Feb 9, 2022 | Hacienda, Mercados
La oferta ganadera muy reducida está acusando los efectos tanto de la sequía sobre las recrías como del aumento notable del maíz sobre el engorde a corral.
Ignacio Iriarte | Hay muy poco ganado liviano bien terminado, y si bien la demanda doméstica parece haber tocado un techo, matarifes y frigoríficos se ven obligados a pagar valores que después no se pueden trasladar plenamente al carnicero o al mostrador.
Hay poco ganado liviano (ternero especialmente), y se advierte que se está registrando otro escalón de escasez de gordo, que se esperaba para fin de febrero o marzo.
La combinación de los efectos de la sequía sobre la oferta, con una exportación limitada, pero con buenos valores FOB, y con la vuelta de las vacaciones de millones de personas a las grandes ciudades, está conformando un mercado muy firme. Lo único que se ve hacia adelante es escasez, que no se sabe cuánto tardará en revertirse, aunque sea parcialmente.
La demanda está, la oferta sigue cayendo. Entre la sequía, los errores del Gobierno y la suba del maíz, la escasez parece asegurada.
La exportación, mientras tanto, paga valores muy mejorados por la vaca conserva o manufactura, cuya exportación a China está permitida; la oferta de vacas es limitada, y pese a la seca, la faena de esta categoría todavía es baja. El novillo Hilton, está particularmente caro, con precios que son 215% más altos que cuando llegó la actual administración hace dos años. Todo un éxito.
Tanto el valor FOB del Hilton como el de la vaca a China se mantienen en niveles muy altos: la demanda europea se está recuperando, con pocos stocks en cámara. Por otra parte, a la formidable demanda de China por carne vacuna no parece afectarle por ahora ni la vuelta de Brasil, ni la caída en la actividad económica del gigante asiático, ni la superabundancia de cerdo, ni la estricta lucha de las autoridades de ese país contra el Covid-19.
Es un escenario de exportaciones controladas, limitadas, pero con precios muy interesantes. Argentina colabora, a su manera, con los problemas de oferta que existen hoy en el mercado internacional de la carne vacuna, y que mantienen los precios en niveles del 20% al 30% más altos que un año atrás.
FEEDLOT.
Pese a la reciente baja de la relación de compra/venta, que era de 1,38 a 1 en diciembre, y en enero promedió el 1,29 a 1 (invernada/gordo), los números siguen en rojo para el feedlot.
La sequía anticipó la oferta de terneros de destete, forzando una baja del precio de la invernada, pero al mismo tiempo se dispararon los precios del maíz y de la soja.
Ahora, a una relación de compra/venta que sigue siendo muy adversa, se le agrega un costo por kilo ganado en los corrales que casi iguala el valor de venta del gordo neto de gastos. Se combina una huida del dinero hacia los terneros, con un precio del maíz que es hoy –a moneda constante– el más alto de la serie para los años 2005-2021, ubicándose en enero un 45% por encima del promedio de dicho período.
Los resultados son malos. Una operación clásica de engorde a corral de un novillito, desde los 200 a los 380 kilos, deja un rojo que se ubica entre los 9.000 y los 14.000 pesos por ciclo, mientras que el engorde de una ternera arroja una pérdida de entre los 8.000 y los 10.000 pesos por animal.
(Web de Salvador Di Stefano, analista de mercados).
Dic 21, 2021 | Ganadería, Hacienda, Mercados, Noticias
El consultor Ignacio Iriarte explica analiza la evolución de los precios ganaderos y de la faena vacuna, los resultados del engorde a corral, lo que pasa con los feedlots y la evolución de los costos.
Lic Ignacio Iriarte | En términos reales, el valor de la hacienda hoy ya ha recuperado todo lo perdido desde el momento que hace cinco meses el Gobierno le puso límites a las exportaciones. El sorprendente derrumbe de la faena de noviembre, que supera el 20% interanual, afirma las cotizaciones de novillos y vacas, cuya oferta es insuficiente para la capacidad instalada de la industria exportadora, y permite también la recuperación de las cotizaciones del ganado liviano de consumo y hasta del novillo sin papeles, la categoría más castigada por los cupos a la exportación.
El feedlot se beneficia con la suba de los precios de novillos y vaquillonas, pero la invernada se ha vuelto a disparar -nadie quiere tener pesos- y el maíz está mostrando una tendencia alcista en el mercado internacional; además, la suba local del grano se puede acelerar si se apura el ritmo devaluatorio. Las recrías se han alargado -o retrasado- y el feedlot está aportando menos kilos de carne al sistema y esto no parece que se vaya a revertir en el corto plazo.
El mercado local, donde los márgenes de matarifes y carniceros -que están entre la espada y la pared- ya están ajustados al máximo, se resiste a ingestas por debajo de los 48-50 kg per cápita, y ese interés se expresa en el precio que está dispuesto a pagar el consumo por el novillito, el ternero o la vaquillona. La exportación está sufriendo la baja del Hilton y de los valores que paga China, pero todavía tiene una demanda internacional muy firme, y no encuentra suficiente cantidad de vacas y de novillos pesados.
El Gobierno va a hacer daño, pero la escasez le pondría límites. El año próximo se presenta con una oferta ganadera limitada, un consumo que no quiere bajar o achicarse más y una demanda internacional -superando el Covid- que se presenta excepcional.
COSTOS.
Entre noviembre del 2020 y noviembre del 2021 la inflación (IPC) fue del 51,8%. En el mismo período, el precio del ternero de invernada (180-200 kg) subió un 86% y el novillito (300-390 kg) en Liniers subió un 85,9%. En el mismo lapso el tipo de cambio se incrementó sólo un 24,8%, influyendo seguramente este atraso para que un índice ponderado de insumos ganaderos haya tenido un alza de “sólo” el 44%, es decir por debajo de la inflación oficial.
El costo del personal en los últimos doce meses se incrementó un 51,7%, o sea al ritmo de la inflación, mientras que el costo de una pradera ha subido un 54,4%, el de una hectárea de verdeo de invierno un 46% y el de una hectárea de silaje de maíz (implantación y confección), lo hizo un 58%. Bien por debajo de la evolución del IPC de noviembre a noviembre, subió el costo de hacer un rollo (25%), un tratamiento sanitario completo (29%), mientras que crecen bien por arriba del IPC el costo de un rollo de alambre (+136%), la urea (+198%), el fosfato diamónico (+119%) y el glifosato (+195%).
El maíz, esencial en cualquier planteo de engorde intensivo, ha subido de noviembre del 2020 a noviembre del 2021 sólo un 29%, resultado del atraso en el tipo de cambio oficial y de la intervención estatal en el mercado, combinado con la estabilidad de las cotizaciones internacionales.
Si se toma como punto de partida el mes de noviembre del 2019, un mes antes de la llegada de la actual administración del país, se observa que en los últimos veinticuatro meses la inflación fue del 95%, un índice ponderado de insumos ganaderos creció un 124%, el novillito en Liniers un 204%, el ternero de invernada un 230% y el dólar blue un 200%. Debe observarse que el precio del ternero de invernada -en términos de dólares libres- ha pasado de US$ 1,39 en diciembre del 2019 -cuando comenzó la actual administración- a los U$S 1,50 en la actualidad, valorizándose esta categoría (el “bitcoin criollo”) por encima del dólar libre.
*Artículo del Lic. Iriarte para la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra).
Nov 22, 2021 | Ganadería, Hacienda, Mercados, Noticias, Opinión, Vacunos
El consultor Ignacio Iriarte explica lo que está pasando con la demanda exportadora y la oferta y precios de la hacienda para ese destino. Además, analiza la evolución de la faena vacuna que cae fuerte este año y eso se siente en el mercado ganadero.
Ignacio Iriarte | Argentina | Fifra | La exportación recibe precios FOB muy altos (Hilton, 481, Israel, picana, vaca a China) y no encuentra oferta suficiente de novillos Hilton y de vacas conserva o manufactura. La exportación está limitada, pero por la ventana abierta entra un viento fuerte: Australia, está exportando la mitad de lo histórico y Brasil sigue con sus embarques a China suspendidos. El mercado internacional de la carne vacuna crece en volumen y en valor. Ya a esta altura queda claro que el aumento de la faena que se dio en el último trimestre del 2019 y 2020 este año no se repetirá: la oferta ganadera cerrará el año con un millón de cabezas menos que el 2020, y la restricción de la oferta compensa parcialmente la limitación de las ventas al exterior.
Por un lado, un consumo débil y limitaciones a las exportaciones, por el otro, restricción de la oferta (especialmente del feedlot). Muy firme el novillo Hilton -han quedado pocos campos habilitados- y firme también la vaca conserva o manufactura: la demanda china está muy firme por la salida de Brasil, y los precios FOB al gigante asiático igualan o superan a los que se recibían a fines del 2019, que se suponía no volverían nunca más.
La oferta de vacas no se va a recuperar en el corto plazo: en 2019 y 2020 se liquidaban vientres, ahora la faena de vacas ha bajado un 10% interanual y se ubica en los niveles de equilibrio.
Perspectivas: baja oferta de vacas y de novillos con papeles, caída de la oferta de hacienda liviana de feedlot, por menor encierre de los corrales. La invernada acercándose a los máximos históricos.
La escasez estaba a la vuelta de la esquina, y hoy no disponen de 10 millones de cabezas para liquidar.
FAENA.
El perfil de la oferta ganadera en los primeros diez meses del año muestra una caída significativa en la faena de vacas (-10,4%), caída que se acelera en el mes de octubre, con una reducción interanual del 16%.
Llama la atención la estabilidad en la faena de novillos, que en los primeros diez meses del año se ubica al mismo nivel del año pasado.
Cae en enero-octubre la faena de novillitos (-8,3%), de vaquillonas (-11%), de terneros (-15%) y de terneras (-19%).
Puede decirse que en los últimos meses se acentúa la retracción de la oferta de vacas y se modera el faltante de vaquillonas y novillitos. Como queda dicho, es llamativa la estabilidad en la oferta de novillos, que ya viene de dos años atrás, y que sería consecuencia de la difusión de los procesos de recría; hay más terneros que han pasado a matarse como novillitos, y novillitos que se están recriando -o terminando a corral- y se faenan como novillos.
De cualquier modo, la oferta de novillos, categoría por excelencia de cualquier ganadería desarrollada, está estabilizada hace tiempo en muy bajos niveles: en el 2021 se faenarán unos 3,2 millones de novillos, contra 4,7 millones que se mataron en el 2005, antes del anterior “ordenamiento” K del mercado ganadero.
La ganadería argentina ha recuperado casi todo el stock de cría (vacas, vaquillonas, terneros) que tenía 15 años atrás, pero no las existencias de novillos, que según los datos de la Primera Campaña de Vacunación del otoño 2021, eran de 2,93 millones de animales el mismo nivel del año anterior, pero bien por debajo de los 6,7 millones de novillos que había en el 2005.
(*) Fifra es la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas | Imagen captura de YouTube.