“La ganadería pastoril, muy extendida y típica en la región, es una herramienta valiosa para capturar carbono en el suelo”.

“La ganadería pastoril, muy extendida y típica en la región, es una herramienta valiosa para capturar carbono en el suelo”.

Alambrado mediante, la foto muestra el contraste entre un área pastoreada y otra clausurada en un pastizal de Uruguay.

Montevideo | Todo El Campo | A mediados de año, en junio de 2023, en Uruguay y Argentina, investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y la Universidad de la República de Uruguay (Udelar), detectaron que la ganadería pastoril promueve el almacenaje de carbono en el suelo.

El 26 de junio del año en curso, Sobre La Tierra -Área de divulgación Científica y Tecnológica de Agronomía y Ambiente- publicó las conclusiones de la investigación desarrollada. Por ejemplo, se descubrió que excluir el pastoreo por más de 3 años disminuye a la mitad las raíces.

La investigación comenzó a partir de una pregunta: “¿Qué efecto tiene sobre las raíces de estos pastizales la exclusión del pastoreo?”, la interrogante fue “central, ya que la ganadería tiene casi dos siglos de historia en la región”, dijo uno de los investigadores.

Asimismo “detectamos un patrón muy claro en relación con el efecto de la exclusión del ganado, o efecto clausura”. Si la clausura, o la privación del pastoreo, “tenía más de tres años de antigüedad, la biomasa de raíces se reducía en promedio hasta un 50% respecto de los sitios pastoreados. En cambio, si la clausura era más reciente, la biomasa de raíces en los pastizales era similar a la registrada bajo pastoreo”.

Más adelante agregó: “Encontramos que la ganadería pastoril, muy extendida y típica en la región, es una herramienta valiosa para capturar carbono en el suelo”.

El siguiente es el artículo completo difundido en Sobre la Tierra (SLT), cuyo autor es Pablo Roset.

PASTOREAR LOS PASTIZALES DEL RÍO DE LA PLATA CONSERVA EL CARBONO DEL SUELO.

(SLT-FAUBA) La vasta región de los pastizales del Río de la Plata se extiende por la Argentina, Brasil y Uruguay, y desde hace 200 años sustenta la producción ganadera. Su relevancia llevó a ecólogos de los tres países a publicar numerosos estudios que, sorprendentemente, apenas están considerados en las síntesis globales sobre pastizales. Para abordar esa problemática, un trabajo de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) y la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay compiló y publicó la primera base de datos con esos estudios y, aplicándole una metodología estadística específica, descubrió que excluir el pastoreo por más de 3 años disminuyó a la mitad la biomasa de raíces. Proponen agregar esta información a las bases de datos globales.

Mariano Oyarzabal, docente del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la Fauba, coautor del trabajo, comentó que su estudio se centró en los pastizales del Río de la Plata, una región de 760.000 kilómetros cuadrados -2,5 veces la provincia de Buenos Aires- en el centro-oeste de la Argentina, el sur de Brasil y todo Uruguay. Es una de las pocas áreas del mundo que aún cuenta con pastizales no modificados por el ser humano, y sus suelos son de muy alta fertilidad. Hoy, una parte considerable de la región se usa con fines ganaderos.

“Descubrimos que los trabajos que resumen a nivel global la información publicada sobre pastizales, su productividad y biomasa de raíces, o sobre cómo responden las raíces al pastoreo, no incluyen trabajos en los pastizales del Río de la Plata. En parte, eso se debe a que muchas de estas publicaciones están en revistas locales de poca difusión o en capítulos de libro de difícil acceso. Entonces, ese problema nos motivó a compilarlas en una base de datos”, sostuvo Oyarzabal.

El investigador señaló que los trabajos que hallaron se enfocan mayormente en las raíces -un reservorio importante de carbono- y en el pastoreo, principal disturbio de los pastizales. “Al compilar todos esos artículos, notamos que incluían comparaciones entre áreas pastoreadas y no pastoreadas. Por lo tanto, nos preguntamos: ¿qué efecto tiene sobre las raíces de estos pastizales la exclusión del pastoreo? Este interrogante es central, ya que la ganadería tiene casi dos siglos de historia en la región”.

CON USTEDES, LOS PASTIZALES DEL RÍO DE LA PLATA.

Oyarzabal, quien también es investigador del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección del instituto IFEVA (UBA-CONICET) destacó dos resultados clave de su estudio, publicados en la revista científica Austral Ecology.

El primero fue la creación de la base de datos bibliográfica en sí.

“La base pone a disposición de la comunidad científica internacional 15 estudios publicados en los últimos 40 años por ecólogos brasileros, uruguayos y argentinos. A partir de sus más de 1000 registros identificamos que hay pastizales muy estudiados -como los de la Depresión del Salado en la provincia de Buenos Aires- y otros de los que casi no conocemos nada sobre sus raíces, como los de la Pampa Ondulada argentina o los del norte de Uruguay y Brasil”, detalló.

Por otro lado, a partir de la nueva base de datos, Oyarzabal y los demás coautores del estudio realizaron un análisis estadístico llamado metaanálisis que les permitió combinar los resultados de todos los estudios sobre raíces y pastoreo en estos pastizales, y obtener conclusiones cuantitativas y extrapolables.

“Detectamos un patrón muy claro en relación con el efecto de la exclusión del ganado, o efecto clausura. Si la clausura tenía más de tres años de antigüedad, la biomasa de raíces se reducía en promedio hasta un 50% respecto de los sitios pastoreados. En cambio, si la clausura era más reciente, la biomasa de raíces en los pastizales era similar a la registrada bajo pastoreo”, observó el investigador de la Fauba.

EL PASTOREO COMO ALIADO.

“Nuestros resultados tienen implicancias concretas, ya que encontramos que la ganadería pastoril, muy extendida y típica en la región, es una herramienta valiosa para capturar carbono en el suelo. Aunque en la región casi no se les da ‘descansos’ a los pastizales, si un productor excluyera al ganado, se reduciría la cantidad de raíces en el suelo, lo cual sería muy negativo para eso que tanto nos importa que es mitigar el cambio climático”, sostuvo Oyarzabal.

Remarcó las ventajas de contar con la base de datos y los registros que antes no estaban disponibles o eran difíciles de acceder. “Ahora, cualquier persona que quiera trabajar sobre la biomasa subterránea de los pastizales del Río de la Plata u otras variables tiene toda la información a mano”.

Y, a modo de cierre, agregó: “La puerta está abierta a que se planteen nuevas preguntas. Incluso, investigadores de otros países podrían usar la base de datos y avanzar en el conocimiento. Es más, creemos que sería necesario incluir los pastizales de esta región en las bases de datos globales para corregir el desbalance en los estudios globales y los sesgos en los patrones allí detectados”.

Foto de portada de Mariano Oyarzabal, publicada en Sobre La Tierra. Alambrado mediante, la foto muestra el contraste entre un área pastoreada y otra clausurada en un pastizal de Uruguay.

Científicos argentinos estudian la chinche verde y el comportamiento de la soja.

Científicos argentinos estudian la chinche verde y el comportamiento de la soja.

Se busca encontrar la forma de controlar la plaga sin utilizar agroquímicos. El estudio determinó la defensa natural de la planta ante el insecto.

Buenos Aires, Argentina | La chinche verde es uno de los insectos más dañinos para la soja. Pica los granos y baja su valor económico. Jorge Zavala, docente de Bioquímica de la Facultade de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) e investigador del Conicet, contó cómo determinó la composición química de la saliva del insecto, de qué forma la soja percibe tanto la picadura como la inyección de la saliva, y cómo se defiende del ataque.

El último episodio del podcast de Sobre la Tierra, Zavala explica su trabajo: La chinche es una de las plagas más grandes de Argentina, no solo por el daño que produce sino porque es difícil controlar por qué es inmune a las defensas que el productor usa para otras plagas. Esa particularidad hace que se sigan usando agroquímicos, por lo que se trata de encontrar una alternativa capaz de controlar el insecto sin químicos.

La chinche pica a la soja e introduce saliva en la planta, luego succiona y ahí está su alimento. En ese proceso daña la calidad de la soja, afectando el resultado comercial, o sea causando pérdidas.

El estudio de la saliva de la chinche fue para conocer el impacto específico sobre la planta y determinar desde la química cómo interactuaba con la planta.

LA REACCIÓN DE LA SOJA.

La planta percibe el ataque de la chinche y reacciona, por ejemplo, las semillas contiguas a la atacada por la chinche aumentan la producción de compuestos, con lo cual hace que esas semillas sean menos agradables para la chinche, de esa forma ya no querrá continuar alimentándose y acabará trasladándose a otra planta.

El cuentico también explicó la diferencia del daño causado por la chinche con el causado por otros insectos que solo producen un daño mecánico, sin uso de saliva.

La chinche usa su saliva para comenzar la digestión fuera del insecto. Luego al succionar ingiere el trozo de planta y continúa con el proceso en su interior.

EXTRACCIÓN DE LA SALIVA.

Además, Zavala explicó la forma en que lograron extraer la saliva de las chinches.

Acceda al podcast completo. Duración 15 minutos: Nuevos conocimientos sobre una importante plaga de la soja • Sobre La Tierra (spotify.com)

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