Al comparecer al Parlamento, Fratti dijo que la garrapata es “uno de los problemas más graves que tiene no el sector agropecuario, sino el país”, y que constituye “un desafío del gobierno nacional”.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Uno de los capítulos más trascendentes que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) está impulsando para los próximos años, es el Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata, para el cual el proyecto de presupuesto en debate en la Cámara de Representantes prevé la asignación de recursos concretos.
Al comparecer a la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, el ministro Alfredo Fratti explicó que para desarrollar el plan hay una acción sanitaria predial y el uso de hemovacunas.
A través de Dilave (División Laboratorios Veterinarios) y un laboratorio privado, Uruguay está produciendo hemovacunas que inmunizan a los terneros previniendo enfermedades que pueden ocasionar la muerte del animal.
En todo 2024 Dilave produjo 160.000, en lo que va de 2025 hasta agosto, la producción llegó a 271.000 dosis, precisó el ministro, y lo logra con el mismo personal y presupuesto.
Por otro lado, se aplica “una vieja ley de la garrapata, que había quedado en desuso”, anunció, y adelanto controles que, reconoció, van a ser “molestos” porque los productores ya van a reclamar: “¡Me interrumpieron la tropa!”; “No era una garrapata; era una cáscara”, dirán; pero “lo que nosotros decimos es que se acabó la circulación de animales con garrapata en este país, a no ser que vayan directamente a faena”, enfatizó.
En noviembre de este año comenzarán “las pruebas de inmunización contra la garrapata en 6.000 animales”, con la aplicación de “tres dosis cada veinte días”, por lo que se espera tener alguna novedad sobre su funcionamiento en el mes de marzo.
De todas formas, “los controles ya están” y se analiza reestablecerlos cuando se pasa de una “zona sucia a zona limpia”.
La otra opción es “seguir flexibilizando y permitiendo que (la garrapata) circule”, lo que no lleva al resultado que hemos obtenido hasta ahora: “Hemos sembrado la garrapata por todo el país”.
FOMENTAR EL USO DE BIOINSUMOS EN LA AGROPECUARIA.
Otra herramienta mencionada por Fratti es “fomentar la producción, el desarrollo, la innovación y el registro de bioinsumos de uso agropecuario, como alternativa a los productos químicos o combinaciones más efectivas. En el Ministerio ya había gente que estaba proponiendo bioinsumos como control de la garrapata”, pero el expediente estaba “en el último lugar del cajón. Lo que hicimos fue sacarlo del último lugar y ponerlo en el primero”, contó.
En ese sentido “fuimos dos veces a Tacuarembó” donde “hay una ingeniera agrónoma que está produciendo bioinsumos”. Sobre el resultado las opiniones están divididas, pero “yo creo que tenemos que cambiar nuestra concepción” respecto a la habilitación de esos productos, que son diferentes a los medicamentos. “No se puede esperar de un bioinsumo la misma respuesta que tiene un medicamento”.
“La interpretación para habilitar un bioinsumo y decir que es efectivo, lleva su tiempo. Además, implica un cambio en el chip de la interpretación que hacemos de los medicamentos para el combate a diferentes enfermedades”, explicó a los legisladores.
“Queremos fomentar la producción, desarrollo, innovación y registro de bioinsumos de uso agropecuario, como alternativa a los productos químicos o combinaciones más efectivas, porque en muchos casos pueden ser coadyuvantes”, señaló.
Asimismo, Fratti comentó que “el Ministerio está implementando el Plan Nacional de Bioinsumos” con aplicación ganadera y agrícola.
Uruguay “ya ha recibido devoluciones de contenedores porque encontraron residuos de medicamentos usados para controlar la garrapata. Es algo que no se termina de un día para el otro”, pero “capaz que se puede combinar con los bioinsumos, porque el producto que tenemos con menor tiempo de espera para faena lleva 40 días y la garrapata tiene un ciclo de 21 días. Es decir que si estás en una zona complicada de garrapata es muy difícil cumplir los tiempos de espera para faena”.
UN PLAN REALIZADO CON EL APOYO DE TODAS LAS INSTITUCIONES Y GREMIOS DEL AGRO.
En el proyecto de presupuesto, el artículo que refiere al Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata es el 226, sobre el cual el director general de Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Dr. Marcelo Rodríguez, definió su cometido.
Dijo que la garrapata no es solo un problema sanitario, también económico al representar una pérdida de unos US$ 100 millones por año.
El mal uso de productos químicos genera “multirresistencia, lo que “ha producido que en algunos lugares del país haya problemas serios”, agregó.
En respuesta a eso es que “necesitamos” que el laboratorio oficial (Dilave) sea “reforzado para llegar a la máxima cantidad posible de animales inmunizados, y así evitar las pérdidas”.
Ese refuerzo también refiere a “aspectos edilicios y de funcionamiento informático para hacer más eficiente el trabajo”, reclamó el Dr. Rodríguez ante los legisladores.
El Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata “se ha realizado en apoyo de todas las instituciones y todos los gremios involucrados en la institucionalidad agropecuaria”, porque “el Ministerio solo no puede encarar esta tarea”.
Por lo tanto, “el objetivo de este artículo es reforzar todas las tareas que hace el Ministerio, tratar de llevar adelante el Plan Nacional de Lucha contra la Garrapata, reforzar los controles y tratar, en el plazo más breve posible, de disminuir la prevalencia de la enfermedad y también apoyarnos en los bioinsumos y en las vacunas que están en desarrollo en el país”.
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En la foto, el ministro Fratti en la Comisión de Presupuesto de Diputados | Foto de X @DiputadosUY
El sector productivo argentino se encuentra nuevamente inmerso en un clima de cierta incertidumbre, volatilidad y cortoplacismo, factores que dificultan la prudencia y responsabilidad necesarias para la toma de decisiones estratégicas por parte de los productores.
Santa Fe, Argentina | Todo El Campo | El mercado parece enfrentarse, una vez más, a una situación que recuerda a una crónica anunciada. En un año electoral, con fuertes expectativas puestas en una fecha clave, se observa una regresión en los avances logrados en términos de estabilidad y previsibilidad.
El sector productivo se encuentra nuevamente inmerso en un clima de cierta incertidumbre, volatilidad y cortoplacismo, factores que dificultan la prudencia y responsabilidad necesarias para la toma de decisiones estratégicas por parte de los productores.
Este escenario interno contrasta con las condiciones del mercado ganadero a nivel global, que presenta una oportunidad excepcional para la expansión y el crecimiento del sector. Sin embargo, la atención vuelve a centrarse en lo inmediato, corriendo por momentos el foco sobre el largo plazo.
EXPORTACIONES.
En este contexto, la semana pasada se dieron a conocer los datos de exportación de carne vacuna correspondientes al mes de agosto, que reflejan una importante recuperación del sector exportador. La reciente reducción parcial de las retenciones, junto con la mejora del tipo de cambio, ha permitido que las exportaciones comiencen a consolidarse en un mercado internacional con alta demanda.
Durante agosto se exportaron unas 84.300 toneladas equivalente peso carcasa, lo que representa un aumento del 8% respecto de julio. Esta tendencia al alza se manifiesta tanto en el volumen como, fundamentalmente, en el precio.
En lo que va del año, el volumen total exportado (540.000 toneladas peso producto) es aún un 12% inferior al del mismo período del año pasado. Sin embargo, el precio promedio por tonelada exportada es un 40% superior al registrado en igual período del año anterior, lo cual permite moderar el impacto negativo del menor volumen.
En efecto, para el próximo año, las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), a través de su oficina en Buenos Aires, anticipan un aumento interanual del 8% en las exportaciones de carne vacuna de Argentina. Esta mejora estaría impulsada por una combinación de factores: la sólida demanda externa, el incremento sostenido de los precios internacionales y cambios geopolíticos que abren nuevas oportunidades para el posicionamiento estratégico de los productos argentinos en el mercado global.
Sin embargo, estos guarismos de mayores exportaciones se sustentan en una producción de carne relativamente estable, pero con una menor faena esperada, lo cual constituye una condición necesaria para avanzar en la reconstrucción del stock ganadero. Esto implica indudablemente mejorar la productividad individual, es decir, aumentar los kilos obtenidos por animal faenado. Este objetivo puede alcanzarse por dos vías principales: la prolongación de los plazos de recría y engorde extensivos, o bien, la intensificación del engorde a corral, basado en dietas con alta proporción de granos.
Sucede que actualmente, ambos caminos se encuentran condicionados por una distorsión en los costos relativos. Por un lado, el elevado costo del capital inmovilizado a lo largo del tiempo, inherente a los ciclos productivos más extensos; y por otro, el aumento en los costos de alimentación, derivado de la eliminación temporal de las retenciones a los granos, medida que encarece de los insumos clave para los sistemas de engorde intensivo.
A través de esta última resolución, el Gobierno ha dispuesto llevar al 0% las alícuotas aplicables a la exportación de todos los granos, aunque, una vez más, lo hace de manera transitoria. Según lo establecido por la norma, la eliminación de retenciones regirá hasta el 31 de octubre de 2025, o bien hasta el día en que se alcance un volumen de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) equivalente a 7.000 millones de dólares, lo que ocurra primero. Las alícuotas vigentes previas a la resolución, tanto maíz como trigo tributaban un 9,5%, mientras que la soja estaba sujeta a un arancel del 26%.
En el caso puntual de la ganadería, la medida tiende, en principio, a paralizar temporalmente ciertas decisiones de inversión. Razonablemente, quienes estuvieran evaluando la compra de hacienda para engorde o incluso la reposición de animales terminados, hoy carecen de incentivos concretos para avanzar en el corto plazo.
El incremento en el costo de la alimentación no solo afecta a quienes deben adquirir el insumo en el mercado, sino también a aquellos que producen su propio grano, ya que se ven obligados a tomar decisiones considerando un costo de oportunidad significativamente más elevado.
Cabe recordar que los feedlots ya vienen operando con márgenes negativos desde hace varios meses, afectados no solo por una ajustada relación de compra-venta de la hacienda, sino fundamentalmente por el fuerte incremento de tasas financieras que aumenta significativamente el costo del capital de trabajo asociado a este tipo de actividad.
En este contexto, la quita temporal de retenciones al maíz podría derivar en un nuevo incremento en los costos de alimentación para el engorde a corral. Suponiendo que, ante este escenario, los exportadores trasladaran el 100% del beneficio fiscal al precio pagado al productor, el comprador local debería competir con un maíz 9,5% más caro en dólares.
Concretamente, el maíz disponible, que hasta el momento cotizaba en torno a US$ 175 por tonelada, pasaría a valer más de US$ 190 por tonelada. A este valor, además, debe sumarse el posible efecto de una suba en el tipo de cambio, que aún con intentos oficiales de contención, podría seguir reflejando presiones alcistas.
Posteriormente se dio a conocer una medida adicional que busca corregir parcialmente algunas de las distorsiones señaladas anteriormente: la reducción de las retenciones a la exportación de carne de novillo y carne aviar.
Según lo informado oficialmente, este beneficio también será de carácter transitorio y se extenderá hasta el 31 de octubre de 2025, inclusive, o bien hasta que se alcance un volumen de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) por un importe equivalente a US$ 7.000 millones, lo que ocurra primero.
Lo cierto es que, más allá de la oportuna adecuación de la medida antes anunciada, esta no evitará la distorsión de costos que generará a lo largo de la cadena. En efecto, la eliminación transitoria de las retenciones a la carne de novillo tampoco corrige de manera directa la situación del feedlot, donde el impacto inmediato del aumento en el precio del grano terminará siendo trasladado, en parte, a un menor precio de compra de los terneros de reposición y, en parte, al precio de la hacienda terminada, en la medida en que lo permita el consumo.
Sin embargo, se evidencia nuevamente una temporalidad disociada entre el impacto inmediato que sufrirá la actividad por el incremento del costo del alimento y la capacidad de traslado de este aumento a la ecuación de compra-venta.
Serán tres días en que científicos, productores y referentes mundiales de la producción de carne debatirán sobre el futuro de la ganadería.
Maldonado | Todo El Campo | A partir de hoy se realiza en el hotel Enjoy de Punta del Este la XXVIII Reunión de la Asociación Latinoamericana de Producción Animal (ALPA), y el 8° Congreso de la Asociación Uruguay de Producción Animal (AUPA), bajo la consigna “Producción responsable de proteínas y fibras de origen animal: de América Latina al mundo”.
Serán tres días en que científicos, productores y referentes mundiales de la producción de carne debatirán sobre el futuro de la ganadería.
Así lo consigna la página web oficial del evento XXVII Reunión de ALPA – 8vo Congreso AUPA: “Será un espacio único donde se reunirán mentes visionarias de diversas disciplinas, sectores y países para abordar los desafíos más apremiantes y las oportunidades más prometedoras en la producción animal”.
El evento “se erige como una plataforma de diálogo, intercambio y construcción conjunta en torno a las temáticas más relevantes de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) que impactan en la producción, industrialización y comercialización de las proteínas y fibras naturales de origen animal”, agrega.
“En un contexto global marcado por cambios vertiginosos en los patrones de consumo, las consecuencias del cambio climático y las demandas crecientes de cuidado ambiental, ética y bienestar animal, hemos diseñado un programa audaz, inclusivo y disruptivo que incorpora perspectivas diversas desde el campo hasta el consumidor final”, y destaca y puntualiza: “Está pensado para la participación de más de 500 profesionales, investigadores, académicos, productores y estudiantes”.
Se ofrece un programa “desafiante, amplio y flexible”, en el cual se “reconoce, valora e impulsa el rol estratégico que tiene Latinoamérica como productor garante de la alimentación de nuestros pueblos y de su soberanía alimentaria, así como proveedor para la seguridad alimentaria de la región y del mundo”.
Además, se contemplan todos los rubros productivos y disciplinas tradicionales de la producción animal; y promueve la integración, complementación y cooperación con otras nuevas temáticas y disciplinas claves de la ciencia.
Se destacan 6 objetivos fundamentales:
1) Proyectar el futuro de las proteínas y fibras de origen animal en mercados globales en constante transformación, explorando las perspectivas de consumidores y las nuevas tendencias.
2) Contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria desde un enfoque integral que priorice la salud humana, el desarrollo sostenible y el bienestar animal.
3) Debatir la sostenibilidad y el uso ético de los recursos naturales y de los animales, con una visión estratégica frente a las consecuencias del cambio climático y los desafíos ambientales.
4) Promover el conocimiento, aplicación y adopción de tecnologías emergentes e innovaciones disruptivas que impulsen la competitividad y eficiencia en la producción animal.
5) Analizar el impacto socioeconómico de la producción animal mediante la transferencia de tecnología, la educación y la capacitación permanente como pilares de un modelo sostenible para Latinoamérica.
6) Abordar el rol clave de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y su interacción con las políticas públicas y su incidencia en la competitividad del agronegocio en un marco de construcción de un futuro próspero para la sociedad, desde la producción de fibras y proteínas hasta su transformación en productos de calidad para consumidores globales.
7) Orecer un espacio abierto y dinámico para explorar temas emergentes y cruciales, fomentando la colaboración entre disciplinas, especies animales y contextos productivos y mercados diversos.
DECLARACIÓN DE INTERÉS.
El evento fue declarado de Interés Turístico por el Ministerio de Turismo y de Interés Ministerial por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca; también declarado de Interés Departamental por el Departamento de Maldonado.
ALGUNOS DE LOS DISERTANTES.
Ec. Mercedes Baraibar del Área de Información y Estudios Económicos del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Uruguay.
Prof. Julio Barcellos de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil.
Dr. Keith Belk, de Colorado State University, EE.UU.
Dr. Joël Bérard de Agroscope, EEAP. Suiza.
Dr. Oscar Blumetto, técnico en biodiversidad en sistemas productivos, INIA. Uruguay.
Dra. Mariana Carriquiry, Departamento de Producción Animal y Pasturas, Facultad de Agronomía, Udelar. Uruguay.
Dr. Rodney Colina, responsable del Laboratorio de Virología Molecular, Cenur – Litoral Norte, Udelar, Uruguay.
Dr. Paulo De Faccio Carvalho, Grazing Ecology Research Group. Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil.
Dra. Marcia del Campo, investigadora de INIA, Uruguay.
Dr. Frank Dunshea, WAAP. School of Agriculture, Food and Ecosystem Sciences, University of Melbourne, Australia.
Dr. Santiago Fariña, Global Methane Hub. Argentina.
Lic. en Economía Diego Gauna, IICA, Argentina.
Dr. Horacio Federico González, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de la Plata, Argentina.
Dr. Alejandro La Manna, Sistema Lechero, investigador de INIA, Uruguay.
Lic. Sharl Liebergreen, Gallagher Animal Management, Nueva Zelanda.
Dr. Fabio Montossi, investigador de INIA, Uruguay.
Dr. David Pacheco, NZAGRC, Nueva Zelanda.
Ec. Álvaro Pereira Ramela, Gerencia de Acceso a Mercados, INAC, Uruguay.
Dra. Carolina E. Realini, AgResearch, Nueva Zelanda.
Dr. Andrea Rosati, EAAP. WAAP, Italia.
Dr. Juan Manuel Soares de Lima, investigador de INIA, Uruguay.
Dra. Helena Sobrero, Facultad de Medicina, Udelar, Uruguay.
La contribución total de la industria frigorífica a la actividad económica del país son US$ 4.500 millones en valor agregado, lo que equivale al 5% del PBI.
Montevideo | Todo El Campo | En la pasada Expo Prado, el Ec. Pablo Rosselli de la consultora Exante se refirió al impacto económico de la industria frigorífica en Uruguay, evento realizado en la sala Vivero y que fue organizado por la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay (Adifu) y la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF).
Entrevistado en el programa Diario Rural (CX 4 Rural), explicó que el trabajo presentado fue “una mirada al desempeño de la ganadería de Uruguay en el largo plazo”, y el “segundo pilar consistió en cuantificar los impactos de la cadena cárnica en la actividad económica del país, el empleo, la generación de ingresos y en el consumo”.
Los impactos en la actividad frigorífica en la economía pueden ser directos, indirectos o inducidos, explicó.
La facturación de la industria es de US$ 3.300 millones; el 75% corresponde a exportaciones y un cuarto al mercado interno. De esa facturación, US$ 3.3100 millones son valor agregado directo en la industria e indirecto en la cadena cárnica, lo que representa el 4% del producto interno bruto de Uruguay. Los impactos inducidos suman otros US$ 1.200 millones, por lo que la contribución total de la industria frigorífica a la actividad económica del país son US$ 4.500 millones en valor agregado, lo que equivale al 5% del producto interno bruto.
Analizado el empleo, la industria frigorífica tiene unas 15.600 personas en planta, la mayorá de ellas son empleados directo en las plantas industriales, y hay unas 2.000 personas que trabajan dentro de las plantas en servicios tercerizados.
Más de 60.000 empleos se generan a lo largo de la cadena, y 20.000 en forma inducida.
El impacto total del empleo de la cadena cárnica, directos, indirectos e inducidos, son casi 100.000 empleos, el 6% del empleo total.
En resumen: La cadena cárnica contribuye con el 5% al PIB y con el 6% al empleo.
SALARIOS.
Consultado sobre el nivel de ingresos, Rosselli precisó que la cadena cárnica está “muy distribuida a lo largo del país, con 32 plantas activas, y el salario medio es un 20% mayor al salario medio del sector privado, y en algunos departamentos hay una diferencia bastante significativa.
De las 32 plantas, 4 están ubicadas en Montevideo, 6 en Canelones, 2 en San José, las 20 plantas restantes están fuera del área metropolitana.
Por otra parte, dijo que es una industria con un alto nivel de zafralidad y “cierto exceso de capacidad instalada”, y esos dos factores llevan a que sea “bastante frecuente” que haya trabajadores en el seguro de paro.
Cuando hablamos de los empleos directos (15.600) no se incluyen a los que están en el seguro de paro.
Añadió que el agronegocio “es un pilar muy significativo” para Uruguay, y “la industria frigorífica es una de las ramas industriales más importantes del país”.
En 2024 las exportaciones de bienes de Uruguay fueron por US$ 13.000 millones, con la celulosa como principal rubro (20% del total), y la carne en segundo lugar (19%). Hay otros sectores importantes, pero no están vinculados al mundo del agronegocio, por ejemplo, las exportaciones de servicio, y las exportaciones de servicios menos tradicionales han aumentado significativamente.
LOS RIESGOS PARA EL SECTOR.
Rosselli comentó que el contexto internacional es bastante complejo, con una retracción del multilateralismo y una erosión de las reglas de juego. Donald Trump implicó “un enorme retroceso” en lo que el mundo construyó después de la Segunda Guerra Mundial, con “políticas proteccionistas arbitrarias y discriminatorias” cobrando aranceles diferentes para varios países. También “se está retirando de lugares de cooperación entre países”, y todo eso es “definitivamente negativo en el mediano plazo, y es negativo para países pequeños como Uruguay que necesitan crecer en base a exportaciones”.
Asimismo, si se mira a corto plazo, la cadena cárnica uruguaya hoy se ve favorecida por un contexto de altos precios internacionales y de exportación (un 20% arriba respecto a 2024); hay una situación de escasez de ganado que propende a precios altos, y las medidas proteccionistas de Trump no castigaron particularmente a Uruguay, fuimos de los países que sufrió el menor incremento de aranceles.
Por tanto, “en términos relativos hemos mejorado nuestra capacidad de acceso. En una mirada de corto plazo se podría decir que entre la escasez de ganado que hay en Estados Unidos y la forma en que Trump implementó las medidas proteccionistas, nos deja algunas ventanas de oportunidad”, sin olvidar que “la erosión del multilateralismo es un factor de riesgo bastante importante”.
Otro factor de riesgo, pero no es un problema exclusivo del agro, es que Uruguay está caro en dólares, en un mundo donde el dólar había estado muy fuerte. En lo que va de 2025 el dólar ha caído en el mundo y en Uruguay.
EL DÓLAR.
“Lo que ha pasado con el dólar en Uruguay va en línea con los que ocurrió en el mundo. Pero, y es un pero muy importante, en varios años previos, el dólar se había fortalecido en el mundo y cayó en Uruguay”, continuó Rosselli en su análisis.
“Ojalá que el dólar se siga debilitando en el mundo, eso podría ayudarnos a corregir un poco nuestros problemas de competitividad. Lo que pasa es que este debilitamiento en el mundo puede venir con otras dificultades. Tenemos un nivel de incertidumbre sobre la economía global de los próximos años que es bastante importante”.
EL PROCESO DE DESINDUSTRIALIZACIÓN ES “SILENCIOSO”.
En otro orden, advirtió sobre “el proceso de desindustrialización que está atravesando Uruguay”, con caída del empleo.
Ese proceso de desindustrialización es “silencioso y relativo porque no es que la industria caiga en su conjunto”, con crecimiento a “distintos ritmos en el período que va de 2010 al 2025: creció mucho de 2010 a 2014, menos de 2014 a 2024; la economía acumuló crecimiento, no así la industria respecto a su producción, y está en una fase destrucción del empleo”, advirtió.
Agregó que en su opinión “las políticas públicas no están prestando atención suficiente; las políticas salariales tampoco”.
Concluyeron las juras de machos, la ExpoBra se realiza en el predio del Vivero San Carlos, Santiago del Estero. Además, se realizó un remate de invernada con más de 15.000 cabezas.
Santiago del Estero, Argentina | Todo El Campo | En ExpoBra 2025 se consagraron los grandes campeones machos de Brangus, Brahman y Braford y, además, se realizó el remate de invernada con más de 15.000 cabezas. La exposición tiene lugar en el predio ferial Vivero San Carlos, en La Banda, Santiago del Estero, organizada por las asociaciones de criadores y patrocinada por el Gobierno de Santiago del Estero y el Ministerio de Producción de la provincia.
BRAFORD: EL NIVEL DE MACHOS FUE ESPECTACULAR.
El Gran Campeón Macho Braford fue para la cabaña Los Guasunchos; el Reservado, para cabaña El Amargo de Eduardo Martínez Ferrario; y el 3º Mejor Macho, de la cabaña Doña Evangelina.
Marcos Nascimbene, jurado de la raza, manifestó que el nivel “fue espectacular, con animales de un biotipo bien carnicero, moderados, con mucha clase, bien correctos, con buenos prepucios, buenas circunferencias, con buena expresión de macho”. Sobre el Gran Campeón recalcó que es “un toro muy completo, muy prolijo, con mucha clase”.
Buscó la funcionalidad, individuos que se adapten bien a diferentes ambientes, biotipos bien carniceros, con facilidad de engorde, buenas camisetas y bien pigmentados, algo clave en zonas con tanta exposición a los rayos ultravioleta. “Los animales que se llevan los premios más importantes fueron los que encontramos que tienen la mayoría de estas características”, comentó.
BRANGUS: UNA RAZA MUY BIEN POSICIONADA.
El Gran Campeón Macho Brangus fue de cabaña San Juan. El Reservado de cabaña El Pozo de la Carreta. El 3º Mejor Macho, cabaña Santa Juana.
El jurado de la raza, Johnny Gutiérrez, encontró “un nivel muy bueno”, en cuanto a corrección de prepucio -fundamental en la zona-, buenos desplazamientos, animales bien carnudos, buena expresión de macho y largo. “Creo que todos los toros que ganaron hoy tenían esas condiciones, realmente muy buenas”, observó.
Con la experiencia de los ejemplares que evaluó en estas jornadas, consideró: “Realmente creo que la raza está muy bien posicionada”.
BRAHMAN HACE POSIBLE LA GANADERÍA EN EL NORTE.
El Gran Campeón Macho Brahman fue de la cabaña Juan Ramón. El Reservado de cabaña Ceibalito y el 3° Mejor Macho de cabaña Juan Ramón.
El jurado de Brahman, Oscar “Cacho” Celia, felicitó a las cabañas y explicó: “Sin esta raza yo creo que en los campos del norte es casi imposible desarrollar una ganadería”.
En cuanto al Gran Campeón, consideró que es un toro sumamente completo: “Cabeza de macho, con unas pestañas negras, unas cejas negras -que eso es importante para el calor-, un morro negro también importante, con los orificios nasales para la ventilación, con una boca amplia, para comer cualquier tipo de pasto duro”. Observó además su línea y lomo muy firmes, muy ancho, una giba bien implantada, su correcto desplazamiento, excelente circunferencia escrotal y un prepucio muy bueno.
Santa Fe, Argentina | Rosgan | Todo El Campo | Históricamente, el mes de setiembre es uno de los momentos en que comienza a percibirse en el mercado la escasez de terneros y, por ende, su precio tiende a subir. Se trata de un comportamiento estacional por el cual, una vez transcurridos los meses de mayor salida de terneros -es decir, entre abril y julio-, la caída en el nivel de oferta suele generar una mayor presión sobre los valores de esta categoría.
En efecto, si graficamos la curva de estacionalidad del precio del ternero -expresando cada uno de los valores individuales como un índice respecto del promedio mensual de cada año-, se observa claramente cuán determinante es el efecto que los distintos momentos de oferta tienen sobre el precio de esta categoría de hacienda.
Este comportamiento se confirma con los valores registrados por el ternero en el último remate de Rosgan, donde el índice de referencia correspondiente a setiembre mostró una suba mensual del 10,5%, situándose en niveles de $ 4.186 (peso argentino) el kilo vivo.
Sin embargo, no es la suba mensual lo que más se destaca, sino la trayectoria que vienen mostrando los precios a lo largo del año. Medido en pesos constantes, el valor actual del ternero es el más elevado para ese mes en los últimos 15 años ($ 3.057). A su vez, resulta un 38% superior al valor registrado en septiembre del año pasado.
Sin dudas, si nos enfocamos exclusivamente en el precio de los bienes, podemos afirmar que la cría atraviesa uno de sus mejores momentos de los últimos años, no solo por los muy buenos valores que ofrece su principal producto sino también por los buenos valores que puede obtener con el refugo de vacas. Recordemos que el precio de la vaca también es una de las categorías que mayor incremento relativo ha acumulado en los últimos meses.
Sin embargo, no podemos dejar de reconocer otras variables que también intervienen en el negocio y que, coyunturalmente, en los últimos dos meses han adquirido una ponderación creciente en las decisiones de estratégicas que habitualmente toma el productor.
Nos referimos a un tema que ya hemos abordado en ediciones anteriores y que recurrentemente vuelve a emerger al analizar distintos aspectos del negocio ganadero: la falta de crédito o, dicho de otro modo, el elevado costo del capital, que encarece considerablemente cualquier tipo de inversión, especialmente aquella que no proviene de fondos propios.
Concretamente, el costo financiero es el que nos obliga a mirar la otra cara de este escenario de precios.
Sucede que, en este contexto, y con los muy buenos valores que ofrece la hacienda, reponer esa invernada -o, más aún, ingresar al negocio desde cero sin contar con capital ya invertido en producción- resulta costoso.
Esto puede corroborarse con los números que actualmente arroja el feedlot. Según el último informe de la CAF (Cámara Argentina del Feedlot), un circuito de engorde convencional de 131 días, en el que se ingresa con un ternero de 180 kg netos y se egresa con un novillito terminado de 320 kg, arroja un margen bruto negativo superior a los $ 20.000 por cabeza. Ahora bien, si a este resultado se le suma el costo financiero -con tasas cercanas al 50% anual-, la pérdida puede multiplicarse por seis generando un déficit de más de $ 130.000 por cabeza.
Bajo el mismo razonamiento, desde la óptica del criador, incluso con muy buenos valores de venta de la invernada, la retención de hacienda también se torna costosa. Aun asumiendo una situación financiera sin pasivos significativos, el mismo costo de oportunidad de ese capital retenido, resulta elevado.