CAS: La biotecnología agropecuaria debe tratarse con rigor científico.

CAS: La biotecnología agropecuaria debe tratarse con rigor científico.

La declaración que cuenta con la firma del ministro uruguayo Fernando Mattos, señala que los temas de biotecnología deben ser tratados en sus ámbitos específicos y dentro del alcance del Convenio sobre Diversidad Biológica.

Montevideo | Todo El Campo | Los ministros de Agricultura de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, países integrantes del Consejo Agropecuario del Sur (CAS) señalaron que los temas de biotecnología agropecuaria deben analizarse y resolverse desde una mirada científica y descartaron la adopción de políticas que afecten injustificada o arbitrariamente el comercio internacional de productos agroalimentarios.

El CAS, es un foro ministerial de consulta y coordinación de acciones regionales de importantes países productores y exportadores de alimentos, que tienen la responsabilidad de seguir contribuyendo decisivamente a la seguridad alimentaria global, señaló en una declaración que es necesario lograr un desarrollo sostenible y competitivo de la agricultura, incorporando los avances científicos y tecnológicos de forma segura.

La declaración que cuenta con la firma del ministro uruguayo Fernando Mattos, señala que los temas de biotecnología deben ser tratados en sus ámbitos específicos y dentro del alcance del Convenio sobre Diversidad Biológica, adoptado en 1992.

Según ese Convenio, la comunidad internacional reconoce los beneficios de la biotecnología y que, a través de análisis de riesgo, es posible hacer un manejo seguro, imprescindible “para evitar políticas o normativas que puedan afectar de forma injustificada o arbitraria el comercio internacional de los productos agroalimentarios y generar perjuicios a los países productores y exportadores, en especial a los países en desarrollo, como los de nuestra región”, informó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en su página web.

25 AÑOS DE EXPERIENCIA EN BIOTECNOLOGÍA.

La declaración, que además de Mattos la firmaron Juan José Bahillo (secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina), Marcos Montes (ministro de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento de Brasil), Esteban Valenzuela (ministro de Agricultura de Chile) y Santiago Bertoni (ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay), señala que los países firmantes tienen más de 25 años de experiencia en el análisis de riesgos de organismos genéticamente modificados (OGM) y tienen marcos regulatorios que velan por el uso seguro de las nuevas tecnologías sobre la base de principios científicos sólidos, que garantizan la bioseguridad de sus productos.

Actualmente, estas naciones promueven la adopción de nuevas tecnologías de mejoramiento genético, llamadas en su conjunto New Breeding Techniques (NBT), incluyendo la edición génica, las que no necesariamente derivan en productos genéticamente modificados.

Las NBT son nuevas herramientas para contribuir a la producción agroalimentaria, que permiten una mayor eficiencia en el uso de los recursos, mejoran la calidad de los productos y ayudan a alcanzar el desarrollo sostenible, tanto en su aspecto ambiental, como económico y social.

Además, existe una democratización en el desarrollo de estas tecnologías, ya que son aplicadas tanto por el sector público como por las pequeñas y medianas empresas.

PREOCUPACIÓN.

Los ministros expresaron su preocupación por la connotación negativa a la utilización de la biotecnología moderna que implica la utilización sesgada de ciertos conceptos en los documentos de trabajo de la COP 15, que no tienen en cuenta las oportunidades de mejora del uso bioseguro que estas tecnologías representan.

Por lo anterior el documento señala: ““Exhortamos a los organismos internacionales a brindar cooperación técnica y apoyo financiero para el desarrollo de las agrobiotecnologías, de acuerdo con las necesidades y prioridades de nuestros países del CAS”.

CAS tiene como misión definir las prioridades de la agenda agropecuaria y tomar posiciones comunes sobre temas de interés regional. El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) ejerce la secretaría ejecutiva del organismo.

Cabe consignar que Uruguay está ejerciendo la presidencia pro tempore de CAS.

Mattos rechazó que “se nos quiera poner en el banquillo de los acusados, como si la agropecuaria fuera la mayor culpable del cambio climático”.

Mattos rechazó que “se nos quiera poner en el banquillo de los acusados, como si la agropecuaria fuera la mayor culpable del cambio climático”.

Lo dijo en la Expo Prado al asumir como presidente del CAS ante sus pares de Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, y al reafirmar el compromiso con sostenibilidad ambiental.

Los ministros y secretarios de Agricultura de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, reunidos en el marco del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), señalaron que los sistemas productivos de sus países adoptan prácticas de protección de los recursos naturales y producen “más con menos”, y reclamaron a las naciones desarrolladas que cumplan con su responsabilidad, reconocida desde 2015 en el Acuerdo de París, de suministrar los recursos financieros para la mitigación y la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo.

El CAS es el foro ministerial de consulta y coordinación de acciones regionales, integrado por los ministros y secretarios de Agricultura de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Su objetivo es definir las prioridades de la agenda agropecuaria y tomar posiciones comunes sobre temas de interés regional.

El Consejo se reunió en Montevideo en el marco de la Expo Prado 2022, una de las muestras agropecuarias más importantes del mundo, por primera vez de manera presencial desde las restricciones circulación impuestas por la pandemia de Covid-19.

Participaron el ministro de Agricultura de Paraguay, Santiago Bertoni; el ministro de Agricultura de Chile, Esteban Valenzuela; el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos; el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Juan José Bahillo; el secretario de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Jean Marcel Fernández; y la funcionaria del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Dedy González.

También estuvo presente el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero.

El IICA ejerce la secretaría ejecutiva del CAS. En ese carácter, propuso a los ministros su fortalecimiento y para ello designó para encabezarla técnicamente a Gabriel Delgado, Representante del Instituto en Brasil y Coordinador de la Región Cono Sur.

En tanto, el representante del IICA en Uruguay, Rodrigo Saldías, estará a cargo de la administración del Consejo, que no cambiará su sede, ubicada en Montevideo. La decisión fue respaldada por los ministros durante la reunión.

En la oportunidad también fue reconocida Alejandra Sarquis, quien ejerció la secretaría técnica del CAS con reconocida responsabilidad y eficiencia desde la creación del organismo en el 2003.

También durante la reunión el ministro paraguayo, Santiago Bertoni, transfirió la presidencia pro tempore del CAS al ministro uruguayo, Fernando Mattos.

“Nos tocó un tiempo difícil, en el que por la pandemia tuvimos que crear condiciones para que el flujo comercial entre nuestros países no se detuviera”, afirmó Bertoni, quien destacó como hitos durante 2021 la Declaración de Principios y Valores de la Región para la producción de alimentos en el marco del desarrollo sostenible (XLII Reunión Ordinaria del CAS – 04/05/21) y el documento con 16 mensajes de la agricultura de las Américas, preparado con la coordinación del IICA para la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU.

Mattos también valoró el trabajo del IICA y rechazó que “se nos quiera poner en el banquillo de los acusados, como si la producción agropecuaria fuera la mayor culpable del cambio climático”.

UNA REGIÓN VULNERABLE ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO.

En una declaración consensuada y aprobada en la reunión, los ministros señalaron que el sector agropecuario de América Latina y el Caribe constituye uno de los principales productores mundiales de alimentos y es altamente vulnerable al cambio climático.

Agregaron que ven con preocupación “ciertas iniciativas y propuestas arbitrarias e injustificadas, planteadas por algunos países o bloques, las cuales, lejos de encaminarse a resolver los problemas que enfrentamos, generarán un agravamiento de la situación de vulnerabilidad al cambio climático de las personas más pobres, reduciendo la producción y el comercio internacional de materias primas y alimentos sanos, seguros, nutritivos y sostenibles”.

Los ministros también expresaron la necesidad de profundizar una mirada común del sector agropecuario de las Américas ante la cuestión de la mitigación y la adaptación al cambio climático, de cara a la conferencia de la ONU (COP 27), que tendrá lugar en noviembre en Egipto.

“A pesar de no ser los principales responsables del cambio climático -dice la declaración-, los países del CAS contribuyen de manera importante a la seguridad alimentaria mundial. Ello ha sido posible gracias al avance en la construcción de un sector agropecuario que ha desarrollado la institucionalidad estatal y privada necesaria para la innovación y el desarrollo de tecnologías aplicadas al sector y un capital humano acorde a estos nuevos desafíos que impone el cambio climático”.

“Para seguir proveyendo al mundo de alimentos sanos, seguros, nutritivos y sostenibles, ratificamos nuestro compromiso prioritario en materia de producción sostenible y adaptación, como áreas de trabajo clave”, afirmaron los ministros.

También subrayaron que no hay un modelo de producción único y que las soluciones deben adaptarse las realidades locales. Reiteraron, además, el compromiso con el proceso de mejora continua de los sistemas productivos, pero sobre la base de no afectar la seguridad alimentaria y de que cualquier transición debe ser justa, sin dejar a nadie atrás.

Más adelante marcan la necesidad de que “los países desarrollados a adoptar compromisos sustantivos y operativos en materia de financiamiento, principalmente para inversiones que permitan la adaptación en agricultura y en infraestructura rural, así como también en investigación, transferencia de tecnología y capacitación”, concluyeron.

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