El productor anfitrión expresó su satisfacción por “poder mostrar realidades interesantes” en lo económico y productivo.
Montevideo | Todo El Campo | Richard Avelino, responsable el establecimiento Lourdes en Parada Olivera (Soriano) recibió a más de 50 visitantes este jueves 9 de octubre al realizarse la actividad de campo Producción e invernada intensiva de corderos, una instancia organizada por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) a instancias del Instituto Nacional de Colonización (INC).
El productor anfitrión expresó su satisfacción por “poder mostrar realidades interesantes” en lo económico y productivo.
Lourdes costa de 400 hectáreas de las cuales 280 se dedican a la agricultura, y 120 son para la producción de carne ovina, en una resolución que tomó el emprendimiento en 2017, porque “era la producción de carne que calzaba mejor para nuestra estructura”, además de que “el ovino era la única actividad que me permitía solventar el costo de un empleado”, agrego.
Recordó que en ese momento (2017) “la agricultura había achicado los márgenes y la carne generaba otro ingreso productivo”.
La raza ovina inicial en esa iniciativa fue Milchschaf, después pasó a Texel, y más tarde, por recomendaciones técnicas optó por Highlander. “Decidimos afianzar la base materna Highlander por su alta tasa mellicera por naturaleza, lo que nos lleva a producir muchos kilos de carne”.
Al afirmar la base materna comenzaron a probar cruzas terminales que aseguren una mayor producción de carne, “logrando los resultados de 400 k de carne por hectárea”, lo que definió como “un número altísimo” pero “aún estoy lejos del techo”, aseguró Avelino.
Además de la producción, se busca que el trabajo no sea intensivo. Avelino y un empleado hacen toda la tarea de lunes a viernes, porque una de las características es “no ser esclavo del laburo, sino trabajar confortablemente, para eso se hizo el animal a uno y no uno al animal”. Es “el animal el que se tiene que acostumbrarse al productor y no a la inversa”, reflexionó.
Las 120 hectáreas dedicadas al ovino “están divididas en 15 parcelas, de las cuales 2 tienen 15 hectáreas, el resto son de 5 o 6 hectáreas; en pasturas se hace mucha alfalfa y en invierno raigrás o avena como para aportar algo distinto”.
“La alfalfa nos permite tener abundancia de comida y tener la reserva forrajera que se necesita para el invierno”.
EL PERRO EVITA LOS DEPREDADORES.
Avelino destacó el trabajo que realizan sus dos perros Border Collie que trabajan muy bien, y un perro Maremano que vive con las ovejas. “Eso nos ha permitido que no tengamos mortandad por zorros” a pesar de la proximidad de “miles de hectáreas de forestación, o sea que si hablamos de zorros podemos tener muchos, pero con el Maremano logré erradicar ese daño que era muy grande. Incluso el abigeato también se erradicó”.
Consultado sobre la lana dijo que “es un costo, pero no nos estresamos por lo que vale. Yo estoy focalizado en la producción de carne”, enfatizó.
Producción periodística: Horacio Oyhenard Pereira | Foto: SUL.
Montevideo | Todo El Campo | Productores y técnicos participaron este miércoles 9 de octubre en una jornada de campo sobre producción e invernada intensiva de corderos, realizada en el predio del productor Richard Avelino, en Parada Olivera, Soriano, organizada por el Instituto Nacional de Colonización (INC) junto al Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Durante la actividad, los participantes recorrieron el establecimiento, observaron los resultados productivos y dialogaron sobre manejo forrajero, planificación, alimentación y sanidad. El sistema implementado por Avelino alcanza más de 400 kilos de carne por hectárea al año, demostrando el potencial de la producción ovina intensiva para mejorar la eficiencia y sostenibilidad en el rubro.
Aunque el productor no es colono, destacó la importancia de abrir su establecimiento para compartir su experiencia con colonos y productores vecinos, fomentando el intercambio de conocimientos y la cooperación en el territorio.
La jornada contó con la participación del presidente del INC, Alejandro Henry, quien valoró la importancia de estas instancias y repasó los principales ejes de trabajo del instituto para este período de gestión.
“Las mujeres, los jóvenes y los productores familiares están en el centro de nuestra acción. Queremos fortalecer líneas de crédito nuevas y potentes, mejorar la conectividad y la energía en las colonias, y trabajar junto a intendencias y organismos para mejorar la infraestructura rural”, expresó.
Asimismo, subrayó la relevancia del trabajo interinstitucional para potenciar el desarrollo rural: “Vemos al INC como parte de toda la institucionalidad agropecuaria. Con INIA, UTE, Antel, Dinamige y las intendencias estamos generando alianzas para que los colonos y productores tengan las herramientas necesarias para desarrollarse”, señaló.
El jerarca también destacó la necesidad de seguir promoviendo políticas que favorezcan la participación de mujeres y jóvenes en el medio rural, el acceso a la tierra y la consolidación de un modelo de desarrollo sostenible que permita a las familias afincarse y crecer en el campo.
LA OVINOCULTURA ES FUNDAMENTAL PARA COLONIZACIÓN.
En declaraciones que se publican a continuación, Henry dijo que “la ovinocultura está presente y es una herramienta fundamental para el INC, tratando de reactivar el rubro ovino, ya sea de carne como de lana fina a través del proyecto Crilu que INIA ha desarrollado por más de 15 años”.
Destacó que con el ovino se puede beneficiar el suelo y no perjudicarlo como demuestra la información científica en cuanto a que “se están elevando los niveles de nutrientes con un manejo adecuado. No es tanto el tema del ovino, sino como se maneja”.
El encuentro finalizó con un intercambio abierto entre productores y técnicos, que compartieron experiencias, resultados y propuestas para fortalecer la producción ovina en la región y continuar impulsando el desarrollo territorial sostenible.
Como elemento importante para impulsar el ovino, dijo que lo primero es “aterrizar los paquetes tecnológicos”.
En segundo lugar mencionó “el aporte de capital” para lo que el INC está trabajando con el BROU y otras instituciones, además del presupuesto nacional, “para tener más capital, de modo de no solo entregar tierras sino también dar la posibilidad de nuevos créditos” para la compra de animales, realizar pasturas, asegurar el agua en la parcela.
Y el tercer elemento es que “el redimensionamiento de fracciones que hoy no cumplen el área mínima para una explotación rentable y tenemos muchas fracciones demasiado pequeñas”. Por ejemplo, “si un colono tiene 50 hectáreas, tenemos que llevarlo a un mínimo de 100 para que esa familia tenga un mejor rendimiento económico y mejor calidad de vida”
Entrevista de Horacio Oyhenard Pereira | Foto: INC.
“La sanidad animal es un pilar estratégico para el país”.
Montevideo | Todo El Campo | La Federación Rural emitió un comunicado sobre el fideicomiso de la garrapata y la bichera en el que dice que es “incorrecto plantear una contraposición entre la campaña contra la garrapata y la política de Estado orientada a la erradicación de la mosca de la bichera”.
Esa “contradicción es falsa, ya que a nivel legal y presupuestal ambas están siendo implementadas”, sostiene, y propone “incorporar cambios al fideicomiso de la mosca de la bichera” que se mencionan a continuación:
Declaración de campaña de erradicación de bichera política de Estado en texto de artículo de la ley.
Dsegurar reserva de dinero exclusivo para bichera, de al menos 6,2 millones de dólares.
Dicha reserva se puede cambiar en su destino solo por unanimidad de votos en gobernanza de fideicomiso.
Gobernanza de fideicomiso con participación de productores en mayoría. (Gremiales de productores y gobierno).
Asegurar un porcentaje para destinar en investigación en salud animal.
Dejar un porcentaje de los ingresos de enfermedades prevalentes en dicho fondo. Al menos un 50%.
Posibilidad de redireccionamiento de recursos en casos de emergencias sanitarias.
Concluye que “la sanidad animal es un pilar estratégico para el país y que no puede quedar sujeta a decisiones coyunturales”.
En cada país que se visita se identifica los productos a exportar, las dificultades para ingresar a esos mercados, la promoción y el apoyo al trabajo de las embajadas en cada destino.
Montevideo | Todo El Campo | La ministra interina de Relaciones Exteriores, Valeria Csukasi, regresó de un viaje por Japón, Nueva Zelanda, Malasia e Indonesia, cuya agenda profundizó en las posibilidades de intercambio comercial y la apertura de mercados, así como el acceso a cooperación internacional en riego. En esta gira por Asia y Oceanía, la jerarca recorrió Vietnam, Singapur y Australia y se trasladará, a finales de octubre, a China y Filipinas.
JAPÓN.
En relación a la visita a Japón, Csukasi informó sobre el trabajo para acelerar procesos en torno a dos asuntos de relevancia: posibilitar la venta de lengua bovina, mondongo y carne ovina, y habilitar nuevas plantas frigoríficas para la exportación al país asiático.
INDONESIA.
La meta de las autoridades uruguayas en Indonesia fue “que identifiquen a Uruguay como un socio potencialmente clave en un mercado inmenso”, señaló. La secretaria de Estado mantuvo reuniones oficiales destinadas a la habilitación de productos cárnicos y lácteos. En ese marco, mencionó el interés del Gobierno local en desplegar un plan nutricional dirigido a niños y madres embarazadas, que consiste en ofrecerles un vaso de leche en escuelas y hospitales.
MALASIA.
En Malasia, la visita coincidió con la llegada del primer cargamento de carne bovina uruguaya, habilitación que requirió varios años. “Hoy solo hay dos establecimientos habilitados. Esperamos que sea el puntapié inicial para que otros estén presentes”, manifestó la canciller interina.
NUEVA ZELANDA.
Finalmente, explicó que la misión en Nueva Zelanda incluyó otros asuntos, además de los comerciales, como innovación, riego, agricultura “verde”, cambio climático y los “créditos de carbono”, es decir, el financiamiento de proyectos para la reducción de emisiones de este componente. Adelantó que hay interés en avanzar en cooperación sobre riego en campos uruguayos, en el marco de la nueva ley de promoción de esta actividad.
DETALLES DE LA GIRA
La secretaria de Estado desarrolló la misión en Indonesia los días 15 y 16 de setiembre. Allí, se reunió con el secretario del Ministerio Coordinador para Asuntos Alimentarios, Ir. Kasan, MM; el viceministro de Ambiente, Diaz Hendropriyono; el ministro de Comercio, Budi Santoso, y autoridades de la Cámara de Comercio e Industria del citado país asiático.
Csukasi estuvo en Malasia entre el 17 y 19 de setiembre para reunirse con la subsecretaria de la División Américas del Ministerio de Relaciones Exteriores, Haznah Binti Hashim; el vice primer ministro, Ahmad Zahid bien Hamidi; el secretario general del Ministerio de Industria y Comercio, Hairil Yahri Yaacob, y el director ejecutivo de Halal Development Corporation Hairol, Ariffein Sahar. Asimismo, participó en la Conferencia Mundial de Negocios Halal y visitó el pabellón del sector privado distribuidor de carne bovina uruguaya.
En Nueva Zelanda, la visita los días 22 y 23 de setiembre permitió que la jerarca mantuviera reuniones con el director de la División de las Américas, James Waite; la directora de la División de Clima, Antártida y Medioambiente, Alice Revill; el subsecretario del Grupo de Comercio y Asuntos Económicos, Vangelis Vitalis; el ministro de Comercio y Agricultura y ministro asociado de Relaciones Exteriores, Todd McClay; la subdirectora general de Política y Comercio del Ministerio de Industrias Primarias, Julie Collins, y el Consejo Empresarial Latinoamérica – Nueva Zelanda.
En Japón, Csukasi estuvo entre el 1° y el 3 de octubre. Visitó la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio; se reunió con el viceministro de Estado para Asuntos Exteriores, Takuma Miyaji, y mantuvo encuentros por consultas políticas y con autoridades del Comité Conjunto Económico y Comercial Uruguay – Japón.
Ministra interina de Relaciones Exteriores, Valeria Csukasi.
Su atención requiere elaborar un programa de manejo integral.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Alfredo Fratti, ha dicho que el de la garrapata es uno de los mayores problemas que tiene el país: “Es un desafío nacional, y créanme que debe ser de lo más importantes que tenemos como nación”, dijo en el cierre de la Expo Rocha en declaraciones publicadas por Todo El Campo (*).
Sin duda que es una afirmación que el común de la opinión pública no logra entender en su gravedad, porque a pesar de que se trata de un país ganadero -igual que Argentina y Brasil-, los ciudadanos viven y analizar la realidad como si su economía y las políticas sociales no dependiera de que a la agropecuaria le vaya bien. Eso pasa en prácticamente todos los países del mundo.
Lo real e indiscutible es que la garrapata es un serio desafío nacional y regional, y como bien dijo Fratti, es “de los más importantes” que un país ganadero puede tener. Piensen la catástrofe que significaría para las finanzas y el funcionamiento de nuestros países si la principal actividad económica se viera frenada por alguna circunstancia adversa.
Aquí en Argentina ocurre algo similar: “La garrapata representa hoy uno de los desafíos más serios para la sanidad animal”, así lo plantea un artículo publicado en la web de CREA Argentina. Pero no solo Argentina, Brasil y Uruguay enfrentan el desafío, también el mundo: “La garrapata representa hoy uno de los desafíos más serios para la producción ganadera a nivel mundial, especialmente en las regiones tropicales y subtropicales. Este ectoparásito, que afecta tanto a la sanidad animal como al rendimiento productivo, constituye el mayor obstáculo para una ganadería eficiente, rentable y, en especial, sustentable”.
Un dato: cada garrapata hembra (teleogina) puede consumir el equivalente a tres gramos de carne o hasta nueve mililitros de leche. En zonas favorables donde la infestación es persistente, se estima que un animal puede dejar de ganar entre 60 y 80 kilos de peso vivo al año. Esta pérdida no solo afecta el peso de faena, sino también la condición corporal de los vientres, repercutiendo directamente en la tasa de preñez.
La amenaza de la garrapata es real y se ha “extendido en múltiples países” con un impacto que “se ha intensificado debido a factores ambientales, sanitarios y económicos que obligan a repensar los modelos actuales de control con “pérdidas directas e indirectas que provoca la infestación por garrapatas”.
Algunas de las pérdidas directas se generan por “la merma en la producción de carne y leche, así como la mortalidad de animales”, en tanto que las pérdidas indirectas son “quizás las más preocupantes” y “tienen que ver con la transmisión de enfermedades como la tristeza bovina y la disminución en la eficiencia reproductiva, entre otros efectos. Este impacto acumulativo afecta no solo la rentabilidad de las empresas ganaderas, sino también su sostenibilidad”.
“Si no se logra un control efectivo de la garrapata, muchos sistemas ganaderos pueden quedar fuera del sistema productivo, es decir, está en juego la continuidad misma de la actividad en ciertas regiones”, dice el artículo de CREA Argentina en una advertencia que vale para todos los países del mundo.
Es que todo favorece a la garrapata: “Estudios recientes han mostrado que debido al cambio climático y modificaciones en los sistemas de producción, áreas que antes eran desfavorables ahora podrían convertirse en endémicas”.
“El futuro de la ganadería en muchas regiones dependerá de la capacidad de anticiparse a los problemas y no simplemente de reaccionar cuando las pérdidas ya son inevitables”, señala.
VÍNCULO GARRAPATA BICHERA.
La garrapata tiene un punto de encuentro con la miasis o bichera, “una complicación secundaria que se ha vuelto cada vez más frecuente debido a la resistencia de garrapatas a ciertos principios activos como las lactonas. Cuando una teleogina cae del animal, deja una herida sangrante que sirve como puerta de entrada para las larvas de la Cochliomyia hominivorax. En infestaciones masivas, estas heridas pueden afectar áreas sensibles como la vulva o la ubre, obligando incluso al descarte de animales. Aunque no siempre se cuantifica, este problema tiene un impacto económico considerable”.
Lo que es asumido como una obviedad, es que “no controlar la garrapata implica una cadena de consecuencias”; y “dejar garrapatear es condenar al sistema a la ineficiencia y a la pérdida de competitividad, tanto a nivel regional como internacional”.
DISEÑAR PROGRAMAS.
El combate a la garrapata no consiste únicamente en aplicar productos químicos, “sino de diseñar programas integrales de control basados en vigilancia, diagnóstico temprano, control sanitario responsable, rotación de principios activos y medidas de manejo que contemplen el ambiente y la estructura productiva. Si no se aborda este desafío con seriedad, no solo se compromete la rentabilidad de las explotaciones, sino la sustentabilidad misma del sistema ganadero”.
La lucha contra la garrapata exige un enfoque técnico, estratégico y colectivo. El diagnóstico de resistencia, el uso responsable de productos, el control sobre toda la población animal y el compromiso del productor y el veterinario son claves.
El contexto global desafiante exige una nueva generación de políticas públicas para los sistemas agroalimentarios, advirtieron expertos de organismos internacionales reunidos en el IICA.
Montevideo | Todo El Campo | El contexto global desafiante -con cambios geopolíticos, fenómenos climáticos extremos y transformaciones ecológicas- obliga al diseño de una nueva generación de políticas públicas para los sistemas agroalimentarios, dijeron y coincidieron expertos de organismos internacionales reunidos en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en Costa Rica.
En la apertura del Diálogo Hemisférico, que consiste en una serie de sesiones de discusión e intercambio regional durante dos días, se pusieron sobre la mesa experiencias transformadoras de políticas públicas agroalimentarias en las Américas que ya están en marcha, generan resultados y pueden ser escalables.
Participan en el evento altas autoridades -directores, funcionarios y responsables del diseño, implementación y evaluación de políticas en el hemisferio- de la Alianza Bioversity-CIAT, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), FAO, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (Ifpri), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el IICA. También asisten representantes del sector privado y la academia.
Los participantes hicieron hincapié en la importancia de utilizar la ciencia en todo el proceso de generación de nuevas políticas públicas y señalaron que la nueva frontera de la tecnología hoy permite no solo producir más, sino también ser más sostenibles e inclusivos.
Señalaron también el reto que supone el debilitamiento del sistema multilateral de comercio, aunque pusieron de relieve la oportunidad que representa el sistema internacional de financiamiento verde, creado por los tratados ambientales.
Durante la jornada de inauguración del diálogo se presentó la publicación interinstitucional La transición hacia una nueva generación de políticas públicas para los sistemas agroalimentarios, resultado de dos años de trabajo colectivo sobre el tema.
MIRANDO AL FUTURO.
El director general del IICA, Manuel Otero, dio las palabras de bienvenida a los participantes y enfatizó que la convocatoria al Diálogo Hemisférico es una muestra de que el Instituto está mirando al futuro. “Somos una institución resiliente. Hemos atravesado muchas crisis que nos han hecho más fuertes. Esta semana el IICA cumplió 83 años y ya estamos hablando del camino al centenario, que será en 2042”, señaló.
Otero remarcó el protagonismo de la región para la seguridad alimentaria global, pues aporta una de cada tres toneladas de alimentos que se exportan en el mundo.
“En cualquier análisis de las perspectivas de la seguridad alimentaria global aparecen las Américas y particularmente América Latina y el Caribe. Tenemos un gran protagonismo actual que se va a consolidar en el futuro, pero de nosotros depende la hoja de ruta. Para eso necesitamos una nueva narrativa que refleje la verdadera cara del sector como parte de la solución, una nueva generación de políticas y nuevos liderazgos. En todo eso está trabajando el IICA”, explicó.
Hugo Chavarría, gerente del Programa de Innovación y Bioeconomía del IICA, fue el moderador de la primera sesión, en la que se discutió por qué y para qué es necesaria una nueva generación de políticas públicas. En ese sentido, advirtió que hoy al sector agropecuario se le piden objetivos diversos: “Antes solo se reclamaba mayor productividad; hoy también se pide sostenibilidad e inclusión, con abordajes diferentes que complican el escenario. De todas maneras, hay una gran cantidad de experiencias en nuestra región que demuestran que sí se puede”, afirmó.
Al reseñar los puntos salientes de la publicación La transición hacia una nueva generación de políticas públicas para los sistemas agroalimentarios, el especialista del Instituto, Joaquín Arias (quien también es el coordinador del Observatorio de Políticas Públicas para los Sistemas Agroalimentarios -OPSAa, del IICA-), subrayó que el escenario actual muestra que 295 millones de personas, en 53 países del mundo, enfrentan inseguridad alimentaria aguda y, en América Latina y el Caribe, son 19,7 millones de personas.
La publicación hace foco, entre otras cuestiones, en la necesidad de transitar de subsidios generalizados, que terminan siendo incentivos perversos, a pagos condicionados a desempeños y resultados medibles. También refleja la necesidad de hacer cambios estructurales en la gobernanza para ir hacia un sistema multisectorial y multiactor.
Héctor Peña, economista del Banco Mundial, se refirió a la necesidad de una mayor inversión en bienes y servicios públicos. “En los últimos 20 años se ha caído en la región del 2,6% al 1,6% del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario. Para tener una referencia, en la OCDE es de alrededor del 6,1%”, explicó Peña, y agregó que “ya no es sostenible que las políticas públicas sean diseñadas sin diálogo entre sectores público y privado”.
“Hoy se nos dice que tenemos que producir más con menos, pero falta subrayar que hay que producir mejor”, dijo Valeria Piñeiro, del IPFRI, quien consideró que la innovación debe incorporarse en tres frentes complementarios: político, tecnológico e institucional.
“También tenemos que discutir cómo podemos avanzar colectivamente en una narrativa coherente del sector, con los distintos actores, para ligar la parte de evidencia con la práctica y llevarla a la realidad”, agregó.
Nelson Larrea, de CAF, explicó que esa institución financiera se planteó ser el banco verde de América Latina y el Caribe: “Nos propusimos que, al 2026, al menos el 40% de nuestra cartera tuviera elementos de sostenibilidad muy claros. Y además tenemos una estrategia de sostenibilidad agropecuaria, con una meta al 2030 de alcanzar los 8500 millones de dólares en financiamiento hacia el sector”.
Jeimar Tapasco, de la Alianza Bioversity-CIAT, habló de los científicos y su rol, que es informar a los formuladores de políticas públicas. “Muchas veces –sostuvo- la ciencia toma partido ante algunos temas, cosa que no debería hacer. Cuando los datos se analizan y los resultados no coinciden con las teorías previas, hay que cambiar las teorías, no los datos”.
También participó Martín Piñeiro, director general emérito del IICA, quien señaló que los cambios geopolíticos son muy profundos, están ocurriendo y es bastante difícil saber cómo van a seguir. “Uno de los datos más importantes para el sector agropecuario –afirmó- es el debilitamiento del multilateralismo en general y de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en particular. En consecuencia, hay un resurgimiento de los acuerdos bilaterales y multilaterales para regular”.