Necesidad urgente de fortalecer servicios de sanidad animal para afianzar posición global como proveedores de alimentos.

Necesidad urgente de fortalecer servicios de sanidad animal para afianzar posición global como proveedores de alimentos.

En el foro se abordaron también asuntos como los desafíos futuros de la Organización Mundial de Sanidad Animal y los impactos en la sostenibilidad del negocio agropecuario de enfermedades como la aftosa, la peste porcina africana y la influenza aviar.

Asunción, Paraguay | Todo El Campo | Ministros y altas autoridades del sector agropecuario de países del continente americano, jefes de los servicios nacionales de sanidad y representantes de organismos multilaterales coincidieron en Paraguay en la necesidad de fortalecer de forma rápida los sistemas de vigilancia de la salud animal ante nuevas amenazas, como una forma de robustecer la posición de la región como gran productor y exportador mundial de proteína.

El seminario internacional “La salud Animal y su contribución en la transformación de los sistemas alimentarios en las Américas” sesionó en Asunción con la presencia del presidente paraguayo Santiago Peña, y autoridades de 23 naciones. Por Uruguay participó el ministro Fernando Mattos.

El evento de alto nivel, en el que se formuló un profundo intercambio de información sobre los desafíos vigentes, tendencias y experiencias en el combate a zoonosis que son una amenaza para la salud, la producción, el ambiente, los empleos, las exportaciones y la seguridad alimentaria y nutricional, fue organizado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Paraguay, el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) de este país, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El ministro de Agricultura y Ganadería del Paraguay, Carlos Giménez, resaltó la importancia de las contribuciones de la agricultura familiar a la salud animal y la necesidad de que todos los agricultores participen activamente en el fortalecimiento de la sanidad.

“Es importante la alianza público- privada para que nuestro producto siga siendo demandado y acceda a los mercados. Estamos en un encuentro sumamente integrador, y es importante que nuestro trabajo sea basado en ciencia”, indicó.

Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay y presidente de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), órgano superior de gobierno del IICA que representa 34 países de las Américas, subrayó “la importancia de generar con mayor frecuencia estos foros para fortalecer los servicios sanitarios y su integración, de modo de erradicar enfermedades en animales. Tenemos que resaltar el trabajo que se está haciendo y por sobre todo apuntar a la integración general con políticas reguladoras para que tengamos un mecanismo de defensa y vigilancia y equipo de respuesta más rápido”.

Agregó que “esta región es fundamental para lo que el mundo necesita. Debemos reclamar una mayor consideración y llevar nuestras voces a los foros nacionales para que la voz de las Américas pese mucho más”.

En el foro se abordaron también asuntos como los desafíos futuros de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y los impactos en la sostenibilidad del negocio agropecuario de enfermedades como la aftosa, la peste porcina africana y la influenza aviar. También se habló de la importancia de las alianzas entre agencias del sector público y se hizo un gran reconocimiento al valor y la importancia de los servicios veterinarios de la sanidad animal para los objetivos de los países. Aspectos como desafíos, amenazas y tendencias del nuevo mapa de enfermedades fueron otros de los temas relevantes.

El director general de IICA, Manuel Otero, expresó: “Los sistemas agroalimentarios se están transformando. Están ocurriendo cambios muy profundos como la revolución tecnológica, frontera de conocimientos y la crisis climática. Debemos analizar las amenazas y transformarlas en oportunidades”.

“Las Américas genera el 30% de los alimentos que son exportados y América Latina y el Caribe es la región exportadora neta más importante del mundo. Juntos somos garante de la seguridad alimentaria del planeta. Tenemos mucho que cambiar, pero tenemos un rol central, y tenemos que defender esta condición que tenemos porque somos actores claves no solo del presente sino del futuro”, dijo.

“La esencia de este seminario es precisamente fomentar al diálogo, encontrar posiciones consensuadas para fortalecer nuestra importancia como región. La agenda mundial requiere que la agricultura sea vista de una manera sistémica desde la producción al consumo. No puede haber una visión sistémica si no defendemos la centralidad de la ruralidad, donde se produce el 90% de los alimentos, en donde se define la calidad de la biodiversidad”, agregó.

A su turno, Pedro Martel, jefe de la División de Medio Ambiente, Desarrollo Rural y Gestión de Riesgos de Desastres del BID, destacó que el 40% del PIB agropecuario de América Latina proviene de la actividad ganadera. “Se habla mucho de la parte agrícola y no mucho de la pecuaria. Debemos poner esto en términos económicos más allá de las exportaciones. Se habla más de la generación de divisas y menos de la generación de empleo. Es importante resaltar la importancia de la ruralidad y el bienestar de las poblaciones rurales. Otras de las cuestiones no menos importante es el cambio climático. Debemos reducir los daños ambientales. Otro de los puntos que me gustaría resaltar es el aumento de la productividad pecuaria y trabajar con respecto a la salud animal. Sin salud animal no habrá aumento de productividad”, puntualizó.

José Carlos Martín Camperchioli, presidente del Senacsa, destacó la importancia de la posición de la región y de su país como proveedores de alimentos y llamó a reforzar esa posición con prevención ante las nuevas amenazas. “Para el 2050 tenemos un desafío importante. La producción de alimentos tendrá que aumentar en un 60%. Paraguay tiene un potencial para ser actor clave en esa contribución. Hoy está produciendo para más de 80 millones de personas, 15 veces la población paraguaya”, indicó.

Fernando Vilella, secretario de Bioeconomía de Argentina, trazó un panorama sobre el futuro de la seguridad alimentaria, identificó tendencias en materia de desafíos por venir para la sanidad animal e incorporó al debate la visión de la bioeconomía como camino para la agregación de valor en la región.

«No hay fronteras para las enfermedades, lo que hay es la necesidad de realizar un discurso común y transformar nuestra realidad. Los sistemas agroalimentarios merecen una visión sistémica que trate de abarcar de una mejor manera la solución, el enfoque de bioeconomía, como nosotros lo entendemos, es un enfoque vinculado al desarrollo territorial que tiene en cuenta el ambiente y la población. Nosotros no somos el problema, somos la solución. La seguridad alimentaria necesita de nosotros y debemos ir juntos, por ello la necesidad de un discurso común”, enfatizó.

El viceministro de Extensión y Capacitación Agropecuaria de la República Dominicana, Darío Vargas Mena, describió el desafío de su país en el enfrentamiento a la peste porcina, describió las implicancias de la dramática situación de Haití, y destacó la importancia de la acción colectiva para robustecer la situación de la sanidad animal en los países.

“Somos un país pequeño y alimentamos a muchos. En mi país el comercio es lo que se destaca. Hay un desafío importante: adecuar la estructura de servicios. Se trata de adecuar los servicios de salud, de sanidad agropecuaria y de salud de los alimentos”, indicó.

Hugo Idoyaga, presidente de la OMSA, recordó en tanto que “el abordaje de estos temas requiere la colaboración global y ahondar esfuerzos entre todos los gobiernos, organismos internacionales y organismos científicos”.

En base a IICA con adaptaciones para Todo El Campo.

Foto de portada de IICA.

Una salud: 300 años antes de Cristo, Hipócrates tenía razón.

Una salud: 300 años antes de Cristo, Hipócrates tenía razón.

Nunca antes el riesgo sanitario global fue tan grande. Ni las pestes del pasado que diezmaron poblaciones enteras sirvieron para que la humanidad asumiera la salud como única en todos sus niveles y afectaciones.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Crece la preocupación por las diferentes formas que adquieren las enfermedades en las especies animales, que a través de mutaciones o variantes saltan de una especie a otro y no es raro pensar en la posibilidad de que el ser humano sea afectado.

En noviembre del año pasado Todo El Campo publicó un artículo sobre el tema, cuyo título y contenido resultó muy inquietante pero no por eso irreal.

El artículo se basaba en un informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) sobre la resistencia a los antimicrobianos. Imagina un mundo en que las infecciones y enfermedades no tengan cura era el título, y agregaba inmediatamente que “la resistencia a los antimicrobianos es una amenaza creciente para el bienestar animal y humano, afortunadamente tenemos las herramientas para superar el desafío”, pero ¿por cuánto tiempo?

Desde mucho antes y posterior al artículo de referencia, este portal ha valorado permanentemente la labor que despliegan los médicos veterinarios en el campo y consultorios, al igual que cientos de científicos que en el silencio de sus laboratorios investigan y trabajan cada día del año. No somos pioneros ni paladines en el asunto, apenas cumplimos con nuestra responsabilidad de informar.

Lo importante es que las diversas instituciones, vinculadas de una u otra manera a la sanidad humana y animal, juegan un papel fundamental y protagónico. Haciendo uso de ese protagonismo proponen y defienden el concepto de Una Sola Salud que en nuestro país tuvo un punto de avance importante a nivel social a partir de 2020 cuando el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) lo colocó como tema clave en su estand de la Expo Rural, porque “la sanidad de las personas, animales, plantas y medioambiente están interconectadas y se afectan mutuamente, por lo que se debe asegurar el bienestar del conjunto”, argumentó la institución en el artículo INIA lleva el concepto de UNA SOLA SALUD a la Expo Prado 2020 con un stand totalmente renovado.

Aunque para el común de la sociedad (común en el sentido de ajena a los temas científicos) ese concepto es nuevo, la realidad es que se remonta al médico griego Hipócrates (460-370 AC). Así lo contó en 2018 la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay (SMVU) en un artículo sobre el tema. A partir de él comienza a evolucionar de forma muy lenta y por etapas, hasta llegar a los años ’60 y ’70 cuando el científico estadounidense Calvin Schwabe (1927-2006) insistió sobre la trascendencia de una medicina y escribió el libro “Medicina Veterinaria y Salud Humana”.

Ahora es común ver a la OMSA, la Organización Mundial de la Salud (OMS) e instituciones similares poner énfasis en el tema. Recién ahora cuando aparecen amenazas que generan incertidumbre. Es que nunca antes el riesgo sanitario global fue tan grande. Al parecer, ni las pestes del pasado que diezmaron poblaciones enteras sirvieron para que la humanidad asumiera la salud como única en todos sus niveles y afectaciones.

En un año electoral es un tema para pensar e intercambiar, con atención a lo que dicen quienes saben del tema y preguntarnos cuánto propone cada candidato en su programa de salud para los próximos 5 años.

Fortalecimiento de los servicios veterinarios para hacer frente a los nuevos retos sanitarios.

Fortalecimiento de los servicios veterinarios para hacer frente a los nuevos retos sanitarios.

Con la pandemia se hizo evidente para los responsables políticos de todo el mundo la necesidad de contar con unos servicios veterinarios sólidos.

Monique Éloit | OMSA | Todo El Campo | Dado que la labor de los servicios veterinarios es un bien público esencial y vital para la buena gobernanza sanitaria, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, fundada como OIE) lleva muchos años trabajando para ayudar a sus miembros a adecuar sus servicios a las normas internacionales y ha sostenido durante mucho tiempo que la creación de servicios veterinarios sólidos debería ser una prioridad de inversión pública.

Este compromiso se ha traducido en la puesta en marcha de dos programas principales destinados a reforzar las capacidades de los servicios veterinarios: en primer lugar, la organización de sesiones de formación para los Delegados y los Puntos Focales nacionales (1) y, en segundo lugar, la Vía PVS y sus múltiples componentes. A lo largo de los años, estos programas se han enriquecido y modernizado y se han integrado progresivamente mejor con otras iniciativas de la OMSA en un enfoque más holístico de las cuestiones de sanidad animal. Este enfoque también incluye la ampliación de la formación de la OMSA a un público objetivo más amplio, con el fin de contribuir al desarrollo de una fuerza de trabajo veterinaria suficiente entre nuestros miembros.

Deben tenerse en cuenta los desafíos globales del cambio climático, la preservación de los ecosistemas y las crisis alimentarias cada vez más preocupantes, ya que las medidas para mejorar la salud animal pueden ayudar a abordar estos desafíos. Por el contrario, la evolución de las enfermedades animales y su aparición se ven afectadas por estos factores, lo que debería llevarnos a repensar ciertos métodos de producción. Sin embargo, los servicios veterinarios nacionales a menudo no están preparados para actuar, como se muestra claramente en el punto técnico que la OMSA presentó en su sesión general anual de mayo de 2019 (2).

Con la crisis de la Covid-19, la importancia del mensaje de la OMSA sobre la necesidad de contar con unos servicios veterinarios sólidos se hizo evidente para los responsables políticos de todo el mundo. En consecuencia, al final de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20, celebrada en Roma los días 30 y 31 de octubre de 2021, reiteraron su apoyo al fortalecimiento de los “sistemas mundiales de vigilancia, detección precoz y alerta temprana, bajo el papel de coordinación de la OMS, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)” con el fin de gestionar mejor los riesgos que plantea el contacto entre las personas, los animales y el medio ambiente, en particular el riesgo de aparición de zoonosis.

Esta ambición sólo será alcanzable si los servicios sanitarios, incluidos los servicios veterinarios, cuentan con los recursos adecuados y la capacidad de actuar con eficacia: este es el reto que debemos afrontar, en particular mediante la aplicación del Plan de Acción Conjunto elaborado por la Alianza Cuatripartita (3).

El plan para elaborar un acuerdo internacional sobre prevención, preparación y respuesta ante pandemias ha vuelto a poner en el orden del día la gobernanza sanitaria mundial, y se están replanteando los mecanismos de financiación, por lo que ahora existe una oportunidad histórica para reconocer el papel fundamental de los Servicios Veterinarios y apoyar los esfuerzos para fortalecerlos.

Espero que los lectores de este número de Panorama (Boletín de la OMSA) se interesen por saber más sobre este tema y que la riqueza de los artículos aquí presentados cumpla con sus expectativas.

La autora de artículo, Monique Éloit, es la directora general de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Boletín de la OMSA.

Foto de Mat Brown en Pexels.

REFERENCIAS.

(1) Los delegados de la OMSA designan un «punto focal» nacional para ocho temas de vital importancia para los Servicios Veterinarios: notificación de enfermedades animales, vida silvestre, productos veterinarios y resistencia a los antimicrobianos, inocuidad de los alimentos para la producción animal, bienestar animal, animales acuáticos, comunicación y laboratorios veterinarios.

(2) Grace D., Caminiti A., Torres G., Messori S., Bett B.K., Lee H.S., Roesel K. y Smith J. (2019). – Cómo afectarán los factores externos (por ejemplo, el cambio climático, los conflictos, la situación socioeconómica, los patrones comerciales) a los Servicios Veterinarios y a las adaptaciones necesarias.

(3) La Cuatripartita está integrada por la FAO, la OMSA, el PNUMA y la OMS.

Salud animal en Uruguay: más de US$ 1.000 millones en pérdidas y gastos al año; solo US$ 5 millones en soluciones de I+D.

Salud animal en Uruguay: más de US$ 1.000 millones en pérdidas y gastos al año; solo US$ 5 millones en soluciones de I+D.

Se presentaron los resultados de la primera consultoría sobre las pérdidas, gastos e inversión en investigación y desarrollo que realiza Uruguay en salud animal.

Montevideo | Todo El Campo | El lunes 11, el Comité de Coordinación en Investigación en Salud Animal (CCISA) realizó la presentación de los resultados de la consultoría “Salud animal en Uruguay: pérdidas, gasto e inversión en I+D”. Autoridades, técnicos, académicos y referentes del sector agropecuario nacional asistieron a la Facultad de Veterinaria y de forma virtual para conocer el informe final de este estudio, que es el primero de este tipo que se realiza en el país con el fin de compilar datos y elaborar nuevos análisis para conocer el impacto de la sanidad animal en la economía uruguaya.

La apertura estuvo a cargo de Alejo Menchaca, presidente actual del CCISA y coordinador de la Plataforma de Salud Animal del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). El experto comenzó explicando que el comité está conformado por representantes del Instituto Nacional de Carnes (INAC), del INIA, del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, de la Facultad de Veterinaria (FVET), de la Sociedad de Medicina Veterinaria, de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), del Secretariado Uruguayo de la Lana y de la Academia Nacional de Veterinaria.

Detalló que el principal objetivo del comité es promover, coordinar y monitorear la gestión de la investigación en salud animal e inocuidad de los alimentos de origen animal, con el fin de asesorar a los tomadores de decisión y de priorizar acciones para lograr el bienestar de la sociedad y en particular del sector agropecuario nacional.

“Para pensar en estrategias y políticas públicas vinculadas a la salud animal es fundamental contar una información de base, con un diagnóstico inicial. Ante la ausencia de esos insumos fue que desde el CCISA nos planteamos hacer esta consultoría, para saber cuánto pierde y cuánto gasta Uruguay en términos económicos por problemas de salud animal, y cuánto invierte en investigación y desarrollo para encontrar nuevas soluciones”, explicó Menchaca.

Luego tomó la palabra Rafael Sarno, coordinador de Relaciones Interinstitucionales de INAC, como entidad cofinanciadora del estudio junto al CCISA. “La salud animal es uno de los temas de nuestra agenda y contar con un diagnóstico actualizado que nos permita hacer una puesta a punto en la materia es clave. La información obtenida es un insumo fundamental para la producción, para los servicios ganaderos y para saber dónde colocar recursos y qué ejes priorizar al momento de investigar”, enfatizó.

El evento continuó de la mano del equipo de especialistas en salud animal y economía agropecuaria que realizaron el estudio, los doctores Darío Hirigoyen, Marcelo Rodríguez y Edgardo Rubianes, y el economista Diego Campoy, quienes presentaron algunas de las conclusiones más importantes que arrojó el informe. 

Se conoció que en el periodo 2011-2021, en Uruguay se perdieron por año cerca de US$ 800 millones por problemas de salud animal en las cadenas de producción, lo que representa un 34% del PBI pecuario.

Asimismo, los consultores detallaron que desde el sector público y privado se gastan US$ 224 millones al año para resolver las problemáticas vinculadas a la sanidad animal. Por cadena productiva, los bovinos de carne representan el 42% del gasto, los animales de compañía el 32% y los bovinos de leche el 16%.

En lo que refiere a la búsqueda de nuevas soluciones de I+D, la consultoría mostró que en el quinquenio 2018-2022 la inversión en salud animal fue de cinco millones de dólares anuales, lo que representa el 2,5% de la inversión total en ciencia y tecnología del país. Dicha inversión fue realizada principalmente a través de INIA, la FVET y la ANII.

Menchaca remarcó que Uruguay invierte menos del 0,5% de su PBI en ciencia y tecnología, lo que representa algo más de US$ 200 millones al año considerando todas las áreas del conocimiento. “Eso es poco comparado con otros países que aspiran a tener una economía más desarrollada”, dijo. De esa cifra, la inversión en salud animal es únicamente el 2,5%. “Siendo un país donde el PBI ganadero representa aproximadamente el 5% del PBI total, se podría invertir quizás el doble en I+D en salud animal para estar en un nivel aceptable”, afirmó.

Frente a los resultados obtenidos, el CCISA y los consultores enfatizaron la necesidad de incrementar la inversión en investigación y desarrollo. “Estamos perdiendo buena parte de lo que producimos, por lo tanto, la inversión en la búsqueda de soluciones debe crecer. Pero también se deben revisar los espacios que hoy están destinados a la investigación y desarrollo en la materia para mejorarlos”, subrayaron.

Asimismo, apuntaron que “es necesaria una mayor participación de organizaciones vinculadas a la producción animal, como las gremiales agropecuarias y la industria, así como del sector farmacéutico veterinario que también es parte del sistema. La participación del ámbito privado es clave para mejorar el sistema de ciencia y tecnología que tiene Uruguay en salud animal”.

Si Uruguay no cambia y seguimos cómo estamos, vamos a seguir perdiendo y gastando más de US$ 1.000 millones año tras año. Para un país como el nuestro, con una economía basada en la producción agropecuaria, es fundamental reducir esas pérdidas buscando soluciones diseñadas para nuestros problemas”, señaló Menchaca.

“El camino hacia el futuro debería comenzar diseñando y planificando una estrategia nacional y una política a mediano y largo plazo para atender esta problemática que ahora sí la conocemos en profundidad. Es muy difícil generar políticas públicas y privadas si no conocemos la magnitud de las dificultades que queremos resolver. Ahora sabemos cuánto estamos perdiendo por problemas de salud animal y creemos que el próximo paso es invertir justo ahí, donde más estamos perdiendo”, concluyó el experto.

Pin It on Pinterest