Para el economista, es esencial la creación de un Consejo de Productividad Asesor, basado en el modelo de Australia.

Montevideo | Todo El Campo | El Ec. Ignacio Munyo, director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica Social (Ceres), afirmó que la principal prioridad del próximo período de Gobierno debería ser la transformación del gasto público, con el objetivo de posibilitar un conjunto de políticas públicas orientadas al desarrollo sostenible del país.

La propuesta, presentada ante unos 400 empresarios en el primer encuentro del Ciclo de Reuniones para Socios de Ceres del año, celebrado el martes 11 en el Radisson Montevideo y de cara a las próximas elecciones nacionales, fue parte de la conferencia de Munyo titulada “Uruguay se mira al espejo: perspectivas realistas en un mundo crispado”.

LOS FACTORES EXTERNOS.

Desde la década de 1990, aproximadamente dos tercios de las variaciones en la actividad económica del país a corto plazo, para bien o para mal, se pueden explicar por factores externos. En esta línea, el expositor advirtió que en los próximos años este impulso global no será positivo.

Algunos de los factores perjudiciales para la economía local se reflejan en los siguientes aspectos: la profundización de los efectos del cambio climático; el alto costo del financiamiento; la estabilidad de los precios de los bienes primarios de exportación; el enfriamiento de la economía de Brasil debido a un modelo de “capitalismo estatal” que no asusta pero tampoco convence a los inversores; y la incertidumbre proyectada por Argentina debido a un cuadro de inestabilidad política, cuyo Gobierno intenta lograr que el ajuste fiscal se traduzca finalmente en inversiones y crecimiento económico.

Sin el viento a favor del exterior, y con el fin de que la economía uruguaya crezca a las tasas necesarias para el desarrollo, “se precisa mejorar su productividad con acciones complejas de implementar y sostener internamente”, advirtió Munyo.

AGENDA DE LA PRODUCTIVIDAD.

En esa línea de pensamiento, considera que es necesario implementar “reformas para una mejor asignación de inversión en emprendimientos productivos y para el desarrollo de capital humano, tanto en cantidad como en calidad”, las cuales constituyen una agenda que trasciende períodos de Gobierno.

Para Munyo, es esencial la creación de un Consejo de Productividad Asesor, basado en el modelo de Australia, similar al Consejo Fiscal Asesor que en Uruguay brinda asesoramiento independiente al Ministerio de Economía y Finanzas. Esta institución ha sido ampliamente respaldada por organismos internacionales y agencias calificadoras de crédito, y se buscará perfeccionar en los próximos gobiernos.

Sería un órgano “que vele por el crecimiento”, señaló.

También propone un nuevo impulso a la apertura comercial, estancada hace décadas, como una medida para aumentar la productividad, ya que beneficia la competencia.

Esta estrategia, que Munyo calificó como un “sinceramiento”, debería ser implementada con realismo, reconociendo la permanencia de Uruguay en el Mercosur, el liderazgo de Brasil y la importancia de trabajar en estrecha colaboración con el sector privado. En esta línea, señaló que las empresas necesitan invertir “para generar mayor producción exportable”, lo cual requiere que el Estado proporcione “mejor promoción internacional además de reglas de juego claras”.

El director de Ceres destacó que el actual encarecimiento del país es un desafío que la próxima administración deberá abordar. Subrayó que la dinámica del dólar, debido a la no intervención del Banco Central (BCU), implica “una decisión política que resulta en una transferencia significativa de recursos del sector transable al no transable de la economía, y que no sabemos cuánto tiempo será sostenible en el futuro”.

Como medida paliativa para abordar los problemas de competitividad, propuso destinar una parte relevante de las ganancias de UTE a una rebaja del 30% en la tarifa industrial de la energía eléctrica. 

EL DESAFÍO DEL GASTO.

Munyo destacó la importancia de invertir en sectores fundamentales de cara al futuro para poder avanzar en el desarrollo. Señaló que existe un “amplio consenso” político en aumentar la inversión en áreas clave como la primera infancia, la investigación y desarrollo (I+D), la educación y la seguridad, aspectos en los que los programas de los partidos políticos coinciden.

Sin embargo, advirtió que “la situación fiscal actual exige que cada nuevo gasto deba ser también una reducción equivalente de otro gasto”.

“No hay mucho margen para nuevos gastos”, dijo Munyo ante los empresarios.

Para enfrentar el desafío fiscal, Munyo presentó una hoja de ruta que busca mejorar la asignación del gasto público, tomando en consideración las mejores prácticas internacionales. 

Esta iniciativa se fundamenta en un hecho innegable para Ceres: no hay margen para aumentar impuestos sin afectar negativamente las perspectivas de crecimiento económico del país.

HERRAMIENTAS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO.

El economista expuso los resultados de un “trabajo de arqueología” del Estado uruguayo realizado por Ceres, que permitió identificar y analizar 832 cometidos distribuidos en 331 entidades públicas, abarcando 101 programas vigentes.

Por otro lado, el conferencista presentó resultados de un estudio para el cual Ceres desarrolló nuevas herramientas de inteligencia artificial (IA) con el fin de revelar fragmentación y superposición en la distribución del gasto público en Uruguay, tal como se mostró de forma contundente en las áreas de vivienda, primera infancia y apoyo a pymes.

Munyo ofreció al próximo Gobierno, y a la sociedad uruguaya en general, libre acceso a estas nuevas herramientas de IA que permiten analizar cualquier problemática similar en cualquier área estatal.

En la agenda de Uruguay para el próximo período de Gobierno, dijo el director de Ceres, es imperativo establecer un plan de transformación del gasto público. Propuso un presupuesto público que incorpore una “revisión permanente del gasto” y se base en resultados. De esta manera, señaló que se podrían logran “ahorros sustanciales”, tal como lo han hecho los países de referencia que avanzaron por este camino, que pueden destinarse a reforzar áreas críticas o implementar nuevas políticas públicas decisivas para avanzar en el desarrollo del país.

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