Para los australianos la denominación de origen tiene un componente emocional que no se puede soslayar. Otro tema de negociación es el de los minerales críticos, donde también Brasil tiene algunas cartas que jugar.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Australia y la Unión Europea negocian un tratado de libre comercio (TLC) desde 2018. Este mes el país oceánico y el bloque del viejo mundo mantuvieron una nueva ronda de contactos en la cual Australia se posicionó fuertemente frente a asuntos de denominación de origen y los minerales críticos.
Una de las divergencias principales surge a partir de que Australia defiende férreamente la denominación de algunos de sus productos, un vino blanco y un queso.
Australia entiende que son denominaciones de origen protegidas, pero el ministro de Agricultura, Murray Watt, dijo que su país necesita que la UE comprenda la posición australiana porque hay nombres que tienen una carga “emocional” dado que la historia se remonta a los emigrantes que llegaron a Australia empujados la Segunda Guerra Mundial y con ellos trasladaron esos productos con los mismos nombres que conocían en sus países de nacimiento. Emigrante, productos y sus denominaciones fueron aceptados y asumidos como propios en un claro ejemplo de integración con el extranjero, sus tradiciones y su cultura.
“Tenemos prosecco, feta, parmesano y otros productos de muy alta calidad. Y queremos asegurarnos de que la UE también reconozca la importancia de nuestros productores desde una perspectiva económica y emocional”, argumentó.
MINERALES CRÍTICOS Y BRASIL.
Otro punto destacado de la agenda tiene que ver con los llamados minerales críticos (por ejemplo, manganeso, litio, cobalto, grafito) que Australia posee y que los países desarrollados tecnológicamente usan en alta tecnología en áreas como energía limpia, teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos y sistemas militares.
La UE tiene interés en esos “minerales críticos”, y Australia sabe la importancia de tales materiales. Watt expuso al respecto que actualmente hay varios “fabricantes de automóviles estadounidenses que han podido obtener un acceso preferencial” de los minerales críticos australianos; por tanto, “si la UE quiere acceder de igual forma, esperamos que puedan entender nuestra posición en otros aspectos”, como los vinculados a las restricciones por denominación de origen.
Pero hay algo más y que no es menor: Australia está en condiciones de quebrar la primacía de China como proveedor de minerales críticos a la UE, lo que genera un ingrediente estratégico clave que los europeos no querrán desperdiciar.
¿Qué tiene que ver Brasil con todo eso?, pues, que algunos países europeos lo miran con atención como proveedor interesante de minerales críticos, lo cual descomprimiría aún más la dependencia de la UE de China, y es un argumento que tienen al momento de negociar con Australia.
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