Los resultados indican que las lagunas José Ignacio, Garzón, de Rocha y de Castillos se encuentran en general con buena calidad del agua y sedimentos, dado que, si bien se registraron metales y agroquímicos, éstos se encontraron en su mayoría por debajo de los estándares permitidos.
En la costa atlántica de Uruguay se ubica un sistema de lagunas costeras de agua salobre, compuesto por las lagunas: José Ignacio, Garzón, de Rocha y de Castillos. Estos son sistemas someros que se conectan periódicamente con el océano a través de la apertura de un canal en la barra de arena que las separa del mar.
Son sistemas muy destacados por su biodiversidad y de prioridad para la conservación a nivel nacional e internacional. Presentan además una elevada importancia social y económica, debido a que sustentan importantes servicios ecosistémicos, como ser las pesquerías artesanales continentales más destacadas de la costa y un ecoturismo creciente. A pesar de su relevancia ecológica, existen indicios de que las mismas están sufriendo un proceso de eutrofización y recibiendo otros contaminantes, posiblemente asociado al cambio en los usos del suelo, siendo las zonas urbanas y agrícolas las dos principales fuentes. A esto se suma la apertura artificial de sus barras y la construcción de infraestructuras rígidas sobre las mismas y en su planicie de inundación (puentes y viviendas), que afectan la dinámica hidrológica de las lagunas.
En estos ecosistemas tiene lugar el Programa de Monitoreo de las Lagunas Costeras, el cual se lleva a cabo desde el 2017 hasta la actualidad. Este es programa de monitoreo interinstitucional (Dinacea del Ministerio de Ambiente, Dinara del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Intendencia de Rocha, OSE y el Centro Universitario Regional Este – CURE), en el cual se trabaja de forma colaborativa, optimizando recursos humanos y económicos. Las actividades realizadas se encuentran dentro del marco de un acuerdo y un convenio de cooperación técnica entre dichas instituciones. El objetivo del mismo es aportar al conocimiento del estado ambiental de las cuencas de las lagunas costeras del Uruguay, buscando identificar las zonas de mayor presión antropogénica que inciden en la calidad ambiental. A partir de los resultados obtenidos, generar propuestas de gestión ambiental para la preservación de estos relevantes ecosistemas.
El presente trabajo tuvo como objetivo evaluar de forma integrada la calidad del agua de las lagunas costeras y sus principales afluentes entre los años 2017 y 2020. Para lo cual se realizó la evaluación de la calidad del agua y de los sedimentos de las Lagunas de José Ignacio, Garzón, de Rocha y de Castillos, así como la calidad del agua de sus principales tributarios, buscando establecer en qué forma afectan las actividades agrícolas y urbanas a estos cursos de agua.
Asimismo, se evaluaron en las lagunas las comunidades biológicas como ser: El fitoplancton, bentos, íctioplancton y misidáceos, se realizaron monitoreos de pesca artesanal y análisis de mercurio en tejido de algunas especies de invertebrados y peces. Asimismo, se compararon los resultados obtenidos con datos históricos.
Los resultados indican que las lagunas José Ignacio, Garzón, de Rocha y de Castillos se encuentran en general con buena calidad del agua y sedimentos, dado que, si bien se registraron metales y agroquímicos, éstos se encontraron en su mayoría por debajo de los estándares permitidos.
Por otro lado, si bien, las cuatro lagunas fueron clasificadas como mesotróficas en función de sus concentraciones de clorofila a, las concentraciones de nutrientes fueron relativamente elevadas. Asimismo, la Laguna de Castillos se clasificó en 2019 como eutrófica, con indicadores de eutrofización que alertan sobre un deterioro progresivo.
Dicha laguna presentó floraciones de cianobacterias potencialmente tóxicas, mayoritariamente de Dolichospermum spp, durante la época estival al igual que en algunos años anteriores. El resto de las lagunas si bien no presentaron floraciones, en todas se registraron cianobacterias, muchas de ellas especies potencialmente tóxicas. La Laguna Garzón presentó una proporción bastante importante de cianobacterias respecto al resto de los grupos de fitoplancton presentes, lo que sumado al manejo artificial de su barra podría desencadenar problemas de floraciones algales de tomar medidas de manejo inadecuadas. La Laguna José Ignacio y Laguna de Rocha fueron las menos preocupantes respecto a floraciones de cianobacterias, pero ambas tuvieron ingreso de otras especies marinas de microalgas potencialmente tóxicas como la diatomea Pseudonitzschia spp, que hasta el momento en Uruguay no han ocasionado problemas.
Esos resultados, sumado a otros estudios específicos sobre la calidad del agua y el aumento de las actividades agrícolas en las cuencas señalan que estos ecosistemas pueden volverse rápidamente eutróficos frente a un aumento en su carga de nutrientes.
Respecto a las comunidades bentónicas, para este período 2017- 2019, no se encontraron taxas indicadores de deterioro ambiental, con la excepción de la presencia en la Laguna Garzón del poliqueto invasor (Ficopomatus enigmaticus). Respecto a las especies de peces e invertebrados registradas, las mismas fueron representativas de la pesca artesanal.
En cuanto a las zonas de mayor presión antropogénica, los arroyos Las Conchas y La Palma, son los tributarios que aportan mayor carga de nutrientes a la Laguna de Rocha, y la Cañada de los Olivera es el tributario con mayor aporte de nutrientes a la Laguna de Castillos.
Los tributarios de las Lagunas Garzón y José Ignacio presentaron en promedio menores concentraciones de nutrientes. Dado los resultados obtenidos es muy importante continuar monitoreando estos sistemas, de forma de conocer la evolución del estado ambiental de estas lagunas como respuesta a los impactos de las actividades humanas, así como implementar acciones enfocadas a una mejor gestión, para por ejemplo reducir los niveles de nutrientes y evitar el deterioro de la calidad del agua.
EL TRABAJO COMPLETO.
Desde noviembre de 2021 está disponible, en el Observatorio Ambiental Nacional (OAN) del Ministerio de Ambiente (MA), el último informe “Evaluación ambiental de las lagunas costeras”, correspondiente al período 2017 – 2020. Acceda al informe técnico: DCA-Informe-lagunas-FINAL-2017-2020.pdf (ambiente.gub.uy)
“Estas composteras se van a núcleos de Mevir, en el interior, para que allí también se empiece a trabajar y a transformar los residuos orgánicos en compost”, comentó el ministro de Ambiente.
El lunes 16 de mayo, el ministro de Ambiente (MA), Adrián Peña, entregó a representantes de Mevir composteras construidas en la Unidad de Internación de Personas Privadas de Libertad Nº 5 Femenino, que serán destinadas a hogares y centros educativos con el fin de promover el reciclaje y compostaje de residuos orgánicos.
El Ministerio informó que la entre de las composteras tiene, por un lado, el objetivo de promover el reciclaje y compostaje de residuos orgánicos en hogares y centros educativos.
Por otro lado, el objetivo de promover junto al Ministerio del Interior, y el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), la ocupación y el aprendizaje de las personas privadas de libertad, quienes las construyeron en el taller de carpintería.
Peña señaló que “el Ministerio continuará realizando acciones que generen transformaciones y construyan conciencia ambiental. Pero además, en esta oportunidad, buscó contribuir a la reinserción de las personas privadas de libertad con la incorporación de nuevos conocimientos”.
El proyecto ECCOSUR, en la órbita del MA, aportó las maderas para elaborar 120 composteras con capacidad de 300 litros, a partir de tablas estacionadas, con dimensiones de 80 x 80 x 60 cm, un peso aproximado de 15 kg. Los beneficiarios de las soluciones habitacionales podrán contar con su propio abono orgánico y así fomentar los hábitos de cultivo sostenible.
COMPOSTERAS PARA ESCUELAS RURALES.
Se elaboraron además 12 composteras pequeñas, con dimensiones de 40 x 40 x 30 cm, cuyo destino son escuelas o jardines del ámbito rural para fomentar la clasificación de residuos en origen, con énfasis en las fracciones orgánicas, con destino a la agricultura orgánica.
El listado no refiere sólo a animales, también vegetales.
El Comité de Especies Exóticas Invasoras (CEEI) de Uruguay, integrado por diversas instituciones del Estado y la academia, y liderado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), elaboró la lista de especies exóticas invasoras en nuestro país.
Son 42 especies no nativas que requieren de atención prioritaria dado su impacto sobre la biodiversidad y la salud.
La necesidad nacional de identificarlas, en un contexto de actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad, coincide y se corresponde con los compromisos asumidos por Uruguay a nivel internacional, específicamente en el cumplimiento de las metas que se propuso el Convenio sobre diversidad biológica.
El listado no refiere sólo a animales, también vegetales.
* En los casos en que se indica comportamiento invasor no comprobado, es cuando se sabe que la especie es invasora en otros países, y si bien se encuentra en Uruguay, no se cuenta con suficientes estudios como para corroborar que se comporta como invasora en nuestro país.
Los Esteros y Algarrobales del río Uruguay es la primer área del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en ser gestionada por una empresa privada.
El miércoles 4 de mayo el subsecretario de Ambiente Gerardo Amarilla, la encargada de Economía y Ambiente de la embajada de Estados Unidos Salina Rico junto al asesor de Ciencia Tecnología y Salud de la embajada Ricardo Romero y el director de Ambiente de la Intendencia de Río Negro, Adrián Stagi, visitaron los Esteros y Algarrobales del río Uruguay, primer área del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) en ser gestionada por una empresa privada. Esta área protegida, que pertenece a UPM desde 1991, cuenta con 1.550 hectáreas destinadas a la conservación de flora y fauna.
La visita incluyó un recorrido por un sendero del área que permite ver los distintos ecosistemas y especies de flora y fauna en conservación, características del lugar como el Algarrobal, Esteros y bosques del río Uruguay, Gato del Pajonal, La Martineta, el Cardenal Amarillo y hormigueros gigantes de la hormiga Isaú.
Iván Grela, coordinador de Biodiversidad y Conservación en UPM, destacó durante la visita “esta área conserva esteros, bosques de parque chaqueño (algarrobales), bosques ribereños, arenales, ambientes que en conjunto albergan una muy alta riqueza de especies de flora y fauna, muchas de ellas prioritarias para la conservación. El Plan de Manejo que hemos elaborado en conjunto con Vida Silvestre Uruguay incluye un extenso Programa de Monitoreo que abarca los diferentes objetos focales de conservación, el cual nos permite evaluar la efectividad de las medidas de gestión implementadas.”
UPM cuenta con 66.482 hectáreas de Áreas Naturales Conservadas y allí se han registrado el 73% de todas las especies de la flora nativa de Uruguay, el 32% de las especies de la flora considerada prioritaria para la conservación, el 62% de la fauna nativa no marina y el 32% de las especies de la fauna nativa no marina considerada prioritaria para la conservación en áreas protegidas del SNAP.
Además, treinta y tres especies de plantas fueron registradas por primera vez para Uruguay en predios de UPM, aumentando así el número de especies vegetales del país. Algunas de ellas: Chloraea bella (Orquidaceae), Conyza lorentzii (Asteraceae), Leptochloa hloridiformis, entre otras. En 2019 se identificó una especie nueva para la ciencia en nuestros predios; el Antiphytum charruasorum, descubrimiento que en 2020 fue publicado en la revista científica especializada Systematic Botany.
En la tarde de ayer, junto a representantes de la Embajada de los Estados Unidos en Uruguay, del Director de Ambiente Adrian Stagi de la @IntRioNegro, e Iván Grela de @UPMUruguay 👉 recorrimos el Área Protegida Esteros de Farrapos y Algarrobales del Río Uruguay. pic.twitter.com/8SiEnLLfyb
En 1991 Forestal Oriental adquirió el predio y de inmediato comenzaron los estudios de biodiversidad debido a la potencialidad del sitio. En 1995, como resultado de dichos estudios, la empresa, designó una parte del predio (1.000 ha) para destinarla como área de conservación, con el objetivo de restaurar las zonas más degradadas y conservar los ecosistemas más valiosos presentes en el sitio.
En 2011, se establece un acuerdo de cooperación con la ONG Vida Silvestre Uruguay para la actualización del plan de manejo.
En 2015, se aumentó el área protegida a 1.550 hectáreas e ingresó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) siendo el único caso dentro del sistema de un área administrada por un único propietario privado.
Entre los años 2017 y 2020, se elaboró el plan de manejo en acuerdo con Vida Silvestre Uruguay.
Especies identificadas en esta área: Flora: 684 especies. Fauna: 213 especies de aves, 40 especies de mamíferos, 22 especies de reptiles, 17 especies de anfibios, 20 especies de peces.
El ministro de Ambiente aclaró que a diferencia del gas natural, que implica mucho metano, el generado por el ganado “forma parte de un ciclo biológico” y “no es como en el caso del gas natural, que es un metano que se saca del subsuelo para tirar a la atmósfera”.
La deforestación y la producción de gas metano son de las mayores preocupaciones a nivel mundial, este mes, más de 100 líderes mundiales que representan a países con más del 85% de los bosques del mundo se comprometieron a detener la deforestación para el 2030, a través de la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre el Uso de los Bosques y la Tierra, también se lanzó formalmente el Compromiso Global de Metano, con el apoyo de más de 100 países que representan el 70% de la economía mundial y casi la mitad de las emisiones antropogénicas de metano. Uruguay adhirió a ambas iniciativas en e marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP 26).
SE SUMA CONTRA LA DEFORESTACIÓN.
Uruguay es uno de los firmantes del acuerdo forestal, aunque nuestro país no representa una situación problemática en la materia.
Durante las últimas décadas nuestro país mantuvo una superficie estable de bosque nativo. Se estima que éstos se extienden en unas 835.000 hectáreas, lo cual representa el 4,8% de la superficie del territorio nacional, informó el Ministerio de Ambiente.
La Ley Forestal, sumado a la provisión de incentivos en la forma de renuncias fiscales a las áreas con bosque nativo registradas ante la Dirección General Forestal, ha permitido mantener la superficie de este ecosistema y permitirá alcanzar el objetivo incondicional establecido por Uruguay de mantener el 100% del área actual de bosque nativo.
A pesar de estos avances, en los últimos años se han identificado procesos de degradación en los bosques nativos del país, problemática que será abordada a través de la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD+) que está siendo elaborada en Uruguay. Es así que, en el marco de esta estrategia, se espera no sólo el aumento de stocks de carbono por la restauración de áreas degradadas, sino también identificar oportunidades de aumento de stocks por el incremento del área de bosque nativo.
REDUCCIÓN DE METANO.
A partir del acuerdo firmado la semana pasada para reducir el metano, los países se comprometen a reducir los niveles de emisión de ese gas contaminante en un 30% para el fin de la década con respecto a 2020.
El metano tiene un potencial de calentamiento global 28 veces mayor que el del dióxido de carbono. Sin embargo, a diferencia de este último, el metano se mantiene en la atmósfera un promedio de apenas nueve años y luego desaparece por reacción química. Por esta razón este compromiso es clave para frenar el calentamiento global en el corto plazo y en caso de lograrlo el Compromiso Global del Metano puede limitar hasta 0,2 grados de calentamiento sólo en la próxima década.
El 60% del metano en la atmósfera proviene de las actividades humanas y en 2019 sus niveles atmosféricos llegaron a una máxima histórica. Este gas es responsable de un tercio del calentamiento global actual causado por las actividades humanas.
Uruguay, según datos de la Quinta Comunicación Nacional publicada en 2019, tiene emisiones netas de metano que representan más de la mitad de las emisiones totales netas de todos los gases de efecto invernadero directos, dijo el Ministerio de Ambiente.
El sector con mayor responsabilidad de esto es el de la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra (lo que se conoce con la sigla en inglés AFOLU), con 93% de las emisiones de metano.
El mayor aporte proviene de las emisiones derivadas de la fermentación entérica del ganado vacuno. Para corregir eso, Uruguay busca hacer los procesos productivos más eficientes para reducir las emisiones por kilo de carne producido.
Algunas de las acciones que se vienen desarrollando en este sentido son el Plan de Producción Ganadera Climáticamente Inteligente y Restauración del Suelo en Pastizales Uruguayos y la implementación de biodigestores de pequeña escala para tratamiento de estiércol vacuno y recuperación de metano.
MINISTRO PEÑA: EL COMPROMISO NO AFECTA AL URUGUAY PRODUCTIVO.
Adrián Peña, ministro de Ambiente, dijo que la meta del 30% es “global” y por tanto no aplica a cada nación.
La mayor causa de emisión de metano en nuestro país es la ganadería, dijo el ministro y que estamos en un proceso de “reducción de emisiones”. Aclaró que a diferencia del gas natural, que implica mucho metano, el generado por el ganado “forma parte de un ciclo biológico” y “no es como en el caso del gas natural, que es un metano que se saca del subsuelo para tirar a la atmósfera”.