Argentina tiene un sistema de regulación no muy eficaz. Y eso reduce la competitividad del trigo argentino en América Latina.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | La excesiva regulación que argentina hace del comercio exterior repercute en los granos que exporta, lo que llevó a Rusia a manejar esa situación a su favor, según un reporte de EFEAgro del jueves 14. Argentina -el granero del mundo- es un tradicional y natural proveedor de cereales a América Latina, pero su coyuntura le impide cumplir con ese rol de manera eficaz.
Arkadi Zlochevski, presidente de la Unión Rusa del Grano (URG), expresó a EFEAgro: “Hemos logrado organizar un flujo de doble dirección entre la soja latinoamericana y el cereal ruso. Esto abarata en gran medida la logística y convierte en competitivos nuestros recursos cerealísticos en América Latina”.
La URG dice que el principal mercado para el cereal ruso sigue siendo el norte de África y Oriente Medio, pero cree que existe un gran potencial entre los países latinoamericanos.
Rusia cuenta con una fábrica de procesamiento en el enclave báltico de Kaliningrado, que “recibe anualmente tres millones de toneladas de soja”, destacó. “La soja llega en grandes buques de la clase panamax”, con una capacidad para 52.500 toneladas, procedente de Brasil, Uruguay o Paraguay.
La URG mencionó como destino del trigo ruso en agosto pasado a Brasil (253.000 toneladas), México (124.000 toneladas), Venezuela (59.000) y Perú (55.000), además de otros potenciales receptores como Chile, Costa Rica y Nicaragua.
Para Zlochevski, “los envíos se ampliarán” y generarán más potencial. De concretarse esas comercializaciones habrá un “flujo mutuamente rentable”. Asimismo, entiende que “el principal granero de trigo en la región es Argentina y seguramente lo sigue siendo, pero Argentina tiene un sistema de regulación no muy eficaz. Y eso reduce la competitividad del trigo argentino en América Latina”.
Pensar de forma regional, alineando las fortalezas de cada país, permitirá incrementar el potencial y el alcance de las actividades económicas.
Montevideo | Todo El Campo | Con las actuales coyunturas mundiales como la guerra entre Rusia y Ucrania, así como las tensiones entre China y Estados Unidos, se genera una disminución en la capacidad de exportación, convirtiendo a América Latina en un resguardo de crecimiento mundial para la inversión extranjera, lo que abre la posibilidad de ser la tercera potencia económica global.
Así lo aseguran expertos, como Santiago Rojas, cofundador y managing director de la firma de venture capital (o capital de riesgo) Cube Ventures: “Entre las ventajas del continente latinoamericano se encuentran las empresas basadas en commodities (inversiones en activos de bajo riesgo), las cuales generalmente mantienen los mismos precios durante las crisis, lo que puede llevar a que un porcentaje representativo de los sectores económicos de la región tengan mayor liquidez, capacidad de generar empleo, gasto, consumo y producción. Asimismo, el venture capital, es otra de las oportunidades que tiene la región, siendo la manera más organizada y eficiente de apostarle a las grandes compañías del futuro”.
Lo anterior entendiendo que las crisis económicas generalmente desencadenan una caída en los bienes de producción industrial, tecnológicos y de servicios, con una percepción de menor gasto disponible en la sociedad y una disminución del valor potencial de las compañías, lo que se traduce en incremento del valor de los productos.
Según el portal de indicadores económicos y estadísticas oficiales en línea, Statista Research Department, el producto interno bruto de América Latina y el Caribe ascendió a US$ 4,74 billones estadounidenses en 2020, de acuerdo con precios corrientes; y en 2021 la región experimentó una recuperación, situándose cerca de los cinco billones y medio. Asimismo, de acuerdo a datos de La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, la población de esta región representa hoy el 8,2 % de la población mundial, con un total de 662 millones de personas.
Teniendo en cuenta estos datos, si vemos nuestra región como un continente unido, es una máquina de producción de buen talento técnico y pensamiento con un potencial humano y unos recursos impresionantes; generando un verdadero bloque económico que apalanca las mayores fortalezas: agua, comida, oxígeno, selva, talento con capacidad de solucionar problemáticas reales y una apertura al mundo entero.
“Se necesita de una coordinación continental, en la cual los gobiernos y el sector privado piensen en atacar necesidades conjuntas y crear proyectos de coordinación entre países frente a políticas económicas, tributarias y sociales. No tienen que estar de acuerdo en todos los aspectos, pero sí en construir instituciones e infraestructuras de integración continental que nos permitan aprovechar las riquezas naturales con las que contamos”, puntualiza Rojas.
Pensar de forma regional y ponerse de acuerdo en cómo operar desde lo básico, alineando las fortalezas de cada país permitirá incrementar el potencial y el alcance de las actividades económicas en Latam, logrando aprovechar el mercado, que aunque tenga regulaciones diferentes, tiene similitudes fuertes. (América Economía).
Luego del fuerte rebote observado en 2021, el BID aporta una serie de datos positivos que nos dan un poco de alivio.
Hébert Dell’Onte | Al finalizar agosto el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó una nueva edición de “Síntesis e información sobre integración y comercio” en la que presenta las perspectivas globales que en esta oportunidad muestra señales positivas, las que llegan muy bien luego de tantos meses de incertidumbre generada por la irrupción de la pandemia primero, la previsible pero inesperada guerra en Ucrania después, y las dificultades políticas, económicas y comerciales que recorren el mundo, sin que sepamos qué nos deparan los próximos meses.
Sin embargo, aunque los problemas de sanidad, la guerra y las tantas dudas que presenta el mundo y a las que nos exponemos, el BID aporta una serie de datos positivos que nos dan un poco de alivio.
“El comercio internacional continúa creciendo, aunque a tasas más bajas, luego del fuerte rebote observado en 2021. En un escenario global complejo, tras el shock de la guerra en Ucrania y en el marco del debilitamiento de la actividad y de los precios internacionales, las exportaciones de América Latina y el Caribe (ALC) se expandieron en el primer semestre del año”, es el primer apunte del documento.
Hay “una desaceleración en el ritmo de expansión (el aumento promedio de 2021 fue de 25,7%) en especial a partir de marzo, cuando la dinámica del crecimiento se recortó a cerca de 15% interanual en promedio”. A su vez, “el volumen del comercio mundial aumentó 4,3% interanual en los primeros cinco meses de 2022”.
Agrega que “se estima que las exportaciones de ALC se expandieron 21% interanual en el primer semestre de 2022”.
Ese crecimiento, “superior al promedio mundial, se explica por la mayor participación relativa de productos básicos en la canasta exportadora de la región, que fueron más beneficiados por el incremento de precios”.
MEDIDAS DISTORSIVAS IMPACTARON EN LOS PRECIOS.
La guerra generada a partir de la invasión de Rusia a Ucrania generó reacciones de los países: “Diferentes economías (especialmente en desarrollo e importadoras netas de alimentos) establecieron 426 medidas distorsivas, 57% de las cuales afectan directamente el intercambio de alimentos y fertilizantes, en algunos casos restringiéndolo y en otros facilitándolo”.
Según el Banco Mundial, “el impacto de estas medidas sobre los precios es considerable: 6% de aumento en el caso del maíz, 12% en el arroz, 9% para las frutas cítricas y la soja y sus derivados, y 14% para el trigo”.
PAÍSES DE ALC CON “NOTABLE EXPANSIÓN DE EXPORTACIONES”.
Los países de la región tuvieron una “notable expansión de las exportaciones de los productos que Rusia y Ucrania son importantes proveedores globales”.
El BID señala que “Rusia y Ucrania no son socios relevantes para ALC”, pero la guerra afectó a esta parte del mundo de forma indirecta.
Por otra parte, “se debilita el impulso de los precios” pero las cotizaciones de los principales productos mantienen “niveles históricamente altos”.
“El maíz y la soja cerraron el mes de julio con precios 7% y 8% menores a los máximos alcanzados en abril; el trigo y el aceite de girasol bajaron 27% y 34% con respecto a los niveles de mayo y marzo, respectivamente; y el petróleo perdió 10% solo en julio”.
Ese cambio de tendencias en los precios se explica por varios factores: “La apreciación del dólar en el marco de la política monetaria restrictiva de Estados Unidos, el acomodamiento de los mercados tras el shock inicial de la guerra, y las perspectivas de menor crecimiento global, son algunos de los factores que explican la reversión de la tendencia en los precios”.
CRECE LA DEMANDA A MENOR DINAMISMO.
Otra buena noticia es el crecimiento de la demanda de los productos que exporta ALC, pero con una proyección de menor dinamismo.
El BID explica que “A medida que la economía mundial fue dejando atrás las secuelas de la gran crisis de 2020, la tasa de crecimiento interanual de los principales países ha ido convergiendo a valores ‘normales’, luego del fuerte rebote de principios de 2021. Esa situación, sumada a las tendencias hacia la desaceleración del crecimiento de grandes jugadores globales como China, Estados Unidos o Alemania desde inicios de 2022, se ha traducido en una sucesiva disminución en la tasa de crecimiento promedio ponderada de los respectivos socios comerciales de ALC. Si bien los valores del indicador siguen ubicándose por encima de los correspondientes al período pre-Covid, los primeros datos disponibles para el segundo trimestre de 2022 y las proyecciones de crecimiento para el año completo indican que la desaceleración continuaría”.
EN 2031 ALC SERÁ RESPONSABLE DEL 18% DE LAS EXPORTACIONES MUNDIALES DE ALIMENTOS.
Las Perspectivas Agrícolas 2022-2031 de la FAO y la OCDE señalan que la producción agrícola y pesquera en ALC crecerá 14% en los próximos diez años, recuerda el BID.
“La producción de cultivos explica casi dos tercios de esa expansión, mientras que el sector ganadero representa un 28% adicional y la pesca otro 8%”.
En 10 años ALC exportará el 61% de las ventas mundiales de soja, 59% de azúcar, 45% de harina de pescado, 43% de maíz, 40% de carne de vacuno y aceites de pescado, 32% de aves y 25% de etanol.
Informe conjunto de OCDE y FAO señala que en la región habrá una crecimiento de la producción agrícola y que en 2031 representará el 18% de las exportaciones mundiales de alimentos.
Santiago, Chile | Según el nuevo informe Perspectivas Agrícolas de la OCDE-FAO, se prevé que la producción agrícola y pesquera en América Latina y el Caribe crezca un 14% en los próximos diez años.
El informe explica que alrededor del 64% de este crecimiento emanará de la producción de cultivos, el 28% del sector ganadero y el 8% restante de la pesca.
Para 2031, la región seguirá siendo el mayor productor de soja del mundo, representando el 53% de la producción mundial. La contribución de la región a la producción mundial de cereales es menor, pero su participación en la producción de maíz aumentará a casi el 18% para 2031.
La producción avícola representará más del 55% del crecimiento de la producción de carne para 2031, y la producción bovina y porcina representarán el 29% y el 16%, respectivamente. La producción pesquera se recuperará de una modesta contracción en los últimos diez años, para registrar un crecimiento del 12% para 2031.
Se espera que continúen los aumentos de la productividad, con aumentos de rendimiento promedio de alrededor del 10% proyectadas para 2031 para la mayoría de los principales cultivos.
LAS EMISIONES DE GEI CRECERÁN MARGINALMENTE.
El nuevo informe OCDE-FAO proyecta que las emisiones de gases de efecto invernadero crecerán marginalmente, en un 0,1% por año, durante la próxima década. La mayor parte de este aumento provendrá de la producción de cultivos, donde las emisiones aumentarán un 3,2% durante los próximos diez años, en comparación con un aumento del 2,3% de la producción ganadera.
Sin embargo, en relación con el valor neto de la producción agrícola, las emisiones por unidad de valor de producción disminuirán, aunque a un ritmo más lento que en el pasado.
LOS CONSUMIDORES ESTÁN CAMBIANDO LENTAMENTE SUS PATRONES DIETÉTICOS.
También advierte que la calidad de los alimentos que consumen los segmentos de bajos ingresos de la población regional tiende a verse afectada por los persistentes desafíos de la pobreza, y que la inestabilidad macroeconómica y los precios de los alimentos pueden tener un impacto considerable en la seguridad alimentaria de la región en la próxima década.
Tras un descenso a corto plazo, influido por el impacto de la pandemia en el poder adquisitivo, se prevé que la ingesta calórica media per cápita aumente en el mediano plazo hasta alcanzar las 3077 kcal/día en 2031. Esto supone un aumento de 60 kcal/día desde los niveles de 2019-21, y se atribuye principalmente al consumo de productos de origen animal.
A pesar de una disminución en el consumo, América Latina y el Caribe seguirá siendo la región con mayor consumo de azúcar en el mundo per cápita. Se espera que la ingesta de proteínas per cápita aumente a 89 g/día para 2031, un aumento de 3,1 g/día. Los productos animales contribuirán con la mayor parte de este aumento -más del 70%- principalmente por un mayor consumo de productos lácteos.
Se prevé que el consumo de carne per cápita aumente solo un 3,3% durante la próxima década. El consumo de pescado, que per cápita es solo alrededor de la mitad del promedio mundial, aumentará solo 1 kg/cápita, hasta alcanzar los 10 kg.
EL COMERCIO ABIERTO ES CRUCIAL PARA EL SECTOR AGROALIMENTARIO DE LA REGIÓN.
El informe de la OCDE-FAO señala que, para 2031, se espera que la región represente el 18 por ciento de las exportaciones mundiales de alimentos.
El sólido crecimiento de la oferta permitirá a la región consolidar su posición como un importante exportador: Para 2031, la región representará el 61% de las exportaciones mundiales de soja, el 59% de azúcar, el 45% de harina de pescado, el 43% de maíz, el 40% de carne de res y aceites de pescado, 32% de aves y 25% de etanol.
Dada la importancia de la región en el mercado internacional, el grado de apertura al comercio tendrá consecuencias significativas para el sector y para la seguridad alimentaria global.
Autoridades se comprometieron a contribuir al aumento de la resiliencia y la capacidad de respuesta que la región necesita a fin de estar mejor preparada para responder a crisis futuras.
Los Ángeles, Estados Unidos | Altas autoridades de las instituciones miembros del Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC) reafirmaron su compromiso de apoyar la agenda de recuperación post pandemia de las Américas y los esfuerzos para construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo, en una declaración conjunta emitida en la IX Cumbre de las Américas, que se celebró la semana pasada en Los Ángeles, Estados Unidos.
En el documento, las autoridades reconocieron la necesidad urgente de redoblar los esfuerzos para abordar de una manera coordinada, integral y efectiva el impacto de la pandemia de Covid-19 en la Américas —la región más afectada del mundo—, así como las incertidumbres del contexto político y fiscal regional, a fin de promover una agenda colectiva y fortalecer la colaboración entre las organizaciones internacionales y las partes interesadas pertinentes, con miras a aplicar plenamente la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el hemisferio.
En ese sentido, se comprometieron a contribuir al aumento de la resiliencia y la capacidad de respuesta que la región necesita a fin de estar mejor preparada para responder a crisis futuras.
Asimismo, acordaron fortalecer la coordinación y la colaboración entre las instituciones miembros del GTCC para apoyar la implementación y el seguimiento de la agenda hemisférica definida por los compromisos de la IX Cumbre y optimizar la cooperación técnica, la ejecución eficaz de programas y el uso eficiente de los recursos, evitando la superposición y la duplicación del trabajo de las instituciones miembros del GTCC, aumentando las oportunidades de financiamiento para los países de la región y asegurando la congruencia en el cumplimiento de los compromisos emanados de la Cumbre.
En la declaración conjunta, las autoridades convinieron también proporcionar apoyo técnico a los gobiernos para la formulación de los planes de acción previstos en relación con los Compromisos Políticos de la Cumbre y su ejecución oportuna, a fin de que los gobiernos puedan pasar de compromisos a políticas y a la acción para la recuperación y la reconstrucción de las Américas.
El Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres está compuesto por la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (SG/OEA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Banco Mundial, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC) y la Secretaría de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Su labor consiste en proveer orientación técnica a países para la identificación y negociación de temas tratados en el Proceso de Cumbres. El GTCC también planea y desempeña proyectos e iniciativas para la implementación de compromisos de las Cumbres y apoya a las Reuniones Ministeriales y sus vínculos al Proceso de Cumbres. Además, el grupo participa en diálogos sobre políticas de Cumbres para intercambiar ideas con respecto a enfoques de política en el Proceso de Cumbres. (IICA).