También señalo que los conflictos y las condiciones atmosféricas adversas están exacerbando el hambre en los 45 países de todo el mundo de cuyas evaluaciones se desprende que necesitan asistencia alimentaria externa
Montevideo | Todo El Campo | La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) mejoró levemente su pronóstico de producción total de cerealesa 2.840 millones de toneladas, según lo publicado en la Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales.
El reporte señala que en 2023/24 la utilización de cereales será de 2.823 millones de toneladas, 1,1% más respecto del año anterior. El alza se explica por un mayor uso de maíz y trigo como alimento animal.
También se prevé que aumenten las reservas mundiales de cereales, debido enteramente a los cereales secundarios, y que la relación entre las reservas mundiales y su utilización finalice el año en un nivel “holgado” del 31,1%.
Asimismo, se espera que el comercio mundial de cereales aumente un 1,3% respecto del año anterior, impulsado por la mejora de las perspectivas sobre la exportación de maíz en Ucrania y la mayor demanda de China.
La FAO también publicó su pronóstico preliminar sobre la producción mundial de trigo en 2024, fijándolo en 797 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 1,0% desde 2023. La bajada de los precios del trigo ha provocado un descenso interanual del 6% en la siembra de trigo de invierno en América del Norte, donde, pese a ello, la producción podría aumentar debido a las buenas perspectivas de rendimiento.
Las condiciones atmosféricas favorables también apuntalan las expectativas de aumento de la producción de trigo en 2024 en Rusia que es una potencia exportadora, así como en China, India, Pakistán, Irán y Turquía.
LOS CONFLICTOS AGRAVAN LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA.
La FAO también señalo que los conflictos y las condiciones atmosféricas adversas están exacerbando el hambre en los 45 países de todo el mundo de cuyas evaluaciones se desprende que necesitan asistencia alimentaria externa, según el último informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, una publicación trimestral del Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura (SMIA) de la FAO, también publicado este mes.
En el informe se señala que los conflictos en los países asiáticos del Cercano Oriente y en África occidental y oriental están provocando niveles alarmantes de la fase más grave de inseguridad alimentaria aguda. Hay gran preocupación por la situación de toda la población de la Franja de Gaza en Palestina. Por otra parte, se prevé que las condiciones atmosféricas secas generalizadas agraven la inseguridad alimentaria en África austral.
Se espera que la producción total de cereales en 2024 aumente modestamente en los 44 países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, los bajos niveles de producción registrados en 2023 y la creciente escasez de existencias han hecho que aumenten las necesidades de importación de varios países subsaharianos.
Los 10 principales países exportadores de agroalimentos son Estados Unidos, Países Bajos (en gran medida reexportador), Brasil, Alemania, Francia, China, España, Canadá, Italia e Indonesia.
Montevideo | Todo El Campo | En 2021 el comercio agroalimentario global alcanzó 1,9 billones de dólares, con un crecimiento del 120% entre 1995 y 2021 y una participación del 7,5% en el total del comercio de bienes, en promedio, durante el período, según el documento “Oportunidades para promover el comercio agroalimentario intrarregional en América Latina y el Caribe” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En ese mismo período, el volumen del comercio mundial se incrementó en un 180%, según datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Los 10 principales países exportadores de agroalimentos son Estados Unidos, Países Bajos (en gran medida reexportador), Brasil, Alemania, Francia, China, España, Canadá, Italia e Indonesia; y la participación de América Latina y el Caribe (ALC) en el comercio mundial de estos productos es de un 15,6% en el caso de las exportaciones y un 6,3% en el de las importaciones.
Agrega que “el 70% del comercio agroalimentario corresponde a productos procesados como carnes, grasas y aceites, vinos, preparaciones alimenticias diversas, quesos, entre otros”.
Más adelante señala que “el comercio mundial de productos agrícolas mostró ser resiliente a las perturbaciones causadas por la pandemia” en 2020. Desde la oferta eso se explica porque “la producción agroalimentaria se vio menos afectada que otras actividades por las medidas de aislamiento, en tanto que, desde el punto de vista de la demanda, existe una menor elasticidad ingreso en comparación con otros productos”, o sea que cuando se reduce el ingreso de la población, la cantidad demandada de alimentos disminuye en menor proporción que la de otros bienes que no son de primera necesidad.
Asimismo, la invasión a Ucrania por parte de Rusia “involucra a países relevantes en la provisión de productos agrícolas y generó disrupciones en la oferta a nivel global”.
“FACILITAR LA INTEGRACIÓN Y PROMOVER EL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS MERCADOS AGRÍCOLAS”
En ese contexto, el documento citado subraya “la importancia de facilitar la integración y promover el buen funcionamiento de los mercados agrícolas”, porque “el comercio internacional basado en reglas es fundamental para el funcionamiento del sistema agroalimentario global porque incrementa la eficiencia y permite acceder a una mayor variedad de alimentos por un menor precio”.
Además, “en un contexto de volatilidad de precios, la apertura comercial puede contribuir a la estabilidad de precios, al mitigar shocks idiosincráticos”.
Más adelante el documento dice que “los costos del comercio bilateral en la agricultura corresponden principalmente a transporte (26% del total), donde influyen la distancia geográfica y la mediterraneidad”.
Se destaca que hay “deficiencias en la infraestructura física necesaria para garantizar la conectividad comercial internacional (puertos, sistemas ferroviarios internacionales, etc.)”, como también “una menor eficiencia de las instituciones reguladoras”.
A pesar del desarrollo del transporte, “la distancia geográfica tiene un rol relevante en los costos del comercio bilateral agroalimentario”.
ARANCELES Y MEDIDAS NO ARANCELARIAS.
Por otro lado, la FAO y el BID dicen que “los productos agrícolas y pesqueros enfrentan aranceles más elevados y presencia de medidas no arancelarias”, además de “otros estándares públicos y privados con mayor frecuencia que otros sectores.
Algunos de los sectores con mayores alícuotas son las bebidas, tabaco, carnes, lácteos, productos de la molinería, preparaciones de carne y pescado, preparaciones de cereales, hortalizas, frutas, entre otros.
Asimismo, en el sector agroalimentario “también existe una mayor incidencia de subvenciones a las exportaciones y ayudas internas que tienen efectos distorsivos sobre el mercado”. Las estimaciones de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), “a nivel mundial”, muestran que “las transferencias brutas de consumidores y contribuyentes a los productores agrícolas que surgen de las medidas de política representan, en promedio, un 18% del valor de la producción”.
REGIONALIZACIÓN DEL COMERCIO DE AGROALIMENTARIO.
El documento menciona “la regionalización del comercio agroalimentario”, un concepto que hace referencia a “la tendencia de los países a comerciar más dentro de una región que con países fuera de ella. Los países forman clusters comerciales -que pueden ser regionales o expandirse para incluir países extrarregionales- dentro de los cuales tienden a comerciar más”.
Esos clusters “se basan en la proximidad geográfica y la integración económica forjada por los acuerdos comerciales regionales. Los más relevantes son la Unión Europea”, ejemplifica entre otros casos, y agrega: “La excepción son los miembros del Mercosur, los cuales se diferencian de gran parte de sus vecinos”.
En enero los precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) siguieron cayendo en enero, principalmente debido al retroceso del trigo y el maíz.
Montevideo | Todo El Campo | Al comenzar el año, el índice de precios de los alimentos de la FAO fue de 118,0 puntos en enero, 1,2 puntos (un 1,0%) menos que diciembre. La baja se debe a menores precios de los cereales y la carne. Los productos lácteos y los aceites vegetales registraron ligeros ajustes.
Los 118,0 puntos de enero se ubicaron en 13,7 puntos (10,4%) por debajo de enero de 2023.
LOS CEREALES BAJARON 2,2%.
El precio FAO de los cereales se posicionaron en 120,1 puntos en promedio, o sea 2,7 puntos (-2,2%) menos que en diciembre, y 27,4 puntos (-18,6%) menos que su valor de enero de 2023.
El trigo bajó impulsado por la fuerte competencia entre los exportadores y la llegada de suministros recién cosechados a los países del hemisferio sur.
Los precios de exportación del maíz cayeron bruscamente mes a mes, debido a la mejora de las condiciones de los cultivos y el comienzo de la cosecha en la Argentina, así como al aumento de los suministros en los Estados Unidos de América tras una revisión al alza de sus estimaciones de producción.
También bajaron los precios mundiales de la cebada y el sorgo.
En cambio, el índice de precios del arroz de la FAO aumentó otro 1,2% en enero, debido en gran medida a un aumento de los precios del arroz índica de mayor calidad debido al fuerte ritmo de los envíos tailandeses y pakistaníes y a las compras adicionales de Indonesia.
CAÍDA DE LA CARNE.
El índice de precios FAO de la carne tuvo en enero un promedio de 109,8 puntos, una caída de 1,5 puntos respecto a diciembre (-1,4%), generándose así el séptimo descenso mensual consecutivo. El precio promedio se sitúa 1,3 puntos debajo de enero de 2023 (-1,2%).
Las cotizaciones internacionales de la carne de aves de corral siguieron descendiendo en enero, respaldadas por la persistente debilidad de la demanda mundial y las amplias disponibilidades exportables en los principales países exportadores.
Análogamente, las cotizaciones de la carne de porcino disminuyeron ligeramente debido a una disminución de las compras de importación por parte de China, en consonancia con el aumento de la producción nacional de carne de porcino y la abundancia de suministros procedentes de algunos países productores.
Los precios mundiales de la carne de vacuno también cayeron marginalmente, debido principalmente a los elevados suministros de exportación de Oceanía y América del Sur.
Por el contrario, los precios internacionales de la carne de ovino aumentaron debido a la elevada demanda mundial de importaciones y a la disminución de la oferta de animales para sacrificio en Oceanía, ya que las recientes lluvias han incentivado a los ganaderos a retener a los animales durante más tiempo.
LÁCTEOS SIN CAMBIOS.
Los productos lácteos prácticamente no tuvieron cambios en el índice FAO. El promedio fue de 118,9 puntos, esto es 25,8 puntos (-17,8%) por debajo de su valor en el mismo mes de hace un año.
En enero, las cotizaciones internacionales de la manteca y la leche en polvo entera aumentaron, casi compensando los descensos de los precios de la leche en polvo descremada y el queso.
La manteca subió debido al aumento de la demanda de los compradores asiáticos, junto con una demanda más robusta del sector minorista de reposición de existencias e inventarios más ligeros en Europa occidental.
La leche en polvo entera también aumentó debido a la mayor demanda de entregas a mediano plazo, especialmente por parte de China, y a la caída estacional de la producción en Nueva Zelanda
La leche en polvo descremada y del queso disminuyeron, ya que la demanda de suministros al contado siguió siendo moderada y se cubrieron adecuadamente las necesidades inmediatas de los compradores.
ACEITES VEGETALES.
Respecto a los aceites vegetales, el índice de la FAO se situó en enero en un promedio de 122,5 puntos, es decir que solo aumentó 0,2 puntos (+0,1%) con respecto a diciembre. En relación a enero de 2023, el precio actual está 17,9 puntos abajo (-12,8%).
La estabilidad del índice de precios intermensual reflejó los efectos combinados del aumento de los precios mundiales de los aceites de palma y girasol que compensaron la disminución de las cotizaciones de los aceites de soja y colza.
Los precios internacionales del aceite de palma aumentaron moderadamente en enero, impulsados principalmente por la disminución estacional de la producción en los principales países productores y la preocupación por las condiciones meteorológicas desfavorables en Malasia.
Mientras tanto, las cotizaciones mundiales del aceite de girasol subieron, impulsadas por el aumento de la demanda de importaciones, en particular de Turquía.
En cambio, los precios internacionales de los aceites de soja y colza disminuyeron debido, respectivamente, a las perspectivas de grandes suministros procedentes de América del Sur y a la persistencia de amplias disponibilidades en Europa.
AZÚCAR.
El azúcar en el índice FAO se situó en un promedio de 135,3 puntos, 1,1 puntos más que en diciembre (+0,8 %), y 18,5 puntos más que en enero de 2023 (+15,9%).
Roma/TodoElCampo-El precio de la carne y de los productos cárnicos descendió un 3,5 % en el año 2023, según el índice de precios de la FAO, que se situó en un promedio de 114,6 puntos, esto es, 4,2 puntos (un 3,5 %) menos que en 2022, gracias al aumento de las disponibilidades exportables en las principales regiones exportadoras y a la atonía de la demanda de importaciones en los principales países importadores de carne, lo cual se tradujo en un descenso de los valores medios anuales de las carnes de bovino, aves de corral y ovino, que se vio contrarrestado en parte por un aumento de los precios medios de la carne de cerdo.
Mes de diciembre En cuanto a los resultados en el último mes del años, el índice de los precios de la carne de la FAO registró un promedio de 110,4 puntos en diciembre, es decir, 1,1 puntos (un 1,0 %) menos que en noviembre, y se situó 2,0 puntos (un 1,8 %) por debajo de su valor de un año antes.
Así, en su último comunicado, desde la FAO señalan que en diciembre, los precios internacionales de la carne de porcinodisminuyeron debido a la persistente debilidad de la demanda de importaciones en Asia, pese a una subida de las ventas internas estacionales en algunos países exportadores.
Por su parte, los precios de las carnes de bovino y aves de corral también disminuyeron, a consecuencia de un menor interés de los compradores en Asia sumado a la abundancia de suministros exportables en las grandes regiones productoras.
Por el contrario, los precios de la carne de ovinorepuntaron tras dos meses consecutivos de caídas, debido a la mayor demanda con motivo de las festividades y a una disminución de la oferta de ganado para el sacrificio en Oceanía, ya que las recientes lluvias aliviaron la presión para deshacerse de los animales listos para ello.
Alimentación global Saliendo del sector cárnico, el índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en 118,5 puntos en diciembre de 2023, es decir, 1,8 puntos (un 1,5 %) por debajo de su nivel de noviembre, ya que los descensos en los índices de precios del azúcar, los aceites vegetales y la carne compensaron con creces los aumentos de los precios de los productos lácteos y los cereales. El índice se situó 13,3 puntos (un 10,1 %) por debajo del nivel registrado en el mismo mes del año anterior. En lo que respecta a 2023 en su conjunto, el índice promedió 124,0 puntos, o sea, 19,7 puntos (un 13,7 %) menos que el valor medio de 2022.
El informe presenta una evaluación global integral de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de los sistemas agroalimentarios ganaderos. Allí se sugiere que el sector ganadero puede desempeñar un papel fundamental en la reducción en las emisiones de GEI.
Montevideo | Todo El Campo | El viernes 8 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) que se está llevando a cabo en Dubai su nuevo reporte “Caminos hacia menores emisiones: Una evaluación global del efecto invernadero, emisiones de gases y opciones de mitigación de sistemas agroalimentarios ganaderos”. El evento comenzó con unas palabras de apertura por parte del ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca Fernando Mattos.
El informe presenta una evaluación global integral de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de los sistemas agroalimentarios ganaderos. Allí se sugiere que el sector ganadero puede desempeñar un papel fundamental en la reducción en las emisiones de GEI.
Este informe, reemplaza y disminuye la cifra de emisión asociada a la ganadería. Los hallazgos del Modelo de Evaluación Ambiental Ganadera Global (GLEAM) de las Naciones Unidas, revelan que los sistemas ganaderos agroalimentarios (que incluyen ganado, búfalos, ovejas, cabras, cerdos y pollos) son responsables de 6,2 gigatoneladas (Gt) de equivalente de dióxido de carbono (CO2 eq) en emisiones. Esto representa el 12% de todas las emisiones antropogénicas de GEI (con base en el año de referencia 2015). Es importante señalar que esta cifra es inferior a las estimaciones anteriores de GLEAM utilizando las mismas métricas tradicionales.
La intensidad de las emisiones, o huella de carbono, de la producción ganadera varía significativamente entre países, especies y sistemas de producción debido a diferencias en razas, prácticas de manejo, calidad del alimento y condiciones ambientales.
La adopción de prácticas sostenibles es crucial para lograr menores emisiones y mitigar el impacto ambiental de los sistemas ganaderos. Estas incluyen mejoras de la salud y bienestar animal, mejorar la productividad del ganado, implementación de nuevas prácticas de alimentación y nutrición, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, la mejora de las prácticas de cría y la implementación de medidas dirigidas directamente a las emisiones de GEI. Al implementar colectivamente estas mejoras, el sector ganadero tiene la potencial para lograr reducciones de emisiones.
Esta divulgación es muy importante para las ganaderías del mundo porque la estimación original de la FAO realizada en el 2006 imputó un 18% de las emisiones totales a ese sector, valor popularizado en el trabajo La Larga Sombra del Ganado. En el primer reporte GLEAM en el 2013, la cifra fue disminuida a 14,5% por una mejora en el método de estimación. Finalmente, con este nuevo reporte que acaba de ser comunicado, se estima que la producción animal representa a un 12% con la utilización de métricas tradicionales. El INAC junto con el MGAP promueven el uso de métricas alternativas (GWP*) que reconocen que el metano es un gas de vida corta. Si se generaliza este uso se puede anticipar que la cifra de emisiones actualmente divulgada (12%) será sustantivamente menor. Adicionalmente cuando además de la emisión se analice la captura de los sistemas ganaderos es posible que la ganadería uruguaya sea climáticamente neutra es decir no contribuya al calentamiento adicional del planeta algo sobre lo que ya existe alguna evidencia inicial en trabajos elaborados por el INIA.