Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Lo conocí de mis arranques en el periodismo, y él en los negocios rurales.
Tuvo varias sociedades, siempre fue un hombre inquieto, un ejecutivo de estos tiempos.
Dentro de sus características, rápido con los números, recuerdo en la Asociación de Consignatarios de Ganado, en la reunión de precios, antes de tener los programas para calcular promedios y otros datos, Gustavo era el encargado de sacarlos.
Estaba en pleno desarrollo de sus capacidades y lo demostraba a través de las empresas.
Era un hombre de fe.
En cierta ocasión me contó de sus viajes a Tierra Santa. Dios lo llamó.
A nosotros nos queda una gran pena por su partida y la felicidad de haber podido disfrutar de su amistad.
Columna de opinión de Horacio Jaume. El Gobierno también tiene cosas negativas, pero resulta ser un balance muy positivo.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Este domingo Yamandú Orsi fue electo para conducir los destinos de nuestro país por lo que corresponde hacerle llegar nuestro saludo.
En segundo lugar, destacar la jornada cívica ejemplar que tuvimos el domingo 24, y no por ser algo normal en Uruguay debe dejar de sentirnos orgullosos.
Dicho eso empiezan todos los aditivos que cada uno le quiera poner para enfocar los temas desde diferentes puntos de vista, inclusive en el análisis de la Administración que está llegando a su término.
El de Luis Lacalle fue un buen Gobierno, con puntos muy altos, y con cosas pendientes que quedan para arreglar. Esos pendientes eran problemas que venían de atrás, pero no se pudo reordenarlas y conducirlas mejor.
Como punto alto del Gobierno Lacalle, pensando en el largo alcance, hay que decir la inversión de infraestructura que hizo el país en los últimos años. Eso es realmente maravilloso. Son esas cosas que se empiezan a disfrutar de aquí en más, y luego de un tiempo todos nos vamos a preguntar cómo logramos vivir sin eso.
El domingo de noche, cuando miraba toda aquella gente festejando el triunfo del Frente Amplio, yo pensaba que si uno les preguntaba sobre la ruta 6, nadie sabría responder donde está, a dónde va, cómo estaba y qué se logró. Lo seguro es que la ruta 6 va a repercutir en la vida de todas esas personas porque es una ruta de importancia y que va a lograr que nuestro país funcione de otra manera, desde todo punto de vista: cultural, económico, familiar, porque era de esas rutas que no existían.
Ahora Uruguay logró tener mayor comunicación entre él mismo, es más fácil ir de un lado para el otro y eso permitirá que la gente se radique más en sus lugares; la cultura, las empresas, todos van a contar con posibilidades de acceso más sencillas, y eso cambia la vida diaria. Pero no va a ser de hoy para mañana, va a ser a largo plazo.
Por otra parte, ¿qué puede significar para el montevideano el puente La Charqueada? (foto). Es un puente que supuestamente está muy lejos para la capital y quienes viven aquí lo vieron una vez por fotos y no lo vieron nunca más. Aunque no lo conozcan, va a repercutir en el turismo de una forma poco creíble, por la vida que ese puente le va a dar a esa zona y al país. Y no estoy hablando de la producción, donde también tiene su significado.
Las rutas doble vía que están en plena construcción, la posibilidad de tener dos puertos en la laguna Merín, son temas de infraestructura que van a cambiar el ritmo de vida de determinados lugares.
LAS SOMBRAS.
Una de las cosas que quedó pendiente del Gobierno es lo relacionado con la extensión, un tema que no es nuevo y que no es para que se sientan heridos los que componen diferentes organismos que se encargan de ese tema, pero el Plan Agropecuario no logra cumplir las metas que se propuso.
El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) pasa por sus momentos menos felices, para definirlo de alguna manera; pasa por serios problemas, y estamos hablando de la investigación del país donde se demora llenar los puestos de jerarquía.
INIA fue una institución ejemplo, la mayoría de los profesionales pujaban por entrar, pero hoy no tienen esa imagen, la perdió. Hay que analizar por qué sucedió eso, cuáles son los motivos por los que una institución brillante, que tuvo momentos realmente espectaculares, esté pasando una etapa que va a ser mejor no recordar.
No quiero hablar del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), con metas que se propuso que siguen pendientes. Yo creo que navegan en un mar de dudas las que no terminan de definirse con una conducción clara de qué es lo se pretende hacer de la producción ovina.
A su vez, se da que Uruguay sale premiado en el mayor concurso de quesos del mundo en Portugal, con quesería artesanal, y acá un día se decidió que la producción ovina en leche no se investigaba más porque lo que se había hecho era suficiente y no justificaba seguir en ese camino. ¿Eso es entendible cuando cada día abre un tambo de ovinos?
En INIA había ejemplares Maremma que cuidaban las ovejas y evitaban la mortandad. Un día decidieron sacarlos y las majadas quedaron expuestas a los perros que liquidaron la majada.
Todo esto corresponde a un balance sobre el Gobierno que está terminando, que cuando se pasa raya es un balance positivo, con cosas negativas, pero muy positivo.
LA LLEGADA DE ORSI.
Lo que tiene que ver con el Gobierno que se avecina, desde el punto de vista agropecuario, no conocemos a Orsi, menos aun cuando en la campaña electoral su sector optó porque hablara poco y rehuyera a la prensa por lo que no se le pudo hacer preguntas. Más que nada tenemos lineamientos o titulares, pero desconocemos cómo piensa desarrollar lo que supuestamente va a hacer.
Como punto positivo, el departamento que más lo votó fue Canelones, donde fue intendente dos veces, y esa es una buena tarjeta de presentación, pero no quiere decir que sepamos qué opina sobre temas importantes.
Para sacarle su opinión, por ejemplo a nivel internacional, sobre Venezuela, Cuba o la Argentina kirchnerista, había que hacerlo con tirabuzón, y muchas veces sus propias respuestas eran grises, y eso tiene que ver más con el Frente Amplio que con él, pero ahora Orsi va a tener que lidiar en ese mar de opiniones diversas, incluido el PIT-CNT.
Editorial de Horacio Jaume en la apertura del programa Diario Rural (CX 4 Rural) del martes 15 de octubre.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Uno es más proclive a mirar para adelante que para atrás, prefiero destinar tiempo para analizar qué es lo que se viene y tratar de adaptarme a eso, antes que mirar para atrás. Pero cuando uno mira para atrás es por la experiencia del camino recorrido y el tiempo transcurrido, para que lo vivido y aprendido nos sirva y podamos aplicarlo en el futuro.
Hago esa reflexión preguntándome ¿cómo era nuestro país? cuando pasamos de aquel país cerrado, que venía de los cinco años para la industria y los cinco años para los productores si lo que uno mira es desde el punto de vista ganadero, los famosos ciclos que manejaba Fucrea.
Aquel país sin agricultura o con una agricultura muy chica a la que le costaba manifestarse porque producía trigo para consumo interno y muy poca cosa para exportación ya que el producto de exportación siempre fue el arroz. De aquella época a hoy que se planta un millón de hectáreas solo de soja, hay una distancia bastante importante.
Vemos aquel país no tan lejano en el que la hectárea valía US$ 300, y hoy la media está en US$ 3.000.
Un país en el que valía más la pena revolear ganado que producir, y eso no es antojadizo.
Un país que cuando se planteaba el riego, inmediatamente se eliminaba la idea porque se decía “es muy caro” y ni se analizaba la posibilidad. “Es caro” y se descartaba sin retener una sola gota de agua.
Un país en el que el mercado se movía cuando “aparecían las chicas de Punta del Este, de Bikini” como decía el Pocho Gómez, y eso motivaba que determinado tipo de categoría de ganado sufriese un impacto importante porque ese mercado incidía en la cotización.
Esos son algunos hechos aislados, que muestran la distancia tan importante en el país que se fue y que es.
Yo prefiero a este país, que es mucho más desafiante, que nos exige mucho más a todos, pero si miramos para atrás a nadie se le puede ocurrir decir que quiere volver a aquella época.
Ver esto es para entender lo que hemos cambiado y lo que tenemos que cambiar, lo que tenemos que adaptarnos porque son exigencias que nos van imponiendo y nosotros de acuerdo a nuestro potencial tenemos que hacer el esfuerzo de estar en ese pelotón y tratar de sacar provecho con nuestras aptitudes.
En muchas cosas acertamos y en otras no, pero no nos rehusamos, nos ponemos en carrera, queremos competir, y eso lo tenemos que tener claro, y no acurrucarnos en un rincón y mirar lo que está pasando. Dentro de las posibilidades debemos tallar de la mejor manera posible, y que no vengan de afuera a dictarnos lo que debemos hacer. Esa debe ser la actitud, mirando como uruguayos y ver qué es lo que más nos conviene para seguir en esa evolución que se ha vuelto mucho más vertiginosa y cada vez exige más.
Se decía y muchos sostienen ¿para qué vamos a tener la trazabilidad si no la exigen?, pero Argentina esta apurada para empezar las charlas, y eso no se logra en dos días, es demorado, tiene que haber una gimnasia por parte de todos para concretarlo, y nosotros que hace rato que andamos en ella no la hacemos a la perfección, pero tenemos mucho camino recorrido. Ese es solo un ejemplo en una serie de temas.
Ignorar que los corrales van a jugar un papel preponderante en el engorde de nuestros ganados sería negar una realidad, y nosotros debemos pensar cual será la mejor manera de operarlos, y quizá por allí se pueda abrir una puerta sobre algo que se manejó en distintos momentos y que no pudo cristalizarse, pero ahora da la sensación que las circunstancias se dan y que son los mercados de futuro. El saber cuándo tengo que entregar y cuándo ellos tienen que vender y colocar. Para eso se necesita articular mejor.
Hay sectores que ya lo hacen, por ejemplo el arrocero, que paga más una variedad que otra porque le conviene mantener determinado tipo de mercado. Le buscan la vuelta para adaptarse a esas necesidades, y esa cadena de producción opera de la mejor manera posible.
Eso no quiere decir que la cadena arrocera sea perfecta, ha de tener defectos y ellos son conscientes de eso, pero no reúsan a adaptarse a los desafíos que se presentan, y tratan de enfrentarlos de la mejor manera posible.
Hay otras producciones que tienen ganas de remontar y ubicarse en el lugar que les corresponde, por ejemplo la avícola que tiene una serie de desafíos como las cajas negras, las exigencias internacionales, operar en INAC, salir a las ferias internacionales, conocer el mercado. Esos son los desafíos y ese es el camino que están recorriendo, conscientes de lo que se hacía y qué se debe hacer, que implica derechos y deberes, que equivale a decir “quiero tal cosa porque lo necesito, pero me comprometo a tal otra”.
Dejo para atrás el gran gatillo que ha tenido impacto y que sorprende, la forestación. Un sector que sigue despertando algunos reparos, pero hoy los árboles están, es una realidad, es nuestro principal producto de exportación, cada planta obliga a que 400 camiones por día transiten por nuestras carreteras.
A propósito de infraestructura, hemos tenido la mayor explosión de carreteras en la historia de nuestro país, y eso nos da la posibilidad de mirar las cosas de otra manera. Eso es una realidad que nadie puede negar. ¿Cómo sacamos el mayor provecho posible?, ese es otro tema al que tenemos que dedicar todos los días para ver de qué manera podemos hacerlo. Igual pasa con la red ferroviaria que está diseñada: ¿qué posibilidad hay de elaborar nuevos diseños o hacer cosas nuevas?, porque la red está ahí, y todo lo que se haga es agregado para seguir haciendo cosas.
La ganadería cambió. Es importante determinar qué cambios son circunstanciales y cuáles son permanentes para actuar en consecuencia y de forma correcta.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Las cosas pueden ser circunstanciales o permanentes.
Circunstanciales, cuando producto de un momento uno actúa de determinada manera, aunque sabe de antemano que no va a durar, pero el momento exige actuar de esa forma.
Los ejemplos sobran. Uno de los casos, por ejemplo, es la diferencia de cambio con Argentina; o cuando se creó la hotelería para terneros para sortear la seca. Y podríamos seguir.
Lo permanente en cambio es aquello que viene para quedarse y que uno debe aprender a manejarlo e incorporarlo a su vida.
Por ejemplo, Uruguay hoy es un país agrícola, ganadero y forestal. No es una pregunta, me guste o no me guste es la realidad y debemos aprender a manejar los ganados dentro de los montes, saber cuáles son las categorías más apropiadas, como también conocer qué es el bocopa.
En definitiva, adaptarnos a una nueva realidad.
La ganadería nacional ha aumentado la extracción y ha bajado la edad de faena.
La capacidad de matanza de la industria es de 60.000 cabezas semanales, para mantener este ritmo de trabajo, la cosecha de terneros anuales debe rondar los 3 millones sobre 4 millones de vacas entoradas.
Para lograr esos objetivos, los porcentajes de preñez deben estar entre el 80% y 90%, y sacar los ganados terminados a faena a los 3 años.
Frente a esta realidad la incidencia de los corrales se vuelve fundamental.
Parecería que esta situación es ineludible. El tiempo dirá.
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Foto interior: Susilvo. Foto de portada: Actualidad Agropecuaria.
En INIA Tacuarembó se marcó el punto de referencia en temas muy importantes para la ganadería nacional, y eso tiene un valor increíble, a partir del cual comienza una nueva etapa de análisis y trabajo.
Horacio Jaume | Todo El Campo | El miércoles 31 de julio en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Tacuarembó se llevó a cabo la jornada “¿La mejor del mundo? Carne uruguaya: ciencia y contexto internacional”, actividad que desarrolló la presentación de la auditoría de la cadena cárnica en nuestro país, una actividad que involucra vacunos y ovinos, además de lo relacionado con el bienestar animal.
No hay cosa más difícil de asumir que convertirse en punto de referencia de algo. En este caso particular en lo que tiene que ver con el bienestar animal, no había nada donde referenciarse, pero un equipo de técnicos decide encarar ese punto y hacerlo, y desde entonces todos vamos a hacer nuestros análisis a partir de ese punto de vista, ubicándonos de un lado o del otro. Es necesario que alguien ponga ese punto de referencia, ser el primero que emite una opinión sobre determinado tema con los riesgos que eso conlleva.
Ahí está el gran valor de lo que sucedió el miércoles en INIA Tacuarembó: a partir de un dato lo que viene después queda vinculado por más o por menos porque el eje ya quedó establecido.
El trabajo presentado el miércoles tiene mucho de eso. Algo que nunca se había hecho, que hasta hace unos años parecía de importancia menor, como el bienestar animal, hoy es exigido por el mundo y cada día tiene mayor preponderancia.
La realidad es que países como el nuestro, que aspiran a tallar en los mercados más sofisticados -léase, los más caros– esos mercados son también los más exigentes y los más caprichosos, porque como pagan más exigen más.
Si nosotros somos conscientes que en ese terreno es donde podemos desempeñarnos con mayor fuerza, debemos aceptar esas reglas de juego, sin perder la personalidad capaz de plantear la opinión sobre cómo uno debe proceder, en este caso del trato animal, para cumplir lo que se exige.
El valor de ser punto de referencia es de por sí increíble y por tanto quienes llevaron adelante el trabajo merecen las felicitaciones.
No obstante eso, se puede observar, por ejemplo que hubo cosas que se deben tratar con mayor profundidad, u otras a las que no se le dio tanta importancia y deben ser tratadas con más rigurosidad, todo eso es harina de otro costal que se irá perfeccionando según el criterio de cada uno, para cumplir con el punto final que es la presentación del producto carne.
Otro tema es la posibilidad de tratar todos estos asuntos, tener la valentía de mirarse en el espejo y llegar a la conclusión que tomando medidas que no son caras y que obedecen a un comportamiento cultural, se pueden dar pasos gigantescos.
Eso no es nuevo, siempre lo hemos dicho sobre aquellas personas que marcan la diferencia en relación a la producción, gente prolija en el hacer las cosas, porque no son tecnologías complicadas, son sencillas que obedecen a una forma ordenada y prolija para llevarlas adelante. Muchas cosas que hacemos están atadas a la costumbre de hacer sin preguntarnos por qué las hacemos, hay miles de ejemplos, uno de ellos ya superado hace mucho, era asumir que no convenía tener árboles porque los animales tomaban sombra y no comían. Esas son cosas que alguien nos decía y se hacían sin cuestionar.
Ahora, que nos digan que el 75% de defectos de la carne son machucones y vacunas mal dadas, es maltrato animal. Estamos hablando de que hay vacunar bien y tratar bien a los animales, y eso abarca tubos, mangas, camiones, el arreo en el frigorífico. Se puede entrar en el detalle, pero esa conclusión es a la que llegaron todos.
Ante la pregunta sobre la viabilidad de poder dar ese salto necesario, la mayoría dijo un sí chiquito. O sea la imposibilidad de asegurar y no decir ‘esto quédese tranquilo que se hace´, ¿y por qué?, porque hay que romper con una cultura del proceder, y ahí está la mayor traba. No es la dificultad económica, sino lo otro que es mucho más difícil e implica cortar con algo a lo que estamos acostumbrados, y son cosas que constituyen detalles.
Podemos estar todos de acuerdo en el fin, el tema es el cómo, para no repetir errores ya cometidos.
La otra parte de esta historia, es que aquellos que asistieron a la presentación en INIA Tacuarembó, son los más inquietos, los permeables, los que sienten la necesidad de enfrentar esos desafíos que están a la vuelta de la esquina. El punto es saber qué pasa con los que no van.
¿Por qué no van? ¿por qué no se logra transmitir esa inquietud sobre algo tan importante que sabemos que va a suceder y no hace carne en todos?
Tampoco es novedoso que el tema extensión en la ganadería no muestra sus mejores caras ni logra que cosas sencillas se pongan en práctica. Otros sectores lo logran y obtienen muy buenos rendimientos, quiere decir que hay una tecnología que se logra transmitir para que se ponga en práctica.Los hechos se juzgan por los resultados, y si en el arroz se logran los mayores rendimientos, quiere decir que la cosa funciona, pero si no se logra es porque no se transmite bien o los que escuchan no quieren entender, o no son los temas que la gente quiere escuchar. Las variables pueden ser muchas, el resultado es el que vemos.