Ministro argentino de Ambiente en Uruguay: Argentina tiene “serios problemas fitosanitarios” y los campos estarán “agotados” en dos generaciones más.

Ministro argentino de Ambiente en Uruguay: Argentina tiene “serios problemas fitosanitarios” y los campos estarán “agotados” en dos generaciones más.

“En Argentina tenemos serios problemas fitosanitarios: la cantidad de glifosato que se usaba hace 25 años se multiplicó por siete al día de hoy. Tenemos que encontrar regulaciones en ese sentido».

Bichos de campo | Este viernes comenzó en el Velódromo municipal de la ciudad de Montevideo la Expo Uruguay Sostenible, en la cual un centenar de instituciones tanto públicas como privadas mostrarán diferentes acciones emprendidas para compatibilizar la producción con el cuidado del ambiente.

El evento fue inaugurado por la vicepresidenta y el ministro de Ambiente, Beatriz Argimón y Adrián Peña, respectivamente, quienes gentilmente invitaron al acto al coordinador residente de las Naciones Unidas en Uruguay, Pablo Ruiz, y al ministro de Ambiente argentino, Juan Cabandié.

Si bien se trataba nada más que de un evento, podríamos decir, protocolar, Cabandié –a pesar de estar en un país vecino– decidió que era una buena oportunidad para aleccionar a los empresarios agropecuarios argentinos.

“No se puede seguir produciendo como producimos en el siglo XX; ahí está la responsabilidad del Estado, pero también del sector privado que también tiene que tener conciencia de esto”, afirmó Cabandié.

“En Argentina tenemos serios problemas fitosanitarios: la cantidad de glifosato que se usaba hace 25 años se multiplicó por siete al día de hoy. Tenemos que encontrar regulaciones en ese sentido. Los hijos de mis hijos no van a poder tener la utilidad de la producción de ese campo porque van a estar agotados. Es inteligente incorporar criterios de sostenibilidad también para la producción”, enfatizó Cabandié frente a la mirada atónita de los funcionarios uruguayos.

“Uruguay tiene leyes de excelencia como la ley de envases, por ejemplo, la de etiquetados para la alimentación saludable; los caminos que tenemos que transitar van por ese lado”, aseguró el ministro de Ambiente sin recordar, muy probablemente, que Argentina también tiene legislaciones en la materia.

Finalmente, como frutilla del postre, Cabandié dijo que “hay muchos argentinos y argentinas que les gusta Uruguay pero no quieren las leyes que hay en Uruguay para nuestro país”. Si bien no los nombró, la alusión estuvo claramente dirigida a los integrantes del agro argentino.

PEÑA: “SOMOS PRODUCTORES DE ALIMENTOS, TENEMOS LA RESERVA DE BIODIVERSIDAD MÁS IMPORTANTE DEL PLANETA”.

Por su parte, Peña se refirió al desafío regional en materia ambiental e indicó que “no es sencillo para países como el nuestro financiar políticas ambientales de mediano y largo plazo”, por lo que resulta necesario que los principales países del mundo faciliten recursos para tal propósito. También dijo que era indispensable “generar a nivel nacional nuestros propios mecanismos de validaciones y certificaciones, como herramientas para una producción sostenible”.

El ministro uruguayo agregó que “la nueva dimensión en la toma de decisiones para América Latina es una oportunidad, para una región en la emitimos muy pocos gases de efecto invernadero en términos relativos, somos productores de alimentos, tenemos la reserva de biodiversidad más importante del planeta, entonces la región tiene que parase de otro modo porque tenemos mucho que aportar con una postura común en las negociaciones internacionales”.

Fuente: Bichos de campo con adaptaciones para Todo El Campo.

Fin de los vehículos de combustión amenaza medio millón de empleos en Europa

Fin de los vehículos de combustión amenaza medio millón de empleos en Europa

La Comisión Europea propuso que dejar de vender coches con motores de combustión interna para 2035. Debido al impacto laboral (por tanto económico y social) y la “ingestionable” situación que generará la medida, los fabricantes pides priorizar vehículos híbridos.

Mariela León | Cambio 16 | La desincorporación gradual de vehículos de combustión, refrendada por los líderes mundiales en la cumbre del clima en Glasgow, podría dejar sin empleo a medio millón de trabajadores en Europa para 2035. Además de ese riesgo, implicaría también otros desafíos, en la activación más dinámica de los coches eléctricos. Su adecuación tecnológica (baterías y puntos de recarga) para hacer más viables y atractivos al usuario final.

Los fabricantes de componentes de automoción en Europa sostienen que apostar “radicalmente” por el auto eléctrico derivaría en desempleos. Sería también “ingestionable para la industria y la sociedad”, por lo que proponen que se prioricen los vehículos híbridos.

La Asociación Europea de Suministradores de Automoción (Cepla) encargó a PwC Strategy un estudio sobre el sector de cara a las nuevas realidades. Se tomaron como base, modelos con “perspectiva empresarial”, a partir de datos de la industria y entrevistas con 33 expertos.

“El estudio destaca los riesgos de un enfoque exclusivo de vehículos eléctricos para el sustento de cientos de miles de personas”, señaló el secretario general de la asociación, Sigrid de Vries.

Los fabricantes de componentes representan 1,7 millones de empleos en la UE y unos 225.000 de ellos en España. Temen que un cambio demasiado brusco genere distorsiones que alteren el mercado laboral. Por tanto, piden que no se le cierre la puerta a una mezcla de tecnologías como coches eléctricos de batería, de hidrógeno o híbridos enchufables.

El estudio se difunde en momentos en que empieza a debatirse en las instituciones comunitarias la propuesta de la Comisión Europea de descarbonizar la economía a mitad del siglo. E incluye la fecha de 2035 para dejar de vender coches con motores de combustión interna.

ADIÓS A LOS VEHÍCULOS DE COMBUSTIÓN.

El informe sectorial propone tres escenarios que cumplirían con las metas climáticas de abandonar, en forma progresiva, los vehículos de combustión. Con una alta proporción de coches eléctricos en 2030 (más de 50 %, casi 80 % y 100 %), uno con tecnologías mixtas, uno sólo con vehículos eléctricos y un tercero con un aumento “radical” de autos eléctricos. Cuyo motor requiere muchos menos componentes que el de combustión.

El escenario más radical, alteraría medio millón de empleos en la UE y supondría una reducción neta de 275.000 puestos de trabajo según la industria. Al reconocer que la producción de vehículos eléctricos de batería creará nuevas oportunidades de empleo. “Pero a menudo para distintas personas, en distintas compañías, en diferentes regiones y en momentos diferentes”, dice el texto.

70% del valor añadido dependería del despliegue de una «incierta» industria europea de baterías. Este plantel señala que aunque todos los escenarios implican pérdidas de puestos, el de tecnologías mixtas “mitiga el impacto en el empleo y crea valor añadido hasta 2040”. Sostiene además que en ese contexto se reduciría el número de empleos en unos 4.000 trabajos en el conjunto de la UE.

Para España, el escenario “radical” de vehículos eléctricos supondría 46.000 empleos en 2040. Mientras que el híbrido, que combina electrificación con biocombustibles renovables, aportaría otros 92.000, para un total de 138.000, según el estudio publicado por Cepla.

El sector de la fabricación de automóviles es responsable de más del 5% del empleo industrial total en trece estados miembros de la UE. Con más del 60% de estos trabajadores empleados por proveedores de automóviles.

Este es el primer análisis de su tipo en evaluar el impacto de diferentes vías de políticas para alcanzar los objetivos del Green Deal con un enfoque en los proveedores de automóviles.

APTITUDES LABORALES Y MARCO REGULATORIO FLEXIBLE.

El estudio pronostica que en el escenario de solo vehículos eléctricos, el 70% del impacto en el empleo ya se sentirá en el período 2030-2035.

Asimismo, corrobora que las oportunidades de estos coches dependen del establecimiento de una cadena de suministro de baterías en la UE: momento y probabilidad aún inciertos. Los países de Europa occidental parecen estar en la mejor posición para ser baluartes en la producción de sistemas de propulsión de coches eléctricos. Mientras que el empleo en los países de Europa central y oriental seguirá dependiendo en gran medida del motor de vehículos de combustión interna.

“Si bien, por un lado, la electrificación pone en riesgo el empleo del sistema de propulsión, en el futuro se necesitarán otras habilidades de la fuerza laboral en áreas como software o infraestructura. El valor añadido futuro y la creación de empleo en las tecnologías de propulsión dependen de la producción local de baterías en Europa”, dijo Henning Rennert, socio de PwC Strategy Alemania.

Una investigación anterior ilustró que la producción de baterías proporciona relativamente más puestos de trabajo para empleados con formación académica. Y menos para los trabajadores mecánicos que ahora producen piezas relacionadas con el motor de combustión interna.

Entretanto, la secretaria general de Clepa, comentó que “las innovaciones de los proveedores automotrices han hecho que la movilidad eléctrica sea cada vez más accesible para los consumidores. Y un instrumento esencial para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones. Pero las necesidades de la sociedad son demasiado diversas para un enfoque único para todos”.

Sugirió entonces Sigrid de Vries, un marco regulatorio que esté abierto a todas las soluciones disponibles, como el uso de tecnologías híbridas e hidrógeno verde. Así como combustibles renovables que permitan la innovación a medida que se redefine la movilidad en próximas décadas.

Artículo original de www.cambio16.com

La industria alimentaria se introduce en la medición de la sostenibilidad

La industria alimentaria se introduce en la medición de la sostenibilidad

Se ha generado un interés creciente de empresas, industrias, productores y gobiernos que buscan establecer las métricas y clasificaciones de sostenibilidad.

Algunas voces medioambientales reclaman que las casas financieras no respalden proyectos empresariales o cualquier tipo de iniciativa que no sea amigable con el medio ambiente, y los las financieras reclaman parámetros y criterios para medir y determinar qué proyecto es y cuál no es amigable y sustentable. Los bancos no parecen ser el mejor instrumento para ese tipo de decisiones por lo que cada sector debería tomar su responsabilidad y asumirlas.

El sector alimentario mundial parece haberlo entendido, generándose un interés creciente de empresas, industrias, productores y gobiernos que buscan establecer las métricas y clasificaciones de sostenibilidad.

Esa es una tendencia que crece a impulso de la opinión de que los puntos de referencia y las clasificaciones de índices pueden crear conciencia sobre los factores de sostenibilidad, al tiempo que ayudan a guiar a los bancos, inversores y aquellos en la cadena de suministro a comprometerse con los sistemas alimentarios que no dañarán el planeta, afirma un artículo publicado en el Financial Times.

Gerbrand Haverkamp, director ejecutivo de la Alianza Mundial de Benchmarking (WBA, una organización sin fines de lucro que está construyendo métricas para ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU) dijo que esos puntos de referencia ayudarán a avanzar en las prácticas sostenibles.

“No hay magia en el punto de referencia”, explicó, y argumentó que mostrar qué organizaciones se están quedando atrás puede incitar a otros, como socios de la cadena de suministro, inversores y gobiernos, a actuar. También hay un elemento de presión de grupo que ayuda a promover el cambio, agregó en declaraciones publicadas por el citado medio británico.

En Reino Unido, el Sustainable Food Trust (SFT) está buscando elevar los niveles de sostenibilidad en los establecimientos agropecuarios utilizando su Global Farm Metric (Métrica Agrícola Global), basada en el principio de que “no se puede gestionar lo que no se puede medir”. Trabajando con una coalición de 35 organizaciones, incluidos minoristas líderes, bancos y ONG ambientales, la organización benéfica está construyendo una plataforma que mide la sostenibilidad en 11 categorías, como el uso del agua, la cría de animales y el capital humano.

Robert Craig, un productor lechero en Cumbria (norte de Inglaterra), ha estado trabajando estrechamente con el fideicomiso en el desarrollo de la Global Farm Metric, y expresa que en la era del comercio mundial de alimentos, los puntos de referencia también pueden permitir comparaciones transfronterizas informativas. “¿Cómo podemos medir la sostenibilidad y comparar la producción de leche en el Reino Unido y en Nueva Zelanda, Estados Unidos y América del Sur?”, se preguntó.

En otro orden, el artículo advierte que existe una creciente preocupación de que una proliferación de métricas sobre lo sustentable podría conducir a un cansancio que termine por evitar el cambio genuino que se pretende. “Se está volviendo muy desordenado por ahí”, dijo Craig, y agregó que los agricultores quieren un conjunto estandarizado de mediciones.

En base a artículo de Emiko Terazono | Financial Times.

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