Cabe recordar que enero las naftas bajaron $ 3 y el gasoil $ 6.
Montevideo | Todo El Campo | El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) informó el martes 31 de enero que los precios de la nafta Super 95 y del Gasoil 50Scontinuarán sin cambios, a pesar de que el precio de paridad de importación tuvo un aumento en enero.
Por lo tanto, el litro de la nafta Súper 95 seguirá a $ 71,88 como precio máximo de venta al público, y el Gasoil 50S continuará a $ 58,99 por litro como precio máximo en surtidor.
El reporte de la Unidad Reguladores de Servicios de Energía y Agua (Ursea) respecto a enero indicaba que desde el 1° de febrero los combustibles deberían subir, las naftas $ 2,65 (3,7%), y el gasoil $ 1,18 (2%). Si el Gobierno hubiera seguido las recomendaciones de Ursea, la nafta habría subido a $ 74,54, y el gasoil a $ 60,17.
El MIEM expresó en un comunicado que “la decisión ratifica la política de la actual gestión de reflejar la evolución de los precios en el mercado internacional, atenuando las subas cuando es posible y trasladando las bajas -como se dio en los últimos dos ajustes- al consumidor y al sector productivo”.
Cabe recordar que enero las naftas bajaron $ 3 y el gasoil $ 6.
AUMENTO DEL SUPERGÁS.
El supergás sí subió y lo hizo en $ 10 por kilo, aunque se mantendrá el descuento de 50% en el precio de la garrafa para los 130.000 hogares que reciben alguna de las prestaciones del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
A partir de ahora el supergás pasará a costar $ 73,35 el kilo, un monto “muy por debajo de los $ 93,72 que marca la medición del precio de paridad de importación”, señaló el MIEM.
La garrafa subsidiada, dirigida a los beneficiarios de planes de asistencia del Mides, tendrán un costo de $ 475 en la recarga. Los cambios rigen desde la hora cero del miércoles 1° de febrero.
Ancap cerró primer semestre con un resultado positivo de US$ 12 millones en el mercado monopólico y resignó ingresos por US$ 130 millones por ventas por debajo del PPI, informó el ente petrolero.
En la presentación de los resultados del primer semestre 2022, Ancap destacó que la empresa tuvo “un resultado positivo de US$ 12 millones en el mercado monopólico al resignar ingresos por US$ 130 millones” lo que se explica en virtud de “ventas por debajo de la paridad de importación”.
Por otra parte, “las empresas del Grupo Ancap en conjunto, alcanzaron una ganancia de US$ 128 millones. La contribución de los negocios no monopólicos da una ganancia de US$ 43 millones” con Ducsa aportando “ganancia de US$ 16 millones y el conjunto de las otras empresas del grupo, una pérdida de US$ 4 millones”.
El informe agrega que el informe “del grupo incluye un resultado financiero de US$ 57,5 millones principalmente por la apreciación del peso uruguayo, ganancias por ventas a UTE para generación en el mercado local por US$ 14,5 millones (prácticamente todo en el primer trimestre), resultado por cobertura monetaria de US$ 11 millones e Impuestos y varios por US$ -22 millones”.
Como se observa en el gráfico anterior, en el primer trimestre de 2022, los ingresos de Ancap estuvieron por debajo de la paridad de importación, con una brecha de unos US$ 32 millones. En el segundo trimestre de 2022, los ingresos de Ancap estuvieron por debajo de la paridad de importación, con una brecha de US$ 98 millones, aproximadamente. En el semestre enero junio, la brecha fue de US$ 130 millones.
PARO PLANIFICADO POR MANTENIMIENTO GENERARÁ DISTORSIONES.
En setiembre, en la refinería, habrá un paro planificado de mantenimiento. “La mediada impactará en los números de la empresa. Durante ese período habrá mayor exposición a caída de precios internos y habrá pérdida de los márgenes de refinación”, se advirtió.
Además, “en caso de un paro previsto por el sindicato que pudiera extender ese período, aumentaría el riesgo y el impacto económico”.
La volatilidad del precio del petróleo ha sido la responsable, en buena parte, de la suba de la inflación en el mundo. Bajando los precios de los combustibles Brasil redujo el IPC como no lo lograba desde 1980.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) informó este martes 9 de agosto que la inflación en ese país cayó 0,68%, es la mayor baja en 42 años (desde 1980). Para lograrlo, antes quitó impuestos a los combustibles.
Uno de los problemas del mundo es la presión inflacionaria como consecuencia de la suba de las materias primas, entre otras dificultades por las que atraviesa el planeta y afecta a todos los países, sin embargo, Brasil rompió la lógica inflacionaria al lograr el descenso señalado.
La caída de la inflación se explica por la baja de los combustibles aplicada anteriormente por una ley aprobada por el Parlamento de Brasil con el apoyo del Ejecutivo.
En julio el Gobierno decidió que los impuestos que los estados aplican de forma independiente a los combustibles no superaran el 18%, para lo cual elaboró y logró la aprobación de una ley.
La baja de los combustibles fue determinante.
El reporte de IBGE señala que en julio la inflación bajó 0,68%, “fue la tasa más baja registrada desde el comienzo de la serie histórica, que comenzó en enero de 1980. En el año, el IPCA acumula un máximo de 4,77% y, en los últimos 12 meses, 10,07%, por debajo del 11,89% observado en los 12 meses inmediatamente anteriores”.
Los combustibles bajaron 14,15% en el mes de análisis. Dentro de ese grupo, el precio de las naftas cayó 15,48% y el etanol 11,38%.
La medida no soluciona el problema de fondo, pero sería un alivio para las familias, dijo Joe Biden a través de un comunicado de la Casa Blanca.
Hébert Dell’Onte | La evolución alcista del precio del petróleo ha afectado todas las economías del mundo en todas sus escalas y dimensiones. Los gobiernos, sin importar su tipo ni las políticas económicas que desarrollen, se han visto obligados de subir el precio de los combustibles para cubrir los costos de importación, con lo cual acaban trasladando el peso a los ciudadanos que ven cómo se multiplica el valor de cada litro cada vez que concurren a la estación de servicio. Incluso aquellos que no tienen vehículos deben pagar más por los productos básicos cuya producción y distribución también se ha encarecido por efecto del petróleo.
Para evitar trasladar el precio al consumidor final los gobiernos deben ser imaginativos y generar formas y maneras que alivien a las familias y al sistema productivo.
El precio del combustible está formado por el valor del crudo y otros componentes que incluyen impuestos. Es rebajando esos impuestos, cualquiera sea el destino final que le den, la forma más simple de aliviar a los consumidores.
Con esa lógica y buscando la forma de reducir el precio del combustible en su país, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, propuso a los legisladores suspender por 90 días el cobro de un impuesto que incrementa su valor en 18 centavos de dólar y pidió a los gobiernos estatales que tomen medidas similares.
El mandatario estadounidense se dirigió al Congreso para que suspenda el impuesto federal a la gasolina durante los próximos 90 días. Lo que sucede actualmente es que “cada vez que alguien va a la estación de servicio a llenar el tanque” del vehículo, “el Gobierno Federal cobra un impuesto de 18 centavos por galón” (poco más de 3,5 litros) de combustible, o “un impuesto de 24 centavos por galón de diésel”.
Esos impuestos existen desde hace 90 años “y son importantes”, aseguró, “porque los usamos para mantener nuestras carreteras”. Sin embargo, Biden aclaró que las carreteras se arreglarán igual con otros fondos mientras no se recaude como hasta ahora. La diferencia es que “al suspender el impuesto a la gasolina de 18 centavos durante los próximos 90 días, podemos dar a las familias un poco de alivio”.
A su vez, hizo un llamamiento para que los estados también reduzcan sus impuestos. “Hay otras maneras de reducir el precio de la gasolina”, dijo, y consiste en que “los estados también suspendan el impuesto estatal”, o en su defecto “encuentren otras formas de brindar algún alivio”.
“Los impuestos estatales a la gasolina promedian 30 centavos más por galón”, señaló, y anunció que hay estados que ya han actuado según su pedido, es el caso de Connecticut y Nueva York, entre otros.
Biden reconoció que la media es temporal y no soluciona el problema, “pero proporcionará un alivio inmediato, solo un poco de respiro, a medida que continuamos trabajando para reducir los precios a largo plazo”.
Desde la Casa Blanca se estima que una suspensión por tres meses del impuesto tendría un costo de US$ 10.000 millones.
Estamos en una situación más grave que la crisis del petróleo de los años 70. En ese momento el problema era sólo el petróleo, hoy además se suma el gas natural y la electricidad.
Mientras la inflación bate récord en toda la eurozona, el precio de los combustibles en algunos países europeos marca valores máximos. ¿Hasta dónde se llegará con esta situación?, es difícil saberlo, sobre todo cuando las soluciones no están a la vista y se suman más problemas y desafíos.
Ayer la Agencia Internacional de Energía advirtió que durante el verano europeo faltaría combustible, mientras el crudo supera los 124 dólares.
Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) dijo que la falta de oferta y los precios altos, podrían generar falta de combustible en Europa, durante los meses del verano en ese continente.
“Cuando la temporada principal de verano empiece en Europa y Estados Unidos, la demanda de combustible crecerá. Y entonces podría haber cuellos de botella, por ejemplo con el diésel, la gasolina o el querosén, especialmente en Europa”, dijo Birol al diario alemán Der Spiegel, uno de los más importantes de ese país.
En Europa hay países que dependen de la importación de petróleo, peo también de sus derivados y refinados. A su vez China ha limitado algunas exportaciones con el argumento de que antes debe asegurar el suministro a sus ciudadanos.
La crisis que se avecina es “mucho más grande” que la del crudo en los años 70, generada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que decidió embargar las exportaciones de crudo a determinados países en respuesta a la guerra de Yom Kipur (en octubre de 1973 Egipto y Siria atacaron Israel). El agravante hoy es que hace cincuenta años solamente era una crisis de petróleo, pero ahora es una crisis conjunta de petróleo, gas natural y electricidad, comentó Birol.