Montevideo/TodoElCampo-En octubre de 2022 Uruguay realizó la primera emisión de bonos soberanos asociados a indicadores ambientales, que alinean la estrategia de financiamiento público con los compromisos nacionales de sostenibilidad y desarrollo económico bajo en carbono. Pese al contexto de incertidumbre a nivel global, Uruguay logró conseguir financiamiento a gran escala, a plazo intermedio, con un instrumento innovador y que fortalece los compromisos y el posicionamiento del país en cuanto a los objetivos y acciones de política para la sostenibilidad ambiental.
Con el objetivo de alinear la estrategia de financiamiento público con los compromisos ambientales del país, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), propuso la emisión soberana de un Bono Indexado a Indicadores de Cambio Climático (Biicc). De este modo, el país busca reforzar su compromiso con las acciones de política para enfrentar el cambio climático, procurando integrar los factores ambientales en el diseño y ejecución de la política económica a nivel macro.
El diseño del BIICC fue posible gracias a un trabajo coordinado entre la Unidad de Deuda, la Asesoría Macroeconómica y la Dirección de Política Económica del MEF, la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente (MA), el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y Opypa y la Dirección General Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), en el marco del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático (Snrcc). También se contó con el asesoramiento técnico del Grupo BID y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Para el diseño del bono, el Grupo Biicc seleccionó dos indicadores, basados en la CDN presentada en 2017 en el marco del Acuerdo de París. La CDN incluye metas para el desarrollo de la economía con bajas emisiones a nivel nacional y también objetivos sectoriales para la mitigación y adaptación al cambio climático. Uruguay estableció metas de reducción en la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y medidas para sostener el secuestro de carbono en plantaciones forestales y bosques nativos. Estas medidas son la base de los Indicadores clave de desempeño (KPI) que forman parte del diseño de los Biicc.
Los indicadores seleccionados fueron: reducción de la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero expresado en CO2 equivalente por unidad de PBI, y conservación del área de bosque nativo respecto al año 2012. Con respecto al primer indicador, contempla esfuerzos de todos los sectores emisores de gases de efecto invernadero, que incluyen energía, transporte, procesos industriales, residuos y agropecuario, incluido el forestal. Con respecto al segundo indicador, la gestión de los bosques nativos por parte de la Dirección General Forestal del MGAP se ha desarrollado con éxito desde hace más de 50 años, al amparo de las leyes forestales. Uruguay se ha posicionado como un país que preserva las áreas de bosque nativo, valora los servicios ecosistémicos que aportan, incluyendo la conservación de su biodiversidad y la gestión sostenible de estos recursos.
Las metas de los indicadores propuestos se refieren al año objetivo 2025, que corresponde al plazo de vigencia de la primera CDN de Uruguay al Acuerdo de París. Estos representan compromisos ambiciosos, alineados con los objetivos de sostenibilidad del país. Para reforzar la ambición, el Biicc incluye, además, para cada uno de los KPI una meta de desempeño más ambiciosa que la establecida de forma incondicional en la CDN.
Desarrollo sostenible y cambio climático
La emisión de este bono soberano refuerza la trayectoria de desarrollo sostenible y bajo en carbono, impulsado por políticas de Estado del país en los últimos treinta años.
El Acuerdo de París prevé que el desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero no debe comprometer la producción de alimentos. Para Uruguay, como país agroexportador, es clave lograr una producción de alimentos que reduzca su impacto ambiental y a la vez contribuya a las metas globales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Por ese motivo, la emisión de Bonos Soberanos que incluyan la dimensión ambiental es muy positiva.
En 2020, Uruguay elaboró su Estrategia Climática a largo plazo, donde propone escenarios para lograr la neutralidad en CO2 al año 2050. Este compromiso está alineado con los esfuerzos internacionales de promover un desarrollo bajo en carbono con trayectorias de descarbonización de las economías.
Para el sector agropecuario, que es la principal fuente de emisiones de GEI del inventario nacional de gases de efecto invernadero (Ingei), la estrategia a largo plazo propone continuar implementando prácticas de reducción de intensidad de emisiones y reconoce la importancia de conservar y aumentar los sumideros de carbono, como son los bosques nativos. Asimismo, la emisión de este bono refuerza la importancia de garantizar la integridad del ecosistema de bosque nativo, que además de ser un sumidero de carbono, es un repositorio de biodiversidad.
Estructura financiera y emisión del bono
La emisión de Biicc se concretó el 20 de octubre de 2022 y logró una excelente respuesta por parte de los mercados financieros internacionales. La emisión total fue por U$S 1.500 millones, de los cuales U$S 1.000 millones fueron a cambio de efectivo y los restantes U$S 500 millones se destinaron a recomprar otros títulos con vencimientos próximos en el tiempo (años 2024, 2027 y 2031).
La demanda total por el instrumento fue casi tres veces mayor. El bono tiene vencimiento en octubre de 2034 y es amortizable en tres pagos anuales, en los años 2032, 2033 y 2034. Pese a la actual inestabilidad de los mercados financieros internacionales, se logró un spread de 170 puntos básicos respecto al bono de referencia de Estados Unidos.
Desde el punto de vista de la estrategia de financiamiento soberano, con esta novedosa herramienta se logró diversificar y ampliar el pool de inversores en títulos de deuda del país. En efecto, participaron 188 inversores de Estados Unidos, Europa, Asia, Uruguay y otros países de América Latina y el Caribe.
Aproximadamente 40 cuentas participaron por primera vez en una operación de Uruguay, con especial interés en bonos sostenibles.
Fuente: El Telegrafo
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