En el mundo la industria del vino se esfuerza a favor de los vinos de bajo contenido alcohólico en respuesta al creciente interés de los consumidores por el consumo moderado.
Montevideo | Todo El Campo | En 2012, en el 35º Congreso Mundial de la Viña y el Vino que tuvo lugar en Izmir (dicen que es la ciudad más liberal de Turquía), se adoptó la Resolución OIV-OENO 394A-2012, sobre la Desalcoholización de los Vinos.
La resolución mencionada trata sobre los requisitos para la producción vitivinícola con un contenido alcohólico reducido o bajo, lo que se logra mediante la técnica de evaporación parcial al vacío, técnicas de membranas y/o destilación.
El texto también especifica que estos procesos no deben utilizarse en vinos con defectos organolépticos y deben ponerse bajo la responsabilidad de un enólogo o técnico cualificado (ver resolución al pie del artículo).
El marco de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) para la desalcoholización proporciona a los productores herramientas para innovar en un contexto de complejidades técnicas y comerciales. Este progreso apoya los objetivos del sector de calidad y autenticidad en un clima de consumo cambiante.
ADAPTACIÓN A LAS TENDENCIAS DE CONSUMO: EL ENFOQUE DE LA OIV PARA LA DESALCOHOLIZACIÓN DE LOS VINOS.
Sobre el tema, Valérie Lempereur, directora de Transferencia de Tecnología del Instituto Francés de la Viña y el Vino (IFV), compartió sus consideraciones al respecto.
Dijo que “las técnicas de desalcoholización del vino descritas en el Código Internacional de Prácticas Enológicas de la OIV (OENO-394A-2012) ofrecen a los operadores del sector vitivinícola una solución técnica supervisada que responde a las expectativas cambiantes de algunos consumidores que buscan opciones con bajo o sin alcohol. Estos métodos abren nuevas oportunidades de mercado para el sector vitivinícola, atrayendo a un público diverso y minimizando el impacto en los aromas y la estructura del vino, lo cual es esencial para aumentar la diversidad de los productos vitivinícolas.
Sin embargo, estas técnicas plantean desafíos que requieren la colaboración entre productores e investigadores para garantizar la integridad de estos vinos. Adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores permite a los productores innovar preservando la calidad y autenticidad de sus vinos.
EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA CRECIENTE DEMANDA DE VINO DESALCOHOLIZADO
Fernando Zamora, profesor de la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili, señaló que hay un “creciente interés de los consumidores por los vinos desalcoholizados está llevando a los enólogos a adaptarse para satisfacer esta demanda particular”.
“La OIV abordó esta evolución en el 35º Congreso Mundial de la Viña y el Vino adoptando dos resoluciones clave: una que permite la desalcoholización casi total (hasta menos del 0,5% de alcohol) y la otra reducción parcial (hasta el 20%) del contenido alcohólico con el fin de mejorar el equilibrio gustativo.
“Hoy en día, los viticultores se enfrentan a decisiones difíciles: cosechar temprano para obtener niveles de alcohol más bajos o dejar que las uvas alcancen la madurez fenólica completa, a riesgo de provocar un contenido excesivo de alcohol”.
La desalcoholización parcial puede “mejorar el equilibrio de estos vinos, mientras que la desalcoholización casi total ofrece un nuevo producto que es bien recibido por muchos consumidores. Estas adaptaciones podrían resultar esenciales para mantener tanto la calidad de los vinos como el atractivo para el consumidor en un escenario de condiciones climáticas cambiantes”.
TÉCNICAS AVANZADAS DE DESALCOHOLIZACIÓN DEL VINO PARA HACER FRENTE AL AUMENTO DE LOS NIVELES DE ALCOHOL
Matthias Schmitt, de la Universidad de Hochschule Geisenheim, sostuvo que “el aumento constante del contenido alcohólico de los vinos registrado en las últimas décadas ha hecho que la desalcoholización del vino sea un tema cada vez más importante”.
“Si bien factores como la mejora de la viticultura y las prácticas modernas de vinificación contribuyen a los niveles más altos de alcohol, el cambio climático sigue siendo el principal culpable de los altos niveles de azúcar que conducen a niveles excesivos de alcohol”, añadió.
Los niveles de alcohol “puede llevar a la percepción de un vino desequilibrado y demasiado alcohólico, lo que puede provocar el rechazo del consumidor y problemas de fermentación”.
La Resolución OENO 394A-2012 de la OIV ofrece soluciones para la reducción del contenido alcohólico en el vino, respondiendo así tanto a la demanda del mercado como al deseo de preservar el equilibrio natural del vino. Para ello, los enólogos utilizan métodos físicos para la reducción selectiva del alcohol, como la destilación al vacío y los procesos selectivos de membrana.
La destilación al vacío, a menudo realizada mediante columnas de cono giratorio o métodos de molienda al vacío, permite que el proceso se aplique a temperaturas moderadas de 40 °C o menos y que se logre rápidamente una desalcoholización completa. Para la desalcoholización parcial, el tratamiento se aplica a una porción del vino que luego se vuelve a mezclar con el vino inicial. También es posible utilizar procesos de membrana como la ósmosis inversa o la destilación osmótica, en los que el vino se somete a sucesivos pasos a través de membranas hasta alcanzar el contenido de alcohol deseado.
Estas técnicas deben aplicarse con conocimientos especiales para no comprometer la calidad del vino, lo que pone de manifiesto la necesidad de una supervisión profesional por parte de enólogos y técnicos cualificados.
ALGUNOS DESAFÍOS.
Adriaan Oelofse, director de Investigación, Desarrollo e Innovación de South Africa Wine, apuntó que hay un “esfuerzo de la industria a favor de los vinos de bajo contenido alcohólico en respuesta al creciente interés de los consumidores por el consumo moderado”.
Añadió que “técnicas como la evaporación parcial al vacío, la filtración por membrana y la destilación controlada pueden reducir el alcohol y conservar el sabor. Cada uno de estos procesos ofrece ventajas distintas”, aclaró, y explicó: “La evaporación al vacío permite eliminar suavemente el alcohol, técnicas de membrana como la ósmosis inversa para separar selectivamente el alcohol conservando los aromas, y la destilación para controlar con precisión el contenido de alcohol”.
Sin embargo, la “reducción del contenido de etanol influye en las percepciones organolépticas, disminuyendo frecuentemente la complejidad del vino en términos de aroma, sabor y sensación en boca. Esta resolución no solo avanzó en los métodos para reducir el contenido de alcohol, sino que también profundizó la comprensión de la composición intrínseca del vino, equilibrando los aromas volátiles y no volátiles con la acidez y el dulzor para cumplir con los estándares de calidad”.
La producción de vinos de alta calidad y bajo contenido alcohólico presenta algunos desafíos, como preservar el sabor, superar el escepticismo de los consumidores y mantener los costos de producción bajo control.
La educación del consumidor sigue siendo vital para alinear las expectativas de sabor en los productos de bajo contenido alcohólico que a menudo carecen de las propiedades conservantes del alcohol, plantean problemas de estabilidad en las estanterías. Al adherirse a estos estándares en evolución y refinar técnicas para reducir el contenido de alcohol, la industria del vino busca producir vinos que honren la calidad tradicional y satisfagan las preferencias modernas.
En general, la resolución de la OIV refleja el compromiso de la Organización de apoyar las tendencias de los consumidores a través de la innovación, dotando al sector vitivinícola de herramientas para satisfacer la demanda de vinos de bajo contenido alcohólico, preservando al mismo tiempo su autenticidad, calidad y valor cultural, a través de la colaboración con investigadores y profesionales del sector.
Estudios recientes (2019 y 2022) advertían sobre la caída del consumo de vino en las personas nacidas en los 80 y 90, pero este año se conoció en Estados Unidos un cambio de tendencia.
Montevideo | Todo El Campo | En mayo de 2019, una estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Valladolid presentó su trabajo de fin de grado sobre “la generación millennial y el consumo de vino”.
La generación millennial es la de aquellas personas nacidas a partir de los 80 (entre 1982 y 1994), caracterizada por ser una generación digital, hiperconectada y con altos valores sociales y éticos.
En el trabajo de 50 páginas, la entonces estudiante de Economía afirmó que en aquel no lejano 2019 “el consumo de vino en la generación millennial es más bajo que en ninguna otra generación anterior mientras fueron jóvenes”, algo que “preocupa a la industria, que ha empezado a entender la necesidad de comprender la idiosincrasia de la generación millennial y cómo dirigirse a ellos para aumentar el consumo de vino”.
El análisis se refería a los millennials españoles, y entre las causas de ese menor consumo mencionó “el sabor y propiedades organolépticas”, razón expresada por el 47%, la imagen y percepción del vino (40%) y el precio (18%).
LOS MILLENNIALS ESTADOUNIDENSES.
Tres años después, en 2022, un informe elaborado por Silicon Valley Bank sobre la industria del vino de Estados Unidos arribó a la misma conclusión que nuestra estuante española en 2019: una disminución de las ventas de vino entre los consumidores millennials. Éstos buscan bebidas más ecológicas y con menos alcohol.
Solo el 20% de los millennials beben vino -según el estudio de 2022-, y se espera que la industria enfrente una disminución del 20% en el volumen de consumo de vino durante los próximos 10 años, publicó La Gaceta del Vino.
NO LO BEBEN, PERO ESTÁN DISPUESTOS A INVERTIR EN ÉL.
Sin embargo, lo anterior contrasta con las posibilidades de inversión en vinos.
Vinetur, publicación especializada en vinos, informó que el Estudio de la riqueza de los estadounidenses 2024, realizado por Bank of America Private Bank, concluyó que los millennials estadounidenses adinerados (con un patrimonio de US$ 3 millones) tienen más del doble de probabilidad de invertir en vino en comparación con la generación X (nacidos entre 1965 y 1981) y los baby boomers (nacidos entre 1945 y 1964).
Un aspecto destacado del estudio es que tres cuartas partes de los jóvenes creen que ya no es posible obtener rendimientos superiores a la media solo con acciones y bonos. Esta percepción contrasta con apenas una cuarta parte de los encuestados de la Generación X y mayores que comparten esta opinión, reflejando la turbulencia del mercado en los últimos años.
Entre los factores que han influido en esta visión se encuentran la alta inflación, el aumento de las tasas de interés, un año bajista para las acciones en 2022, un caso de fraude destacado en la industria de las criptomonedas, dos grandes conflictos geopolíticos y el rápido avance de las herramientas de inteligencia artificial.
¿UN MERCADO A PUNTO DE REPUNTAR?
Por otra parte, Wine Market Council (WMC) dio a conocer un estudio en el que subraya que el mercado del vino en Estados Unidos está a punto de repuntar.
WMC analiza, desde 1997, el comportamiento de consumo de los estadounidenses. El último estudio publicado este año mostró que los millennials vuelven a consumir más vino tras una fase de experimentación con otras bebidas alcohólicas.
Otro dato clave es que el consumo de los millennials es al menos una vez a la semana y, por tanto, incluso con más regularidad que las generaciones de más edad, que antes se consideraban el principal grupo destinatario del vino.
Operadores comerciales ven un retorno a las ventas prepandémicas, en restaurantes y tiendas de vinos de alto nivel.
Con datos de Universidad de Valladolid, La Gaceta del Vino, Vinetur y Wein.plus.
Este año estamos celebrando el año del patrimonio vitivinícola, en homenaje a Harriague y Francisco Vidiella.
Montevideo | Todo El Campo | El Instituto Nacional de Vitivinicultura realizó el lanzamiento de los festejos por los 150 años de la viña y el vino en Uruguay, una celebración que recuerda el registro del primer viñedo en el país y el comienzo de la actividad vitivinícola industrial.
En este contexto la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación del Ministerio de Educación y Cultura ha resuelto dedicar el fin de semana del Patrimonio 2024 a la vitivinicultura. Bajo el lema “El vino como tradición: inspiración, trabajo e innovación”, se honrará a las figuras de Pascual Harriague y Francisco Vidiella y, a través de ellos, a todas y cada una de las personas que alimentan todos los días nuestro patrimonio vitivinícola.
La presentación, que se llevó a cabo en la sede del Instituto, contó con la participación del ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Agr. Fernando Mattos, junto al presidente y vicepresidente de Inavi, Enól. Ricardo Cabrera y Sr. Oscar Perdomo, el director de la Comisión de Patrimonio, Arq. William Rey y la Ing. Agr. Estela De Frutos.
UN AÑO DE VARIOS FESTEJOS.
Cabrera dio a la bienvenida a los asistentes y señaló que estamos celebrando el año del patrimonio vitivinícola, en homenaje a Pascual Harriague y Francisco Vidiella.
Pero al mismo tiempo, los 100 años de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), los 50 años de los grupos CREA y los 60 de la Asociación de Enólogos del Uruguay.
Un año particularmente relevante para el mundo de la vitivinicultura, recalcó.
Estela De Frutos, en tanto, repasó algunos hitos de estos 150 años, destacó el valioso legado de los pioneros Harriague y Vidiella en la construcción de la historia vitivinícola y puso de manifiesto la importancia de colocar al vino uruguayo en el “pedestal de la cultura”.
Por su parte, el director de la Comisión de Patrimonio dio cuenta del trabajo que se está realizando para sellar la identidad del país a través de la producción, “con la esperanza de que mucha gente comience a reparar en el patrimonio tan importante que tenemos vinculado a la vitivinicultura”.
Finalmente, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Fernando Mattos, sentenció: “No hay nada más tradicional, más patrimonial que el recuerdo, la memoria y las tradiciones que vienen de la propia casa. Si hay una actividad que está vinculada con la migración, con los orígenes y con la historia lejana, es la vitivinicultura uruguaya”.
CAMPAÑA TIERRA DE VALORES.
Durante el encuentro se presentó, además, la campaña que Inavi está llevando adelante con el objetivo de preservar la memoria histórica del sector, rescatar su valor patrimonial y entender la relevancia de la vitivinicultura para el desarrollo económico, cultural, social y turístico del país.
Bajo la consigna Tierra de Valores, la campaña busca transmitir la esencia de la viña y el vino en Uruguay y las particularidades de su legado, con el objetivo de seguir promoviendo el desarrollo de una vitivinicultura innovadora, sostenible y responsable.
En el año 1874 se establecieron los viñedos de Pascual Harriague en San Antonio Chico (Salto), y la granja del catalán Francisco Vidiella en Colón (Montevideo).
Años después, ambos verían el fruto de su esfuerzo con las primeras cosechas de las variedades Tannat y Folle Noir, respectivamente, conocidas originalmente por sus apellidos.
Posteriormente, estos dos pioneros también ganarían los premios otorgados por el Gobierno, por haber sido los primeros en elaborar 100.000 litros de vino nacional puro.
Estas familias, pioneras en la vitivinicultura, fueron el cimiento fundamental de nuestro patrimonio vinícola, al introducir nuevas cepas y demostrar que cultivar vid en Uruguay sí era posible. Dos hombres visionarios que dieron el primer impulso a esta tierra de valores.
En base a Inavi con adaptaciones para Todo El Campo.
En 2023 se redujo el consumo mundial de vino mientras aumentó el valor de su comercio, con la inflación golpeando con fuerza, dijo la OIV -Organización internacional de la Viña y el Vino.
Montevideo | Todo El Campo | El 26 de abril, el director general de la OIV (Organización internacional de la Viña y el Vino), John Barker, desde su sede en Dijon (ciudad de Francia), presentó el informe anual sobre “Actualidad de la Coyuntura del sector vitivinícola mundial en 2023”, en el que recoge datos sobre superficie mundial de viñedo, producción mundial de vino, consumo y exportaciones mundiales de vino.
2023 fue un año en el que el sector mundial del vino tuvo que enfrentarse a fuertes retos. Con una producción históricamente baja y precios al alza, se dejaron sentir fuertes presiones inflacionistas que ya habían comenzado en 2022.
La superficie mundial sigue a la baja, perdiendo un 0,5%, respecto a 2022, situándose en los 7,2 millones de hectáreas. Esta tendencia a la baja, que se mantiene por tercer año consecutivo, se explica por la eliminación de viñedos en las principales regiones vitivinícolas, en ambos hemisferios.
En cuanto a la producción mundial de vino en 2023, muchos viñedos de todo el mundo se vieron afectados por condiciones climáticas extremas y enfermedades fúngicas, llevando a una producción mundial de vino históricamente baja, de 237 millones de hectolitros. Con respecto a 2022, se registró una caída del 10%, tratándose de la producción más baja desde 1961.
En lo referente al consumo mundial de vino, la OIV lo estima en 2023 en 221 millones hl, lo que supone un descenso del 2,6% respecto a las ya bajas cifras de 2022. El aumento de los costos de producción y distribución, impulsado por las presiones inflacionistas, provocó un aumento de los precios del vino para los consumidores, con un menor poder adquisitivo. A pesar de estos retos, algunos mercados han demostrado su resistencia.
Las exportaciones mundiales de vino en 2023 también se vieron notablemente afectadas por la subida de los precios. Aunque el volumen total de vino exportado descendió en 99 millones de hectolitros, el valor de las exportaciones alcanzó los 36.000 millones de euros. El precio medio de vino en exportación alcanzó un máximo histórico de 3,62 euros por litro. (Observatorio Español del Mercado del Vino).
Los desafíos estructurales se mezclan con oportunidades de innovación y crecimiento. La adaptación a las preferencias de los consumidores jóvenes, el enfoque en la sostenibilidad y la exploración de nuevos mercados y canales de venta serán claves para el sector.
Montevideo | Todo El Campo | 2024 no será el año en que el vino deje de evolucionar. A pesar de los desafíos que el sector vitivinícola enfrenta -pasando por declives estructurales en mercados maduros hasta las complicaciones derivadas del cambio climático- las tendencias emergentes están moldeando de manera decisiva la industria global del vino.
Esas corrientes muestran los cambios en los patrones de consumo y producción, pero también abren nuevas posibilidades para el crecimiento y la innovación.
Las siguientes son las siete tendencias clave que están definiendo el futuro del vino a nivel mundial, presentadas y analizadas por IWSR, una web líder en datos e inteligencia de mercados de bebidas alcohólicas: Declive estructural y oportunidades en nuevos mercados. Retos en la captación de consumidores jóvenes. Aumento de la confianza y el conocimiento sobre el vino. La dinámica del “menos pero mejor”. Dominio de los vinos de bajo grado alcohólico. Crecimiento en el comercio electrónico. Desafíos climáticos y sostenibilidad.
DECLIVE ESTRUCTURAL Y OPORTUNIDADES EN NUEVOS MERCADOS
El vino enfrenta un declive estructural a largo plazo, especialmente en mercados tradicionales. Sin embargo, la región Asia-Pacífico se destaca como un área de oportunidad gracias a la apertura de mercados emergentes y un creciente interés por importaciones premium. A pesar de las caídas en volúmenes de vino tranquilo, el vino espumoso sigue mostrando signos de crecimiento, impulsado por un interés renovado en segmentos como el de «otros espumosos», que ha visto aumentos en 14 de los 20 mercados principales. La reapertura del comercio en China y el creciente atractivo de economías en desarrollo como Tailandia y Vietnam subrayan esta tendencia hacia la diversificación y la calidad.
RETOS EN LA CAPTACIÓN DE CONSUMIDORES JÓVENES.
La industria del vino se enfrenta al reto de atraer a consumidores más jóvenes en un contexto donde las generaciones emergentes, como la Gen-Z, muestran menor interés en el vino comparado con generaciones anteriores. Estos jóvenes consumidores, más inclinados hacia bebidas de baja graduación alcohólica, cócteles y cervezas artesanales, representan un desafío para el sector. No obstante, hay oportunidades de captación en mercados específicos donde los millennials muestran un interés creciente por el descubrimiento y la experimentación dentro de la categoría.
AUMENTO DE LA CONFIANZA Y EL CONOCIMIENTO SOBRE EL VINO
A pesar de los desafíos, los consumidores jóvenes que se adentran en el mundo del vino lo hacen con un nivel de confianza y conocimiento superior al de generaciones anteriores. Este grupo demográfico muestra una mayor apertura a la exploración y experimentación, impulsando un interés renovado y una participación activa en la categoría. Sin embargo, este aumento en la confianza no necesariamente se traduce en un conocimiento objetivo más profundo sobre el vino, posiblemente debido a la influencia de la tecnología y un cambio en las prioridades de consumo.
LA DINÁMICA DEL “MENOS PERO MEJOR”.
La tendencia hacia el consumo de productos de mayor calidad, aunque en menor cantidad, continúa siendo un motor importante para la premiumización en el sector del vino. A pesar de algunos signos de desaceleración, la demanda por vinos de alta gama persiste, especialmente en mercados en crecimiento como India y China. Este enfoque en la calidad sobre la cantidad refleja un cambio en las preferencias de consumo, especialmente entre los consumidores más jóvenes.
DOMINIO DE LOS VINOS DE BAJO GRADO ALCOHÓLICO.
Los vinos de bajo grado alcohólico están ganando terreno, liderando el crecimiento en este segmento con innovaciones enfocadas en atributos saludables, como menor contenido calórico y alcohólico. Esta tendencia responde a una demanda creciente por parte de consumidores conscientes de su salud, aunque el segmento de vinos sin alcohol aún enfrenta retos en términos de percepción de calidad y disponibilidad.
CRECIMIENTO EN EL COMERCIO ELECTRÓNICO
El comercio electrónico sigue siendo un canal de crecimiento para el vino, aunque su participación de mercado está siendo erosionada gradualmente por categorías menos maduras como los licores y las bebidas listas para consumir. La inversión en el canal digital es crucial para mantener la relevancia y conectarse con un público cada vez más habituado a las compras en línea.
DESAFÍOS CLIMÁTICOS Y SOSTENIBILIDAD
El cambio climático representa uno de los desafíos más importantes para la producción vitivinícola, afectando la calidad de la uva y los tiempos de cosecha. Esto ha llevado a una adopción más amplia de prácticas sostenibles y técnicas de cultivo adaptativas. La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para los consumidores, impulsando a las marcas a explorar envases alternativos y estrategias de producción más ecológicas.
Fuente Vinetur, con adaptaciones para Todo El Campo.