Munyo: El plebiscito de PIT CNT es una espada de Damocles.

Munyo: El plebiscito de PIT CNT es una espada de Damocles.

En caso de aprobarse estaremos caminando a contramano del desarrollo.

Montevideo | Todo El Campo | El Ec. Ignacio Munyo, director de Ceres, participó este martes 28 del encuentro empresarial realizado en el Club de Golf de Punta Carretas, con la conferencia, titulada “¿Qué necesita Uruguay para avanzar en el camino del desarrollo? Reflexiones en la previa del año electoral”.

Al cierre de su intervención expresó a los empresarios su profunda preocupación respecto al contenido del plebiscito promovido por el PIT-CNT, que busca incorporar en la Constitución la estatización del sistema previsional actual.

De aprobarse, advirtió, supone “un enorme problema que complica toda la agenda de desarrollo”. “Va a contramano del desarrollo”, añadió.

Munyo advirtió al auditorio acerca de 10 consecuencias negativas que podrían surgir para el país en caso de que se logren reunir las firmas necesarias (280.000 del padrón electoral) para convocar a un plebiscito y posteriormente sea aprobada la consulta popular:

1. Suba del gasto por mayores pasividades.

2. Aumento del gasto por la baja de la edad de retiro.

3. Posibles juicios al Estado.

4. Aumento de impuestos.

5. Marcha atrás a la unificación de las cajas estatales y paraestatales.

6. Efectos regresivos en la distribución del ingreso.

7. Reducción del ahorro privado.

8. Riesgo cierto de perder el grado de inversión.

9. Daño a la seguridad política.

10. Perjudica la agenda del desarrollo que necesita el país.

Trabajadores de Frigocerro: El sindicato nos ha “torturado económicamente, física y emocionalmente”.

Trabajadores de Frigocerro: El sindicato nos ha “torturado económicamente, física y emocionalmente”.

El sindicato es “un grupo de intolerantes, perezosos y bravucones que amparados en algo que fue creado para un buen fin lo han usado para avasallar y pisotear nuestros derechos, olvidando que también nosotros somos obreros”.

Foica, la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines afiliada al PIT-CNT, dispuso la realización de un paro de 24 horas para el día 24 de noviembre de 2022 en “rechazo y repudio a las sanciones arbitrarias e injustificadas, la represión, discriminación y persecución sistemática a los trabajadores agremiados” pertenecientes a Frigocerro SA de Durazno.

Además Foica desarrolla una fuerte campaña contra la empresa ubicada en Durazno, a través de las redes sociales.

Sin embargo, no todos los trabajadores opinan de igual forma, y un grupo de empleados de Frigocerro manifestaron su desconformidad con lo actuado por Foica a través de una carta enviada al portal de noticias Durazno Digital expresando malestar con los gremialistas que avasallan sus derechos.

La misiva no refiere únicamente al paro del día 24, sino a todo el accionar sindical acumulado a lo largo de los meses, desde comienzo de año.

Los trabajadores denuncian al sindicato que los ha “torturado durante todo el año” de diferentes maneras, “económicamente, física y emocionalmente”.

LA CARTA. La siguiente es la referida misiva completa.

Nosotros, trabajadores de empresa Frigocerro, hacemos llegar a Gerencia de la empresa este escrito y pedimos autorización para publicarlo en la prensa escrita de ciudad de Durazno.

Solicitamos esto a causa de los últimos acontecimientos y toda la movida de prensa que se da a los compañeros sindicalizados y sentimos que nosotros debemos hacer ver nuestra posición totalmente opuesta a dicho movimiento.

Deseamos pueda darse a conocer la batalla que hemos librado durante un año completo, trabajando de forma incansable para lograr mantener nuestra fuente de trabajo, mientras un grupo (minoría) formaron un sindicato, al cual respetamos y sabemos legal su conformación. Pero no estamos de acuerdo con sus reclamos, ni en la forma en que se han manejado con la patronal y con nosotros (sus) compañeros, con los cuales algunos de ellos han compartido años de trabajo.

Dejamos aquí plasmado nuestro disgusto total con las formas en que se han manejado, desde el primer día en que comenzaron a llamarnos carneros, lambetas, chupamedias. En que olvidando por completo el respeto y la educación hacia nosotros y hacia el dueño de la empresa.

Comenzamos el 2022 batallando contra un grupo de intolerantes, perezosos y bravucones que amparados en algo que fue creado para un buen fin lo han usado para avasallar y pisotear nuestros derechos, olvidando que también nosotros somos obreros y que aun no estando en acuerdo con nuestro pensar, tenemos todo el derecho del mundo a sí estar conformes y agradecidos con nuestra fuente de trabajo, y a defender nuestra fuente laboral como lo hemos venido haciendo (trabajando), cumpliendo la tarea que se nos encomiende, pues no elegimos puestos, ni renegamos de lo que se nos pide hacer, la empresa cuenta con nuestro compromiso y entrega total y absoluta.  

Solicitamos a quienes puedan brindarnos apoyo y soluciones que vean nuestra situación y que se termine este incansable trabajo que están haciendo, para perjudicar la imagen de la empresa, que sepan cómo económicamente, física y emocionalmente nos han torturado durante todo este año, pues mientras ellos tienen tiempo para recorrer emisoras, hacer caminatas y actos para manchar el buen nombre de nuestra empresa, nosotros le hemos puesto la garra y hemos defendido esta nuestra fuente de trabajo, cubriendo los puestos que ellos dejaban vacantes, sacando adelante faenas y desosados enteros y no por lambetas ni carneros, sino porque tenemos conciencia social y somos agradecidos del precioso trabajo que tenemos, a sabiendas de cuántos uruguayos quisieran tener nuestra suerte.

Nosotros no necesitamos gritar ni decir barbaries para lograr nuestro cometido, que es trabajar. Sabemos que la semilla de la verdad siempre da buenos frutos, por eso esperamos se escuche este nuestro justo reclamo.

No somos aduladores ni hipócritas, en estado puro de libertad pedimos permitan que trabajemos. Dejen de perjudicarnos. Alzamos la única bandera que nos representa a todos y cada uno de nosotros, la bandera de la República Oriental del Uruguay. Estamos aquí representados en estos colores, todos los sectores políticos, pues no es de nuestro interés a quien tu votas, ni tu raza, ni religión, ni orientación sexual. Nuestro único interés común es hoy en día dejar saber que ustedes no representan en absoluto a ninguno de nosotros, ni a nuestros intereses.

Que nos cansamos de este estado de abuso por vuestra parte, exigimos nuestro derecho a trabajar y a trabajar de las mejores formas, sin sufrir agravios ni presiones. Sembradores de discordia: basta para nosotros vuestro yugo.

El paro del PIT-CNT y la Expo Prado.

El paro del PIT-CNT y la Expo Prado.

Los paros solo sirven para dar poder, o la ilusión de poder, a un puñado de sindicalistas que suelen ser los mismos a pesar de los años que pasan.

Hébert Dell’Onte | En los años 80 cuando Uruguay retomó la senda de la democracia, los paros se cumplían a rajatabla. Luego de más de una década de dictadura, la gente tenía necesidad de sentirse libre y parar era un acto de libertad.

Cada vez que el PIT-CNT resolvía un paro general todos acataban, o una buena mayoría que se hacía sentir.

En Montevideo -el interior es otra historia- las calles quedaban vacías, los negocios cerraban todos, tampoco había ómnibus. A igual que hoy se daba el fenómeno del desconocimiento de los trabajadores y la población en general sobre el por qué parar y muchas veces en la plataforma lucían temas nacionales y concretos que se mezclaban con consignas tan ambiguas como “No al imperialismo”, o más concretas del tipo “Fuera el FMI”, incluso a favor de la revolución sandinista y otras cuestiones propias de la guerra fría y de un mundo que ya no es el mismo.

Pero la gente paraba, porque además de ese acto de libertad también era una forma de expresar poder. Una manera de decirle a los gobernantes que tenían el instrumento del paro para canalizar sus críticas. Eran tiempos en que paraban los afiliados a los sindicatos y los que no, los que estaban en contra del gobernante del turno (Julio María Sanguinetti y Luis A. Lacalle en los años 80 y 90), pero también los que estaban a favor. Todo por esa libertad y ese poder.

Salir a la calle uno de aquellos días era como un domingo y feriado a la vez, no se veía a nadie, eso sí, al recorrer los barrios montevideanos al medio día no faltaba el olor a la carne haciéndose a las brasas que salía de los patios o las terrazas.

Lo que sucedía era que ese paro que el PIT-CNT decía que era un día de lucha y reflexión, tal vez lo fuera para los que escuchaban CX30, pero no para la mayoría. El paro se acataba, pero la mayoría lo convertía en una jornada de encuentro familiar o con los amigos, cuando no de puro ocio.

Mucho de eso fue cambiando, aún está cambiando, y aunque siempre hay quienes acatan, todos aprendimos que la libertad y el poder se ejerce de otras maneras y no haciendo paros que no conducen a nada, paros que solo sirven para dar poder, o la ilusión de poder, a un puñado de sindicalistas que suelen ser los mismos a pesar de los años que pasan.

Desde la oposición política como del sindicalismo se celebra el supuesto éxito del paro del jueves 15 y se apoyan en las redes sociales con fotografías de avenidas desiertas. El problema es que las avenidas no son representativas de la realidad. Hay que meterse en las calles transversales, recorrer los barrios donde están los pequeños comerciantes, almacenes, puestos y panaderías. La gente quiere trabajar y el que puede lo hace. Las avenidas vacías son un espejismo.

Pero hay algo que se mantiene: muchos de los que paran aprovechan el día para estar con la familia o incluso ir a ver la Expo Prado que el jueves se colmó de público atraído por su atractivo natural, pero también aprovechando el día “libre” que le dio el PIT-CNT. De las consignas contra el Gobierno, pocos se acordaron.

Foto Twitter de Adrián Silva.

Es el momento de legislar sobre la personería jurídica en los sindicatos.

Es el momento de legislar sobre la personería jurídica en los sindicatos.

Ya es hora. Según una reciente encuesta los sindicatos son de las instituciones que menos confianza generan en la sociedad, (39%), inclusive por un punto debajo de los empresarios (40%).

Hébert Dell’Onte | Hace pocos días fue difundida la encuesta de la consultora Equipos sobre la confianza de los uruguayos en las instituciones. La Policía, blanco de cuestionamientos que buscan desacreditar políticamente a quién la encabeza, es la institución que genera más confianza en los ciudadanos: el 73% de los encuestados declaró tener mucha (44%) o algo (29%) de confianza en ella.

En un rango alto de confianza le siguen las organizaciones sociales, el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y el Parlamento, todos por encima del 55%.

La encuesta no dejó bien posicionado a los partidos políticos que logran una confianza del 45% de los ciudadanos frente al 50% que sienten desconfianza (5% no sabe o no responde). El dato es preocupante para la democracia ya que esta se sustenta en los partidos políticos.

Con el 40% de confianza están los empresarios, un escalón más abajo siguen los sindicatos (39%) y luego la Iglesia (37%).

Respecto a los sindicatos y empresarios, otro dato relevante es que los primeros generan “ninguna” confianza en el 35% y los segundos en el 20%.

A todo esto, algunos sindicatos han saltado a los titulares de los diarios e informativos porque sus acciones afectan a la sociedad y el correcto desempeño de las empresas en que operan. El caso más claro y reciente es el de la industria láctea.

En los últimos días, ciudadanos y comerciantes -sobre todo los pequeños comerciantes- han sufrido falta de productos Conaprole, la mayor empresa láctea del país atendiendo el mercado interno como en las exportaciones. Desde Cambadu, organización que representa a comercios minoristas, se ha dicho que algunos establecimientos “de cercanía” dejaron de recibir productos. El perjuicio es múltiple, no sólo se afecta a la cooperativa Conaprole, también se priva al pequeño comerciante de vender y a la ciudadanía de adquirir un producto básico para la dieta, fundamental en el desarrollo de niños y jóvenes, como fuente alimenticia en mayores y adultos.

A eso se suma el perjuicio al productor remitente, raíz y soporte primera de la empresa.

Como si eso no fuera suficiente, está pendiente la amenaza del sindicato de afectar las exportaciones con lo cual el daño se hace aún mayor y repercutirá directa o indirectamente en todo el país.

ES HORA DE ACTUAR.

Hace unos días alguien preguntó en las redes sociales qué sucede con Conaprole que cada poco tiempo tiene problemas sindicales y por qué no se hace algo para cambiar eso, en caso de ser posible.

La respuesta es que sí, se puede cambiar. Una es que los trabajadores hagan entender a la cúpula sindical del sector de lo equivocado de su accionar. Otra opción es la creación de un sindicato alternativo capaz de superar en afiliados y en representatividad al actual. En ambos casos el esfuerzo parte de los trabajadores, e implica enfrentarse con un gremio radicalizado que bombardea todos los puentes y antepone el conflicto a la paz laboral.

El tercer camino depende del Parlamento (vale decir de los políticos) y consiste en legislar sobre la personería jurídica.

La discusión no es nueva, algunos antecedentes se remontan a los años 60 o quizá antes. Más recientemente, en 2013, durante el mandato de José Mujica, y seis años después, en 2019, con Tabaré Vázquez como presidente, hubo iniciativas similares que no prosperaron.

Hoy en el Parlamento hay por lo menos dos proyectos le ley sobre la personería jurídica, uno del diputado Rodrigo Goñi (Partido Nacional) y otro de Sebastián Cal (Cabildo Abierto). Ambos proyectos fueron presentados en 2020 y duermen en algún cajón en alguna comisión parlamentaria.

La pobre confianza que los sindicatos generan en la sociedad tal vez sea el indicador de que ya es hora de impulsar el debate y profundizar en el tema.

Los pequeños debates del PIT-CNT y el Frente Amplio.

Los pequeños debates del PIT-CNT y el Frente Amplio.

El objetivo de la movida combinada entre el Frente Amplio y el PIT-CNT parece ser debilitar al Gobierno en cuantos frentes les sea posible y para eso todo viene bien, incluso los pequeños debates que nada tienen para aportar.

Hébert Dell’Onte| La coordinación de la arremetida sindical de los últimos días es evidente. Pero no solo los sindicatos han desarrollado una estrategia de alto impacto, también el Frente Amplio, lo cual es lógico considerando la afinidad entre ambos. El objetivo de la movida combinada parece ser debilitar al Gobierno en todos los frentes posibles y para eso todo viene bien.

Este miércoles se dieron don hechos que evidencia el “vale todo” para el juego opositor. El primero tiene que ver con la confirmación de las firmas que cuestionan la Ley de Urgente Consideración (LUC), y concretamente refiere al color de las papeletas del SI y del NO.

La Corte Electoral decidió que quienes van por SI, o sea sí derogar los 135 artículos en debate, usarán la papeleta color rosado, en tanto que los van por el NO, o sea no derogar los 135 artículos, tendrán papeleta celeste.

Conocidos esos colores, desde el PIT-CNT y el FA salieron voces a cuestionar la resolución de la Corte porque consideran que el rosado los perjudica porque “en Uruguay todos somos celestes”, dijo Pablo Abdala. “Vamos a impugnar”, anunció, sumando otro elemento de confrontación y lo que es peor pone un manto de dudas sobre el accionar de la Corte Electoral. Esto último es tan serio y preocupante como ridículo.

Es serio y preocupante porque nuestra Corte Electoral es un organismo de garantías y no se lo puede poner en duda por el color de las papeletas. Pero también es ridículo porque ya en otras oportunidades, como el referéndum sobre la Ley de Ancap (2003) durante el gobierno del Dr. Jorge Batlle, se utilizaron esos mismos colores lo que no implicó ninguna maniobra y no recuerdo que haya habido planteamientos de intenciones ocultas o manipulación a pesar de que muchos de los dirigentes sindicales de entonces eran los mismos que ahora (los cargos casi vitalicios de los sindicalistas es otro tema de debate).

Además, si el color de una papeleta incidiera significativamente en el voto, eso sucedería por dos motivos: la poca inteligencia de nuestra sociedad, lo cual es falso, o por la flojera de los argumentos de alguna de las partes.

De todas formas, en el año 2003 ganó el SI cuya papeleta era color rosado, y perdió el NO de color celeste.

OTRA DISCUSIÓN ABSURDA: EL CRUCIFIJO DE CIPRIANI.

Otra discusión de ribetes absurdos es lo plateado por el diputado Enzo Malán (Frente Amplio) por el crucifijo que el director de ASSE, Dr. Leonardo Cipriani, colocó en su despacho.

Ante eso, apenas un par de consideraciones: Las oficinas personales no son lugares públicos, no lo es la de Cipriani como tampoco la de Malán.

Además, el diputado socialista cae en una contradicción fragrante: es práctica más que habitual en los legisladores colocar banderas político partidarias y simbología político sectorial, pero no en el encierro de las cuatro paredes de sus oficinas, sino hacia el exterior donde circulan personas de todas las posiciones y posturas políticas, delegaciones o comitivas de diferentes instituciones.

A su vez hasta hemos visto ingresar al plenario de la Cámara de Representantes a algún legislador con insignias o elementos alusivos a partidos políticos o ideologías identificadas con el Frente Amplio, y hasta con referencia a otros países y dictaduras, sin que el referido legislador se mostrara afectado.

Como vemos, a Uruguay le están faltando los grandes debates que el país necesita, y la oposición sindical y política no ayudan para que eso suceda.

Foto: Búsqueda.

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