¿No somos capaces de encarar el tema?

¿No somos capaces de encarar el tema?

¿Qué les pasa a las autoridades, acaso desconocen la gravedad de lo que está pasando?, ¿es negligencia?, ¿o simplemente no interesa?

Pedro Scremini | Tacuarembó | Todo El Campo | En la estancia Barracas, en Caraguata, una majada fue atacada por perros, por lo menos 16 ovinos (borregos y corderos) fueron muertos, varios resultaron lastimados y siguen encontrando más al momento de escribir estas líneas.

Perros, ¿de quién? Imposible saberlo, hay más de 2 millones de perros, un descontrol, y donde haya una oveja siempre está el peligro latente. Y allí donde no hay ovejas, los atacados son los terneros.

Todos los días algún productor se encuentra con esta desagradable novedad que genera desaliento, impotencia, miedo del “hasta cuándo seguiremos así”, sabiendo que están solos, que dependen de que puedan identificar y matar los perros ellos mismos.

Así es muy difícil. ¿Qué nos pasa que no somos capaces de encarar el tema?

La estrategia del Gobierno claramente no da resultados y no es de recibo que es a largo plazo, sino explíquenle a los que diariamente sufren el problema.

¿Qué les pasa a las autoridades, acaso desconocen la gravedad de lo que está pasando?, ¿es negligencia?, ¿o simplemente no interesa?

Me inclino por lo último y es lamentable, porque se perjudican personas, familias, fuentes de trabajo y expectativas que se truncan.

Todo esto resulta muy difícil de entender.

Argentina y Brasil, ¿dan la espalda a la agropecuaria?

Argentina y Brasil, ¿dan la espalda a la agropecuaria?

El “Plan de acción para el relanzamiento de la alianza estratégica Argentina – Brasil” firmado por los presidentes de ambos países no considera al agro.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Los presidentes de Argentina y Brasil, Alberto Fernández y Luis Lula da Silva, respectivamente, parecen desconocer la realidad de sus países.

Los mandatarios de dos potencias mundiales en la producción agropecuaria mantuvieron este lunes 26 de junio un encuentro en Brasil, en cuyo marco emitieron un comunicado titulado “Plan de acción para el relanzamiento de la alianza estratégica Argentina – Brasil” de 18 páginas, 30 ítems y casi 4.500 palabras que, si uno busca, no encuentra ni una sola vez la palabra “agro”, “agricultura”, “ganadería”, “agropecuaria” ni nada referente a esa importante actividad productiva y económica. Tampoco aparece la expresión “seguridad alimentaria”, “TLC”, ni libre comercio.

Sí se puede leer 50 veces la palabra “Comercio”, pero sólo para mencionar, al argentino “Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto”, nada más.

El texto comienza señalando que el lunes 26 Alberto Fernández visitó Brasil por invitación de Luis Lula da Silva conmemorando los 200 años de las relaciones diplomáticas entre los dos países. En esa oportunidad ambos “acordaron acciones a desarrollar en el marco del compromiso asumido en la Declaración Conjunta del 23 de enero último, del Relanzamiento de la Alianza Estratégica”.

Entre los ítems tratados se encuentran, entre otros: “Infraestructura y transporte”, “Energía y minería”, “Ciencia, tecnología e innovación”; “Cooperación espacial”; “Cooperación nuclear”; “Defensa”; “Seguridad”; “Paz y seguridad”; “Educación”; “Cultura”; “Deporte”; “Turismo”; “Medio ambiente”; “Recursos hídricos”; Derechos humanos”; “Mujeres”; “Igualdad racial”; “Desarrollo social”; y “Desarrollo urbano”.

No hay ni una sola mención a la agropecuaria, en ningún sentido, a pesar de que en 2022 Argentina tuvo un récord de exportaciones agroindustriales de casi US$ 60.000 millones, un 8,5% más que en el 2021.

Respeto a Brasil, en 2022 tuvo un superávit en su balanza comercial de US$ 62.310 millones, lo que fue un nuevo récord anual y un 1,47% superior al saldo positivo de 2021. De acuerdo con los datos del Gobierno de Lula, el año pasado las exportaciones brasileñas subieron 19,3%, totalizando US$ 335.007 millones, marcando un nuevo récord. Las exportaciones del sector industrial saltaron a US$ 181.870 millones de dólares, y las del sector agropecuario fueron por US$ 75.050 millones, 36,1% más que en 2021.

¿Cómo es posible que en la región agropecuaria del mundo, que países como Argentina y Brasil elaboren un “plan de acción” para relanzar una “alianza estratégica Argentina – Brasil” prescindiendo del agro? Difícil de responder, pero real.

Australia-UE, cuando lo emocional complica un TLC; y el factor Brasil.

Australia-UE, cuando lo emocional complica un TLC; y el factor Brasil.

Para los australianos la denominación de origen tiene un componente emocional que no se puede soslayar. Otro tema de negociación es el de los minerales críticos, donde también Brasil tiene algunas cartas que jugar.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Australia y la Unión Europea negocian un tratado de libre comercio (TLC) desde 2018. Este mes el país oceánico y el bloque del viejo mundo mantuvieron una nueva ronda de contactos en la cual Australia se posicionó fuertemente frente a asuntos de denominación de origen y los minerales críticos.

Una de las divergencias principales surge a partir de que Australia defiende férreamente la denominación de algunos de sus productos, un vino blanco y un queso.

Australia entiende que son denominaciones de origen protegidas, pero el ministro de Agricultura, Murray Watt, dijo que su país necesita que la UE comprenda la posición australiana porque hay nombres que tienen una carga “emocional” dado que la historia se remonta a los emigrantes que llegaron a Australia empujados la Segunda Guerra Mundial y con ellos trasladaron esos productos con los mismos nombres que conocían en sus países de nacimiento. Emigrante, productos y sus denominaciones fueron aceptados y asumidos como propios en un claro ejemplo de integración con el extranjero, sus tradiciones y su cultura.

“Tenemos prosecco, feta, parmesano y otros productos de muy alta calidad. Y queremos asegurarnos de que la UE también reconozca la importancia de nuestros productores desde una perspectiva económica y emocional”, argumentó.

MINERALES CRÍTICOS Y BRASIL.

Otro punto destacado de la agenda tiene que ver con los llamados minerales críticos (por ejemplo, manganeso, litio, cobalto, grafito) que Australia posee y que los países desarrollados tecnológicamente usan en alta tecnología en áreas como energía limpia, teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos y sistemas militares.

La UE tiene interés en esos “minerales críticos”, y Australia sabe la importancia de tales materiales. Watt expuso al respecto que actualmente hay varios “fabricantes de automóviles estadounidenses que han podido obtener un acceso preferencial” de los minerales críticos australianos; por tanto, “si la UE quiere acceder de igual forma, esperamos que puedan entender nuestra posición en otros aspectos”, como los vinculados a las restricciones por denominación de origen.

Pero hay algo más y que no es menor: Australia está en condiciones de quebrar la primacía de China como proveedor de minerales críticos a la UE, lo que genera un ingrediente estratégico clave que los europeos no querrán desperdiciar.

¿Qué tiene que ver Brasil con todo eso?, pues, que algunos países europeos lo miran con atención como proveedor interesante de minerales críticos, lo cual descomprimiría aún más la dependencia de la UE de China, y es un argumento que tienen al momento de negociar con Australia.

Director de Desarrollo del Banco Mundial propone que subsidios agropecuarios se destinen a políticas de lucha contra el cambio climático.

Director de Desarrollo del Banco Mundial propone que subsidios agropecuarios se destinen a políticas de lucha contra el cambio climático.

En el mundo, el total de los subsidios agrícolas y de otros rubros, implícitos y explícitos, suman más de US$ 7 billones anuales, el 8% de la economía mundial.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Axel van Trotsenburg (foto), el director gerente sénior de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial (BM), propuso que los subsidios que ahora se destinan a la agropecuaria, entre otros, sean destinados a la lucha contra el cambio climático.

La lucha contra el cambio climático obliga a los países a desembolsar millones de dólares, al punto que es una preocupación de muchos la forma en que se financiarán las acciones que esa campaña exige.

Trotsenburg escribió en Voces, uno de los blogs que posee el Banco Mundial, que los países más ricos se comprometieron en invertir por mes “al menos US$ 100.000 millones para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, invertir en energías renovables y lograr un desarrollo con bajas emisiones de carbono”, sin embargo, es un monto que aún no está claro de donde saldrá: “Conseguirlo es una tarea en curso”, agregó.

Pero el autor del artículo entiende que el mundo tiene “una manera de movilizar grandes sumas de dinero para el clima: los subsidios”, porque anualmente “el mundo destina enormes montos de dinero para subsidios a la agricultura, la pesca y los combustibles fósiles, a menudo ineficientes y perjudiciales para el medio ambiente. ¿De qué cantidad estamos hablando? Se trata de una cantidad gigantesca”, afirmó.

Pero esa no es una idea de un jerarca aislado, sino que el propio BM elaboró el informe Detox Development: Repurposing Environmentally Harmful Subsidies, en español: Desarrollo depurativo: Reorientación de los subsidios perjudiciales para el ambiente, en el cual “se plantea la oportunidad de reorientar” esas sumas que los países usan con otros fines. “Reorientar estas subvenciones podría liberar, como mínimo, medio billón de dólares anuales, una cantidad que se puede destinar a propósitos más productivos y sostenibles”, escribió Trotsenburg.

La reorientación de los subsidios a los combustibles fósiles y el gasto público directo en agricultura y pesca daría la posibilidad de obtener “una cifra de US$ 1,25 billones al año, aproximadamente el tamaño de una economía grande, como la de México”.

“También se deben incluir los subsidios implícitos” que “representan los efectos en las personas y en el planeta, como la contaminación, las emisiones de gases de efecto invernadero, la congestión vial y la destrucción de la naturaleza, que no son pagados por quienes los causan”, agregó, y resume: “Los subsidios implícitos y explícitos, en conjunto, suman más de US$ 7 billones anuales”, un total gigantesco que representa “el 8% de la economía mundial”. Una suma que según el citado funcionario del BM se malgasta porque termina causando “daños no deseados y socavan nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático”.

EN AGRICULTURA EL SUBSIDIO GLOBAL SUPERA LOS US$ 635.000 MILLONES ANUALES.

Refiriéndose a la agricultura, Trotsenburg agregó que sus subsidios “superan los US$ 635.000 millones al año, conducen al uso excesivo de fertilizantes que deterioran el suelo y el agua, y perjudican la salud de los seres humanos. Las subvenciones destinadas a productos como la soja, el aceite de palma y la carne de vacuno provocan que los agricultores avancen sobre los límites de las zonas forestales, y son responsables del 14% de la pérdida de bosques cada año”.

La teoría dice que los subsidios deberían ayudar a una mayor productividad y respaldar los medios de subsistencia rurales, pero “en la práctica suelen producir el efecto contrario.  Al distorsionar las decisiones sobre los cultivos y los insumos, los subsidios reducen la eficiencia, en otras palabras, conducen a que más insumos produzcan menos alimentos. Y dado que las subvenciones agrícolas suelen estar vinculadas a la producción, benefician en su mayoría a los agricultores más ricos”, razonó.

Cualquier paso que se en el sentido expresado por Trotsenburg, “no puede hacerse a expensas de los pobres”, y “la reforma debe implementarse en etapas” de modo tal que evite “grandes perturbaciones de los precios como consecuencia de la eliminación excepcional de los subsidios”. Eso “permitiría a los hogares y las empresas adaptarse gradualmente”.

El mensaje para los gobiernos es que “deben promover la aceptación pública a través de una comunicación transparente”, y es “especialmente necesario” hacerlo así porque hay un riesgo importante de que “grupos de interés poderosos intenten desbaratar las reformas, que es casi siempre el caso”.

NO ES EL CASO DE URUGUAY.

Trotsenburg no dice qué países subsidian la agropecuaria, pero ciertamente Uruguay no está en esa lista, por lo que su planteamiento podría ser beneficioso para nuestro país ya que eliminaría los beneficios que un productor europeo o estadounidense tiene frente a un uruguayo, y nos dejaría en inmejorables condiciones de competencia.

Pero la propuesta tiene una falla grave: aunque lo menciona no se detiene en que los subsidios de los países desarrollados son para evitar que quienes producen alimentos y por eso garantizan la seguridad alimentaria de los países, dejen el medio rural para mudarse a las ciudades.

¿Están los gobiernos y la ciudadanía en general dispuesta a correr el riesgo de perder la seguridad alimentaria y por tanto depender de otros países a cambio de destinar más dinero para el cuidado del medio ambiente en un programa que muchos ni siquiera sienten como propio sino una imposición de las Naciones Unidas?

Por otra parte, en su análisis, Trotsenburg da por hecho que el apoyo al agro es malgastar dinero en una actividad que “deteriora el suelo y el agua, y perjudica la salud de los seres humanos”, además de generar deforestación, una serie de señalamientos que no se deben generalizar para la agricultura mundial, poque aquí tampoco entra Uruguay. En lo que sí tiene razón e incluye a Uruguay es cuando afirma que la “destrucción de la naturaleza” y otros problemas “no son pagados por quienes los causan”. En este punto, ni siquiera debería incluirse a la agropecuaria en general, ya que son otras las ramas de actividad más contaminantes.

Un hombre de fe.

Un hombre de fe.

Para no tener el 50% de pérdidas en las cañerías, para hacer nuevas represas o poner nuevas tomas de agua o máquinas desalinizadoras, todo eso se debe hacer antes, no durante.

Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Yo tenía un amigo, Hugo Manancero, que además era colega, ya que ejercía el periodismo en el departamento de Colonia. Hugo, también tenía un tambo en la zona de San Pedro, junto a un hermano.

De mediana estatura, de complexión gruesa y cachetes bien colorados. Se ponía una camisa que costaba abrocharse y con el grabador en una mano era difícil que alguien pasara por su departamento y el no hiciese un reportaje.  Podrían ser artistas (a mí me presentó a Landrisina), políticos o deportistas.

Hugo era un verdadero perro de presa que amaba al periodismo y el Diario Rural lo disfrutó muchos años.

Además, era un hombre de fe y cuando las lluvias se negaban y el agua escaseaba, sus paraderas no venían y por lo tanto la leche mermaba. Para ello Hugo también tenía una receta. Cerca de su casa, en Colonia del Sacramento, había una iglesia con una imagen de la virgen, él hablaba con el cura párroco y organizaba una procesión por las calles para que la virgen intercediera ante el Supremo y mandara el agua que estaba faltando.

Estamos viviendo un momento muy particular, nunca tanto como ahora los montevideanos hablan del agua. Si llueve, o no llueve; si el agua es buena o no; cuántos milímetros se necesitan para que la cuenca del Santa Lucía…, en definitiva cuándo va a terminar este suplicio.

En conclusión, se comportan igual que los paisanos, que viven pensando en el clima ya que dependen de él.

Lo que queda claro es que si las cosas no se hacen con tiempo, después, lo único que se puede es rezar.

Para no tener el 50% de pérdidas en las cañerías, para hacer nuevas represas o poner nuevas tomas de agua o máquinas desalinizadoras, todo eso se debe hacer antes, no durante.

El tiempo pasa y va a llover. Sería bueno que, como tantas cosas, aprendiéramos que los partidos se juegan antes, o si no, ser un hombre de fe como mi amigo Hugo Manancero.

Foto: Carmelo Portal.

15 agtechs con soluciones digitales para la agricultura de las Américas participarán en la Semana de la Agricultura Digital 2023 en Costa Rica 

15 agtechs con soluciones digitales para la agricultura de las Américas participarán en la Semana de la Agricultura Digital 2023 en Costa Rica 

San José, 22 de mayo, 2023 (IICA). 15 empresas de base tecnológica cuyos servicios están enfocados al sector agropecuario, conocidas como agtechs y provenientes de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Suecia, Uruguay y Venezuela, fueron seleccionadas para participar en forma presencial en la Semana de la Agricultura Digital 2023, que se realizará del 29 de mayo al 1° de junio en San José, Costa Rica. 

Cuatro de Colombia, tres de Uruguay, dos de Argentina, dos de EE. UU. y una de Brasil, Costa Rica, Venezuela y Suecia (cuyos integrantes son de origen brasileño y su aplicación es dirigida a las Américas) estarán presentes en el foro que organiza el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) junto con Microsoft, Bayer, The Yield Lab, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, BID Lab y Veolia, y que busca impulsar la digitalización agroalimentaria en América Latina y el Caribe (ALC). 

Estas 15 agtechs fueron seleccionadas de más de 70 que se postularon tras la convocatoria lanzada por el IICA para el evento que tendrá un formato híbrido. 

De Argentina las escogidas son AgriRed y Ucrop it, de Brasil AgrodataSat e Ignitia (que tiene raíz brasileña y sede en Estocolmo, Suecia), de Costa Rica Green Xpo Lab y de Venezuela SIAGRICA. 

Se suman agrodatAi, Incluirtec, SiembraCo y Visualiti de Colombia; Agtools Inc. y Coop. Business School – NCBA CLUSA de EE. UU., más INDATA, Tenet y Zafrales de Uruguay. 

La elección de las 15 empresas la hizo un jurado especial integrado por 12 referentes de organizaciones públicas y privadas vinculadas a los temas agtech.  

Se trata de Laurens Klerkx, científico principal de la Universidad de Talca de Chile y profesor de innovación y transición agroalimentaria de la Universidad de Wageningen en Países Bajos; Beatriz Arrieta, Regional Manager Food Value Chain de Bayer; Enrique Hennings, especialista técnico principal en mercados y empresas rurales de FIDA; Teresita di Marco, directora de Desarrollo del Ecosistema de The Yield Lab Latam; René Orellana, gerente regional para México y Centroamérica y Representante en México de CAF; así como Herbert Lewy; gerente general de Agricultura Inteligente y Bioeconomía de Microsoft.  

También William Ernest, especialista senior del BID Lab; Guadalupe Tiscornia, investigadora en Sistemas de información y transformación digital del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay; Mariana Vasconcelos, CEO y co-fundadora de Agrosmart; Mauricio Varela de la agtech SIMA de Brasil, Martín Cordasco de la agtech WIAGRO (ambos participantes en la edición 2022 de la Semana de la Agricultura Digital) y Federico Villarreal, Director de Cooperación Técnica del IICA. 

Los criterios de escogencia fueron el potencial de las soluciones digitales para mejorar la seguridad alimentaria y, en especial, de prevenir y mitigar el impacto de eventos climáticos extremos, en especial sequías y la gestión del agua, y firmas lideradas por mujeres.  

Las 15 que estarán presentes en la Semana de la Agricultura Digital 2023 podrán exponer sus innovaciones tecnológicas, acceder a charlas con referentes de la industria e intercambiar ideas con organizaciones internacionales para la transformación digital. 

Como novedad este año, todas las agtechs que postularon podrán participar de modo virtual en dos actividades: un taller sobre qué saber para buscar financiamiento para sus emprendimientos, co-organizado con The Yield Lab, el martes 30 de mayo, y una mesa redonda con Bayer y Microsoft para intercambiar ideas que contribuyan a una digitalización dinámica e inclusiva, el 31 de mayo. 

Las más de 70 agtechs que aplicaron quedarán vinculadas a la red de empresas que conformó el IICA tras la edición 2022 y participarán de diversas actividades sobre el tema de agricultura digital promovidas por el Instituto. 

Sobre la Semana de la Agricultura Digital 

En espacio hemisférico crucial entre los protagonistas de la digitalización agroalimentaria, que busca que las agtechs y otros actores del sector tecnológico y agropecuario presenten, propongan y coordinen ideas para la transformación digital de los sistemas agroalimentarios y, además, se difundan soluciones de tecnologías y se impulse su aprovechamiento en la agricultura. 

En este evento participarán referentes internacionales y representantes de organizaciones que trabajan directamente con las agtechs, de organizaciones multinacionales públicas y privadas interesadas en la digitalización del agro y funcionarios de alto nivel de ministerios de Agricultura. 

Se abordarán temáticas como la digitalización agroalimentaria: iniciativas y políticas públicas en países de las Américas, lo que está pasando con la digitalización de la agricultura desde una perspectiva académica, retos del financiamiento de la transformación digital del sector agrícola; ecosistemas de innovación digital y fondos de inversión, roles y sinergias de actores públicos y privados en la era digital, y se conocerán aprendizajes de casos de digitalización de distintas regiones de las Américas. 

La iniciativa es parte de las acciones del programa hemisférico de digitalización que creó el IICA en su Plan de Mediano Plazo 2022-2026, que refleja la y relevancia del tema y el compromiso del organismo especializado en agro y ruralidad por abordarlo. 

Más información:
Federico Bert, especialista en Agricultura Digital del IICA. 

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