Los Guayabos, el SUL y las razas participantes ofrecen la oportunidad de que cada consumidor pueda elegir ya no solo el corte, también la raza y la categoría, de acuerdo al paladar y la preferencia.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | La idea de certificar la carne ovina nació de forma similar a alguna letra de tango garabateada en una servilleta sin que su autor fuera consciente de la trascendencia que el tiempo y la historia le tienen reservado.
Fernando Burgueño, responsable de cabaña Los Guayabos así lo describió en el lanzamiento de la certificación de la carne ovina que tuvo lugar en la tarde del domingo 7 de setiembre en la Expo Prado 2025: “Fue un sueño loco”, dijo, y contó que el principio de la idea “surgió con una lapicera prestada y la parte de atrás de un folleto”.
Aunque loco y de comienzo medio bohemio, en los hechos concretos, el acuerdo significa que a partir de ahora, cuando el consumidor visite la góndola del supermercado y tenga en sus manos una bandeja o corte ovino premium envasado al vacío de la marca cabaña Los Guayabos, sabrá a través del etiquetado el detalle del corte, a qué raza pertenece y la categoría que está comprando. Los cortes son unos diez, entre ellos rack francés, paleta, cuarto trasero, asado, etc.
Del acto participaron Fernando Burgueño por cabaña Los Guayabos, el presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Alfredo Fros y los presidentes de las sociedades de criadores de las razas intervinientes: Washington Pereira por Hampshire Down; Lucas La Cava por Texel; Mauricio Nicoletti por Dorper; Rafael Elhordoy de la raza Corriedale; y Laureano Moreira, presidente de Ile de France.
El evento fue acompañado por música en vivo y el strogonoff de cordero elaborado en el momento y ante la vista de todos los asistentes por Pablo Núñez, ganador de Master Chef 2024 y productor rural.
El Ing. Agr. Marcos García Pintos del SUL, ofició de maestro de ceremonia.
UN SUEÑO HECHO REALIDAD.
Fernando Burgueño, de cabaña Los Guayabos dijo que ese día se concretó algo que “había soñado y que hoy es una realidad”, pero, aclaró, que él es solo “la cara visible de mucha gente que trabajó para lograrlo”.
“Fue un sueño loco, y este es el momento de agradecer”, expresó, y fue cuando recordó que la idea “surgió con una lapicera prestada y la pare de atrás de un folleto”. Esa idea, quizá por ser tan “loca”, significó “un apoyo bastante arriesgado por parte de Alfredo”.
También corresponde agradecer a los presidentes de las razas que se sumaron, bastando “básicamente un llamado telefónico. Todos entendieron la idea, el proyecto, el sueño. Y lo apoyaron desde un inicio”.
El cabañero lamentó la ausencia del frigorífico Minas, que por retrasos en un vuelo desde el exterior, su responsable no pudo asistir.
“EL ÉXITO ESTÁ EN NUESTRAS MANOS”.
Washington Pereira de Hampshire Down agradeció “por la oportunidad de poder ser parte del proyecto. Creo que es un sueño del que se habló durante muchos años, hasta que alguien -Fernando Burgueño- con mucho trabajo, con mucho sacrificio, moviendo cielo y tierra, tuvo la grandeza de ponerse el proyecto a los hombros y lograr sacar adelante algo que hasta hace poco tiempo no era imaginable”.
“Está nosotros, continuar apoyándolo, y descontamos que el éxito de esta empresa está en nuestras manos”, reflexionó.
“ES UN INCENTIVO MUY GRANDE PARA LOS PRODUCTORES”
Lucas La Cava (Texel), comentó que minutos antes la raza terminó de realizar una asamblea en la cual también se trató y habló sobre la certificación de carne ovina, “haciéndose una gran proyección sobre la producción de la carne ovina, apostando a la zafra”.
“Por supuesto que celebramos el lanzamiento de Fernando (Burgueño), ya que es muy importante para los productores, es un incentivo muy grande”, subrayó.
“UN ANTES Y UN DESPUÉS”.
Mauricio Nicoletti (Dorper) dijo que desde el comienzo “la idea de Fernando (Burgueño) parecía volada, pero a medida que fue tomando forma se marcó un antes y un después”, pero aclaró que no se trata de una frase hecha sino que realmente “es un antes y un después en el rubro carne ovina”.
Ahora el productor, “sabiendo que tiene el producto colocado a un precio diferenciado, tiene que ponerle parte de él para generar el mejor producto, pero a su vez sabe que va a tener fiabilidad y confiabilidad”.
“UNA PUERTA DE ENTRADA PARA EL NEGOCIO DEL RUBRO OVINO”.
Rafael Elhordoy (Corriedale) dijo que este año la raza está cumpliendo 90 años, habiendo transitado un largo camino, y no hay dudas de que se seguirá con ese rumbo.
Consideró que el lanzamiento de la certificación de la carne ovina es un momento para “disfrutar”, el cual comenzó con una llamada que le hizo Burgueño a quien no conocía. “Nos conocimos hoy, pero fue suficiente para regalar toda esa energía, toda esa actitud positiva para tomar este emprendimiento al que desde el comienzo le dijimos que sí, que nos parecía que era algo muy bueno”, algo que “él venía trabajando y pensando mucho, atando todos los cabos para que esto llegue a buen puerto. Sin duda que va a ser así, con el apoyo de todos los productores, los criadores de ovino, independientemente de la raza”.
“Esto es una puerta de entrada para el negocio del rubro que viene caído, pero siempre con la esperanza y la ilusión de que la oveja tiene que estar en los campos de Uruguay, por ser un rubro muy complementario, que ayuda muchísimo a la producción, a mantener limpios nuestros campos, y a fincar a la gente en la tierra”.
“TENEMOS UNA CONFIANZA IMPONENTE A LA CARNE Y EN NUESTROS PRODUCTOS”.
Laureano Moreira (Ile de France) valoró la certificación como “un plus” en la producción.
“El principal objetivo es dar un valor agregado a los cortes de carne ovina, un valor agregado al animal, un valor agregado a la producción ovina, que con tanto sacrificio, con tanta constancia, Burgueño y nosotros en nuestras casas lo impulsamos”.
Resaltó que Burgueño “lo soñó, lo habló en su casa, estaba siempre sobre la mesa, y hoy es una realidad, con una proyección muy positiva”.
“En la Sociedad de Criadores de Ile de France tenemos una confianza imponente a la carne y en nuestros productos, y con esto podremos dar ese valor agregado a los cortes” de todas las razas que intervienen en el lanzamiento.
“INICIATIVA ABIERTA A TODAS LAS SOCIEDADES DE CRIADORES”.
Alfredo Fros, presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana, recalcó el trabajo de Fernando Burgueño y de su familia que planteó un proyecto que nos da la oportunidad de “trabajar y construir algo que el tiempo va a decir, pero hoy no estamos capacitados para entender la dimensión que tiene”.
Destacó que “estamos cumpliendo con algo que es un pedido de los productores de mucho tiempo, de tener un producto bien presentado, certificado; pero también estamos cumpliendo con una demanda del público, porque el público está muy interesado en saber qué es lo que está llevando a su casa” y ese conocimiento se lo da la certificación. “Estamos cumpliendo con un pedido de la demanda y un pedido de la producción, no es menor lograr eso y tener la oportunidad de hacerlo”, enfatizó.
El lanzamiento lo hacen algunas razas, pero “se está abierto a todas las sociedades de criadores”, anunció; “y estaría buenísimo que lo pudieran hacer todos. De eso se trata este producto que se presenta, corte a corte y para todas las razas y para todas las categorías”.
“SABER EXACTAMENTE QUÉ ES LO QUE SE ESTÁ CONSUMIENDO”.
Sobre el cierre, Marcos García Pintos (SUL) dijo que “la idea de la certificación del SUL puede ser ampliada a otras marcas, pero quien apostó fue Los Guayabos con la idea de que el consumidor final pueda saber exactamente qué corte está comiendo, qué categoría de animal está comiendo, si es oveja, si es borrego, si es cordero”.
“Los animales que van a ser certificados tienen que tener buena terminación y buen peso, o sea que la certificación se hace en planta de frigorífico, cuando llegamos a la planta los animales que no quedan habilitados no salen con sello. Eso ya está conversado con la marca y con el frigorífico”.
El seminario también fue ocasión para reconocer el rol clave de los productores consorciados y sus familias.
Montevideo | Todo El Campo | El pasado viernes 29 de agosto, el anfiteatro del INIA Tacuarembó fue escenario de una jornada histórica para el Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas (Crilu). Con un lleno total y la participación de destacados técnicos y productores de diversas organizaciones nacionales e internacionales, el encuentro permitió compartir conocimientos, experiencias y perspectivas sobre el presente y el futuro de la producción ovina de alto valor en Uruguay.
La apertura incluyó la bienvenida de las autoridades de INIA y Crilu, seguida de la proyección de un video con testimonios de consorciados fundadores. A continuación, se desarrolló un bloque de presentaciones técnicas que sintetizó más de 12 años de trabajo conjunto, con aportes en genética, nutrición, resistencia a parásitos, eficiencia productiva y sostenibilidad ambiental y social. Las deliberaciones pusieron énfasis en la necesidad de proyectar la producción de lanas superfinas y ultrafinas hacia mercados diferenciados de alto valor, junto al creciente potencial de las carnes Merino.
El seminario también fue ocasión para reconocer el rol clave de los productores consorciados y sus familias, protagonistas de resultados que se estiman en más de 50 millones de dólares de impactos económicos, sociales y productivos directos, a los que se suman importantes beneficios indirectos. Iniciativas como el proyecto Crilumerino$ demostraron cómo la cooperación y la transferencia tecnológica de productor a productor pueden transformar sistemas familiares y regionales, generando mejoras productivas y económicas.
El espacio de almuerzo permitió socializar en un ambiente distendido, acompañado por una degustación de carne ovina Merino en distintas preparaciones, resaltando la calidad de este producto como parte del valor agregado que distingue a Uruguay en el mundo.
La jornada contó además con la conferencia internacional de Andrew Woods (Australia), referente en mercados de lana, quien aportó respuestas sobre calidad, certificaciones, tendencias de precios y oportunidades para Uruguay en nichos de lanas de alto valor trazadas y certificadas.
El cierre estuvo marcado por un hecho trascendente: la firma del Acta de Intención de Colaboración Interinstitucional entre Crilu, INIA, SUL e INAC, que establece un plazo de 60 días para definir los lineamientos y la operatividad de un convenio estratégico orientado a fortalecer la investigación, la innovación, la transferencia tecnológica y la cooperación institucional en las cadenas de lana y carne ovina de alto valor.
En síntesis, este Seminario no solo celebró los logros alcanzados, sino que conectó a toda la comunidad ovina y proyectó un futuro común, reafirmando que juntos estamos construyendo un modelo innovador, inclusivo y competitivo para la producción ovina del Uruguay.
La ultrasonografía ofrece un gran potencial para la clasificación del ganado ovino.
Flores | Todo El Campo | La Escuela Agraria Superior La Carolina, ubicada en el departamento de Flores, implementó una innovadora herramienta para las prácticas de los estudiantes, basada en la mejora genética y el desarrollo de la industria cárnica.
La ultrasonografía ofrece un gran potencial para la clasificación del ganado ovino en grupos de composición similar, posibilitando el seguimiento del desarrollo de estos rasgos durante la fase de alimentación, informó UTU.
Asimismo, se convierte en una herramienta valiosa para estimar objetivamente el valor de las canales, lo que contribuye directamente a mejorar la eficiencia y la calidad en la industria cárnica ovina.
Esta herramienta se considera fundamental en los programas de selección genética, al permitir la obtención de información precisa y objetiva sobre características clave como el área del ojo de bife, la grasa subcutánea y el grado de marmoleo.
Los datos obtenidos resultan esenciales para la construcción de los DEP (diferencias esperadas en la progenie), indicadores que orientan la toma de decisiones en los procesos de mejora genética.
En este contexto, la escuela ha incorporado activamente esta tecnología a sus prácticas educativas, en articulación con INIA Tacuarembó y sus técnicos referentes. En conjunto con los estudiantes, se llevan a cabo prácticas de ultrasonografía en la categoría recría del plantel ovino de la institución.
Los datos recabados son procesados y almacenados en el programa Sular (Sistema uniforme de levantamiento y almacenamiento de registros), utilizado por la escuela para la evaluación genética de sus ovinos, fortaleciendo así una formación técnica de calidad y contribuyendo al desarrollo de un sistema productivo cada vez más eficiente, sustentable y basado en información objetiva.
Técnicos de INIA y otros institutos presentaron resultados de investigación en genética, sanidad, calidad de lana y desempeño productivo del Núcleo Merino Ultrafino.
Montevideo | Todo El Campo | Los principales avances técnicos y los desafíos hacia una nueva etapa del Consorcio Regional de Lanas Ultrafinas (Crilu) marcaron el tono de la agenda de la actividad “Celebrar, conectar y proyectar: Crilu Uruguay”, que convocó a autoridades, técnicos, productores y referentes del sector ovino en la sede de Tacuarembó del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Durante el evento, que contó con la participación de los presidentes del INIA, del Crilu, del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y del Instituto Nacional de Colonización (INC), Miguel Sierra, Juan Carlos Tafernaberry, Alfredo Fros y Alejandro Henry, respectivamente; del vicepresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Leonardo Bove, y del director de INIA Tacuarembó, Juan Pedro Posse, se presentaron resultados de investigación en genética, sanidad, calidad de lana y desempeño productivo del Núcleo Merino Ultrafino, así como experiencias de transferencia tecnológica, a través de charlas y espacios de intercambio con referentes.
La primera charla estuvo a cargo del investigador de INIA y vicepresidente de Crilu, Fabio Montossi, quien presentó los principales logros de los consorciados en los últimos 10 años. Entre los hitos, destacó que “cuentan con más asesoramiento profesional, formación, especialización en venta de genética ovina y orientación a la producción de lanas finas, superfinas y ultrafinas, y de carne ovina con categorías jóvenes”. También resaltó que hubo un “aumento en el uso de información tecnológica de las fuentes tradicionales de INIA y SUL, y de Crilu”.
Sobre esa base y mirando al futuro, Montossi mencionó algunos ejes de la agenda de investigación, desarrollo e innovación del consorcio como “acelerar el proceso de afinamiento, seguir avanzando en las huellas ambientales y la adaptación de los animales al cambio climático manteniendo la calidad de carne y cortes para llegar a mercados de valor”.
Gabriel Ciappesoni, investigador de INIA, explicó en qué consisten las evaluaciones genómicas de INIA, centrándose en la experiencia con la raza Merino Australiano y el apoyo del SUL. Destacó que ya cuentan con “25 años de mejora genética, 4000 animales genotipados y miles de datos recogidos en los núcleos informativos, cabañas y la Plataforma de Fenotipado de La Magnolia”.
Las expertas Zully Ramos y Elize van Lier, ambas vinculadas al Crilu, repasaron los aportes del Núcleo Merino Ultrafino de Glencoe y la evolución del núcleo de resistencia a parásitos gastrointestinales de la Facultad de Agronomía (Udelar) y los aportes del consorcio, respectivamente.
El evento continuó con los resultados del trabajo sobre el desempeño productivo del Núcleo Merino Ultrafino. El investigador de INIA, Ignacio de Barbieri, destacó que, tras 12 años de selección, aumentó el peso vellón, el peso vivo de las ovejas y la supervivencia de corderos; y se redujo el diámetro de la fibra y mejoró el rendimiento al lavado, brillo y largo de mecha.
“Con estos datos podemos concluir que es posible mejorar la cantidad y calidad de lana y peso sin afectar la reproducción, que es fundamental tener estrategias integradas de mejoramiento genético, acompañado con buena nutrición y manejo, y que se debe continuar los monitoreos a largo plazo”, destacó De Barbieri.
Para pensar en un futuro más rentable para las lanas Merino de alta calidad en Uruguay, el investigador de INIA, Juan Manuel Soares de Lima, planteó que se deben seguir afinando las micras, “poniendo atención a parámetros que definen precios, como resistencia, largo de mecha y material vegetal”.
Soares de Lima también llamó a pensar en términos de marketing, a buscar nichos de mercado y dar a conocer la lana nacional, “para poder acceder a resultados soñados con valores, en muchos casos, por debajo de las 13 micras, que llegan a 150 dólares por kilo de lana en base limpia”. Asimismo, subrayó que “altas tasas reproductivas determinan un acelerado progreso genético y en lanas medias redundan directamente en un mejor ingreso por carne”.
Para conocer de primera mano las experiencias y aprendizajes de los consorciados que formaron parte del proyecto financiado por el Fondo de Promoción de Tecnologías Agropecuarias (FPTA) de INIA, «Crilumerino$», se invitó a dialogar a los productores Álvaro Méndez (Salto) y Fernando Notejane (Tacuarembó), junto a la técnica extensionista del SUL, Gracialda Ferreira, y al técnico del Instituto Plan Agropecuario, Emilio Duarte. En conjunto, destacaron la mirada holística del sistema y la necesidad de seguir formándose.
“NO HAY RAZÓN PARA QUE LA LANA URUGUAYA NO PUEDA RESULTAR ATRACTIVA”.
Sobre el cierre de la actividad, Crilu convocó a Andrew Woods, experto del Independent Commodity Services (ICS), una empresa australiana especializada en análisis del mercado lanero. Consultado por los factores de calidad que más influyen en lograr precios premium en el mercado australiano, Woods apuntó que, en lanas de menos de 13 micras, “el estilo y la resistencia de la mecha juegan un papel más importante en la determinación del precio”. Sin embargo, “en las categorías de 14 a 16 micras, cuanto más gruesa es la fibra dentro de ese rango, menor es la variación de precio asociada a las distintas cualidades de la lana”.
Sobre si ve oportunidades para las lanas superfinas y ultrafinas de Uruguay en los mercados libres de mulesing, RWS y de lana regenerativa, Woods señaló que “no hay razón para que la lana uruguaya no pueda resultar atractiva para la cadena de suministro, siempre que se mantenga la calidad de la lana, así como la calidad y consistencia en la preparación/presentación”.
Como broche de la actividad, se entregaron reconocimientos a los productores consorciados por su participación y aportes al Crilu; y se firmó una carta de intención entre INIA, Crilu, SUL e INAC para favorecer la investigación, la transferencia y el desarrollo de la producción de lanas y carne ovina de alto valor en los sistemas ganaderos de Uruguay.
La genética es importante pero no hay que olvidarse de la nutrición ni del ambiente que son herramientas para mejorar la producción.
Montevideo | Todo El Campo | El viernes 29 de agosto se realizó en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Tacuarembó la jornada “Celebrar, conectar y proyectar” del Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas del Uruguay (Crilu), con la exposición de destacados expositores.
Finalizado el evento el programa Diario Rural (CX4 Rural) dialogó brevemente con el presidente de Crilu, Dr. Juan Carlos Tafernaberry; la Dra. Gracialda Ferreira, técnica de INIA; Ing. Agr. Ignacio De Barbieri (INIA); Ing. Agr. Juan Manuel Soares de Lima (INIA); y la Dra. Zully Ramos (INIA), quienes comentaron la actividad.
Tafernaberry dijo que Crilu cumplió con la fase uno que llevó 10 años y ahora está transitando la fase dos, además de validar el proyecto Merino fino de 1998, por lo que son 27 años de trabajo.
Ferreira fue la expositora de la charla titulada De productor a productos: experiencia de FPTA Crilumenorno$, dijo que la genética del Crilu llega a los productores comerciales a través de las cabañas, y que siempre se está trabajando en el manejo de paquetes tecnológicos para aplicar en ovejas de lana fina y superfina, atendiendo que son animales que requieren otro tipo de cuidado.
La genética es importante pero no hay que olvidarse de la nutrición ni del ambiente que son herramientas para mejorar la producción, subrayó.
Esa producción no tiene por qué ser un dolor de cabeza y hay maneras de facilitar el manejo ovino; eso se puede se puede hacer, enfatizó, y aseguró que hay muchas alternativas de trabajo.
De Barbieri, cuya charla fue sobre el Desempeño productivo de los animales del Núcleo Merino Ultrafino luego de 12 años de selección, dijo que se realizó una evaluación de la majada surgiendo datos relevantes como el “incremento del peso del vellón en borregos y ovejas; disminución en el diámetro de la fibra con lanas por debajo de 15,5 e incluso de 15, sin que se dieran cambios en la reproducción que se mantuvieron, y hasta hubo una mejora en la supervivencia de los corderos y peso al nacer. Sí hubo un descenso en la condición corporal de las ovejas” lo que marca un llamado de atención y es un tema para trabajar.
Soares de Lima expuso sobre Un futuro más rentable: lanas Merino de alta calidad en Uruguay, y explicó las curvas de precios de las lanas finas en Uruguay y en comparación con Australia como mercado de referencia, con el fin de entender las tendencias y qué se podría esperar de la reducción del diámetro.
Ramos fue otra de las investigadoras que expusieron en la jornada. Su presentación se denominó Desde los genes hasta la producción: aportes del Núcelo Merino Ultrafino de Glencoe. Dijo que los temas que se trataron fueron todos “pensando en la objeta que queremos”, con atención en “la genética, la que tenemos hoy y la que queremos tener”.
Foto INIA en X
#AHORA Comenzó la actividad “Celebrar, conectar y proyectar: @CRILU_uy" en INIA Tacuarembó. Recibimos a autoridades, productores, técnicos y referentes del sector ovino nacional para reconocer la trayectoria CRILU, compartir avances técnicos y proyectar los desafíos futuros 🐑🇺🇾 pic.twitter.com/QCQwsYuWvy
El presidente de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano comentó el avance de la raza.
Montevideo | Todo El Campo | Luego de realizada la actividad “Celebrar, conectar y proyectar” del Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas del Uruguay (Crilu) que tuvo lugar el viernes 29 de agosto en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Tacuarembó, Fernando Dutra, presidente de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano, comentó que la jornada y valoró la información que allí se volcó.
Dijo que fue muy especial por el peso informativo que significó, además de repasar toda la historia del Crilu y presentar una perspectiva de futuro para el Crilu y la lana Merino.
Consultado sobre la “merinización” de la majada uruguaya, dijo que eso se está dando al menos en la zona del basalto, aunque no hay datos objetivos pero sí “algunos indicadores en cuanto al aumento de planteles que tatúan MO y doble tatuaje, compradores vinculados a otras razas que aparecen en los remates de los carneros, comprando vientres y armándose de majas Merino Australiano. Entonces creo que hay una merinización”.
En cuanto a los precios de la lana fina dijo que no son los que se quisieran, pero eso no cambia el momento especial por el que está atravesando la raza.
Respecto al precio que se pretende y cuán lejos se está de lo que espera el productor, Dutra comentó que es un punto “muy difícil” de contestar; asimismo, agregó que “no estamos tan lejos de los precios de Australia y que el tema del precio de la lana no es un problema de Uruguay sino de la demanda internacional. La expectativa es que la lana recupere valor en los próximos meses a pesar de que no manejamos información objetiva de que eso se va a dar”.
“Entendemos que en algún momento, pasados los problemas que tienen los países en cuanto a guerra y de economía interna, el producto se va a recuperar”, complementó.
Por otra parte, aseguró que no posee el dato del volumen, “pero en Uruguay el productor tiene lana guardada”.
Los comentarios de Dutra fueron realizados al programa Diario Rural (CX4 Rural).