“El bloqueo de carreteras es principalmente el que está generando no sólo retrasos, sino que también desabastecimiento en varias zonas”.
Lima, Perú | Todo El Campo | Desde diciembre de 2022, la industria de las agroexportaciones peruanas ha tenido que lidiar con constantes protestas y bloqueos que han entorpecido el trabajo diario de todas las empresas vinculadas al sector.
Según datos de la Asociación de Exportadores (ADEX), entre enero y noviembre del año pasado las exportaciones agrarias primarias del país sumaron alrededor de US$ 1.242 millones.
La cifra, que representa un crecimiento anual de casi 80%, podría estar en peligro para la temporada en curso, ya que una gran parte de las empresas del rubro no están trabajando al 100% de su capacidad.
De acuerdo con la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), entre los puntos de acceso más afectados se encuentran los puertos de Paita y Callao. Este último es la única entrada para los productores de la zona sur, por lo que han sido lejos los más golpeados por la ola de protestas.
“El bloqueo de carreteras es principalmente el que está generando no sólo retrasos, sino que también desabastecimiento en varias zonas”, explica la gerenta de agroexportaciones de ADEX, Susana Yturry Farge en entrevista con Portalfruticola.com.
Si bien la entidad no entregó estimaciones respecto a posibles pérdidas, Yturry indica que al menos una parte importante de las compañías asociadas están optando por el teletrabajo para resguardar a sus trabajadores.
DAÑOS IRREPARABLES.
En términos de ejecución, la situación actual ha implicado que múltiples operaciones relacionadas a los productos frescos no están pudiendo cumplir con sus plazos de entrega y envíos, tanto para los mercados internacionales como para la demanda doméstica.
Otra de las problemáticas más serias que se han generado con la actual crisis política, han sido las dificultades experimentadas por los trabajadores agrícolas, quienes se han visto imposibilitados para llegar a sus lugares de trabajo a cumplir sus funciones.
“Uno de los socios de ADEX precisó que no puede abastecer a su sucursal en Cusco con productos terminados, los cuales se distribuyen a restaurantes y hoteles. Otro expresó que no consigue plantines de arándanos de los viveros cuya inversión representa US$ 500.000”, detalló la ejecutiva.
En esta línea, Yturry comenta que la mayor preocupación de ADEX en este momento es el daño que se está generando a la imagen del país como proveedor confiable.
Estas obstrucciones están ocasionando además que se incrementen los costos para los productores, así como también para las personas que consumen estos productos de manera local.
Por su parte, AGAP se sumó al análisis de esta compleja situación, la cual ya suma más de 60 fallecidos en el país.
Gabriel Amaro, director ejecutivo de la entidad, lamentó las consecuencias que esta crisis política está teniendo sobre el sector de la agricultura, especialmente cuando la industria se encuentra en plena temporada de uva.
“Estamos actualmente en coordinación con las autoridades del Gobierno central y regional para que liberen las carreteras, y durante esos días sale toda la cantidad posible de embarque, con el apoyo del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), que colabora siempre con el sector agrario,” aseguró el ejecutivo a Portalfruticola.com.
La autoridad indicó que esta crisis política llega precisamente en un año donde la industria ha logrado una buena producción, con una excelente calidad para las frutas y hortalizas.
Amaro aseguró que desde la asociación seguirán trabajando en vías de transporte alternas en puntos neurálgicos como Ica, con el fin de minimizar lo más posible el impacto. (Portal Frutícola).
Entre agosto del 2021-julio del 2022 los envíos con valor agregado ascendieron a US$ 395.756.000. La agroindustria fue el de mayor incremento alcanzando los US$ 168.705.000. Los productos más importantes fueron las uvas frescas (US$ 45.993.000), mangos frescos o secos (US$ 26.435.000), paltas (US$ 19.595.000).
Agraria.pe | Lima, Perú | Desde que entró en vigencia el Acuerdo de Libre Comercio (ALC) entre Perú y Corea del Sur el 1 de agosto del 2011, los despachos peruanos no tradicionales registraron un crecimiento acumulado de 426% (agosto del 2021-julio del 2022 vs agosto del 2010-julio del 2011), informó la Asociación de Exportadores (ADEX).
Entre agosto del 2021-julio del 2022 esos envíos con valor agregado ascendieron a US$ 395.756.000.
La agroindustria fue el de mayor incremento (5.589,7% entre agosto del 2021-julio del 2022 comparado con el periodo agosto del 2010- julio del 2011), alcanzando los US$ 168.705.000. Los productos más importantes fueron las uvas frescas (US$ 45.993.000), mangos frescos o secos (US$ 26.435.000), paltas (US$ 19.595.000), frijoles, nueces de Brasil y bananas.
El segundo sector en aprovechar mejor el acuerdo comercial con esa nación asiática, por monto FOB, fue la pesca para consumo humano directo (US$ 165.662.000). Destacaron la pota preparada o en conserva (US$ 57.041.000), los langostinos enteros congelados (US$ 44.308.000) y la pota congelada (US$ 35.389.000).
Otro rubro con un alza exponencial (3.139,5%) fue la minería no metálica (US$ 21.767.000). Su producto estrella fue la antracita con US$ 21.703.000).
Asimismo, se enviaron bienes químicos (US$ 20.929.000), siderometalúrgicos (US$ 12.209.000), textiles (US$ 3.768.000) y prendas de vestir (US$ 1.683.000). En montos menores también se despacharon maderas (US$ 655.241), varios (US$ 235.162) y metalmecánica (US$ 138.283).
DURANTE 2022: 4,2% DE AUMENTO.
Según el sistema de inteligencia comercial ADEX Data Trade, entre enero y agosto de este año las exportaciones a Corea del Sur ascendieron a US$ 1.981.153.000, es decir 4.2% más que en el mismo periodo del 2021.
Las primarias (US$ 1.708.659.000) representaron el 86,2% del total y las de valor agregado (US$ 272.494.000) el 13,8%.
La minería tradicional (US$ 884.579.000) y petróleo y gas natural (US$ 794.921.000) fueron las actividades más resaltantes, representando el 84.7% del total. El agro tradicional fue por US$ 20.467.000 y la pesca tradicional por US$ 8.690.000.
En el sector no tradicional resaltó la pesca para consumo humano directo con US$ 140.230.000 (variación positiva de 53.4%), seguido de la agroindustria con US$ 92.945.000, a pesar de presentar una leve contracción de -1.1%.
Otros fueron minería no metálica (US$ 20.368.000), siderometalurgia (US$ 8.171.000), químico (US$ 5.345.000), textil (US$ 3.366.000) y prendas de vestir (US$ 1.294.000). En menores montos maderas, varios y metalmecánica.
Perú es un importante mercado para el arroz uruguayo de calidad, pero en los últimos años ha sido emparejado por el arroz brasileño que llega con más volumen, pero categoría inferior.
Lima, Perú | La Dirección de Estudios Económicos de la Dirección General de Políticas Agrarias (DGPA), del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), dijo que el arroz se ha constituido en el primer cultivo agrícola en importancia por su aporte a la generación del Valor Bruto de la Producción Agrícola (VBPA).
En 2021 ese cultivo representó el 11,5% del VBPA, o sea 2.838 millones de soles (unos US$ 746 millones) de un total de 24.713 millones (US$ 6.500 millones), con una tasa de crecimiento interanual de 1,1% respecto a 2020.
Con esos números, en 2020, el arroz desplazó del primer lugar en importancia, a un producto nativo como la papa.
La evolución anual de la producción peruana de arroz en cáscara durante los últimos 21 años muestra que se ha incrementado a una tasa promedio anual de 2,9%. Sin embargo, en los diez últimos años, muestra un comportamiento fluctuante, con un incremento de solo 1,7% anual, nivel de virtual estancamiento.
EL RÉCORD DE 2018.
En 2018, debido a los buenos precios observados en el año previo, se ampliaron las áreas sembradas y se obtuvo una producción récord de 3.558.000 toneladas, cifra no superada.
Debido a ese exceso de oferta de arroz, los precios en chacra declinaron sensiblemente y tocaron piso en el segundo semestre de 2018 hasta el tercer trimestre de 2019. De esta manera, la producción de arroz también cayó drásticamente en 2019 a un volumen de 3.191.000 toneladas (-10,4%), ante el desinterés de parte de los productores en sembrar más áreas de arroz.
En 2020, se observó la recuperación de la producción en 7,7%, con relación al año anterior (3.434 millones de toneladas de arroz en cáscara). Esta recuperación de la producción se explica por los buenos precios observados en el último trimestre de 2019 y durante 2020, lo que incentivó a ampliar las áreas sembradas a 417.500 hectáreas en 2020. Durante 2021, se logró producir casi el mismo nivel de 2020, con un aumento de 1,1% entre ambos años, alcanzando un volumen de producción de 3.474 millones de toneladas. Cabe mencionar que no se alcanzó una mayor producción debido a problemas de estrés hídrico que afectaron al inicio de la campaña de siembras en el norte del país.
Durante el primer trimestre de 2022, la producción ha registrado un volumen de 663.000 toneladas de arroz con cáscara, cifra inferior en 0,6% al volumen producido en el mismo trimestre de 2021 (667.000 toneladas), cuyo volumen también se habría reducido en su momento por problemas climáticos que limitaron la disponibilidad de agua y la siembra oportuna de arroz, a fines de 2020 e inicios de 2021.
Es importante señalar que esta menor producción en el primer trimestre de 2022 podría ser un primer reflejo del incremento de los costos de producción, debido al alza de los fertilizantes y los combustibles. Sin embargo, de acuerdo con las cifras obtenidas para el mes de abril de 2022, la producción se habría elevado en 32,5% respecto al mismo mes de 2021, a 330.800 toneladas, de ahí que la producción conjunta de los cuatro primeros meses se habría elevado en 8,4%, a 993.800 toneladas, con relación al mismo período de 2021.
EXPORTACIONES E IMPORTACIONES DE ARROZ.
El arroz peruano no es competitivo en el mercado internacional, debido a sus elevados costos de producción, de ahí que se circunscriba a mercados cercanos, con los que se tiene acuerdos comerciales y un tratamiento arancelario preferencial y/o liberado del pago de aranceles, como es el caso de los países de la Comunidad Andina (CAN), entre ellos Colombia y Ecuador, o Chile, con el que se cuenta un TLC libre de aranceles, pero en volúmenes poco significativos.
Son muy esporádicas las exportaciones de arroz pilado (descascarado y blanqueado en un molino, y está listo para ser vendido y consumido) que el Perú realiza en volúmenes significativos. Sin embargo, cuando estas se concretan, es hacia Colombia, que presenta un déficit estacional. Estas operaciones de exportación se realizan cuando el gremio arrocero Fedearroz (Federación Nacional de Arroceros) y las autoridades comerciales lo permiten o cuando existe una menor producción en Colombia, afectada por factores climáticos, que debe ser cubierta con mayores importaciones. En ese sentido, el 99% de exportaciones que el Perú ha realizado se han dirigido hacia Colombia; no se exporta hacia Ecuador, otro miembro de la Comunidad Andina, porque no hay un protocolo fitosanitario de exportación que lo permita.
En el período de 2014 a 2022, solo se han concretado significativas operaciones de exportación al exterior en 2016 (8.631 toneladas por US$ 5.968.000), 2019 (37.090 toneladas por US$ 20.823.000) y 2020 (44.814 toneladas por US$ 30.023.000), años en que el mercado colombiano representó el 99,5% en promedio. En 2021, se exportó un volumen de solo 731 toneladas por US$ 614.000, de las cuales 566 toneladas se dirigieron hacia Colombia.
En cuanto a las importaciones de arroz por parte de Perú, estas se muestran bastante dinámicas, permanentes y de volúmenes moderados. En 2017, se registró el valor de importación más elevado de los últimos años con 401.717 toneladas por US$ 231.998.000, pues fue cuando la producción nacional cayó drásticamente. En los siguientes años, bajaron las importaciones debido a la regularización de la producción nacional.
En el primer trimestre de 2022, las importaciones declinaron en un 39%, en términos de volumen, a 37.639 toneladas; y en 40% en términos de valor, a US$ 26.037.000, cuyas cifras son las más bajas de los últimos tiempos. Dicha situación se explica por la limitada disponibilidad de oferta internacional de arroz y los altos precios internacionales, que está llevando a priorizar el consumo de arroz nacional.
URUGUAY SE DESTACA ENTRE LOS PRINCIPALES PROVEEDORES, PERO CAE EN VOLUMEN.
En cuanto a los principales países proveedores, Uruguay ha destacado durante muchos años como el más importante abastecedor de arroz de muy alta calidad.
De acuerdo con las cifras de la Sunat (Aduana Peruana), en 2014, Uruguay abastecía casi el 75% del total importado por Perú (157.000 toneladas). El segundo país en importancia era Brasil con el 15% (32.000 toneladas).
En 2016, Uruguay declinó su participación a 62%, pero siguió siendo muy importante (181.000 toneladas) e incluso aumentó el volumen de su suministro; mientras que Brasil elevó su presencia a 22% (64.000 toneladas).
En 2020, Uruguay declinó su participación a 58%, pero continuó siendo el más importante (184.000 toneladas); por el contrario, Brasil elevó su participación a 39% y aumentó sus suministros a 122.000 toneladas.
Finalmente, en 2021, un año muy difícil en el que cayeron las importaciones totales debido a los altos precios internacionales del arroz, entre ellos del arroz uruguayo, la participación de este país disminuyó a 49% y el volumen de su abastecimiento declinó a 116.000 toneladas; en cuanto a Brasil, se elevó su participación a 44% y el volumen de sus colocaciones declinaron a 105.000 toneladas.
En el primer trimestre de 2022, resalta la presencia de Brasil, que representa el 80% del total importado por Perú, en términos de volumen; mientras que Uruguay declina su participación a solo un 19% del total.
En suma, se observa una activa política comercial brasileña, a fin de consolidarse en el mercado peruano con un arroz de menor calidad, compitiendo directamente con el arroz nacional. Por lo tanto, resulta necesario realizar un mejor seguimiento del comportamiento de la producción y exportación brasileña de arroz, ya que, en una perspectiva de mediano plazo, podría constituirse en el principal proveedor de un arroz casi similar al arroz superior peruano, que viene comercializándose en el mercado nacional.
En base a Agencia Agraria de Noticias | Foto de Agronoticias, arroz en puerto de Perú.
La fibra de alpaca es una de las más finas del mundo, supera en calidad a la de cachemir y a la lana de oveja, se usa en prendas de vestir y accesorios como bolsos, carteras y correas, e incluso tapices y alfombras.
Las alpacas son un tesoro para Perú, porque aporta económicamente a través de la cadena productiva, pero también porque forma parte de la identidad cultural del país. Los peruanos lo saben y por eso celebraron, el lunes 1° de agosto, el Día Nacional de la Alpaca.
Se trata de uno de los camélidos emblemático de los Andes peruanos, destacó la agencia noticiosa Andina.
A diferencia de la vicuña que es silvestre, la alpaca fue convertida en animal de crianza desde tiempos ancestrales, aunque no con fines de trasladar carga como la llama, sino para aprovechar su fina fibra para la confección de prendas de vestir y abrigo.
Su tamaño es menor al de llama y un poco más grande que la vicuña, supera el metro y medio de altura, y su peso va de 60 a 70 kilos.
La fibra de alpaca es una de las más finas del mundo y supera en calidad a la de cachemir (cabra) y a la lana de oveja, por lo que es preferida para la confección de prendas de vestir; también se usa en accesorios como bolsos, carteras y correas, e incluso tapices y alfombras.
Perú posee más de 3.600.000 ejemplares de alpacas en su territorio, que representan el 87% de la población mundial, y es el primer productor mundial de fibra de este camélido altoandino.
La crianza de camélidos constituye una de las actividades productivas y económicas más importantes que se desarrolla en la zona altoandina peruana, y de ella dependen entre el 70% al 80% del ingreso familiar anual -según datos de la FAO-, siendo una actividad de agricultura familiar.
RAZAS DE ALPACA Y PROPIEDADES DE LA FIBRA (SIMILARES A LA LANA OVINA).
Existen tres razas de alpaca: Huacaya, Suri e híbrida. El 80% de alpacas son de raza Huacaya, el 12% son de raza Suri y el restante 8% son híbridas.
Una de las características notables de la fibra de alpaca, que la posicionan como un producto de gran demanda por la industria textil, es su capacidad térmica para abrigar cuando hace frío y es ligera cuando hace calor.
Otra de las características de la fibra de alpaca es su durabilidad, lo que permite que sea reutilizada. Por ello es que el 90% de la fibra se exporta a más de 20 países.
También se caracteriza por su propiedad higroscópica, dado que la absorción de la humedad ambiental de la fibra de alpaca es baja. Del mismo modo, tiene muy buena elasticidad y resistencia siendo posible compararla con la de la lana y otras fibras animales.
Otro atributo es la suavidad, dado que la estructura de la fibra de alpaca la hace muy suave al tacto, siendo comparada con la fibra de Angora y del Mohair (tipos de cabras). Además, tiene una menor tendencia al afieltramiento, si es que se la compara con la lana y otras fibras animales.
Finalmente, la fibra de alpaca es antialérgica, no contiene lanolina; y tiene más de 22 colores naturales, desde el negro, con variaciones de grises y marrones, hasta el blanco.
DATOS ECONÓMICOS.
En el Día Nacional de la Alpaca, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) de Perú destacó el importante desenvolvimiento de las exportaciones de los productos de lana y pelo fino que, en el periodo enero a mayo de 2022.
En los primeros cinco meses del año, Perú exportó esa fibra por US$ 91 millones, cifra superior en 9,6% en comparación al mismo periodo del año anterior.
La exportación de tops de alpaca aumentó 34,6% en los primeros cinco meses del 2022.
Los principales países de destino de los textiles peruanos de lana y pelo fino son la Unión Europea (37%), Estados Unidos (22%), y China (16%).
Hasta 2021 China fue el principal destino de los tops de alpaca peruanos, recibiendo el 47% de los envíos.
ALPACAS EN URUGUAY.
En Uruguay las llamas y alpacas son animales poco frecuentes, aunque a veces se los puede ver en exposiciones, como la de Melilla organizada por la Asociación Rural del Uruguay en otoño, expuestos por establecimiento Las Brujas ubicado en Cerrillos (Canelones) de Fernando Ospitaleche.
El problema es que Uruguay carece de industrias para procesar la lana de alpacas. Para solucionar ese problema se debería producir en cantidades mayores. La idea no es loca, sino posible dado que es un producto muy bien pagado en el mundo y cualquier esquilador uruguayo podría hacer su trabajo con estos animales, solo teniendo en cuenta algunos cuidados propios de la especie.
Información en base a Agencia Andina e información propia de Todo El Campo.
Antognazza evaluó positivamente la experiencia, tanto desde lo personal como en lo que respecta a la imagen que genera la lechería uruguaya en el país incaico.
El criador maragato Julio Eduardo Antognazza ofició de jurado en la “Expo Ilabaya 2022” de Perú, una muestra realizada a 1.425 metros sobre el nivel del mar, en una zona donde conviven el desierto, los valles y las montañas de los Andes.
Antognazza, responsable de la cabaña El Chivo, ofició como jurado de calificación en la raza Holando en la XIV Feria Agropecuaria, Gastronómica, Artesanal y Turística Expo Ilabaya 2022, cumplida del 20 al 25 de junio en este distrito peruano.
Ilabaya se ubica a 1.425 metros sobre el nivel del mar, en una zona donde se entrelaza el desierto, con los valles, cerros y volcanes -apagados cubiertos de hielo permanente- de la la Cordillera Occidental de los Andes.
La jura contó con la participación de unos 70 ejemplares de la raza pertenecientes a 12 productores de la región; una presencia destacada por Antognazza considerando las condiciones en las que se desarrolla la producción lechera en aquella zona.
“Es una zona de desiertos, donde la lechería se da básicamente en los valles y todo es por riego con agua que viene del deshielo de la montaña”, dijo el productor al programa Procampo (Radio 41 de San José).
Destacó el entusiasmo por la genética: “La mayoría son pequeños productores de pocos animales, pero no menos entusiastas que el resto por la genética, así que se dio una linda competencia con animales bien preparados”.
Por otra parte comentó que “el principal desafío” al que se enfrentan los productores de Ilabaya es de “escala, porque su sistema productivo no es fácil, tienen un área bastante ajustada, aparte de que la situación de la lechería en Perú es bastante complicada”.
Como ejemplo de esas complicaciones precisó que el productor de aquella zona del continente “cobra poco más de la mitad de lo se paga en Uruguay. Allá el litro de leche no llega a los US$ 0,30, mientras que acá lo estamos cobrando US$ 0,42 o US$ 0,43. También hay que entender que las distancias para el procesamiento de la leche son largas, con un costo importante de los fletes”.
Antognazza evaluó positivamente la experiencia, tanto desde lo personal como en lo que respecta a la imagen que genera la lechería uruguaya en el país incaico.
“Siempre que a uno que lo convidan a jurar exposiciones o a asesorar cabañas nos llena de satisfacción, además de que te obliga a estar siempre actualizado, en permanente investigación de lo que se busca en la raza. Te impulsa a seguir trabajando y creciendo en esto que nos apasiona”; reflexionó.