Soja en Paraguay. Falta de lluvias generó realidades dispares.

Soja en Paraguay. Falta de lluvias generó realidades dispares.

Las condiciones climáticas crearon distintos escenarios durante la siembra y desarrollo de los cultivos, lo que ocasionó rendimientos disparejos a nivel país y en las propias chacras.

Asunción, Paraguay | Todo El Campo | La cosecha de soja se encuentra en tramos finales, sin embargo, mucha área se vio afectada por el intenso calor y la falta de lluvias, ocasionando rendimientos dispares.

Las condiciones climáticas crearon distintos escenarios durante la siembra y desarrollo de los cultivos, lo que ocasionó rendimientos disparejos a nivel país y en las propias chacras.

Aurio Frigheto, productor de Alto Paraná, contó que en la zona norte la cosecha se encuentra en el tramo final y los resultados son buenos. Explicó que los días de mucho sol durante el inicio de enero afectaron el llenado de granos en la parte superior de algunos cultivos y esto generó menor rendimiento en las últimas parcelas.

Sin embargo, se mantiene el rango de los 3.200 a 3.500 kilos por hectárea. “Estamos bastante bien”, señaló.

En otras zonas de Alto Paraná se iniciaron con rindes desde 2.000 kilos por hectáreas y ahora están cerrando con un rendimiento promedio de 3.500 a 4.000 kilos por hectárea gracias a un mejor comportamiento climático.

En los departamentos de San Pedro, Canindeyú y Amambay y zonas de Caaguazú la producción está siendo afectada por el calor intenso y la falta de lluvias importantes que den un alivio a los cultivos.

PÉRDIDAS Y ALTA INCERTIDUMBRE.

“Estamos con calor extremo y falta de lluvias, salvo algunos lugares donde llegó algún aguacero, que tampoco llegó con un volumen que solucione el problema”, comentó Ricardo Rian Sosa, productor de San Pedro.

Asimismo, la zona norte se encuentra en una situación más crítica. “En mi caso empezamos a cosechar bien, pero ahora bajó drásticamente los rendimientos y ya tenemos parcelas que están muriendo”, agregó.

Se estiman daños en importantes áreas de entre el 30% al 60% de los cultivos, se necesita lluvia en los próximos días para recuperar un porcentaje de estos cultivos.

La incertidumbre es alta, ya que se depende totalmente del clima tanto para que las plantas culminen su ciclo de desarrollo con buen llenado de granos, como para empezar la siembra de otros cultivos de zafriña. Los labriegos siguen poniendo todo su esfuerzo en rescatar la producción y esperan por la llegada de una buena lluvia en los próximos días. 

Recordamos que San Pedro viene con altos niveles de sequía en los últimos dos años, por lo que muchos productores arrastran importantes deudas que saldar, que sumado al aumento de los costos de producción y reducciones significativas de los precios presenta un panorama desafiante.

BUEN MANEJO Y A LA ESPERA DE LLUVIA.

En el departamento de Caaguazú se estima que cerca del 15% de los cultivos tardíos están siendo afectados por el estrés hídrico, según comentó el Ing. Manuel Ocampo. Los productores están tomando todas las medidas necesarias para mantener un buen desarrollo.

Julia Leguizamón, productores de Caaguazú mencionó que fueron afectados por enfermedades pero con los tratamientos adecuados están logrando superar. Actualmente, falta más agua para mantener el buen desarrollo de los cultivos. “Siempre tenemos alguna que otra enfermedad, pero la superamos día a día con los tratamientos, pero en el factor clima, solo nos queda esperar”, agregó.

También manifestó la preocupación por la reducción en los precios, que afecta a todos los productores de la zona.

Informe de UGP, Unión de Gremios de la Producción.

Ing. Álvarez de Dufour Commodities: “En los últimos quince días los cultivos se han deteriorados progresivamente”.

Ing. Álvarez de Dufour Commodities: “En los últimos quince días los cultivos se han deteriorados progresivamente”.

El profesional dijo que “las lluvias de esta semana son claves y si no llegan nos empezamos a comprometer”.

Dolores, Soriano | Todo El Campo | El Ing. Agr. Emiliano Álvarez de Dufour Commodities dijo que para este año no se debe esperar grandes resultados en los cultivos, y que es fundamental la llegada de las lluvias.

En declaraciones al programa Diario Rural (radio Rural), el profesional dijo que el comentario general en el sector agrícola, es que “en los últimos quince días” los cultivos “se han deteriorados progresivamente. El agua comenzó a faltar y estas temperaturas extremas se tradujeron en golpes de calor, cosa que los cultivos han sentido”.

El maíz de primera ya finalizó su llenado, pero ésta última semana los arrebató”; y por otro lado “la soja es el cultivo más sentido. El maíz de segunda no tanto sobre todo porque tenemos fechas muy tardías”, aclaró.

Las lluvias que se den incidirán “mucho porque el panorama de hoy es que los cultivos están sentidos y las chacras de soja de primera ya están marcadas y los campos más overos comenzaron a marcarse. Además, apareció arañuela. Por todo eso las lluvias de esta semana son claves y si no llegan nos empezamos a comprometer. Es vital el agua”, enfatizó.

Consultado sobre el concepto de “campo overo”, Álvarez dijo eso se ve “sobre todo en la soja” y se explica porque “fue un año en que la siembra duró mucho” en soja de primera, extendiéndose “desde noviembre hasta los primeros días de enero”, más las “resiembras por excesos de lluvias”. Todo eso hace que “sea difícil hacer un comentario generalizado sobre el estado de los cultivos”.

Asimismo, agregó que no se puede esperar una gran cosecha, aunque falta y es muy temprano para hablar de kilos.

MAÍZ: NECESITAMOS DEL AGUA PARA SEGUIR EN CARRERA.

Al hablar del maíz reiteró que las lluvias de esta semana “son importantísimas”, particularmente para el de segunda. El agua “es sumamente necesaria para seguir en carrera, y estamos a tiempo”, pero esas lluvias deben darse el fin de semana.

Para el maíz de primera “el partido está jugado” con “pérdidas de entre 1.500 y 2.000 kilos a lo pronosticado en diciembre”. Aún no hay datos de promedios, pero la estimación es de entre 7.500 y 8.500 kilos

Álvarez también se refirió a la presencia de plagas y el comienzo de definiciones para los cultivos de invierno.

ENTREVISTA COMPLETA.

Ing. Agr. Emiliano Álvarez de Dufour Commodities | Diario Rural.
La forestación integrada a la ganadería y a la agricultura.

La forestación integrada a la ganadería y a la agricultura.

Asociar forestación con cultivos agrícolas y ganadería permite diversificar los sistemas productivos. Hace 15 años un equipo de especialistas del INTA Alto Valle investiga su implementación como alternativa productiva para pequeños y medianos productores.

Río Negro, Argentina | Todo El Campo | Un estudio del Instituto Nacional del Tecnología Agropecuaria (INTA) combina la producción forestal con la producción agrícola, en lo que se denomina sistemas agrosilvícolas; o con producción ganadera, que se llaman silvopastoriles.

Esa integración sirve para diversificar los ingresos a nivel predial y mejora la estabilidad del sistema productivo”.

El siguiente es el artículo del INTA completo.

SISTEMAS AGROFORESTALES COMO ALTERNATIVA PRODUCTIVA.

 Durante las últimas dos décadas ha disminuido la superficie ocupada por montes frutales destinados principalmente a la producción de frutas de pepita -manzanas y peras- en los valles del norte de la Patagonia. Por ello, un equipo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Alto Valle, investiga hace 15 años cómo implementar sistemas agroforestales con álamos y sauces en la región.

El objetivo de estos sistemas es consociar las forestaciones de estas especies con diversos cultivos agrícolas durante los primeros años -sistemas agrosilvícolas- y con ganadería durante el resto del ciclo forestal -sistemas silvopastoriles-.

Esteban Thomas -especialista en producción forestal del INTA Alto Valle- explicó que “a partir de los ensayos y experiencias con productores se obtuvo información relevante para recomendar los modelos de sistemas agroforestales a quienes buscan reconvertir y diversificar los sistemas productivos en chacras”.

Como consecuencia de la disminución de los montes frutales en la región, una proporción de esas hectáreas se reemplazó por diversos cultivos como alfalfa, hortalizas, maíz, nogales, almendros, cerezos, etc., mientras que otras fueron desmontadas y no se utilizaron para la implantación de nuevos cultivos.

La implementación de los sistemas agroforestales permite diversificar los cultivos, esto se produce con la asociación de la producción forestal -madera para aserrado o debobinado, postes y leña- con la producción forrajera -fardos y rollos de alfalfa, sorgo, avena, cebada u otras pasturas-, de cereales -granos de maíz, sorgo u otros cereales-, hortícola y ganadera.

En aquellos sitios que no están ocupados por montes frutales, el equipo del INTA Alto Valle propone como alternativa productiva la implementación de los sistemas agroforestales. “Estos combinan la producción forestal con la producción agrícola en sistemas denominados agrosilvícolas o con producción ganadera en sistemas denominados silvopastoriles”, detalló Thomas.

Y agregó: “La integración de las actividades agrícolas con la producción forestal permite diversificar los ingresos a nivel predial y mejora la estabilidad del sistema productivo”.

ENSAYOS DE CLONES: ÁLAMOS Y SAUCES.

Los ensayos realizados por el equipo del INTA Alto Valle evalúan la adaptabilidad y crecimiento de nuevos clones de álamos y sauces, lo que permite recomendar aquellos que mejor se adaptan a las características de cada sitio en los que se implementarán los sistemas agroforestales.

En los valles del norte de la Patagonia utilizan álamos y sauces como cortinas rompevientos para proteger diferentes cultivos -frutícolas, vitícolas, hortícolas, forrajeros- y forestaciones en macizo destinadas a la producción de madera y postes de calidad.

Thomas explicó: “La madera de estas especies es utilizada por las industrias del aserrado y debobinado, principalmente en la producción de envases y embalajes para el transporte y comercialización de productos frutihortícolas, como también para la obtención de vigas, tablas, tirantes y machimbres utilizados por el sector de la construcción. Un porcentaje menor se destina a la industria celulósica, que puede aprovechar los rollizos de menor diámetro”.

En función de los resultados obtenidos, se incorporaron nuevos álamos híbridos euroamericanos –Triplo y Ragonese 22 INTA–, nuevos álamos deltoides –Ñacurutú INTA, Carabelas INTA y Paycarabí INTA– y nuevos sauces híbridos –Los Arroyos INTA-CIEF, Agronales INTA-CIEF y Tehuelche INTA–.

“También se evaluó el crecimiento diferencial de los árboles y la productividad de diferentes cultivos en sistemas agroforestales con distintas densidades -marcos de plantación- y manejo silvícola -podas y raleos- para maximizar la producción de los cultivos consociados a los macizos forestales”, describió Thomas.

Entre los antecedentes de las investigaciones regionales, en 2009 se instaló una parcela demostrativa con un modelo de plantación tradicional de álamos euroamericanos Guardi y dos alternativas agroforestales con cultivos consociados -álamos con alfalfa y álamos con cultivos hortícolas- a una densidad de 555 árboles por hectárea -6 metros por 3 metros-.

En las subparcelas del cultivo de álamos consociado con alfalfa se produjeron fardos durante los primeros tres años, mientras que en las subparcelas de álamos consociados con cultivos hortícolas se produjo zapallo anco durante el primer año y maíz dulce durante el segundo y tercer año.

“En aquellas subparcelas que no tuvieron cultivos intercalares se controló la vegetación espontánea mediante desbrozado. Durante los primeros 5 años, se observó un mayor crecimiento en el diámetro de los álamos en los sistemas agroforestales respecto del modelo forestal tradicional”, destacó el investigador.

Por otro lado, en 2012 se evaluó la producción de verdeos invernales en un macizo de álamos híbridos, raleado a los 14 años para disminuir la densidad de 280 árboles por hectárea -6 metros por 6 metros- a 140 árboles por hectárea -12 metros por 6 metros.

Los verdeos fueron sembrados de manera consociada -la primera: triticale y vicia, y la segunda: avena, cebada y vicia- en los callejones de 12 metros de ancho. Allí se obtuvieron 1.968 kilos de materia seca por hectárea de la consociación de triticale y vicia, y 2.445 kilos de materia seca por hectárea de la consociación de avena, cebada y vicia.

“Esto permite inferir que el raleo en los sistemas silvopastoriles con álamos y sauces, a partir del cual se logra disminuir la restricción lumínica, permite producir mayor cantidad de forraje a partir de pasturas puras o consociadas”, indicó Thomas.

MODELOS PARA IMPLEMENTAR SISTEMAS AGROFORESTALES.

En este sentido, con base en las investigaciones del INTA Alto Valle junto a experiencias de productores, se pueden sugerir modelos de sistemas agroforestales con álamos y sauces bajo riego que respondan a diversos objetivos productivos en diferentes momentos del ciclo forestal.

Thomas señaló que “los modelos agroforestales que se proponen para la región se basan en la implantación de forestaciones con distanciamientos amplios -8 a 12 metros entre filas y 4 a 6 metros entre plantas dentro de las filas-, con densidades bajas de 150 a 350 árboles por hectárea, o distanciamientos menos amplios -6 a 8 metros entre filas y 3 a 4 metros entre plantas dentro de las filas- con densidades intermedias de 350 a 650 árboles por hectárea-”.

La disponibilidad de agua de riego produce durante los primeros años, en los interfilares de esos macizos, fardos o rollos de alfalfa, granos o ensilado de planta entera de maíz, rollos de sorgo u otras forrajeras anuales -moha, mijo, centeno, cebada, avena, triticale, vicia, etc.- y diferentes productos hortícolas.

“Según los cultivos asociados elegidos es posible realizar dos cultivos por año en forma secuencial, por ejemplo, verdeos de invierno y verdeos de verano, o verdeos de invierno y cultivos hortícolas de primavera-verano”, aclaró Thomas.

Luego de esta etapa inicial y antes de que los niveles de luz sean limitantes para su implantación, se puede realizar la siembra de pasturas perennes –puras o consociadas– con festuca, pasto ovillo y tréboles, o verdeos invernales con avena, cebada, triticale y vicia para el pastoreo directo de los animales.

En los macizos con densidades iniciales intermedias -350 a 650 árboles por hectárea- deberá realizarse un raleo con el fin de favorecer el ingreso de luz y permitir la implantación de las pasturas tolerantes a la sombra -umbrófilas-.

“La factibilidad técnica de cada cultivo consociado y del planteo ganadero en los diferentes momentos del ciclo forestal estará en función de la densidad de plantación inicial, de la planificación de las podas y eventuales raleos, y de la tolerancia a la sombra de cada cultivo en particular”, concluyó el especialista.

Fotos y texto de INTA.

Estiman aumento de las exportaciones de cereales ucranianos.

Estiman aumento de las exportaciones de cereales ucranianos.

Un informe del Servicio Agrícola Exterior del USDA así lo observó. El aumento interanual previsto es para las exportaciones de maíz, trigo, cebada y centeno.

Kiev, Ucrania | Todo El Campo | Tras haber reanudado de forma independiente las operaciones de sus principales puertos marítimos en el mar Negro, se prevé que Ucrania aumente las exportaciones de cereales durante el resto de la campaña comercial 2023-24, según un informe del Servicio Agrícola Exterior (FAS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

La Red Mundial de Información Agrícola de FAS muestra que tras una caída inicial luego de la retirada de Rusia de la Iniciativa de cereales del mar Negro en julio de 2023, el volumen total de exportaciones de cereales se disparó de 2 millones de toneladas en setiembre de 2023 a 5,2 millones de toneladas en diciembre. En las semanas posteriores a su retirada del acuerdo de exportación de granos negociado por las Naciones Unidas, Rusia bombardeó la infraestructura de granos en los puertos ucranianos del mar Negro y en el río Danubio, pero esos ataques han disminuido en los últimos meses.

Para contrarrestar el movimiento de Rusia, que invadió Ucrania en febrero de 2022, Ucrania desarrolló un nuevo corredor de exportación en el mar Negro siguiendo las aguas territoriales de los países vecinos para llegar al estrecho del Bósforo. A continuación, los barcos ucranianos entran en aguas territoriales ucranianas desde aguas rumanas cerca de la desembocadura del río Danubio.

Para la temporada 2023-24, que va de julio a junio, el FAS prevé un aumento interanual de las exportaciones de maíz, trigo, cebada y centeno.

En maíz las exportaciones se incrementarán 8%, a 29,2 millones de toneladas, según las previsiones del FAS. También habrá un aumento del 3% en las exportaciones de trigo, a 17,7 millones de toneladas; un aumento del 22% en las exportaciones de cebada, a 3,3 millones de toneladas; y un aumento de casi 10 veces en las exportaciones de centeno a 170.000 toneladas.

“Sobre la base de la alta tasa de exportación de diciembre de 2023, si Ucrania mantiene las exportaciones mensuales promedio de alrededor de 4 millones de toneladas para todos los granos combinados durante el resto de la campaña comercial, exportará la gran mayoría de la cosecha, dejando un total estimado de 5 millones de toneladas para todos los granos que quedan como existencias finales para 2023-24”, dijo el FAS.

También señaló que las inversiones y la eficiencia de las rutas de exportación del río Danubio y la capacidad de transbordo en el puerto de Constanza en Rumania «continúan aumentando, brindando oportunidades adicionales para mantener los niveles de exportación. El aumento de las estimaciones de exportación supone que no hay daños importantes por ataques a la infraestructura portuaria y a los buques entrantes y salientes».

AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN.

El FAS también proyecta un aumento interanual de la producción de los principales cultivos de cereales de Ucrania.

Pronostica que la producción de trigo de 2023-24 aumentará un 11% a 22,5 millones de toneladas. Se prevé que la producción de maíz aumente casi un 17% hasta los 30,5 millones de toneladas, mientras que la producción de cebada se estima en 5,9 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 2% con respecto a 2022-23.

Artículo de Arvin Donley en World Grain.

Los ocho cultivos amenazados por el cambio climático.

Los ocho cultivos amenazados por el cambio climático.

No es solo el clima lo que afectará el rendimiento de los cultivos. A medida que el clima se calienta y cambia, las plagas y enfermedades se propagan más ampliamente, generando otra capa de imprevisibilidad para la agricultura.

Montevideo | Todo El Campo | El efecto que tendrá el cambio climático en los cultivos es un tema de preocupación. La organización humanitaria Acción contra el hambre hizo una lista de los 8 cultivos que verán disminuidas sus producciones por esa causa que se traduce en calentamiento global, cambios en los patrones de las lluvias, etc.

En 2019 la Universidad de Minnesota publicó un estudio en el que encontró que los rendimientos de cultivos como el arroz y el trigo ya están disminuyendo, mientras que las cosechas de sorgo, que es más resistente a la sequía, aumentaron durante el mismo período.

Sin embargo, no es solo el clima lo que afectará el rendimiento de los cultivos: a medida que el clima se calienta y cambia, las plagas y enfermedades se propagan más ampliamente, otra capa de imprevisibilidad para la agricultura.

El almacenamiento de alimentos también puede ser más difícil, ya que el aumento de las temperaturas hace que sea más probable que los insectos o el moho destruyan los cultivos que se almacenan al aire libre o en áreas protegidas, pero no refrigeradas.

También se espera que la crisis climática aumente la malnutrición al reducir la disponibilidad de nutrientes y la calidad de los alimentos, al tiempo que aumenta los precios. Las temperaturas más altas y el aumento de las concentraciones de CO2 en el aire conducen a niveles más bajos de nutrientes como el hierro, el zinc y las proteínas en cultivos como la soja, el trigo y el arroz. Este problema es especialmente preocupante en los países con menos diversidad alimentaria y donde las personas dependen de uno o dos alimentos básicos para su nutrición.

Así es como el cambio climático puede afectar a 8 cultivos clave que proporcionan ingresos a millones de pequeños agricultores. También son fuentes vitales de calorías y cultura para miles de millones de personas en todo el mundo.

MAÍZ.

La producción mundial de maíz probablemente experimentará una reducción masiva para 2050 debido a las variaciones de temperatura y a la disminución de las precipitaciones. Todas las principales áreas de cultivo, como EE.UU. y Brasil, se verán afectadas por este cambio.

Los pequeños agricultores dependen especialmente de las lluvias regulares para cultivar maíz, y el cambio climático ya está alterando los patrones típicos de lluvia. En lugares como Mozambique, donde el maíz se cultiva para el consumo local, esto probablemente será devastador.

TRIGO.

En regiones más frías como América del Norte y Europa, la producción de trigo puede experimentar un aumento de más del 5% en los rendimientos, si las lluvias lo permiten. Sin embargo, en áreas más vulnerables como India, América Central y África, los rendimientos pueden disminuir en un 3% o más.

Dado que la India produce el 14% del trigo del mundo, la disminución de la producción en las regiones productoras más cálidas y secas tendrá un impacto significativo en las familias productoras de trigo de la India y en los millones de personas que dependen de ellas para su sustento.

ARROZ.

Para más de 3.500 millones de personas, el arroz proporciona el 20% o más de sus calorías diarias, y la demanda está aumentando. Sin embargo, los rendimientos mundiales de arroz pueden caer más de un 5,5% si las temperaturas suben 1,5 grados. Algunas estimaciones predicen que los rendimientos podrían caer un 11% para 2050.

Los agricultores de toda Asia, incluidos los principales centros de población de China, India y Vietnam, y de África, donde Nigeria es el mayor productor de arroz del continente, se verán muy afectados. En Bangladesh, los agricultores ya han sufrido pérdidas de cultivos de arroz debido a las olas de calor y a la escasez de lluvias en la temporada de cultivo, lo que ha provocado la destrucción de más de 168.000 acres de arroz. Los campos costeros al nivel del mar corren un riesgo especial por el aumento del nivel del mar, cuando el agua de mar puede inundar la tierra firme, dañando o destruyendo los cultivos de arroz.

SOJA.

La creciente popularidad de la soja está impulsando la deforestación que contribuye a aumentar los niveles de carbono. Esta tendencia es más notable en América del Sur, donde los agricultores están aumentando la producción de soja para exportar a China y satisfacer la creciente demanda de alimentos industriales para animales.

Los efectos del cambio climático en los rendimientos de la soja son mixtos, ya que los investigadores encuentran que las plantas de soja responden favorablemente a concentraciones más altas de CO2 en el aire. Los rendimientos de la soja también pueden aumentar si los agricultores abandonan otros cultivos, como el trigo, o se expanden a tierras previamente boscosas, lo que está sucediendo en el Amazonas y puede ocurrir en áreas que hoy son demasiado frías para la producción de soja, como el estado de Nueva York y el sur de Canadá.

Sin embargo, incluso si las cosechas aumentan en el corto plazo, la mayoría de los científicos proyectan que los rendimientos disminuirán a finales de este siglo a medida que se intensifique el estrés por calor e agua.

PAPA.

Para 2050, la producción mundial de papas podría disminuir hasta en un 9%. Como las papas necesitan un suministro constante de agua para crecer, menos áreas serán adecuadas para la producción de papas. En los lugares productores de papa que dependen del derretimiento de la capa de nieve de las montañas, como Idaho, o de una temporada de lluvias constante, como Bolivia, los agricultores tendrán que adaptar las variedades o invertir en riego para mantener la producción.

BANANAS.

Estos productos similares se cultivan en los trópicos como cultivos comerciales o como fuentes locales de alimentos. Los investigadores encontraron que debido al aumento de las temperaturas en los últimos 20 años, la producción de plátano cayó en un 43%. Las variedades populares de plátanos también están amenazadas por enfermedades, como la raya negra de la hoja, que puede propagarse más rápido y más lejos en climas más cálidos.

Sin embargo, los cambios climáticos proyectados también podrían significar más tierra en la que cultivar bananos y plátanos para 2070.

CACAO.

La demanda de chocolate está creciendo y es poco probable que la producción de cacao pueda mantenerse al día. Costa de Marfil y Ghana, en África occidental, son responsables de la mitad de la producción mundial de cacao, y la región ya está experimentando lluvias erráticas y vientos cálidos.

Los granos de cacao solo crecen bien en condiciones muy específicas. Les gustan las temperaturas constantes, la alta humedad y las lluvias regulares. El aumento de las temperaturas está impulsando la producción de cacao a elevaciones más altas, donde simplemente hay menos tierra, o donde el cultivo podría significar deforestación.

CAFÉ.

El café es un valioso cultivo de exportación para muchos pequeños agricultores que dependen de los ingresos para comprar alimentos y suministros para sus familias.

En las principales naciones exportadoras de café, el cultivo brinda oportunidades económicas en todo el país a través de la agricultura, el procesamiento, el comercio, las finanzas y funciones relacionadas, que podrían estar en riesgo. Etiopía, que es el principal productor de café de África, podría perder el 25% de sus rendimientos de café para 2030.

¿QUÉ SE PUEDE HACER?

Entonces, ¿qué se puede hacer?, es la pregunta ineludible.

Para evitar interrupciones en el suministro, precios más altos y más personas hambrientas, es posible que los agricultores deban expandir la producción o adoptar nuevas técnicas para lograr el mismo rendimiento. Es posible que algunos cultivos específicos del clima, como el café, deban cultivarse en nuevas áreas. Es posible que los agricultores también deban comenzar a cultivar variedades de cultivos familiares más resistentes y apropiados para el clima, o nuevos tipos de alimentos.

Fuente: Acción contra el Hambre.

Permanece el descuento por uso de energía eléctrica en riego productivo.

Permanece el descuento por uso de energía eléctrica en riego productivo.

El Poder Ejecutivo exhortó a la UTE a tomar esa medida a solicitud de los arroceros.

Montevideo | Todo El Campo | Mediante un exhorto del Poder Ejecutivo, se mantiene el beneficio de descuento en la energía eléctrica para los regantes con fines productivos.

El director general de la Granja, Ing. Nicolás Chiesa, destacó en sus redes sociales, que “el beneficio es retroactivo al 1° de octubre de 2023”.

Agregó que es “importante estar con los permisos vigentes de riego y estar registrado en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca”.

EL DECRETO.

El decreto fechado el 17 de enero establece que ante “la solicitud de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), referente a la convivencia de mantener el beneficio comercial para suministros eléctricos con actividad de riego con fines productivos, en el período del 1° de octubre – 31 de marzo de 2024”, y considerando “que las actividades desarrolladas en el ámbito de la cadena productiva arrocera resultan de vital importancia para la capacidad productiva del país”, se extiende el beneficio comercial.

En su artículo 1° se establece que se exhorta a UTE a “extender entre el 1° de octubre de 2023 y el 31 de marzo de 2024 el beneficio comercial vigente hasta mayo de 2023 para los suministros identificados con usos eléctricos de riego con fines productivos”.

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