La importancia del hierro en la salud humana. Según estudios realizados, el déficit de hierro está asociado con un menor consumo de carne durante el embarazo.
Montevideo | Todo El Campo | En la semana Internacional del Hierro, el Instituto Nacional de Carmes (INAC) propone a la población “conocer más sobre la importancia de una buena nutrición”.
Un equipo interdisciplinario de médicos, neonatólogos, obstetras, laboratoristas y nutricionistas vienen investigando en el Centro Hospitalario Pereira Rossell la relación entre el consumo de carne durante el embarazo y el metabolismo del hierro en el recién nacido.
Esas investigaciones han contribuido a definir la importancia del hierro en los primeros años de vida y su incidencia en el desarrollo neurológico y psicomotriz.
El hierro es esencial para el crecimiento, el neurodesarrollo y el sistema inmune.
La deficiencia de hierro en el niño tiene efectos directos comprobados sobre la incidencia de anemia en la infancia y el desarrollo infantil.
Según estudios realizados, el déficit de hierro está asociado con un menor consumo de carne durante el embarazo.
OBJETIVOS DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE HIERRO. Testimonio de Prof. Agda. Dra. Helena Sobrero, Unidad Académica de Neonatología Prof. Dr. Mario Moraes, Centro Hospitalario Pereira Rossell.
RESULTADOS DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE HIERRO. Testimonio de Asist. Dra. Fabiola Castedo, Unidad Académica de Neonatología Prof. Dr. Mario Moraes, Centro Hospitalario Pereira Rossell.
LA NUTRICIÓN Y SU IMPACTO. Testimonio de PhD Florencia Ceriani, Prof. Adjunta de la Escuela de Nutrición Udelar sobre relevancia de situación nutricional.
A continuación, la primera investigación «Relación entre el consumo de carne vacuna durante el embarazo y los niveles de ferritina en cordón umbilical». INAC informó que los resultados de la segunda investigación serán publicados próximamente.
Sólo la carne aporta vitamina B12, además las personas vegetarianas podrían tener un mayor riesgo de fractura de cadera y menos absorción de hierro. Lo positivo para los vegetarianos es el control de la presión arterial y mejor salud intestinal.
Montevideo | Todo El Campo | La dieta vegetariana está cada vez más presente y cada vez son más las familias que ante un almuerzo familiar deben pensar en aquel que por elección ya no come carne. La pregunta que cada vez nos hacemos más es qué dice la ciencia de esa nueva forma de alimentarse.
Marta Chavarrías, periodista española y responsable en la sección de Seguridad Alimentaria en la revista Consumer, además de colaboradora en el suplemento ConsumoClaro del matutino ABC, se planteó esa pregunta en un reciente artículo en el que cita varias fuentes como la Asociación Americana de Dietética o la Asociación Dietética Británica que presentan la opción vegetariana como saludable, aunque advierten que debe planificarse bien. En igual línea va la Federación Española de Dietistas y Nutricionistas (FEDN).
Sin embargo, agrega Chavarrías, “debe tenerse en cuenta que prescindir de ciertos alimentos nos conduce a una baja biodisponibilidad de determinados micronutrientes en los alimentos vegetales que puede apuntar a un riesgo de déficit nutricional, lo que hace que sea necesario planificar muy bien estas dietas”.
Sabido es, pero no por eso debe dejar de repetirse, que “la vegetariana es una dieta deficitaria en ciertos nutrientes, como la vitamina B12, la vitamina D3, los ácidos grasos poliinsaturados, el omega 3, el hierro y el zinc”, en contraste con los alimentos de origen animal que “son una rica fuente de aminoácidos esenciales, una especie de bloques de construcción de proteínas que nuestro cuerpo no puede producir por sí mismo”.
SÓLO LA CARNE APORTA VITAMINA B12.
Todos los profesionales son contestes al señalar que “hay que prestar atención a la vitamina B12, que no está presente en vegetales, o lo está en muy pocas cantidades”. Por tanto, “si no se consumen alimentos como lácteos o huevos, el riesgo de déficit de esta vitamina es alto”.
“Es vital” que quienes solo comen vegetales reciban una suplementación de vitamina B12, algo que “aconsejan los expertos, ya que esta se encuentra de forma natural solo en productos como el pescado, la carne de ave o la de mamífero”.
Insuficiente vitamina B12 lleva a déficit de glóbulos rojos, lo que se manifiesta en cansancio, dolor de cabeza, palidez de la piel, debilidad, pérdida de apetito y de peso.
OSTEOPOROSIS Y RIESGO DE FRACTURAS.
Otro problema de los vegetarianos puede ser su salud ósea y mayor riesgo de sufrir osteoporosis, una enfermedad que consiste en tener huesos más débiles.
“La Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedeca) se hace eco del estudio EPIC-Oxford según el cual, tras evaluar la dieta de 55.000 británicos durante 18 años, las personas vegetarianas podrían tener un mayor riesgo de fractura de cadera que las omnívoras. Pero la investigación también matiza que esta particularidad se ha visto en las mujeres ovolacteovegetarianas (vegetarianos que consumen huevos y leche) mayores de 50 años sedentarias y con la menopausia, factores que también juegan un papel clave en el desarrollo de osteoporosis”, escribió Chavarrías.
HIERRO.
El hierro es fundamental para la salud humana. Se identifican dos tipos de hierro, hierro hemo (o hemínico) que es de origen animal y se llama así en referencia a la sangre ya que se encuentra en todas las carnes, especialmente rojas; y el hierro no hemo que es de origen vegetal y se encuentra en lentejas, arvejas, espinacas, etc.
El organismo humano necesita del hierro para desarrollar una correcta oxigenación de los tejidos, lo cual es fundamental para producir hemoglobina y mioglobina, proteínas encargadas de transportar oxígeno. Falta de hierro generan cansancio, desánimo, falta de concentración o anemia.
Las recomendaciones sobre las cantidades necesarias de hierro cambian según el sexo y la edad de las personas, pero se estima en 8 miligramos para los hombres y 18 miligramos para mujeres hasta los 50 años, en mayores de 50 baja a 8 miligramos.
El cuerpo humano no absorbe por completo el hierro no hemo, apenas entre el 2% y 10%. Los vegetarianos, para asegurarse una mayor absorción, deben coordinar el consumo de alimentos ricos en hierro con otros ricos en vitamina C (cítricos o kiwi, por ejemplo) o betacaroteno (sustancia presente en la zanahoria, entre otros).
PRESIÓN ARTERIAL Y SALUD INTESTINAL.
Como beneficio, “la dieta vegetariana se asocia a un descenso de los niveles de presión arterial”. Luego de varios estudios “expertos concluyen que quienes siguen una dieta vegetariana tienen una presión arterial sistólica de 7 mmHg inferior a los consumidores habituales de carne y una presión diastólica unos 5 mmHg más baja”.
La periodista remite a un artículo de la revista Clinical Nutrition según el cual “existe evidencia de que las dietas vegetarianas conducen a una menor concentración de colesterol total, colesterol LDL y HDL, factores que pueden contribuir al estrechamiento de las arterias”.
Además, “cada vez más pruebas de que la dieta vegetariana puede tener un efecto beneficioso sobre la composición de nuestros microbios intestinales. Así, y de acuerdo con la revista Frontiers in Nutrition, las personas vegetarianas tienden a tener un recuento más alto de bacterias buenas y un recuento más bajo de las especies de Clostridium y Enterococcus, ambas poco beneficiosas”.
RECOMENDACIÓN DEL MSP.
La Guía alimentaria para la población uruguaya del Ministerio de Salud Pública (MSP) expresa: “Combinar alimentos de origen vegetal -como verduras, frutas, porotos, lentejas y garbanzos, fideos, arroz o polenta- con alimentos de origen animal -como huevos y leche, y cantidades moderadas de carnes- se obtiene una alimentación nutricionalmente equilibrada. Además, contribuye a la promoción de un sistema alimentario más sustentable”.
Como consecuencia de la sequía, aparecieron frutas y verduras de aspecto “diferentes” en los mercados de Uruguay, pero son igual de nutritivas. Sea cual sea su apariencia y tamaño, la Guía Alimentaria para la Población Uruguaya recomienda que la mitad del plato de cada comida que se consume sea de verduras, y que cada día se consuman tres porciones de frutas.
Montevideo | Todo El Campo | Los estudios de consumo muestran que, en cuanto mayor poder adquisitivo, mayor es el consumo de frutas y verduras. El promedio de consumo de frutas y verduras por persona y por día es de 246 gramos, pero en los hogares más privilegiados ronda los 400 gramos y en los hogares más socio económicamente vulnerables es menor a 100 gramos por persona y por día, explica el jefe de Desarrollo de la Unidad Agroalimentaria de Montevideo (UAM), Pablo Pacheco.
“Si bien la sequía ha provocado un aumento del costo, las frutas y verduras “diferentes” se comercializan a menor precio, lo que a su vez puede abrir la puerta a un cambio de hábitos para personas que no suelen consumirlas”, señala el oficial superior de Políticas Regionales y Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) interino en Uruguay y Argentina, Jorge Meza.
La campaña del Instituto Nacional de Alimentación (INDA) del Ministerio de Desarrollo Social, sobre frutas y verduras “ferpectas” parte de dos objetivos: “Llegar a la población más vulnerable con una alimentación de calidad, que a veces por el costo o por su educación no consume frutas y verduras porque las percibe como caras y, reducir el desperdicio de alimentos”, explica el director del INDA, Ignacio Elgue.
Sea cual sea su apariencia y tamaño, la Guía Alimentaria para la Población Uruguaya recomienda que la mitad del plato de cada comida que se consume sea de verduras, y que cada día se consuman tres porciones de frutas.
“Incluir la fruta y la verdura, no tiene necesidad de ser en el marco de una estructura armada, tiene que ser algo que esté adecuado a la vida de cada persona, pero que sí estén presentes en cantidad y en volumen adecuados”, especifica la coordinadora del Área Programática de Nutrición del Ministerio de Salud, Virginia Natero. Ella aclara que “no estoy hablando ni de la papa ni del boniato, sino de todos aquellos vegetales que no tienen almidón”.
Las cifras disponibles indican que Uruguay tiene un bajo consumo de frutas y verduras. Dice Natero que la fruta y la verdura no se perciben como alimentos “que llenen o den buena saciedad” y que, en la relación costo beneficio, “se las percibe como algo que es caro y ahí se pierde de vista lo que realmente dan: vitaminas y minerales, fibras que solo se encuentran en frutas y verduras y los aportes en antioxidantes, elementos que contribuyen a una vida y una alimentación saludables”.
“HAY MÁS CONCENTRACIÓN DE SABOR, LA FRUTA Y LA VERDURA ESTÁ MÁS SABROSA Y DULCE”.
“Hay un proceso de educación que se puede hacer en años como éste en que van a predominar calibres más pequeños, para saber que por chico no es peor. Este año es un ejemplo: hay más concentración de sabor, la fruta y la verdura está más sabrosa y dulce”, explica Pacheco quién señala que el mercado tiende a presionar para que ingresen productos importados, que afectan al productor nacional, para poder responder a la demanda en cuanto a los estándares.
La referente del Ministerio de Salud asegura: “Las frutas y verduras que tengan alguna manchita en la cáscara, que no sean totalmente redondeadas, tengan una forma o tamaño diferente, son tan válidas y naturales como las otras, es más, en muchas ocasiones, como no son tan lindas, tienen un costo más accesible, con la misma calidad nutricional”.
EN TIEMPOS DE OBESIDAD, LAS FRUTAS Y VERDURAS REGULAN EL PESO CORPORAL.
Además, el consumo de frutas y verduras suele estar vinculado a la regulación del peso corporal. En Uruguay, el sobrepeso y la obesidad están en aumento en todas las edades. Según datos del Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022, la obesidad en adultos aumentó un 7% entre el año 2000 y el 2016, pasando del 21 al 28% a nivel nacional.
“Cuando consumo vegetales en un plato de comida, tengo que masticar más, aumenta la saciedad y disminuye la concentración de calorías. Es distinto un plato de arroz o fideos y vegetales, de uno con arroz o fideos solos, porque se metabolizan diferente y porque muchas veces los vegetales ayudan a controlar la cantidad que se consume”, describe Natero.
No es fácil incorporar el consumo de frutas y verduras, porque suponen tiempo de lavado, preparación, elaboración y “muchas veces la alimentación saludable no es parte de las prioridades de la vida”, señala Natero.
La nutricionista recomienda comenzar el proceso de cambio de hábitos de a poco, sin ser demasiado ambiciosos desde el inicio. “Si estoy en cero vegetales, llegar a medio plato, toma su tiempo, toma ganas, toma voluntad, porque muchas veces la rutina diaria conspira en contra de la alimentación adecuada”, menciona. Natero concluye: “A veces nos parece costoso, pero a nivel de salud, lo que es costoso, es no consumirlas”. (FAO Uruguay | Foto pxfuel.com).
Lo que realmente se necesita es conocimiento e inspiración para preparar y que la gente empiece a considerar las legumbres a la hora de planificar las comidas, y ya no pensar tanto en carnes alternativas o consumo de insectos.
Montevideo | Todo El Campo | Europa, el faro del mundo durante tantos siglos, ha dado repetidas muestras de ignorancia o torpeza a la hora de decidir su futuro y los caminos que recorrerá. El empecinamiento de prohibir los productos modificados genéticamente, son un ejemplo; la demonización de la energía nuclear que ahora por los problemas generados por la guerra en Ucrania la recategorizaron como “verde”, otro. Así podríamos seguir.
Un artículo publicado por la Universidad de Copenhage (la más importante de Dinamarca) se pregunta “¿qué diablos son las legumbres?”, y agrega: “El desconocimiento europeo se interpone en el camino de este superalimento ‘verde’”. La conclusión es que en Europa hay bajo consumo de legumbres “principalmente” por “la falta de conciencia” sobre las virtudes que aquellas tienen, y falta de “tradición”.
Katharina Henn del Departamento de Ciencias de los Alimentos de la Universidad de Copenhage hizo una investigación sobre las legumbres: “Son las semillas secas y comestibles de las plantas leguminosas. Son un súper alimento nutritivo y saludable, pero también son respetuosos con el clima y el medio ambiente y, a menudo, crecen donde no se puede hacer mucho más. Estamos más familiarizados con ellos como frijoles, guisantes y lentejas, pero en realidad hay 11 tipos y varios cientos de variedades cultivadas que puedes comer”, señala el artículo de la citada casa de estudios.
Pero los europeos no conocen las legumbres, esa es una de las conclusiones a las que llegó Henn que investigó en 5 países europeos: Alemania, Dinamarca, España, Polonia y Reino Unido. Los daneses son los que menos consumen.
“Las legumbres ofrecen numerosos beneficios tanto para los humanos como para el planeta. Desafortunadamente, también hay algunos obstáculos que los consumidores deben superar antes de que el potencial de las legumbres pueda explotarse al máximo”, comentó Henn.
Por designación de las Naciones Unidas, el 10 de febrero es el “Día Mundial de las Legumbres”, fue declarado para promocionar sus virtudes, porque son saludables, nutritivas y respetuosas con el clima, además de que se pueden cultivar en cualquier lugar.
Agregó que “en Europa, las legumbres se cultivan principalmente como alimento para animales. Como alimento para los humanos, su potencial está infrautilizado. Esto se debe principalmente a la falta de conciencia y tradición culinaria. Mis estudios demuestran que los europeos desconocen los beneficios que ofrecen las legumbres, especialmente en lo que respecta a la sostenibilidad y el respeto al clima”.
¿SUSTITUTO DE LA CARNE?
En Europa algunos organismos internacionales están abocados a reducir el consumo de carne y para eso apelan a los sustitutos vegetales o incluso a la entomofagia, el consumo de insectos. Pero Henn piensa que se debe trabajar en el consumo de legumbres, con lo cual también se reduciría la ingesta de carne, pero sin centrarse en sustitutos similares.
“Hay mucho interés en los sustitutos de la carne porque la industria piensa que los consumidores necesitan productos que se parezcan a los alimentos familiares, como las hamburguesas. Pero desde una perspectiva nutricional, no necesitamos estos productos de imitación. De hecho, nuestros estudios muestran que los consumidores a menudo prefieren las legumbres tal como son”, dijo la investigadora.
Agregó: “Las legumbres han sido un alimento tradicional durante mucho tiempo, por lo que incluirlas en una variedad más amplia de productos sería bienvenido. Pero no hay necesidad de mucha adaptación e innovación. No en la medida necesaria con respecto a insectos o carne cultivada en laboratorio, por ejemplo. Lo que realmente se necesita es conocimiento e inspiración para prepararlos, para que la gente empiece a considerar las legumbres a la hora de planificar las comidas”.
Foto: ensalada de garbanzos | Captura de YouTube de Cocina para todos.
Que el deseo de comer sano no se transforme en una enfermedad. ¿Qué sabemos sobre la ortorexia, o sea el trastorno generado por deseo de comer sano?
Hébert Dell’Onte | La amplia gama de conceptos que incluye la expresión “hábitos saludables” han ido ganado espacio a nivel global. Eso es bueno. Por ejemplo, el ser humano ha crecido en la toma de conciencia sobre lo necesario que es hacer ejercicio, desde una simple caminata hasta planificar una rutina en el gimnasio. También limitar o evitar determinados alimentos (que generalmente son esos que nos gustan a todos) cuyo consumo descuidado nos hace mal y con los años reduce nuestra calidad de vida, o recorta años ocasionando vidas más cortas.
En ese contexto cada vez es más común escuchar o leer sobre alimentación sana, sin embargo, comer sano puede no ser tan beneficioso.
Hasta ahora, si de desórdenes alimenticios se trata, hemos escuchado sobre anorexia y bulimia, que tienen su propia gravedad y debe ser tratados con el cuidado profesional adecuado. Pero, ¿qué sabemos sobre la ortorexia, o sea el trastorno generado por deseo de comer sano?
Comer sano es bueno, está en la propia expresión del concepto “comer sano”, lo que se ha convertido en un problema es desarrollar un trastorno al respecto, y éste se ha encontrado principalmente en de clase media y, sobre todo, a usuarios de Instagram, según un artículo publicado por el diario español ElDiario.es
En Uruguay, la Dra. María Dutra de la emergencia móvil Suat escribió en la web de esa institución de salud que la ortorexia “se trata de un trastorno de la conducta alimentaria que se ha definido en forma más reciente y es diferente a los anteriores ya que no existe en la persona preocupación por el peso o la imagen corporal”.
Se entiende por ortorexia aquella “obsesión por comer saludable en tal grado que interfiere negativamente en la vida de la persona que la padece”.
“Por lo general, las personas que padecen esta patología prefieren pasar hambre -incluso por largos períodos de tiempo- y no comer alimentos que según su parecer son ‘impuros’ -es decir, alimentos con altos contenidos de aditivos, grasas, entre otros-. De esta manera, pueden dejar de ir a restaurantes e incluso a casa de familiares y amigos por el simple temor de los alimentos que puedan llegar a ingerir”, explicó.
Son tales las restricciones que se imponen que “al igual que en los otros trastornos de la conducta alimentaria”, el paciente puede sufrir “repercusiones sobre su salud como son las carencias de vitaminas y calcio”.
MÁS DE TRES HORAS PARA ELEGIR SU ALIMENTACIÓN.
La Dra. Dutra señaló algunas de las características de este trastorno: “En la ortorexia, la persona dedica más de tres horas al día a pensar en su dieta sana. Preocupación mayor por la calidad de los alimentos que del placer de consumirlos, disminución de la calidad de vida y aumenta la pseudocalidad de su alimentación. Además, presentan sentimientos de culpa cuando no cumplen con sus convicciones dietéticas. Hay una planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente y aislamiento social provocado por su tipo de alimentación”.
Según ElDiario.es la ortorexia no fue incluida aun en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, y por lo tanto no está aceptado de manera oficial como un trastorno alimentario. En cambio, sí están aceptadas como tales la anorexia nerviosa, la bulimia y otros problemas.
Pero la medicina ha estudiado el trastorno y se lo puede diagnosticar, o establecer cuándo una persona se encuentra en situación de riesgo.
De acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición (FEN), “la mayoría de los expertos concluyen en que existe en la sociedad de clase media una clara tendencia a la ortorexia nerviosa”.
¿DÓNDE INFORMARSE EN URUGUAY?
Consultadas las páginas web del Ministerio de Salud Pública, ASSE y de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay, no aparecen resultados en la búsqueda. Tampoco dio resultados la Sociedad Uruguaya de Nutrición.
En caso de haber información no parece fácil encontrarla, aunque hay algunos artículos periodísticos en importantes medios de comunicación nacionales. En fin, es importante que instituciones serias, confiables y referentes mantengan actualizados los asuntos relevantes a la salud porque a) es en internet donde todos buscamos primero, sobre todos los temas, y b) para evitar artículos con opiniones de quienes no tienen autoridad.
En cambio sí aparece en una publicación de Audyn, la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas, en su página de Facebook. El 2 de junio de 2021, por el Día Mundial de Acción por los Trastornos de la Alimentación, esa institución publicó la definición de trastornos de la alimentación como “conductas, realizadas a diario, por largos periodos de tiempo que tratan de seguir dietas restrictivas muy exigentes, o prácticas relacionadas con la alimentación que son nocivas para la salud. Todas estas conductas y prácticas están regidas por una gran carga de angustia emocional, social y disconformidad física”.
Y entre ellas se mencionan: “Anorexia nerviosa, bulimia, trastorno por atracón, trastorno por evitación, pica, hambre emocional, ortorexia, etc”