Los académicos señalan que hay un calentamiento global como consecuencia de la conducta humana, pero nada prueba eso genere una dispara o incremento del calor como suele creerse.
Montevideo | Todo El Campo | Aunque hay quienes lo rechazan, el calentamiento global es aceptado masivamente por científicos y la población mundial en general. Aceptamos su existencia y lo vemos como un fenómeno altamente amenazante y peligroso para nuestro estilo de vida, incluso para vida misma.
También sabemos que contra la naturaleza no podemos y por eso desde hace algunos años el cuidado del medio ambiente se ha convertido en un tema central y de política de Estado en la mayoría de los países del mundo.
2023 fue, oficialmente, el año más caluroso de la historia, sin embargo, estudios científicos revelan que “a pesar de las temperaturas récord, el calentamiento global no se está acelerando”, informó la agencia británica Mail OnLine.
Los registros extremos en temperaturas llevan a que muchos crean que hay una aceleración del calentamiento global, algo de lo que no hay evidencia estadística científica, y no es porque no se hagan los estudios pertinentes. Por el contrario: los investigadores observaron las temperaturas superficiales globales a largo plazo desde que comenzaron los registros en 1850 y no encontraron evidencia de un aumento desde la década de 1970.
Como fue dicho, 2023 fue el año más cálido desde que comenzaron los registros globales en 1850, y los 10 años más cálidos registrados históricamente ocurrieron en la última década (2014-2023). Sin embargo, el nuevo estudio encontró que falta evidencia estadística para afirmar que estamos ante un aumento de calentamiento, dijo la profesora Rebecca Killick, docente de la Universidad de Lancaster (Inglaterra) y coautora del estudio. Actualmente, el debate pasa por “si el calentamiento reciente se ha desacelerado o acelerado”.
Para obtener más información, Killick y sus colegas de Universidad de California (en Santa Cruz, EE.UU.) estudiaron la Temperatura media global de la superficie (GMST).
GMST es la temperatura media de la superficie de la Tierra y una métrica ampliamente estudiada para monitorear el cambio climático. Los expertos analizaron su evolución en base a las cuatro organizaciones principales que han rastreado la temperatura promedio de la superficie de la Tierra desde 1850: la NASA, la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), Berkeley y HadCRUT del Reino Unido.
Encontraron que aunque la GMST está aumentando a largo plazo, en el corto plazo tiende a fluctuar debido a eventos naturales, como grandes erupciones volcánicas y El Niño Oscilación del Sur. Por lo tanto, el equipo consideró que un “aumento” de calentamiento era estadísticamente detectable si excedía y mantenía un nivel por encima de estas fluctuaciones temporales durante un largo período de tiempo.
Después de tener en cuenta las fluctuaciones a corto plazo en la GMST, el calentamiento “no se detectó de manera confiable” en ningún momento después de 1970, descubrió el equipo.
El artículo se publicó en el sitio de material científico Communications Eart & Enfironment (*), allí los investigadores escribieron: “A pesar de las temperaturas récord observadas en 2023, no se detecta ningún cambio en las tasas de calentamiento desde 1970”; y advierten de la posibilidad de que sí se podría estar produciendo un aumento del calentamiento global, sólo que aún no es detectable.
La autora principal Claudie Beaulieu, profesora de oceanografía en la Universidad de California, fue categórica: “Por supuesto, todavía es posible que el calentamiento global se esté acelerando”, pero “descubrimos que la magnitud de la aceleración es estadísticamente demasiado pequeña o que aún no había datos suficientes para detectarla de forma sólida”.
“Para ser claros, nuestro análisis muestra un calentamiento continuo; no obstante, si hay una aceleración del calentamiento global, eso todavía no pudimos detectarlo estadísticamente”.
LAS OBJECIONES AL ESTUDIO.
Richard Allan, profesor de ciencia climática en la Universidad de Reading (Inglaterra) y que no formó parte del equipo de investigación, respondió que en la investigación sólo se atendió una línea de videncia, pero “cuando se examinan todas las líneas de evidencia, queda claro que el cambio climático se está acelerando en lugar de continuar de manera constante”, afirmó el profesor Allan, que no formó parte del equipo de investigación.
“Prevenir el calentamiento global estabilizando el clima de la Tierra y limitando mayores daños causados por fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar sólo puede lograrse mediante reducciones rápidas y masivas de las emisiones de gases de efecto invernadero”, subrayó.
El Dr. Kevin Collins, profesor titular de medio ambiente y sistemas en la Open University (Reino Unido), dijo que existía un “peligro muy real” de que los resultados fueran mal interpretados. “Sin embargo, a través de un análisis estadístico empírico de los aumentos de temperatura desde la década de 1970, esta investigación concluye que no hay un aumento detectable, todavía”.
“Los resultados sugieren que el calentamiento global se está produciendo en un estado estable”, y “como reconocen los autores, eso puede deberse a que el tamaño de cualquier aceleración es estadísticamente demasiado pequeño o no hay datos suficientes para detectar un aumento en la última década”.
“En otras palabras, todavía es demasiado pronto para decir si la última década -la más cálida registrada- representa un ‘salto’ en la tendencia al calentamiento. En 2035 o 2040 podremos mirar hacia atrás y ver a partir de 2015 que ha habido un cambio fundamental en la tendencia al calentamiento”.
Una serie de hechos naturales generados en el calentamiento global afectan la agricultura y la calidad del agua en el este de Estados Unidos. El Centro Climático de USDA investiga esos fenómenos y aporta herramientas de apoyo o posibles soluciones.
Montevideo | Todo El Campo | “La tierra está cambiando”, advierte el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Agrega: “Un problema importante en el sureste (del país) es causado por los efectos del calentamiento de las temperaturas en los océanos. A medida que el cambio climático aumenta la temperatura del aire, los glaciares se derriten y los océanos se calientan. A medida que el agua se calienta, se expande. La expansión, junto con el agua oceánica adicional del derretimiento de los glaciares, hace que el nivel del mar aumente. El agua más cálida también conduce a tormentas más fuertes y extiende la temporada de tormentas. Las mareas más altas de las tormentas causan erosión costera a medida que el agua del océano empuja tierra adentro sobre bosques y campos. Por ejemplo, se prevé que la península de Albemarle-Pamlico en Carolina del Norte perderá hasta la mitad de su superficie terrestre para finales de siglo debido a un aumento de 1 a 3 pies en el nivel del mar”.
La advertencia se encuentra en la web USDA Climate Hubso el Centro Climático del USDA, repartición que investiga y proporciona información y herramientas a los administradores de tierras de producción, para que puedan tomar decisiones adecuadas a tiempo.
ESTÁ PASANDO.
En un artículo sobre la “intrusión de agua salda”, la institución explicó que ese fenómeno es “una amenaza creciente para la agricultura costera”, porque con el aumento del nivel del mar, “el agua salda puede pasar a la tierra”, ese fenómeno es el denominado “intrusión de agua salda” y “ocurre cuando las marejadas ciclónicas o las mareas altas sobrepasan las áreas de baja elevación”.
“También ocurre cuando el agua salada se infiltra en los acuíferos de agua dulce y eleva el nivel freático por debajo de la superficie del suelo”.
La intrusión de agua salda es un fenómeno que no se anuncia que ocurrirá, sino que está pasando: “A lo largo de gran parte de la costa noreste” de Estados Unidos “mucha área de tierras de cultivo se pierde cada año porque se están volviendo demasiado húmedas y saladas para cultivar”.
“El agua salada también puede afectar la calidad del agua al ‘desbloquear’ los nutrientes de los fertilizantes en los campos agrícolas. Esto se debe a la química única del agua salada y a la forma en que interactúa con el suelo. Una vez que estos nutrientes se vuelven móviles, pueden viajar a través de redes de zanjas agrícolas hacia cuerpos de agua costeros más grandes”, y ahí se puede dar “un crecimiento excesivo de algas”.
Al morir, dichas algas son descompuestas por las bacterias en un proceso que “puede consumir todo el oxígeno del agua” lo que provocaría “la muerte de peces, la pérdida de hábitat animal y otros efectos nocivos en los ecosistemas costeros y la vida silvestre”.
QUÉ PUEDEN HACER LOS AGRICULTORES.
USDA aporta “algunas estrategias” para mejorar la salud del suelo y disminuir los efectos de la intrusión de agua salada, pero son soluciones a corto y no largo plazo.
“Los agricultores pueden eliminar el exceso de sal de los suelos a través del riego. Los eventos de lluvia natural también ayudarán”; o pueden “agregar yeso para disminuir el exceso de sal en el suelo y usar compost y productos de estiércol con bajos niveles de sal”.
“Los cultivos de cobertura, que ayudan a que la sal se filtre a través del suelo al aumentar el flujo de agua, también se pueden cultivar en los campos afectados”.
Se puede generar ingresos en las tierras afectadas por la intrusión de agua salada mediante “la plantación de diferentes cultivos. Actualmente, los investigadores están probando variedades de cebada, sorgo, soja tolerante a la sal, pasto varilla y otras plantas para determinar qué tan bien pueden resistir los suelos salados y las inundaciones periódicas”.
Otra táctica consiste en “agregar prácticas de conservación en o cerca de los campos afectados por la sal. Esas prácticas pueden proporcionar un hábitat para la vida silvestre, proteger y mejorar la calidad del agua, y también pueden convertirse en fuentes de ingresos”.
El cultivo de pastos nativos sería positivo ya que hay variedades que crecen bien en sitios salinos.
Sin embargo habrá campos que dejarán de ser aptos para el cultivo porque el suelo se volverá demasiado húmedo. “Cuando esto suceda, la tierra puede convertirse en un hábitat de pantano y colocarse en un programa de servidumbre de conservación. Las marismas saladas proporcionan miles de millones de dólares de valor recreativo a los estados costeros, pero el aumento del nivel del mar está ahogando muchos acres de marismas costeras cada año. Por lo tanto, puede ser rentable que los estados ofrezcan incentivos para que los agricultores creen marismas saladas en sus propiedades a partir de tierras agrícolas afectadas por la sal”.
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Foto de portada de USDA Climate Hubs en X @USDAClimateHubs
“Un solo volcán que se prenda en más que todos los automóviles y todas las industrias prendidas durante años”.
Caracas, Venezuela | Todo El Campo | Científico venezolano Charles Brewer-Carías sostiene que el calentamiento global es un fenómeno que va a ocurrir con el hombre o sin el hombre, pues no es causado por este, como se suele afirmar.
Con sus afirmaciones, el naturalista, botánico, fotógrafo y explorador Brewer-Carías, generó un intenso debate en la comunidad científica y entre los defensores del medio ambiente, al expresar opiniones controvertidas sobre el calentamiento global y su relación con la actividad humana: “El calentamiento global es un fenómeno que está ocurriendo, va a ocurrir, con el hombre o sin el hombre”, afirmó; agregó que “el hombre no tiene nada que ver con el calentamiento global. Es una propaganda un poquito de los ecologistas para ganar puntos y hacer cosas interesantes, como por ejemplo, preocuparse por el plástico en los mares, y eso está muy bien”.
¿QUIÉN ES CHARLES BREWER-CARÍAS?
Brewer-Carías, posee una vasta experiencia en asuntos naturales, ha descubierto más de 20 especies de animales y plantas; en 1971 descubrió las cuevas del Cerro Autana, en 1974 las simas de Sarisariñama, y recientemente, un sistema de cuevas de cuarcitas en el tepuy de Chimantá.
Además, es autor de varios libros y coautor de muchísimas publicaciones científicas. Algunas de sus obras son: Las Simas de Sarisariñama, La vegetación del mundo perdido, The Lost World of Venezuela and Its Vegetation, Roraima the crystal mountain, Cerro de la Neblina: resultados de la expedición, 1983-1987.
PROFUNDO CONOCIMIENTO DE LA NATURALEZA.
Con su trayectoria se ganó el respeto de la comunidad científica de su país y más allá de fronteras, de ahí la importancia de sus dichos al señalar que en su opinión, el calentamiento global no es atribuible a la actividad humana, sino más bien a “un cambio en el eje de la tierra lo que produce la glaciación o los calentamientos globales. Y eso ha ocurrido en los últimos 2.000.000 de años en el paleozoico, unas 40 veces”.
“Un solo volcán que se prenda es más que todos los automóviles y todas las industrias prendidas durante años”, subrayó.
Respecto a si el calentamiento global continuará en el futuro, Brewer-Carías afirmó: “Se estima que sea 1,5° más a final del siglo, quizá un poco más ahora que tenemos estos veranos tan fuertes, pero no es culpa del hombre. Es culpa de los ciclos de Milankovitch. Y es una inclinación en el eje de la tierra”.
A medida que el mundo continúa debatiendo el papel de la humanidad en el cambio climático, las palabras de venezolano seguramente seguirán siendo objeto de discusión y análisis en los círculos científicos y más allá. Su enfoque en considerar múltiples factores y su profundo conocimiento de los procesos naturales resaltan la complejidad del debate sobre el calentamiento global.
LA EXPLICACIÓN.
Conocido y hecho público el video, Brewer-Carías grabó un segundo video profundizando sus explicaciones, el que compartimos a continuación, con puntualizaciones sobre calentamiento global y cambio climático.
Fuente Las Américas e información propia | Foto de portada captura de YouTube.
La tecnología agrivoltaica surge como una buena oportunidad para dar un mejor aprovechamiento a la tierra a la vez que se cuida no incrementar la temperatura global.
Montevideo | Todo El Campo | Las investigaciones sobre cómo evitar o al menos disminuir el incremento de temperatura en el planeta se desarrollo a todo nivel.
Un estudio publicado en Energía Aplicada (de Science Direct) determinó que en la generación de energía con paneles solares a una determinada altura sobre los cultivos, puede reducir las temperaturas de la superficie en el panel hasta en 10°C en comparación con los paneles tradicionales que van sobre suelo desnudo.
La investigación forma parte de los trabajos sobre energía agrivoltaica, una nueva forma de generar energía de manera amigable con el medio ambiente y que involucra al sector agrícola.
“La característica principal de la energía agrovoltaica es el intercambio de radiación solar entre la energía solar fotovoltaica y las actividades agrícolas dependientes de la luz solar. Esto puede incluir invernaderos fotovoltaicos, pastoreo de ganado y manejo de apiarios, pero para el alcance de este estudio, consideraremos la producción tradicional de cultivos ubicada junto con paneles solares montados en el suelo”, explica el artículo que refiere a la investigación desarrollada por científicos de la Universidad de Cornell (Nueva York, Estados Unidos).
En mundo que crece en población, aumentando la demanda de alimentos y presionando cada vez más los recursos del planeta, la tecnología agrivoltaica surge como una buena oportunidad para dar un mejor aprovechamiento a la tierra a la vez que se cuida no incrementar la temperatura global.
Uno de los científicos que firma el planteamiento es el uruguayo Daniel Panario, docente y director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
Aunque hay voces dispares, existe en el mundo el consenso de que el planeta pasa por una etapa de calentamiento global cuyas consecuencias serán (o ya lo son) graves, por decirlo de forma menos catastrófica. Ante eso el ser humano ha puesto todo su ingenio para encontrar la forma de corregirlo. Es así que crece el desarrollo de energías amigables y todo el mundo industrial se va adaptando a ellas.
Menos conocidas son las técnicas de ingeniería planetaria o de geoingeniería solar, un instrumento que algunos gobiernos han desarrollado y usan para enfriar la superficie del planeta. Suena auspicioso, en especial si la propia naturaleza la aplica, sin embargo un grupo de casi 70 expertos de unos 20 países incluido Uruguay advirtieron que su uso causaría más perjuicios que beneficios, entre ellos la afectación de los cultivos de secano.
José Manuel Nieves, periodista especializado en ciencia y tecnología con dilatada trayectoria en medios de comunicación publicó un artículo (ABC, 21 de enero de 2022) en el que informa sobre la advertencia de más de 60 expertos de 20 países a través de una carta abierta en la que piden que se prohíba la ingeniería planetaria por los problemas que aseguran causará su uso: “Es probable, por ejemplo, que la reducción artificial del calor que nos llega del Sol interrumpa las lluvias monzónicas en el sur de Asia y el oeste de África, lo que podría devastar los cultivos de secano de los que dependen cientos de millones de personas para alimentarse, tal y como ya han demostrado varios estudios. Sin ir más lejos, el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) ya dijo en su evaluación más reciente que ‘la inyección de sulfato estratosférico debilita los monzones de verano africanos y asiáticos y provoca la sequía en la Amazonía’”, dice el artículo.
Pero hay regiones del planeta que se beneficiarían con el uso de esa tecnología, y a su vez se verían perjudicadas si se dejar de hacerlo: “Otras regiones del planeta, sin embargo, resultarían beneficiadas. Por ejemplo, según un estudio de hace menos de un año, la Modificación de la Radiación Solar (SRM) podría reducir drásticamente el riesgo de sequías en el sur de África. Estas técnicas, además, tienen el problema añadido de que, al dejar de usarse, precipitarían el calentamiento”.
Uno de los científicos que firma el planteamiento es el uruguayo Daniel Panario, docente y director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
El siguiente es el artículo completo publicado por el diario español ABC.
SESENTA CIENTÍFICOS PIDEN EN UNA CARTA ABIERTA QUE SE PROHÍBA EN TODO EL MUNDO LA ATENUACIÓN ARTIFICIAL DEL SOL.
El pasado lunes, un grupo de más de 60 expertos de una veintena de países hizo pública una carta abierta para alertar de los peligros de la llamada ‘ingeniería planetaria’ o ‘geoingeniería solar’, que algunos gobiernos se están planteando utilizar o que ya utilizan para enfriar la superficie de la Tierra y revertir así las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático. Dichas iniciativas, sostienen los expertos, deberían estar explícitamente prohibidas en todo el mundo. Entre los firmantes destacan, entre otros, Frank Biermann, profesor de gobernanza de sostenibilidad global en la Universidad de Utrecht; Aarti Gupta, profesora de gobernanza ambiental global en la Universidad de Wageningen en los Países Bajos; Melissa Leach, directora del Instituto de Estudios del Desarrollo de Sussex, Inglaterra o Dirk Messner, presidente de la Agencia Ambiental Alemana.
Según el documento, incluso el plan más debatido para la llamada Modificación de la Radiación Solar (SRM), que consiste en inyectar miles de millones de partículas de azufre en la atmósfera media para evitar que una parte de los rayos del Sol llegue a la superficie, conlleva consecuencias negativas que superarían con creces cualquier posible beneficio. «El despliegue de la geoingeniería solar -escriben los científicos- no puede controlarse globalmente de manera justa, inclusiva y efectiva. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a la acción política inmediata de los gobiernos, las Naciones Unidas y otros actores para evitar la normalización de la geoingeniería solar como una opción de política climática.».
UNA SOLUCIÓN CON CONSECUENCIAS.
Las consecuencias del calentamiento son de sobra conocidas. El actual incremento de 1,1 grados con respecto a las temperaturas medias del siglo XIX ya ha hecho aumentar en todo el planeta tanto la frecuencia como la duración de las olas de calor extremas, las sequías y las mega tormentas. Y aunque las naciones del mundo se han comprometido a limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados de aquí a 2050, estudios respaldados por la ONU ya han dicho que ese umbral se superará, posiblemente, dentro de apenas una década.
El fracaso internacional a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (la causa principal del calentamiento) ha llevado a algunos gobiernos a abrazar la geoingeniería solar, considerada hasta hace poco como ciencia ficción, como una forma válida de ‘ganar tiempo’ hasta que llegue una solución más duradera.
Hace ya mucho tiempo que se sabe que inyectar en la atmósfera una gran cantidad de partículas reflectantes podría contribuir a enfriar el planeta. De hecho, incluso la naturaleza, a veces, hace lo mismo, como es el caso de la erupción del monte Pinatubo, en Filipinas, que en 1991 emitió tanto polvo y escombros que la temperatura media de la Tierra se dedujo durante un año entero.
A pesar de ello, la carta de los científicos es clara, y expone varias razones para rechazar el uso de esa estrategia. Es probable, por ejemplo, que la reducción artificial del calor que nos llega del Sol interrumpa las lluvias monzónicas en el sur de Asia y el oeste de África, lo que podría devastar los cultivos de secano de los que dependen cientos de millones de personas para alimentarse, tal y como ya han demostrado varios estudios. Sin ir más lejos, el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) ya dijo en su evaluación más reciente que «la inyección de sulfato estratosférico debilita los monzones de verano africanos y asiáticos y provoca la sequía en la Amazonía».
REGIONES BENEFICIADAS.
Otras regiones del planeta, sin embargo, resultarían beneficiadas. Por ejemplo, según un estudio de hace menos de un año, el SRM podría reducir drásticamente el riesgo de sequías en el sur de África. Estas técnicas, además, tienen el problema añadido de que, al dejar de usarse, precipitarían el calentamiento. Los científicos, en efecto, se muestran preocupados por el impacto que tendría detener repentinamente, una vez iniciada, la ‘siembra’ de la atmósfera con partículas reflectantes: «Si SRM fuera cancelado después por cualquier motivo -dijo el IPCC- existe una gran confianza en que las temperaturas de la superficie aumentarían rápidamente». Y eso sin contar que, por sí misma, la ingeniería solar no detiene en modo alguno la acumulación de CO2 en la atmósfera, lo que, literalmente, está cambiando la química de los océanos.
La carta también advierte que generar la esperanza de una solución rápida para el clima «puede desincentivar a los gobiernos, las empresas y las sociedades a hacer todo lo posible para lograr la descarbonización o la neutralidad del carbono lo antes posible».
Finalmente, los firmantes señalan que a día de hoy no existe un sistema de gobernanza global para monitorear o implementar esquemas de geoingeniería solar, lo que implica que cualquier país, o cualquier multimillonario con cohetes, podría ponerla en marcha en cualquier momento y sin restricciones.
SE NECESITA UN ACUERDO GLOBAL.
Por todos esos motivos, los investigadores exigen que se llegue cuanto antes a un “acuerdo internacional de no utilización” de estas tecnologías, uno que bloquee cualquier tipo de financiación pública y que impida que se otorguen derechos de patente para las tecnologías SRM. Lo cual, aclara la carta, «no prohibiría la investigación atmosférica o climática como tal».
Otras formas de modificación de la radiación solar incluyen sembrar las nubes marinas con partículas de sal del océano, o colocar espejos gigantes en el espacio para reflejar la luz solar que se dirige a la Tierra. Las técnicas menos controvertidas incluyen el blanqueamiento de techos y superficies de carreteras y el aclarado del color de las hojas de los cultivos a través de la modificación genética.