La oferta ganadera muy reducida está acusando los efectos tanto de la sequía sobre las recrías como del aumento notable del maíz sobre el engorde a corral.
Ignacio Iriarte | Hay muy poco ganado liviano bien terminado, y si bien la demanda doméstica parece haber tocado un techo, matarifes y frigoríficos se ven obligados a pagar valores que después no se pueden trasladar plenamente al carnicero o al mostrador.
Hay poco ganado liviano (ternero especialmente), y se advierte que se está registrando otro escalón de escasez de gordo, que se esperaba para fin de febrero o marzo.
La combinación de los efectos de la sequía sobre la oferta, con una exportación limitada, pero con buenos valores FOB, y con la vuelta de las vacaciones de millones de personas a las grandes ciudades, está conformando un mercado muy firme. Lo único que se ve hacia adelante es escasez, que no se sabe cuánto tardará en revertirse, aunque sea parcialmente.
La demanda está, la oferta sigue cayendo. Entre la sequía, los errores del Gobierno y la suba del maíz, la escasez parece asegurada.
La exportación, mientras tanto, paga valores muy mejorados por la vaca conserva o manufactura, cuya exportación a China está permitida; la oferta de vacas es limitada, y pese a la seca, la faena de esta categoría todavía es baja. El novillo Hilton, está particularmente caro, con precios que son 215% más altos que cuando llegó la actual administración hace dos años. Todo un éxito.
Tanto el valor FOB del Hilton como el de la vaca a China se mantienen en niveles muy altos: la demanda europea se está recuperando, con pocos stocks en cámara. Por otra parte, a la formidable demanda de China por carne vacuna no parece afectarle por ahora ni la vuelta de Brasil, ni la caída en la actividad económica del gigante asiático, ni la superabundancia de cerdo, ni la estricta lucha de las autoridades de ese país contra el Covid-19.
Es un escenario de exportaciones controladas, limitadas, pero con precios muy interesantes. Argentina colabora, a su manera, con los problemas de oferta que existen hoy en el mercado internacional de la carne vacuna, y que mantienen los precios en niveles del 20% al 30% más altos que un año atrás.
FEEDLOT.
Pese a la reciente baja de la relación de compra/venta, que era de 1,38 a 1 en diciembre, y en enero promedió el 1,29 a 1 (invernada/gordo), los números siguen en rojo para el feedlot.
La sequía anticipó la oferta de terneros de destete, forzando una baja del precio de la invernada, pero al mismo tiempo se dispararon los precios del maíz y de la soja.
Ahora, a una relación de compra/venta que sigue siendo muy adversa, se le agrega un costo por kilo ganado en los corrales que casi iguala el valor de venta del gordo neto de gastos. Se combina una huida del dinero hacia los terneros, con un precio del maíz que es hoy –a moneda constante– el más alto de la serie para los años 2005-2021, ubicándose en enero un 45% por encima del promedio de dicho período.
Los resultados son malos. Una operación clásica de engorde a corral de un novillito, desde los 200 a los 380 kilos, deja un rojo que se ubica entre los 9.000 y los 14.000 pesos por ciclo, mientras que el engorde de una ternera arroja una pérdida de entre los 8.000 y los 10.000 pesos por animal.
(Web de Salvador Di Stefano, analista de mercados).
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