En Gran Bretaña retiran publicidad de carne vegetal, por poseer afirmaciones falsas.
Llamar carne o lácteo un producto que no lo es, darle atributos que no tiene y realizar afirmaciones sobre supuestas propiedades alimenticias sólo para captar compradores, es un acto contrario a la buenas prácticas, además de ser profundamente desleal con el consumidor que confía y opta por ellos.
Hébert Dell’Onte | Suele darse por bueno que los productos que imitan a la carne son saludables, y por oposición la carne de verdad no lo es, o no lo es tanto con lo cual se siembra una duda que sumada a otras medias verdades o mentiras que se suelen escuchar y leer, van calando en la sociedad. Sin embargo la realidad es otra: mientras todo el mundo conoce las bondades y lo necesario que es el consumo de carne, no ocurre lo mismo que sus imitadores.
La carne nos acompaña desde el inicio de la humanidad y la ciencia conoce muy bien sus efectos en quienes la consumen, no ocurre así con los vegetales transformados en algo que quiere parecérsele.
En las últimas horas se conoció que The Meatless Farm Company, empresa que elabora imitación de carne en base a vegetales, debe levantar una campaña publicitaria que realizaba en redes sociales británicas ya que realiza afirmaciones que no pueden ser respaldadas con evidencia científica.
La decisión fue impuesta por autoridades inglesas luego de que la Junta de Desarrollo de Agricultura y Horticultura (AHDB) interpusiera una denuncia ante la Autoridad de Normas de Publicidad (ASA), pidiendo que se aportase la documentación que sustentara las afirmaciones que se realizaban en esa campaña.
Por ejemplo, se decía que “utilizar productos vegetales impulsó la energía y la salud mental y física de la enfermera Anne” (siguiente imagen), y se realiza un mensaje similar respecto “al bombero Jur” (imagen al final de la nota).
En esa parte del mundo la normativa sobre publicidad para alimentos señala que ese tipo de afirmaciones se deben respaldadas por un organismo médico o nutricional nacional, o una organización de salud.
No se puede, sin ninguna responsabilidad, presentar un alimento con características y propiedades que no posee, y de poseerlas tiene que existir un sustento científico.
ASA comprobó que en los casos señalados ese sustento no existía y retiró los anuncio por violar las normativas. O sea por presentar un producto con cualidades que no tiene, dicho de otra forma: un engaño. (En este punto cabe preguntarse si llamar carne un producto que no lo es no constituye también un acto de engaño al consumidor, pero ese es tema de otro debate).
“Las reglas de publicidad están ahí para garantizar la equidad y la transparencia para los consumidores, en las que AHDB dedica una enorme cantidad de tiempo y esfuerzo para garantizar su cumplimiento”, dijo Phil Maiden, jefe de Medios y Relaciones Públicas de AHDB.
La prohibición de publicidad engañosa en el caso de The Meatless Farm Company es un caso “excelente para AHDB y los ciudadanos. Trabajamos continuamente para desafiar la desinformación en los medios y la publicidad, así como también trabajamos con los medios para fomentar la información equilibrada y el uso de hechos y datos basados en el Reino Unido”, concluyó.
OTRO CASO.
Otro caso de publicidad engañosa en que intervino AHDB fue el de Oatly, una empresa sueca que produce productos que denomina “lácteos” pero que provienen de la avena. La campaña de Oatly lanzada este año afirmaba que en el mundo “el ganado genera más emisiones de gases de efecto invernadero que todo el transporte”.
PUBLICIDAD CON EVIDENCIA CIENTÍFICA.
La prensa británica también informó que se han dado situaciones similares en sentido contrario, concretamente denuncias por publicidad que resalta los beneficios de la carne, hubo denuncias por falsedad y la correspondiente investigación.
Un ejemplo es la campaña “We Eat Balanced” (comamos equilibrados) lanzada a comienzos de 2021 que refería a los beneficios de la vitamina B12 natural. Se afirmaba que la producción de carne roja y de lácteos de Reino Unido se encuentra entre las más sostenibles del mundo; y se recordaba a los consumidores el papel que desempeñan las carnes rojas y los lácteos en una dieta equilibrada.
Esas afirmaciones fueron analizadas y se estudió el sustento científico de las mismas. La conclusión fue que, en este caso, sí había evidencia científica.
Con información propia y datos de AHDB, Cárnica y The Pig Site.