Manifestaron “preocupación ante versiones sobre una posible reestructuración del INTA impulsada desde el Gobierno Nacional”.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | En junio el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ocupó una posición relevante en el debate rural del país, incluso en el Parlamento argentino ya que el Gobierno de Javier Milei apunta a importantes recortes bajo el pretexto de una supuesta “modernización”.
Andrea Sarni, presidenta de la Federación Agraria Argentina (FAA) dijo que no le molesta debatir sobre una modernización, siempre que se planifique en función de los intereses del país, partiendo de la premisa de que INTA es una institución clave para los productores, especialmente los pequeños y medianos.
El INTA “es el lugar donde conseguimos información, formación, capacitación, extensión, y podemos mejorar nuestra eficiencia productiva”, aseguró.
Javier Rotondo, vicepresidente de la Confederaciones Rurales Argentina (CRA), reclamó que se aplique “el bisturí y no la motosierra” en referencia a la motosierra que utiliza el presidente Milei para referirse a los recortes de gastos innecesarios. “Los cambios tienen que ser medulares y con sentido estratégico”, agregó.
Además del INTA, el Gobierno trabaja en decretos para modernizar o modificar el funcionamiento del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), sobre el cual se dijo que podría fusionarse con INTA; el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa); y otros de naturaleza no agropecuaria como la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y el Instituto Nacional del Cáncer (INC). Todos son organismos o institutos claves para el desarrollo científico y/o tecnológico de la agropecuaria, la industria, alimentación y la salud.
El viernes 20 de junio, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) emitió un comunicado en el que expresa su “preocupación ante versiones sobre una posible reestructuración del INTA impulsada desde el Gobierno Nacional”.
Carbap fue fundada en julio de 1932, y está compuesta por varias sociedades rurales de Buenos Aires y La Pampa (sociedades rurales de Ayacucho, Mar del Plata, Azul, Nueve de Julio, Balcarce, Tandil, Bolívar, Trenque Lauquen, Juárez, Veinticinco de Mayo).
“No rechazamos la necesidad de modernización, pero advertimos que cualquier cambio debe planificarse con inteligencia, diálogo y visión de largo plazo”, agrega el comunicado.
Para los productores, la transformación del INTA debe fortalecerlo, no debilitarlo, “en su rol estratégico, autonomía, red territorial y capacidad de innovación y transferencia tecnológica”, todo eso corrigiendo los desafíos que enfrenta “en materia tecnológica, climática y productiva”.
Diversas instituciones rurales se han manifestado de manera similar.
CAYERON LOS PROGRAMAS DE FOMENTO DE LA GANADERÍA.
En otro orden, este mes, el Ministerio de Economía dio de baja, por Decreto 408/2025, los programas de fomento de la producción de ovinos, llamas, caprinos, búfalos y vacunos en zonas áridas, por entender que los esquemas vigentes no son eficientes.
Un posible regreso del kirchnerismo al Gobierno o su fortalecimiento en el Parlamento, frenarían los progresos de la economía que han costado mucho esfuerzo a los argentinos. De ahí la importancia de los vínculos entre política, política electoral y economía. Unos determinan otros, eso lo sabemos todos.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Argentina está pasando por un momento económico de “mejoría evidente”, escribió el Ec. Javier de Haedo en la última publicación de sitio web Economía para todos, creado en 2023, donde publica comentarios y datos económicos con el fin de “contribuir a la difusión de la economía de modo de hacerla más accesible a los no economistas”.
Em su último artículo, De Haedo señala que “Argentina mejora, pero es todavía muy temprano para festejar”, y lo dice desde el título.
Hace referencia a la caída de la inflación, donde los logros son claros, pero queda mucho por hacer, advierte.
El riesgo país es otro factor que ha mejorado con una baja importante, aunque se mantiene alto.
Al parecer, Argentina va por el camino correcto, así lo demuestran los resultados, pero es un camino que aún tiene “por delante varios hitos”, entre los que De Haedo menciona: “Acumular reservas, terminar con el cepo cambiario, poder prescindir de las retenciones sobre las exportaciones (que hacen que el “atraso cambiario”, para algunos, sea extraordinario) y avanzar en reformas estructurales pendientes desde hace añares (tributaria, laboral, previsional, entre otras)”.
Pero no todo es economía, también “hay, en ese camino, hitos electorales que deben ser superados y de cuyo resultado dependerá la evolución de las reformas”.
POLÍTICA Y ECONOMÍA.
El artículo de Javier de Haedo se publica completo al pie de esta nota, pero antes un comentario sobre el final del mismo.
El economista hace referencia al factor político, más precisamente el factor político electoral (“hitos electorales”), que son claves para que los ciudadanos determinen con su voto si las reformas del presidente argentino, Javier Milei, continúan en ese camino, o el país vuelve a lo que ha sido durante varias décadas.
Un posible regreso del kirchnerismo al Gobierno o su fortalecimiento en el Parlamento, frenarían los progresos de la economía que han costado mucho esfuerzo a los argentinos, en especial a los escalones medios y bajos. De ahí la importancia de los vínculos entre política, política electoral y economía. Unos determinan otros, eso lo sabemos todos.
En Argentina, la política y la sociedad se divide en dos grandes bandos cada vez más nítidos, diferenciados y distanciados. Por un lado, La Libertad Avanza (LLA) del presidente Milei, y por el otro el kirchnerismo liderado por Cristina Fernández. Entre ambos hay un abismo que impide construir puentes, no ya de acercamiento, sino de diálogo mínimo necesario para que una democracia funcione correctamente.
En esa polarización se van perdiendo otras opciones políticas que en el pasado fueron más poderosas, como el PRO (Propuesta Republicana) de Mauricio Macri, o la histórica Unión Cívica Radical (UCR, o Radicalismo) que lidera el Ec. Martín Lousteau. Nunca la fragmentación social y política como la que vemos en Argentina es positiva para la democracia, eso también lo sabemos. En ese sentido, hace unas semanas, el periodista Juan Turello escribió en La Voz de Córdoba una columna de opinión en la que advertía a Milei que su “ambición política” podía dañar los logros económicos, al no considerar a quienes podría ser eventuales aliados.
Por otra parte, el economista argentino Diego Dequino señaló que “el crecimiento de la economía sigue siendo la única indemnidad que tiene la política para resistir a la coyuntura”. Más adelante agregó que de los problemas que tiene Argentina, hay tres que están directamente relacionado con el funcionamiento económico: pobreza, inflación y salarios, con lo cual agregó otro componente no menos importante que depende de la política y la economía: el social.
En resumidas cuentas: elegir bien determina el camino de la economía, que tendrá sus logros o fracasos según los principios que se apliquen, y de ahí el sustento para mejores políticas sociales. Esa elección es responsabilidad de los ciudadanos. Pero los dirigentes políticos tienen la obligación de generar las opciones más sabias para que el votante cuente con liderazgos y candidaturas reales.
EL ARTÍCULO DE JAVIER DE HAEDO.
Apuntes: Argentina mejora, pero es todavía muy temprano para festejar
Javier de Haedo | Economía para todos* | Ayer jueves 12 se conoció la variación del IPC en mayo, de 1,5%, que redujo a 43,5% la variación interanual. 18 meses antes, en noviembre de 2023, el mes anterior a la asunción presidencial de Javier Milei, el IPC había subido 12,8% y en los últimos 12 meses acumulaba 160,9%.
En la gráfica al pie se presenta la evolución trimestral y anualizada del IPC, que llegó a acercarse al 800% a comienzos del año pasado y hoy está en torno al 40%.
La mejoría es evidente y se hace más contundente si se considera que desde entonces a hoy hubo correcciones de precios relativos que estaban distorsionados desde tiempo inmemorial. Por un lado, el tipo de cambio, que ha dejado atrás la mayor parte del “cepo”, y, por otro lado, los precios de servicios públicos, que están hoy mucho más próximos a reflejar la realidad de los costos respectivos.
Esas correcciones de precios relativos siempre pegan en los índices de precios y por ello se vuelve más positiva la desaceleración de la inflación. La inflación en un fenómeno monetario, pero la variación del IPC no lo es y todas esas correcciones le afectan.
De todos modos, hay que tener en cuenta que siempre es más fácil bajar la inflación de tres dígitos a dos que de dos a uno. Sobre todo, cuando los programas son gradualistas. De hecho, las expectativas apuntan hoy a que el IPC termine este año en 28,6% y el próximo en 16,0%.
Por lo que hay mucho camino por recorrer. Lo mismo que ocurre en el caso del riesgo país, que ha bajado de más de 2.000 puntos básicos a 600 y pico, que todavía es una magnitud enorme y que no facilita el acceso al mercado voluntario de deuda.
Para perseverar en ese camino hay por delante varios hitos todavía: acumular reservas, terminar con el cepo cambiario, poder prescindir de las retenciones sobre las exportaciones (que hacen que el “atraso cambiario”, para algunos, sea extraordinario) y avanzar en reformas estructurales pendientes desde hace añares (tributaria, laboral, previsional, entre otras). Y hay, en ese camino, hitos electorales que deben ser superados y de cuyo resultado dependerá la evolución de las reformas.
Al visitar la última edición de la Expoagro (Buenos Aires), dijo que “el país viene bien” desde el punto de vista de la actividad agropecuaria.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | Nació en Santa Fe (Argentina) en 1972; reconocido por su labor como arquero, fundamentalmente en Boca y en la selección argentina, gran atajador de penales, Roberto “Pato” Abbondanzieri (foto) es hoy productor y contratista agropecuario. Recientemente se difundió en medios de comunicación y redes sociales, un video en el que habla del presidente Javier Milei y de la situación del campo.
Al visitar la última edición de la Expoagro (11 al 4 de marzo), en San Nicolás (Buenos Aires) Abbondanzieri dijo que “el país viene bien” desde el punto de vista de la actividad agropecuaria. “Yo soy contratista y tengo la suerte de tener trabajo”, agregó.
“Creo yo que vamos a tener un gran 2025” porque “se acomodaron un poco los números”, pero valoró que aún “está un poco alto el gasto, pero vamos por buen camino”.
Otro aspecto en que “falta” por hacer es en el tema de las retenciones a las exportaciones, un permanente reclamo del sector agropecuario.
“Los cereales en peso están un poco bajos y ahí tenemos un problema” al momento de decidir si comprar maquinaria “que está a un precio elevado en dólares”, sostuvo.
Sin embargo, entiende que “Argentina va a seguir escalando de la mejor manera”, y se van a tener que “seguir afinando los números porque el campo es una vía muy buena para el país, para todo lo que produce el campo, el motor de Argentina es el campo y la mirada del presidente es buena”.
“Para 2025 tenemos buenas expectativas, con números que se pueden manejar un poco mejor, creo que vamos a tener un gran 2025, no solo en cosecha sino también como país, ¡ojalá!”.
SIN BANDERAS POLÍTICAS.
Sobre su vínculo con Milei, Abbondanzieri dijo que lo cruzó una vez y que no tiene bandera política: “Yo no soy amigo del presidente, solamente lo crucé una vez (en 2024), y como digo siempre, yo no tengo una bandera política. Yo quiero trabajar del campo, me gustó toda la vida el campo y nuestro país tiene que ver el campo como cualquier otra empresa o medio de trabajo”.
“Creo que (Milei) está haciendo lo posible para que Argentina se vaya superando”, concluyó.
Dijo que “es necesario estar dispuesto a flexibilizar o, incluso, llegado el caso, a salir del Mercosur”.
Montevideo | Todo El Campo | ¿Llegará el día en que Argentina abandone el Mercosur? Tanto insiste en presidente Javier Milei con esa posibilidad que, de continuar así, deberá tomar la decisión, de lo contrario perderá credibilidad y sus palabras sonarán como una amenaza que no se animó a concretar.
La otra opción es dejar de anunciar o amenazar con un retiro del bloque, y asumir que es parte plena.
Lo cierto es que ni a Argentina le sirve irse, ni al Mercosur que Argentina se vaya. La salida más sabia e inteligente es que el bloque se flexibilice, permita acuerdos independientes de los países miembros o -lo que es mejor- comience a transitar en conjunto negociaciones con otros países o bloques.
No hay que tenerle miedo a la integración comercial, ella fortalece a los países parte y refuerza los vínculos entre las naciones.
En su discurso de apertura del 143º período de sesiones ordinarias del Parlamento argentino, el presidente Javier Milei dijo que Argentina tiene una “oportunidad histórica” para “entablar un acuerdo comercial con Estados Unidos”.
Es la misma “oportunidad que ya se nos presentó hace veinte años y dejamos pasar, desaprovechando el último gran boom de crecimiento que vio el planeta”, recordó.
Sin embargo, una vez más hay dificultades y es necesario tomar decisiones importantes, una de ella tiene que vere con el Mercosur, ya que ese bloque está cerrado a los acuerdos de libre comercio.
“Es necesario estar dispuesto a flexibilizar o, incluso, llegado el caso, a salir del Mercosur”, dijo el presidente argentino, apelando una vez más a la posibilidad de dejar el bloque.
Inmediatamente añadió: El Mercosur, “lo único que logró desde su creación es enriquecer a los grandes industriales brasileros a costa de empobrecer a los argentinos”.
Milei es el titular pro témpore del Mercosur.
AISLADO.
En otro orden, Javier Milei no estuvo en ninguno de los actos de cambio de mando del 1° de marzo. A pesar de la cercanía geográfica y del poco tiempo de viaje que implica en avión o en helicóptero, prefirió permanecer en su país.
A Montevideo llegaron presidentes, reyes y delegaciones de zonas mucho más alejadas, que debieron cruzar el océano o llegar desde el otro lado del planeta para estar. Pero Milei no pudo asistir.
Con esa actitud, el mandatario argentino dejó en claro que está lejos de tener intenciones de fortalecer lazos con los países de la región, tampoco con sus socios del Mercosur.
Cada tanto en Uruguay se levantan voces que invitan a retirarnos del bloque. A diferencia de nosotros, en Argentina es el propio presidente quien estudia esa posibilidad.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Cuando nuestros socios en el Mercosur ignoran nuestros reclamos de mayor apertura, o asumen posiciones que nos perjudican, muchos compatriotas se indignar (con razón) y algunos reclaman (equivocadamente) la salida del bloque.
Hasta ahora no ha tenido mucho éxito la postura de quienes aseguran que Uruguay bien podría arreglárselas solo y que sería buena cosa dejar el bloque en el que, a pesar de ser solo cuatro países, es muy difícil llegar a acuerdos en temas que para nosotros son fundamentales.
Por otro lado Argentina ha expresado la posibilidad de abandonar el Mercosur si éste no le permite un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. La diferencia de nuestros vecinos con Uruguay es que es el propio presidente, Javier Mieli, quien lo menciona, mientras que aquí son voces lejanas a la Torre Ejecutiva y a las oficinas donde se toman decisiones. Y si algún actor de peso lo pensó, no lo hizo público.
Hay que entender a Argentina, la oportunidad de acordar comercialmente con Estados Unidos no se da todos los días. Sólo Uruguay la dejó pasar, y lo hizo por razones ideológicas.
Volviendo al presente, otra diferencia importante entre Argentina y Uruguay es el peso que tiene uno y otro país por sí mismo. Si Argentina se fuera del Mercosur, la pérdida para el bloque sería enorme ya que se trata de uno de las principales economías del continente; pero si fuera Uruguay el que da el portazo, poco incidiría.
También es diferente el día después para cada uno de los países. Mientas Argentina fácilmente podría integrarse a otros bloques, para empezar acordaría con Estados Unidos y se podría sumar sin inconvenientes a la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), Uruguay no lo tendría tan fácil porque nuestro tamaño y capacidad comercial suma poco o nada.
El tema es ese, comercial: el Mercosur es para Uruguay un instrumento que nos abre posibilidades que solos no tendríamos. Pero a la inversa, Uruguay para el Mercosur, sigue siendo un integrante muy menor junto con Paraguay.
La pregunta del título queda a la espera de los acontecimientos.
A propósito de Paraguay y como comentario final, conviene observarlo con más atención.
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En la foto, Javier Milei firma cuando Argentina asume la Presidencia Protempore del Mercosur en 2024 | Foto página oficial de Mercosur