Vicepresidente de INIA en Expo Palermo: “Se habla mucho de sostenibilidad, pero en realidad hay mucha imprecisión”.

Vicepresidente de INIA en Expo Palermo: “Se habla mucho de sostenibilidad, pero en realidad hay mucha imprecisión”.

Al analizar la sostenibilidad y las exigencias europeas, Walter Baethgen reivindicó el nivel de los científicos Argentina, Brasil y Uruguay.

Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | El lunes 22, en la Expo Palermo, se reunieron expertos de distintos organismos argentinos y de Uruguay, los que analizaron la situación de los países de la región respecto a las exigencias internacionales de sostenibilidad y cómo demostrar el trabajo que ya se viene desarrollando en este tema.

La crónica la Sociedad Rural Argentina (SRA), organizadora de la Expo Palermo, señala que el Marcos Pereda, vicepresidente de la institución anfitriona realizó la apertura del evento.

Dijo que la sostenibilidad ambiental es un “nuevo concepto” que “tiene un rol importantísimo que abrazamos todos”, pero también significa “un desafío enorme, porque hay que alinear los intereses para que esto se pueda llevar adelante, y en ese sentido lo principal es saber adónde estamos parados, por eso la pregunta es si somos sostenibles, cuánto nos falta y hasta dónde queremos llegar”.

“HACER LAS COSAS DE LA MEJOR MANERA”

Uruguay estuvo representado por Walter Baethgen, vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA): “Se habla mucho de qué es sostenible y qué no, y en realidad hay mucha imprecisión, y a veces es muy difícil saber si lo que se está haciendo es sostenible. Para mí algo es sostenible si mis hijos y mis nietos van a poder seguir trabajando en la misma tierra que yo”, definió.

Razonó que “si lo que hago en mi tierra es ambientalmente negativo, al punto de generar su degradación, mis hijos no podrán vivir de eso. Si tenes una extracción que es socialmente despareja, muy poco igualitaria, eso genera tensiones. Y si las cosas no son económicamente viables, nadie va a querer vivir de eso”.

Por lo tanto, “en teoría, la cuestión es juntar esas tres dimensiones: la parte social, la económica y la ambiental, y hacer las cosas de la mejor manera posible”.

DEFINIR INDICADORES Y CÓMO SE LOS MIDE.

Para Baethgen falta “definir los indicadores y cómo se los mide, y al mismo tiempo ver cómo hacemos que el productor los pueda incorporar a su rutina, sin que sea algo abstracto, sino que sea útil y lo pueda usar desde un productor a un técnico”.

Puso sobre la mesa el origen de los actuales indicadores, que vienen desde Europa: “Yo tuve la suerte de trabajar en todo el mundo, y Argentina, Uruguay, Brasil, no tienen nada que envidiarle a Europa. La comunidad científica de nuestra región es tan capaz como la de cualquier parte del mundo. Por eso es hora de que empecemos a marcar la cancha nosotros. Hoy por hoy la agenda ambiental la definen los europeos y no sé por qué pasa eso. Creo que llegó la hora de que nuestra región influya más en la agenda, no puede ser que nos sigan dictando la agenda y nosotros tengamos que acatarla”.

ES NECESARIO QUE LOS PRODUCTORES ESTÉN INVOLUCRADOS.

Otro de los expositores fue Marcelo Torres, presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), quien expresó que “la agricultura y ganadería argentina tienen muy buenos parámetros de sustentabilidad, pero tenemos que contar con indicadores consensuados para poder demostrarlo y poder monetizarlo por parte de los productores”.

“Los productores pueden tener condiciones diferenciales de mercado o emitir certificados ambientales por contar con servicios ecosistémicos a alto nivel como son los de la agricultura y ganadería argentina”, agregó.

Paralelamente consideró que más allá de las discusiones que se están dando a nivel mundial, el consumidor es el que quiere tener cada vez más información sobre lo que consume y cómo están hechos esos productos: “Creemos que esta es una oportunidad, pero también una amenaza si no nos ocupamos de esa agenda. Es fundamental que el productor esté involucrado en estos procesos de cambio en forma directa, porque le dará alto nivel de adopción y un anclaje con la realidad muy importante. Eso es un patrimonio de la agricultura y ganadería argentina, porque los productores están muy inmersos en los procesos de innovación, y eso es para destacar”.

Para cerrar Torres planteó que el futuro está “en trabajar con indicadores de triple impacto, ambiental, social y económico, y que los productores estén involucrados en los procesos”.

Desarrollando la visión del triple impacto, puntualizó que “desde el punto de vista ambiental debemos tener baja huella, pero al mismo tiempo las producciones deben generar trabajo, y desde el punto de vista económico ser viables. Es decir, que el productor tenga niveles de producción y rentabilidad que le permitan sostener la actividad”.

Torres enfatizó sobre la necesidad de articular lo público y lo privado “para definir una estrategia de cómo vamos a capturar este valor que tiene nuestra producción”, y aseguró que “Argentina y la región son líderes en este tema, porque hemos dado varios pasos en una dirección que el mundo recién está empezando a recorrer”.

40 AÑOS QUE ARGENTINA REVOLUCIONA LOS SISTEMAS PRODUCTIVOS.

 María Beatriz Giraudo, vicepresidenta del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), dijo que “Argentina tiene un posicionamiento muy interesante, anticipado a las grandes demandas actuales. Hace 40 años que Argentina viene en una revolución de los sistemas productivos que arrancó con detener las labranzas y encontrar en la siembra directa una tecnología que imita a la naturaleza, y en esa revolución empezó una red colaborativa de distintos organismos, públicos y privados, y estamos en un camino de mejora continua”.

“Hoy nos encontramos en una posición de privilegio para poder aprovechar todas estas exigencias. El camino pasa por tener indicadores, sistemas de medición, métricas que sean reconocidas universalmente”, aseveró.

La funcionaria también subrayó el valor de las Agtech en el desarrollo de nuevas tecnologías que “aceleran y facilitan los procesos, y por eso las vamos a estar acompañando”.

Vicepresidente de INIA en Expo Palermo: “Se habla mucho de sostenibilidad, pero en realidad hay mucha imprecisión”.

El 75% de los gases de efecto invernadero proviene del sector energético y la quema de combustibles fósiles.

Eliminar la desforestación, el buen manejo de campo natural, de pasturas, la agricultura conservacionista, la ganadería regenerativa, todo eso ayuda a reducir emisiones.

Montevideo | Todo El Campo | El vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, Walter Baethgen, dijo que, a pesar de las evidencias, la ganadería es presentada como la mala en mundo urbanizado, en el que el 90% de las personas vive en las ciudades y está cada vez más lejos del proceso de producción de alimentos.

El especialista indicó que cuando se menciona el “efecto invernadero, enseguida se piensa en algo malo, pero el efecto invernadero es lo que permite que haya vida en el planeta” y consiste en el mantenimiento del calor que “cuando va a escapar a la atmósfera se encuentra con algunos gases que son como el techo de un invernáculo, que absorben ese calor y lo vuelven a emitir. Sin ese efecto invernadero natural no podría haber vida en el planeta”.

El problema está en el efecto invernadero aumentado, y eso se debe a que en los últimos 250 años la actividad humana generó muchos de esos gases, con la capacidad de atrapar calor y volverlo a emitir, al punto de que estamos en un planeta que, si fuera un invernáculo, tiene el techo de vidrio más grueso, atrapa más calor y modifica el clima del mundo”.

Agregó que “no importa tanto que la temperatura aumente de cero a cinco grados cada cien años, lo que importa es que eso desestabiliza el clima y entonces hay más sequías, más inundaciones, más zonas de calor”.

Por tanto, “el primer efecto del cambio climático es el efecto invernadero aumentado, y si nos importa el cambio climático la primera pregunta es de dónde salen los gases con efecto invernadero”, planteó.

El origen de esos gases, “en casi el 75%, viene del sector energético, de la quema de combustibles fósiles; y si en verdad lo que nos importa es el cambio climático, no nos distraigamos con cosas que en la suma representan la cuarta parte de las emisiones; concentrémonos en ese 75%”.

PÉRDIDAS FUGITIVAS DE METANO.

Baethgen explicó también qué son las pérdidas fugitivas de metano: “Cada vez que se abre una mina de carbón, antes que la gente ingrese a trabajar, hay que ventilarla” por la acumulación de metano. Además, “cuando se abre un pozo de petróleo hay un escape de metano que sigue saliendo mientras se explota el pozo”. Y la tercera pérdida fugitiva se da en las tuberías, “desde el yacimiento de gas natural hasta nuestro hogar. Todas las tuberías tienen pérdidas”.

En los tres casos, “son pérdidas por ineficiencias, que la industria debería reducir hasta por un motivo económico”. La suma de las pérdidas fugitivas de esas tres fuentes da “el 6,8% del total de emisiones de gases de efecto invernadero”. En contraste, “todas las vacas del mundo emiten un poco menos que eso. Solo las fugas del sector combustibles fósiles son mayores que el metano de todas las vacas del mundo”.

EL CICLO EN LA ACTIVIDAD GANADERA.

Ingresando en el sector productivo ganadero, Baethgen dijo que el vacuno “come el carbono que está en el pasto y lo transforma en proteína, en grasa y hueso, pero hay una parte que se pierde como metano”, que “a los diez o quince años se oxida y pasa a dióxido de carbono, que vuelve al ciclo de la fotosíntesis”, a ser parte de una pastura que la vaca vuelve a consumir. Por tanto, en ese ciclo, “no hay una entrada ni generación de carbono nuevo y eso es importantísimo”, remarcó.

Con el combustible fósil pasa algo distinto: “En el subsuelo hay lugares en donde el carbono estuvo millones de años y un día comenzamos a liberarlo e ingresamos carbono nuevo, no es el mismo carbono reciclado”.

Cuando se quema un bosque tropical “pasa una cosa parecida”, porque ese carbono que estaba en una masa enorme de árboles, cuando estos fueron cortados o prendidos fuego, se libera y entra al ciclo del carbono en que antes no estaba”.

“El número que nos tiene que importar son las entradas netas: diecisiete millones de toneladas de metano por año”, precisó.

LO QUE SE PUEDE HACER DESDE EL AGRO.

Por otra parte, Baethgen dijo que “hay mucho por hacer también en el sector agropecuario”, bajando las emisiones netas, y eso se logra “reduciendo las emisiones o lo que hay en la atmósfera”.

La emisión se reduce “atacando el 75%, descarbonizando las economías, usando energías renovables. Uruguay es un ejemplo en el mundo, casi el 100% de la electricidad es renovable, más del 70% de la energía es renovable. Ese es el camino”.

“Eliminar la desforestación, el buen manejo de campo natural, de pasturas, la agricultura conservacionista, la ganadería regenerativa”, todo eso es reducir emisiones. “Lo otro interesante es cómo capturo o cómo limpio la atmósfera. Lo hago secuestrando carbono con el manejo, con buenos sistemas agropecuarios o aumentando la forestación”.

LA MALA IMAGEN DE LA GANADERÍA

El vicepresidente del INIA dijo que “la imagen de la ganadería en el mundo es mala”, y en esa percepción tal vez tenga que ver la urbanización de la humanidad: “Yo creo que el mundo está cada vez más urbano, el 90% de la gente vive en las ciudades y está cada vez más lejos del proceso de producción de alimentos”. Cuando a esa persona le dicen que la vaca contamina y lo mejor es no comer carne, “como está lejos del proceso, cree eso con facilidad. Además, cree que en el mundo hay un sistema de producción ganadera y lo asocia a la quema del bosque tropical para poner pastura y comenzar a producir”.

Pero “¿qué pasa con los sistemas donde hay ganado y herbívoros desde hace seis u ocho millones de años? Esos herbívoros, junto con los fuegos naturales, fueron los que hicieron que esos paisajes se mantuvieran como pasturas naturales”, aseguró Baethgen. “La pregunta que tenemos que hacernos es qué es lo natural en Uruguay, ¿qué es lo que había hace seis u ocho millones de años? Había herbívoros. Esa es una cosa para pensar”.

La exposición de Baethgen fue en la primera edición de Agro en Punta Expo & Business.

Fuente: La Mañana. Más información sobre la exposición de Baethgen: Derribando mitos: la ganadería y los gases de efecto invernadero (contenidoscrea.org.ar)

Foto de portada de CREA.

Vicepresidente de INIA ofreció notable conferencia en el congreso de Rosgan sobre ganadería y ambiente (video).

Vicepresidente de INIA ofreció notable conferencia en el congreso de Rosgan sobre ganadería y ambiente (video).

Baethgen brindó una conferencia solvente y clara sobre un tema de muchísima actualidad global. “Casi el 75% de las emisiones vienen del sector energía”, dijo, y agregó que “la mitad de las emisiones globales vienen de tres regiones: China, Estados Unidos y la Unión Europea”.

Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | Walter Baethgen, vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) derribó los mitos que culpan del cambio climático a la ganadería y expuso la verdad sobre los gases de efecto invernadero, reza un artículo del diario argentino Clarín que refiere a su participación en el segundo Congreso Federal Ganadero que organizó el jueves 9 Rosgan, integrante de la Bolsa de Comercio de Rosario.

En una conferencia solvente y clara, reconocida por técnicos, prensa especializada y allegados al sector ganadero, Baethgen expresó que si se desea sinceramente combatir el cambio climático, se debe ir al origen que es la emisión de demasiada cantidad de gases con efecto invernadero. Pero, ¿de dónde vienen?, se preguntó, y la respuesta fue que “casi el 75% de las emisiones vienen del sector energía”.

Agregó que “la mitad de las emisiones globales vienen de tres regiones: China, Estados Unidos y la Unión Europea”, y cuestionó que la agenda sobre ese tema la esté marcando uno de los principales responsables, la Unión Europea.

En el caso de los países ganaderos como los nuestros, las pasturas fijan el CO2 que luego el ganado transforma en alimentos nutritivos como la carne o la leche, agregó. Con los combustibles fósiles y la quema de bosques ocurre lo contrario.

EL ARTÍCULO.

El siguiente es el artículo de Clarín, escrito por la periodista Kitty Vaquero. Las negritas son de Todo El Campo.

El calentamiento global producido por el efecto invernadero que generan ciertos gases que se liberan a la atmósfera es un serio problema para el planeta. En este escenario, la ganadería es acusada de ser una gran contribuyente al Cambio Climático (CC) por la emisión de metano que hacen los rumiantes. Sin embargo, es importante poner blanco sobre negro al respecto y aclarar a través de la ciencia varias afirmaciones erróneas.

“Los principales gases de efecto invernadero (GEI) son el dióxido de carbono (CO2) y el vapor de agua. Eso es un efecto invernadero natural. Si no hubiera este efecto invernadero natural no habría vida en el planeta. Hoy habría 20 o 30 grados menos de lo que tenemos. Y lo que ha pasado en los últimos 200 años es que la actividad humana ha aumentado mucho las emisiones de esos gases, entonces ahora tenemos un efecto exagerado del efecto natural”, explicó el Dr. Walter Baethgen, investigador de la Universidad de Columbia de New York y vicepresidente del INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria) de Uruguay en el 2° Congreso Federal Ganadero que organizó este jueves el Rosgan de la Bolsa de Comercio de Rosario (CBR).

El experto indicó que, si bien no hay certezas de cuánto será el incremento de la temperatura, algo es seguro: la variabilidad climática va a aumentar. “Estas cosas que acabamos de vivir estos últimos tres años, la frecuencia de ese tipo de eventos va a aumentar. Va a ser más frecuente, va a ser más intenso y tenemos que aprender a adaptarnos y es eso lo que tenemos que tratar de evitar combatiendo el calentamiento global”, advirtió.

Para Baethgen, si en verdad se apunta a combatir el cambio climático seriamente, se debe ir al origen. El problema es que se está emitiendo demasiada cantidad de gases con efecto invernadero. Pero, ¿de dónde vienen? “Casi el 75% de las emisiones vienen del sector energía”, subrayó el investigador.

Dentro del sector de energía hay pérdidas fugitivas. “Cada vez que se abre una mina de carbón hay que ventilar antes de empezar a explotar, para que pueda entrar a trabajar la gente, para que no haya problemas de accidentes y lo que se estaba ventilando es metano. En los pozos de petróleo ya en operación, permanentemente hay fuga de metano. Y en la transmisión desde el yacimiento de gas natural hasta las casas o las industrias, también hay fugas”, detalló el especialista. Esas son pérdidas por ineficiencia. Y un dato sorprende: “la cantidad de metano que viene de todas esas fugas es exactamente igual a la cantidad de todas las emisiones de todo el ganado de todo el mundo”, subrayó Baethgen.

Por otra parte, de acuerdo con el vicepresidente de INIA, la mitad de las emisiones vienen de tres regiones: China, Estados Unidos y la Unión Europea. “Piensen quién está generando la agenda del cambio climático y quién marca la agenda. La agenda hoy la marca la Unión Europea”, advirtió.

El dióxido de carbono (CO2), gas de efecto invernadero (GEI) que se usa como patrón en las mediciones, queda en la atmósfera mil años o más. El metano tiene un poder de calentamiento treinta veces mayor que el CO2 pero queda en la atmósfera solo de diez a quince años.

“En un ciclo de producción ganadera no se agrega carbono nuevo, lo que pasa es que hay un CO2 que está en la atmósfera, que lo fijan las pasturas, las plantas a través de la fotosíntesis, eso es comido por el ganado, al digerir eso uno de los subproductos es el metano, y lo convierte en un alimento altamente nutritivo, como la carne o la leche”, repasó Baethgen. Pero a los 10 años se vuelve a competir en dióxido de carbono que nuevamente es vuelto a tomar por las plantas para recomenzar el circuito, es decir que es un carbono que está ciclando.

Eso es lo opuesto a lo que pasa en los combustibles fósiles, donde una cantidad de carbono de millones de años, de animales y plantas fosilizadas, se empieza a sacar un día de un pozo y a partir de allí se comienza a agregar carbono nuevo a la atmósfera. “Uno recicla el mismo carbono, otro inyecta carbono nuevo”, remarcó el experto.

Con la quema de los bosques sucede algo similar. Una cantidad de carbono que durante mucho tiempo estuvo en un bosque, se tala repentinamente, se quema y todo ese carbono que antes no estaba en el ciclo se inyecta al aire.

En la ganadería, contrariamente, como el metano cada diez años se vuelve a convertir en CO2 y vuelve al ciclo del carbono, no aumenta su concentración. “Si tenemos un gas que se queda mil años en la atmósfera y otro que se queda diez: ¿estará bien esa métrica que dice que el metano es 30 veces más calentador que el dióxido de carbono?”, cuestionó el investigador.

Actualmente, la comunidad científica está revisando ese concepto. “Ya hay un par de indicadores con buen sustento científico que están diciendo que dan números más parecidos a 5 o 6”, contó Baetghen.

Por otro lado, el especialista llamó a tener en cuenta, no solo las emisiones, sino también la captura de carbono que se hace a través de las pasturas en la ganadería. “El total de emisión es un número alto, casi 600 millones de toneladas, pero las capturas naturales son un número también muy alto. Entonces, cada año se emite mucho y también se captura mucho y lo que queda es un número relativamente chico”, indicó.

Según contó, las emisiones en combustible fósiles y en la producción agropecuaria más el manejo de los residuos, llegan a 300 millones de toneladas. “Si uno pudiera reducir 20% las emisiones de metano de los combustibles fósiles, o 20% las emisiones del ganado, o 20% de las emisiones de la basura, ya tendríamos balance cero de metano”, analizó Baethgen.

Si la reducción de las emisiones fuera aún mayor, podrían bajar inmediatamente las temperaturas globales. “No es casualidad que el acuerdo que firmaron hace unos años en una de las conferencias de las partes (COP), el acuerdo era reducir 30% las emisiones de gas del metano. Una de las razones es que eso se puede hacer con ganancia para la industria porque ese gas que se pierde si se logra vender es con ganancia. Eso quiere decir que hay muchas oportunidades en el sector energía de donde vienen el 75% de los gases”, afirmó.

Asimismo, el investigador destacó que la principal fuente de emisión de metano en el mundo son los humedales, los pantanos y bañados pero no se incluye en el inventario de generación de gases porque son parte del equilibrio ecosistémico del planeta. “Está bien, es lógico. Ahora, si estoy en un lugar del mundo en donde hace por lo menos 8 millones de años que hay pasturas y hay animales comiéndolas, que son parte del equilibrio, como en las pampas, por ejemplo, entonces: ¿cuál es la línea de base? Si no contamos a los pantanos, ¿no tendríamos que pensar un poquito mejor cómo es la línea de base de las pampas?”, indicó.

CARBONO NUEVO Y CARBONO VIEJO RECICLADO.

Para cerrar su exposición Baethgen repasó: “La principal causa de cambio climático es la emisión de gases con efecto invernadero y el 75% de esas emisiones siguen viniendo de las energías fósiles. El carbono en la ganadería no es un carbono nuevo, es un carbono que se recicla, el de los combustibles fósiles y de la quema de bosques es carbono nuevo. El dióxido de carbono queda en la atmósfera mil años, el metano diez o quince años. Si reducimos 20% de las emisiones de todas estas fuentes juntas, logramos un metano balance cero. Si lo reducimos un poco más, tenemos balance negativo y enfriamos el planeta”. Y ¿cómo emitir menos? Fundamentalmente con fuentes de energía renovables; reduciendo la deforestación; haciendo un mejor manejo de las pasturas, aumentando su diversidad con leguminosas; y manejando mejor los residuos.

El investigador llamó a repensar estos conceptos en los sistemas productivos pecuarios. “El mensaje no es que no tenemos que hacer nada, el mensaje es relativicemos. Hay muchas cosas para hacer, pero no nos distraigamos. Tenemos que buscar la manera de influir más en las agendas, de cómo se definen estas cosas, de los acuerdos, de los tratados de cambios climáticos”.

El mundo está cambiando. Ya hay mercados voluntarios de carbono que pagan diferenciales a las empresas por el secuestro de este elemento. Las clases medias aumentan y con ello el consumo de alimentos y las exigencias de garantías acerca de la producción sostenible de los mismos. Por eso, cada vez más, es clave medir la huella ambiental en la producción ganadera para echar por tierra la mala información y los prejuicios negativos que recaen sobre la actividad. Estos son los desafíos pero también las oportunidades abiertos hoy para el sector ganadero argentino.

NOTAS DE REDACCIÓN.

En el video al pie del artículo se puede ver el congreso completo que comienza con las palabras de bienvenida del presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Miguel Simioni; el presidente de Rosgan, Walter Tombolini; y Francisco Medina, director de Desarrollo Territorial y Arraigo de la provincia de Santa Fe. La exposición de Baethgen inicia en el minuto 17.00.

Artículo de Clarín: Un científico derribó los mitos que culpan del cambio climático a la ganadería: la verdad sobre los gases de efecto invernadero

Walter Baethgen participará en el 2°Congreso Federal Ganadero organizado por Rosgan.

Walter Baethgen participará en el 2°Congreso Federal Ganadero organizado por Rosgan.

Del congreso participarán figuras como el vicepresidente de INIA, Walter Baethgen; el analista y consultor Salvador Distéfano y el también consultor Víctor Tonelli, entre otros.

Rosario, Santa Fe, Argentina | Todo El Campo | El jueves 9 de noviembre se realizará el 2° Congreso Federal Ganadero, en la Bolsa de Comercio de Rosario. En la oportunidad se analizará y profundizará sobre los temas acuciantes del sector.

Este año, el congreso tiene dos ejes. En el primero, por la mañana del jueves, se desarrollará en profundidad los temas vinculados a la ganadería y la sustentabilidad ambiental. En la tarde de esa jornada, será el turno de los temas productivos de la cadena.

El segundo eje se realizará al mediodía, en el corazón del congreso, con una disertación acerca del tema que preocupa a todos los empresarios argentinos: lo financiero.

BAETHGEN EN EL CONGRESO.

El congreso será inaugurado por el presidente de Rosgan, Walter Tombolini, quien estará acompañado por el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Miguel Simioni junto a funcionarios de primera línea del Gobierno provincial y municipal. Luego será el turno del inicio de cada panel.

En lo que respecta a los temas vinculados a la sustentabilidad, disertará en esta oportunidad Walter Baethgen, vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y especialista en el área de regulaciones y protocolos ambientales que tiene un largo recorrido no sólo en Uruguay, sino que desarrolla proyectos especiales para la Universidad de Columbia en Estados Unidos.

DEFORESTACIÓN, GANADERÍA, REGULACIONES INTERNACIONALES.

Además, se destaca luego un panel que tratará las nuevas regulaciones internacionales respecto a la deforestación, un tema que afecta de lleno a la ganadería.

La Unión Europea marcha hacia el 2025 con la prohibición de ingresar productos de zonas deforestadas y es por eso que desde la Unión Europea disertará en el congreso de Rosgan Enrico Prezio para explicar estas restricciones.

Junto a Prezio estará el médico veterinario Pablo Fiore, director de Ganadería del programa libre deforestación de Santa Fe, provincia que en Argentina es la única en el país que viene realizando la puesta en marcha de un programa de trazabilidad catastral y de certificación de producto.

En ese panel, en representación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina (Senasa), estará Emiliano Grave, coordinador General de Campo de la Dirección Nacional de Sanidad Animal.

LO FINANCIERO Y LA PARTICIPACIÓN DE SALVADOR DISTÉFANO.

Al mediodía del jueves 9 será el turno de repasar un tema crucial para lo que se viene en el 2024. En ese punto estará Salvador Distéfano, especialista en finanzas, para dar su visión acerca de las variables económicas que se pueden esperar para los próximos meses de cara al cambio de Gobierno. Y, por supuesto, cómo esto se vincula con los negocios ganaderos.

Durante la tarde llegarán los temas vinculados al corazón de la producción. Se destaca la disertación del especialista Roberto Bisang con una visión amplia que promete dejar en claro cuánto tiene de proyección y futuro la ganadería, con una charla que se interroga acerca de ¿cómo armar la scaloneta de la cadena de ganados y carnes para lograr un buen triunfo del sector?

También hay paneles claves con referentes de los principales frigoríficos de Argentina, como Paladini, Marfrig o el Grupo Beltram.

Estará el consultor Víctor Tonelli dando su visión, y además se destacará un panel de modelos exitosos de producción como el de la Cabaña Pilagá, entre otros.

MESAS.

Por otra parte, habrá mesas con referentes de la Mesa Nacional de Carnes, también estará presente el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (Ipcva), entre otras entidades.

Es decir, una nutrida agenda de especialistas que vuelven a Rosario para hacer de este congreso una gran jornada para desarrollar contenidos que permitan seguir haciendo fuerte al sector frente a todo contexto.

Uruguay debe atender las nuevas exigencias de los consumidores, dijo el vicepresidente de INIA.

Uruguay debe atender las nuevas exigencias de los consumidores, dijo el vicepresidente de INIA.

Ing. Agr. Baethgen: “El mundo cambió, exige cosas que antes no exigía, hay oportunidades nuevas y se están penalizando globalmente cosas que antes no se penalizaban”, como los asuntos ambientales.

Hébert Dell’Onte | El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) realizó la jornada “¿Cómo medir el desempeño ambiental en el agro?”, evento del que participaron destacados técnicos y referentes de diversas instituciones.

La actividad se desarrolló en el marco del ciclo de jornadas destacadas 2022, y tuvo como lugar de realización, de forma presencial, INIA Las Brujas, y también contó con una trasmisión en vivo por el canal de YouTube de INIA.

Al comenzar la jornada, el director nacional de INIA, Jorge Sawchik, dio la bienvenida y dijo que los indicadores han sido trabajados y estudiados por diferentes instituciones del país y a lo largo de los años, sin embargo “en los últimos años tomó mayor relevancia por la genuina preocupación de los sistemas de producción y sus potenciales impactos positivos o negativos en el medio ambiente, pero también por las oportunidades o las no oportunidades que puede tener el sector agropecuario en función del desempeño de los mismos”.

Para INIA este tipo de talleres son muy importantes porque se trata de una institución que debe brindar información al sector privado y a los tomadores de decisiones públicas, destacó.

Agregó que “la mira tiene que estar puesta en definir indicadores a diferentes escalas, prediales y regionales, para diferentes sistemas de producción” que “podamos utilizar como línea de referencia y poder demostrar si nuestros sistemas van en el sentido correcto o en el contrario”.

WALTER BAETHGEN: “EL MUNDO EXIGE COSAS”.

El Ing. Agr. Walter Baethgen, vicepresidente de INIA, fue el primer expositor, y se refirió a todo lo que el mundo ha cambiado, con consumidores que cada vez exigen más.

Dijo que “hasta hace poco los únicos indicadores que nos interesaban eran los económicos, pero empezaron a aparecer otros factores, porque nos dimos cuenta que la manera en que se producían alimentos en el mundo no era sostenible, se estaban agotando las reservas de agua, se contaminaban los cursos de agua, había emisiones de gases de efecto invernadero”.

En Uruguay se empezó a considerar “como dimensión ambiental el tema de la erosión del suelo, y ahí se comenzó a pensar en rotación de cultivos, sistema de laboreo, siembra directa. Y lo más interesante que hace que Uruguay sea otra vez un ejemplo para el mundo, es que se creó una ley de suelos que establece que el productor, sea propietario o arrendatarios no puede hacer cualquier cosa. Cuando se plantea un sistema de producción hay que plantear una rotación en la que hay un máximo de pérdida de suelo, y eso filosóficamente va contra todo el concepto liberal por el cual cada uno es dueño de su campo y ahí cada un hace lo que cree más conveniente, pero el concepto filosófico fuertísimo es que cada cual es dueño de su campo, pero el suelo es un bien público y como tal el Estado tiene un rol que cumplir”.

Esa ley requirió que durante los dos años previos a su promulgación, se hiciera una campaña de información, y “los conceptos básicos se fueron transmitiendo y hoy nadie cuestiona esa norma”.

Otro aspecto interesante resaltado por Baethgen es que también “hubo un acuerdo científico sobre cómo medir la pérdida de suelo esperada, y qué indicador usar. La comunidad científica planteó un modelo” y hoy en el taller se sigue discutiendo “desde el punto de vista científico cuales son los mejores indicadores de diferentes dimensiones de la producción sostenible, que es fundamental”.

Pero luego de eso hay que educar, discutir, explicar por qué medimos lo que medimos, y llegar a un acuerdo de políticas públicas, porque ya sabemos que al producir alteramos el medio ambiente, lo que hay que definir es cuánto de ese cambio es tolerable”.

HAY QUE PRESTAR ATENCIÓN A LOS CONSUMIDORES.

Resaltó que actualmente “los consumidores de cualquier bien están dando importancia a cosas que mi generación no le daba”, y puso el ejemplo de sus hijas: “Hay marcas de ropa que mis hijas no compran porque en su fabricación emplean mano de obra infantil en Bangladesh”.

Otro ejemplo es que “los europeos acaban de decir que no van a comprar carne que provengan de sistemas deforestados, aunque en el país donde se produce esa carne sea legalmente deforestado”.

Es por esos cambios y esas exigencias impuestas por el consumidor que “cualquier empresa en el mundo tiene una división que se llama responsabilidad corporativa o ESG que son las siglas en ingles de factores ambientales, sociales y gobernanza”.

No obstante, la importancia ambiental va más allá de la producción, de la fabricación y de lo empresarial, llega a lo financiero donde está “lo más nuevo” y en eso Uruguay “hizo algo histórico, emitió un bono soberano que no está atado a la estabilidad macroeconómica, o sea que la tasa de interés que va a pagar Uruguay no dependerá de la estabilidad macroeconómica que es lo típico, sino de si Uruguay está cumpliendo con los acuerdos que asumió. O sea que la tasa es directamente proporcional a su desempeño ambiental”.

GREENWASHING, EL RIESGO QUE URUGUAY NO PUEDE CORRER.

Baethgen advirtió que Uruguay no puede caer en el greenwashing que es una práctica que simula o aparente ser de cuidado ambiental sin serlo. “Es como decir ‘mirá que linda mi empresa, tengo estos vasos reciclables, etc., pero cuando el usuario se da cuenta que eso es un verso, que un marketing vacío, el efecto es peor que si no hubiera hecho nada”.

Ese es uno de los “riesgos” que corre Uruguay. “Como productores y exportadores de alimentos tenemos una cantidad de oportunidades para mostrar que acá las cosas se hacen bien, pero lo peor que le puede pasar a Uruguay es certificar cosas que parezcan greenwashing, que no tienen sustento científico, porque eso termina jugando en contra y el efecto es mucho peor que no hacer nada”.

Acceda a todo el evento de INIA en el video que se publica a continuación.

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