El petróleo seguirá subiendo y Uruguay como país que compra el cien por ciento del petróleo que consume, lo sufrirá cada vez más. Si no hay un cambio, la puerta que se abre conduce a un paisaje de incertidumbre.
Hébert Dell’Onte | La carrera alcista del petróleo está golpeando a todos los países del mundo, algunos han debido implementar subas de combustibles a valores récord. En Los Ángeles, California, esta semana los precios llegaron a máximos históricos.
Por el momento nada en el mundo indica que la tendencia a la suba del petróleo vaya a tener un vuelco en sentido contrario, sino que, al revés, el mundo toma caminos que implicarán nuevos y más encarecimientos.
La guerra cruenta se focaliza en Ucrania, pero a nivel energético y económico tiene alcances muchos más amplios. El embargo al petróleo ruso por parte de la Unión Europea, dispuesto el lunes 31 de mayo, va en ese sentido.
No sé qué podría hacerse para cambiar la realidad, pero está claro que se vienen más incrementos y Uruguay como país que compra el cien por ciento del petróleo que consume, lo sufrirá cada vez más. Si no hay un cambio la puerta que se abre conduce a un paisaje de incertidumbre.
¿Cuál sería la salida? El Economista Ignacio Munyo (en la foto), director ejecutivo de Ceres, dijo en radio Universal que “cuando el precio internacional del combustible sube, hay muy poco que hacer”. Agregó que cuando el combustible sube “rebota en todos los sectores productivos, esto hará que la inflación sea difícil bajar”. “Uruguay debería tener como objetivo el transporte eléctrico”, sugirió.
Desde el Gobierno se está trabajando en el ese sentido. El Ministerio de Industria posee el programa Subite que busca beneficiar la compra de vehículos eléctricos, un esfuerzo del que también forma parte UTE. Pero el avance es lento, en Uruguay y el mundo. En 2021 la participación de vehículos eléctricos a nivel global fue de apenas el 11%.
Si queremos disminuir la dependencia del petróleo, ese parece el camino más certero. Hay que animarse a dar el paso, y hacerlo con decisión y metas claras en el corto plazo.
El puerto de Shanghái podría retomar su ritmo de trabajo luego del fin del encierro por el brote de Covid, mientras que en Europa la crisis energética se agrava como consecuencia de las medidas rusas.
Hébert Dell’Onte | Shanghái parece haber superado la ola de contagios de Covid-19 y las fuertes limitaciones impuestas por el Gobierno chino a la circulación de las personas comienzan a descomprimirse. La noticia debería ser sanitaria, pero para el mundo es fundamentalmente económica dado que los contagios y las restricciones en el movimiento causó estragos en el funcionamiento de la ciudad y del principal puerto chino -por lo tanto del mundo-, generando atascos de buques de todas las banderas y procedencias. Es atasco seguirá por un tiempo, pero al menos las fichas comenzaron a moverse.
“Es el momento que esperábamos desde hace mucho tiempo”, expresó el gobierno municipal de Shanghái en las redes sociales. Víctor Escribano, periodista corresponsal en Shanghái se limitó a poner una foto suya con la “V” de la victoria y la palabra “Libres” con varias “i” y varias “e”, y su crónica para El Heraldo (España) comenzó: “La gran mayoría de los 25 millones de habitantes de la metrópolis oriental china de Shanghái regresó hoy a sus calles después de que las autoridades pusieran fin a más de dos meses de un estricto confinamiento impuesto para atajar su peor rebrote de Covid”.
La noticia de la apertura el 1° de junio se había dado a conocer unos días antes y las últimas horas los ciudadanos habían celebrado la buena nueva con fuegos artificiales, también se reportan brindis con champán, dicen algunas crónicas.
El 1° de junio las calles que durante tanto tiempo estuvieron vacías, se llenaron de personas y vehículos. Sin embargo, sólo el 90% de la población tiene autorización de salir y cumpliendo muchas condiciones. El otro 10% restante es el que vive en zonas con casos activos.
Desde el punto de los comercios, el aforo se mantiene y rubros como el cine o museos permanecerán con las puertas cerradas por un tiempo más.
La noticia es buena para el mundo. Hoy somos todos chinodependientes, y todo lo que sucede en ese país nos afecta, incluso a nosotros, un pequeño país a miles de kilómetros de distancia.
Las empresas navieras, los exportadores y los importadores de todo el mundo miran ahora cómo el desconfinamiento comienza a movilizar las actividades del puerto el puerto.
EUROPA Y LA AMENAZA DEL APAGÓN ENERGÉTICO.
A pesar de esa chinodependiencia global, es necesario mirar hacia otras realidades del mundo, que no son para nada buenas.
El 31 de mayo se conoció que Gazprom cortó completamente el gas a la danesa Orsted y a Shell Europe porque estas compañías se han negado a pagar en rublos como exige Moscú. Además, Alemania instó a su población a acopiar alimentos por una posible crisis de suministros, así lo informaron medios internacionales citando fuentes oficiales.
El comunicado de Gazprom indica que el corte de gas a Orsted y a Shell Energy Europe es “por completo”. Orsted es danesa y Shell Energy Europe suministra gas a Alemania.
Gazprom es la mayor empresa gasística rusa, y ya ha tomado decisiones similares con Bulgaria, Finlandia, Polonia y Países Bajos.
Como se ve, la emergencia global ya no solo será alimentaria, también energética, aunque esta última afectará fundamentalmente a los países europeos.
El gobierno alemán -téngase en cuenta que Alemania ha tenido un desempeño clave como motor de la economía de la Unión Europea y ya no cuenta con el liderazgo de Ángela Merkel- advirtió a sus ciudadanos sobre la necesidad de acopiar agua y alimentos.
Se teme que la escasez de energía afecte a los comercios más básicos como los supermercados, y en los hogares las heladeras podrían dejar de funcionar. Autoridades de Gobierno aclararon que el objetivo no es acumular sino hacer compras para aprovisionar, esto es una o dos unidades más, de tal forma de que no se genere escasez porque unos pocos se guardan todo en sus casas, como sucedió cuando inició la pandemia que faltaron productos como papel higiénico. El panorama global continúa caótico y no hay señales claras de que eso vaya a cambiar, sino lo contrario, avanzamos hacia escenarios dantescos que ninguno de nosotros tenía en mente hace unos pocos meses atrás, pero como dijo Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, la diplomacia es una pieza clave y ella podría poner fin a la guerra.
Lo afirmó la climatóloga, científica e investigadora estadounidense Cynthia Rosenzweig en una reunión con ministros y secretarios de Agricultura de las Américas para debatir iniciativas de acción climática para la transformación del sector.
La voz de la agricultura deber resonar con fuerza y ser protagonista en la Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, programada para noviembre en Egipto, por su rol clave y potencial único para liderar las acciones frente a los desafíos globales que impone este tema.
Así lo puso de manifiesto la climatóloga estadounidense Cynthia Rosenzweig, ganadora este año del Premio Mundial de la Alimentación, en la “Reunión de las Américas sobre Cambio Climático y Agricultura: En Camino hacia la Cumbre de las Américas de 2022 y Más Allá”, convocada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
El encuentro reunió a una veintena de ministros y secretarios de Agricultura de los países de las Américas con el propósito de tratar formas de abordaje conjuntas e identificar mecanismos apropiados de acción y oportunidades para canalizar recursos técnicos y financieros para transformar el sector agrícola ante el cambio climático.
“En la COP27 debe haber un enfoque mayor en la agricultura”, sentenció Rosenzweig, investigadora sénior y jefa del grupo para impacto climático del Instituto Global de Estudios Espaciales de la NASA.
“El mundo entero está hablando sobre la urgencia de tener una acción ante el cambio climático y no tenemos todo el tiempo para hacer las cosas, debemos embarcarnos en la década de la acción para el clima ya”, enfatizó la principal científica adjunta en la Facultad de Climatología de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Esta agrónoma y agricultora con más de 40 años de carrera profesional, remarcó ante los líderes del sector agropecuario del hemisferio que, para lograr avances significativos en materia climática, es imperativa la voluntad política, más aún en el escenario global actual marcado por la pandemia y el conflicto bélico en el Este de Europa.
“Aunado al conflicto que está impactando la agricultura y la seguridad alimentaria en todo el mundo, también necesitamos una voluntad política mayor para ayudar al sector agrícola. Tenemos que trabajar juntos para poder transformar el sector, para poder responder a los retos del cambio climático, los medios de vida de los agricultores y la seguridad alimentaria”, complementó la fundadora en 2010 del Proyecto de Intercomparación y Mejoramiento de Modelos Agrícolas (AgMIP, en inglés), una red mundial de investigadores que con el uso de modelos climáticos y de sistemas alimentarios ayuda a mejorar el pronóstico del futuro de los sistemas agrícolas y alimentarios.
Ante los ministros, Rosenzweig reconoció que el sector agrícola de la región, al que catalogó de innovador, ha venido sumando avances cruciales en respuesta a los retos climáticos, entre ellas estrategias de adaptación del agro.
Citó las vinculadas a la conservación y la gestión del suelo y agua, la diversificación de cultivos, la de agricultura climáticamente inteligente, los sistemas de alerta temprana, el cambio creciente de las plantaciones para evitar el calentamiento del hábitat y las plagas y la gestión mejorada de los pastos y el ganado.
“Las estrategias de adaptación están aumentando y eso es lo que se necesita, pero también necesitamos hacer más”, indicó la Premio Mundial de la Alimentación 2022, dejando claro que el sector agropecuario requiere apuntalar aún más sus esfuerzos.
“Claramente necesitamos entendimiento técnico y allí es donde el IICA es un líder definitivamente, necesitamos que mejoren la gobernanza y haya nuevas estrategias para hacer frente al cambio climático; existen barreras y en este momento no podemos superarlas, faltan programas educativos para los agricultores, conocimiento adecuado para la adaptación y limitaciones financieras que son una parte fundamental”, describió Rosenzweig, respaldando sus argumentos con el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), organización intergubernamental de las Naciones Unidas.
En la reunión la científica norteamericana repasó además los impactos actuales y los previstos en materia de alimentación y agricultura a raíz del cambio climático, así como la vulnerabilidad de las Américas y los sistemas agroalimentarios si se acrecienta la inacción climática y el calentamiento global.
“Vamos a tener cambios climáticos mucho más extremos y la seguridad alimentaria se verá cada vez más afectada. Hay significantes impactos actuales y proyectados en muchas de las regiones: las precipitaciones y las temperaturas extremas se intensificarán, habrá disminución en la provisión de agua o en el suministro de agua que va a tener una repercusión en la producción agrícola, en la pesca tradicional que impactará la seguridad alimentaria y en los medios de vida rurales, de los agricultores, especialmente para agricultores pequeños y medianos, los pescadores y los pueblos indígenas”, concluyó la experta. (IICA).
La foto: Cynthia Rosenzweig, ganadora del Premio Mundial de la Alimentación 2022. Fotografía de: https://www.wfp.org/.
El gremialismo ahora es de propuesta. Se necesitan gremios fuertes, que piensen, que ayuden a encontrar las soluciones, para eso deben revisar hasta su propio funcionamiento.
Horacio Jaume | El gremialismo rural sufre igual que los países y los gobiernos a los cambios que se ven sometidos. Porque hoy las exigencias son otras, porque el mundo se ha globalizado, porque las noticias corren más rápido y los mercados también son más sensibles.
La Federación Rural cumplió sus 105 congresos, con ello está demostrando primero que todo, su condición para soportar cambios, que no quiere decir que no los sufra de igual manera.
De aquel gremialismo contestatario de un país cerrado al mundo, tomando como ejemplo sólo a la carne, el consumo interno muchas veces estaba por encima de lo que se exportaba. Hoy se va el 80%.
El gremialismo ahora es de propuesta. Se necesitan gremios fuertes, que piensen, que ayuden a encontrar las soluciones, para eso deben revisar hasta su propio funcionamiento.
La Federación llegaba con problemas internos que exigen cambios y no siempre se está de acuerdo, además su presidenta Mónica Silva, faltando un año de mandato, renunció a su cargo.
Frente a este primer hecho hubo una lista única y en ella prácticamente están todos los departamentos representados. A nivel nacional, con el Gobierno, tienen una misma partitura. El hecho que el Gobierno reconozca que es un país agropecuario facilita la situación.
Políticamente, en los hechos, el triunfo de la actual Administración en las elecciones Nacionales, se lo debe al ruralismo; lo que se ratificó en el último plebiscito. La presencia fuerte del Gobierno en Tacuarembó, hasta la asistencia del propio presidente de la República, Luis Lacalle, así lo demuestra.
Dijo el nuevo presidente de la Federación Rural, Martín Uría, “estamos en el mismo camino, pero no de la mano, pero sí en el mismo camino”.
Las diferencias no están en los temas, sino en la velocidad.
En el discurso de la expresidenta Mónica Silva, le sugiere al presidente apurar el tranco, y este le replica inmediatamente diciéndole “con galopito”. Es la misma partitura, un “arreglador” puede afinar los instrumentos para que salga una buena melodía, no nos podemos olvidar de otros sectores pero hoy el campo es nuestra mayor riqueza.
Cuando en plena pandemia se sostuvo por parte del Gobierno que no se podían parar los motores y que estos debían seguir funcionando, la respuesta está a la vista: La exportación de carne, las buenas cosechas de cultivos de verano, todo se puede apreciar en las producciones. Ni que tal vez que Dios les dio una mano, pero que el campo cumplió, cumplió.
Durante este debate, se intercambiaron diferentes visiones y perspectivas sobre el vínculo del sector agrícola y el consumo de agua en nuestro país y a nivel mundial.
Mercedes, Soriano | Se realizó el 26 de mayo el debate “Agua y agricultura: ¿Cómo preservar la calidad del agua?” que forma parte del ciclo “El agua, tesoro del siglo XXI”, organizado por la Alianza Francesa en Uruguay, la Dirección de Recursos Naturales. El evento tuvo lugar en la Casa de la Cultura en la ciudad de Mercedes, Soriano.
Durante este debate, se intercambiaron diferentes visiones y perspectivas sobre el vínculo del sector agrícola y el consumo de agua en nuestro país y a nivel mundial.
Participaron en las ponencias la Dra. Chantal Gascuel (directora de Investigación INRAE, Instituto Nacional de Investigación Agrícola, Alimentaria y Medioambiental de Francia), el Ing. Agr. Martín Mattos (director de Recursos Naturales, DGRN/MGAP), el Ing. Agr. Andrés Beretta (técnico en manejo y conservación de suelos de DGRN/MGAP), Alejandro Corvi (presidente de la Red Uruguaya de ONGs Ambientalistas) y el Lic. Marcel Achkar (investigador del Laboratorio de Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental del Territorio del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República).
“UN ELEMENTO CENTRAL”.
Mattos, expresó que para Uruguay el agua es un elemento central, y celebró la realización de instancias que tienen como centro el intercambio sobre esta temática.
Destacó que desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) como Ministerio de la producción, se promueve el uso sustentable de los recursos naturales. En este marco subrayó la importancia de la política nacional en materia de cuidado del suelo y diferentes acciones que se han desarrollado en nuestro país para su cuidado y para generar conocimiento en torno a este recurso.
Valoró la política de uso y manejo responsable de suelos, los planes de lechería sostenible y el trabajo en proyectos e iniciativas como campo natural, gestión de efluentes, la iniciativa para el río Negro y actividades junto al sector agrícola- ganadero, donde se debe trabajar para seguir incorporando la dimensión ambiental.
Hay un trabajo conjunto con el Ministerio de Ambiente y se está llevando a cabo una articulación en diferentes temas siempre con el objetivo de obtener lo mejor para nuestro país, comentó.
Por su parte, Andres Beretta, técnico en manejo y conservación de suelos de DGRN, centró su presentación en la temática calidad de agua en el sector agrícola.
La actividad se encuentra disponible en el canal de YouTube de la Alianza Francesa en Uruguay y Soriano TV de la Intendencia de Soriano. Este último se puede ver en el siguiente material audiovisual.
El ciclo de debates “El agua, tesoro del siglo XXI” fue lanzado por la red de Alianzas Francesas en Uruguay, con el apoyo del Instituto Francés (Ministerio de Asuntos exteriores) y la Embajada de Francia en Uruguay.
El proyecto “El agua, tesoro del siglo XXI” tiene como objetivo explorar las cuestiones ecológicas, pero también necesariamente económicas, sociales y geopolíticas, relacionadas con el agua y su gestión. El ciclo incluye 7 conferencias-debate presenciales, acompañadas de talleres prácticos y eventos culturales, que se desarrollarán en todo Uruguay a través de la red de Alianzas Francesas, en colaboración con instituciones, ONG, empresas y medios de comunicación.
“Como la interdependencia de los sistemas de salud animal con la salud humana, los medios de vida y los ecosistemas nunca ha sido más evidente, el cambio de marca llega en un momento crucial”.
Hasta ahora era OIE, por Organización Internacional de Epizootias, pero la mayoría le decíamos Organización Mundial de Sanidad Animal, pero ahora cambió porque la institución insignia de la sanidad animal -como su nombre lo indica- renueva su identidad de marca.
Así lo informó la OIE en su página web: “La autoridad mundial en sanidad animal revela su nueva narrativa, identidad y logotipo, proporcionando más claridad a su mandato crítico”.
Agrega que a partir del 28 de mayo, “la Organización anteriormente conocida como la OIE está revelando una nueva imagen de marca, así como promoviendo el uso de su nombre completo, Organización Mundial de Sanidad Animal, con el acrónimo WOAH (OMSA en francés y español)”.
“EN UN MOMENTO CRUCIAL”.
“Como la interdependencia de los sistemas de salud animal con la salud humana, los medios de vida y los ecosistemas nunca ha sido más evidente, el cambio de marca llega en un momento crucial”, dice.
Estamos en una época en la que los brotes de enfermedades tienen impactos “más importantes y muy publicitados”, por lo cual “la necesidad de coordinación y movilización internacional es clara, no solo para quienes trabajan en el sector de la salud mundial, sino también cada vez más para los responsables de la formulación de políticas y el público en general”. Si se logra “mejorar la salud animal a nivel mundial, los medios de vida se transforman, las economías se impulsan y el mundo se convierte en un lugar más seguro y saludable”. En este mundo, “WOAH busca ser un líder en la construcción de un mundo más sostenible, uno que abarque plenamente la interdependencia de los sistemas de salud”.