Los ministros de Ambiente y Ganadería valoraron el trabajo conjunto de ambas carteras, coordinado la actividad productiva con la del cuidado ambiental. Mattos aseguró que “es posible intensificar la producción considerando la defensa de los recursos y adoptando medidas”.
Hébert Dell’Onte | Se realizó la presentación del llamado a productores lecheros de la cuenca del río Santa Lucía que tengan interés en formar parte del proyecto Sistemas Agroecológicos y Resilientes en Uruguay (SARU), por el cual recibirán, con el apoyo del Banco Mundial, de US$ 14.000 a US$ 16.000 para gestionar el tratamiento de los efluentes.
Participaron los ministros de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, y de Ambiente, Adrián Peña; en representación de Banco Mundial lo hizo Cecilia Ortega; y Javier Aznárez como director de la Unidad de Gestión de Proyectos.
De los ministros, el primero en hacer uso de la palabra fue el titular de Ambiente, quien expresó que Uruguay ha tomado decisiones que “van en la línea de mejorar la calidad del agua que es un gran tema para nuestro país” ya que poseemos agua de calidad “media y buena” por lo tanto “no es un gran problema, pero tenemos que estar atentos porque somos un país productivo y la variable que preserva los recursos naturales, entre ellos el agua, es muy importante”. Este es de los temas “más importante para el Ministerio de Ambiente”, subrayó.
Actualmente “hay unos 400 tambos que tratan sus efluentes” dato que “se confirmará en el marco de las auditorías que estamos comenzando”, dijo, y añadió que a partir del llamado se podrán sumar 200 tambos más.
Destacó la importancia de dar “continuidad a las políticas” en un país donde “no había Ministerio de Ambiente pero sí una autoridad ambiental, y Uruguay tiene una larga construcción en ese sentido, con no menos de 30 años de acumulación en materia ambiental”, por lo tanto el Ministerio “no viene a inventar sino continuar y escalar sobre políticas que se venían construyendo”.
Destacó la cooperación entre el MA y el MGAP: “No hay enfrentamientos, sino que están complementados y esta imagen de ver juntos a los ministros” de ambas secretarías de Estado, “es algo que se repite”, y “es una buena señal” en lo interno y hacia el exterior.
También “hay que destacar el trabajo del Ministerio con el Instituto Nacional de la Leche (Inale)” y anunció que el 11 de setiembre en la Expo Prado se firmará “un acuerdo específico” con esa institución.
MATTOS: “REDUCCIÓN SIGNIFICATIVA DE LOS NUTRIENTES QUE PUEDEN SER CONTAMINANTES”.
Mattos por su parte destacó que “la región de la cuenca del Santa Lucia es muy sensible” por lo que es muy positivo “que se sumen 200 tambos más con lo cual seguramente pasaremos a más de la mitad de los establecimientos lecheros que están sobre la cuenca con una reducción significativa de los nutrientes que pueden ser elementos contaminantes”.
Destacó “el compromiso respecto a la sostenibilidad de los procesos y las cadenas productivas es una realidad que el mundo exige y se debe tomar conciencia, no se puede continuar sin tener en consideración el aspecto ambiental, pero es posible intensificar la producción considerando la defensa de los recursos y adoptando medidas”.
Estamos dando “un paso más en la generación de conciencia más allá de estos 600 tambos” porque “al final la ejecución de este préstamo vamos a tener una situación mejor que la actual, pero también con la generación de la necesidad de que otros tambos se incorporen al sistema con algún estímulo o impulso”, pensando en “la necesidad de que en un plazo razonable abarquemos la totalidad de los tambos que están sobre la cuenca”.
La cuenca del río Santa Lucía es la que abastece de agua la zona metropolitana, y de ahí su importancia, y no son solo los tambos, también hay “otras actividades productivas que deberán tomar consideraciones”.
Y esto “es importante por el tratamiento de efluentes y por la generación de conciencia de cómo gestionamos los residuos sólidos”.
El jerarca hizo un llamado a que bajo los “criterios de economía circular” se aprovechen los nutrientes para mejorar el suelo, “no es sólo defender los cursos de agua, también defender el suelo de la contaminación. Por tanto es un proceso que puede ser muy virtuoso si tenemos la capacidad, desde el sector privado y desde el sector público, para generar los mensajes y estímulos necesarios que permitan avanzar en este aspecto fundamental”.
Desde hace “muchísimas décadas el Ministerio de Ganadería tiene un compromiso con el ambiente, hay normativa generada por la que somos vigilantes y custodios de los aspectos regulatorios que determinan los aspectos ambientales en el cuidado del suelo, el agua y el ambiente, inclusive con los contaminantes que puede generar la actividad a través de residuos, la aplicación de agroquímicos o específicos veterinarios”.
Son aspectos que “tenemos que tomar en cuenta porque la exigencia mundial” y poque “cada vez es más necesario el cuidado del uso de estos insumos”. Por eso “necesitamos avanzar en una alternativa productiva, las transiciones agroecológicas nos enseñan nuevas técnicas de producción, la investigación tendrá que trabajar sobre alternativas de insumos menos agresivos”.
Sistema B y la Dirección Nacional de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente lanzaron “Misión Huella”, una iniciativa público-privada para promover la acción climática en las empresas. El proyecto apunta a coordinar acciones del sector privado en cuanto a las estrategias nacionales en materia climática.
Apostar al compromiso y responsabilidad empresarial sobre los impactos en el medio ambiente es clave para mitigar el cambio climático. Es por eso que Sistema B se encuentra trabajando junto a la Dirección Nacional de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente (MA) para coordinar acciones del sector privado en cuanto a las estrategias nacionales en materia climática.
El Consejo Empresarial B, integrado por un grupo de empresarios, empresarias y referentes del país alineados al propósito del Movimiento B, impulsó junto a la Dirección Nacional de Cambio Climático la iniciativa “Misión Huella” con el objetivo de trabajar en la incorporación de la visión climática en los modelos de gestión empresarial. La iniciativa cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del proyecto “Fortalecimiento de las capacidades para escalar la financiación climática en Uruguay” del Fondo Verde para el Clima.
“Misión Huella” propone validar la metodología de articulación público-privada a partir de una experiencia piloto principalmente con empresas del ecosistema B, para la generación de aprendizajes e insumos para el diseño de un programa general de apoyo dirigido al sector privado.
Varias empresas se postularon para ser parte del piloto de “Misión Huella”. Las organizaciones que fueron seleccionadas ya están recibiendo acompañamiento y apoyo para estimar las emisiones de gases de efecto invernadero (huella de carbono); identificar las medidas que se pueden aplicar para reducir las emisiones; y recibir información sobre financiamiento para la implementación de medidas de mejora.
El director ejecutivo de Sistema B, Bebo Gold, destacó la importancia de la generación de alianzas para poder incorporar y fortalecer la incorporación de la visión climática en las empresas. “Este programa crea una mesa de diálogo multisectorial sobre cambio climático. Una de las cosas más difíciles es dar el primer paso y esto es Misión Huella; la posibilidad de contar con apoyo técnico que trabaje directamente con las empresas, identifique necesidades y las guíe en el trabajo para reducir las emisiones”, señaló Gold, en el lanzamiento del proyecto.
El proyecto es fruto de varios encuentros de conversaciones entre los miembros del Consejo Empresarial B, Sistema B y la Dirección Nacional de Cambio Climático y se consolidará como el primer paso hacia la acción en la articulación pública-privada sobre cambio climático.
Se apuesta a que los aprendizajes que surjan de “Misión Huella” sean útiles a largo plazo. En este sentido, serán considerados para evaluar la viabilidad, definir el alcance y mejorar el diseño del programa de apoyo al sector privado de la Dirección Nacional de Cambio Climático.
El proyecto plantea promover el secuestro de carbono en pastizales naturales para abordar la cuestión de la sostenibilidad a largo plazo. Así, aspira a mantener o aumentar las reservas de carbono en el suelo, aportando a la mitigación del cambio climático y generando sistemas pecuarios más sostenibles y más resilientes.
El viernes 10 de junio se presentaron los resultados del proyecto Producción Ganadera Climáticamente Inteligente y Restauración del Suelo en Pastizales Uruguayos, más conocido como “Proyecto Ganadería y Clima”, el evento tuvo lugar en el marco de la Expo Uruguay Sostenible en el Velódromo de Montevideo.
Los datos del primer año de estudio muestran que la gran mayoría de los predios que participan del proyecto lograron mejorar sus ingresos y bajar la emisión de gases como Óxido Nitroso y Metano del ganado, mejorando las prácticas de gestión de los procesos productivos y sin aumentar los costos.
El ministro de Ambiente, Adrián Peña, remarcó que, en un país productor de alimentos como Uruguay, hay temas de la sostenibilidad de los sistemas productivos que son centrales para un Ministerio de Ambiente. “Lo que hemos denominado la incorporación de la dimensión ambiental en los sistemas productivos nacionales es el tema que nos convoca con mayor mirada de largo plazo”, dijo.
“Nosotros estamos haciendo mucha fuerza para poner a Uruguay en el concierto internacional y para ponerlo como lo que es: un productor serio, un productor sostenible y que está dispuesto a medir en base científica y demostrar cómo produce”.
Peña destacó, además, que este camino es un camino compartido entre ambos ministerios.
TRANSMITIR EL CUIDADO DEL AMBIENTE.
Por su parte, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, afirmó que, si bien el Uruguay tiene un destino productivo, también tiene la responsabilidad de cuidar los recursos ya que no tendrá futuro si no lo hace.
“Todo este aspecto del ambiente está mucho más arriba de la mesa en nuestro día a día, en nuestras propias decisiones -dijo-, y estamos tratando de transmitir a quienes nos sucedan, la importancia de la preservación de la fauna, de la flora, de los cursos de agua, del aire, del suelo que para quienes estamos en la producción de la tierra es un bien de un enorme valor y el gran patrimonio que tiene el Uruguay productivo”.
SINERGIA PRODUCCIÓN Y AMBIENTE.
La instancia contó además con la presencia de Sebastián Viroga, oficial responsable de FAO en Uruguay quien remarcó la sinergia entre producción y ambiente y agregó que existe un trabajo con productores a nivel comercial con situaciones reales, «se destaca el compromiso de Uruguay con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la agenda 2030. La estrategia de producción sostenible es muestra clara de los pasos firmes que está dando el país».
PROYECTO GANADERÍA Y CLIMA: ENFRENTAR LOS DESAFÍOS.
El proyecto “Ganadería y Clima” se plantea contribuir a enfrentar los desafíos del sector ganadero a través de un enfoque integral que genera beneficios en la productividad, los ingresos netos de las familias productoras, el manejo sostenible del campo natural, la adaptación al cambio climático y la reducción de la intensidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) por kilo de carne y la captura de carbono en pastizales. El foco del proyecto es trabajar con productores y productoras a través de una metodología participativa de asistencia técnica (que denominamos “co-innovación”), para rediseñar los sistemas de producción con prácticas y tecnologías de bajo costo y alto impacto, mientras se monitorean los resultados físicos, económicos y ambientales del proceso de cambio.
El 57% de las emisiones netas de gases de efecto invernadero de Uruguay proviene del sector agropecuario; y el gas que más emite el país es el metano, del cual un 93% proviene de ese mismo sector. Por lo tanto, a la hora de hacer su aporte al esfuerzo conjunto internacional en materia de mitigación del Cambio Climático, la ganadería es un sector clave para actuar desde Uruguay.
El proyecto se plantea promover el secuestro de carbono en pastizales naturales para abordar la cuestión de la sostenibilidad a largo plazo. Así, aspira a mantener o aumentar las reservas de carbono en el suelo, aportando a la mitigación del cambio climático y generando sistemas pecuarios más sostenibles y más resilientes.
En concreto, se está trabajando directamente en 35.000 hectáreas de 60 predios ganaderos pequeños y medianos, y se busca un impacto de manera indirecta en 400.000 hectáreas.
El objetivo es promover cambios técnicos, evaluar sus impactos en las principales dimensiones identificadas, trabajando directamente con las organizaciones de productores en el territorio, con apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.
El proyecto es financiado por el Fondo Mundial del Medio Ambiente (GEF) y se encuentra en la mitad de su implementación. La agencia de implementación es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el ejecutor es el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en colaboración con el Ministerio de Ambiente.
Consta de 3 componentes, el componente 1 se centra en el fortalecimiento institucional, el componente 2 implica la implementación de prácticas innovadoras de ganadería climáticamente inteligente y restauración de tierras, y el componente 3 abarca el monitoreo, evaluación y gestión del conocimiento.
Los resultados del trabajo de campo realizado en el marco del componente 2 servirán de insumo para la redacción de uno de los productos del componente 1, que implica el diseño de una estrategia de ganadería con valor agregado ambiental.
RESULTADOS DEL PRIMER AÑO DE TRABAJO.
A continuación, se presentan los resultados obtenidos en el primer año de trabajo de campo (componente 2) y el proceso previsto para el desarrollo de la estrategia nacional de ganadería (componente 1).
Resultados:
El ingreso neto familiar de los predios del proyecto se incrementó casi 20% respecto a la Línea de Base. El 56% de los predios mejoraron este indicador. El aumento en la producción de carne vacuna y ovina, y la reducción de costos fueron la base de la mejora.
El proyecto se basa en la hipótesis de que, mejorando las prácticas de gestión de los procesos productivos y sin aumentar los costos, mejoran los indicadores productivos y el resultado económico de los predios. Dentro de los resultados se observa que la mejora en la gestión del rodeo en función de los recursos disponibles y las diferentes épocas del año, impactó positivamente en la condición corporal de los animales y por lo tanto en la producción de carne tanto de los vacunos como en ovinos. Estos indicadores explican el aumento de producción por hectárea y por animal, lo cual confirma la hipótesis original.
La producción de carne vacuna se incrementó en promedio un 10% en el ejercicio 2020-21 comparado a la Línea de Base. En cambio, la eficiencia de producción de carne por unidad ganadera promedio aumentó casi 15% y el 65% de los predios mejoraron en esta variable. En la medida que la carga vacuna no cambió significativamente, esta mejora en la producción por animal es la que explica el aumento en la producción de carne vacuna por unidad de superficie.
En la producción de carne ovina se observó un incremento promedio de 15%. También se logró un aumento de la eficiencia de producción reflejado en los indicadores de kg de cordero destetado por oveja encarnerada y los kg de carne producidos por unidad ganadera (UG) ovina que se incrementaron en promedio 18 y 46%, respectivamente
Las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron tanto por ha (casi 5%) como por kg de carne producido (16%), y casi 60% de los predios redujeron sus emisiones, principalmente por las disminuciones en las emisiones de óxido nitroso (N2O) y metano (CH4) del ganado. Esto se logró por la reducción en la carga ganadera y el aumento en la producción de carne por animal. La producción de GEI por kg de carne equivalente producido, se asoció fuertemente y disminuyó en los predios que presentaron mayores producciones de carne equivalente por ha y mayores ingresos netos, sugiriendo que estos predios lograron producir más carne y tener mejores ingresos netos, aumentando su eficiencia de producción y disminuyendo entonces las emisiones de GEI por kg de carne producido.
En total las emisiones evitadas en la totalidad de los predios fueron de 130,2 Ton de CO2 equivalente.
CONSTRUCCIÓN DE LA ESTRATEGIA.
La estrategia nacional pretende incorporar la Ganadería Climáticamente Inteligente (GCI) en los planes nacionales y locales de desarrollo, políticas sectoriales y programas institucionales creando las capacidades para expandir las prácticas y tecnologías de la GCI, implementadas en el Componente 2 del proyecto.
El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, junto con el Ministerio de Ambiente, lideran este proceso de diálogo y participación con una multiplicidad de actores vinculados al sector ganadero, que van a interactuar, para concluir con la elaboración de un documento consensuado, que será entregado a las autoridades.
La facilitación del proceso es llevada adelante por un equipo del Instituto Plan Agropecuario. Y tiene previsto realizar una serie de entrevistas a informantes calificados, una fase de sensibilización y una serie de talleres temáticos e institucionales y relevamientos virtuales, para finalizar con una fase de validación. (MGAP).
Peña: “El primer semestre del 2021 el Ministerio de Ambiente en conjunto con el Ministerio de Agricultura conformaron un equipo interinstitucional para estudiar la huella ambiental de la cadena de producción ganadera”.
Bajo el lema Estocolmo+50: un planeta sano para la prosperidad de todos, nuestra responsabilidad, nuestra oportunidad se está llevando a cabo en Suecia la cumbre internacional medioambiental que conmemora la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano de 1972 y celebra los 50 años de acción medioambiental mundial, de ahí su nombre “Estocolmo+50”. El evento comenzó el jueves 2 y finaliza este viernes 2 de junio.
Uruguay participa a través del Ministerio de Ambiente, donde el ministro Adrián Peña expuso sobre la medición de la Huella Ambiental en Uruguay destacándolo como un hito sin precedentes para el sistema productivo y la protección del ambiente.
Por primera vez en el ámbito internacional, una herramienta desarrollada en nuestro país para cuantificar el impacto ambiental de los sistemas productivos uruguayos, la cual significará un hito en la transformación productiva de nuestro país, fue presentado en ámbito de esa naturaleza.
El anuncio presentado por el ministro Peña como un logro y orgullo del compromiso como política de Estado en Uruguay del sector público y privado para mejorar los sistemas de producción alimenticia preservando el cuidado y la mejora de las condiciones ambientales.
Dicha herramienta fue elogiada por los actores internacionales participantes y valorada como modelo a seguir en sus respectivos países.
Peña presentó los detalles de su anuncio en el marco del “Side Event” llevado a cabo dentro del marco de la cumbre, focalizando su oratoria en la importancia de la Huella Ambiental de los Sistemas de Producción Ganadera en Uruguay, que es la que tiene un mayor avance, destacando además que esta herramienta será utilizada también para otro tipo de producciones en el corto plazo.
“ESTUDIAR LA HUELLA AMBIENTAL DE LA CADENA DE PRODUCCIÓN GANADERA”.
El secretario de Estado señaló que esto surge “con el objetivo de dar valor a toda esta robusta información acumulada” y que “en el primer semestre del 2021 el Ministerio de Ambiente en conjunto con el Ministerio de Agricultura conformaron un equipo interinstitucional para estudiar la huella ambiental de la cadena de producción ganadera”.
Se trata de un set de indicadores que miden los impactos de la ganadería en tres dimensiones (aire, agua y suelo) y biodiversidad.
El estudio se desarrolló a tres niveles: escala nacional, local/predial y asociado a los productos de la cadena (carne, lana y leche), a través de un equipo de trabajo constituido por más de 40 técnicos de los dos ministerios, de la Universidad de la República y de los institutos de Investigación Agropecuaria (INIA), de Carnes carne (INAC) y de la Leche (Inale).
Peña explicó que la finalidad de esto “es establecer los impactos ambientales de la ganadería y a partir de allí realizar propuestas y recomendaciones para asegurar y permitir el desarrollo sostenible de la actividad”.
Los datos nacionales se desagregaron a pequeña escala territorial, donde el promedio de cada unidad territorial es de 87.000 hectáreas. De esta manera se pueden observar los datos productivos y ambientales de la cadena.
“Esto permite contar con información para la toma de decisiones en las políticas públicas y poder establecer los marcos para fundamentar la continuidad en el largo plazo de Uruguay como un país productor sostenible de alimentos con bajo impacto en el ambiente”, sostuvo Peña.
A su vez, el ministro enfatizó en que “Uruguay ya está trabajando en promover y monitorear acciones que permitan cumplir con sus compromisos globales a futuro” y que el trabajo de estimaciones que se realiza a través de la determinación de la huella ambiental de la actividad ganadera, “permitirá alinear, aún más, la política pública para alcanzar una producción sostenible de alimentos. Así como también contribuir con la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad, y las acciones comprometidas para la adaptación y mitigación del cambio climático”.
Algunos de los objetivos son crear empleos, atraer inversión y dinamizar la economía del país; se trata de ser creativos y dinámicos, dijo el ministro de Industrias, Omar Paganini.
Como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, el Fondo de Innovación de Energías Renovables de Naciones Unidas (REIF) aportará US$ 10 millones para impulsar la segunda transición energética en Uruguay. Se otorgarán préstamos a empresas, asistencia técnica, fortalecimiento normativo, generación de capacidades, desarrollo de conocimiento y transferencia tecnológica.
El anuncio fue realizado el martes 17 en Torre Ejecutiva, en un acto encabezado por los ministros de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini; y de Ambiente, Adrián Peña, junto con el coordinador residente de Naciones Unidas, Pablo Ruiz Hiebra; el representante de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) para el Cono Sur, Manuel Albaladejo; la asesora ambiental, María José González, y la coordinadora del programa REIF en Uruguay, Paula Cobas.
ELECTRIFICACIÓN DEL TRANSPORTE Y LA INDUSTRIA, ADEMÁS DE HIDRÓGENO VERDE.
Paganini consideró necesario avanzar en la segunda transición energética, que incluye entre sus desafíos la electrificación del transporte y la industria y el desarrollo de tecnología asociada al hidrógeno verde mediante proyectos de inversión. El Ministerio de Industria auspiciará proyectos piloto en conjunto con UTE, Ancap, el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).
Algunos de los objetivos son crear empleos, atraer inversión y dinamizar la economía del país; se trata de ser creativos y dinámicos, sintetizó. Además, recordó la persistencia de la empresa UTE para permitir el acceso a la energía eléctrica en todo el país, proceso en el que resta incluir a unos 2.000 hogares.
Asimismo, consideró muy valiosos los instrumentos desarrollados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el desarrollo socioeconómico de Uruguay.
URUGUAY ES UN PAÍS SOSTENIBLE.
En igual sentido, el ministro de Ambiente manifestó que Uruguay es un país sostenible en lo que refiere a sus políticas y que puede ser modelo para cambios mediante proyectos como el REIF.
Peña detalló que la segunda transición energética encuentra al Ministerio de Ambiente informándose y trabajando en el desarrollo de hidrógeno verde; respecto a la transformación de basura en combustible; y para la gestión de baterías en cuanto a la transición de transporte eléctrico. También consideró necesario mantener el trabajo transversal en materia ambiental y climática.
MENOS EMISIONES DE CARBONO.
A través del REIF, la ONU aportará unos US$ 10 millones para impulsar la segunda transición en energías renovables en Uruguay. Además de los ministerios de Industria y Ambiente, participan en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y UTE.
El financiamiento aportado permitirá ejecutar la transición hacia tecnologías que reduzcan las emisiones de carbono en la industria, el transporte, los sectores comercial y residencial. Además, brindará a apoyo técnico a empresas para implementar esos procesos, impulsar el fortalecimiento normativo y promover el desarrollo. Almacenamiento y gestión de la demanda, energía eléctrica, tecnologías de gestión y tratamiento de residuos y movilidad eléctrica conforman los cuatro ejes de la segunda transición energética impulsada en Uruguay.