El procedimiento incluyó a un equipo de profesionales veterinarios y de salud humana. El hito ocurrió el 13 de marzo de 2025 en el Hospital Veterinario. El siguiente es el informe de la FVet.
Montevideo | Todo El Campo | La Facultad de Veterinaria (FVet) de la Universidad de la República (Udelar) hizo historia en el país al realizar el primer implante de marcapasos a Policarpo, un canino macho cruza de 13 años con bloqueo atrioventricular de tercer grado. El perro padecía pérdidas de conocimiento frecuentes y su condición era potencialmente mortal. Luego de un primer diagnóstico, su dueña y estudiante de la Institución, Paula Montagne, acudió a la consulta especializada de cardiología del Hospital Veterinario.
El Dr. Alejandro Benech, docente de la Facultad de Veterinaria y responsable de la consulta de cardiología, llevó el caso al Dr. Alejandro Cuesta, cardiólogo humano y profesor grado 4 del Hospital de Clínicas, para iniciar las gestiones que culminaron con la colocación exitosa del marcapasos de larga duración en Policarpo.
“Me comuniqué con el Dr. Cuesta porque en Uruguay no hay profesionales de la veterinaria con el entrenamiento para realizar la cirugía”, contó el Dr. Benech, quien afirmó que la cirugía es cara por los aparatos que se necesitan, pero no resulta complicada.
Tras hallar un caso similar en México, en el cual profesionales de la veterinaria trabajaron en conjunto con profesionales de la cardiología humana, los doctores se contactaron con sus colegas en México para solicitar asesoramiento y conocer las complicaciones que podrían surgir.
El Dr. Cuesta adaptó la técnica quirúrgica a la anatomía canina con la colaboración del equipo veterinario, ofreciéndose a colocar el marcapasos sin recurrir a aparatos costosos que hubieran imposibilitado la concreción de la cirugía.
“El marcapasos quedó puesto en la nuca, en un bolsillo muscular que se sutura. Antes de colocarlo, un técnico lo comanda desde una computadora para enviar los impulsos por minuto que necesitan. En el último registro se vio que estaba a 95 latidos por minuto, que es perfecto para este perro. Según explicaron los especialistas, el marcapasos se calibró con un voltaje mínimo para estimular y no sobrepasar la capacidad del músculo”, contó Benech.
POLICARPO MEJORÓ SU CALIDAD DE VIDA.
A raíz de la operación, Policarpo mejoró su calidad de vida y retomó progresivamente su comportamiento habitual. Paula, expresó su profundo agradecimiento al equipo médico por haberle dado una nueva oportunidad a su mascota. “Es una posibilidad que venimos conversando desde hace tiempo con profesionales de la cardiología, se dio en este momento y con este paciente”, manifestó el responsable de la consulta de cardiología veterinaria.
El histórico logro abre puertas en la cardiología veterinaria del país, siendo un precedente para nuevas intervenciones en animales y reafirmando el compromiso con la innovación y el avance en la salud de todas las especies.
“Ahora ya sé que lo conseguimos. Accediendo a marcapasos, técnicos/as que los comandan y entrenando a nuestros cirujanos y nuestras cirujanas, lo podemos hacer en Facultad como parte de los servicios”, aseguró Benech, proyectando un futuro prometedor.
EQUIPO MÉDICO.
Además de los doctores Benech y Cuesta, participaron el Dr. Gonzalo Peluso (cardiología humana) y los licenciados en neumocardiología, Leonardo De León y Pablo Marichal. Desde la Facultad de Veterinaria el equipo estuvo compuesto por Natalie Ruiz (cardiología), Grazziana Cigliuti (cirugía), Camila Nan (anestesia), Carolina Muñoz (enfermería) y Carolina Viera (instrumentista).
2025 es la segunda generación de la carrera, la primera es la de 2024 que está arrancando con su segundo año, o sea que hay estudiantes pero no hay egresados.
Montevideo | Todo El Campo | Cierran las inscripciones para la carrera Tecnólogo en Sistemas Integrados de Producción Agropecuaria.
Es una carrera universitaria de tres años de duración, donde se aprende a gestionar los sistemas que tienen más de un rubro funcionando al mismos, cuyos componentes se deben trabajar de forma sinérgica para potencia a cada uno por separado y que en conjunto ese sistema tenga una mayor productividad que por separado, potenciando también el uso de los recursos naturales, explicó la Dra. Carolina Viñoles en el programa Diario Rural de CX 4 Rural.
Los interesados deben tener bachillerato completo pero “de las más diversas orientaciones, ya sea humanística, biológica o cualquier otra”.
El primer año de la carrera se busca nivelar la formación de los alumnos, por lo que solo tiene cursos obligatorios, con materias básicas como biología celular con foco vegetal como animal, entre otras.
Durante los tres años que dura, se desarrollarán clases virtuales, clases presenciales y actividades prácticas, pero es a partir del segundo año que se tienen más actividades prácticas.
2025 es la segunda generación de la carrera, la primera es la de 2024 que está arrancando con su segundo año, o sea que hay estudiantes pero no hay egresados.
INSCRIPCIONES.
Las inscripciones cierran en miércoles 26 de febrero.
Se pueden inscribir en la web de bedelía Udelar donde aparecen los cursos 2025; o concurriendo a la bedelía de la Casa de la Universidad de Cerro Largo (Herrera A de Herrera 639, primer piso, Melo) de 09.00 a 15.00 horas; celular 092.80.20.92.
Por consultas, comunicarse al 099.79.69.44.
Importante: solo se dicta en la Casa de la Universidad de Cerro Largo (Melo), Estación Experimental Bernardo Rossengurt (Bañados de Medina-Cerro Largo).
Con la llegada del nuevo Gobierno, Viñoles será nombrada vicepresidenta del Instituto Nacional de Investigación Agropecuario (INIA), sobre lo que comentó que continuará con sus actividades en la Universidad porque el cargo en INIA es honorario, al que dedicará todo el tiempo que hoy ocupa en diferentes comisiones.
Mario Lubetkin y Rodrigo Arim se reunieron para promover y ampliar alianzas, y fortalecer el desarrollo de capacidades para la transformación de los sistemas agroalimentarios.
Montevideo | Todo El Campo | Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, sostuvo un encuentro con Rodrigo Arim, rector de la Universidad de la República de Uruguay y presidente de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM) para promover y ampliar alianzas a través de FAO Campus, y fortalecer el desarrollo de capacidades para la transformación de los sistemas agroalimentarios.
En el encuentro Lubetkin resaltó la capacitación y la gestión del conocimiento como una de las funciones básicas de la FAO desde su fundación, y que en América Latina y el Caribe se impulsa a través de la unidad de Desarrollo de Capacidades, dedicada a todas las áreas técnicas, que en los últimos 15 años contó con más de 300.000 participantes en 400 cursos.
Otras áreas de trabajo de FAO Campus tienen que ver con el cuidado de la calidad de las capacitaciones que brinda la agencia especializada de las Naciones Unidas a través de sus programas y proyectos, la producción de contenidos multimedia de carácter educativo, la producción y gestión directa de cursos a través de su plataforma capacitacion.fao.org, y la gestión del conocimiento.
“Existe una gran cantidad de temas en que la FAO y las universidades pueden colaborar, tanto en relación a proyectos de la FAO, así como oportunidades de colaboración regional en nuestro programa técnico, en materia de investigación y en la generación de capacidades, en la forma de cursos de diplomado y maestría”, expuso el representante regional de FAO.
Alambrado mediante, la foto muestra el contraste entre un área pastoreada y otra clausurada en un pastizal de Uruguay.
Montevideo | Todo El Campo | A mediados de año, en junio de 2023, en Uruguay y Argentina, investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y la Universidad de la República de Uruguay (Udelar), detectaron que la ganadería pastoril promueve el almacenaje de carbono en el suelo.
El 26 de junio del año en curso, Sobre La Tierra -Área de divulgación Científica y Tecnológica de Agronomía y Ambiente- publicó las conclusiones de la investigación desarrollada. Por ejemplo, se descubrió que excluir el pastoreo por más de 3 años disminuye a la mitad las raíces.
La investigación comenzó a partir de una pregunta: “¿Qué efecto tiene sobre las raíces de estos pastizales la exclusión del pastoreo?”, la interrogante fue “central, ya que la ganadería tiene casi dos siglos de historia en la región”, dijo uno de los investigadores.
Asimismo “detectamos un patrón muy claro en relación con el efecto de la exclusión del ganado, o efecto clausura”. Si la clausura, o la privación del pastoreo, “tenía más de tres años de antigüedad, la biomasa de raíces se reducía en promedio hasta un 50% respecto de los sitios pastoreados. En cambio, si la clausura era más reciente, la biomasa de raíces en los pastizales era similar a la registrada bajo pastoreo”.
Más adelante agregó: “Encontramos que la ganadería pastoril, muy extendida y típica en la región, es una herramienta valiosa para capturar carbono en el suelo”.
El siguiente es el artículo completo difundido en Sobre la Tierra (SLT), cuyo autor es Pablo Roset.
PASTOREAR LOS PASTIZALES DEL RÍO DE LA PLATA CONSERVA EL CARBONO DEL SUELO.
(SLT-FAUBA) La vasta región de los pastizales del Río de la Plata se extiende por la Argentina, Brasil y Uruguay, y desde hace 200 años sustenta la producción ganadera. Su relevancia llevó a ecólogos de los tres países a publicar numerosos estudios que, sorprendentemente, apenas están considerados en las síntesis globales sobre pastizales. Para abordar esa problemática, un trabajo de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) y la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay compiló y publicó la primera base de datos con esos estudios y, aplicándole una metodología estadística específica, descubrió que excluir el pastoreo por más de 3 años disminuyó a la mitad la biomasa de raíces. Proponen agregar esta información a las bases de datos globales.
Mariano Oyarzabal, docente del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la Fauba, coautor del trabajo, comentó que su estudio se centró en los pastizales del Río de la Plata, una región de 760.000 kilómetros cuadrados -2,5 veces la provincia de Buenos Aires- en el centro-oeste de la Argentina, el sur de Brasil y todo Uruguay. Es una de las pocas áreas del mundo que aún cuenta con pastizales no modificados por el ser humano, y sus suelos son de muy alta fertilidad. Hoy, una parte considerable de la región se usa con fines ganaderos.
“Descubrimos que los trabajos que resumen a nivel global la información publicada sobre pastizales, su productividad y biomasa de raíces, o sobre cómo responden las raíces al pastoreo, no incluyen trabajos en los pastizales del Río de la Plata. En parte, eso se debe a que muchas de estas publicaciones están en revistas locales de poca difusión o en capítulos de libro de difícil acceso. Entonces, ese problema nos motivó a compilarlas en una base de datos”, sostuvo Oyarzabal.
El investigador señaló que los trabajos que hallaron se enfocan mayormente en las raíces -un reservorio importante de carbono- y en el pastoreo, principal disturbio de los pastizales. “Al compilar todos esos artículos, notamos que incluían comparaciones entre áreas pastoreadas y no pastoreadas. Por lo tanto, nos preguntamos: ¿qué efecto tiene sobre las raíces de estos pastizales la exclusión del pastoreo? Este interrogante es central, ya que la ganadería tiene casi dos siglos de historia en la región”.
CON USTEDES, LOS PASTIZALES DEL RÍO DE LA PLATA.
Oyarzabal, quien también es investigador del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección del instituto IFEVA (UBA-CONICET) destacó dos resultados clave de su estudio, publicados en la revista científica Austral Ecology.
El primero fue la creación de la base de datos bibliográfica en sí.
“La base pone a disposición de la comunidad científica internacional 15 estudios publicados en los últimos 40 años por ecólogos brasileros, uruguayos y argentinos. A partir de sus más de 1000 registros identificamos que hay pastizales muy estudiados -como los de la Depresión del Salado en la provincia de Buenos Aires- y otros de los que casi no conocemos nada sobre sus raíces, como los de la Pampa Ondulada argentina o los del norte de Uruguay y Brasil”, detalló.
Por otro lado, a partir de la nueva base de datos, Oyarzabal y los demás coautores del estudio realizaron un análisis estadístico llamado metaanálisis que les permitió combinar los resultados de todos los estudios sobre raíces y pastoreo en estos pastizales, y obtener conclusiones cuantitativas y extrapolables.
“Detectamos un patrón muy claro en relación con el efecto de la exclusión del ganado, o efecto clausura. Si la clausura tenía más de tres años de antigüedad, la biomasa de raíces se reducía en promedio hasta un 50% respecto de los sitios pastoreados. En cambio, si la clausura era más reciente, la biomasa de raíces en los pastizales era similar a la registrada bajo pastoreo”, observó el investigador de la Fauba.
EL PASTOREO COMO ALIADO.
“Nuestros resultados tienen implicancias concretas, ya que encontramos que la ganadería pastoril, muy extendida y típica en la región, es una herramienta valiosa para capturar carbono en el suelo. Aunque en la región casi no se les da ‘descansos’ a los pastizales, si un productor excluyera al ganado, se reduciría la cantidad de raíces en el suelo, lo cual sería muy negativo para eso que tanto nos importa que es mitigar el cambio climático”, sostuvo Oyarzabal.
Remarcó las ventajas de contar con la base de datos y los registros que antes no estaban disponibles o eran difíciles de acceder. “Ahora, cualquier persona que quiera trabajar sobre la biomasa subterránea de los pastizales del Río de la Plata u otras variables tiene toda la información a mano”.
Y, a modo de cierre, agregó: “La puerta está abierta a que se planteen nuevas preguntas. Incluso, investigadores de otros países podrían usar la base de datos y avanzar en el conocimiento. Es más, creemos que sería necesario incluir los pastizales de esta región en las bases de datos globales para corregir el desbalance en los estudios globales y los sesgos en los patrones allí detectados”.
Foto de portada de Mariano Oyarzabal, publicada en Sobre La Tierra. Alambrado mediante, la foto muestra el contraste entre un área pastoreada y otra clausurada en un pastizal de Uruguay.
Uruguay aún conserva más de la mitad de su superficie con pastizales naturales (55,5%), pero perdió un 20% (2,5 millones de hectáreas) en los últimos 38 años.
Montevideo | Todo El Campo | Se realizó el lanzamiento de MapBiomas Uruguay, un sitio web que reúne la primera colección de mapas de uso y cobertura del suelo del país con el objetivo de monitorear estos componentes en los ecosistemas nacionales para fomentar su conservación y la gestión sostenible de los recursos naturales, como forma de combatir el cambio climático.
Enmarcada en el proyecto Mapeo de cambios en el uso y cobertura del suelo en Uruguay y estudio de los principales controles y consecuencias, MapBiomas Uruguay forma parte de la iniciativa MapBiomas Pampa, que a su vez integra la Red MapBiomas. Además, involucra una red colaborativa de expertos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), la Facultad de Agronomía y la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, y el Ministerio de Ambiente.
La colección de mapas del sitio cuenta con material desde el año 1985 hasta el 2022 con una periodicidad anual, una resolución de 30×30 metros y siete clases en la leyenda. Se trata del compendio de mapas anuales de uso y cobertura del suelo más completo, actualizado y detallado creado hasta el momento para el Uruguay, por su alcance temporal, su periodicidad anual y su resolución espacial. Para producir estos materiales, se utilizan imágenes del satélite Landsat y computación en la nube a través de la plataforma Google Earth Engine (GEE).
EN 38 AÑOS URUGUAY PERDIÓ EL 20% PASTIZALES NATURALES.
Entre los datos relevantes que arrojó la plataforma, se encuentra que Uruguay aún conserva más de la mitad de su superficie con pastizales naturales (55,5%), pero perdió un 20% (2,5 millones de hectáreas) en los últimos 38 años. Esta reducción en la cobertura natural tiene consecuencias negativas para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, además de comprometer el potencial regional para producir carne de manera sostenible a gran escala, en base a la vegetación de pastizales típica del bioma.
Desde MapBioma Uruguay señalaron que la ganadería en campo natural es un caso único en el que la producción animal y la conservación de la biodiversidad integran sistemas de producción y sostenibilidad ambiental de manera equilibrada. Sin embargo, los cambios ocurridos en las últimas cuatro décadas llevaron a que hoy día un tercio de la superficie total del país (32,2%) fuera ocupada por agricultura, pasturas implantadas o plantaciones forestales.
Según arrojaron los análisis de mapas, entre 1985 y 2022 el avance de la agricultura y pasturas implantadas fue de 1,3 millones de hectáreas, lo que representa un aumento del 41,6% respecto al inicio del período estudiado. El avance de la forestación fue de 1,07 millones de hectáreas, lo que representa un crecimiento del 750% respecto al inicio del período estudiado.
Desde la plataforma afirmaron que el bioma pampa sudamericano es uno de los menos protegidos y más amenazados del continente debido a los altos índices de transformación en la cobertura y uso del suelo y los bajos niveles de conservación de sus ecosistemas naturales, de ahí la importancia de contar con herramientas como MapBiomas que permiten monitorearlo para trabajar en su conservación.
Todos los datos, mapas, métodos y códigos de MapBiomas Uruguay están disponibles públicamente y de forma gratuita en el sitio web de la iniciativa MapBiomas Uruguay, cuyo contenido se desarrolla y mejora continuamente, y los investigadores involucrados ya adelantaron que están enfocados en mejoras y nuevas funcionalidades para las nuevas versiones.