión Europa se enfrenta a otra derrota, al tener que abandonar sus planes de reducir del uso de pesticidas a la mitad durante el mismo período de tiempo. Los productores advierten que de sostenerse esa medida se expone al sector y lo debilita frente a otros países competidores y que ingresan al continente con mejores precios y sin tener que cumplir con la normativa ambiental europea.
Otro paso atrás de las autoridades fue el abandono de las políticas que buscan reducir el consumo de carne.
Otro renglón para subrayar es el poco sustento científico que tienen muchas de las medidas anticampo que toma la UE.
De todas maneras es interesante la afirmación del Von der Leyen: “Nuestros agricultores merecen ser escuchados”, dijo, pero el periodismo europeo dice ignorar si las concesiones hechas por Bruselas son suficientes para retomar la calma.
Lo que ya es evidente y nadie niega, es el poder de movilización y presión que tienen los agricultores. Si antes no emplearon ese potencial fue porque no quisieron, aunque las manifestaciones del campo contra la agenda verde europea comenzaron hace algunos años en Países Bajos, y desde entonces no han dejado de acumular potencial hasta llegar a la actualidad, causando verdaderos estragos en el normal funcionamiento de importantes ciudades.
Así y todo, los agricultores han logrado una muy buena base de apoyo ciudadano que considera justificadas las manifestaciones. No podría ser de otra forma en cuanto los productores son responsables directos de la seguridad alimentaria de cada país, y de todo el continente.
TLC CON EL MERCOSUR.
Por otra parte y como trasfondo, los gobiernos europeos y los propios productores debaten si deben avanzar o no en un tratado de libre comercio con el Mercosur. Un tema que en Uruguay nos tiene aburridos y desanimados, pero que enardece a los europeos en un debate que no logra ponerlos de acuerdo.
Asimismo, un TLC entre ambos bloques representa una importancia estratégica para la UE que no quiere -y no es conveniente para sus intereses- dejar a América Latina en manos de China.
Marie Krpata, investigadora del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), advirtió que si el acuerdo UE-Mercosur fracasa, se incrementará el peso económico de China en menoscabo de la UE que se alejaría de esta parte del mundo que es clave en la producción de alimentos para el mundo.
Además de económica, la UE y China deberían mirar un posible TLC con el Mercosur como una estrategia geográfica y política. Seguro que los chinos lo entienden así, los europeos parece que no.
Foto de portada: movilización de productores en España | Foto de Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla y León.
La magnitud de las protestas ha puesto en alerta a la Comisión Europea (CE) que el jueves inició el “diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura de la UE”.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Desde hace algunas semanas, varios países de Europa han sido sacudidos por las masivas protestas de los agricultores que movilizaron parte de su maquinaria como forma de protesta por las diferentes políticas que se llevan a cabo desde la Unión Europea como bloque y desde los países en forma individual.
Alemania, Polonia, Rumania, Francia, España, son algunos de los países de mayor actividad crítica que en la mayoría de los casos tienen un comienzo no planificado. Por lo que se puede observar a la distancia y según la información recabada por Todo El Campo, son iniciativas espontáneas con una fuerte actividad en las redes sociales.
Salvando las distancias -que son muchas en el modus operandi, la carga de violencia de entonces y los objetivos buscados-, las manifestaciones de productores europeos se parecen y hacen recordar a lo que fue la “Primavera Árabe” de los años 2010-2012 en cuanto a la espontaneidad, el papel jugado por los canales informales de comunicación, el contagio creciente con protestas cada vez más grandes en volumen y capaces de trasladarse a otros países, además del cansancio generado por gobiernos que se ponen de espaldas a las necesidades y sin escuchar lo que la gente tiene para decirles.
RESPUESTA DE LA COMISIÓN EUROPEA.
La magnitud de las protestas ha puesto en alerta a la Comisión Europea.
El miércoles 24, el vicepresidente ejecutivo de la CE para Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, dijo que el Ejecutivo comunitario nunca ha sido “el enemigo” de los agricultores, y desde la página web de la CE se publicó un post de entrada en el que se apela al “diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura de la UE”.
La reacción de la CE se da al mismo tiempo que productores de varios países, principalmente llegados de Francia, se concentraron el miércoles 24 en el frente del Parlamento Europeo en la ciudad de Bruselas (Bélgica).
En la publicación de la CE, la cual es abierta a todo público, se enfatiza que “los agricultores son cruciales para nuestro presente y futuro”, y que “gracias al sector agroalimentario europeo, 450 millones de personas tienen acceso a alimentos seguros, saludables y asequibles”.
“Los agricultores de la UE son la columna vertebral de la autosuficiencia alimentaria de Europa y motores vitales del empleo y el crecimiento sostenible en las zonas rurales”, agrega.
También se puede leer la cita de un fragmento del discurso que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, dio en 2023: “Debemos trabajar junto con los hombres y mujeres de la agricultura de la UE para garantizar nuestro suministro de alimentos para el futuro. Nuestros agricultores se enfrentan a retos cada vez mayores: por eso queremos iniciar un diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura de la UE. Estoy convencido de que la agricultura y la protección del mundo natural pueden ir de la mano. Necesitamos ambas cosas”.
LAS DECLARACIONES DE MAROS SEFCOVIC.
Son particularmente interesantes las declaraciones del eslovaco Sefovic ya que son en respuesta a las movilizaciones crecientes en la Unión Europea.
Dijo que los agricultores son los que ponen a la UE en un lugar privilegiado como economía agrícola, y que los productos agroalimentarios europeos son reconocidos globalmente como “de la mejor calidad, los más limpios, los mejores y los más seguros”.
Aseguró que la CE trata de trabajar “de forma más estrecha” con los productores, por lo que esa institución siente un “gran respeto”.
El reconocimiento que Sefcovic y por él toda la CE hace del rol importantísimo que cumplen los productores europeos llegan con retraso, además de que son palabras contra políticas europeas que han durante mucho tiempo han perjudicado a la agropecuaria del bloque.
Las protestas son causadas por diferentes motivos según el país, pero hay algunos puntos de coincidencias: incremento de los combustibles, eliminación de las subvenciones agrícolas, alza de impuestos, encarecimiento de los seguros, entre otros.
Prohibir la edición genética generaría costos de 3 billones de euros. En cambio, adoptar las tecnologías modernas llevarían a la agricultura a una drástica reducción de pesticidas y fertilizantes, aumentando la seguridad alimentaria a través de la creación de variedades de plantas resistentes al clima.
Montevideo | Todo El Campo | En una carta abierta, 35 ganadores del premio Nobel y más de 1.000 científicos, piden a los eurodiputados que apoyen las nuevas técnicas genómicas, tan criticadas por grupos sin sustento científico.
La misiva ha tenido una difusión global ya que el miércoles 24 de enero, la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo votará si la Unión Europea (UE) debe mantener o suavizar las restricciones que frenan el uso de las nuevas técnicas genómicas (NGT) en Europa.
Según el sitio web Alliance for Science (Alianza para la Ciencia), la Comisión Europea propuso un nuevo sistema que permita a los científicos seguir avanzando en la mejora de cultivos utilizando Crispr y otras NGT sin infringir las regulaciones existentes que son altamente restrictivas sobre los organismos genéticamente modificados (OGM).
Ya en octubre de 2023, Alianza para la Ciencia y Breakthrough Institute publicaron un informe advirtiendo que una prohibición de facto de la edición genética de precisión en Europa podría tener costos económicos por un total de más de 3 billones de euros durante la próxima década.
Con esta nueva carta abierta se argumenta que el uso de Crispr en el fitomejoramiento tiene el potencial de reducir drásticamente el uso de pesticidas y fertilizantes en la agricultura, al tiempo que aumenta la seguridad alimentaria a través de la creación de variedades de plantas resistentes al clima.
TECNOLOGÍAS “INMENSAMENTE PROMETEDORAS PARA LA AGRICULTURA SOSTENIBLE”.
La carta está firmada por los coinventores de la tecnología Crispr, la bioquímica Emmanuelle Charpentier, y la microbióloga Jennifer Doudna, quienes compartieron el premio Nobel de Medicina 2020 por su trabajo pionero.
Otros de los firmantes de renombre mundial son Steven Pinker y Peter Singer. Para ellos “las NGT son inmensamente prometedoras para la agricultura sostenible, la seguridad alimentaria mejorada y las soluciones médicas innovadoras”.
Por lo tanto -agregan- “le animamos a que se comprometa con la inmensa mayoría de los agricultores y con los auténticos expertos, no con los grupos de presión anticientíficos reactivos de la burbuja de Bruselas. Les imploramos que voten a favor de las NGT”.
LA CARTA ABIERTA.
Los científicos firmantes se dirigen a los diputados al Parlamento europeo asegurando que en “tiempos de crisis climática, pérdida de biodiversidad y renovada inseguridad alimentaria, un enfoque científico y basado en la evidencia es esencial en todos los aspectos”, y llama a “elevarnos por encima de la ideología y el dogmatismo”.
“Les imploramos que voten a favor de las NGT, alineando sus decisiones con los avances en el conocimiento científico. El mejoramiento convencional para cultivos resistentes al clima (con cruzamiento de ciertos rasgos, selección posterior y luego retrocruzamiento para eliminar rasgos indeseables) requiere demasiado tiempo. Lleva años, incluso décadas. No tenemos este momento en una era de emergencia climática”, agregan.
Por otra parte, “hay muchas plantas que por características genéticas específicas, son muy difíciles de criar por medios convencionales”; además “resulta que estos cultivos requieren la mayoría de los pesticidas nocivos utilizados en la UE para protegerse contra plagas y enfermedades. Pero al igual que con la resiliencia climática, las NGT pueden mejorar drásticamente esta situación”, porque esas tecnologías “ayudan a que las plantas de cultivo sean resistentes a las enfermedades mediante ediciones precisas y específicas de su código genético, lo que hace posible nuestros ambiciosos y vitales objetivos de reducción de plaguicidas y, al mismo tiempo, protege los rendimientos de los agricultores”.
Por tanto, “los métodos de mejoramiento rápidos, específicos y favorables deben agregarse a la caja de herramientas del fitomejorador”.
Aseguran que “las NGT son muy prometedoras para la agricultura sostenible, la mejora de la seguridad alimentaria y las soluciones médicas innovadoras. Pero las oportunidades también podrían verse en nuevos empleos y una mayor prosperidad económica”.
Asimismo, advierten que “un informe reciente mostró que el hecho de no permitir las NGT podría costar a la economía europea 300.000 millones de euros anuales en ‘beneficios perdidos’ en múltiples sectores. Ese es el costo de decir ‘no’ al progreso científico”.
“CONJUNTO INEQUÍVOCO DE PRUEBAS CIENTÍFICAS”.
Sobre e final, los firmantes hacen un llamado a que haya un “compromiso con la inmensa mayoría de los agricultores y auténticos expertos, no con los grupos de presión anticientíficos reactivos de la burbuja de Bruselas”.
“Le pedimos que tenga en cuenta el conjunto inequívoco de pruebas científicas que respaldan las ONG y que tome decisiones que se ajusten a los intereses superiores de la Unión Europea y de sus ciudadanos”, agrega.
Si se toma ese camino, se fomentará la innovación”, pero también se “posicionará a la UE como líder en la elaboración de políticas responsables y basadas en datos empíricos en todo el mundo. Los líderes de África, por ejemplo, están observando de cerca lo que deciden, al igual que los científicos africanos que tienen listos para usar yuca, banano, maíz y otros cultivos básicos resistentes al clima”.
ALGUNOS DE LOS FIRMANTES.
Emmanuelle Charpentier, Premio Nobel de Química, 2020. Jennifer Doudna, Premio Nobel de Química, 2020. Richard John Roberts, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 1993. Steven Pinker, profesor de psicología de la familia Johnstone en la Universidad de Harvard. Peter Singer, Profesor de Bioética, Universidad de Princeton. Roger D. Kornberg, Premio Nobel de Química 2006. Craig Mello, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2006. Peter Doherty, Premio Nobel, Fisiología o Medicina 1995. Sheldon Glashow, Premio Nobel, Física 1979. Charles M Rice, Premio Nobel, Fisiología o Medicina 2020. Konstantin Sergeevich Novoselov, Premio Nobel de Física 1979. David Baltimore, Premio Nobel, Fisiología o Medicina 1975. John Mather, Premio Nobel de Física 2006. Randy W. Schekman, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2013. Gregg L. Semenza, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2019. Takaaki Kajita, Premio Nobel de Física, 2015. May Britt Moser, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2014. Edvard Moser, Premio Nobel, Fisiología o Medicina 2014. Jerome I. Friedman, Premio Nobel de Física, 1990. Christiane Nusslein Volhard, Premio Nobel de Fisiología o Medicina, 1995. F. Duncan M. Haldane, Premio Nobel de Física 2016. Lars Peter Hansen, Premio Nobel de Economía 2013. Eric S. Maskin, Premio Nobel, Economía 2007. Oliver Hart, Premio Nobel de Economía 2016. Edmund S. Phelps, Premio Nobel, Economía 2006. Mario R. Capecchi, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2007. Martin Chalfie, Premio Nobel de Química 2008. Barry J. Marshall, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2005. Harold E. Varmus, Premio Nobel, Fisiología o Medicina, 1989. George F. Smoot, Premio Nobel de Física 2006. Hartmut Michel, Premio Nobel de Química 1988. Erwin Neher, Premio Nobel, Fisiología o Medicina 1991. Barry Clark Barish, Premio Nobel de Física 2017. Eric F. Wieschaus, Premio Nobel, Fisiología o Medicina, 1995. Brian Kobilka, Premio Nobel de Química, 2012. Kurt Wuthrich, Premio Nobel de Química, 2002. Fynn Kydland, Premio Nobel, Economía 2004.
Sin desconocer cuánto aportó Merkel a Alemania y cuánto Alemania a Europa, también hay que decir que el declive económico de ese país -que sigue siendo una potencia a pesar de todo- se debe principalmente a la política energética de la excanciller.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Alemania, país ubicado en el corazón de Europa, es la principal economía de ese continente y la cuarta en el mundo por detrás de Estados Unidos, China y Japón. Desde hace años y gracias a su potencial económico como del liderazgo continental que ha ejercido por mucho tiempo, se ganó el apodo “motor de Europa”, con toda razón.
Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) elaborado en abril de este año, señaló que Alemania tiene un PBI de 4,31 billones de dólares, un total que para los mortales comunes cuesta imaginar. Llevar esa cifra a números resulta en US$ 4.310.000.000.000, algo a lo que no estamos acostumbrados en Uruguay.
Sin embargo, las señales que está dando la economía alemana a Europa y al mundo no son buenas: “Alemania, otrora potencial industrial mundial, ha dejado de crecer”, publicó Los Ángeles Times; la agencia rusa Sputnik señaló que “el país prácticamente no ha crecido en lo que va del 2023, algo sorprendente” para la fuerza que esa economía tuvo hace pocos meses atrás. Y así muchos titulares o artículos de secciones especializadas en economía.
¿Qué explica ese fenómeno adverso y tal vez inesperado? La respuesta es clara y contundente: la guerra que Europa lleva a cabo contra Rusia luego de que Vladimir Putin decidiera invadir Ucrania a comienzos de 2022.
Pero no es la guerra en sí porque ningún país europeo participa de forma directa y cruenta sino con apoyo logístico a Ucrania y sanciones económicas y financieras a Rusia, incluyendo las limitantes en las compras del gas ruso.
El parate de la economía tiene dos explicaciones, la primera su dependencia del gas ruso. El propio Robert Habeck (partido Verde), ministro de Economía alemán debió reconocerlo: “La industria alemana dependía mucho de las importaciones rusas de energía, sobre todo de gas”, cosa no sucede con otros países aliados de Ucrania como Estados Unidos (al otro lado del océano), “pero tampoco Gran Bretaña o España” que “prácticamente no tenían gas ruso”, pero Alemania debió “sustituirlo y para eso debió pagar precios más altos. Por eso tenemos precios más caros en energía. Esa es la consecuencia de la pérdida del gas ruso”, agregó.
Lo que Habeck no dice, y de hacerlo no consta en las versiones a la que accedió Todo El Campo, es que detrás de esas malas políticas energéticas que ataron el bienestar alemán a Rusia, se encuentra la excanciller Ángela Merkel (partido Unió Democrática Cristiana), que dirigió los destinos de su país con liderazgo firme por 16 años. No se trata de desconocer todo lo bueno que la dama de hierro hamburguesa (nacida en Hamburgo) hizo por su país, pero a la luz de los hechos y con una guerra de por medio se deduce que hubo un grueso error. Ningún país debería supeditar la alimentación ni la energía a terceros países.
La segunda explicación es una menor demanda de productos alemanes.
UN PIB EMPOBRECIDO.
Información oficial primaria indica que en el segundo trimestre del año (abril-mayo-junio) el producto interno bruto (PIB) fue del 0% respecto al primer trimestre. Y el FMI advirtió que Alemania será el único país con economía negativa del G7 que integra junto a Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
Además, desde el Commerzbank, uno de los cinco bancos más grandes de Alemania, se ha dicho que en los últimos 4 años la economía de ese país no ha crecido casi nada.
La evolución del PIB, por trimestre, en 2019 fue la siguiente: entre enero y marzo el PIB fue de +0,7%; entre abril y junio, de -0,2%; en julio, agosto setiembre, creció 0,1%; de octubre a diciembre, +0,3%.
En 2020, en el trimestre enero marzo, -1,4%; entre abril y junio, -9 ,5%; en julio a setiembre + 9%; y de octubre a diciembre, +0,6%.
En 2021, de enero a marzo, -1,5%; en el trimestre abril junio, +1,9%; de julio a setiembre, +0,8%; y de octubre a diciembre, 0,0%.
En 2022, de enero a marzo 1%; de abril a junio, -0,1%; de julio a setiembre, +0,5%; de octubre a diciembre, +0,4%.
En el primer trimestre de 2023, el PIB fue de -0,4%; y en el segundo trimestre del 0%.
Merkel condujo Alemania desde noviembre de 2005 a diciembre de 2021.
La afectación se da en la agricultura, la producción de alimentos y el turismo. Cabe recordar que en 2022 las altas temperaturas redujeron la cosecha de cereales de la UE en un 10,2% en relación con los últimos cinco años.
Madrid, España | Todo El Campo | El cambio climático expresado a través de los intensos calores que golpean a varios países de Europa repercute negativamente sobre el turismo, haciendo que los viajeros pierdan interés en visitar ciudades con temperaturas sofocantes e incluso perjudiciales -hasta peligrosas- para la salud humana.
Por otra parte, los países europeos sufren una subida de precios en las verduras y el aceite de oliva.
En Grecia, tercer productor europeo de aceite de oliva, las anormales olas de calor han alcanzado temperaturas superiores a los 40°C, provocando enormes incendios que quemaron grandes extensiones de tierras de cultivo, incluso plantaciones de olivos.
Las dos industrias principales de la isla griega de Creta, el turismo y la agricultura, compiten este año por las limitadas reservas de lluvia invernal de la isla mediterránea que la mantienen durante todo el año en temporada de siembra y cosecha.
Productores de hortalizas han expresado que el intenso calor de las últimas semanas ha destruido prácticamente toda la cosecha por lo que se deberá recultivar incrementando el costo del producto final.
Con las frutas pasa igual: Grecia y Europa tendrán un menor suministro de melones tras la ola de calor más larga de la historia del país.
Pero eso que sucede en Grecia (sureste europeo) también ocurre con los países del Mediterráneo.
Un informe de Moody’s Investors Service expresa que el aumento esperado en la intensidad, número y duración de los fenómenos climáticos extremos en los próximos años tendrá efectos crediticios negativos a más largo plazo, incluyendo un menor atractivo como destino turístico de los países mediterráneos, además de un aumento de la presión sobre los precios y las cuentas públicas o una mayor volatilidad de los precios de la energía.
Cabe precisar que Europa es el destino turístico mundial por excelencia. La industria del turismo es una parte vital de la economía de la Unión y representa el 10% de su producto interior bruto, por lo que la Unión está comprometida con la reactivación de este sector.
HAY QUE PREPARARSE PARA LO QUE SE VIENE.
Los cultivos se verán afectados, la sequía amenaza incluso el abastecimiento de miles de poblaciones. El panorama no es el mejor, pero la realidad es esa, que hay que prepararse para calor intenso durante más tiempo cada año.
La calificadora de riesgo advierte: “Si bien los costos económicos y fiscales siguen siendo manejables a corto plazo, el aumento previsto en el número, la intensidad y la duración de los fenómenos climáticos extremos en los próximos años tendrá efectos crediticios negativos a más largo plazo”.
La afectación se dará en la agricultura, la producción de alimentos y el turismo. Cabe recordar que en 2022 las altas temperaturas redujeron la cosecha de cereales de la UE en un 10,2% en relación con los últimos cinco años.
Por otra parte, “las olas de calor pueden reducir el atractivo del sur de Europa como destino turístico a largo plazo” o, al menos, reducir la demanda en verano, lo que tendría consecuencias económicas negativas dada la importancia del sector.
Por otro lado, Moody’s apunta que las condiciones climáticas cálidas y secas también afectarán a los países del norte de Europa, donde las cadenas de suministro se ven afectadas por la bajada del caudal en las principales rutas de transporte fluvial, lo que ha impulsado al alza los costos de transporte a través del río Rin y causando una caída del tráfico.
GENERACIÓN DE ELECTRICIDAD Y MAYORES APORTES DE LOS PAÍSES.
La agencia también advierte de que la generación de electricidad, en particular la hidroeléctrica, también se ve afectada negativamente por el calor y la sequía.
A todos los problemas antes señalados se suma el aporte millonario que los países deberán hacer a los sectores en problema. Según la Comisión Europea, para limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales, las inversiones en adaptación rondarán los 40.000 millones de euros al año o el 0,3% del PIB de la UE.
“En ausencia de tales medidas para amortiguar las implicaciones fiscales negativas de los eventos relacionados con el clima, la CE cree que el costo de los eventos climáticos extremos tendrá efectos fiscales consecuentes”, señala del documento de la calificadora.
Con datos del Parlamento Europeo, agencias Europa Press y Sputnik. Foto radio Duna FM.