Análisis del Ing. Agr. Gianni Bianchi sobre los problemas que no han permitido el desarrollo del ovino.
Ing. Agr. Gianni Bianchi Olascoaga | Montevideo | Todo El Campo | En Uruguay el ovino atraviesa una serie de problemas que no sólo han determinado una disminución significativa en el número de cabezas, sino que lo han sacado de la agenda del agro. Me enfocaré en las que no han permitido desarrollar la producción de carne de manera eficiente, ya que en lana está por demás claro que la alternativa se restringe al Merino fino (16-20 micras), con una industria que da señales claras y con un paquete tecnológico disponible y relativamente sencillo de implementar: carneros afinadores y con buena lana en base a DEP + OFDA en hembras de reposición + esquila pre-parto + uso de Grifa Verde y certificaciones. Con el agregado, no menor, de que no suele haber rubros competitivos en los suelos del basalto superficial donde mayoritariamente se desarrolla la actividad y la carne generada, en general borrego después de la primera y/o segunda esquila, encaja muy bien en los sistemas de producción donde se desarrolla y en la lógica de la industria frigorífica doble propósito uruguaya.
Si bien siempre se mencionan como inconvenientes para la producción ovina el abigeato, ataque de perros, depredación (jabalí, zorro, carancho), miasis, resistencia genética a parásitos, etc., a mi entender no han sido barreras infranqueables para el desarrollo de la oveja, con el agregado de que hay – en mayor o menor medida – alternativas para palearlos. Dicho esto, expongo los problemas en la carne ovina:
1. Ausencia de una industria con escala importante que cuente con las habilitaciones correspondientes a todos los mercados donde hoy el país puede exportar, pero, sobre todo, que le interese trabajar con el ovino. La especialización a este nivel también juega, para lo cual se requiere una industria que trabaje por y para la oveja en forma exclusiva. Este es -sin dudas- uno de los principales problemas a resolver. Que si existieran las voluntades, el convencimiento y las prebendas que tuvo (y tiene) por ejemplo, la forestación en el país, quizás se podría buscar inversiones y cambios en la materia.
2. Ausencia de señales, que no es otra cosa que un precio diferencial, que discrimine por calidad, que paradojalmente, va en línea con lo que se escucha en forma sistemática por la industria, pero que no lo reconoce a la hora de la comercialización, relacionado a las carencias de la producción de carne ovina nacional, puestas de manifiesto en todas las auditorias hechas por INIA e INAC: problemas de heterogeneidad de las carcasas en peso, conformación y grado de engrasamiento. Los resultados de las auditorias están en la web.
3. El cordero pesado tradicional uruguayo en base a razas laneras y doble propósito mayoritariamente, es la segunda o la tercera opción de quienes compran carne ovina si tienen alterativas de elección. Hecho este constatado por brokers y traders de carne cuando viajan al exterior y tratan de colocar el producto uruguayo donde existe la oferta de cordero australiano o neozelandés.
4. Relacionado con el punto anterior, vale la pena recordar los resultados de un trabajo pedido por Uruguay hace ya 18 años donde se evaluaba la intención de compra de carne de cordero en función de su origen: 3 países de la UE: España, Francia y en aquel momento Reino Unido, Argentina, Suiza y Uruguayi. El país de origen fue el principal factor en explicar la preferencia de compra de los consumidores y en todos los casos la carne de cordero uruguaya, para el caso proveniente de animales Corriedale, resultó la menos preferida. De esa fecha a la actualidad, lo único que he escuchado relacionado al mercado europeo es lo bueno que sería contar con la habilitación de carne con hueso (que como se sabe, en el ovino es de mayor valor) y eventualmente un tratado de libre comercio entre el Mercosur y la UE. Ahora, de la necesidad de posicionar la carne ovina uruguaya en ese destino y/o desarrollar otro producto, absolutamente nada.
5. Vale decir que a las restricciones sanitarias y arancelarias que padece la carne ovina uruguaya, se agrega otra limitante central y casi nunca mencionada (retomamos este tema en el punto 7), que es de calidad y que sólo depende de lo que Uruguay haga al respecto. Esto es muy importante, porque la habilitación de nuevos mercados, necesaria por supuesto, no es resorte exclusivo, ni siquiera mayoritario del país.
6. Desarrollar a escala comercial otro tipo de cordero que aproveche mejor otras regiones del país, litoral, sur, este, potenciando el sinergismo del ovino en sistemas más intensivos: menores daños de pisoteo y riesgos de meteorismo, control de malezas y grandes volúmenes de carne por unidad de superficie: 500 kg de peso vivo/ha, si además de ofrecer comida de calidad, se elige correctamente la raza. Todo esto sumado a las conocidas ventajas de la baja inversión inicial y del rápido retorno del capital invertido la hacen ideal para pequeños y medianos productores, que como se sabe, son la enorme mayoría de la ganadería. Hace casi 20 años la investigación nacional demostró las ventajas de corderos provenientes de razas carniceras y sus cruzas (más pesado, mejor conformado, con adecuado grado de engrasamiento, instrumental y sensorialmente más tierno y con mayor grado de aceptabilidad por consumidores) frente al cordero pesado tradicional de cualquiera de las razas laneras o doble propósito existentes en el paísii. Por supuesto que esto no sólo se sabía con anterioridad en el exterior, sino que se aplica en la práctica en países de vanguardia en el mundo, basta echar un vistazo al sistema de producción estratificado de carne ovina en base a cruzamientos de Australia. Si al uso de cruzamientos se suman razas carniceras y maternales, en Uruguay sólo Highlander y Border Leicester, no por capricho, sino porque son razas estabilizadas, con reputación internacional y con posibilidades de renovar genéticamente desde el exterior, se puede mejorar rápidamente vía genética la prolificidad.
7. Mensajes tímidos por la institucionalidad ovina que ha regido los destinos del rubro a la hora de transmitir al sector primario cuáles son las alternativas genéticas de producción más competitivas. El discurso mayoritario ha sido que con cualquier raza se puede producir carne y lana (yo agregaría, con este criterio tan vago, leche, queso y yogur, en la medida que basta con que la oveja para y comience su lactancia), sin marcar que si se quiere ser competitivo la elección de la raza es determinante y salvo excepciones, en Uruguay: Dohne Merino, se impone la especialización productiva. Los problemas estructurales que atraviesa la producción ovina en lo que a carne se refiere, se conocen desde hace tiempo y en gran medida responden a la falta de mensajes claros por parte de quienes han tenido la responsabilidad de hacerlo. Tampoco son pocas las oportunidades en que se señaló que el cordero uruguayo no tenía nada que envidiarle al cordero de Oceanía. Todo esto es fácilmente constatable revisando en la prensa, casi al azar, los mensajes que se han trasmitido incluso hasta hoy. En un escenario donde se considere al rubro como otra alternativa productiva a desarrollar, no parece razonable que vuelvan a ser protagonistas los que determinaron la situación actual predominante. No decir nada, también es un mensaje. No hay “inocuidad” con la excusa de que son los productores los que deciden, claro que lo son, pero los técnicos con más información están obligados a trasmitir las mejores opciones.
8. Problema estructural en los indicadores de productividad. En números redondos, se precisan 2 ovejas para destetar 1 cordero/año, no hay casi mellizos y se mueren 3/10 corderos nacidos anualmente, creciendo, los que sobreviven, a tasas muy bajas, determinando alta edad de faena. Casi todo esto sucede hace por lo menos 30 años, a pesar de que el país cuenta con un paquete tecnológico generado a fines del siglo pasado y principios del actual que permite resultados exitosos a quienes lo aplican. La baja adopción tecnológica (ver resultados de encuesta el MGAP publicada en el 2018)iii jaquea al actual sistema de transferencia y las instituciones que se encargan de ello. Es probable que se requieran recursos extras y evitar superposiciones, pero lo que parece claro es la necesidad de cambiar la forma de llegarle al productor que trabaja a diario, trascendiendo las jornadas de difusión tradicionales, donde casi siempre van los mismos, y yendo directamente al campo a trabajar con los productores y personal a cargo de los animales.
9. Paralelamente resulta vital fortalecer y/o restablecer los programas de investigación en ovinos en las instituciones donde fueron desmantelados: SUL y Facultad de Agronomía, en el entendido de que sin investigación no hay desarrollo, ni extensión, ni docencia posible. Y si de docencia hablamos, en el mediano plazo sólo habrá veterinarios formados en ovinos por la Universidad de la República, en tanto y en cuanto la Facultad de Agronomía se dio el lujo de echar por tierra la reputación que supo tener la EEMAC en la formación de futuros agrónomos determinando que dicha disciplina ya no se imparta formalmente. Sin desmerecer el trabajo de las escuelas agrarias, opciones privadas o la formación pública en Facultad de Veterinaria en la materia (importante sí, pero complementaria y no sustitutiva), basta echar un vistazo a los agrónomos que trabajan en el SUL, INIA, Plan Agropecuario, MGAP, INAC, ejercicio liberal de la profesión y preguntarles donde aprendieron de ovinos. Dicha decisión tendrá consecuencias graves en el mediano plazo, si es que el algún momento se desea desarrollar la actividad y aplicar conocimiento agronómico.
Una discusión franca, con respeto y con información, para que se considere el rubro como alternativa, merece ser considerada. El ovino debe estar en la agenda porque la culpa no es ni ha sido de la oveja.
NOTAS.
[1] Garibotto, G. 2012. Cordero pesado del Uruguay: La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Revista de Difusión de la EEMAC Cangue 32:40-41.
ii Bianchi, G. y Garibotto, G. 1996. Uso de razas carniceras en cruzamientos terminales y su impacto en la producción de carne y el resultado económico. En: Alternativas Tecnológicas para la Producción de Carne Ovina de Calidad en Sistemas Pastoriles. Editorial Hemisferio Sur. Montevideo. Uruguay. pp: 65-196.
Todos tratan que el ambiente político sea bueno, correcto. Que ganadores y perdedores asuman sus roles sin escándalos. Sin embargo, el clima no es del todo normal.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Terminaros las elecciones nacionales y faltan las departamentales.
Todos tratan que el ambiente político sea bueno, correcto. Que ganadores y perdedores asuman sus roles sin escándalos. Sin embargo, el clima no es del todo normal.
¿Por qué? No es común que la administración que pierde tenga una buena nota en su trabajo, tanto que el expresidente Luis Lacalle Pou goza del máximo de popularidad en lo que se refiere a su gestión.
El ganador percibe que la vara está muy alta y empiezan las diferencias: que los números están maquillados, que la forma de medir la pobreza es otra y eso indican otra cosa, o que hay contratos que no se tenían que haber firmado.
Por el otro lado se señala que hay un secretario de Presidencia que habla y que el presidente no lo hace; que Uruguay cambió su posición con relación a Venezuela, o que Brasil (Lula) pretende manar en el barrio.
En definitiva, demasiadas cosas para que el ambiente esté tranquilo y sea de concordia.
Frente a esa realidad es verdad que el presidente Yamandú Orsi habla poco y que el expresidente Lacalle Pou, actualmente líder del Partido Nacional, se fue al carnaval de Rio, y por si fuera poco el Directorio del Partido Nacional, debe elegirse y los candidatos a presidirlo son o Álvaro Delgado o Javier García.
Mienta tanto, en el Partido Colorado, Pedro Bordaberry y Andrés Ojeda miden fuerzas.
¿Cómo va a encaminarse todo esto?, esa es la otra pregunta.
Lo primero será las departamentales, posteriormente nombrarán los cargos que el Frente Amplio otorga a la oposición; y después será nombrado el presidente del Directorio del Partido Nacional.
Por otro lado tendremos a los ministros del Gobierno del Frente Amplio ya instalados en sus despachos y por fin sabremos, si Dios quiere, cuales son las prioridades de esta administración, pero ya sin la retórica de las elecciones, sino las prioridades reales, donde van a apuntar, porque para repartir hay que generar, o de lo contrario pedir prestado.
El problema es que el ministro Menoni, como Astori en 2018, presenta una lógica divisionista donde no debería haber más que unidad.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | El jueves 6 asumió el nuevo ministro de Turismo, Pablo Menoni, y la nueva subsecretaria, Ana Claudia Caram, que comparten ser del interior del país, de Salto y Rocha, respectivamente, por lo que podemos esperar que trabajen descentralizando una actividad que tiene un fuerte protagonismo en el interior.
Montevideo es una ciudad con un fuerte atractivo turístico, pero nadie duda que Maldonado, Rocha, Colonia, Salto, Paysandú, son también puntos centrales en esa actividad, aunque correspondería mencionar a los 19 departamentos ya que todos tienen sus atracciones y encantos.
En su discurso de asunción Menoni recordó la figura del exministro de Economía y exvicepresidente, Danilo Astori, cuyos aportes a la estabilidad nacional nadie puede negar. Pero la cita refiere a expresiones que realizó en 2018 sobre la importancia del turismo en Uruguay, colocando esa actividad por encima de la agropecuaria.
Menoni leyó textualmente las palabras de Astori sobre el turismo: “Es el principal productor de ingresos del país, y esta actividad para Uruguay es más importante que la carne, el arroz y la soja”.
Con la cita del exministro, Menoni repite un error que es fácilmente refutable apelando a los datos oficiales del Ministerio de Turismo y a Uruguay XXI.
En 2024 los ingresos generados por el turismo fueron US$ 1.750 millones. Ese mismo año, Uruguay XXI informó que las exportaciones de carne de vacuno fueron por US$ 2.026 millones y las de soja US$ 1.199 millones. Astori no mencionó a la celulosa, pero en 2024 ese producto tuvo exportaciones por US$ 2.545 millones.
MÁS ALLÁ DE LAS CIFRAS.
El error de Menoni no es solo cuestión de números, sino bastante más grave.
Cualquier mortal podría cometer una equivocación al citar cifras incorrectas y eso es fácilmente subsanable y de corrección rápida, alcanzaría con un comunicado al día siguiente aceptando la confusión.
El problema es que Menoni, como Astori en 2018, presenta en su afirmación una lógica divisionista donde no debería haber más que unidad. Seguramente ese no fue el objetivo buscado, pero es a donde nos lleva.
Uruguay es uno solo y todo lo que cada uno aporte va en beneficios de todos, por lo que es deseable que el turismo multiplique sus aportes, lo mismo vale para la agropecuaria y cada una de las actividades que se desarrollan en el país.
El principio básico aquí debería ser que a Uruguay lo sacamos adelante entre todos y si todos empujamos de la misma manera hacia adelante, si alguien cree que fraccionando puede lograr un país mejor, es porque no entendió nada.
Desde este lugar periodístico celebramos los discursos de Menoni y de Caram en prácticamente su totalidad, con la excepción de que no podemos dejar de observar el error cometido en 2018 y repetido nuevamente en la jornada de ayer.
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En la foto Menoni con el presidente Orsi y la vicepresidenta Cosse | Foto MTUR.
El 1° de marzo planteó la posibilidad “multiplicar los acuerdos con los grandes países de referencia de nuestro mundo en forma bilateral y multilateral” y se comprometió a trabajar en eso durante los próximos cinco años.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | En conferencia de prensa junto al mandatario alemán, Frank Walter Steinmeier, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, fue categórico al decir el domingo 2 de marzo que el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea es una prioridad del Gobierno.
Los países, los mercados, los ciudadanos, necesitamos de definiciones clares para poder entender hacia dónde va el país, y por eso es importante estar atentos a lo que se dice, a lo que se insinúa, a lo que se hace, como a lo que se deja de hacer y de decir.
Lo peor que puede hacer un Gobierno es caer en contradicciones, porque de esa forma su accionar puede parecer errático o indefinido. Nadie quiere vivir en un país donde no sabe qué sucederá en el corto o largo plazo.
En su primer discurso frente al Parlamento Nacional, Orsi dio un mensaje contradictorio en materia de integración comercial. Dijo dijo que “el avance de las acciones y acuerdos del Mercosur, el reforzamiento de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), la participación cada vez más activa en la OEA (Organización de los Estados Americanos), la profundización de la cooperación Sur-Sur, la multiplicación de los acuerdos con los grandes países de referencia de nuestro mundo en forma bilateral y multilateral, serán algunas de las banderas que desplegaremos en estos cinco años”.
La frase merece al menos una explicación para que todos sepamos cuál es la prioridad del Gobierno. Hasta ahora todos los mensajes eran en favor de un Mercosur unido y asumiendo todas las acciones dentro del bloque y en concordancia con los demás países miembros. Pero el 1° de marzo el mandatario introdujo un concepto nuevo: “Multiplicación de los acuerdos con los grandes países de referencia de nuestro mundo en forma bilateral y multilateral”, con lo cual se acerca a la posición del Gobierno anterior que en cada oportunidad que tuvo reclamó por flexibilizar el Mercosur y permitir acuerdos por fuera del bloque.
Con esa frase, Orsi también se acerca a Javier Milei, que también el 1° de marzo pero en su país reclamó “flexibilizar” el Mercosur para poder avanzar en un acuerdo bilateral con Estados Unidos.
¿Estamos ante un cambio de postura? Es lo que necesitamos saber, y de ser así, se abren varias interrogantes: ¿qué lo hizo cambiar de posición?, ¿qué tendrá para decir el presidente brasileño Luiz I. Lula da Silva y cómo Uruguay abordará el tema con Brasil?, ¿Uruguay planteará a la interna del Mercosur una estrategia común con su socio argentino?
Además, ¿qué países están en el objetivo del Gobierno por un posible acuerdo comercial?, China seguro, Estados Unidos es probable, ¿también estará India?
Está claro que el grupo Brics nació con un perfil económico, pero con el tiempo ha evolucionado a posiciones políticas cada vez más definidas que no ayudan sino que agravan el fraccionamiento que muestra el mundo en la actualidad.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | El presidente Yamandú Orsi ha insistido sobre lo importante que es Brasil para Uruguay. Algo que todos sabemos pero que es bueno que los gobernantes lo revaloricen y expliciten con acciones y gestos. Brasil no solo es nuestro vecino directo, también es la mayor economía de la región y un cliente primordial de lo que Uruguay exporta.
El mandatario brasileño, Luiz I. Lula da Silva sabe que necesitamos de Brasil mucho más de lo que ellos de nosotros. También es consciente del papel de liderazgo que cumple su país en el Mercosur como en todo el continente latinoamericano, y en función de ese liderazgo es que actúa y se comporta.
Cuando Lula da Silva invita a Uruguay a la cumbre del grupo Brics que se realizará el 6 y 7 de julio en Río de Janeiro, lo primero que tiene que hacer Uruguay es preguntarse el por qué de esa invitación, y lo segundo es analizar todo el panorama regional y global para comprender cómo puede repercutir en el mundo, en nuestros socios comerciales.
Por ahora, lo que se ve, es que Brasil busca conformar una base latinoamericana fuerte en la cual poder apoyarse, y de ahí ese acercamiento con países ideológicamente amigos o cercanos, como México, Colombia y Uruguay.
Está claro que el grupo Brics nació con un perfil económico, pero con el tiempo ha evolucionado a posiciones políticas cada vez más definidas que no ayudan sino que agravan el fraccionamiento que muestra el mundo en la actualidad.
Ignacio Bartesaghi, doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, opinó que Uruguay debe tener “cuidado” y como país tenemos que “pensar bien qué nos favorece”.
Participar de un bloque como el Brics implica posicionarse en determinado lugar del mundo, y eso es leído e interpretado por los países que integran el bloque como los que no.
EL INTERÉS DE GUSTAVO PETRO.
En abril de 2024 el presidente colombiano, Gustavo Petro, visitó Brasil y allí manifestó el interés de Colombia de adherir al Brics como miembro pleno lo más pronto posible, lo que fue acogido por Brasil con beneplácito, y se comprometió a promover la candidatura de Colombia”.
Sin embargo, el sector exportador colombiano advirtió que ese puede ser un paso equivocado considerando la importancia de Estados Unidos en el comercio exterior del país.
LA PRUDENCIA DE MÉXICO.
Diferente es la posición de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, que aún no ha dado una respuesta definitiva.
Sheinbaum dijo que México “todavía está definiendo” la participación, pero ya descartó su presencia personal, lo que ya es todo un mensaje de prudencia: “Si va alguien, acudiría un funcionario de Cancillería que pudiera ir como invitado a escuchar”, expresó.
Qué hará Uruguay no lo sabemos aún, pero la prudencia mexicana debe ser una lección que debemos tomar para no apresurarnos en decisiones que pueden generar tensiones donde ahora no las hay, o están controladas.
El mundo cambia rápidamente y no parece hacerlo para bien. No podemos pedir que se detenga para bajarnos, como si fuéramos Mafalda, pero tenemos que actuar con inteligencia, y lo más inteligente es ser prudentes.
Los movimientos migratorios no tienen por qué ser malos para el país anfitrión, aunque sí son malos para el país que expulsa a su propia gente.
Montevideo | Todo El Campo | Salvo contadas excepciones, los migrantes están siendo observados en todo el mundo. En algunos países hasta son maltratados y vistos con recelo porque los lugareños los ven como competidores que llegan a robarles puestos de trabajo, o en casos más complejos como quienes imponen tradiciones, culturas y costumbres, en vez de adaptarse al lugar al que llegan.
Dentro de los migrantes hay de todo. Están los que efectivamente trasladan sus costumbres y culturas masivamente negándose a aceptar las del país que los recibe, y están los que arriban con la mejor disposición de integrarse, asumen las costumbres locales y aceptan trabajos que los del lugar no quieren hacer.
Un principio que parece cada vez más olvidado es que los movimientos migratorios no tienen por qué ser malos para el país anfitrión, aunque sí son malos para el país que expulsa a su propia gente.
Es Europa y Estados Unidos es común que los extranjeros realicen tareas que los locales, por prejuicio, cultura o comodidad no están dispuestos a hacer, aunque el trabajo sea digno y la paga buena. En esos casos el extranjero realiza una labor que suele ser de mucho valor, pero el ciudadano local elige ignorarlo, y aunque sabe que aquel cumple con una responsabilidad que él rechaza, no dejo de verlo con desdén y desprecio.
Angels Unawares.
Un informe de la BBC publicado hace un año se refirió al tema: En España, “tradicionalmente (los migrantes) se emplearon en los sectores menos apreciados por los españoles, como la hostelería, la agricultura o la atención a ancianos y enfermos, pero últimamente encuentran también su espacio en sectores en crecimiento donde habitualmente se requieren profesionales de mayor calificación, como los servicios de asesoría y los relacionados con las tecnologías de la información”.
El Economista (de España) en artículo más recientemente publicó: “Las razones por las que el número de trabajadores extranjeros crece más en la España despoblada y concretamente en el noroeste son complejas y no es fácil encontrar estudios recientes que hayan abordado este fenómeno, pero el proceso ha propiciado ya iniciativas que lo están aprovechando para revitalizar los entornos rurales, atraer a ellos población trabajadora y generar tejido económico”.
Quienes tienen conocidos o familiares en España saben que eso es así, aunque con nuestra visión de país agroexportador y de turismo abierto al mundo nos cueste entender por qué los españoles se niegan a dichos trabajos. No obstante, también hay que consignar que en Uruguay no es fácil obtener mano de obra para el medio rural nacional, y no deja de ser paradójico que muchos de los que no gustan o no se animan a trabajar en el sector agropecuario nacional sí lo hacen en países lejanos.
¿Es que estamos dispuestos a hacer allá lejos trabajos que rechazamos acá? Sería interesante y enriquecedor que nuestras universidades -Udelar y las privadas- investigaran ese fenómeno para comprender un comportamiento que parece ser contradictorio.
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Foto de portada monumento al Inmigrante en la plaza del Inmigrante en el Cerro de Montevideo, escultura del uruguayo Walter Aiello.
Foto interna, monumento Angels Unawares (Ángeles inconscientes), colocada en 2019 en la plaza de San Pedro (Roma), escultura de Timothy P. Schmalz (canadiense).