¿Por qué suplementar con extrusado de soja en primavera?

¿Por qué suplementar con extrusado de soja en primavera?

La característica de esta proteína, hace diferente al extrusado respecto a otras fuentes proteicas.

Río Negro | Panarmix* | Todo El Campo | El extrusado de soja es un concentrado proteico obtenido por medios mecánicos (extrusión) a partir del poroto de soja. Se caracteriza por presentar un alto contenido de proteína y un valor energético destacable porque queda junto a la proteína un 7-8% de aceite si el producto es además prensado.

La característica de esta proteína, hace diferente al extrusado respecto a otras fuentes proteicas, porque:

1) Presenta una proporción alta (mayor a 50%) como proteína pasante, es decir que no se degrada en el rumen por efecto de la flora sino que alcanza el intestino donde es digerida y aprovechada para las distintas funciones. Esto es muy necesario en rumiantes que no han madurado su función ruminal (terneros) y en vacas de alta producción de leche. En ambos casos es importante que la dieta ofrezca una proporción de proteína pasante.

Debemos recordar que los pastos de primavera, aunque abundantes y de buena oferta proteica, tienen la característica de que su proteína es altamente soluble -degradable- en el rumen y sólo podrá ser aprovechada por el animal cuando las bacterias de la flora la degraden y transformen en proteína bacteriana. Para que toda la proteína que el animal come pueda ser incorporada a las bacterias ruminales, tiene que disponerse de una cantidad de energía en el mismo momento, lo que no siempre ocurre.

El extrusado de soja es entonces el suplemento ideal de buenas pasturas cuando con estas no se logra alcanzar la meta proteica en la dieta. Buena pastura aportará proteína degradable y el extrusado proteína degradable y pasante.

2) La soja es la fuente de proteína vegetal con mejor perfil de aminoácidos. Por ejemplo es rica en el aminoácido esencial que es referencia de valor nutricional: la lisina. Otros concentrados proteicos son pobres en lisina, como es el caso de los subproductos del maíz.

3) Como el extrusado se obtiene por un proceso mecánico, no hay daño a la proteína de la soja, conservando su valor nutricional y aun mejorándolo porque al ser sometida a presión y temperatura, las cadenas proteicas se hacen más digestibles por el animal.

4) Las pasturas tienen un alto porcentaje de agua, la que oscila entre 76 y 81 %. Por ello es difícil alcanzar una dieta con un aporte alto de proteína como requieren algunas categorías, sólo con pasto.

El extrusado tiene sólo 10% de humedad y con una pequeña cantidad incluída en la dieta, estará aportando mucha proteína, con un perfil complementario a las pasturas.

(*) Web: Panarmix S.A.

Alimentación de la vaca en período de transición. ¿Qué aporta el expeller de soja?

Alimentación de la vaca en período de transición. ¿Qué aporta el expeller de soja?

Mas proteína pasante significa que la vaca recibe los aminoácidos que requiere sin depender totalmente de la fermentación ruminal, lo que es importante en especial en este período de transición, en el que la flora está en readaptación al cambio de dieta.

Dr. Fernando Rivero | Río Negro | Panarmix | Todo El Campo | Se conoce como período de transición de la vaca lechera al que se sitúa en el final del período seco y el comienzo de la lactancia, esto es desde 3 semanas preparto a 3 semanas postparto. Se trata de una etapa clave para hacer ciertas adaptaciones de la dieta que permitan atender los cambios que ocurren en la vaca y que serán determinantes del resultado de la siguiente lactancia.

Sabemos que durante el período seco la vaca tiene menos requerimientos nutricionales y con la dieta hay que procurar mantener o alcanzar un estado corporal adecuado y evitar la acumulación de grasa ya que la gordura preparto está asociada a varios problemas. Sin embargo, cuando el parto se aproxima ocurren dos cosas importantes: tiende a bajar el consumo de materia seca por parte del animal, al tiempo que se incrementan sus necesidades para satisfacer el crecimiento final gestacional del ternero y la producción de calostro. Estamos entonces frente a una especie de “contradicción” fisiológica con la que hay que convivir. Mucho se ha trabajado el aporte de minerales en este momento, en particular de sales aniónicas, para prevenir los trastornos minerales pero no siempre se tiene en cuenta cómo debería ser el nivel y calidad de energía y proteína en la dieta.

Es sabido que cuando una vaca comienza la lactancia en un buen nivel de producción, eso es determinante del resultado de la totalidad de litros que obtendrá. Se estima que por cada 1 litro más de producción láctea al comienzo, se obtendrán 200 litros más en esa lactancia.

También es muy importante el impacto reproductivo. Cuanto antes se corrige el balance energético negativo de este período, antes se reinicia la actividad ovárica y es posible preñar. Esto necesita de energía y proteína en cantidad y calidad adecuadas.

La necesidad de proteína en la dieta se incrementa 3% (+ 3% de PC) en el preparto y otro 3% en el postparto inmediato. Esto significa que debemos pasar de una dieta con 12% de PC en el período seco a una con 18% de PC en el postparto. Esto permite corregir el desbalance proteico de este período y minimizar sus efectos productivos.

Recordar que muy difícilmente podemos satisfacer las demandas a las que hacemos referencia, sólo con forrajes y particularmente si están aportados como fardos o ensilajes. Tampoco los granos -maíz, trigo, cebada- consiguen alcanzar las metas en proteína, especialmente si nos referimos a vacas de más de 25 litros de producción.

En consecuencia, resulta muy conveniente en el período de transición, comenzar a suplementar con concentrado proteico de alta calidad como el expeller extrusado de soja. Este es una fuente de proteína de muy alta digestibilidad, que presenta más de la mitad como proteína pasante, es decir aquella fracción que no es degradada en el rumen sino que pasa al intestino para ser transformada en aminoácidos que son utilizados directamente. Este atributo distingue al expeller de los otros concentrados proteicos de la soja, como los pellets de harina.

Mas proteína pasante significa que la vaca recibe los aminoácidos que requiere sin depender totalmente de la fermentación ruminal, lo que es importante en especial en este período de transición, en el que la flora está en readaptación al cambio de dieta.

Un efectivo aporte de concentrado proteico a través de expeller extrusado de soja desde la transición, contribuye de manera significativa a alcanzar el pico máximo de producción de la lactancia, además de mejorar el estado inmunitario y reproductivo para tener menos infecciones y más preñeces tempranas.

Estudio confirma que el extrusado de soja logra mayor ganancia diaria de peso.

Estudio confirma que el extrusado de soja logra mayor ganancia diaria de peso.

Estudio sobre la respuesta productiva de novillos engordados a corral comparando dos fuentes proteicas, resulta que el grupo que recibió extrusado de soja logró una ganancia diaria de 140 g/día.

En la estación experimental Agropecuaria Marcos Juárez del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se estudió la respuesta de novillos a corral respecto a expeller de soja y harina de soja de extracción por solventes.

La investigación se realizó a través del proyecto Procesos productivos agroindustriales para agregar valor en origen en forma sustentable.

El resultado fue que el grupo que recibió el extrusado de soja logró una mayor ganancia diaria de peso por 140 g/día que otros dos tratamientos, los cuales no se diferenciaron estadísticamente entre sí.

RESUMEN

Se realizó un estudio sobre la respuesta productiva de novillos engordados a corral, comparando dos fuentes proteicas: expeller de soja y harina de soja de extracción por solventes.

Los tratamientos fueron: Dieta 1: ración convencional de engorde a corral, cuya principal fuente proteica fue la harina de soja obtenida por extracción del aceite por prensado y solventes. Dieta 2: ración similar a D1, donde el mayor aporte de proteína provino del expeller de soja obtenido luego de la extracción de aceites por extrusado y prensado. Dieta 3: similar a D1, con el agregado de aceite crudo de soja equivalente a la diferencia de D2 por encima del nivel aportado por D1.

Se utilizaron 10 novillitos por tratamiento y por repetición, los cuales ingresaron con una media de 212,7 kg y se faenaron con 306,1 kg promedio.

El AMD en D1 fue de 1.420 g/d (±268); 1.560 g/d (±209) en D2 y 1.400 g/d (±268) en D3. En las condiciones del presente trabajo los animales que recibieron el extrusado de soja (D2) lograron un mayor AMD que los restantes tratamientos, superando a ambos en 140 g/día. Por su parte, D1 y D3 no se diferenciaron significativamente entre sí (p<0,05). Si bien los indicadores de consumo y eficiencia de conversión son presentados a título descriptivo, se verificó consistentemente un mayor consumo de alimento por parte del grupo D2, el cual fue acompañado por un mayor AMD, generándose también en este tratamiento la mejor eficiencia de conversión de alimento en ganancia de peso (5,4:1).

INTRODUCCIÓN

En los emprendimientos de engorde a corral, la alimentación, luego de la reposición de animales, representa el principal costo directo del sistema. Por ello, la optimización del costo y balance de los componentes dietarios, resulta clave para definir el resultado económico de la actividad (Pordomingo, 2003). En estos planteos, los subproductos de la industria aceitera tales como las harinas de soja o de girasol, son utilizados como ingredientes para elevar el aporte proteico del resto de los componentes de la dieta.

En términos muy generales, estos oferentes proteicos conforman entre un 5 y 15% de la dieta seca total, dependiendo esta participación de su contenido de proteína bruta (PB) y de los requerimientos de los animales para los cuales se formula la ración. Dado su importante costo, el componente proteico se utiliza en las cantidades mínimas necesarias para que la ración provea la cantidad y calidad de proteína requerida por los animales.

En la región pampeana, la fuente de proteína más utilizada en las dietas de la mayoría de las especies de interés comercial, proviene de los subproductos de la industria aceitera (Gallardo, 2008). Habitualmente, se recurre a la harina de soja bajo la forma de pellets, la cual, como resulta conocido, se genera como subproducto de la obtención del aceite durante el proceso de extracción por solventes.

En los últimos años se han establecido en el área central de la región pampeana, una importante cantidad de pequeñas plantas industriales que posibilitan obtener aceite a partir del grano de soja extrusado y prensado (Méndez et al, 2010). Como subproducto de este proceso, el expeller de soja, con algunas diferencias en su composición respecto a la harina de extracción por solventes, encuentra un excelente espacio para abastecer de proteína a las raciones de engorde a corral.

No obstante, este uso despierta algunas incógnitas relacionadas a sus componentes, principalmente por su mayor contenido de aceites y las condiciones de temperatura a la que fue sometido el grano durante el proceso de extrusión. En la actualidad, a diferencia de las harinas, el extrusado de soja es un producto con un importante rango de variabilidad en sus componentes finales y otras características, debido a la diversidad de orígenes y la falta de estandarización del proceso industrial mediante el cual se genera (INTA, 2011). La normatización y protocolización de los procedimientos utilizados, así como la fijación de estándares de calidad, podrían mejorar las posibilidades de comercialización de este producto a mayores escalas.

El proceso de extrusado-prensado (E-P), como único método para la obtención de aceite del grano de soja, resulta algo menos eficiente que el uso de prensado y solventes (P-S). El expeller puede tener entre un 5-8 % de aceites, mientras que las harinas obtenidas por P-S tienen, en general, menos del 2%.

Este mayor contenido de aceites significa un aporte energético y de ácidos grasos esenciales normalmente bien utilizado por los rumiantes. No obstante, ello genera por un efecto de dilución, una disminución del contenido porcentual de PB, componente que, como se mencionó, define su participación en la ración. Por lo tanto, si se formulan raciones isoproteicas utilizando harina de soja (P-S) en un caso y expeller (E-P) en otro, podría requerirse un mayor volumen de este último, para nivelar el contenido de PB de la ración. En contrapartida, el aporte de aceites del concentrado E-P, podría sustituir parte del aporte energético del resto de la ración.

Con respecto a la calidad del componente proteico aportado por estos concentrados, se especula que el proceso de extrusado podría generar un calentamiento suficiente como para modificar la estructura de las proteínas verdaderas, incrementando la fracción que escapa a la degradación ruminal. El incremento en el contenido de esta fracción proteica (proteína pasante) podría reflejarse en un mayor aumento de peso de animales de alto potencial productivo. No obstante, algunos análisis de laboratorio preliminares, en coincidencia con lo encontrado en investigaciones in vivo, parecen mostrar que la exposición del material a temperaturas finales de 135oC durante algunos segundos en el proceso de extrusado, no parece ser suficiente para modificar significativamente las propiedades de degradación ruminal del componente proteico (Orias et al., 2012).

El objetivo del presente trabajo fue comparar desde un punto de vista productivo las propiedades del expeller de soja obtenido en extrusadoras de prensa simple representativas de las existentes en la región pampeana, con las harinas de extracción por solventes, en dietas de engorde a corral.

MATERIALES Y MÉTODOS.

La experiencia se realizó durante dos ciclos, entre julio y septiembre de 2012 y de 2013, en instalaciones de la Estación Experimental de Marcos Juárez. La prueba estuvo enmarcada en las siguientes pautas experimentales.

DIETAS Y MANEJO DE LA ALIMENTACIÓN – Se compararon tres dietas con las siguientes características:

Dieta 1: ración convencional para engordes a corral, cuya principal fuente proteica fue la harina de soja obtenida luego de la extracción de aceite por prensado y solventes (P-S).

Dieta 2: ración similar a D1, donde el principal aporte de proteínas lo hace el expeller de soja obtenido luego de la extracción de aceites por extrusado y prensado (E-P).

Dieta 3: similar a D1, con el agregado de aceite crudo de soja equivalente al aporte de D2 por encima del nivel de D1.

Las tres dietas fueron isoproteicas con un valor del 13,7% en cada una de ellas. Una vez finalizado el período de acostumbramiento, la ración se suministró dos veces al día en cada corral, tratando de generar un 5 % de remanente para optimizar el consumo y evitar deterioros del alimento por acumulación de excedentes.

ANIMALES – Las diferentes dietas se suministraron a tres grupos de 10 novillitos de biotipo británico, provenientes de un mismo origen genético y de crianza y alojados en tres corrales independientes. Los animales ingresaron con un peso promedio de 212,7 (± 22,9) kg. La evaluación duró 90 días en cada ciclo que comprendió un período de acostumbramiento de 26 días y un período experimental propiamente dicho de 64 días. El ensayo se repitió durante dos años consecutivos (2012 y 2013) a fin de generar una repetición temporal de la experiencia.

DETERMINACIONES – *Evolución del peso vivo: se registró en forma individual al comienzo y al final de la evaluación con una pesada intermedia para un mejor control del proceso. Se registró el peso vivo sin desbaste, deduciéndose del peso bruto un 5 % por dicho concepto.

*Consumo de alimento: fue determinado por diferencia entre alimento ofrecido y el remanente a las 24 horas. Esta estimación se efectuó en semanas alternas durante todo el período de evaluación. Los valores de consumo de alimento de cada grupo resultaron de un promedio de 5 semanas de mediciones, siendo a su vez el valor semanal, un promedio de cuatro a cinco observaciones durante dicho período.

*Composición de ingredientes: se determinó el contenido de materia seca (MS), proteína bruta (PB), materia grasa (MG), fibra detergente neutro (FDN) y fibra detergente ácido (FDA) según el componente de la dieta.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN.

En los cuadros 1 y 2 se muestran las características nutritivas de los ingredientes y la composición promedio de las tres dietas utilizadas.

El cuadro 1 muestra las características composicionales y nutritivas de los ingredientes utilizados (% de MS); el cuadro 2 la composición de las dietas sobre base seca (%); y el cuadro 3 los resultados productivos, el consumo y la eficiencia de conversión (EC) de los tres tratamientos.

De acuerdo a lo presentado en el Cuadro 1, tanto el expeller como la harina de soja utilizados tuvieron concentraciones promedio de materia grasa y de PB acordes a los valores habituales de los respectivos subproductos que se buscó representar. No obstante, y en coincidencia con hallazgos previos (INTA, 2011), debe puntualizarse que las diferentes partidas de expeller utilizadas tuvieron mayor variación en composición que las harinas. También resulta oportuno resaltar que de acuerdo a lo prefijado, se lograron tres dietas claramente isoproteicas, lo cual constituyó un requisito central del diseño de esta experiencia (Cuadro 2).

Con respecto a los resultados globales del ensayo propiamente dicho, merece destacarse el excelente desempeño alcanzado por los tres tratamientos, que superaron los 1.400 g/día de AMD con una eficiencia de conversión promedio de alimento en ganancia de peso de 5,7:1. Aun así, en las condiciones del presente trabajo, el grupo que recibió el extrusado de soja logró un mayor AMD que los otros dos tratamientos, superando a ambos en 140 g/día.

Si bien los datos de consumo y eficiencia de conversión tienen un valor descriptivo, se verificó consistentemente un mayor consumo de alimento por parte del grupo D2. Por otra parte, las observaciones de la conducta de consumo durante el suministro del alimento, sugieren una mayor palatabilidad del material extrusado aunque ello no pudo ser verificado mediante mediciones apropiadas. El mayor consumo de D2 también estuvo acompañado por un mayor AMD, generándose en este tratamiento la mejor eficiencia de conversión de alimento en ganancia de peso (5,4:1).

CONCLUSIONES.

Bajo las condiciones del presente trabajo, el grupo que recibió el extrusado de soja logró un mayor AMD que los otros dos tratamientos, superando a ambos por 140 g/día, mientras que éstos (D1 y D3) no se diferenciaron estadísticamente entre sí.

El consumo de alimento del grupo que recibió extrusado fue superior al resto de los grupos, pero dado que Esto estuvo acompañado por un AMD también mayor, se generó en este tratamiento la mejor eficiencia de conversión de alimento en ganancia de peso.

Los resultados obtenidos en este trabajo, marcan la necesidad de continuar con este tipo de estudios a fin de permitir su validación en un mayor rango de condiciones productivas.

BIBLIOGRAFÍA.

Gallardo, M. 2008. Concentrados y subproductos para la alimentación de rumiantes. XXI Curso internacional de lechería para profesionales de América Latina, pp 153-162.

INTA, 2011. Seguimiento de la calidad del expeller de sojas elaborado por diferentes plantas productoras. Informe Interno del Proyecto Nacional Procesos Productivos Agroindustriales para Agregar Valor en Origen en forma Sustentable, 4pp.

Méndez, J.M.; Covacevich, M. y Capurro, J. 2010. Procesamiento del grano de soja en la provincia de Santa Fe mediante extrusado y prensado. Para Mejorar la Producción No 45. EEA INTA Oliveros, pp 137-139.

Orias, F.; Aldrich, C.G.; Elizalde, J.C.; Bauer, L.L. and Merchen, N.R. 2002. The effects of dry extrusion temperature of whole soybeans on digestion of protein and aminoacids by steers. J. Anim. Sci. 80:2493-2501.

Pordomingo, A. J. 2003. Feedlot. Alimentación, diseño y manejo. Publicación Técnica No 62. INTA Ediciones, 228p.

Panarmix – Panarmix S.A. | Extrusado y Aceite de Soja

¿Cómo contribuye el extrusado de soja a mantener niveles aceptables de urea en leche?

¿Cómo contribuye el extrusado de soja a mantener niveles aceptables de urea en leche?

La industria láctea monitorea los niveles de urea presentes en la leche; dato que además es revelador de la eficiencia del manejo nutricional en el rodeo.

Departamento Tecnico de Panarmix | Sabemos que una correcta dieta para una vaca en producción tiene que presentar un alto tenor de proteína (17-18%). Las fuentes para aportar proteína son varias, pudiendo considerar que los forrajes de excelente calidad constituyen el primer recurso en ese sentido. Varios granos procesados pueden contribuir a alcanzar los objetivos. Sin embargo, no todas las fuentes de proteína en los alimentos se comportan de igual forma en el metabolismo de la vaca.

Los alimentos cuya proteína (PB= proteína bruta o PC= proteína cruda) tiene la característica de ser muy soluble en el rumen o muy degradable por la flora, tienden a producir más amoníaco y en consecuencia más urea en la sangre. Esto también ocurre cuando la dieta no tiene un buen balance entre energía y proteína.

Altos niveles de urea en sangre serán eliminados por el riñón y la leche, constituyendo:

1) Una pérdida del nitrógeno aportado, ya que no puede ser utilizado por el animal (costo).

2) Un gasto energético improductivo para el animal. Cada 1 gramo de N transformado en urea consume 7,3 Kcal de la dieta (costo).

3) Alto contenido de urea en leche es indeseable para los procesos industriales.

4) Afecta la función reproductiva de la vaca.

5) Contaminación del medio ambiente.

Existe actualmente un monitoreo por parte de las industrias lácteas de los niveles de urea presentes en la leche. Por otra parte, este parámetro es revelador de la eficiencia del manejo nutricional en el rodeo de leche.

Tenemos entonces el desafío de tomar las medidas más convenientes para optimizar el gasto en alimentación y satisfacer los requerimientos industriales.

¿Qué valores de MUN (o nitrógeno ureico en leche) se consideran aceptables?

Los valores considerados aceptables porque reflejan suficiente aporte nitrogenado y buen aprovechamiento por la vaca, están entre 12 y 18 mg por 100 ml de leche. Aunque son valores promedio y pueden variar en la curva de lactación y la edad de la vaca, constituyen un rango a tener en cuenta.

APORTE DEL EXTRUSADO DE SOJA A MANTENER NIVELES NORMALES DE MUN

El extrusado de soja aporta mucha proteína verdadera, de altísima digestibilidad, que en más del 55% no es degradada por la flora ruminal sino que pasa al intestino delgado donde es digerida. Esto significa que esta fracción de proteína pasante no producirá amoníaco en el rumen y en consecuencia no aumenta la urea en sangre ni en leche.

Recordar que lo antedicho es válido para el extrusado de soja y no para la harina (pellet), ya que esta última tiene un porcentaje elevado (mayor a 60%) de proteína degradable en el rumen, que contribuye a la formación de amoníaco y a la presencia de urea en leche.El extrusado de soja es el concentrado más conveniente para suplementar verdeos, ya que estos aportan mucha proteína degradable en el rumen, complementándose muy bien con la proteína pasante de este suplemento.

¿Por qué suplementar con concentrados de soja en otoño-invierno a las vacas en producción?

¿Por qué suplementar con concentrados de soja en otoño-invierno a las vacas en producción?

Panarmix: “Resulta muy conveniente suplementar con un concentrado proteico en otoño-invierno, que contribuya a aportar el nitrógeno necesario para capitalizar la energía y fibra de los otros componentes de la dieta”.

Panarmix | La dieta otoño-invernal de las vacas requiere tener en cuenta no sólo los requerimientos de energía, fibra y proteína según el nivel de producción esperado sino cuáles son las características de los verdeos y los suplementos que administramos. En ese sentido y para focalizar este análisis en la proteína de la dieta, sabemos que una vaca que produce 25 lts de leche por día estará necesitando comer más de 2,5 kgs de proteína cruda.

Bien sabemos que los verdeos en esta época son una excelente fuente de proteína al igual que las praderas con leguminosas. Sin embargo, hay que tener presente que estos forrajes se componen en estado fresco de 80-85% de agua y esto resulta en una limitación física para satisfacer los altos requerimientos proteicos únicamente con ellos.

Los alimentos conservados que ofrecemos a las vacas, como es el caso de los silajes de planta entera de maíz o sorgo, tienen menos agua (62 a 65%) pero su aporte es básicamente de fibra y no de proteína. Otro tanto ocurre con los fardos.

Por su parte los granos que utilizamos como un importante suplemento, sea maíz, sorgo, avena, trigo o cebada, son básicamente una fuente de energía para la dieta y no permiten alcanzar por si solos los objetivos de proteína.

Por lo expuesto, resulta muy conveniente suplementar con un concentrado proteico en otoño-invierno, que contribuya a aportar el nitrógeno necesario para capitalizar la energía y fibra de los otros componentes de la dieta.

Los coproductos del procesamiento de poroto de soja proporcionan en promedio 42 a 45 % de proteína de muy alta digestibilidad. Es decir que por cada kilo de estos concentrados que damos a la vaca, le facilitamos más de 400 grs. de proteína cruda en el producto tal cual se ofrece. En comparación, el animal tendría que ingerir 10 kgs de un muy buen verdeo o 15 kgs. de un silo de maíz o sorgo, para incorporar esa cantidad de proteína cruda. Por otra parte, la calidad de la proteína de soja es muy superior en aporte de aminoácidos esenciales. Además es posible que contengan energía extra por el aceite, según el tipo de producto.

En cuanto al comportamiento de la proteína en el aparato digestivo de los rumiantes, los coproductos de la soja tienen una gama de posibilidades, algunos con un alto componente degradable en el rumen (harina y sus pellets) mientras que otros (extrusados) presentan un mayor componente de proteína pasante. Ya que la proteína de los verdeos es altamente degradable en el rumen, se podrá elegir el tipo de concentrado a suplementar buscando la mejor complementación para cada situación.

Una alta producción láctea, sumada a una preñez y a la necesidad de conservar el estado corporal o recuperar condición, determinan exigencias en cuanto a la calidad de la dieta para hacer posible a los animales expresar todo su potencial. Recordar entonces que las vacas no comen porcentajes sino gramos de alimento, que pueda ser efectivamente digerido, metabolizado y transformado en producción (leche, carne) y que complemente con eficiencia al resto de la dieta. Los coproductos de soja cumplen con esos objetivos.

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