“Hay países de Europa que no podrán presentar nada parecido” a lo que ofrece Uruguay. Ese “es un diferencial que tiene nuestro país”.
Montevideo | Todo El Campo | “Podemos demostrar que la carne que vendemos viene de zona no deforestada. Tenemos todo lo necesario para dar la información al privado para que ellos la brinden al privado europeo. Esta certificación no generará costo alguno para los productores”, expresó Rafael Ferber, presidente del Instituto Nacional de la Carne (INAC).
Se refirió al Reglamento de la Unión Europea (UE) para la Deforestación que tiene como finalidad que las empresas importadoras en ese ámbito verifiquen qué productos internacionales de origen agropecuario son elaborados en predios libres de deforestación.
En declaraciones publicadas por Presidencia, Ferber confirmó que Uruguay está preparado para demostrarlo y así se realizó en una recepción para importadores y clientes de la UE desarrollada en Paris a mediados de octubre.
El jerarca remarcó que Uruguay dispone de bienes públicos, como el Sistema de Información Ganadera, la trazabilidad, la caravana del ganado, los planes de uso y manejo de suelos y la ley forestal que protege el monte nativo desde 50 años.
La solución se basa en los sistemas de registro e información que Uruguay diseñó con el aval de Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el rol del INAC como articulador de los sectores privado y público. La plataforma focaliza en la producción de carne bovina y otros artículos alcanzados por el reglamento de la UE (cueros, soja y madera).
Con base en estos sistemas, se monitorea y se conoce qué predios están libres de deforestación y dónde se encuentran. El sistema abarca toda la cadena y en Uruguay hay más de 40.000 productores y más de 20 plantas habilitadas para exportar a la referida región. Todos ellos acceden a esta solución que no requiere gestiones ni costos extra.
“Hay países de Europa que no podrán presentar nada parecido y es un diferencial que tiene nuestro país. Tenemos que estar orgullosos del producto que está disponible si se precisa desde el 31 de diciembre. Es un trabajo serio desde hace muchos años con política de Estado”, subrayó Ferber.
Uruguay cuenta con más de 40.000 productores y más de 20 plantas habilitadas para exportar a UE. Todos estos actores son alcanzados por esta solución, y no requiere que los productores ni frigoríficos realicen gestiones extras ni asuman nuevos costos.
Montevideo | Todo El Campo | La nueva norma, European Union Deforestation- Free Regulation (EUDR), tiene como objetivo que las empresas importadoras en la Unión Europea verifiquen que ciertos productos de origen agropecuario sean producidos en predios libres de deforestación.
Uruguay está listo y presentó la solución para el reglamento de UE sobre el tema.
La presentación de Uruguay fue realizada en una recepción organizada por el Instituto Nacional de Carnes (INAC) para importadores y clientes de la Unión Europea.
La solución se basa en los sistemas de registros e información que Uruguay ha diseñado con el aval de Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el rol de INAC como articulador del sector privado y el público.
Uruguay está listo y presentó la solución para el reglamento de UE de producto libre de desforestación. La presentación fue realizada en una recepción organizada por INAC para importadores y clientes de la Unión Europea en Francia. #UruguayMeatshttps://t.co/Ne2QkXpATtpic.twitter.com/INmpQXU7O7
La plataforma hace foco en la producción de carne de vacuno y en otros productos alcanzados por el reglamento de la Unión Europea (cueros, soja y madera). Esta solución se beneficia de la inversión realizada por Uruguay desde hace 20 años en trazabilidad, registros de uso de tierra y área forestada. En base a estos sistemas se monitorea y conoce qué predios están libres de deforestación y dónde se encuentran.
La presentación fue realizada por el equipo de INAC, con la participación del gerente de Acceso a Mercados, Álvaro Pereira, la gerenta de Marketing, Josefina Valenti y la jefa de Estrategia, Ines Invernizzi.
Como anfitriones de esta recepción ante la cámara de importadores de diversos países de la UE y actores del sector privado, estuvieron el embajador de Uruguay ante la UE, Pablo Sader, el presidente de INAC, Conrado Ferber, los delegados de Junta, José Mesa y Eduardo Urgal, y el gerente de Estrategia e Innovación, Pablo Caputi, quienes acompañaron la presentación del equipo técnico del Instituto.
Los presentadores mostraron el sistema que es para toda la cadena y comentaron que Uruguay cuenta con más de 40.000 productores y más de 20 plantas habilitadas para exportar a Unión Europea. Todos estos actores son alcanzados por esta solución que no requiere que los productores ni frigoríficos realicen gestiones extras ni asuman nuevos costos.
Demostraron, asimismo, cómo se genera la documentación necesaria que le llegará al exportador para ser descargada y ser enviada al importador. Esa será la declaración de producción libre de deforestación, donde se declara que la mercadería fue producida bajo las exigencias de la reglamentación EUDR y cuenta con la firma de MGAP.
En el marco de SIAL París, Uruguay también presentará su primer informe anual de sustentabilidad.
LSQA en alianza con FMS, certifica el primer embarque de carne vacuna de Uruguay y la región con destino al mercado europeo, producida y exportada por la empresa Mosaica con su marca Sol Dorado.
Montevideo | Todo El Campo | La preocupación global por la biodiversidad y particularmente la deforestación ha llevado a la implementación de regulaciones y directrices internacionales; en este marco, la Regulación Europea (EU) 2023/1115 para productos libres de deforestación, conocida como EUDR, establece criterios precisos para garantizar que las materias primas (ganado vacuno, cacao, café, aceite de palma, caucho, soja y madera), utilizadas para la producción de sus derivados (como la carne, el cuero, el chocolate, la harina y aceite de soja, productos elaborados a partir de madera, entre otros), y que ingresan al mercado europeo, no contribuyan a la deforestación. Según se establece, la fecha de corte definida es el 31 de diciembre de 2020, y la Regulación entra en vigencia el 1 de enero de 2025.
La Regulación Europea involucra a los importadores y operadores comerciales que introducen el producto en Europa, a los exportadores que industrializan y al productor primario.
Para dar soluciones al sector agroindustrial, LSQA ha desarrollado un estándar voluntario para la certificación de tercera parte del estatus de “deforestation-free” en productos agrícolas y forestales, permitiendo aportar evidencia referida a la libre deforestación en la producción de las materias primas agropecuarias asegurando además la cadena de custodia del producto y la segregación de materias primas no certificadas.
Este nuevo servicio, se brinda en alianza con FMS (Profesionales SRL y Farm & Forestry Management Services SRL), quien ha desarrollado una metodología para que el productor o exportador pueda demostrar que las parcelas o establecimientos donde se produce la materia prima están libres de deforestación desde el 31 de diciembre de 2020; LSQA realiza una verificación de esta documentación, que incluye la revisión de imágenes satelitales, fotos aéreas y visitas a campo (cuando es necesario) como base para tomar la decisión de certificación de tercera parte.
Para la verificación de tercera parte de los predios, LSQA cuenta con diferentes proveedores tecnológicos de comprobada calidad y especificidad técnica, en esta verificación de Mosaica se seleccionó al grupo profesional Ploxat.
LSQA como organismo de certificación de tercera parte líder en Uruguay para el sector agroexportador, integra actualmente el Directorio de la Mesa Global de Carne Sostenible (GRSB) se encuentra comprometido para la búsqueda de este tipo de soluciones para viabilizar el acceso a los mercados del producto carne.
Este hito, lo alcanza hoy Sol Dorado quien demuestra nuevamente su liderazgo en el sector de la producción cárnica, habiendo sido ya pionero en 2021 cuando realizará la primera exportación de carne Carbono Neutro del Uruguay y de Sudamérica; hoy nuevamente muestra su liderazgo en el sector con una nueva certificación de LSQA.
En el país se afirma que las exigencias de la Unión Europea en lugar de buscar cuidar la forestación global son un pretexto para quitar competitividad a la producción paraguaya.
Asunción, Paraguay | Todo El Campo | Los datos del informe elaborado por el Sistema Nacional de Monitoreo Forestal del Instituto Forestal Nacional (Infona) muestran que el 99,9% de las 2.978.795 hectáreas de soja sembrada en la Región Oriental el año 2022, provienen de áreas no deforestadas desde el periodo que exige la Unión Europea (UE). Es decir, solo 2.739 hectáreas de la superficie de soja sembrada en esa campaña agrícola corresponden a nuevas áreas deforestadas después del 31 de diciembre del 2020, informó la Unión de Gremios de la Producción (UGP).
Paraguay produce un total estimado en 10.000.000 toneladas anuales de soja, por lo cual únicamente 9.500 toneladas provendrían de las áreas desmontadas después de diciembre del 2020, un porcentaje mínimo (0,1%) de la producción total del país.
La UGP señaló que “durante una reunión con agricultores del interior del país se recogieron varias preguntas en torno a las exigencias de la UE. De acuerdo con los datos proporcionados por el Infona, ¿es razonable la exigencia de la UE de tener que someter al proceso de diligencia debida a la cadena productiva por la simple sospecha o presunción de que se deforestó para producir la soja?”, se planteó la institución.
En la reunión también se cuestionó que se ponga “la carga de la prueba sobre el productor paraguayo de modo que sea este quien tenga que demostrar que produce soja libre de deforestación generando sobrecostos y demoras con procesos o trámites para exportar”.
El sector productivo paraguayo coincide con que “más que una preocupación por la deforestación, las exigencias son un pretexto para quitar competitividad a la producción paraguaya con medidas que generan trabas comerciales solapadas bajo preocupaciones ambientales”.
Bs As/TodoElCampo-Un investigador de la Universidad de Columbia analiza la factibilidad de que a fin de año entre en vigencia la regulación de la UE que prohíbe el ingreso de carne importada desde áreas que destruyeron bosques o montes nativos. Quiénes están detrás de la iniciativa y cómo se preparan los países exportadores para este desafío.
El Ing. Agr. Walter Baethgen es investigador de la Escuela de Clima en la Universidad de Columbia y vicepresidente del INIA de Uruguay. Desde hace años brinda soporte científico, tanto a nivel de productor como de política pública, en temas asociados al cambio climático. Con esta trayectoria, habló con Valor Carne sobre la regulación de la UE que prohíbe la importación de carne que provenga de áreas deforestadas a partir de 2020 y explicó qué hacen algunos países del Mercosur para afrontar esta amenaza. ¿Entrará en vigencia el 31/12/2024, sí o no?
“Soy nacido en Uruguay, donde la ganadería es parte de la cultura. En mi país y también en las pampas de la Argentina y en el sur de Brasil, tenemos uno de los pocos sistemas de producción del mundo en el cual el logro de la rentabilidad, la posibilidad de generar ingresos sostenibles, depende en gran medida de la capacidad del productor de aprovechar y mantener los pastizales naturales. Es el secreto de nuestra carne, pero la mayoría de los consumidores no lo sabe”, sostuvo Baethgen.
En tal sentido, hoy, el 90% de la gente vive en ciudades, está alejada de la actividad rural y no distingue si los cortes que se exhiben en las góndolas fueron producidos talando un bosque, un monte o degradando una pastura. “Es más, asocian más carne con más deforestación. Por eso no me sorprende que se haya aprobado esta norma, es una cosa que tarde o temprano se iba a venir”, planteó, refiriéndose a la regulación 2023/1115 enmarcada en el Pacto Verde Europeo que apunta a la neutralidad de carbono del bloque a 2050.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la agenda ambiental del mundo la define la Unión Europea. “A mí, a decir verdad, esto no me agrada, pero es la realidad. Y una de las razones de esta preminencia es que las demás naciones o bloques no han sido capaces de organizarse como para tener más peso en las decisiones. Los territorios de las Américas, desde el norte de Canadá hasta la Patagonia, no tenemos un accionar común”, lamentó.
Volviendo a la diferenciación de la producción de carne, el investigador piensa que hay una falla en la comunicación del sector. A modo de comparación, hoy, si bien el común de la gente no tiene en cuenta que el 77% de los gases de efecto invernadero proviene de los combustibles fósiles ya se empieza a entender que no todos los vehículos tienen el mismo impacto. “No es lo mismo un auto que permite hacer 3 kilómetros por litro, que un híbrido que rinde 35 kilómetros y menos aún uno eléctrico que no emite”, aseveró. En Madrid, por ejemplo, sólo se puede circular con híbridos o eléctricos y esto sí es de conocimiento público. Hay reglas y sanciones al respecto.
Con la ganadería, sin embargo, se habla de carne como si fuera toda homogénea. “Y tú tienes sistemas de producción industriales, como son los feedlots de Estados Unidos, con varios miles de cabezas de ganado encerradas, y otros de base pastoril, donde el negocio cierra manteniendo y mejorando los recursos naturales. Y también hay algunos que directamente no son sostenibles. Ya los brasileños se dieron cuenta de que producir en base a la deforestación de la Amazonia no tiene futuro”, advirtió.
Por eso, para Baethgen, es razonable que los sistemas de producción que destruyen ecosistemas importantes para el equilibrio ambiental del mundo sean penalizados. “Pero también es cierto que ese tipo de restricciones ayudan al productor europeo, cuyo territorio se deforestó hace ya 300 o 400 años. No seamos ingenuos, cuantas más trabas le pongan a la carne vacuna importada, más le sirve al producto local”, subrayó.
En este marco, el investigador le ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a diferenciar los sistemas de producción sostenibles de otros que no lo son. “Desarrollamos indicadores científicamente robustos que permitan evaluar cómo fue producida la carne. La idea es que, si una empresa regional le vende a Europa, un importador alemán, por ejemplo, pueda visitarla y comprobar que el método de medición es igual al suyo y da el mismo resultado. Y, por supuesto, buscamos un sello ambiental que genere confianza en el consumidor”, explicó.
Impacto en el Mercosur
Hay un cambio en los hábitos de consumo que no solamente se ve en el sector agroalimentario, sino en toda la industria, en la población de clases media y media alta, en especial entre la gente más joven, más educada, que hoy presta atención a nuevas cuestiones.
“En mi caso, tengo cuatro hijas mujeres y hay cierta marca de ropa que no compran, porque saben que esa empresa emplea mano de obra infantil. De la misma manera, en el supermercado la gente se pregunta: esta carne ¿cómo fue producida, talaron árboles? o ¿trataron bien a las vacas?”, describió. Y agregó: “En un tiempo, relativamente corto, cuando los jóvenes de hoy pasen a ser los principales consumidores, será clave el impacto ambiental en la decisión de compra”.
Poco a poco, se irán ampliando los nichos de mercado para la carne que fue producida responsablemente. “Y detrás habrá quienes estarán dispuestos a pagar un poco más si tiene un sello de libre de deforestación. Lo peligroso es que este mandato del consumidor se transforme en una barrera no arancelaria al comercio”, alertó Baethgen.
¿Cómo demostrar que la carne es libre de deforestación? “Tiene que haber un sector de ciencia y tecnología que ayude al productor a mostrar que efectivamente en su campo no ha habido destrucción de bosques ni montes”, respondió. En tal sentido hay herramientas modernas como información satelital, inventarios de boques, que permiten conocer fehacientemente qué ocurrió en esos lotes y, sobre esa base, se podrá implementar una certificación, generalmente de una empresa privada, auditada por las autoridades.
En tanto, el frigorífico necesitará saber si el animal que llega a faena pasó toda su vida en áreas que no fueron desforestadas. “Y eso requiere contar con sistemas de trazabilidad sólidos, consistentes”, resaltó.
En Brasil el monitoreo es muy complicado, no sólo por el histórico avance del agro en la Amazonia, sino por el tamaño del territorio. Puede ocurrir que un animal nacido en una zona deforestada ilegalmente, pase a otra que conservó los recursos y recién de ahí vaya al frigorífico.
“Acabo de venir de Brasil hace un mes y me impresionó el esfuerzo que están haciendo para mejorar, se lo tomaron en serio”, sostuvo Baethgen, aludiendo a que hay una acción coordinada entre gobiernos estales y federal, productores, industria y sector de ciencia y tecnología, para fortalecer la trazabilidad. “Apuntan a reducir o eliminar la destrucción de la masa boscosa y diferenciar la producción en zonas donde no hay deforestación ilegal”, reveló.
En Uruguay la situación es diferente ya que no sólo no se está deforestando, sino que se está incrementando el monte nativo. “En los últimos años creció muchísimo el área plantada para celulosa y aserraderos, y eso trajo aparejado una expansión del monte nativo. La ley establece que cada empresa forestal promueva ese recurso natural en su predio mediante siembra de especias autóctonas y prácticas de manejo”, aseveró.
Además, para el ganadero y el agricultor hay una penalización muy grande por destruir el monte nativo. “O sea, le sale muy caro. De cualquier modo, estamos hablando de áreas muy chiquitas que están en las orillas de ríos y arroyos, no es una masa forestal grande como en otros países de la región”, aseguró. Y adelantó: “Por eso, pensamos que no habrá dificultades con la puesta en marcha de la norma europea”
¿Y en la Argentina? “Bueno, la carne de exportación necesitará un certificado que diga «libre de deforestación» y para ello tiene que haber un proceso atrás, con buena trazabilidad, que lo avale. Esto difícilmente lo podrán hacer los productores solos. Se requiere una acción coordinada público-privada y un sistema de ciencia y tecnología que apoye con indicadores que esos productores puedan usar y los compradores puedan verificar”, reiteró.
Baethgen sostiene que hay quienes piensan que esta normativa es “bien europea” y no se aplicará o que, en todo caso, la carne se podrá vender a los países asiáticos. “Pero es una cuestión de tiempo. La evolución del comportamiento del consumidor va en ese sentido. Hoy es Europa y mañana serán otros. No se puede ignorar”, destacó.
¿Están dadas las condiciones para que la UE la aplique? “Sí. Porque no solo favorece al ganadero del Viejo Continente, sino que es un tema políticamente muy popular. Ponerla en vigencia, es como decir que están siendo responsables al penalizar la carne de sistemas que destruyen el medioambiente. Eso a la gente le suena bien. Hay que ver cómo evoluciona la operatoria con los exportadores, pero no van a parar. No hay duda que va a regir”, finalizó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne