Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos: preparémonos para lo imprevisto.

Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos: preparémonos para lo imprevisto.

El Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos se celebra cada 7 de junio y en 2024 conmemora su sexta edición.

Río de Janeiro, Brasil | Todo El Campo | Más de 9.000 personas mueren cada año y 77 millones padecen enfermedades transmitidas por los alimentos en las Américas. Lactantes, niños menores de 5 años, mujeres embarazadas, adultos mayores y enfermos crónicos son los más afectados.

Las enfermedades transmitidas por los alimentos no solo representan un desafío para la salud individual, sino que también obstaculizan el desarrollo socioeconómico de la región, ejercen presión sobre los sistemas de salud, y perjudican al comercio y al turismo.  En las Américas, las pérdidas anuales por productividad asociadas a las enfermedades transmitidas por alimentos se estiman en 7,4 mil millones de dólares.

La ingesta de alimentos contaminados por bacterias nocivas, parásitos, contaminantes químicos y biotoxinas puede desencadenar un amplio grupo de enfermedades que van desde la diarrea hasta el cáncer.

El objetivo del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos es sensibilizar a la población sobre la importancia de la prevención, la detección y la gestión de riesgos en los alimentos promoviendo debates, soluciones y formas de mejorar la salud humana, el comercio, la agricultura y el desarrollo sostenible. Esta fecha sirve además para reconocer los esfuerzos de aquellos que garantizan la inocuidad de los alimentos, incorporar la inocuidad alimentaria a la agenda pública y para reducir la carga que representan las enfermedades transmitidas por los alimentos a nivel mundial.

El fortalecimiento de la capacidad reguladora de los sistemas alimentarios es fundamental para minimizar los riesgos y preservar la confianza en el suministro de alimentos, a través del desarrollo de sistemas alimentarios resilientes y sostenibles que incluyan la colaboración multisectorial y la preparación de planes de contingencia claros. Es necesario además desarrollar sistemas de detección y alerta temprana que aseguren la vigilancia y el control de posibles brotes, así como promover una comunicación efectiva de los riesgos asociados a la inocuidad alimentaria.

“Preparémonos para lo imprevisto” es el tema escogido este año por el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos. En ese sentido, todos los actores deben cumplir un rol esencial en la prevención de peligros alimentarios desde el campo a la mesa, tanto a nivel individual, organizacional como a nivel de gobiernos en el manejo de riesgos alimentarios, en acciones de prevención y en la aplicación de buenas prácticas que fortalezcan nuestras capacidades para enfrentar lo imprevisto.

En América Latina y el Caribe, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a través de sus acciones de cooperación técnica en inocuidad de los alimentos, coordinadas por el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (Panaftosa/SPV-OPS/OMS), trabaja de forma continua con los países de la región para fortalecer sus sistemas de control de alimentos a través de sus cinco pilares: normas y regulaciones; educación, comunicación, vigilancia y control.

Más información: Inocuidad de alimentos – OPS/OMS | Organización Panamericana de la Salud (paho.org)

Foto de portada de José Salvador do Scofano | Pixabay.

Mensaje Dr.  Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud para el “Día mundial de la inocuidad de los alimentos 2024”.

El procesamiento de alimentos y la necesidad de transparencia.

El procesamiento de alimentos y la necesidad de transparencia.

Cuando la tecnología cambia la alimentación.

Leo Bertozzi | Italia | Clal News | Todo El Campo | Está bien establecido que cuando hablamos de una dieta saludable o alimentación saludable, nos estamos refiriendo a una dieta rica en verduras y frutas con fibra y sales minerales, más bien baja en sal, azúcar o grasas saturadas. Sin embargo, lo que generalmente se pasa por alto es el grado de procesamiento o transformación de los alimentos.

Habiendo comprobado que casi todos los alimentos son de alguna manera procesados y nos permiten disponer de los productos que forman parte de nuestra tradición gastronómica como el queso, el pan o el vino, existen procesos primarios que no alteran sustancialmente los alimentos originales con el objetivo de conservarlos y hacerlos más accesibles, cómodos, pero también más seguro y agradable al paladar. Dichos procesos incluyen, por ejemplo: refrigeración, pasteurización, fermentación, secado, desnatado, envasado.

Luego están los procesos que permiten extraer de los alimentos sustancias como aceites, grasas, harinas, almidones, azúcares, que generalmente son ingredientes utilizados en la preparación de platos obtenidos a partir de alimentos frescos y mínimamente procesados. Así, se añade aceite a las ensaladas, se convierte en pasta de harina, se añade azúcar a la leche fermentada.

Al agregar sal, conservantes, saborizantes y colorantes a estos ingredientes, así como cantidades relativamente pequeñas de alimentos mínimamente procesados, los llamados productos ultraprocesados como bocadillos, barras, papas fritas, confitería, refrescos, perritos calientes, pero también yogur de frutas, margarinas, bebidas energéticas y deportivas, se obtienen diversas bebidas. Estos son alimentos diseñados para estar listos para comer; por lo general, son productos de marca, distribuidos internacionalmente, altamente publicitados y rentables.

NUEVAS TENDENCIAS ALIMENTARIAS.

Dos tercios de la energía alimentaria mundial proviene de alimentos procesados o ultraprocesados. Estos productos son cada vez más elaborados, refinados y presentados para ser funcionales a usos y propósitos específicos. Su composición es mucho más compleja que la de los productos tradicionales y se hace difícil para el consumidor distinguirlos de ellos. Así lo revela un estudio de la Fundación Británica de Nutrición, que muestra que los consumidores preferirían evitar los alimentos ultraprocesados, pero admiten que son cómodos y rápidos de usar. En general, los consumidores desconfían de los alimentos ultraprocesados, lo que debería hacer reflexionar a la industria alimentaria, ya que necesitan ganarse su confianza.

Los consumidores son cada vez más inconscientes no solo del origen, sino sobre todo del proceso de producción de los alimentos que compran, y por ello las empresas deben centrarse en una estrategia: la transparencia.

Acciones como “jornadas de puertas abiertas” con visitas a las fábricas (en la medida de lo posible), listas comprensibles de ingredientes en la etiqueta, campañas de información reales más que emocionales, se vuelven esenciales para un diálogo participativo con el comprador final.

Fuente: Food Navigator (foodnavigator-usa.com) y Cambridge.org (Cambridge University Press & Assessment).

Leo Bertozzi es ingeniero agrónomo, experto en la gestión de la producción agroalimentaria de calidad y la cultura láctea | Artículo y foto de Clal News.

Destacan rol del comercio internacional a favor de producción sostenible de alimentos.

Destacan rol del comercio internacional a favor de producción sostenible de alimentos.

En un debate organizado por CropLife International e IICA, también se valoró el desarrollo de los países y medios de vida de los agricultores. Martín Álvez, delegado Agrícola de la embajada de Uruguay ante la OMC, participó del evento.

Montevideo | Todo El Campo | El comercio internacional genera desarrollo para los países, mejora la calidad de vida de las personas, promueve la innovación y es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y los ingresos de los pequeños agricultores, coincidieron representantes de organismos internacionales, negociadores, productores agropecuarios y miembros del sector privado, en la reciente  Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que tuvo lugar en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos.

En un debate realizado en el marco de la conferencia de CropLife International, asociación global de empresas que promueve el uso de nuevas tecnologías para incrementar la productividad y la sostenibilidad en el agro, y el Instituto Internacional de Cooperación para la Agricultura (IICA), se puso el foco en el rol del comercio internacional para ayudar a los productores agropecuarios a acceder a la innovación y a nuevas herramientas que facilitan su acceso a los mercados internacionales, lo que es especialmente importante para los agricultores de los países en desarrollo

Precisamente los agricultores de los países en desarrollo han sido particularmente vulnerables en los últimos años por la pandemia de Covid-19 y a las crisis geopolíticas, como al cambio climático.

Entre los participantes se encontraba el delegado Agrícola de la Embajada de Uruguay ante la OMC, Martín Álvarez.

LAS TRES DIMENSIONES DE LA SOSTENIBILIDAD.

El reporte de IICA sobre el debate se señala que en el transcurso del mismo se sostuvo que la sostenibilidad de la producción debe contemplar las dimensiones económica, social y ambiental, y se subrayó el importante papel que debe jugar el multilateralismo y la OMC como institución.

En ese sentido se advirtió que no hay un único camino para alcanzar una agricultura sostenible y que cada región debe desarrollar su propio modelo de acuerdo a sus condiciones ambientales, la estructura de sus suelos, sus recursos naturales y la cultura y las buenas prácticas extendidas entre los habitantes de sus zonas rurales.

Las políticas comerciales deben reconocer la diversidad de los modelos de producción sostenibles para facilitar el comercio, que a su vez es un elemento clave de la seguridad alimentaria mundial.

Los participantes coincidieron en que la innovación tecnológica en el sector agroalimentario puede verdaderamente aportar las herramientas necesarias para producir alimentos seguros, nutritivos y accesibles para la población mundial y, al mismo tiempo, contribuir al combate contra el cambio climático.

Se advirtió que las regulaciones inadecuadas pueden generar complejidad, mayores costos y barreras para los negocios, socavando el rol del comercio internacional.

FOTO – En la foto de portada la mesa principal del debate. De izquierda a derecha: Brodie Berrigan, representante de la Organización Mundial de Agricultores; Jason Hafemeister, subsecretario en Funciones de Comercio y Asuntos Agrícolas Internacionales de Estados Unidos; Julio Ramos, subsecretario de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil; Lloyd Day, subdirector general Sud de IICA; Emily Rees, presidenta y CEO de CropLife International; Sofía Boza, embajadora permanente de Chile ante la OMC y en el extremo derecho, Martín Álvez, delegado Agrícola de la embajada de Uruguay ante la OMC.

La ciencia busca consenso sobre la definición de “procesado” mientras crece la desinformación.

La ciencia busca consenso sobre la definición de “procesado” mientras crece la desinformación.

“Tener tanta información de forma tan accesible hace que se tienda a pensar poco”.

Madrid | España | Todo El Campo | El procesamiento de los alimentos se enfrenta a un contexto de desinformación, marcado por los mensajes que circulan en redes sobre cuestiones como los aditivos, mientras que la comunidad científica busca una definición común que le permita sentar las bases que concluyan con la controversia.

El foro Nutrición Sensata, organizado el martes 21 de noviembre por la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), trató durante la mesa redonda “Una mirada integral al procesamiento” los retos que enfrenta la industria para poner freno a la desinformación en torno a estos procesos.

“Tener tanta información de forma tan accesible hace que se tienda a pensar poco”, sostuvo Purificación García, que pertenece a la Catedrática de Universidad en el Departamento de Tecnología de Alimentos de la Universitat Politècnica de València.

Según García, los ciudadanos han perdido la “capacidad crítica”, lo que ha dado lugar a que los mensajes que se trasmiten a través de las redes sociales, más “llamativos” y “visuales”, sobre el procesamiento de los alimentos, haya ganado espacio a la información científica y al análisis de los propios consumidores.

Frente a la desinformación que circula por las redes sociales, García ha querido aclarar que el hecho de procesar los alimentos es, simplemente, “transformarlos”, este mecanismo hace a los productos más fáciles de masticar, de poder digerir y facilita la absorción de nutrientes.

En esta misma línea se ha expresado el doctor en Química y profesor titular del Basque Culinary Center, Juan Carlos Arboleya, quien ha subrayado que las redes sociales tienen “una parte mala” ya que dan “foco” a personas que no deberían tenerlo, con una capacidad de marketing “mayor”, capaz de llegar a más usuarios.

Para contrarrestar la capacidad de audiencia de este tipo de perfiles, Arboleya ha explicado que “una parte de la ciencia” se ha dado cuenta de que el ir de la mano de gente “más glamurosa” como es el mundo de la cocina, puede ofrecer mensajes más positivos sobre el procesamiento de los alimentos, con un análisis más profundo.

EL MUNDO CIENTÍFICO, FALTO DE “COHERENCIA”

Uno de los puntos más importantes a la hora de hablar de los alimentos procesados y de la desinformación que hay alrededor de ellos es la “controversia” que rodea también a la comunidad científica, falta de “coherencia” entorno a la propia definición del concepto.

Así lo ha indicado la catedrática de Nutrición y Bromatología, Facultad de Farmacia Universidad Complutense de Madrid, Montaña Cámara, quien ha explicado que, en todo el mundo, hay unos siete sistemas diferentes para catalogar y definir el procesado.

Como ejemplo, Cámara ha hablado del caso de Brasil, donde el procesamiento de los alimentos se fija en base al mayor o menor grado del propio proceso, y el caso de Francia, país que atiendo a la formulación y el número de componentes del procesado.

Otras definiciones atribuyen el carácter de procesado a los aditivos, un factor que, según ha recalcado Cámara, está “regulado” de forma constante y su uso en la alimentación es “adecuado”.

Para combatir toda esta desinformación, el etiquetado de los alimentos juega un papel esencial, ya que ofrece una compra “informada” a los consumidores.

Según ha explicado durante la mesa redonda la investigadora en Calidad y Seguridad Alimentaria del Instituto Universitario de Investigación e Innovación Agroalimentaria y Agroambiental (Ciagro), María José Frutos, a la vez que ha apuntado a que el “gran abismo” de la ciencia es la comunicación.

Todos los participantes han coincidido en poner en valor el procesamiento de los alimentos como un factor clave a la hora de crear productos que se adapten a las necesidades que los consumidores.

La sociedad en general se enfrenta a un momento en el que la población crece a un gran ritmo y, con ella, las desigualdades que provocan que parte de la sociedad no tenga un acceso fácil a la alimentación saludable.

Por ello, durante la mesa redonda también se ha puesto de manifiesto el papel del procesamiento de los alimentos como herramienta para luchar contra el desperdicio alimentario y como oportunidad para hacer más accesible estos productos a colectivos con menos recursos.

Artículo de EFE Agro

Más información de sitios especializados en la temática, Financia Food: Expertos reivindican el papel de los alimentos procesados en una alimentación sana – Financial Food la Revista Alimentaria: El III Foro de NutriciON Sensata destaca el valor de la información contrastada y científica en alimentación – Revista Alimentaria o Food Retail  Fiab apela al sentido común frente a los bulos en torno al procesamiento de los alimentos (foodretail.es) Foto FIAB.

Cosse y sus pares de Argentina y Brasil defienden “alimentos saludables” contra los ultraprocesados.

Cosse y sus pares de Argentina y Brasil defienden “alimentos saludables” contra los ultraprocesados.

La declaración cuestiona los alimentos ultraprocesados, ¿será que también se refieren a los que a partir de plantas buscan parecerse a la carne?

Montevideo | Todo El Campo | Intendentes y alcaldes de Argentina, Brasil y Uruguay firmaron una declaración en la cual piden “medidas urgentes para asegurar el acceso a alimentos saludables”.

Por Uruguay firmó la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, junto a ella lo hicieron el intendente electo de Córdoba (Argentina), Daniel Passerini; el alcalde de Niterói (Brasil), Axel Grael; y el alcalde de Río de Janeiro (Brasil), Eduardo Paes.

El documento hace un reconocimiento implícito a la actividad agropecuaria como herramienta clave para garantizar la seguridad alimentaria con productos naturales y sanos, conformado una opción a la comida chatarra o ultraprocesada.

El texto cuestiona “el fácil acceso a productos ultraprocesados y bebidas azucaradas”, lo cual “ha acelerado el aumento de enfermedades no transmisibles (ENT) como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, además de otras afecciones crónicas como la obesidad”.

Agrega: “Las ENT son la principal causa de muerte en todo el mundo, y estamos presenciando una crisis cada vez más preocupante en nuestras comunidades. Si los líderes urbanos no actúan ahora, nos arriesgamos a una pérdida de vidas aún mayor y a una mayor sobrecarga en los sistemas de salud locales”.

Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, por lo que los gobiernos locales tenemos un enorme impacto en la vida de las personas a las que servimos y podemos actuar con rapidez para responder a las amenazas contra la salud. Por eso hoy, en el marco de nuestro trabajo con la Alianza de Ciudades Saludables y el Programa de Políticas Alimentarias de Bloomberg Philanthropies, pedimos a los líderes urbanos que utilicen sus competencias para promover el acceso a alimentos saludables en los entornos públicos”, añade el documento firmado por Cosse y sus pares.

Las autoridades firmantes se comprometen a “trabajar para disminuir la oferta de productos y bebidas poco saludables y ultraprocesados, poniendo fin a su venta o publicidad en lugares públicos como escuelas, centros de trabajo y hospitales”.

Por otra parte, “debemos lograr que los alimentos sanos y el agua fresca y limpia sean fácilmente accesibles y asequibles para todos”.

Concluye señalando la importancia de la calidad de los alimentos en la salud de las personas: “Los resultados en salud están directamente relacionados con la calidad de los alimentos que las personas tienen a su alcance, y los entornos públicos de una ciudad tienen una enorme influencia: a nivel mundial, millones de residentes urbanos consumen alimentos todos los días en edificios administrados por el Gobierno. Tenemos la responsabilidad de velar por que esos espacios garanticen una mejor salud y ofrezcan productos que mejoren y prolonguen la vida de las personas, y no que la pongan en peligro”.

UN COMENTARIO Y UNA PREGUNTA.

Lo planteado por el texto rubricado por los intendentes y alcaldes expone sin nombrar la importancia de la producción de alimentos, algo que Uruguay hace desde sus establecimientos rurales dedicados a diferentes tipos de producción, vegetal como animal, en cantidades muy superiores a la población de nuestro país.

Por otro lado, cuando el documento menciona alimentos ultraprocesados ¿se refiere también a los que partes de plantas para parecerse a la carne?

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