Ceres presentó informe sobre riego en la Expoactiva. Propone estudiar la viabilidad y el impacto económico de implementar una mayor cantidad de sistemas de riego en la ganadería y en los cultivos. Según Ceres, Uruguay puede dar un salto de calidad productiva.
Soriano | Todo El Campo | Uruguay tiene con la expansión del riego la oportunidad de dar un salto de calidad en su producción agropecuaria, además de promover la descentralización a partir del impacto total que generan la inversión y la producción adicional, según el estudio “Riego y productividad. Potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay» presentado por Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres).
Los resultados son contundentes: en caso de alcanzar las 300.000 hectáreas bajo riego de maíz y soja en 2030 (hoy casi 40.000) y se introduzca en ganadería 250 módulos de riego cada año por ocho años, el impacto total en el año que se alcance el objetivo -justificado por el aumento de la producción adicional y la inversión- alcanzaría el 4,8% del PBI.
Luego de este año, apoyado únicamente por el aumento en la productividad en ambas prácticas, la actividad económica del país sería 3,1% mayor, cada año, en comparación a si se tuvieran las mismas hectáreas regadas que en la actualidad.
Además, la expansión del riego en la lechería, por ejemplo, genera también un incremento en la productividad que sería pertinente ahondar con mayor profundidad una vez se cuente con investigaciones más actuales que permitan analizar su impacto a nivel extendido.
ALGUNOS NÚMEROS.
Esto repercute de un modo favorable en el empleo y en los ingresos del Estado por pagos de tributos. Cada año, este aumento en las hectáreas regadas generaría poco menos de US$ 80 millones por concepto de Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) y de US$ 70 millones por un aumento del consumo de energía eléctrica.
La introducción del riego ha permitido un aumento en el rendimiento de más del 80% en maíz y del 40% en soja, en promedio en los últimos seis años. En temporadas con escasas precipitaciones, el riego logró que los rendimientos más que se dupliquen en ambos cultivos.
Por otra parte, la implementación del riego en la ganadería muestra un aumento significativo en la tasa de procreo y en los kilogramos obtenidos.
Con vista en estos resultados, Ceres propone un conjunto de políticas públicas y medidas concretas. Entre ellas, el lanzamiento de un Plan de Energía para lograr extender las líneas energéticas; conservar el régimen de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) e impulsar la extensión a empresas agropecuarias que ya contribuyen a la expansión del riego y hay espacio para crecer; más alternativas de financiamiento y actividades de difusión en torno a la implementación del riego entre los productores. La instalación de sistemas de riego significa inversiones de largo plazo que solo es posible proyectar con rigor si permanecen y refuerzan las actuales políticas públicas que han contribuido al mejor desempeño del sector agropecuario.
Por esto, vale la pena remover las trabas actuales y apretar el acelerador para impulsar una política de Estado de expansión del riego que ha trascendido gobiernos en Uruguay.
INFORME COMPLETO.
A continuación, el informe completo “Riego y productividad: potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay”, presentado por el Ceres en la Expoactiva.
El 2022 será “sólido” para el agro nacional, con “un primer semestre extraordinario y un segundo semestre bueno”.
Al finalizar noviembre, el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) publicó el Índice Líder de Ceres (ILC) que en noviembre tuvo una baja de 0,2%, cortando la racha de diez meses seguidos de tasas positivas.
Para considerar un cambio de tendencia se debe esperar la publicación de los registros de diciembre y enero ya que es necesario tener tres tasas consecutivas negativas para constatar una tendencia a la baja de la actividad económica.
Ceres, detalló además la evolución de indicadores sectoriales, que arrojaron los datos que se detallan:
• Cultivos de invierno tendrán producción récord, con precios altos, pero lejos de picos de hace seis meses.
• El sector ganadero tuvo una pequeña mejora en la exportación, pero sigue con bajos niveles de faena.
• La producción industrial cayó en setiembre (desestacionalizado) pero es mayor a un año atrás.
• La construcción sigue firme tanto en obras grandes como en viviendas.
• La recaudación en DGI por IVA cayó en octubre (desestacionalizado) pero es mayor a igual mes de 2021.
• El consumo de energía eléctrica creció en octubre (desestacionalizado) en industria y en residencias.
• Las ventas de gasoil cayeron y las de nafta se mantuvieron en octubre contra setiembre, desestacionalizado.
• El movimiento de ómnibus en terminal Tres Cruces cayó en octubre, desestacionalizado, contra setiembre.
• La venta de boletos en zona metropolitana fue menor en octubre que en setiembre, desestacionalizado.
• El movimiento en rutas (por registro en peajes) fue menor en octubre que en setiembre, desestacionalizado.
Se destaca que “la economía uruguaya tiende a cerrar un año con crecimiento fuerte, que puede ser del orden de 5% según el consenso entre estimaciones privadas, lo que da continuidad al crecimiento de 2021 que fue 4,4%, pero la alta tasa de 2022 se debe al resultado del primer semestre”. A su vez, “las proyecciones para 2023 son de crecimiento, pero a menor ritmo”.
La producción de Uruguay logró una recuperación firme después de la recesión iniciada en 2019 y la brusca caída por la pandemia de 2020, pero ahora hay señales que muestran cierta ralentización, que tiene vínculo con el enfriamiento de la actividad global.
ILC. SECTOR AGROPECUARIO: un 2022 “SÓLIDO”.
El 2022 será “sólido” para el agro nacional, con “un primer semestre extraordinario y un segundo semestre bueno”, dice el documento.
EXPORTACIONES – Las exportaciones de bienes fueron de US$ 842 millones en octubre, 6% menos que en el mismo mes de 2021, alcanzaron US$ 11.262 millones en el acumulado de los primeros diez meses, que representan un crecimiento interanual de 27%. “El monto mensual estuvo mayormente explicado por las exportaciones de carne vacuna (US$ 186 millones), celulosa (US$ 117 millones), lácteos (US$ 74 millones) y concentrado de bebidas (US$55 millones), entre otros”.
La referencia del novillo gordo tuvo una caída “a US$ 3,3 por kg en el mes” y se recuperó hasta US$ 3,6 por kg, luego de haber superado los US$ 5 por kg durante más de cinco meses. “
No obstante, el precio de exportación aún se sostiene por encima de US$ 4.400 por tonelada”.
FAENA – Sobre la faena señala que a mediados de año y “después de un descenso brusco, tuvo un moderado repunte, aunque no lo suficiente para empardar con las cifras de 2021. En el acumulado del año hasta julio, la faena de 2022 superaba a la del año pasado en 1,4% (20.000 cabezas) pero en el acumulado hasta el 19 de noviembre (último dato disponible) arroja una disminución interanual de 7% (cerca de 163.000 animales). Tomando sólo el período que va de agosto hasta noviembre, se registró una caída interanual de 21,6%”.
CULTIVOS DE INVIERNO – “La cosecha de los cultivos de invierno tendrá una producción récord” luego de una larga sequía.
“Se espera que alcance entre 2,2 y 2,5 millones de toneladas, de las cuales más de 1,1 millones corresponderían a trigo, al menos 700.000 a cebada y alrededor de 500.000 a colza”.
Aunque faltaron precipitaciones, “los rendimientos fueron mejores de lo esperado y quedaron parejos en la comparación con los últimos dos años”.
GRANOS – Sobre los valores de los granos, el reporte de Ceres reconoce que “están lejos de sus picos de un semestre atrás”, pero “se sostuvieron en niveles buenos: la colza por encima de US$ 550 por tonelada y el trigo con un piso de US$ 300”.
COMPETITIVIDAD Y TIPO DE CAMBIO – Esa es “la preocupación actual” del sector, la competitividad de las exportaciones.
“A contramano de lo ocurrido en buena parte de los países del mundo y de la región, la cotización del dólar bajó de forma significativa en el país; entre el cierre de 2021 y fines del actual noviembre cayó desde $ 44,5 a $ 39. El tipo de cambio real (TCR), que compara en una misma moneda el nivel de precios de la economía nacional y de los principales socios comerciales de Uruguay, ha mostrado una baja persistente en el correr del año. En los últimos seis meses hasta setiembre (último dato disponible) el TCR tuvo un descenso de 11% en el índice extrarregional y 4,3% en el regional -donde el TCR con Brasil en particular disminuyó 10,8%- de acuerdo con datos del Banco Central. A modo de dar contexto a las cifras, el TCR global estaba apenas 0,3% por encima de su promedio histórico en marzo y quedó 7,6% por debajo del mismo en setiembre, ubicándolo en niveles de 2018”.
LÁCTEOS – En octubre, las exportaciones por productos lácteos en dólares crecieron 16% respecto a igual mes de 2021.
La remisión de leche a plantas industriales en ese mes cayó con respecto a setiembre (2,7% desestacionalizado) y fue 1,7% inferior a un año atrás. En términos acumulados, cayó 1,5% contra los diez primeros meses de 2021.
“El aumento de producción acumula más de un año, pero las proyecciones económicas del Gobierno y analistas privados indican un menor ritmo de crecimiento”.
El nuevo reporte del Índice Líder de Ceres (ILC) destaca “cierta estabilidad en octubre”, cumpliendo así “diez meses seguidos de tasas positivas”. Sin embargo, se advierte que “el resultado del mes da una tasa levemente por encima de cero (de 0,1%) que, de converger a la neutralidad en los próximos meses, podría señalar una desaceleración en la economía”.
“El aumento de producción acumula más de un año, pero las proyecciones económicas del Gobierno y analistas privados indican un menor ritmo de crecimiento”, señala.
El siguiente es el reporte del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) para el sector agropecuario y la industria manufacturera.
EL ILC REGISTRA ESTABILIDAD EN OCTUBRE Y LOGRA ALCANZAR DIEZ MESES SEGUIDOS DE TASAS POSITIVAS.
El Índice Líder de Ceres registra cierta estabilidad en octubre y logra alcanzar diez meses seguidos de tasas positivas. El resultado del mes da una tasa levemente por encima de cero -de 0,1%- que, de converger a la neutralidad en los próximos meses, podría señalar una desaceleración en la economía. No obstante, para comprobarlo habrá que esperar los registros de noviembre y diciembre.
El aumento de producción acumula más de un año, pero las proyecciones económicas del gobierno y analistas privados indican un menor ritmo de crecimiento.
El nuevo dato del indicador de anticipo de tendencia económica mostró relación con el Índice de Difusión (ID) que en octubre fue 60%. Este indicador considera la proporción de variables del ILC con tasas positivas en cada mes, por lo que algo más de la mitad de las variables del ILC crecieron en octubre.
• Los cultivos de invierno sufren la falta de aguas, y la siembra histórica puede no traducirse en gran cosecha.
• El sector ganadero sigue padeciendo caídas en el precio del ganado gordo, pero continua en valores altos.
• La producción industrial aumentó en agosto (desestacionalizado) contra julio.
• La construcción sigue firme tanto en obras grandes como en viviendas.
• La recaudación en DGI por IVA cayó en setiembre (desestacionalizado) pero es mayor a igual mes de 2021.
• El consumo de energía eléctrica industrial aumentó en setiembre y se mantuvo en residencias.
• Las ventas de nafta cayeron y las de gasoil aumentaron en setiembre contra agosto, desestacionalizado.
• En el acumulado del año, las ventas de combustibles fueron mayores que en igual periodo de 2020 y 2021.
• La movilidad, tanto en el tránsito como en los lugares de trabajo, se mantuvo en altos niveles en octubre.
• El transporte de pasajeros que parte de la terminal Tres Cruces creció en setiembre.
• El movimiento en rutas (según registros de peajes) creció en setiembre frente a agosto, desestacionalizado.
La economía uruguaya creció 4,4% en 2021 y se espera un crecimiento para este año de al menos al 5%, muy por encima de la proyección oficial de 3,2% al comenzar el año. Esto confirma una recuperación firme después de la recesión iniciada en 2019 y la brusca caída por la emergencia sanitaria de 2020. Desde 2015 hasta la primera mitad de 2019, la producción local registró una fase de cierto estancamiento, y en los últimos meses de ese año cayó en recesión, lo que se agravó en marzo 2020 por el impacto del Covid-19.
El ILC fue efectivo para anticipar estos cambios de ciclo, así como la salida de aquella caída con un aumento de actividad de cuatro meses seguidos (julio a octubre 2020). Luego, registró oscilaciones entre noviembre de 2020 y marzo de 2021, y comenzó una nueva fase alcista a partir de abril, que se mantiene hasta la actualidad, aunque el último dato da la primera señal de posible enfriamiento de la economía.
El Índice de Difusión, durante 2021, fue 80% en enero, 40% en febrero, 50% en marzo y abril, 80% en mayo, 70% en junio, 90% en julio y en agosto, 70% en setiembre, 60% en octubre, 50% en noviembre y 70% en diciembre. En 2022 fue de 60% en enero, febrero, marzo, 70% en abril, mayo y junio, 60% en julio, 80% en agosto, 60% en setiembre y 60% en octubre.
El ILC es un indicador adelantado del nivel de actividad, que se utiliza para predecir cambios en el ciclo económico.
Ceres procesa una amplia base de datos económicos y extrae para su Índice Líder aquellas variables que, por su comportamiento, permiten anticipar la tendencia del Producto Bruto Interno (PBI). Para ello, incorpora variables de todos los sectores: agropecuario, industrial, comercio y servicios, energía, transporte, financiero, empleo y otros.
El agro da señales mixtas, con la carne a la baja y unas modestas precipitaciones que salvaron los cultivos de invierno previo a la cosecha. De todos modos, el sector habrá tenido un 2022 sólido, compuesto por un primer semestre extraordinario y un segundo semestre mejor al promedio.
Las exportaciones de bienes llegaron a US$ 1.036 millones en setiembre casi igual que el mismo mes del año pasado, y alcanzaron US$ 10.423 millones en el acumulado de los tres primeros trimestres, que representan un crecimiento interanual de 30,8%. Casi la mitad del monto mensual estuvo compuesto por las exportaciones de celulosa (19,6%) carne vacuna (19,2%) y lácteos (9,8%).
Después de un descenso brusco a mediados de año, la faena viene subiendo lentamente mes a mes, aunque no lo suficiente para empardar con las cifras del año pasado. En el acumulado del primer semestre, la faena de 2022 superaba a la del año anterior en 1,4% ─20.000 cabezas─ pero, extendiendo el acumulado hasta el 22 de octubre (último dato disponible), arroja una disminución interanual de 5,9% ─algo más de 123.000 animales─. Desde que inició la segunda mitad del año, hubo caídas interanuales de 28,5% en agosto, 20,3% en setiembre y 19,4% en octubre (hasta el día 22).
El precio de referencia del novillo gordo cayó a menos de US$ 3,5 por kg. La cotización se precipitó en el último bimestre tras permanecer poco más de 5 meses superando los US$ 5 por kg. En China, a un enfriamiento de la actividad y cuarentenas forzosas para contener el nivel de contagios de Covid-19, se le suma un escenario de devaluación de su moneda nacional, el yuan, que lastima el poder de compra de sus ciudadanos para hacerse de productos importados. Es el determinante principal de una demanda debilitada, que tiene su corolario en la cotización de la carne. Sin embargo, el precio de exportación todavía está alrededor de US$ 4.900 por tonelada y lo que está golpeando más a los precios que marcan los frigoríficos es la sequía.
Entrada la primavera, se acerca la cosecha de los cultivos de invierno, con precipitaciones mucho menos cuantiosas que lo ideal. Si bien la lluvia llegó justo para salvar las cosechas en los últimos días, hubo disparidades marcadas de acuerdo a las regiones del país; por ejemplo, este domingo muchos pluviómetros en el norte registraron más de 40 mm, mientras en el sur y suroeste del territorio ninguno marcó más de 5 mm. Este panorama da lugar a diferencias sustanciales entre los rendimientos de aquellos productores que trabajan con riego y aquellos que no. El riego, a pesar de haberse expandido en los últimos años, sigue siendo una materia pendiente en el país para alcanzar umbrales más altos de producción y amortiguar mejor los vaivenes climáticos. Con motivo de la sequía y la falta de forraje, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) declaró la emergencia agropecuaria por 90 días. Dentro del marco de la emergencia el MGAP otorgará financiamiento y fardos a productores de escala familiar.
Gracias a la poca lluvia reciente, los cultivos de invierno llegarán a la cosecha, aunque con rendimientos menores a los de los últimos dos años. Para fortuna de los agricultores, los valores de los granos volvieron a niveles comparativamente prometedores para la ocasión: la colza marca casi US$ 550 por tonelada y el trigo volvió a subir de US$ 300. Al mismo tiempo, la soja se sostiene en el entorno de US$ 510 por tonelada.
En setiembre, las exportaciones por productos lácteos (en dólares) fueron 34% superiores a igual mes de 2021. La remisión de leche a plantas industriales en ese mes aumentó con respecto a agosto (1,5% desestacionalizado) y fue 1,5% superior a un año atrás. En términos acumulados, cayó 1,5% contra los nueve primeros meses de 2021.
Las solicitudes de exportación de madera cayeron 3,5% en setiembre con respecto a agosto (en términos desestacionalizados) y en la comparación interanual están 4,7% por debajo. En términos acumulados, hay una disminución de 12,3% respecto a los nueve primeros meses de 2021. En cuanto a las exportaciones de celulosa, tuvieron un aumento interanual de 6% en setiembre.
INDUSTRIA MANUFACTURERA.
La producción industrial lleva más de un año por encima de los niveles prepandemia. Sin embargo, el aumento se da con menos personal y menos horas trabajadas, ambas por debajo de sus niveles de 2019.
La producción industrial de agosto aumentó 5,2% respecto al mes anterior en términos desestacionalizados, y se encuentra 9,3% por encima de agosto 2021.
El núcleo manufacturero (producción industrial sin refinería ni zonas francas) aumentó 9,1% en agosto, con respecto al mes anterior (desestacionalizado) y fue 5,8% superior a agosto 2021.
La producción de alimentos en agosto, en términos desestacionalizados, disminuyó 0,9% respecto a julio, y se encuentra 11,4% por encima de agosto 2021.
La producción de bebidas creció 13,6% en agosto, con relación a julio (desestacionalizado) y fue 4,1% mayor a agosto 2021.
El personal ocupado en la industria cayó 0,1% en agosto respecto al mes anterior (desestacionalizado) y se encuentra 2,1% por encima del nivel de agosto de 2021.
Por su parte, las horas trabajadas en agosto aumentaron 8,2% con relación al mes anterior (desestacionalizado) y fueron 2% mayores que en el mismo mes de 2021.
“La economía uruguaya creció 4,4% en 2021 y se espera un crecimiento para este año de al menos al 5%, muy por encima de la proyección oficial de 3,2% al comenzar el año”.
Ceres, el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social publicó un nuevo informe del Índice Líder de Ceres (ILC) que en setiembre tuvo un aumento del 0,3%, completando así nueve meses consecutivos de tasas positivas, lo que anticipa que en el tercer trimestre (julio-setiembre), se mantiene la tendencia de crecimiento de la actividad.
“El agro concreta histórica siembra de cultivos de invierno y sigue como uno de los motores del crecimiento”, destaca el reporte Ceres sobre el indicador. En cuanto a la producción industrial, ésta “cayó en julio (desestacionalizado) contra junio y está por debajo de julio 2021”. “La construcción sigue firme con grandes obras que impulsan tanto la actividad como el empleo”. Además, en lo recaudado por la Dirección General de Impositiva (DGI) por IVA, “hubo un aumento en agosto (desestacionalizado) y es mayor a igual mes de 2021”. “El consumo de energía eléctrica disminuyó en agosto, mientras que en el acumulado anual supera a 2021; las ventas de nafta y de gasoil aumentaron en agosto con respecto a julio (desestacionalizado) e interanual”; y “en el acumulado del año, las ventas de combustibles fueron mayores que en igual periodo de 2020 y 2021”.
LA ECONOMÍA CRECERÁ “AL MENOS 5%”.
En 2021 la economía uruguaya creció 4,4%; para 2022 la proyección oficial al comenzar el año era de 3,2%, pero ahora “se espera un crecimiento para este año de al menos al 5%”, dice el informe de Ceres, con lo cual se “confirma una recuperación firme después de la recesión iniciada en 2019 y la brusca caída por la emergencia sanitaria de 2020”.
“Desde 2015 hasta la primera mitad de 2019, la producción local registró una fase de cierto estancamiento, y en los últimos meses de ese año cayó en recesión, lo que se agravó en marzo 2020 por el impacto del Covid-19”.
El ILC es un indicador adelantado del nivel de actividad, que se utiliza para predecir cambios en el ciclo económico; no permite realizar proyecciones cuantitativas sobre los niveles de la actividad económica, sino que está diseñado para dar señales sobre el signo de la evolución de actividad económica general.
EL SECTOR AGROPECUARIO ENFRENTA OBSTÁCULOS.
Ceres señaló que “el sector agropecuario enfrenta mayores obstáculos que en los últimos meses. Las condiciones externas se han vuelto más inestables, pero de cualquier modo todo sigue indicando que el año tendrá un balance muy positivo y un saldo exportador superior al del año pasado”.
En agosto, las exportaciones de bienes fueron por US$ 1.541 millones, 29% por encima del mismo mes de 2021. “El incremento se debe en gran parte a las ventas de soja por US$ 303 millones (contra US$ 110 millones el año pasado), pero también por la incidencia positiva de celulosa, lácteos y malta, al tiempo que carne y subproductos cárnicos fueron menores en agosto”.
Sobre el novillo gordo, Ceres recordó que “cayó a menos de US$ 4.000 por tonelada tras haber estado por encima de US$ 5.000 por algo más de cinco meses”. Es China la que está “marcando la pauta para importar a precios notoriamente menores”.
“Al mismo tiempo, la faena disminuyó rápidamente. En el acumulado del año hasta julio superaba a la de 2021 en 1,4% (20.000 cabezas) pero el acumulado hasta el 17 de setiembre (último dato disponible) arroja una caída interanual de 4,5% (más de 80.000 animales). La faena en agosto de este año fue 28,5% menor a la del año pasado y, en casi igual medida, la de setiembre (hasta el día 17) se redujo 28,6% respecto a la del mismo período de 2021).
Sobre la agricultura, “las estimaciones oficiales corroboraron que 2022 es un año récord en área sembrada de los cultivos de invierno, que llegaron a superar las 756.000 hectáreas. Se calcula que el trigo se extendió por casi 288.000 hectáreas (21% más que la temporada anterior) y la cebada por 182.000 hectáreas (un retroceso interanual cercano a 17%). Por su parte, la colza no superó al trigo como se esperaba, pero cubrió de amarillo unas 267.000 hectáreas, 100.000 más que el año pasado y récord absoluto en el país”.
En el sector lácteo, en agosto, las exportaciones por productos lácteos medidas en dólares, “fueron 35% superiores a igual mes de 2021”; y la remisión de leche a plantas industriales “en ese mes aumentó con respecto a julio (1,3% desestacionalizado) y fue 2,7% inferior a un año atrás. En términos acumulados, cayó 1,9% contra los ocho primeros meses de 2021”.
“Las solicitudes de exportación de madera crecieron 10,1% en agosto con respecto a julio (en términos desestacionalizados) y en la comparación interanual están 5,1% por encima. En términos acumulados, hay una disminución de 13,1% respecto a los ocho primeros meses de 2021. En cuanto a las exportaciones de celulosa, tuvieron un incremento interanual de 21% en agosto”.
CON LOS OJOS EN LOS PLUVIÓMETROS Y EL TERCER AÑO NIÑA.
Los productores ponen los ojos “sobre sus pluviómetros”, dice Ceres, porque “la falta de lluvia conspira contra sus rendimientos”.
Lo que sucede es que “por primera vez en este siglo, se concatenarán tres años consecutivos con La Niña, que comenzó en 2020 y persiste hasta este año. La Niña es un fenómeno climático en el que las aguas del Océano Pacífico se enfrían en la zona del ecuador, con diferentes consecuencias en el mundo; en Uruguay, la presencia de este fenómeno es un indicador de escasas precipitaciones”.
Hay unas “diferencias sustanciales entre los rendimientos de aquellos productores que trabajan con riego y aquellos que no. El riego, a pesar de haberse expandido en los últimos años, sigue siendo una materia pendiente en el país para alcanzar umbrales más altos de producción y amortiguar mejor los vaivenes climáticos”.
“La clave del despegue de Australia fue la apertura comercial unilateral y flexibilización laboral con compensación a los trabajadores”.
Durante esta semana, el director ejecutivo de Ceres (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social), Ignacio Munyo, mantuvo en Australia reuniones con autoridades de la principal central sindical, del Departamento del primer ministro y su Gabinete, del Tesoro, y del Parlamento de ese país.
De esa forma, Munyo cerró una intensa gira que incluyó una quincena de reuniones en Melbourne, Canberra y Sidney, con el Gobierno, sindicatos (Australian Council of Trade Unions, ACTU), cámaras empresariales (Business Council of Australia, BCA) y Meat and Livestock Australia, MLA), en el marco de una misión especializada diseñada para entender los detalles del “modelo australiano”.
John Howard, primer ministro de Australia entre 1996 y 2007, fue el actor principal en todo el proceso de reformas que le permitieron al país alcanzar los más elevados niveles de desarrollo; primero como líder de la oposición del gobierno del Partido Laboralista apoyando las reformas pro mercado que se comenzaron a implementar en los 80s, y luego profundizando las reformas como primer ministro del Partido Liberal.
“La baja de aranceles fue lo más importante en el proceso de Australia, en ese sentido creo que la reducción del arancel externo común del Mercosur es una buena noticia para Uruguay; así como también la flexibilización del Tratado. Reducir la protección comercial y abrir la economía es la clave para salir de la trampa de ingreso medio en la que está Uruguay”, le dijo Howard a Munyo en su actual oficina con gran vista de la bahía de Sidney, en una de las torres más altas del centro de la ciudad.
“El ingreso al CP-TPP (el acuerdo Trans Pacífico, del que es miembro Australia) sería una gran opción para Uruguay, para poder ingresar libre de aranceles al mercado japonés y canadiense; también sería positivo mejorar las condiciones de ingreso a China, siempre tendiendo mucho cuidado en la transparencia del acuerdo y lo que se le ofrece a China”, advirtió.
Fue contundente al afirmar que: “contar con instituciones del Gobierno que se dediquen de forma independiente a analizar las políticas de largo plazo (como es el caso de la Productivity Commission en Australia) son muy importantes en el proceso de reformas, pero la clave es la decisión política y la convicción de hacer los cambios necesarios para volver competitivo al país”.
El director ejecutivo de Ceres había participado previamente de un seminario especial en la sede de la Productivity Commission en Melbourne, junto con el presidente y todos los miembros del directorio de la institución. El objetivo fue analizar su aplicabilidad en Uruguay, obviamente con todos los cambios necesarios para apartar el concepto a la idiosincrasia nacional.
“La primera de todas las reformas fue la apertura comercial unilateral y gradual, que impulsó los cambios regulatorios necesarios en el mercado laboral, en la eficiencia de las empresas públicas y en la capacitación de los trabajadores”, enfatizó el exprimer ministro Howard.
En el transcurso de la reunión que duró más de una hora y fue el cierre de la misión de Munyo en Australia -organizada por la Embajada de Australia en Argentina, concurrente con Uruguay-, se manejaron conceptos muy similares a los de la primera de todas en Melbourne, con el exministro del Partido Laborista Martin Ferguson, quien era presidente de la principal central sindical de Australia en el momento clave de las reformas. Ferguson le había dicho a Munyo que “la clave del despegue de Australia fue la apertura comercial unilateral y flexibilización laboral con compensación a los trabajadores”.