Ene 4, 2023 | Agricultura, Información, Noticias
Montevideo/TodoElCampo-En diálogo con Comunicación Presidencial, este martes 3, el subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca, Juan Ignacio Buffa, recordó que Uruguay atraviesa una emergencia climática desde hace dos meses debido a la insuficiencia de precipitaciones
Por eso, el ministerio desarrolla soluciones para mitigar los efectos sobre la producción agropecuaria. Es el tercer año consecutivo que se declara emergencia climática en Uruguay, y en esta ocasión es por un período de tres meses, por lo cual los sistemas de producción afrontan mayores costos para continuar su labor, explicó.
De acuerdo con las proyecciones del ministerio, en este trimestre se reduciría el impacto del fenómeno de la Niña, que implica la caída de lluvias por debajo de lo normal.
Como respuesta a la situación, Buffa explicó que la secretaría estatal dispone de recursos del Fondo de Emergencia Climática, como créditos con tasas de interés subsidiadas, y con plazos de pago que atienden a la situación actual de déficit hídrico.
El productor que tome un crédito ahora pagará una parte en noviembre de 2024, lo que brindará tiempo suficiente para recomponer su sistema de producción, añadió.
Las ayudas se otorgan a través de República Microfinanzas, y los productores interesados en acceder deberán inscribirse en el sitio web del ministerio. Posteriormente, se evaluarán las postulaciones recibidas. Buffa acotó que las fórmulas de pago actuales consideran el hecho de que un productor haya tomado crédito en la emergencia pasada.
El impacto provocado por la falta de precipitaciones incide en todos los rubros del agro, ya que producir las mismas cantidades requiere costos más elevados, lo que afecta a los sistemas de producción, indicó.
Además, el jerarca puntualizó que los créditos son definidos en virtud de la cantidad de animales por hectárea que poseen las empresas y en base a este dato se define el monto del crédito a disposición.
Seguros agropecuarios
La implementación de seguros agropecuarios desarrollados por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca responde a una estrategia impulsada para mitigar el riesgo climático. Para ello, la cartera trabaja en tres grandes áreas: seguros para la granja; un seguro ovino contra el ataque de predadores; y otro dirigido a potenciar el rendimiento agrícola, mediante un programa piloto que subsidia a los productores con un límite de 300 hectáreas.
La propuesta es implementada por segunda vez, y alcanza las 250.000 hectáreas cubiertas, informó Buffa.
Precisó que el objetivo del proyecto es recibir información que puede ser utilizada para potenciar el desarrollo de los instrumentos promovidos por la cartera. Es un activo que se está construyendo “en clave de bien público”, resguardado bajo secreto estadístico, y alojado en las oficinas de la Dirección Nacional de Recursos Naturales, señaló.
Según el jerarca, estos datos permitirán desarrollar mejores instrumentos en beneficio de los productores ante las dificultades causadas por otros fenómenos climáticos.
Ene 15, 2022 | Información, Opinión
Recién caminando los primeros pasos de este año 2022 y dejando atrás un año 2021 con altas y bajas, aunque con el sector agropecuario liderando el movimiento económico y el fantasma del coronavirus latente en todos los rincones, este año 2022, surge con nuevos desafíos, algunas certezas y varias incertidumbres para el país todo.
Un año que en el sector agropecuario arranca en desventaja por condiciones climáticas adversas, luego de que los primeros 9 meses del pasado 2021 fueran tan buenos tanto en materia climática como de precios y de mercados, donde la situación internacional favoreció la salida de nuestras materias primas, disfrazando la escases y avidez, los problemas de altos costos productivos y de competitividad que siguen siendo uno de los talones de Aquiles de lo que Uruguay ofrece al mundo, carne, madera y lácteos lideraron nuevamente las exportaciones, marcando -pese a la ignorancia de muchos- el ingreso de divisas tan necesarios para mantener la máquina productiva andando.
Como nos agarra el comienzo de este año 2022?
Este será sin dudas un año de desafíos que habrá que afrontar con buenas decisiones y un alto poder de convencimiento de que si el país todo no se une las cosas se pondrán más difíciles.
Con un clima que desde noviembre está golpeando duro al sector agropecuario con una sequía que en algunas zonas del país tienen ya un tinte dramático y en otras va por ese mismo camino, con un mercado internacional, fundamentalmente el chino buscando marcar otro tipo de cotizaciones para las materias primas que Uruguay le ofrece; con un país donde el fantasma de la pandemia está ahí como una gran interrogante, sumado a las zancadillas políticas tan comunes del sector de la izquierda, buscando distraer al país de inacciones y desprolijidades cometidas, apartándolas de los grandes temas productivos a enfrentar; no es un inicio auspicioso.
El sector productivo agropecuario, gracias al mercado internacional hoy está atravesando un buen momento pero con dos preocupaciones signadas por dos situaciones concretas: el clima y los altos costos, ambos temas que lamentablemente no se pueden corregir desde el propio sector, aunque se pueden dar señales para que alguno de ellos –el de los costos- pueda ser mitigado con medidas que acompañen la pujanza y eficiencia que el rubro ha demostrado tener, sobre todo cuando hubo que cambiar de rumbo en sistemas productivos que ya estaban quedando obsoletos, el cambio en la edad de faena de los animales, y la cada vez mayor producción de lanas de menor finura son claros ejemplos de ello.
Cuando al sector se lo acompañó y respaldó, siempre respondió.
Hoy por los altos costos de los fertilizantes y la inestabilidad climática, el productor ya piensa dos veces en hacer las inversiones en pasturas, ya que las mismas dependen casi exclusivamente del clima, el que se ha mostrado bastante errático en los volúmenes de precipitaciones.
El acceso al agua es algo fundamental para ello, la mayor parte del país productivo, tanto ganadero, como agrícola está dependiendo de que los niveles de precipitaciones sean los adecuados, hoy el cambio climático es evidente y ya no se pueden pronosticar estaciones moderadas tanto en grados de temperatura como en volúmenes de agua, cada vez son más extremas, de ahí que las producciones a cielo abierto sean cada vez más riesgosas y onerosas.
Uruguay adolece de una política de aguas que pueda favorecer al sector productivo, si a ello le sumamos que la mayor parte de la oferta de equipos de riego tienen costos muy elevados, es casi una quimera que el pequeño y mediano productor -que son casi la mayor parte del sistema agropecuario- pueda acceder a ellos, de ahí la necesidad de apoyos del estado que acompañen a los mismos con algunas ventajas como asesoramientos y créditos accesibles.
Hoy no se puede planificar, ni producir si el tema aguas no está asegurado, ya no se puede trabajar y esperar a que la naturaleza se acuerde, de ahí la necesidad de una apuesta a largo plazo que exceda a la conducción política del país en ese momento, siempre con una mirada más a largo plazo que las escasas medidas cortoplacistas a las que estamos acostumbrados y que poco efecto suelen tener en el sector primario.
Hoy nos centramos en esas dos interrogantes que preocupan al sector, hay otras pero por el momento menos importantes, será momento de ponerse a planificar y ejecutar acciones que mitiguen estos dramas y hagan que el sector productivo agropecuario, se dedique a producir que es lo que sabe hacer, a que se le den apoyos y certezas tan necesarias para afrontar un año 2022 con un inicio no tan favorable pero con un futuro prometedor siempre y cuando se le den las herramientas para poder afrontarlo.
Carlos Sabatini