Investigadores de la Escuela de Ingenieros de Minas y Energías de Politécnica de Madrid observaron que la reducción de la contaminación medioambiental de los coches eléctricos tiene como contrapartida que traslada el impacto mayor a otros eslabones de la cadena.

Los vehículos eléctricos aparecen como una solución clave al problema ambiental y por eso los países van avanzando, a distintos ritmos, en la renovación de sus flotas. Uruguay donde se dice que todo llega varios años más tarde ya tiene sus políticas en favor de esta tecnología, sin embargo aparecen nuevos cuestionamientos porque esa nueva tecnología tendría también su impacto negativo según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid.

Investigadores de la citada casa de estudios analizaron los posibles impactos ambientales presentes y futuros de los distintos tipos de vehículos en España durante su ciclo de vida. Encontraron que el vehículo eléctrico disminuye en un 48% la huella de carbono de los vehículos convencionales de gasolina, lo cual es muy bueno. Además, esta reducción puede llegar a ser del 58% y 62% en 2030 y 2050. Para ello debe acompañarse con un crecimiento en la renovabilidad del parque eléctrico del país en cuestión.

Investigadores de la Escuela de Ingenieros de Minas y Energías de Politécnica de Madrid observaron que la reducción de la contaminación medioambiental de los coches eléctricos tiene como contrapartida que traslada el impacto mayor a otros eslabones de la cadena.

Por tanto el vehículo en sí causa un daño menor o neutro, pero la contaminación se registra en las plantas de generación de energía eléctrica, o en la producción del propio coche o la fabricación de la batería.

Incluso previo, pues la extracción de las materias primas para la fabricación es contaminante.

Ese fenómeno que consiste en la transferencia de la contaminación se llama deslocalización geográfica. Podría afectar a una gran variedad de entornos y ecosistemas a lo largo del ciclo de vida del coche, afirmaron.

“Trasladar los impactos medioambientales de los coches a otras regiones y países puede conllevar mayores impactos a los ecosistemas en terceros países, y también mayores riesgos para los trabajadores y las comunidades locales de estos”, advirtieron.

Por tanto, para medir el impacto real de los coches eléctricos en el media ambiente se utiliza el análisis del ciclo de vida.

IMPACTOS DE LOS COCHES ELÉCTRICOS EN EL MEDIOAMBIENTE.

El análisis de ciclo de vida se utiliza para medir diferentes formas de impacto medioambiental. Algunas de estos impactos son la huella de carbono, toxicidad, consumo de recursos minerales y acidificación, entre otros.

Con base en ese análisis los impactos potenciales de los coches eléctricos son mayores en cuanto a ecotoxicidad, toxicidad humana y formación de partículas. Ese mayor riesgo es motivado principalmente por la producción del vehículo y la batería.

El estudio pone un límite a la reducción de la huella de carbono de los coches eléctricos. Establece que alcanzarían su máxima reducción si en 2050 se lograra generar un 86% de electricidad a partir de fuentes verdes como energía solar, eólica, hidráulica, o nuclear.

Los investigadores concluyeron que las bondades de los distintos tipos de vehículos deben aprovecharse para lograr el equilibrio del medioambiente. “Este equilibrio es la única manera de asegurar también la sostenibilidad de estas nuevas formas de movilidad, las cuales conllevan mayor consumo de recursos minerales y nuevos desafíos en términos de reciclaje”, advirtieron.

En base a artículo de María Alejandra Alvarado, Cambio 16, con adaptaciones para Todo El Campo.

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