Cómo fomentar el cultivo sostenible del arroz para mejorar la seguridad alimentaria en Latinoamérica.

Cómo fomentar el cultivo sostenible del arroz para mejorar la seguridad alimentaria en Latinoamérica.

Cuatro factores influyen al momento de tomar una decisión correcta: la educación, pertenecer a una asociación, contar con acceso a créditos bancarios y la contratación de seguros.

Silverio Alarcón Lorenzo* | Todo El Campo | Junto con otros cereales, el arroz es uno de los cultivos básicos en la dieta mundial. Y es esencial tanto para la seguridad alimentaria como para garantizar niveles de ingresos adecuados a los agricultores. Así, en muchos países forma parte de una agricultura de pequeños agricultores comprometida con el suministro de alimentos a la población, el desarrollo rural y el medio ambiente.

Por estos motivos, tanto la investigación como la difusión de prácticas agrícolas en el arroz contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) (1). Los ODS son 17 metas establecidas en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y se pretende alcanzarlas en 2030.

Las prácticas agrícolas en el arroz destacan sus aportaciones al ODS 1: fin de la pobreza; al ODS 2: hambre cero; en determinadas circunstancias, al ODS 12: producción sostenible e incluso al ODS 6: eficiencia hídrica.

ADOPCIÓN DE INNOVACIONES EN EL CULTIVO DEL ARROZ

Una parte importante de la investigación relacionada con el cultivo del arroz y los procesos de adopción de innovaciones se ha centrado en el uso de semilla certificada y nuevas variedades (por ejemplo, en Sierra Leona, China y Pakistán). Es decir, aspectos tecnológicos de la llamada revolución verde.

En las últimas décadas, sin embargo, ha habido un interés creciente en innovaciones que son ambientalmente más sostenibles y más asequibles para los pequeños agricultores. Por ejemplo, adopción de prácticas de gestión del agua, uso de maquinaria, adaptación al cambio climático y adopción de prácticas de manejo integrado.

PRÁCTICAS PRODUCTIVAS Y SOSTENIBLES.

En esta línea, he publicado un trabajo en la revista Outlook on Agriculture (2) junto con Víctor Hugo Lema, del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca de Ecuador, en el que estudiamos el cultivo del arroz en Ecuador. Se han seleccionado cuatro prácticas que aumentan los rendimientos y mejoran el manejo de los recursos naturales:

  1. Nivelación de la tierra: reduce pérdidas de agua, frena la proliferación de plagas, evita pérdidas de nutrientes, facilita la mecanización y ahorra energía y emisiones de gases.
  2. Uso de semilla certificada: mejora la germinación y sanidad vegetal del cultivo.
  3. Trasplante de plántulas a distancia: requiere más mano de obra que la siembra a voleo, pero contribuye a una buena germinación y conduce a mayores rendimientos para pequeños agricultores con pocos recursos.
  4. Uso de cosechadora: permite una menor pérdida de granos, reduciendo así el desperdicio, ahorrando recursos y mejorando el suministro de alimentos.

La proporción de adoptantes más alta corresponde al uso de cosechadora y la más baja a semilla certificada.

Los incrementos más altos de rendimientos se dan en los agricultores que realizaron nivelación del terreno, con 1,42 toneladas por hectárea más en relación con los que no implementaron esta práctica. Incrementos notables también se observan en trasplante y semilla certificada.

Nuestros análisis mostraron los factores que más influyen en la adopción de estas prácticas:

  1. Educación: es el principal factor que aumenta la probabilidad de adoptar cualquiera de estas prácticas.
  2. Pertenecer a una asociación: es importante para nivelar el terreno, dado que las asociaciones prestan servicios de uso de maquinaria a precios asequibles.
  3. Acceso a créditos bancarios: es decisivo para que los pequeños agricultores puedan comprar semillas certificadas, pues son caras.
  4. Contratación de seguros: dado el esfuerzo financiero que supone usar semilla certificada, los agricultores aseguran sus cosechas, en la medida de sus posibilidades.

No se encontraron interferencias negativas entre prácticas, como ocurre en algunos trabajos. Es decir, los agricultores que deciden combinar dos o más de ellas no obtienen menor producción. Por el contrario, suelen aumentar su producción, lo que indica que muchos agricultores han asimilado que adoptar varias prácticas es beneficioso para el cultivo. No todas las seis combinaciones resultaron relevantes, pero sí identificamos varios patrones.

La nivelación de terrenos, el trasplante y la cosechadora van unidas frecuentemente, lo que revela que se perciben como altamente complementarias. Pero también encontramos oportunidades para avanzar entre aquellos productores que no adoptaron ninguna de ellas o solamente una. La promoción de una de ellas conlleva un incremento de adopción de cualquiera de las otras dos. Por ejemplo, promoviendo la nivelación de terrenos se logran avances en la adopción de trasplante y cosechadora.

También encontramos beneficios al decidir usar conjuntamente semilla certificada y trasplante, pero solamente se observó en algunos agricultores. Por tanto, existe la posibilidad de mejorar el manejo del arroz fomentando el uso conjunto de estas dos prácticas.

HACIA UNA AGRICULTURA SOSTENIBLE.

La difusión de la tecnología entre pequeños agricultores es un proceso lento. Fomentar prácticas sostenibles mediante programas de capacitación y medidas de apoyo aumenta su probabilidad de adopción.

Conocer cómo se perciben las relaciones de complementariedad entre distintas prácticas por parte de los productores conduce a formas indirectas y alternativas de difusión. Este conocimiento es de interés para avanzar hacia una agricultura sostenible y comprometida con la seguridad alimentaria.

Fuente: The Conversation.

(*) EL AUTOR.  Silverio Alarcón Lorenzo es profesor titular del departamento de Economía Agraria, Estadística y Gestión de Empresas de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

(1) ODS: Objetivos y metas de desarrollo sostenible – Desarrollo Sostenible (un.org)

 (2) Artículo: Efectos multiplicadores de algunas prácticas agrícolas complementarias: Evidencia del arroz en Ecuador – Silverio Alarcón, Victor H Lema, 2023 (sagepub.com)

Vehículos eléctricos trasladan la contaminación a eslabones primarios de la cadena.

Vehículos eléctricos trasladan la contaminación a eslabones primarios de la cadena.

Investigadores de la Escuela de Ingenieros de Minas y Energías de Politécnica de Madrid observaron que la reducción de la contaminación medioambiental de los coches eléctricos tiene como contrapartida que traslada el impacto mayor a otros eslabones de la cadena.

Los vehículos eléctricos aparecen como una solución clave al problema ambiental y por eso los países van avanzando, a distintos ritmos, en la renovación de sus flotas. Uruguay donde se dice que todo llega varios años más tarde ya tiene sus políticas en favor de esta tecnología, sin embargo aparecen nuevos cuestionamientos porque esa nueva tecnología tendría también su impacto negativo según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid.

Investigadores de la citada casa de estudios analizaron los posibles impactos ambientales presentes y futuros de los distintos tipos de vehículos en España durante su ciclo de vida. Encontraron que el vehículo eléctrico disminuye en un 48% la huella de carbono de los vehículos convencionales de gasolina, lo cual es muy bueno. Además, esta reducción puede llegar a ser del 58% y 62% en 2030 y 2050. Para ello debe acompañarse con un crecimiento en la renovabilidad del parque eléctrico del país en cuestión.

Investigadores de la Escuela de Ingenieros de Minas y Energías de Politécnica de Madrid observaron que la reducción de la contaminación medioambiental de los coches eléctricos tiene como contrapartida que traslada el impacto mayor a otros eslabones de la cadena.

Por tanto el vehículo en sí causa un daño menor o neutro, pero la contaminación se registra en las plantas de generación de energía eléctrica, o en la producción del propio coche o la fabricación de la batería.

Incluso previo, pues la extracción de las materias primas para la fabricación es contaminante.

Ese fenómeno que consiste en la transferencia de la contaminación se llama deslocalización geográfica. Podría afectar a una gran variedad de entornos y ecosistemas a lo largo del ciclo de vida del coche, afirmaron.

“Trasladar los impactos medioambientales de los coches a otras regiones y países puede conllevar mayores impactos a los ecosistemas en terceros países, y también mayores riesgos para los trabajadores y las comunidades locales de estos”, advirtieron.

Por tanto, para medir el impacto real de los coches eléctricos en el media ambiente se utiliza el análisis del ciclo de vida.

IMPACTOS DE LOS COCHES ELÉCTRICOS EN EL MEDIOAMBIENTE.

El análisis de ciclo de vida se utiliza para medir diferentes formas de impacto medioambiental. Algunas de estos impactos son la huella de carbono, toxicidad, consumo de recursos minerales y acidificación, entre otros.

Con base en ese análisis los impactos potenciales de los coches eléctricos son mayores en cuanto a ecotoxicidad, toxicidad humana y formación de partículas. Ese mayor riesgo es motivado principalmente por la producción del vehículo y la batería.

El estudio pone un límite a la reducción de la huella de carbono de los coches eléctricos. Establece que alcanzarían su máxima reducción si en 2050 se lograra generar un 86% de electricidad a partir de fuentes verdes como energía solar, eólica, hidráulica, o nuclear.

Los investigadores concluyeron que las bondades de los distintos tipos de vehículos deben aprovecharse para lograr el equilibrio del medioambiente. “Este equilibrio es la única manera de asegurar también la sostenibilidad de estas nuevas formas de movilidad, las cuales conllevan mayor consumo de recursos minerales y nuevos desafíos en términos de reciclaje”, advirtieron.

En base a artículo de María Alejandra Alvarado, Cambio 16, con adaptaciones para Todo El Campo.

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