Las Cooperativas Agrarias presentaron propuestas a los candidatos a la Presidencia.

Las Cooperativas Agrarias presentaron propuestas a los candidatos a la Presidencia.

El documento posee más de 80 propuestas basadas en tres ejes temáticos: Desarrollo agrario sostenible; políticas y normativa; y fortalecimiento del cooperativismo agrario.

Montevideo | Todo El Campo | Las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) presentaron este martes 23 de julio, más de 80 propuestas a los candidatos a la Presidencia, en un acto realizado en la Torre de las Comunicaciones.

Asistieron Álvaro Delgado acompañado por la candidata a la Vicepresidencia, Valeria Ripoll (Partido Nacional); Yamandú Orsi (Frente Amplio); Andrés Ojeda (Partido Colorado); Guido Manini Rios (Cabildo Abierto); Pablo Mieres (Partido Independiente); y César Vega (Partido Ecologista).

Las propuestas se basan en tres ejes temáticos: Desarrollo agrario sostenible; políticas y normativa; y fortalecimiento del cooperativismo agrario.

La actividad comenzó con una exposición de Fernando Bide (Copagrán), Enrique Malcuori (referente técnico del cooperativismo agrario) y Sofía Fossati (El Fogón), en ese orden, quienes expusieron la posición de CAF sobre los principales ejes de las propuestas.

Bide vinculó el desarrollo con el crecimiento y la sostenibilidad, y realizó consideraciones sobre el agua, el monte nativo, la investigación, y los seguros agrícolas, entre otros temas.

Dijo que la ley de riego es un importante avance, pero cuestionó que aún no se haya reglamentado, a pesar del tiempo que lleva aprobada.

Continuó destacando el cuidado del suelo y la presentación de planes de uso y manejo, que ya es una “costumbre” positiva, pero es un tema que debe ser “actualizado porque la agricultura cambió”.

Sobre el monte nativo dijo que debe seguir en el ámbito del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y no pasar al área del Ministerio de Ambiente (MA). Además hizo énfasis en el equilibrio que debe tener la producción y el ambiente, para lo cual es importante el diálogo permanente entre ambos ministerio y las gremiales agropecuarias.

Malcuori abordó la falta de competitividad, tema vinculado al endeudamiento y la carga impositiva que tiene una marcada influencia negativa en las exportaciones, que son claves para el crecimiento del país.

“Es correcto no gastar más de lo que se recauda”, y “es importante la eficiencia del Estado” para poder bajar costos de producción”.

Cuestionó la ley de inversiones, cuyos beneficios no llegan a las cooperativas.

Por último, Fossati reflexionó que “el Estado tiene una deuda” con la gente de campo, pues hay escuelas rurales “sin energía eléctrica y sin agua potable”; hay liceos que no completan todas las materias curriculares que les corresponde porque no hay profesores, o los hay pero carecen de servicios de traslado”.

Pablo Perdomo, presidente de CAF, tomó la palabra final y subrayó la importancia de las cooperativas. El mundo se llena de monopolios, pero “las cooperativas son la alternativa.”, porque “en lugar de concentrar el poder en manos de unos pocos, comparten la propiedad y la toma de decisiones entre sus miembros, promoviendo la igualdad y la participación. Las cooperativas agrarias son usinas de desarrollo en el territorio”.

Acceda al acto completo en el siguiente enlace (video): Presentación de Propuestas de CAF al próximo Gobierno (youtube.com)

DOCUMENTO COMPLETO.

La hostilidad partidista puede erosionar las instituciones y el funcionamiento democrático.

La hostilidad partidista puede erosionar las instituciones y el funcionamiento democrático.

Al final, concluyen los autores de un libro recientemente publicado, el futuro de la democracia depende de cómo se comporten los políticos, más que los votantes comunes.

Montevideo | Todo El Campo | Uruguay es un país altamente politizado. Lo ha sido siempre y eso es bueno porque la política no es solo la elección cada cinco años sino la construcción del país que queremos. Es la política, también, la garantía de la democracia, con todos los derechos y obligaciones que la sociedad entiende.

En tiempos electorales -y esto ocurre en todo el mundo- la tensión política aumenta y la sociedad se divide más tajantemente según las simpatías.

Eso es lo que está pasando ahora en nuestro país, y en todos los países próximos a un acto electoral o en campaña política. Estados Unidos, por ejemplo, está también en medio de un proceso electoral hacia la elección presidencial del 5 de noviembre.

Un grupo de intelectuales estadounidenses, estudiosos de la polarización, incluido el politólogo de la Universidad de Rochester James Druckman (foto) acaban de publicar un libro que analiza cómo repercute la hostilidad política y la animadversión partidista en el funcionamiento de la democracia.

El libro Partisan Hostility and American Democracy (La hostilidad partidista y la democracia estadounidense) fue escrito para Estados Unidos, pero como el comportamiento humano es universal en muchos aspectos, mucho de lo que en el se dice vale para Uruguay, y por eso es bueno considerarlo.

El texto señala que es poco probable que la hostilidad partidista por sí sola conduzca al colapso de la democracia. Sin embargo, tiene un efecto perjudicial para la democracia porque con el tiempo podría erosionar las instituciones y el funcionamiento democrático.

La obra de análisis fue publicada el 12 de junio (University of Chicago Press, 2024). Además de Druckman, sus autores son Samara Klar, de la Universidad de Arizona; Yanna Krupnikov y John Barry Ryan, de la Universidad de Michigan; y Matthew Levendusky, de la Universidad de Pensilvania.

El lanzamiento del libro coincide con la preparación de las elecciones presidenciales, que enfrentan al presidente Joseph Biden contra el expresidente Donald Trump en una revancha que ya está mordisqueando el tejido conectivo que une a los estadounidenses.

En Uruguay no sabemos aún quienes serán los candidatos de los distintos partidos, pero sabemos entre qué modelos definiremos nuestro futuro, y por eso el ensayo de los intelectuales estadounidenses podría sernos útil.

POLITIZAR CUESTIONES QUE ANTES NO ERAN POLÍTICAS.

De hecho, un estudio del Pew Research Center de 2022 (Crece la hostilidad partidista en medio de señales de frustración con el sistema bipartidista | Centro de Investigación Pew – pewresearch.org) encontró que la mayoría de los demócratas y republicanos inscritos usan palabras como “inmoral”, “deshonesto” y “poco inteligente” para describir a sus contrapartes. La mayoría de los republicanos encuestados también calificaron a los demócratas de “perezosos”.

Druckman advierte: “Creo que eso es algo a lo que hay que temer, la normalización de lo que puede convertirse en una retórica deshumanizante e incitadora”. Ese comportamiento “tiene consecuencias sobre lo que la gente piense de otros grupos; tiene consecuencias para lo que la gente piense de la democracia”.

Los autores descubrieron que la hostilidad partidista ha degradado la política al politizar cuestiones que antes no eran políticas, como cuestionar la ciencia y la experiencia y las agencias gubernamentales como la Administración de Alimentos y Medicamentos, y socavar el compromiso.

Sin embargo, argumentan que esas cosas por sí solas no son necesariamente suficientes para socavar la democracia, porque descubrieron que la hostilidad no se relaciona directamente con las acciones más atroces, como el apoyo a la violencia.

De todos modos, advierten que los líderes de los partidos y los funcionarios electos pueden salirse con la suya gradualmente tomando medidas antidemocráticas como respuesta a la falta de compromiso. Esto se debe, en parte, a que los partidarios que tienen altos niveles de animosidad hacia sus homólogos y una lealtad ciega a su partido respaldan ese comportamiento o no lo reconocen como facilitador de la erosión de la democracia.

Al final, concluyen los autores, el futuro de la democracia depende de cómo se comporten los políticos, más que los votantes comunes.

“En una democracia estable como la de Estados Unidos, los ciudadanos pueden, en teoría, actuar como un control”, escriben. “Pero si la animosidad socava el funcionamiento e incluso unas pocas élites (políticas) explotan a los ciudadanos frustrados para tomar el poder, bajo el pretexto de hacer las cosas, atribuir falsamente la culpa a otros ciudadanos o hacer referencia a resultados relativamente menos democráticos en el pasado, la democracia se pone en peligro”.

Artículo basado en nota de la Universidad de Rochester (Nueva York)

En la foto Rochester James Druckman | Foto de la Universidad de Rochester | J. Adam Fenster.

Uruguay no necesita más partidos políticos.

Uruguay no necesita más partidos políticos.

Uruguay necesita de movimientos que sin aspirar a cargos políticos sean capaces de mostrar a la sociedad que hay alternativas.

Hébert Dell’Onte | Uruguay no necesita más partidos políticos. Lo digo pensando en la eventualidad de que Un Solo Uruguay finalmente resuelva dar ese paso y convertirse en uno más. Somos los mismos 3 millones y algo de siempre, y tenemos siete partidos con representación parlamentaria más algunos cuyos votos no fueron suficientes para ocupar una banca, pero están ahí y desde el llano con sus dirigentes y militantes también cumplen su función social y política.

Lo que Uruguay necesita son movimientos sociales que formen opinión. Y eso Un Solo Uruguay lo ha desarrollado espléndidamente. “Sin lograr los resultados esperados”, me dirán. Puede ser, pero está claro que en su amplia franja de actuación sus aportes son muy valederos y oportunos.

No debe perderse de vista que el movimiento Un Solo Uruguay es grande y moviliza tanto porque dese sus filas organizativas hasta los simple simpatizantes se incluyen personas de todo el país, de todas las edades, de todas las actividades y de todas las opciones partidarias existentes. Blancos, colorados, cabildantes y hasta frentistas se suman a sus posiciones con mayor o menor entusiasmo según el tema en cuestión. De ninguna manera es la política lo que los unifica, sino el asumir postura sobre diferentes asuntos puntuales. Esos asuntos que todos sentimos como propios y que nos afectan en el diario vivir.

No tengan duda que el día que pasen a ser un partido político esa unidad se quiebra porque lo que moldea un movimiento como este no vale para otras formas de acción, como la partidaria.

Todo es política, pero no todo es partidario, y sí se puede cumplir un rol de peso desde ámbitos no partidarios y por fuera de los compromisos que la política implica. Uruguay y el mundo tienen ejemplos claros de instituciones capaces de incidir en los temas más relevantes, ¿por qué no podría hacerlo Un Solo Uruguay desde el lugar que ahora ocupa?

Tal vez lo correcto es evolucionar a una forma de asociación o federación, no se cual puede ser el marco más adecuado, pero el partidismo sin duda no lo es.

Uruguay necesita de movimientos que sin aspirar a cargos políticos -este es otro tema de análisis, no es posible la política partidaria si no se llega a cargos para aplicar esa política- sean capaces de mostrar a la sociedad que hay alternativas. No necesitamos un partido político más, necesitamos un movimiento que ejerza una acción de opinión pública, exhibiendo y explicando sus posiciones, y si es necesario traccionando con acciones, siempre desde la libertad responsable, como Un Solo Uruguay ha demostrado saber hacerlo.

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